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Había una vez una niña que estaba disfrazándose,

cuando termino la ropa quedo por toda la casa.

La mamá se cayó cuando llego a la casa por la ropa.


Ella se convirtió en un gato feroz, grande, gruñón y
gigante.

La mamá se calmó y le recordó las reglas de la casa


la niña se disculpó y la mamá la perdono.
Cuando todo se resolvió la mamá y la niña fueron a
comer helado y a practicar lazo.

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