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RECLAM
E L ESTADO ACTUAL
^IIEMBRO
la librería ve Don,
Gabán. Rivera, •yovtaldz ¿os
DEBIDAS
\
no el trabajo d e escogerlos entre sus ser- uno y otro jurado son escojidos d e una
vidores mas dóciles, y puedo agradecer- lista d e hombres privados, interesados en
les frustren algunas su confianza; pero reprimir los desórdenes y protejer la
puesto que son electos ó llamados por élj inocencia: si los jurados de sentencia,
no son jurados, por dignos que parezcan j a m a s son elegidos por los depositarios d e
la autoridad pública: si por otra parte se
de serlo. N o puede bastar que la de-
han limitado los términos entre el a r r e s -
claración del hecho sea separada de la
to del acusado y su comparecencia ante
aplicación de la ley; pues es de la natu-
el jurado de acusación, y luego entre esta
raleza del j u r a d o que declara, que el
comparecencia y el juicio definitivo: si
hecho es ó no ccnstarte, acordarse por
hasta este último término no se ha u s a -
si mismo en conformidad de las disposi-
d o con él de otra coaccion que la que
ciones legales, y salvas las recusaciones
era precisamente necesaria para retenerlo
que ellas h a b r a n determinado, sin alguna á disposición de la justicia á que debe
influencia directa, ni indirecta de la auto- responder; si se le han dejado plenamen-
ridad en la elección de las personas lla- t e los medios, no de deshacer las p r u e -
m a d a s á este servicio. bas d e hecho d e que es acusado, sino de
L o que acabo de decir, se aplica al reunir, establecer y desplegar aquellas
jurado d e sentencia, no al que debe pre- que miran á su justificación, es cierto que
cederle, y que no estando encargado sino y a sea absuelto ó condenado, h a b r á sido
de reconocer si la acusación es digna de t r a t a d o como subdito del poder legítimo,
examen, podria con menor inconveniente y no como e&clavo del poder a r b i t r a r i o .
componerse d e personas designadas con-
forme á ciertas reglas, por un agente del
gobierno. Si los jueces no están encarga-
eos ni de admitir la acusación, ni de de-
clararla comprobada: si los miembros de
pecie que sirve de medida común á todas
CAPITULO II. las otras, y cuya acumulación y cambio
son mas cómodos. Sucede aun, que se
De la propiedad. ahorran.de acumular, cediendo ventajosa-
mente el uso de ella á los que la han d e
A hombre civilizado, dueño d e su per- emplear en reproducir, reservándoseles
sona, enriende serlo también de los f r u - ' algunas partes periódicas en estos produc-
tos de su trabajo, esto es, de los produc- tos futuros. E n fin, algunas porciones
del suelo, ya productivas ó suceptibles
tos que por sus f u e r z a s ó arte h a lo-
de cultura, cubiertas ó por cubrir de h a -
g r a d o de la naturaleza, L o s consume
bitaciones, entran en este sistema general
para sostener ó mejorar su existencia; y
de cambios.
si por su actividad, habilidad ó economía
ha tenido la dicha de producir mas de L a s heredades, las rentas ó pensio-
lo que puede ó quiere consumir, pone en nes pecuniarias, las sumas d e plata, los
reserva este exceso, i r En la sociedad productos manufacturados ó naturales, son
que ha hecho algunos progresos, los pro- las principales formas, bajo que un h o m -
ductos asi acumulados, toman diferentes bre posee los f r u t e s de su trabajo, que no
formas. Algunos permanecen tales, cualeg consume y que acumula. Todos esros
el trabajo los ha recogido ó modificado, frutos, sean las ..que fueren las formas
que han tomado, acumulándose, sen r i -
y-según sus diversos uses, se llaman co-
quezas, bienes,. ca pítales y •propiedades.
mestibles, combustibles, vestidos, muebles,
Reservar este ultimo nombre á solas las
ingredientes, utensilios, máquinas &c.
posesiones territoriales, es emplear un
P e r medio de los cambios de estos p r o -
lenguaje inexacto y. peligroso. Todos t i e -
ductos, caca productor adquiere aquellos
nen el mismo origen: todos son ó r e p r e -
que no eran inmediatamente de él, ni
sentan excedentes del producto., üei t r a -
para él. E n breve se establece una es-
4o J desarrollado y p e r f e c c i o n a d o , es h o y el
b a j o sobre los consumos: todos son, pues, mas estrecho de los vínculos que unen
igualmente inviolables. U n a porcion de entre sí á los habitantes d e u n mismo pais
t e r r e n o , es u n a base, ó bien un recipien- y aun á los d e países diversos.
t e , una m á q u i n a , u n laboratorio: y a sos- L a p r o p i e d a d f u n d a la i n d e p e n d e n -
tiene h a b i t a c i o n e s hechas: y a oculta, ó cia. A medida que un hombre acumula y
recibe substancias, q u e por la asociación f e c u n d a los f r u t o s de su t r a b a j o , y que
d e la f u e r z a d e l hombre á las d e la na- dispone mas de sus facultades personales,
t u r a l e z a , se convierten en productos. físicas y morales, se desprende d e l y u g o
P a r a g a r a n t i r y concluir el sistema d e las voluntades particulares d e los
d e las p r o p i e d a d e s , las leyes han recono- otros hombres, y se pone en estado d e
c i d o y d e t e r m i n a d o los modos y condi- no obedecer mas que á las leyes g e n e r a -
ciones d e los cambios, de las adquisicio« l e s d e la sociedad. T o d o s aspirarnos por
nes, d e las transmisiones y d e las suce- instinto ó por reflexión á este término; y
siones, d e tal suerte, que casi no existe a u n q u e sea imposible que el m a y o r n ú -
cosa, mueble ó inmueble, que tenga algún m e r o llegue á él, la sociedad roas sabia y
v a l o r , c u y o propietario no pueda asig- m a s p r ó s p e r a , es aquella en que se d a n
narse, e x c e p t u á n d o s e algunos pocos ca- m a s pasos para acercársele. Asi la palabra
p r o p i e d a d , es una de aquellas que los
sos q u e no habiéndose p t e v i s t o , han
v e r d a d e r o s tiranos no pueden oir sin c o -
q u e d a d o litijiosos. P a r a todos los otros
j e r a , pues les descubre los límites de su
casos, las leyes h a n d e s i g n a d o el propie-
p o d e r . Conocen, que para ser plenamente
t a r i o actual, y todos los propietarios fu-
señores d e todos los hombres, necesitan
t u r o s : han d e c i d i d o i o b r e las diversas
serlo también de todas las cosas: los i r r i t a
transmisiones, t o d a s las cuestiones que
la visra d e un propietario, a u n d e aquel
la e q u i d a d , p u r a m e n t e n a t u r a l , hubieti
á quien ellos büñ enriquecido, si no se
p o d i d o e n c o n t r a r problemáticas. E s t e sis-
tema, por el cual el ó r d e n social se ha
t 42
h a n r e s e r v a d o los medios d e e m p o b r e c e r -
las precaúéio'nes bastantes p a r a h a c e r l o
lo. Al contrario, un p o d e r legítimo c o n o -
imposible. Más lo que tenemos que c o n s i .
c e r á , si es ilustrado, que estaría en p e l i -
derar aqui, es <Jue el motivo que r e p r u e -
g r ó en medio d e una poblacion miserable,
y que para unir á sí á los que gobierna ba esta primera especie d e despojo, se
debe principalmente unirlos á lo que p o - aplica inmediatamente á todos aquellos
seen, y lejos d e ser j a m a s el r a p t o r cons- que no se h a j u z g a d o igualmente a p r o p o -
tituirse su g a r a n t e . sito p r e v e r , por ejemplo, á las b a l c a r r o -
A excepción de los ladrones d e p r o - tas, á las alteraciones d e la m o n e d a , a las
fesión, no h a y persona que no: pida la r e - leyes retroactivas, á los impuestos e x c e s i -
presión d e los robos particulares; y este es vos ó mal r e p a r t i d o s .
el objeto d e una multitud de, leyes. A h o - Si el poder supremo h a c o n t r a í d o
r a , no es creíble que tomándose contra es- d e u d a s cotí' los particulares, ¿cómo p o d r a
tos atentados medidas t a n justas y tan r i - creerse dispensado de pagarlas, c u a n d o de-
gurosas, se haya q u e r i d o a t r i b u i r á la a u - be emplear su f u e r z a en h a c e r cumplir
t o r i d a d el derecho d e cometerlos i m p u n e - t o d a s las o t r a s obligaciones? Saber si una
mente. M a s de una vez se ha d e c l a r a d o , d e u d a pública ño es un g r a n mal, es cues-
que el estado no podia a p o d e r a r s e d e un tión que no sería del t o d o estrana en el
f u n d o p r i v a d o , sino después de haberse e x a m e n d e las garantías individuales; por-
demostrado la necesidad d e aplicarlo á un q u e una d e u d a enorme puede c o m p r o m e -
servicio público, y de haberse i n d e m n i z a - terlas d e muchas maneras: mas la p r i n c i -
do plenamente y satisfecho al p r o p i e t a r i o . pal razón p a r a no c o n t r a e r l a , consiste en
E l despojo prohibido p o r esta declaración los peligros- que se corren d e no s a t i s f a -
era y a el mas raro d e los que se pe m i - cerla, y por consiguiente, debe bastarnos
n a el p o d e r . Se ha hecho muy bien en reconocer aquí la necesidad d e p a g a r l a .
condenarlo; pero quizá no se h a n t o m a d o A h o r a , e s t a - n e c e s i d a d resulta no s o l a -
mente d e las mas simples nociones de e q u i -
d a d natural, sino también d e los peligros r a razón no puede cambiarse k voluntad
anexos á toda infidelidad. Confieso que las y sin pérdida alguna por la moneda que
bancarrotas particulares no son desastres representa, la fuerza empleada, para h a -
para la mayor parte de los que las hacen: cerlo aceptar en cambio de. valores reales, -
las ventajas que la autoridad deja obtener es,un robo á mano a r m a d a , y g a r i t o mas
á estos ladrones privilegiados, pueden p a - odioso, cuanto esta -arma es una ley. C r e a -
recerie preparativos y presagios d e los mos que las luces públicas; han hecho per-
que ella misma obtendría en igual caso; d e r á la autoridad ei medio ¿ e ejercer m
pero debe pensar que ella lastimaría m u - mejantes latrocinios, que en lo dp adelan-
chos mas intereses, y que nada hay s u p e - te ningún rey será monedero falso; y que
rior á la misma para protejerla como ella despues d e t a n t a s , r u i n a s causadas por sig-
proteje á los fallidos vulgares. Sus iniqui- nos ficticios, ninguna impostura, ninguna
dades caerían probablemente con todo su violencia dará ya á cualesquiera billetes
peso sobre ella misma, y el día en que in« el crédito que no tuvieran iomediatamenr
tentase faltar á una parte de sus. empeños,
t e por sí mismos.
e i mismo día en que comenzaren los t e - L a tercera especie que tenemos que se-
mores de hallarla infiel, seria el primero ñ a l a r de atentados públicos contra las pro-
de su decadencia: no haria bancarrota sin piedades, comprende las leyes que a n u l a -
caer. rían las adquisiciones y transmisiones con-
O t r o f r a u d e , no menos peligroso, sumadas conforme á leyes anteriores. Sin
consistiría ya en ia alteración d e la m o - <Juda, si se perciben errores y abusos en
neda, ya en lo que equivale ,á lo mismo, en los modos de a d q u i r i r ó succeder insti-
el curso forzado de un signo que no ten- tuidos antes, pueden remediarse por una
dría valor intrínseco. Un papel sea l a q u e nueva ley que rija en lo succesivo. L a
f u e r e su seguridad, jamas es ima moneda; equidad no reprueba sino las disposicio-
y desde el momento en que p o r cualquíe* nes retroactivas que invalidarían las a d -
raciones públicas las garantías que finge
qwsicióries^legaihiehte hechas hasta enton-
conservar, se expone á todos los repro*
ces. T o d a s las propiedades, sin excepcioo,
ches que merecen la infidelidad, la injus-
perderían sfc-gáVaMa en un páis donde
ticia, la debilidad y la hipocresía.
algunas Ceétblesen semejantes golpes, y
L a s leyes comprometen-también l a i
donde fuese posible la ábolicion d e títulos
propiedades si complican los procesos ne-
fundados en lás' leyes. E l exámen del orK
cesarios para revindicarlas ó para defen-
gen d e una 'propiedad acaba k n el punto
derlas, si algunas veces es menos costoso
donde se encuentra la ley que la ha con-
perder una que recobrarla judicialmeutej
sagrado. E s emplear un íengüage insocial
si se mantiene á costa de los propietarios
y anárquico él distinguir los dominios
un populacho de oficiales públicos hábiles
territoriales-con nombres que r e c u e r d a n
en obscurecer los derechos, en eternizar
e r erigen antiguo 6 rééiéníéj feudal ó fis-
los procesos, y cuyo rapaz miuisterio seá
cal, beneficiario ó venal,- patrimonial ó
sin embargo el único recurso contra las
p&rsonah Tales curiosidades no terminan
otras rapacidades. P e r o el salteamiento
sino en sembrar la discordia y lá i n q u i e -
mas ordinario y mas general que el p o -
tad', en'éxponér todos -Ios derechos adqui-
der ejerce contra las propiedades, consisr
ridos á los caprichos de las opiniones y
te en el exceso d e los impuestos.
dé los poderes, y en rehundir la sociedad
efi- el desorden d é q u e ' 1 3 * leyes la han T o d a asociación supone gastos co-
sttfeadó. Poco Vale que la autoridad sobe- munes á que deben contribuir todos los
r n a se abstenga aun de algunos a t e n t a - asociados. L a necesidad de los impuestos
dos por muy directos á cierta clase dé es incontestable, y¡ es por otra parte difí-
p r o p i e d a d ^ : jamas debe permitir á perso- cil asignar el límite preciso de que no de-
na a lguna amenaza rías a su nombre. Si ben pasar. La teoría general de la econo-
sús ministros,-si los funcionarios civiles ó mía pública ha hecho muchos .progreso»;
eclesiásticos, que paga, niegan p o r decla- pero todavía no ha sido aplicada bastan-
49 . .
temente á la administración publica. N o s
proveedores y otras personas, á quienes
falta un sistema en que estén expuestas y
se pagan los servicios actuales ó pasados:
encadenadas las nociones relativas á los
hay que saber si entre los contribuyentes
ingresos y gastos de un estado; á las no dotados, ni pensionados, ni asalaria-
fuentes de los primeros, á los objetos de dos, los consumos no han quedado i n t e -
los segundos; á los efectos, á las circuns- riores á lo necesario; y si á mas de estos
tancias y á las reglas d e unos y otros. consumos han quedado productos a c u m u -
N o s verémos, pues, obligados á limitar- lados en mayor ó menor cantidad que
pos aqui á generalidades, esto es, á con-
antes. ,
denar por una parte los gastos superñuos
Siendo imposible aplidar unas m a -
q u e no corresponden á los servicios p ú -
ximas tan generales á las diversas cir-
blicos, ni son rigurosamente indispensables,
cunstancias en que pueda hallarse un p u e -
6 por lo menos no son de muy grande uti-
blo, el único medio de asegurarse d e que
l i d a d ; y por otra los ingresos nocivos, á
el impuesto no excederá sus verdaderos
saber: aquellos que producen uno d e estos
limites, es que se vote anualmente por
dos efectos funestos, ó d e no dejar á una
una asamblea de los representantes de os
parte de Jos contribuyentes los medios de
contribuyentes. Prescindiendo aqui de los
hacer los consumos que reclaman estrecha*
otros poderes que ejercerla esta asamblea,
mente sus necesidades físicas, 6 d e dismi-
aquel supone que está compuesta de h o m -
nuir progresivamente el excedente de las
bres á quienes importa que la autoridad se
producciones sobre los consumos^ E l exa-
mantenga, que todos los servicios públicos
men y el cálculo de este excedente es por
se desempeñen, y que ningún acreedor al
donde deben resolverse todas las cuestio-
estado sienta perjuicio; pero también que
nes relativas al lujo que mantienen las
ninguna clase de contribuyentes se e m -
rentas del estado, distribuyéndose entre
pobrezca, que la riqueza nacional o el
los dignatarios, funcionarios, pensionistas,
excedente de la riqueza sobre los consu-
7
mos, se aumente, ó por lo menos, jamás é ingresos. L a experiencia ha enseñado
se disminuya. E l voto del impuesto se- doiorosamente, cuales son las resultas de
ria ficticio, si dimanase de hombres, que la confusion de la hacienda pública.
por sus funciones ó su condicion, no tu- Ahora, esta confusion nace ya del aumen-
biesen Ínteres sino en el aumento d e los to progresivo de la d e u d a pública, >a
gastos públicos. de las quiebras completas ó parciales, ya
Creo superfíuo añadir, que las con- de la alteración d e las monedas metálicas
tribuciones, cualesquiera que sean, deben ó del curso forzado del papel moneda,
ser en todas partes proporcionales á las ya de los golpes dados á la propiedad
propiedades ó goces, y que exceptuar en por leyes retroactivas, ó por o».ros actos
todo ó en parte á ciertos propietarios ó imputables á la autoridad suprema, ya
ciertos consumidores, es hacer que los en fin, de los gastos irracionales y de
otros paguen su adeudo. V e r d a d e r o robo los impuestos excesivos ó mal repartidos,
que tiende, como toda injusticia, á la que aquellos hacen necesarios. L a p r o -
disolución de las sociedades, y contra el piedad no está plenamente garantida, sino
cual nunca hay plena seguridad, sino eli- por la ausencia ó la represión eficaz de
giendo representantes bien resueltos á no todos estos desórdenes.
ser jamas ni robados ni robadores.
Si la autoridad ejecutiva, a b a n d o -
Se concibe, en fin, que no habría nada á sí misma, puede en materia d e
garantias, ni para los acreedores del es- hacienda, todo lo que quiere, su destino
tado, ni para los contribuyentes, si los será sentir siempre necesidades, creárselas
empréstitos que aumentarían la deuda p ú - incesantemente, proveer á ellas por les
blica, y obligarían á crecer los impues- medios mas rápidos y no poner término
tos, podían abrirse sin el consentimiento á los gastos, porque no encontrará d i f i -
de una asamblea de representantes, inte- cultad alguna en las estorciones; agotar
resados en el buen orden de los gastos poco á poco todas las fuentes de r e p r o -
duccion y t o d a s las f u e n t e s del c r é d i t o empobrecido por la invasión y ocupacjoa
p r o d i g a r igualmente los favores y los ri- de su t e r r i t o r i o , algunos ministros i m p r u -
gores , r o d e a r s e d e un lujo insensato, dentes, doblasen ó el n ú m e r o o sueldo
m i e n t r a s que á excepción d e sus cortesa- de los funcionarios públicos, d e los p r e -
nos, iodos esten en una penuria e x t r e m a j lados, d e los directores, d e los g o b e r n a -
creerse, sin t m b a r g o , muy firme y po- d o r e s : si hubiesen t r a n s f o r m a d o la mitad
d e r o s a , é i g n o r a r la p r o f u n d i d a d del de los empleados antiguos en pensionis-
abismo .que ella misma caba bajo sus pies. t a s , dándoles succesores menos hábiles y
Y p o r mas que se complique el sis- mejor p a g a d o s ; si hubiesen r e f o r m a d o y
tema d e la hacienda publica, j a m á s se pensionado una parte d e l ejercito ñ a u o
p o n d r á r e m e d i o á los efectos desastro- nal p a r a t o m a r á sueldo soldados e x t r a ñ -
sos de los gastos excesivos. Si h a y algu- a o s ; si hubiesen, en fin, distribu d o
nos exigidos por circunstancias imperio- p o r p u r a gracia y & manos l enas, p e n -
sas, por g u e r r a s inevitables ó p o r r e v e - siones innumerables: sin d u d a sera n e -
ses i r r e p a r a b l e s , hay en esto mismo un cesario para igualar los ingresos a t a n
motivo mas para r e d u c i r todos los otros locos gastos, mantener ó establecer m u l -
á los muy precisamente necesarios. ¿Qué t i t u d d e impuestos directos e indirectos,
se diria d e un p a r t i c u l a r medio a r r u i n a d o contribuciones, tanto generales como l o -
p o r pleitos, incendios y malos temporales, cales; ademas, a b r i r c a d a ano nuevos
que lejos d e disminuir sus profusiones, empréstitos, por consiguiente, a r r u i n a r o
ya monstruosas antes d e sus desgracias, amenazar á t o d a clase d e propietarios, y
redoblase su fasto, su p r o d i g a l i d a d , su comprometer la suerte d e los acreedores
incuria, su disipación? E l lujo d e v o r a d o r d e l gobierno.
de las Cortes y los pillajes a d m i n i s t r a t i -
vos son nocivos en los tiempos mas p r ó s -
p e r o s ; pero si en el seno d e UR estado*
S$ .
nuevos frutos. L a s propiedades a d q u i r i -
CAPITULO III. das y los goces de los propietarios se
disminuirían á medida d e que el trabajo
De la industria. fuese aflojando.
T T ' Se distinguen tres industrias, la
A h u b i é r a m o s p o d i d o hablar de la in- agrícola ó extractiva, la manufacturera
dustria antes que de la propiedad, p o r - y la comercial. No es de nuestro asunto
que según hemos observado, la propiedad e x a m i n a r como separadas y sucesivas ala-
<?s el f r u t o del trabaio, é hija d e la i n - gunas veces, y unidas y simultaneas en
dustria. Pero c u a n d o se contempla la so- otras, abracen todos los géneros de t r a -
ciedad en su actual estado, las p r o p i e d a - bajos, todos los preparativos, t r a n s f o r m a -
des son las que se perciben inmediata- ciones y transportes, que son necesarios
mente despues de las personas. A la p r i - para poner cada producto en las manos
mera ojeada HO se v e aun sino hombres del consumidor en el estado que quiere
y las cosas que poseen, y para estos dos recibirlo, ni como la división y subdivi-
órdenes de elementos del cuerpo social, siones indefinidas del trabajo, han m u l t i -
es para los que se reclaman las primeras - plicado las fuerzas del hombre y d e la
garantías. naturaleza, aumentado, v a r i a d o y p e r -
Sin embargo, la industria es n e c e - feccionado las producciones, e n g r a n d e -
saria, no solo p a r a que comienzen á exis- cido y acelerado el curso de las p r o s p e -
tir productos, sino para que las personas ridades sociales.
a quienes pertenecen los gocen y los A mas de estas diversas industrias,
conserven. L a industria ministra á los que se dirigen todas á obtener productos
propietarios las cosas de sus consumos s u - físicos, hay otras accesorias que consis-
cesivos; y ella sola da también valor á ten en el cuidado que debe tenerse de
sus capitales, empleándolos en o b t e n e r ciertos intereses de los productores y d e
íes del trabajo, y por consiguiente v e r -
los consumidores, por ejemplo, d e su sá- daderos cooperadores: llenan cargos im-
lud, d e sus negocios, de sus derechos portantes é indispensables en este inmen-
civiles, d e su instrucción, d e la cultura so laboratorio que la sociedad presenta
y placeres d e su entendimiento. T a l e s
hoy a la vista.
son los servicios que la sociedad recibe
U n tirano, dotado de un instinto
ó espera de los médicos, jurisconsultos,
rápido ó de una va»ta penetración, ha
profesores, escritores y artistas, hombres
debido concebir la idea de hacerse el
todos, que conviene se cuenten entre los
empresista 6 director universal de todus
productores, si en efecto a y u d a n ó e n -
los trabajos, d e transformar a todos los
señan á producir, y si es seguro que se
trabajadores en empleados, de asignar a
produciría menos sin la intervención de
cada uno su tarea y salario, de sujetar
sus industrias auxiliares. E n general y
los movimientos, de la industria a leyes
casi sin excepción, todo miembro d e la
comunes, y de comprender a todos en
sociedad es á un tiempo consumidor y
la esfera de la administración política.
productor; pero esta distinción concebi-
Por gigantesco que sea este sistema, es sin
d a como una división de la poblaqion
embargo el único capaz de establecer el
en dos clases, seria extremadamente e r -
perfecto despotismo en un pais en que las
rónea. L o s capitalistas, los censualistas
artes comenzasen á hacer progresos. Asi
son productores, puesto que ministran ó
vemos, que durante los siglos de esclavi-
han ministrado los productos acumulados
t u d , si no se planteó enteramente aquel
que sirven para reproducir. .Aun los de-
sistema, se acercaron lo posiole á fuerza
positarios ó agentes de la autoridad, los
de rodear de obstáculos á casi todos los
funcionarios civiles y militares, si sus
esfuerzos de la industria. Vamos á d i s -
servicios no son ni perniciosos, ni super-
tinguir hasta diez especies de trabas ima-
fluos, ni quiméricos, son realmente los
ginadas, para comprimirla, y no estamos
guardas de las propiedades, los protecto-
$
seguros d e no h a b e r o l v i d a d o alguna; u n a sola s e g u r a de los c a p r i c h o s d e u n
p e r o las que no esten c o m p r e n d i d a s en poder a r b i t r a r i o , si este p a r a p r o s c r i b i r -
estas diez clases, t e n d r á n , si no las mis- las, no necesita mas que p r e v e e r los m a -
mas f o r m a s , por lo menos los mismos c a - los efectos que pueden a c c i d e n t a l m e n t e
r a c t e r e s y los mismos efectos. t r a e r consigo. N o h a y q u e t e m e r que el
A n t e s de comenzar el d e t a l l e , d e - p o d e r prohiba las profesiones mas c o n -
bemos confesar, q u e el estado presente t r a r i a s á las buenas costumbres y á la
d e los hábitos, d e las opiniones, y sobre honestidad pública; pero p r o h i b i r á las
t o d o , d e las prácticas a d m i n i s t r a t i v a s , mas honrosas, si le parece a m e n a z a n los
casi no permite á la industria, e s p e r a r intereses particulares que él mismo se h a
q u e será p r ó x i m a m e n t e libertada d e todas creado.
estas trabas. T o d o lo que se p u e d e pe- P o r o t r a p a r t e , h a b r á muchas q u e
d i r hoy en un f a v o r , es que el p o d e r se d e c l a r a r á por muy i m p o r t a n t e s , críticas, y
abstenga d e s o b r e c a r g a r l a con n u e v a s c a - d e l i c a d a s para ser a b a n d o n a d a s al q u e
d e n a s , d e soldar las q u e se h a n r o t o , y q u i e r a ejercerlas. N o las p e r m i t i r á , sino
d e a p r e t a r las q u e subsisten. á los que h a y a n s u f r i d o c i e r t a s p r u e b a s ,
Se prohiben algunas veces c o m o n o - y d a d o ciertas prendas d e su h a b i l i d a d y
civas, no solo las pocas industrias, cuyos fidelidad. Estoy por d e c i r , que aquellas
p r o d u c t o s serian n a t u r a l m e n t e perniciosos, p r u e b a s , lejos d e p r e s e r v a r 4 la sociedad
y c u y a s operaciones t r a e r í a n p e l i g r o s in- d e los perjuicios, d e la i m p e r i c i a y d e l
minentes, sino aquellas, cuyos abusos, in- f r a u d e , no s e r v i r á n las mas veces, sino
convenientes y consecuencias i n d i r e c t a s , d e d a r c r é d i t o á la i g n o r a n c i a , y títulos
se finjen ser temibles á la s o c i e d a d ; y a l charlatanismo; q u e se r e d u c i r á n á v a -
como en efecto, es posible emplear a b u - n a s f o r m a l i d a d e s y á prestaciones p e c u -
sivamente las operaciones ó los p r o d u c t e s n i a r i a s ; porque no se d e j a r á n escapar t a n
d e casi tedas las a r t e s , apenas q u e d a r á bellas j i ocasiones d e cojer a l g ú n d i n e r o
p a r a el gobierno, ó para una ó r d e n cual- las copias d e las producciones literarias?
quiera de empleados, ó d e no sé qué c o r - ¿Por. q u é por privilegios reservados a a -
poracion gótica. Sin embargo, los p u e - g u n a s personas, se h a d e abolir el d e -
blos parecen acostumbrados d e tal modo recho común que todos tenemos d e a b r a -
á este régimen, que se a l a r m a r í a n muchas z a r , .3 nuestra cuenta y riesgos semejantes
personas, si se quitase Jai prohibición de profesiones? ¿Con qué título se pretende
titularse médico, farmacéutico y l e t r a d o , circunscribir y d i r i g i r t o d o s los trabajos
sin haber sostenido conclusiones y pagado? d e l h o m b r e , desde las mas altas empresas,
los diplomas. Pasemos, pues, p o r este testa: los oficios .mas vulgares, y qu«za
p u n t o , con condición que éstas p r u e b a s hasta los humildes servicios, por los que
n o serán muy caras, y que jamás h a r á n la infancia ó la indigencia e x t r e m a obtie-
inaccesibles las profesiones á los q u e se n e n un corto salario? ¿No es d e la n a t u -
p r e p a r e n p a r a ellas mas racionalmente. r a l e z a d e una industria p r i v a d a q u e d a r
l i b r e é independiente, salva la represión
La tercera clase de t r a b a s , es limi- d e los crímenes ó delitos cometidos a l
t a r el n ú m e r o d e las personas á quienes
s e r á permitida una i n d u s t r i a . D e s d e luego ejercerla? *
P o r c u a r t o género de trabas se ha
s¡? vé, que esto es t r a n s f o r m a r en oficios
públicos, las profesiones particulares, y i m a g i n a d o reunir en c o f r a d í a s ó comuni-
c o n f u n d i r por antojo lo que es muy fácil d a d e s á los que estaban autorizados p a r a
d i s t i n g u i r . Q u e la a u t o r i d a d fije el nú- eiercer un mismo a r t e ó un mismo n e g o -
mero de los oficiales que instituye, es cosa cio, sujetarlos á largos reglamentos d e
m u y simple: ¿pero cómo le pertenece ins- c u e r p o , ponerles gefes t o m a d o s de su se-
tituir m a n u f a c t u r e r o s , a r r i e r o s , obreros y no ó f u e r a d e él, é i m p r i m i r l e s hábitos o
artistas? ¿Qué es, por ejemplo, un i m p r e - maneras casi semejantes á las de las a s o -
s o r , sino un artista que e m p r e n d e á su ciaciones religiosas. Estas instituciones
cuenta ó á la cuenta d e o t r o , multiplicar nacidas en la media e d a d t e m a n , al pa
recer, p o r objeto el prevenir el vuelo d e l dad d e q u e d a r secretas para los ensayos
talento, el retener las artes y el comercio que no convendría divulgar, para los nue-
bajo el y u g o de las preocupaciones y r u - vos métodos cuya invención importaría
tinas, y el introducir entre los que c o r - , comprobar! Se ha querido que ningún ta-
rían la misma carrera, rivalidades m i s e - ller, ningún laboratorio estuviese c e r r a d o
rables en lugar de las relaciones n a t u r a - á la vista inquieta de la policia, que sus
les y útiles que el g i r o libre de los n e g o - miradas pudiesen perseguirlo todo, alcan-
cios é intereses hubiera mantenido e n t r e zarlo todo y disecarlo todo.
ellos. Se alegan no obstante motivos d e Mejor se ha hecho aun con ciertas
Utilidad pública, para perpetuar ó r e s u - profesiones. Para estar bien seguro de que
citar estas corporaciones; pero como ello«; j a m á s h a r á n lo que la autoridad no q u e r r á
se aplican á otras muchas medidas i g u a l -
que hagan, se las ha puesto bajo la direc-
mente nocivas á la industria, a c a b a r e m o s
ción de administradores generales, cuyas
d e indicarlas todas, a n t e s de examinar los
funciones necesariamente despóticas, qui-
pretestos que le son comunes.
tan á estas industrias particulares rodo
E l quinto modo de trabas consiste resto de libertad E l arte tipográfico, a u n -
e n v i c i a r las casas, para hacer en ellas, que sometido á todas las otras trshas, ha
según la naturaleza, objetos y circunstan- sido especialmente retenido bajo esta sexta
cias de cada trabajo, visitas de policía, opresion.
no con motivo de algún deüto e s p e s a m e n - E l séptimo género de impedimentos
te denunciado, sino espontáneamente y es de una naturaleza muy diversa: es qui-
por simple curiosidad, para saber lo q u e zá tal, que su singularidad chocaría á
pasa en ellas é indagar si acaso la i n d u s - cualquiera que no estubicra acostumbrado
tria contraviene á alguno de los infinitos á verlos desde su infancia. Consiste en
estatutos que pesan sobre ella. ¡ D e s g r a -
suprimir dos meses del a ñ o industrial, en
ciadas las empresas q u e tendrían n e c e s i -
prohibir en ciertos días la mayor parte
ó4
de los trabajos. Seguramente nada hay cimientos d e vuestra actividad, según
mas respetable que e l motivo religioso que vuestros intereses, vuestras necesidades,
puede llevar á los particulares á inter- vuestros hábitos morales ó religiosos.
rumpir libremente el curso de sus o c u p a - |Qué, las enfermedades, la pereza, y los
ciones lucrosas; pero que este reposo se vicios que ésta engendra, no disminuyen
mande á todo el mundo por una ley po- ya bastante la masa de los trabajos, la
lítica, ved aqui lo que es dificil conciliar suma total de los productos? ¿Por que des-
con el órden social propiamente dicho, en pues de todas las pérdidas que ocasionan
que los homhres, gobernados y no poseí- tantas causas físicas y morales, exijir aun
dos, pertenecen á si mismos. Si no se t r a - la pérdida de una séptima ó sexta parte
tase mas que de los trabajos que paga la de lo que ellas no absuerven? ¿Es, pues,
autoridad, de los que se ejecutan á su vis- tan necesario prescribir al pobre la ocio-
ta en los lugares públicos, se podria dis- sidad, y ofrecerle sesenta veces en el a n o
culpar la injusticia y DO reprocharle si- las ocasiones de consumir en un solo día
no un falso cálculo. Pero es mas bien gran parte de los cortos salarios que h a
todo lo contrario: la vereis por el mas li- ganado durante otros muchos? Notad que
gero interés, por la mas ligera convenien- la mayor parte d e las profesiones eleva-
d a s , se escapan d e esta ley: exceptúa a
cia dispensarse d e la regia que ella mis-
los médicos, no comprende ni á los j u r i s -
ma os impone: la vereis por otra parte,
consultos, ni á los literatos, ni á los a r -
permitir en aquellos dias á todas las in-
tistas de un órden superior, y no d i s -
dustrias fútiles, la mas turbulenta y f r e -
minuye las ganancias de los empleados
cuentemente la mas licenciosa publicidad:
del gobierno. Se ha pretendido que el ar-
todo está bien, con tal que no quedeis
tesano pobre ganaba en el reposo, en
dueños en vuestras casas, en vuestros ta-
atención á que sus trabajos de siete días
lleres y en vuestros almacenes, de limi- «cabarian con no ser pagados con mas
tar ó extender á vuestra voluntad los mo*
que los d e seis días. Pero sí la exper'en» particular, es prohibir la exportación 6
cía no hubiese desmentido positivamente importación de diversos productos n a t u -
«sta resulta imaginaria, el absurdo se ha- rales ó manufacturados, y estrechar de
ría sensible á cualquiera que siguiese las este modo la extencion del mercado d o n -
consecuencias: porque se seguiría que una de debia hacerse el cambio de ellos. Es»
reducción todavía mayor d e los días de tas prohibiciones, es necesario confesarlo,
trabajo seria mas y mas útil á los jorna- son aconsejadas algunas veces, y casi exi-
leros, y que su suerte quedaría la misma g i d a s por los tratados que contra el Ínte-
si descansaran ocho ó diez dias por mes res d e los pueblos, se concluyen entre los
en lugar d e cuatro ó cinco. E l verdade- gobiernos. Asi por mucho tiempo se ha
ro resultado es, que esta ley es principal- d a d o una importancia extrema á lo que
mente perjudicial al pobre, aunque lo sea se llamaba balanza del comercio, esto es,
también á la sociedad entera, á la que ,3 n o d a r á una nación vecina mas plata
hace perder un séptimo ó un sexto de la q u e la que se recibía de ella: como si las
masa de productos. monedas f u e r a n en el mundo los únicos
E n octavo lugar la autoridad sobe, valores. jCómo si hubiese otra cosa,
rana se atribuye monopolios. Se reser- que considerar en u n cambio, que la
va exclusivamente cierta clase de labo- igualdad del precio real, ó de utilidad
ríos. Ella sola venderá ó hará vender d e las eosas permutadas! ¡Como si, en fin,
tabaco, sal, salitre, diarios, barajas, y el único ínteres general de un pueblo no
quizá el dia de mañana pan. Porque no fuese el ver siempre crecer por cuales-
hay razón alguna para que se pare en quiera medios el excedente de sus p r o -
cualquier termino; y si quiere no ejercer ductos sobre ios consumos plenamente s u -
ciertos géneros de comercio, será necesa- ficientes á sus necesidades!
rio agradecerselo. E n fin, la industria h a sido c o a r -
Su penúltimo ataque á la industria t a d a por una multitud de leyes fiscales,
d e ifnpuestos indirectos, establecidos, no eapar á la atención d e la m a y o r parte d e
solo sobre las exportacionos é importa- los contribuyentes, fundiéndose y ocul-
ciones, sino sobre los transportes en lo tándose de alguna suerte en el precio de
interior del estado, sobre la exposición en las cosas, n o es realmente sino un obs-
los mercados, y casi sobre cada circuns- táculo mas para los progresos d e la sana
tancia del laborío, de la fábrica, del trá- economía doméstica. Sea lo que f u e r e ,
fico y del consumo. ¿Se dirá que estos debemos limitarnos á pedir aquí para -la
impuestos recaen únicamente sobre los industria dos garantías que hemos ya r e -
consumidores, ó bien únicamente sobre los clamado para la propiedad, a saber, la
propietarios territoriales? L a industria reducción de los gastos públicos a los e s -
sabe bien que ella es la herida inmediata- trechamente necesarios, y el consentirme«*
t o de una asamblea representativa para el
mente, aunque sea también v e r d a d que
establecimiento de t o d o impuesto.
disminuyendo los productos y los consu-
mos, empobrecen y extenúan á toda la so- C a d a uno d e los diez generos d e
ciedad. Sin embargo, una deuda pública, "prohibiciones y obstáculos que acabamos
una guerra ruinosa y otras causas pueden d e recorrer, pende de algunas ideas, h á -
elevar los gastos del estado á un término bitos ó circunstancias particulares, r e r o
tan alto, que no haya medio para subve- «os resta examinar los pretestos generales
nir a ellos por contribuciones directas, y y las razones comunes que sostienen a un
tiempo á muchas d e estas instituciones
que sea necesario resignarse á otros mu-
tiránicas. Por poco que se reflexione s o -
chos impuestos casuales ó furtivos. Esta
b r e la multitud, v a r i e d a d y complica-
es una necesidad muy deplorable; porque
cion de los movimientos d e la industria,
los impuestos indirectos provocan el f r a u -
se conoce bastante que no p o d r a n hacerse
d e , exigen gastos de recaudación que
todos con tal r e g u l a r i d a d , q u e no h a y a
absuerven un tercio de los ingresos; y la
jamas p é r d i d a . n i e r r o r de calculo. Algu-
pretendida ventaja que se les h a y a d e es-
«as causas puramente naturales, harán tener tribunales encargados d e r e p a r a r la*
escasear ó abundar ciertas mercancías* injurias y reprimir los f r a u d e s . P e r o
Diferentes causas morales ó físicas, influi- fundándose siempre en su máxima f a v o -
rán sobre ciertos consumos para estre- rita, de que el mas seguro medio para
charlos ó extenderlos mas d e lo que con* reprimir es prevenir, se a r r o g a el d e r e -
viene. Algunos trabajos serán mal em- cho d e intervenir donde quiera que se
prendidos, mal conducidos y mal ejecu- hacen los trabajos y los cambios; y las
tados: entre los hombres que abrazaren resultas de esta intervención, tan dispen-
una profeiion, habrá algunos inhábiles; diosa c o m o despótica, son que sin preve-
y el charlatanismo, en fin, no dejará de nir efectivamente algún abuso, ni r e p r i -
lograr sucesos felices, sino cuando las mir con mucho todas las infidelidades
luces, diseminadas por todas partes, ha- escandalosas, despoja solamente á la i n -
y a n llegado á un término de que todavía dustria de su independí nci a y garantías*
están muy distantes. E n el entretanto, entorpece todos los movimientos, r e t a r d a
jque sucede?;- L a autoridad decanta mu- todos los progresos, y detiene el cutsd
cho todos estos desórdenes, y pretende d e la actividad y prosperidad universal;.
ser capaz d e obviarlos, interponiéndose L o que sucedería si la a u t o r i d a d no se
cuanto puede en todos los servicios par- mezclase, lo que sucede a u n en parre,
ticulares, entre los que los hacen y los aunque se mezcle, es que h a y á pesar d e
que los reciben. Ella tiene sin contra- las irregularidades inevitables, un e q u i -
•diccion funciones que llenar p a r a asegu- librio natural y constante entre los ser*
r a r la fidelidad d e los cambios. Debe de vicios y las necesidades. Basta que no lo
terminar los pesos y medidas, certifica! impida, para que vengan todos los pro*
la ley de los metales preciosos, c u y o r e - ductos pedidos: un curso reglado se es-
conocimiento seria imposible á la mayo* tablece en el precio de todas las cosas>
p a r t e de los contratantes, y en fin, m a a - a l fin los mejores servicios, son general-
mente preferidos, y esta preferencia a r - la mas activa industria particular que va
rastra á todas las artes á un verdadero introduciendo y distribuyendo la comodi-
camino. La natnraleza es la que hace el dad en el mayor número posible de habi-
órden, y el despotismo el que lo descom- taciones. Ahora, para lograr este objeto
pone, y el desarreglo mas monstruoso es que consideramos como el único á que d e -
el que engendran los reglamantos mas ar- be dirijirsé el orden social, es necesaiio
bitrarios y superfluos. que á lo menos la industria se desprenda
Muchos pueblos han salido para siem- p o c o á poco de las trabas que la contie-
pre d e los sistemas políticos que retenían nen. Digo poco á poco, porque entre es-
gran parte de la poblacion en la esclavi- tas trabas hay quizá algunas á que la
tud ó en una p r o f u n d a miseria. En vano opinion da todavía demasiada fuerza para
también se nos reproduciría el simulacro que pueda esperarse su pronto r o m p i -
miento sin peligro. P e r o si es necesario
d e una gloria nacional, compatible con las
abstenerse de reclamar á un tiempo todas
escaceses d e la mayor parte d e las fami-
las garantías que parecen debidas a l a s
lias: todo anuncia que esta, ilusión pue-
industrias privadas, á lo menos es per-
ril no seria ya d e larga duración. Comen-
mitido asegurar que la a u t o r i d a d compro-
zamos á no ver sino vergonzosos saltea-
metería la seguridad del estado, y por
mientos en aquellas conquistas, que arrui*
consiguiente la suya propia, si inventase
c a n d o á los vencidos, no enriquecen sino
nuevas prohibiciones, si restableciese las
p o r pocos instantes á los vencedores. E s - oue han cesado, si no se esforzase a s u a -
t e mismo ejercicio de los derechos de ciu- vizar y abolir por grados todas las otras,
d a d a n o que se llama libertad política, nos y si no fortificase con conocimiento de una
cansaría en breve si no f u e r a medio eficaz asamblea representativa, las disposiciones
d e garantir la libertad civil y la felicidad coercitivas, penales y fiscales que conti*
individual. Asi en último analisis la feli- nuasen reprimiendo la libertad industrial.
cidad pública n o es á nuestros ojos sino
Se conviene bastantemente, en que. Por otra p a r t e , cuando se reclama
la sociedad comenzaría á disolverse al la libertad civil se pide que ningún obs-
momento en que las propiedades, esto es, táculo exterior venga á impedirnos obrar
los productos acumulados dejasen de ser conforme á las determinaciones que h e -
inviolables. P e r o los ataques á la i n d u s - mos tomado, si no son atentatorias á la
tria ó á la facultad de producir, no son persona ó á la propiedad de o t r o .
menos peligrosos, puesto que impiden ha- N o tenemos que t r a t a r de la liber-
cerse propietarios á los que no lo son; y tad considerada en el primer sentido ó
á los que lo son, el aprovechar y poseer bajo el aspecto metafísico; pero como d e -
realmente lo que han adquirido. bemos hablar aquí de la libertad de las
¿; • _ . f . .j ';,• . opiniones, nes importa notar desde luego
CAPITULO IV. q u e un hombre racional no tiene r e a l -
mente la facultad d e determinarse entre
De la libertad de las opiniones. dos opiniones contrarias. Sin duda, antes
d e abrazar la una ó la otra, le ha sido
3 L / a palabra libertad ha d a d o ocasion á posible examinarlas con mas ó menos m a -
•muchas controversias, ya entre los m e t a - d u r e z , considerar la cuestión bajo todos
físicos, ya entre los políticos. Tiene dos sus aspectos, ó solamente .bajo algunos.
Tenemos también poder para no conformar
significaciones muy distintas.
ni nuestras acciones, ni nuestro lenguage á
Por una parte, cuando se dice que
nuestras opiniones, para desmentir ios mas
la voluntad humana goza de una libertad
de nuestros pensamientos por nuestra con-
perfecta, se asegura que entre dos d e t e r -
ducta ó nuestros discursos. Pero tomando
minaciones opuestas puede tomar á su
nuestro pensamiento en sí mismo, tal co-
gusto la una ó la otra, y por consiguiente
mo está en nuestra conciencia, dejpues de
resistir á los motivos y á los sentimientos
una serie dada de observaciones y de r e -
que la inclinan ácia aquella que abraza.
Se conviene bastantemente, en que. Por otra p a r t e , cuando se reclama
la sociedad comenzaría á disolverse al la libertad civil se pide que ningún obs-
momento en que las propiedades, esto es, táculo exterior venga á impedirnos obrar
los productos acumulados dejasen de ser conforme á las determinaciones que h e -
inviolables. P e r o los ataques á la i n d u s - mos tomado, si no son atentatorias á la
tria ó á la facultad de producir, no son persona ó á la propiedad de o t r o .
menos peligrosos, puesto que impiden ha- N o tenemos que t r a t a r de la liber-
cerse propietarios á los que no lo son; y tad considerada en el primer sentido ó
á los que lo son, el aprovechar y poseer bajo el aspecto metafísico; pero como d e -
realmente lo que han adquirido. bemos hablar aqui de la libertad de las
¿; • _ . f . .j ';,• . opiniones, nes importa notar desde luego
CAPITULO IV. q u e un hombre racional no tiene r e a l -
mente la facultad d e determinarse entre
De la libertad de las opiniones. dos opiniones contrarias. Sin duda, antes
d e abrazar la una ó la otra, le ha sido
3 L / a palabra libertad ha d a d o ocasion á posible examinarlas con mas ó menos m a -
•muchas controversias, ya entre los m e t a - d u r e z , considerar la cuestión bajo todos
físicos, ya entre los políticos. Tiene dos sus aspectos, ó solamente .bajo algunos.
Tenemos también poder par2 no conformar
significaciones muy distintas.
ni nuestras acciones, ni nuestro lenguage á
Por una parte, cuando se dice que
nuestras opiniones, para desmentir ios mas
la voluntad humana goza de una libertad
de nuestros pensamientos por nuestra con-
perfecta, se asegura que entre dos d e t e r -
ducta ó nuestros discursos. Pero tomando
minaciones opuestas puede tomar á sti
nuestro pensamiento en sí mismo, tal co-
gusto la una ó la otra, y por consiguiente
mo está en nuestra conciencia, dejpues de
resistir á los motivos y á los sentimientos
una serie dada de observaciones y de r e -
que la inclinan ácia aquella que abraza.
77 ,
flexiones, no es verdad decir que sea l i - le es opuesta: si puede acontecer que ei
bre, que dependa de nosotros en este es- estado actual de mis conocimientos, me
tado, determinado de nuestro entendi- deje incierto y suspenso, entre una y otra,
miento, el pensar de otra suerte que la me atrevo á decir también, que cuanto
que pensamos. E n esto se conviene, á lo mayor sea mi buena fe, razón y actividad
menos, respecto de las proposiciones r e - en el examen, tanto mas pasivo se re en
conocidas por ciertas, y cuya verdad r e - mi ccnviccion, creencia ó d u d a . H a b r é
sulta inmediatamente de la 'naturaleza buscado un resultado, lo h a b r é encontra-
misma de los términos que las expresan, do, reconocido y sufrido, no lo habré he-
puesto que estén bien definidos y bien cho á mi arbitrio. Quizá me sera desa-
comprendidos. N o es libre el matemá- gradable; pero h a b r á cautivado mi enten-
tico en juzgar que los tres ángulos de un dimiento ó provisional ó definitivamente.
triángulo son iguales á dos rectos: no Precisamente, porque las opiniones
está en su poder concebir una opinion no pueden ser libres en el sentido m e t a -
contraria. D i r é del mismo modo, aunque f í i s i c o que acabo de explicar, deben serlo
la materia sea menos rigurosa, que c o n - en el otro sentido, esto es, en no tener
siderando á Mahoma como un impostor, que temer á alguna coaccion exterior.
y á su Alcorán como un conjunto de ab- Obligarnos ó á profesar las que no t e n e -
surdos, obedezco á una convicción í n t i -
mos, ó á disimular las que tenemos, seria
ma, de que de ninguna manera soy á r -
en un particular una agresión tan e x t r a -
bitro: y si sucede q u e sobre otros m u -
ña, que apenas la h a n previsto las le-
chos puntos, la opinion que se apodera de
yes. En este punto, los gobiernos t i r á -
mí, no me parezca mas que probable: si
nicos han hecho mas que imitar á los mal-
siento que podría ser que despues de com-
hechores vulgares: han inventado un ge-
probaciones que no están á mi alcance,
nero de violencia, de que casi no habían
esta opinion cediese su imperio á la que
hallado ejemplar en el curso de las i n i -
quidades privadas. Han pretendido es- hay corrupción ó cobardía en los unos,
clavizar la mas independiente de las f a - inercia ó imbecilidad en los otros, y d e -
cultades humanas, la que nos hace in- gradación de la especie humana en la ma-
dustriosos y capaces d e progresos, y la yor p a r t e . L a nobleza y energía de los
que mueve y dirije á todas las otras. caracteres penden mas de lo que se pien-
Ciertamente pertenece el hombre, en lo sa de la franqueza y de la constancia d e
que tiene de mas personal y mas íntimo, las opiniones. L a p r o v i d a d puede e n g a -
al Señor que le impide pensar y decir ñarse y sabe reconocer süs : errores; pero
lo que piensa. N o hay esclavitud mas no hay que esperar de ella ni compla-
estrecha que esta; y así es necesario para cencia, ni aun demasiada docilidad: aban-
reducir á ella á un pueblo, haberlo su- dona á los cortesanos el talento de p r e -
mergido antes á fuerza de vejaciones y conizar todo sistema que. llegue á d o m i -
artificios en una ignorancia extremada, y n a r : esta lógica flexible, . que sabe siem-
haberlo casi despojado de las facultades p r e ajustarse á las doctrinas que agrada
intelectuales, de que no debe ya hacer á los gobiernos prescribir, no es absoluta-
uso. Si las conserva ó si las recobra, sen- mente de u n uso: sus pensamientos m a -
tira el yugo y se esforzará á sacudirlo. d u r a n y se arraigan en su conciencia i n -
E n un pais donde han penetrado al- mutable, y sus discursos fieles y vivas
gunas luces, la tiranía que obliga p r o f e - imágenes de sus sentimientos, no toman
z a r las opiniones que no se tienen, de- a l g ú n color extraño.
p r a v a cuanto puede á las primeras clases Guardémonos, sin embargo, de con-
d e la sociedad para engañar y encadenar f u n d i r aqui dos cosas realmente muy
á las últimas. Mantiene en el mundo un distintas. Quizá no se querrá forzarnos á
comercio forzado de mentiras. Mientras decir lo que no pensamos: se trata solar
se manda á todos manifiesten creer lo que mente de saber hasta qué punto se nos
muchos n o pueden creer efectivamente, podrá prohibir la manifestación de
nuestros propios pensamientos. V e d a q u í
sobre todo la cuestión que se nos presenta- los depositarios de la a u t o r i d a d y las m a -
para resolver. J . v quinaciones que tienden á t r a s t o r n a r el
Notemos desde luego, que el len-( sistema público establecido. V e d aqui d e -
guaje toma algunas veces el c a r a c t e r d e litos ó crímenes que no son escusables;
otra acción. M a n i f e s t a r una opiriion i n j u - ved, aqui especies <íe opiniones, q u e j a -
riosa á alguna persona, es un acto d e mas es permitido e x p r e s a r , a u n c u a n d o
agresión; y el lastimado, oponiéndose, no por el mas deplorable t r a s t o r n o , se h u -
hace mas que repeler un ataque. L a c a - biesen concebido- como v e r d a d e r a s ó l e -
lumnia y la simple injuria deben ser s e - gítimas; pero también, á mi p a r e c e r , son
veramente r e p r i m i d a s como acciones n o - las-únicas que, sea justo y ú t i l p r o h i b i r .
civas al bien estar y seguridad d e los i n - M e esforzaré á, probar que la libertad d e
d i v i d u o s , y aun algunas veces á la t r a n - todas las demás, debe q u e d a r intacta^ sin
quilidad general. E s también cierto, que t r a b a a l g u n a , - ni f o r m a l i d a d p r e v i a , ni
se coopera á un crimen ó á u n delito, prohibición, o i represión; q u e proscribir
cuando se aconseja, cuando se excita á una.sola d e las demás, v e r d a d e r a , ó falsa,
él,' cuando s e indican los medios de c o - temeraria ó probada^ sana ó n o sana, ino-
meterlo: semejantes discursos son actos d e cente ó peligrosa; condenarla con r a z e n
«complicidad, siempre punibles, si se t r a t a ó sin ella, como contraria á los p r i n c i -
d e atentados e n t r e personas p r i v a d a s , y pios de las leyes, al espíritu- d e las insti -
con mas razón si es amenazado el ó r d e n tuciqnes, á las-máximas, ó á los intereses
público. E l acto en este último caso t o - ó á los hábitos del gobierno, es sujetar
sía el nombre d e sedición; género bajo el entendimiento h u m a n o á una tirania
el cual, están c o m p r e n d i d a s las p r o v o c a - a r b i t r a r i a y poner e n t r e d i c h o á la r a z ó n .
ciones expresas á la desobediencia á las Todos sin excepción llamamos sanas
Veyes, los insultos hechos públicamente á á las doctrinas que p r o f e s a m o s , y no s a -
nas á las que no son las nuestras: estas
ii
palabras, reducidas á su justo valor, j a -
más significan otra cosa. E s t o no quiere des, se opone al desarrollo de las cien-
decir que entre nuestras diversas creen- cias, de las artes y d e todas las indus-
cias no las haya en efecto verdaderas y trias. E n cualquiera época de la historia
falsas, sólidas y fútiles; pero cada uno que se hubiera formado semejante símbo-
de nosotros hace la división como lo e n - lo, hubiera contenido absurdos y repeli-
tiende, á su cuenta y riesgo. Sostener do luces que despues han comenzado á
una proposicion y juzgarla racional, es ilustrar al mundo; y por lo que mira éf
una misma cosa: rechazarla, equivale á la autoridad que ó interpretando este
declararla mal f u n d a d a . Para establecer símbolo, ó de su propio movimiento d e c i -
una distinción constante entre las d o c t r i - diese todas las cuestiones que se suscita-
nas^ buenas y malas, seria necesario á la sen, ó s e n a distinta del poder civil y no
sociedad un símbolo político, histórico y tardaría en dominarlo,-ó confundiéndose
filosófico; ó bien una autoridad e n c a r g a - con él, lo transformaría en un despotis-
da de proclamar según la necesidad en mo absoluto á que todas las personas y
todas materias, lo verdadero y lo falso: todas las cosas estarían entregadas sin re-
quizá serian precisas á un tiempo estas serva.
dos instituciones, tan monstruosas la una
Si no hay un cuerpo de doctriné
como la otra.
pública, ¿cómo sabremos cuales son las
Un cuerpo de doctrina supone q u e opiniones que no nos es permitido pro-
el entendimiento humano ha hecho todos fesar? ¿De donde se sacarán las decisio-
; los progresos posibles, le prohibe todos nes del tribunal ó sanhedrin encargado
los que le restan, traza un círculo al d e condenarnos? A u n cuando él p r e t e n -
derredor de los conocimientos adquiridos diese probar que hemos caído en e r r o r ,
ó recibidos, encierra inevitablemente en ¿qué otra cosa baria sino oponer su o p i -
él muchos errores, excluye muchas v e r d a - nion particular á la nuestra? ¿Y qué jus-
ticia humana ó divina podría darle d e r e -
cho de calificar de delito ó crimen un he. ejercitan sucesivamente, eternos rayos de
cho que no había'sido previsto por al- luz.
guna ley? ' ¿Pero entre los errores no los hay
Cuando se buscan las causas que mas peligrosos? Sí, ciertamente, los hay, ó mas
han propagado y perpetuado el error y bien, todos l ^ s o n . Ningún error por l i -
r e t a r d a d o la v e r d a d e r a instrucción de gero que sea, es indiferente: ninguno hay
los pueblos, se encuentran siempre en las en la física, en la historia, en la filoso-
instituciones, iguales á aquellas de que f í a , en la política, en un género cual-
acabo de hablar. E l entendimiento h u - q u i e r a que no induzca á prácticas p e r -
mano tiende por sí á la verdad, y si niciosas, 6 á la agricultura ó á la me-
n o llega á ella sin© despues d e estravíos dicina, ó á otras artes, ó en fin, á la a d -
y por medio de ilusiones, jamás deja de ministración publica. T o d a ilusión de
volver á tomar el buen cárnico, si no es nuestro entendimiento, toda inadverten-
que la autoridad se aplique ó acierte á cia, todo error cae perniciosamente sobre
cerrárselo. E s llamado á él por la acti- alguna circunstancia d e la vida humana.
vidad misma que ha servido á descar- U n médico que se engaña, abrevia ó
riarlo: su marcha no es ni rápida ni di- atormenta la vida que pretende prolon-
recta; pero con pasos inciertos y vacilan- g a r . L o s teólogos que á mediados del
tes abanza siempre y se mide con sorpre» ú l t i m o siglo disuadían la inoculacien, que
la condenaban por sentencias, decretos y
sa, despues de algunos siglos, el espacio
ó r d e n e s , erraban á costa de muchos m i -
que ha corrido, cuando no ha sido de-
llares de individuos á quienes t e n í a n
tenido ó repelido por la violencia. Va
espuestos á un riesgo de morir m u c h o
perfeccionando la sociedad, aflojando las
m a y o r . ¿Precisaba imponer silencio á es-
cadenas de los pueblos, abriendo los ojos
tos teólogos? ¡Áy! poco faltó para que
d e sus Señores, : y haciendo saltar del se-
ellos lo impusiesen á sus contrarios: p o r -
no de las controversias efímeras que lo
jueces se aplicarían á d i s t i n g u i r diversos
<¡ue desde que h a y medio para proscribir
órdenes de errores para n o prohibir a n -
una doctrina, es siempre mas probable
tes que se cometan, ó r e p r o b a r despues de
que la falsa proscribirá á la v e r d a d e r a .
cometidos sino los mas peligrosos. Este
Despues de todo ¿á quién pertenece p r o -
es siempre un sistema a r b i t r a r i o incapaz
hibirnos el error? ¿Al qué está exento
de exáctitud y de a d m i t i r alguna regla
de él? Pues no h a y ya en E u r o p a mas
invariable ó positiva. Se d i r á que sé ? l i -
que un solo hombre que todavía se atre-
mitaría á condenar lo que es contrario á
va á llamarse infalible. ¿Al que se e n g a -
las leyes ó á la a u t o r i d a d . P e r o estas son
fia como nosotros y quizá mas que noso-
espresiones mucho mas vagas. T o d a provo-
tros? ¡Ah! así es que el e r r o r , enfermedad
cación directa á desobedecer á las leyes*
común, se hace un poder público, y que
todo insulto a la autoridad* es mas que un
bajo el pretesto de librarnos de las ilusio-
error peligroso: es como h e dicho, una
nes, se nos priva solamente de los medios
acción criminal. ¿Pero no os convendrá
d e curarnos d e ellas.
hallar nuestros pensamientos contrarios á
N o , la libertad de las opiniones no la a u t o r i d a d , cuando le dirijimos h u -
existe si es restringida por la condicion mildes consejos? ¿1Contrarios á las leyes
d e no decir sino lo que sea v e r d a d e r o y cuando notamos en ellas defectos, cuan-
útil; con mas razón, si se establecen algu- d o proponemos reformas? D e modo que
nas doctrinas que no sea permitido con- no quedará recurso contra los abusos del
tradecir, si se señalan otras que sea pro* poder, ni remedio contra los mas graves
l i b i d o profesar, ó también si sin tomar- errores de los pueblos, á saber, los que
se la pena de hacer algunas de estas d e - se introducen y envejecen en su legisla-
claraciones previas, se reviste á los jue- ción. Dentro de breve quizá no será ya
ces del derecho de condenar á su gusto permitido raciocinar sobre el estado so-
ios pensamientos que ninguna ley h3bia cial generalmente considerado, porque es-
prohibido. E n vano los legisladores ó los
•tes leyes' del estado, algunas veces se h a
tas reflexiones abstractas terminarán en . querido prohibir toda observación sobre
aplicaciones y parecerán censuras. Sere- las sentencias d a d a s por los tribunales,
mos reprensibles aun alabando en otro aun despues que Voltaire ha mostrado
pueblo un sistema político contrario á con ejemplos brillantes la utilidad de e s -
aquel bajo que vivimos: la mayor parte
tas reclamaciones. A r r a s t r a d o por el í n -
de l a s memorias históricas será sospecho-
teres que le inspiraban las víctimas, V o l -
sa^ y no sé que pensamiento podrá q u e -
taire ha tenido poca consideración á los
dar inocente, "si toca por algún punto á
jueces; pero puede exigirse mas reserva,
las costumbres sociales, á las- instituciones
no tolerarse algún rasgo injurioso á las
pasadas, actuales ó futuras. Sin embargo,
intenciones, al c a r a c t e r y á las personas
¿cómo es que la legislación ha hecho a l -
d e los magistrados. M a s si no fuera p e r -
gunos progresos? ¿cómo succesivamente se
Ha purgado de sus errores los mas b á r - mitido pensar que ellos se han engañado
baros? ¿Por qué se han libertado los s i e r - y advertirles sus errores, no habría a b s o -
vos, abolido el servicio corporal, d i s m i - lutamente medio p a r a libertarlos de los
nuido la desigualdad en las particiones m a y o r e s riesgos d e sus temibles funciones;
hereditarias, casi renunciado á la tortura n o habría temperamento alguno para el
y á aquellos procesos secretos que en enorme poder que ejercen cuando sus sen-
ciertas épocas cometían quizá mas homi- tencias, en materia d e delitos ó de críme-
cidios que los que castigaban? ¿Por qué, nes, no son precedidas de una declaración
sino porque se ha usado algunas veces del de verdaderos j u r a d o s ; no habría remedio
derecho de examinar los motivos y los p a r a sus preocupaciones y sus rutinas; no
efectos de las leyes, de ilustrar á la a u t o - habría en fin, contrapeso para el ascendien-
ridad sobre los derechos públicos y sobre te que ejercen sobre ellos en los tiempos
los suyos propios? d e turbulencias, las maniobras de las f a c -
ciones dominantes.
Lejos de permitirse el exámen de
9l . .
Ignoro también qué ventaja se en- reusándose á las pruebas que tiene n e -
cuentra en prescribir homenages ó un cesidad de sufrir todo pensamiento h u -
respeto silencioso, por ciertos dogmas mano j?ara fijarse en los entendimientos.
políticos, particularmente por los q u e con- E l silencio forzado, es mas bien una
venían al origen y fundamentos d e l po- protesta que un consentimiento; 'y es m e -
der supremo. E n todas partes h a y se- dio deplorable para propagar alguna-doc-
mej es dogmas: cada sistema político trina, encargar ¿ los tribunales la Con-
tier.s ¡,ÍS suyos: los hay para las r e p ú - denación de los que se atrevan á poner-
b l i c a , ya democráticas, ya aristocráticas; la en d u d a . ¡Cuan quimérica es la im-
para las monarquías, ya templadas, ya portancia que da el poder á estos artícu-
absolutas; para las dinastías antiguas, y los de fe política! L a fuerza' del poder
para las dinastías nuevas. L a s comunica- está en los beneficios, en los sentimientos
ciones habituales y rápidas, establecidas que inspira, en la veneración, reconoci-
miento y amor q u e exijen de nosotros sus
hoy entre los países diversamente goberna-
luces, su vigilancia y su e q u i d a d ; y no
dos, debilitan mas de lo que se piensa, los
está seguramente en no sé qué idea v a g a
homenages que recibe y los anatemas que
y misteriosa que pretende darnos de su
sufre cada uno de estos dogmas contradic-
origen. E s descenso el hacerse ídolo, cuan-
torios. Perderán mas y mas, con la fuer-
d o ' e s un poder tutelar y necesario.
za coactiva de que se les q u e r r á armar,
el crédito que obtendrán quizá d e un Sin embargo, despues de haber pres-
eximen, libre d e su v e r d a d : el dogma crito doctrinas, imaginará luego d e t e r -
que triunfase mejor de las objeciones, ga- minar también hechos, é imponer leyes
n a d a por lo menos el substraerse á ellas: aun á la historia: se exigirá de -ella, a
lo menos para algunos de los predeceso-
sean verdaderos ó falsos, constantes ó du-
res del príncipe reinante, el respeto que
dosos, claros ó equívocos, establecen con-
es debido al mismo mientras rema: «e le
tra sí mismos la preocupación mas fatal.
93
J .
obligará á pintar con ciertos colores los t r a d o d e los monarcas, aun cuando h a y a
sucesos, los detalles, los personajes; á con- sufrido mas que ninguno de sus contem-
f o r m a r sus relaciones con tradiciones p r i - poráneos, el yugo d e una ignorancia
vilegiadas, cualesquiera que sean las r e - grosera y calamitosa. Con mas razón se
sultas d e las indagaciones mas exactas encontrarán delitos en todo exámen libre
que pudiera hacer. Se q u e r r á retener en d e los reinados recientes ó de los t i e m -
las tinieblas lo pasado, temiendo que de pos cercanos aí nuestro. Se nos prescri-
ello no resalten luces sobre lo presente; y birá el modo de hablar d e los males que
no se t e n d r á n p o r bien garantidos los han padecido nuestros padres, y de los
abusos actuales, si es permitido señalar que hemos sufrido nosotros mismos.
los errores ó los crímenes d e los potenta- L a seguridad que logra el poder con
dos que y a no existen. Su muerte no h a - tales prohibiciones, es muy engañosa. El
b r á restituido á los hijos y descendientes m a y o r peligro p a r a el seno de un p u e -
de los que ellos han oprimido, el derecho blo que no es y a inculto, está en i g n o -
d e acusarlos libremente: alguna vez no r a r lo que este piensa, en separarse de
bastarán seis siglos para d a r á la posteri- él por una tenebrosa valla de cortesanos;
d a d el derecho d e juzgar d e los malos en no permitirle alguna queja que pueda
príncipes, ó el de apreciar imparcial- o i r , y en clamar contra todos los p r o g r e -
mente á un buen rey: se nos prohibirá sos que él no quiere hacer. E l mismo
mezclar á los homenages debidos á sus vuelve temibles, resistiéndolos, los p r o -
virtudes los lamentos por sus errores, gresos que se hacen mal de su grado, o
por los desastres que estos han ocasiona- sin que lo sepa: mientras que al contra-
do, y de que quizá ha sido él mismo una r i o , de todas las opiniones particulares,
de las innumerables víctimas: v e n d r á des- libremente expresadas y controvertidas,
pues de quinientos años, alguna a u t o r i - no se formaría sino la mas serena, y á
d a d pública que lo declarará el mas ilu¡^ todas luces, la mejor ppinion pública.
E s fácil distinguir la opinion p ú b l i - lo . que ni ha visto, ni comprobado, ni
ca, de aquellas opiniones populares q'ué aun comprendido. L a naturaleza comien-
dominan en el seno de las tinieblas, ó za, y el hábito completa en nosotros aquel
en el de las turbulencias civiles. E n t o - gusto de lo maravilloso, aquella necesidad
das partes hay una porcion mas ó menos de errores que algunas veces vuelve casi i r -
grande de la poblacion, que no sigue sitio resistibles los temores, las esperanzas y los
de muy lejos los progresos del' e n t e n d i - otros afectos ó pasiones que se combinan
miento humano, ni eá afectada por las con el mismo gusto. Por peligrosa que
luces, sino despues que han brillado sin sea esta inclinación, todo indica que p e n -
interrupción en muchos siglos, y entre de de una de.nuestras facultades mas no?
tanto recibe sin examen y por consiguien- bles y mas activas, de la facultad de f o r -
te con entusiasmo, las doctrinas que les mar hipótesis atrevidas y de crear ficcio-
predican los amos que la subyugan ó las nes brillantes ó sublimes, la que se llama
facciones que la a g i t a n . Estas opiniones imaginación, y reglada p o r la razón, me-
populares, conjunto informe de supersti- rece el nombre de genio. P e r o esta r a -
ciones groseras ó de exajeraciones licen- zón, esto es, la facultad d e observar, de
ciosas, sirven de puntos de apoyo á toda p r o b a r , de comparar y de analizar, no
clase de tiranía ó de impostura: son las deja d e ser el único garante, asi de la
mejores garantías del poder a r b i t r a r i o y v e r d a d de nuestros pensamientos, como
del poder usurpado, como las luces lo son de la prudencia de nuestras acciones; y
del poder legítimo, la especie d e opinion designada con la
Nuestras persuaciones tienen dos calificación de pública, es aquella que a d -
fuentes muy diferentes, la imaginación y mitiendo mas los resultados de observa-
la razón» Hay seguramente en la o r g a - ciones precisas, de experiencias seguras,
nización del hombre alguna cosa que lo y de raciocinios exactos, caracteriza á las
dispone á creer en ciertas circunstancias, clases ilustradas de la sociedad.
97 .
Sin embargo, n o por esto formemos ciencias la preside; y para no exponerse
una idea exagerada ó del poder, ó d e la á algún estravio, espera que los p r o g r e -
rectitud de la opinion pública. N o , ella sos estén bien asegurados, antes d e h a -
no es siempre la reina del mundo: tiene cerlos ella misma. El f r u t o que logra con
por contrapeso las fuerzas frecuentemente esta circunspección es no retroceder j a -
unidas de las opiniones' vulgares y del más, no recaer ordinariamente en los e r -
poder arbitrario. Su ascendiente, que no rores de que alguna vez se ha d e s p r e n d i -
d a t a sino desde el momento en que baja do, y abanzar insensiblemente en el cami-
la de aquellas, permanece mucho tiempo no d e los verdaderos conocimientos. Esta
débil, y no crece sino por grados. No m a r c h a , sin embargo, no es bien constan-
siempre sale victoriosa de todos los c o m - te ó visible sino en los tiempos serenos:
bates en que se empeña: tiene necesidad las circunstancias tumultuosas imprimen
d e escoger el terreno, aprovechar las oca- á la opinion pública movimientos violen-
siones, esperar y manejar con destreza sus tos que al parecer la llevan muy adelan-
ventajas. Pero es no obstante i n d u b i t a - t e y la repelen luego muy atras. Se la
ble que hace un siglo es la opinion p ú - v é despues de todo gran suceso, de toda
conmocion, de toda catástrofe, descarriarse
blica una autoridad en la E u r o p a .
en diversos sentidos, ó mas bien se hace
Por su naturaleza tiende á la sabi-
entonces difícil reconocerla: se toma por
d u r í a : bien que por una progresión muy
ella un ruido confuso donde algunos de
lenta. Por mucho tiempo conserva en los
sus acentos se mezclan con los clamores
elementos que la componen, una parte
de las facciones y de las pasiones popu-
mas ó menos fuerte de ideas populares;
lares: estos tiempos son aquellos en que
no se desembaraza de ellas sino poco á
alegándose mas que nunca, menos se h a -
poco, y deja siempre algún intervalo e n - ce escuchar; no tiene en ellos órganos, y
tre sí y las mas recientes conquistas del se conserva on depósito silencioso en los
entendimiento humano. E l genio d e las 13
entendimientos prudentes y en las con-
puéde comprimir, sufocar, y quiza ani-
ciencias puras. P e r o al punto que las t u r -
quilar; pero no se la podría regir. E n
bulencias comienzan á apaciguarse, toma
vano el poder se consume en formarla tal
la opinion pública el curso pacífico de
como la quiere, en modificarla según los
sus progresos: los pasos precipitados y
intereses y las necesidades que él se cría.
despues retrógrados, que parecía haber
L a necesidad y el interés que tiene real-
d a d o , son como si no hubieran s»do: se
mente, es el conocerla bien siempre, y
le encuentra en el punto donde se la d e -
por consiguiente el no poner algún obs-
jó cuando tronaban las primeras tempes-
táculo arbitrario á la manifestación de
tades; pero todavía mas f u e r t e y respe-
las opiniones individuales d e que ella se
table, porque la memoria y el sentimien-
compone.
t o de los males que acaban de esperimen-
E l lenguage es el medio mas o r d i -
tarse fuera de su dirección, prescriben se
nario por donde los hombres se comuni-
la tome por guia. Se sabe mejor que nun-
can sus pensamientos. L a s conversaciones
ca, que hay peligro en hacer menos y ín
privadas son unos de los mayores resor 3
hacer mas de lo que ella pide. Descuidar
tes de la vida social; y por su clandes-
en semejantes épocas de escucharla y se- tinidad, por su movilidad, por su m u l -
guirla, sería, por parte del poder, el col- titud escapan frecuentemente á la v i g i -
mo de la temeridad: sería repeler, no solo lancia y á la violencia, á menos de que
los mejores y mas fieles consejos, sino la la tiranía recelosa no los rodee de t e s -
única salvaguardia digna de confianza. tigos mercenarios y delatores, síntoma
Con habilidad ó audacia se alteran seguro de la mayor y mas profunda d e -
y gobiernan las opiniones populares; pero pravación de los gobernantes y de los
uno de los caractéres esenciales de la gobernados. Pero el hombre ha encontra-
opinion pública, es substraerse á toda di- do el arte de hablar á los ausentes, de
rección imperiosa, es ingobernable. Se la anular las distancias, de dirigir á todos
IOO 101
los lugares y á todos los siglos la espre- el estado de guerra autoriza para la aper-
sion de sus pensamientos. E s necesario tura de las correspondencias secretas, si-
detenernos un instante en el uso mas no cuando el gobierno no es depositario
simple de este arte, esto es, en las cartas habiéndolas cojido á los enemigos. Sin
misivas; porque estas son algunas veces embargo, hay tiempos en que toda nocion
el objeto de una inquisición tanto mas de moral, todo sentimiento de equidad se
odiosa, cuanto que la infidelidad se jun- olvida á tal punto, que los gobernantes
ta en ella con el despotismo. T r a s p o r t a r no cuidan de borrar las huellas de una
estas cartas, no es seguramente una f u n - infidelidad tan vergonzosa: la cuentan
ción del poder supremo, es un servicio descaradamente en él número de sus pre-
d e que hubieran podido encargarse em» rogativas, y cuando les parece bien, se
jactan y se aprovechan públicamente de
presistas particulares, y que no confiamos
estos atentados*. V e d aquí otro síntoma
a l cuidado del gobierno, sino porque su-
de perversidad, que mientras dura, exclu-
ponemos que no q u e r r á abatirse al nivel
y e toca esperanza de garantías individua-
de los mensajeros infieles. Sea lo que fue-
les; porque los que nos reusan la que
re, comisionado, correo, empleado, a d -
compramos aparte, cada vez que pagamos
ministrador ó ministro, desde el momen-
ó hacemos pagar el porte de una carta,
to en que se ofrece trasmitir á quien van
no pueden estar dispuestos á concedernos
los pagos cerrados, y sobre todo, cuando alguna otra.
se recibe por este servicio un salario su-
perior á los gastos que ocasiona, está Pero el arte de escribir se ha esten-
evidentemente obligado á no abrirlos, y d i d o á mucho mas de los intereses p r i -
por dura que sea la palabra picardía, es vados y las correspondencias epistolares.
aun la única que conviene en toda hipó- Cria y explica las ciencias, ilustra todas
tesis y en toda circunstancia á la viola- las artes, afirma las bases y perfecciona
ción d e un empleo tan sagrado. N i aun todos los detalles de la sociedad: ejerce
103
102
licidad de los pueblos. L o que hay de cier-
sobre la opinion pública, ya sea que la pre-
to es, que los anatemas contra los autores
venga y la prepare, ya que la propague
han causado muchas desgracias privadas,
proclamandola, una influencia siempre sa-
sin contener el curso general de las luces.
ludable, porque por sí misma no tiene
Desde Homero hasta Chenier una larga sé-
fuerza sino por las luces que d e r r a m a . Si
rie de obras admiradas ó censuradas,
se descarria, no seduce sino un corto nú- aprobadas ó proscritas, h a n extendido
mero de hombres, ó no inspira mas que diversamente la razón humana: y si se r e -
un entusiasmo efímero: solo en favor de gistra la historia entera de los esfuerzos
la verdad puede hacer impresiones vivas d e la autoridad contra el arte de escri-
y durables en la parte ilustrada da una bir, se ve en suma, que no han logrado
nación. E s , sin embargo, cierro que desde mas que degradar y debilitar á la mis-
que este arte existe, y especialmente en ma a u t o r i d a d .
las épocas que mas ha brillado la auto-
Hace tres siglos y medio que un
ridad, por un error fatal se ha mantenido
nuevo arte vino á asociarse al de escri-
siempre en un estado de hostilidad c o n -
bir para diseminar indefinidamente las
tra él, lo ha amenazado, atormentado, en*
producciones: ha llenado á la E u r o p a d e
grillado, cuando no ha podido corromper-
libros é introducido las luces en todas
lo. Algunos dicen que el genio debe á las las habitaciones, algunas veces aun en las
persecuciones su energía y sus triunfos; cabanas y hasta en los palacios. D u r a n t e
pero yo dificulto que hayan hecho tanto los cuarenta años primeros de la i n d u s -
bien al arte d e escribir, cuanto mal á tria tipográfica, no se pensó en ponerla
los grandes escritores, y á las a u t o r i d a - trabas; apenas se tomaban las precaucio-
des imprudentes que se han armado contra nes necesarias para asegurar á los a u t o -
ellos. Valdría mas para todo el mundo, que res, editores é impresores, la propiedad
el poder no pusiese algún obstáculo á unos d e s ú s trabajos. P e r o en i y o i , un Papa
trabajos esencialmente consagrados á la fe-
llamado Alejandro V I , instituyó la cen-
tender el anatema á los censores que los
sura de los libros, prohibió publicar a l -
habían aprobado. Para tener la imprenta
guno sin la aprobación de los prelados, y
y la librería encadenadas aun mas estre-
ordenó recoger y quemar toda obra que
chamente, se ha fijado con frecuencia el
no hubiera obtenido ú obtuviese aquella número de libreros y principalmente el
aprobación. Este breve de un P a p a , cuya da impresores, poniendo para unos y otros
memoria ha quedado difamada por otros directores generales é inspectores parti-
títulos, ha servido y sirve aun de p r o t o - c u l a r e s encargados de vigilar sobre todos
tipo á todos los actos arbitrarios legis- lo* movimientos del comercio de libros.
lativos y administrativos, dirigidos con-., Este extraño régimen se ha mantenido al«
t r a el arte de imprimir. N o es este lugar gunas veces, aun en épocas en que la a u -
para trazar la historia detallada d e esta toridad fingía desistir del exámen previo
tiranía; pero ved aquí sin distinción d e de las obras, contenta con poder á su
países ni de épocas el cuadro general arbitrio detener la publicación, confiscar
d e sus empresas. Cuanto ha podido, h a los ejemplares, juzgar de las doctrinas,
exigido que los manuscritos para darse á condenar á los autores, y con necesidad
la prensa fuesen sometidos á una censu- ó sin ella, á los impresores y libreros.
ra previa, que fuesen oficialmente leídos, Ya se ha pretendido que el derecho de
anotados y mutilados por censores p a g a - reprimir los abusos llevaba consigo el cíe
dos á sus expensas; en lo que entre otras prevenirlos; ya se ha declarado que la
ventajas hallaba la de hacer pagar los represión comenzaría desde el instante
permisos de i m p r i m i r , ó como ella los llar en que se hubiera emprendido imprimir,
maba, los privilegios. Además se reserva- y que el autor, librero ó impresor que pi-
ba la facultad d e proscribir en caso n e - diese y no obtuviese permiso de publicar,
cesario aun los libros cuya publicación habia por esto mismo publicado. E n con-
había permitido formalmente, salvo el ex« secuencia, se embargaba un escrito antes
*4
io7
.de todo principio de publicación, y el im-
niones que juzgase á propósito extender,
presor, el librero y el autor eran lleva-
y quizá las injurias personales con que
dos, no delante de jurados, sino de jueces
le conviniese oprimir á sus víctimas; re-
c!e segundo 6 tercero orden, los cuales se-
teniendo asi bajo su dependencia á los
gún.el agrado de sus superiores, repro-
propietarios y redactores de todo p e r i ó -
baban las doctrinas, las teorías, los sis-
dico, substituyendo sus intereses á los
temas, y condenaban á una pena mas 6
de ellos y la responsabilidad d e los mis-
menos grave, 6 á muchas penas s un tiem-
mos á la suya. Su m e n o r pretensión h a
po, á los que hablan intentado someter
sido exigir de ellos cauciones considera-
sus opiniones personales al e x a m e n del
bles: como si nó se tratase de empresas
púbiico. E n fin, se ha desmentido el sen-
puramente privadas, y como si hubiese
tido natural d e las palabras, y trastor-
lugar para pedir semejantes prendas á
n a d o el lenguage, cuanto era necesario
los q u e no son administradores ni deno-
para que la representación fuese de h e -
sitarios de fondos públicos, y cuya p r o -
cho equivalente á la censura p r e v i a , ó
fesión no puede comprometer g r a v e m e n -
aun mil veces mas terrible. Sin embargo,
te á un gran número de fondos p a r t i c u -
|ouién lo creería? tantos medios a r b i t r a -
lares.
ríos aun no han aquietado ni satisfecho
al poder: mas de una vez se h a reser- Trescientos años ha que se usan es-
vado además la dirección inmediata, casi tos diversos manejos, ¿y cual es el f r u t o
la propiedad de cierta clase d e escritos, que se ha logrado? H a n sido a r r u i n a d a s
el derecho exclusivo de autorizarlos, y los impresores y los libreros; se ha ator-
por decirlo así, de hacerlos él mismo, ó mentado, proscrito é inmolado á los es-
por lo menos de quitar lo que n o le agra- critores; se ha hecho expiar á los talen-
dase y de insertar lo que quisiese; de tos y al genio los beneficies que se e s f o r -
p u b l i c a r e n ellos, sin dar la c a r a , las opi- zaban á verter sobre la especie humana;
se han quemado los libros, ios autores y
\05 lectores; ¿pero el público, se ha ilus- mete sino desde el momento en que no
t r a d o roas? ¿se ha triunfado de los pro- se permite objecion alguna contra ellas.
E n general, el entendimiento humano no
gresos de la razón? ¿se ha impedido el
se asegura sino de las cosas de que h a
m e l ó del pensamiento? ¿la verdad ha si-
d u d a d o y que ha aclarado libremente.
tio desarmada? Sin duda que nó, puesto
L o s errores que no han sido disipados
que tadavia se trabaja en ello. ¿Quién
por la razón, ¡o son mucho menos cuan-
ignora que en el curso de estos tres si-
d o una sentencia los condena: obligarnos
glos, y principalmente en el último, los
á disimularlos, no es absolutamente curar-
conocimientos no han cesado de extender*
nos de ellos, sino volvernos mas enfermos.
se y depurarse, la opinion pública de acla- H a y errores muy graves que solo han
rarse y alentarse? Las censuras cayendo hecho progresos porque jurídicamente se
sobre obras excelentes y algunos malos li- les ha declarado capaces d e hacerlos. E l
bros, han recomendado aquellas y estos; débil brillo que queda á algunos libros
y estarían ya olvidadas si no fuesen tí- perniciosos, no es mas que la débil luz
tulos de celebridad literaria. E n efecto, d e los braseros encendidos en otro tiem-
es natural pensar que la autoridad no po para quemarlos.
proscribe sino lo que no tiene esperanza
Asi todas estas prohibiciones y con-
de r e f u t a r . Esforzandose en inspirar res-
denaciones, impotentes contra la v e r d a d ,
peto por algunas opiniones, no permitien-
inútiles á la impostura que las pronuncia,
d o se las contradiga, hace sospechar que
no acreditan de errores, sino los que por
se desiste de establecerlas por las vias
casualidad ameBazan ó hieren. Sin f u n d a -
legítimas de la instrucción. ¡Ah! el exa-
mento, pues, se obstinarían en mantener
men no pone á la verdad en peligro: las este régimen contra las garantías sagra-
doctrinas que son en efecto ciertas 6 ra- das, contra el arte mas benéñco, contra
cionales, lo parecen mas despues que han la industria mas preciosa. E l que siga la
sido discutidas; su crédito no se compro-
historia de las travas puestas á la prensa hayamos descubierto ó que podamos d e s -
desde i y o r , reconocerá que s o l o han cribir.
sido imaginadas para sostener el caduco Cuando los que repelen la libertad
imperio de la mentira, y para encadenar d e la imprenta, quieren ser sinceros, ved
a la razón humana: el fin es vergonzoso, aquí lo que nos dicen en confianza. » L a s
pero es un oprobio no haber podido lo- «instituciones actuales penden de c i e r -
grarlo con el sacrificio d e tantas víctimas. » t a s opiniones que no sufren el examen,
T o d a s las verdades, excepto las que se- « de preocupaciones útiles á las clases
rian injurias personales, es b u e n o que se » e l e v a d a s , contrarias á los intereses d e
digan: y l a máxima trivial que dice lo la multitud. Someter estas preocupacio-
contrario está vacia de sentido, ó lo que ».ttes á una discusión libre, es perjudicar
es lo mismo, significa que hay tinieblas » á los que se aprovechan d e ellas, a g i -
luminosas, y necedades racionales. ¿No i> tar á los que comprimen, y turbar e l
es la sabiduría, el bien estar, y la feli- » r e p o s o de unos y otros. Semejantes d e -
t> bates no traen mas que discordia y
cidad á donde debemos dirigirnos? ¿y po-
»? desorden: desde el momento que no se
demos ser conducidos de otra suerte, que
» i m p o n e el silencio, reina la licencia y
p o r la verdad, aclarando cuanto cabe,
» no la l i b e r t a d . w
todos los pasos de nuestra r u t a , todos
los detalles de nuestra vida, los elemen- Los que hablan de este modo, t i e -
tos de todos nuestros conocimientos, y nen una idea m u y falsa de la sociedad
sobre todo, de aquellos cuyo objeto es el en general, y particularmente de las i n s -
órden social? ¡Ay! Son muchas las verda- tituciones actuales. Ya pasó el tiempo en
que los establecimientos políticos se f u n -
d e s que se escapan aun, y se escaparán
daban sobre vanas y necias p r e o c u p a d o -
p o r largo tiempo de nuestra vista: no es-
nes: existen en muchos grandes estados,
tamos seguramente tan ricos de ellas para
leyes fundamentales, que dan á los g o -
renunciar de intento alguna de las que
biernos bases mucho mas seguras, a s a - pacífica que puede escucharse. Lejos d e
ber, la moral, los intereses comunes á provocar turbulencias, previene y c o n -
todos los miembros de la sociedad, á t o - jura las tempestades que tarde ó t e m -
das las familias y á todas las clases. L a s prano nacerían de la disonancia funesta
mas elevadas de estas, son hoy las que entre las leyes constitucionales y los h á -
deben tomar mas el imperio de aquellas bitos administrativos. Ciertamente, si no
preocupaciones que se cree serlas tan ú t i - queréis la libertad de la industria, la segu^
es. Porque este imperio circunscribe su ridád de las propiedades, ni la seguridad
libertad, mientras dura; y desde que se dé las personas, no es necesario que la
conmueve, son al punto comprometidas imprenta sea libre; pero si nos concedeis
sus posesiones y su seguridad. E l yugo sinceramente estas garantías, pensad pues,
de. los errores que n o se abrazan, se hace que-es imposible subsistan en un pais en
siempre gravoso: compromete mas que 'que la facultad de publicar las opiniones,
proteje á los hombres distinguidos: lo tyiede sometida á tantas trabas. N o , vos
soportan con tanta impaciencia que son n o teneis realmente interés en cautivar
los primeros en sacudirlo, á pesar de los riuéStros pensamientos, sino en tanto que
peligros particulares que corren cuando lo toméis en disponer arbitrariamente de
se rompe; y bien presto los puestos emi- nuestros bienes, de nuestra industria y de
nentes que ocupan, son envueltos en la nuestras personas.
decadencia de los errores que al parecer
los sostenían. '' --í; Nos habíais sin cesar de la g r a n d í -
sima dificultad de una ley sobre la liber-
L a verdad
. seria en efecto temible, t a d . de la imprenta; y es que en efecto,
si tuviese que pedir la renovación de las esta libertad es quimérica, é imposible en
instituciones fundamentales; pero cuando ciertas hipótesis de que no quereis salir.
no le resta que reclamar, sino la conser- E s imposible mientras subsista bajo
vación d e su imperio, su voz es la mas cualesquiera nombres y formas una direc-
ti'f
d o n general de la imprenta y de la aquella palabra un sentido preciso, y no
breria; mientras que estas dos industrias pudiendo jamas ser destinada, sino á s e r -
no sean abandonabas á sus propios m o - vir de pretesto á odiosas persecuciones,
vimientos, quedando sí, como, todas las y á condenaciones arbitrarias.
©trfs, sujetas á las leyes, generales, que E s imposible, en fin, si los jurados,
reprimen los. fraudes. - r' asi de acusación como d e sentencia, no
E s imposible, si h a y , si puede h a - intervienen siempre para determinar, r e -
ber, una-censura preliminar, un examen conocer, comprobar, declarar el hecho
previo de un escrito, antes que ó se;im- de sedición, de calumnia ó de injuria.
prima ó se ponga.,en ventay s & ^ n ^ q m i Salid una vez de estas hipótesis, y
E s imposible, si hay una doctrina esta ley q u e ofrece, según decis, tantas
mandada y una doctrina -prohibida; dificultades, se encontrará del todo hecha,
engañándose por un mal raciocinio sofej^ si vuestro código penal ha definido bien
un arte ó ciencia, se corre otro riesgo las provocaciones sediciosas ó criminales,
.que el de ser refutado. - 0 ;¿ la calumnia y la injuria, tanto verbales
E s imposible, si no está bien reco? como escritas é impresas.
nocido, jue la- injuria, la calumnia, cJa E n io que concierne á la calumnia
provocacion directa á un crimen, y á la injuria, ni la ley ni los jurados,
ticularmente á la sedición,, son los.cqn¡*- sabrán ser demasiado severos. Si se lle-
cos delitos ó crímenes de que un autor, gara a lograr que nó quedase impune
ó por su defecto el librero ó el im- algún crimen ó delito de estos dos g é -
presor, puede . ser jurídicamente respon- neros, se haría el mayor servicio á los
. sable. . ^ M i b s a i a so L-sj-^-dil «U»- particulares, al estado y á las tetras: á
Es imposible, si la palabra indirecta los particulares, porque su honor y repo-
.se emplea eiv las leyes relativas á estos so no estarían expuestos á los atentados
crímenes ó a . estos delitos; no teniendo del primer libelista; al estado, porque
1 , 7
las sátiras personales atizan y encienden n
)as discordias en su seno, fomentan las cicio d e los poderes. Si la autoridad es
revoluciones, mantienen ó renuevan, las usurpada ó tiránica, la sedición, sea el
inquietudes; y en fin, á las letras, p o r - que fuere el nombre que tome, es una
que aquella licencia es su oprobio, y no g u e r r a , y los que la emprenden corren
puede honrárselas mejor que preservando- los riesgos. Si la autoridad es legítima,
las d e tan funesto y vergonzoso descar- los que la atacan cometen contra la s o -
rio. N o veo algún motivo d e indulgen- ciedad entera el mas enorme atentado.
cia, para el autor de algún escrito c a - E n todos los casos, la rebelión tramada
lumnioso ó injurioso. ¿Quién lo obligaba ó consumada, es reputada crimen, cuan-
á hablar de las personas? ¿qué derecho d o n o sale victoriosa; y todos los actos,
tenia sobre la reputación moral de un comprendiéndose en ellos los escritos e
hombre vivo? ¿y por qué habrá de ser impresos que han podido inclinar ó con-
mas permitido imprimir palabras insultan- c u r r i r á ella, son punibles.
tes, que proferirlas á viva voz en un lu- Teniendo la seducción por su n a t u -
gar público? raleza, un blanco directo y actual, es im-
posible, si no se hace de intento, e x t e n -
Lejos de creer que se deba menos d e r su caracter á simples doctrinas polí-
consideración á los magistrados, á los de- ticas, aunque sean erróneas y peligrosas;
positarios 6 agentes de la autoridad, pien- á reclamaciones contra abusos reales 6
so al contrario que las calumnias ó las pretendidos; ó proposiciones de reforma;
injurias d irijidas contra los hombres p ú - en una palabra á obras ú opúsculos p u -
blicos, tienen mas ó menos , un caracter ramente teóricos. Los jurados no son lla-
sedicioso que agrava el deli to ó el c r i - mados para juzgar de sistemas: una deci-
men. L a seducion es un acto>> directamen- sión doctrinal no seria menos ridicula,
t e atentatorio al imperio de i'as leyes, á d a d a por ellos, que por los doctores de
ia conservación del gobierno, y al e j e r - la Soborna, por los consejeros de los
parlamentos, 6 por los encargados d e las prenta, no resta mas que tomar los me*:
oficinas. E l publico soló es al q u e está diqs de a p r e n d e r indefectiblemente a l
reservado rechazar ó adoptar las o p i n i o - hombre que se hiciere responsable. Este
nes particulares. P e r o los j u r a d o s com- hombre es el autor d e l escrito en que se
p r u e b a n y declaran los hechos d e sedición, han. cometido; y por defecto d e un a u t o r
como los de calumnias é injurias ( i ) . nombrado, conocido y domiciliado, lo es
E s t a n d o determinados p o r una ley el librero ó el impresor. T o d a obra d e -
precisa, los crímenes ó delitos d e la i m - O O*-; B03 ' _ • .•• íjsq U 103UC
lamente imposible impedir hoy la circula?
(r) Repugna hacer mención de otro gé- ciot}. Pero la Italia en eL-siglp x f y . l i q
nero de malos libros, y quizá no seria ne- Visto, nacer ,abominables .producciones, .^ue
cesario designarlo en las leyes de un pueblo effflgue prphjbjdas, _ circulaban.. cmoda^ent^
libre, á cuyo seno las instituciones sabias y q V}ista de-alos:.prelados, algunas veces ent$^
'garantes traerían la nobleza de sentimientos yus. marioj^y¡ de ellas se han.hecho enotraf
y la pureza de los costumbres: los libros obce- lenguas-tradiciones^ infames. Éste .es un des*-
nos no se derraman sino en los pueblos de- PP ser
-tolerado. .en un p ais
gradados por hábitos serviles. 'Por otra .culto.. Es nfcetario que la autoridad pueda
parte, podrían encontrarse algunas dificul- impedir inmediatamente la. exposición púf
tades para caracterizar hien esta especie de Tjjjg.fi y la distribución '4?. estas torpezas.,
libros, para distinguir ciertas producciones vpero sin que resulte alguna persecución- ju?
pòco severas, en que las gracias en la ex- dicial contra las,personas^ al .menos de que
presión., parece templan la licencia de las no reclame^ expresamente ...tontra elembfirr
ideas. La Forttaine, Voltaire, Parny y otros go\ en este caso pertenecería ' aun á los: ju-
- escritores han publicado obras de esta clase; rados reconocer.el hecho de obcepidai^ y por
y cualquier a que sea el rigor de las sen- . su..declaración Jos. distribuidores .serian, sop-
tencias que quieran darse, se ha hecho cier- ' denados á'multas muy fuertes.
berá pues, p a r a ser lícitamente p u b l i - no lo están todáviá: represión de las ac*
cada, distribuida, puesta en venta, llevar ciones criminales, pero libertad ilimitada,
el nombre del impresor, á fin de que este, para manifestar sus opiniones de viva voz
responda en el caso en que no haya j u n - por escrito y por la prensa.
t a d o con su nombre del de un librero- E n las raras épocas en que ésta li-
feditor, ó del del autor mismo; y también bertad habia comenzado á establecerse,
éñ' el caso en que esté indicado como el recurso de sus enemigos fue procla-
autor un personaje ficticio, no conocido ó marla en efecto ilimitada, y abusar de
sin domicilio. Tampoco n a d a impide que esta palabra, extendiéndola hasta la im-
la autoridad exija que despües de la im- p u n i d a d absoluta d e la calumnia, y de la
presión d e todo libro ú opúsculo, se sedición. E n breve aquellos á quienes
oc'úrra, no á pedirle permiso para publi- nada contenia, se entregaron á tales e x c e -
carlo, lo que seria muy absurdo, sino á sos, que para prevenirlos, se restablecie-
advertirla que se publica. Esta forzosa ron poco á poco todas las trabas que h a -
"declaración, y la deposición, entrega v o - bían encadenado á la imprenta; con esta
luntaria dé un ejemplar en íá principal diferencia, que-ei poder arbitrario ha ha-
biblioteca pública, t e n d r á n dos efectos: llado arte para conservar en su p r o v e -
el primero, hacer constante la propiedad cho el desenfreno, destruyendo la liber-
literaria del : a u t o r ó deí librero; y el s e - t a d . Al tiempo que prohibia raciocinar
gundo, indicar la persona responsable, si sobre los intereses públicos, dejaba com-
en un término limitado se viene á descu- pilar diccionarios de calumnias, y de i n -
brir que hay en el impreso crimen ó d e - jurias personales. Algunas veces i m p o r -
ta muy poco al despotismo que el f u r o r
y el delirio se desaten, con tal que la
E u una palabra, proceso y sentencia
razón calle. L o s desórdenes le minis-
si h a y lugar, de los escritos publicados;
tran pretestos contra ella; no lo alarma
pero ningún examen previo de los qiíe
sino el bien q u e la misma querría
ya sea que el estado se encargue tambiea
h a c e r : teme mas a l espíritu de las leyes, al de pagar los ministros, ya sea que no se
emilio, al ensayo sobre las costumbres de encargue.
las naciones, que á los pasquines de los
Algunas veces, en fin, todas las reli-
d e la liga ó de la fronde. S¿be que la- giones han sido indistintamente admitidas
libertad de la imprenta no solo seria una sin privilegio, ni gasto público por al-
garantía individual, sino que a d q u i r i r í a guna.
la fuerza de una institución publica, y
N o tenemos que hacer alguna obser-
bastaría casi sola para la conservación vación particular sobre este tercer siste-
inviolable de todas las otras g a r a n t í a s . ma; establece inmediatamente la libertad
de conciencia. E l primero la destruye r a -
CAPITULO V. dicalmente; y el segundo puede m a n t e -
nerla si no se altera, si los privilegio a
Continuación de la mima materia. que concede á un solo culto, no tienen
consecuencias contra el libre ejercicio d e
J L . / a s leyes relativas á los cultos r e l i - los otros, ni contra la perfecta indepen-
giosos pueden dividirse en tres sistemas. dencia de las opiniones en materias r e l i -
U n i r una religión a las instituciones p o - giosas. Estas opiniones, despues de todo 9
líticas. de un pueblo, mandar á todos los entran en el número de aquellas de que
habitantes la profesen, y prohibirles todas acabamos de hablar; y si el capítulo p r e -
las otras. H e aqui el primer sistema, el cedente nos deja alguna cosa que decir
cual ha estado en uso por mucho tiempo. en este, es en razón d e la influencia p a r -
O t r o consi te en designar una reli- ticular que la intolerancia religiosa ejerce
gión c o n o del estado, y en mantenerla sobre la suerte de los pueblos.
d e cuenta del tesoro público; p e r o p e r - Tenemos, pues, que demostrar por
mitiendo el ejercicio de los otros cultos, una p a r t e , cómo el primero de los tres
sino el bien q u e la misma querría
ya sea que el estado se encargue tambiea
h a c e r : teme mas a l espíritu de las leyes, al de pagar los ministros, ya sea que no se
emilio, al ensayo sobre las costumbres de encargue.
las naciones, que á los pasquines de los
Algunas veces, en fin, todas las reli-
d e la liga ó de la fronde. S¿be que la- giones han sido indistintamente admitidas
libertad de la imprenta no solo seria una sin privilegio, ni gasto público por al-
garantía individual, sino que a d q u i r i r í a guna.
la fuerza de una institución publica, y
N o tenemos que hacer alguna obser-
bastaría casi sola para la conservación vación particular sobre este tercer siste-
inviolable de todas las otras g a r a n t í a s . ma; establece inmediatamente la libertad
de conciencia. E l primero la destruye r a -
CAPITULO V. dicalmente; y el segundo puede m a n t e -
nerla si no se altera, si los privilegio a
Continuadon de la mima materia. que concede á un solo culto, no tienen
consecuencias contra el libre ejercicio d e
J L . / a s leyes relativas á los cultos r e l i - los otros, ni contra la perfecta indepen-
giosos pueden dividirse en tres sistemas. dencia de las opiniones en materias r e l i -
U n i r una religión a las instituciones p o - giosas. Estas opiniones, despues de todo 9
líticas. de un pueblo, mandar á todos los entran en el número de aquellas de que
habitantes la profesen, y prohibirles todas acabamos de hablar; y si el capítulo p r e -
las otras. H e aqui el primer sistema, el cedente nos deja alguna cosa que decir
cual ha estado en uso por mucho tiempo. en este, es en razón d e la influencia p a r -
O t r o consi te en designar una reli- ticular que la intolerancia religiosa ejerce
gión c o n o del estado, y en mantenerla sobre la suerte de los pueblos.
d e cuenta del tesoro público; p e r o p e r - Tenemos, pues, que demostrar por
mitiendo el ejercicio de los otros cultos, una p a r t e , cómo el primero de los tres
.sistemas que hemos distinguido, es siem- las sectas diversas de cada una de ellas
pre funesto; y por otra, cómo el segundo y entre las subdivisiones indefinidas de
puede conciliarse con la libertad. cada una de estas sectas, solo hay una
1. Por lo general, las religiones no excepción que hacer: todo el resto es ido-
se limitan á la pura teología natural ó so- latría, impiedad, blasfemia, ó por lo me-
brenatural, esto es, á los dogmas concer- nos e r r o r , descarrio, desórden. Todos los
nientes á Dios, al alma y á la vida f u - pueblos antiguos, excepto uno solo, han
t u r a . Sucede casi siempre que imponién- abrazado religiones mentirosas ó defec-
donos muchas otras creencias históricas, tuosas; y nosotros consideramos aun hoy
como tales, las que dominan en casi toda
cronológicas, astronómicas, políticas y fi-
el Asia, en gran parte del Africa, en
losóficas, pretenden encerrar y cautivar
g r a n número de estados europeos y a m e -
los conocimientos humanos en el círculo
ricanos. Asi cuando se considera la s o -
que han trazado; y como no existe, ni
ciedad bajo el aspecto general que p r e -
puede existir religión alguna que no se
senta la historia de todos los tiempos y
llame la v e r d a d e r a , como todas ellas pue-
d e todos los lugares, se ve uno obligado
den, por este título armarse de una auto-
á convenir en que el sistema que prescri-
ridad sagrada para impedir los progresos be un solo culto y que excluye todos los
que ía sociedad quiere hacer, se sigue otros, ha extraviado á la razón, viciado
que cuando ejercen en efecto este impe- las instituciones políticas, esclavizado y
rio, a l que es muy r a r o no aspiren, se depravado los hombres sin honrar segura-
acabó la .libertad del pensamiento, y por mente á la divinidad, pues al contrario,
consiguiente de todas las garantías so- ha forzado con mucha frecuencia' á des-
ciales. conocerla, desfigurarla y ultrajarla.
Sin embargo, excepto una, todas las
religiones son falsas. Así, entre las re- Aplicado este sistema á la religión
ligiones principales ya numerosas, entre v e r d a d e r a , no por eso se mejora. Desde
luego hace se la ponga en d u d a , pues s u - sido concluido; pero cada u n o puede bus-
pone que se tiene necesidad de ser e s t r e - car los elementos en la historia, cuyas
chado corporalmente para creerla v e r d a - páginas ensangrientan. M e parece que
dera, y que no brillaría bastante con la los espíritus rectos y los corazones s e n -
luz de sus pruebas y de su d o c t r i n a . E n sibles, no deberían tener necesidad de al-
segundo lugar, la despoja, cuanto es de guna otra lección para a p r e n d e r á r e s p e -
su parte, de los caracteres de justicia y tar todas las creencias y todas las i n c r e -
mansedumbre que debe tener para s e m e - dulidades.
jarse al Dios que adora, la reviste de las
Observando de cerca á los hombres
armas de la tirahia, y la transforma en
intolerantes, se les distingue en t r e s e s -
un poder exterminador. E n fin, la pone
pecies. Algunos arrastrados por un e n t u -
en contradicion con la seguridad indivi- siasmo ardiente, por los hábitos que lo
dual, con la energía de las facultades producen y alimentan, obedecen, p e r s i -
humanas, con la franqueza de las relacio- guiendo á los movimientos d e una c o n -
nes sociales, y con los intereses y con- ciencia ciega, sincera é intratable. Otros
diciones positivas de las asociaciones po- fatigados con sus propias d u d a s , que ocul-
líticas. tan y hacen callar, se irritan contra los
Lucrecio se quejaba enérgicamente que las fortifican expresándolas. M a s hay
de las atrocidades cometidas á nombre de en tercer lugar, otros intolerantes mas'
la religión. ¡Qué hubiera, dicho, si la formidables, que libres de toda creencia
historia de los siglos posteriores hubiera y de toda conciencia, no sostienen bajo el
podido presentarse á sus ojos! Se ha co- nombre d e doctrinas sino sus propios i n -
menzado muchas veces la numeración de tereses. A cualquiera que en materia d e
las victimas inmoladas por la intolerancia religión no hablare su lenguage, porque
en las cuatro partes del mundo. Este este no es mas que un lenguage, lo p r o s -
inmenso y lamentable cálculo, jamás ha cribirán a un tiempo como agresor de
p e r v e r s i d a d . - Saben á q u é peligro se e x -
8 « posesiones, y como censor d é sus a r - pone ¡la sociedad cuando se,• quiere que
terías. Mas tranquila y mas metódica que todo sea a s t u d a j ficción, simulacro en las
las precedentes, esta tercera clase de p e r -
costumbres d e las clases instruidas; que
seguidores es d e cuatro siglos aca la mas
las caras sean más:aras; las opiniones, p a -
numerosa y la mas poderosa. L a segunda
peles; y las conversaciones redes. Pues
nunca ha sido sino auxiliar; y la primera
tales son los efectos mas inocentes de la
reducida á este papel, representaba otro
intolerancia en un país donde por los pro-
mas activo en la media edad. T o d a s t i e -
gresos de las ciencias y de las artes, el
nen necesidad de auxiliarse mutuamente:
entendimiento humano se ha aventurado,
á' las dos primeras podría faltar prudencia
extraviado ó adelantado en caminos d i v e r -
y aun malignidad; la tercera dirige la in-
quietud y el zelo, que aquellas dan las sos, donde del seno de las sectas antiguas
se haB levantado y perpetuado á pesar
perse ? usiones ó escrúpulos que esta no
del brillo y el rigor de los anatemas, m u -
tiene. . chas sectas nuevas, teológicas y filosófi-
M a s todas tres tienen por contrarios
cas, scepticas ó crédulas, zelosas ó pací-
entre los hombres religiosos, á los que á ficas. E s indudable que en tal sociedad
una convicción reflexiva juntan las luces existe en materia de religión gran v a r i e -
del entendimiento, y la rectitud y bondad dad d e sentimientos, y que la violencia
d e corazon. Estos saben que no hay mas que condenaría á disimular todas las d o c -
utilidad que justicia en exijir del que no trinas, excepto una, no contribuiría ni á
cree un lenguage hipócrita y unos h a b í -
a r r a i g a r , ni á propagar esta.
tos mentirosos: saben que toda impostura
Esta violencia, cuando han querido
es irreligiosa, qne el disfras degrada: que
establecerla, ha exijido persecuciones
si el error y la incredulidad son desgra-
atroces, que no podemos ver sin h o r r o r .
cias proscribir por devocion es frenesí,
Se- había inspirado á los creyentes un f a -
y perseguir sin creer, el colmo de la 1
7
igpn
naíismo que" ieHparecia n w | | t o n d a d , su justicia son >reáegatfes al c i e -
sencillo que l a h e r e g i a ó la incredulidad, lo; y la ticafria? <el Dios- i 'de; la tierna,
sé expiasen-eo las llamase-tos proscritos ¡sea que e;l pñdsT civil y.' ©fcfsacerdoaio'jse
no e x c i t á b i r Ínteres, sino cuando parecía -confundan en una sola aiñoo-idad. supref-
dudoso qué-hubiesen "profesado efectiva« -ma, sea que divididos, á, la-vez cómplices
mente las opiniones condenadas; desde' y rivales, sometan el m u n d o al yug¡©bde
que este- hecho estaba ¿confesado ó p a r e - ' su concordia ó lo destrocen - por sus -di-
:
cia averiguado, los-' suplicios vengaban;- senciones. t ¡e v- - r,¡;ut».
según deciati, al cielo; .y los pueblos, -los; i. L o s motivos que d e b e n determina*
reyes, los .-sacerdotes, se agolpaban al á r e c h a z a r este horroroso sistema, se r e -
d e r r e d o r d e las hogueras - p a r a inmolar producen para, aconsejar á los que *esta>-
ó ver espirar, víctimas humanas, bien , ó blecen una religión p r i v i l e g i a d a , pero no
mal convencidas d e un , e r r o r . Esto es lo esclusiva* contengan esté segundo »égií-
q u e se practica todavia en los lugares en men en sus mas estrechos límites, y n a d a
que la Inquisieo.n subsiste; - y por espan- •omitan p a r a que no d e g e n e r e en intole-
tosos que sean estos sacrificios, SOO en rancia.
efecto necesarios donde una sola do?trina.
A l g u n a s personas q u e r r í a n d e s t e r r a r
teológica pretende d e s t e r r a r t o d a s , las
.hasta la idea y la expresión d e religión
Otras. Ninguna barbarie, lo confieso,-pue^
del Estado* Esto es, 4 mi parecer, démá*-
d e jamas superar esta: cometidos ¿ n o m -
í i a d o r i g o r : u n culto p r o f e s a d o d e s d e c a -
bre d e la tifeinidadf e¡>tps crímenes, son
chos siglos por el mayor BÜmero de h a -
seguramente los que-, la ultrajan con nías,
bitantes, puede tener por^su-propia- n a t u -
escándalo, y h o r r o r ; ; pem-i,-..este precio se
raleza y por tan largos hábitos, bastantes
mantiene exclusivo m clero, que sin lie«
relaciones, con la moral-publica p a r a ' q u e
g a r á e x t i r p a r las ^ e c t ' p . que t e m e r é * *
merezca se l¡e ponga e n t e i numero de las
tiende y p e r p e t u a , su;. imperio. Dios,;
-instrucciones propias á mantenerla. 1 L o
esencial es c o m p r e n d e r bien que ib- que bria ya garante; Mas las largas disputa*
.Ofende á lar libertad, jamas mejora las eos del sacerdocio y el imperio han compfis
lumbres, y. q u e entre todos los pueblos el c a d o los detalles en que sería necesaria
mas expuesto/á depravarse es el q u e con.- e n t r a r para determinar las relaciones del
sserva menos garantías. Por esto los legisr gobierno con el culto que le convíene.mán-
i a d o r e s sanios comienzan .por d e c l a r a r sin tener y con' el clero que le a g r a d a asala-
alguna suerte de restricción, que » c a d a r i a r . Bástenos suponer que la autoridad
« u n o profese su religión con una misma civil quedará plenamente independiente de
« l i b e r t a d , que cada uno obtiene para su t o d o establecimiento religioso*, que el prin-
« c u l t o la misma protección," y si añaden cipe no depondrá su corona sobre el alta*
que »sin embargo, tal religión es la del y no se dejará quitar por cualquiera que
» e s t a d o , " lejos de modificar ó debilitar sea, el derecho y os medios de protejer
un derecho fundamental por.su hecho par- las personas, las propiedades, la industria
t i c u l a r , presentan solamente este hecho y libre circulación de las luces.
como no excluido por el derecho que lo Los gastos del culto declarado na*
limita. cional se soportan por todos los habitan-
L a existencia d e una religión del es- tes, comprendidos los q u e . n o lo profesan.
t a d o da lugar á precauciones importantes^ E s t a condicion*:,que podría parecer d u r a
d e l a s cuales unas interesan de un modo si los gastos fueran enormes* resulta in:«
m a s directo al gobierno, y las otras á los •mediatamente de lá hipótesi de una reli-
gobernados. L a s primeras, aunque no to- ligion del estado; y la obligación de c o n -
quen inmediatamente al asunto que trato tribuir á este gasto es incontestable, como
•no le son extrañas; porque si la autoridad la de abstenerse.de todo acto tentatorio
¿civil-sufriese el yugo de un pretendido a l pleno ejercicio d e este culto en lo. e x -
poder eclesiástico, todas las garantías i n - terior de sus templos. Ciertamente, si este
dividuales serían aniquiladas, pues no ha* mismo respeto, .es, garantido ios otros
? W
de ciertos^ preceptos religiosos hasta: loá-
-Citiíos, con ma§ razón déheí-serlo al qu'e
actos de la vida privada -y basta los d e -
distingue la ley* Mas ved .aquí por que
talles de los hábitos domésticos, las garanv"
¿caminos puede esta distinción transfor-
tías prometidas á los otros cultos se h a r á n -
m a r s e eri uca dominación absoluta y es-
mas y mas ilusorias.
clusiva.
Í Se volverían casi nulas, si se enco-'
Desde luego, si este culto extiende
mendasen los ministros del .cuito privile-•
sus ritos solemnes, f u e r a del recinto de
giado ó de o t r o cualquiera, de algunas f u n -
sus templos, y si en sus excursiones exige
ciones civiles; si- se les hace redactores y
-de los que no lo practican, ciertos home-
depositarios:de los actos que comprueban
íiages ó ciertos servicios, les roba eviden-
los nacimientos, los matrimonios, los m u e r -
t e m e n t e su independencia y les prescribe
tos, y fijan el estado de las personas. N o
actos estraños ó. contrarios á sus opinia-
estaría lejos de esto el someter las clausu-.
nes religiosas. Estas ceremonias exteriores las del contrato matrimonial y las c o n d i -
d e raras s e l l a r a n frecuentes^ casi diarias, ciones de su validez á estatutos p u r a m e n -
•pondrán un gran número d e personas ba- te eclesiásticos. Q u e una religión dirigién-
•jo el y u g o d e usos" que les repugnen y de dose á las conciencias de los que la p r o -
reglamentos -pueriles y arbitrarios; pro*- fesan, les recomiende ciertas practicas; q u e
vocarán, en fin, los insultos, las que pellas se las presente como obligatorias; que ios
A
•y.las vejaciones. .:.. •• i i? aparte de acciones contrarias á sus m á -
Si despues, transformando en leyes ximas y á sus estatutos, sea en buena
d e policía general los deberes particula- hora, pues el ministerio sacerdotal se ex-
r e s que « este culto impone á sus sectarios, tiende hasta eso. Pero n el orden social
•se restriftge en ciertos--dias la actividad el contrato del matrimonio queda como
•de los trabajos de todos, la libertad uni- todos los otros, bajo el Imperio de las l e -
-versal de la industria sy del comercio; y yes, civiles; .y estas se hacen intolerantes,.
« i poco á poeo se e x t i e n d e la dominación
desde ei momento en que toman sus p r i n - . >37 •
cipios y sus disposiciones de una doetri«* b'tttrarias a las doctrinas religiosas; se
na religiosa. Alterados de esta- manera; mancillarían las reputaciones, se amena-
zaría á las propiedades y aun se p r o t e s -
cesan evidentemente de garantir la líber-,
taría coritrá las garantías d a d a s por las
tad de las conciencias, y comunican á una
leyes. L a impunidad de estas difamacio-
religión el poder coactivo que no debe
nes y de estas provocaciones sediciosas no
pertenecer sino solo á ellas.
dejaría lugar á creer ni la libertad de las
En breve el clero se convertiría en: conciencias,' ni la fuerza del gobierno, ni
un poder y osaría tomar el título; dis- el imperio de una constitución.
tinguiría en el mundo dos poderes, el su- ¿Pero quién puede decir hasta qué
y o que llamaría eclesiástico, espiritual, punto serán comprometidas todas las g a -
sagrado, divino, y el poder vulgar de los rantías, si teniendo ia religión del estado
príncipes temporales y de los magistra- un primer pontífice f u e r a del mismo esta-
dos civiles. Pretendería tener sus tribu-- d o , este ge fe extrangero, independiente de
nales, su jurisdicción, su jurisprudencia, las leyes nacionales, puede pretender ser
transformaría su ministerio pastoral en el regulador; si sus decretos, sus senten-
una autoridad pública, y en lugar de es- cias, anatemas vienen á herir á las p e r s o -
ta confianza puramente voluntaria que nas y á las cosas, á las leyes y aun ai-
pueden obtener las exhortaciones de los mismo príncipe; si se abroga el derecho
sacerdotes, como los consejos de los mé- de disponer de los dominios y de las r e n -
dicos- exigiría una sumisión propiamente tas públicas, de crear y gobernar c o r p o r a -
dicha á sus sentencias. ciones, de establecer y de sacar i m p u e s -
Por un extraño abuso de la predi- tos, de reformar todo lo que habrá califi-
cación pública Se nombrarían ó designa- cado abuso ó desorden; si concediendo ó
rían las personas, cuyas opiniones y ac- denegando gracias asocia muchos i n t e r e -
ciones perecerían, con razón ó sin ella, . ses particulares á los suyos propios para
18
-f38
fomentar las discordias y p a r a influir, s e - chos de estado y la suerte de las perso-
gún las circunstancias, >a,sobre los deta^ nas? Supongamos que un pontífice supre-
lies de la administración, y a sobre los mo^ después de haber dispuesto en uno de
mas grandes movimientos poéticos; si süs decretos de los dominios y de las ren-
uniendo las funciones sacerdotales á un tas de un estado, que no es suyo, despues
poder temporal, y confundiendo siempre de haber creado, modificado y dotado a l -
estos dos títulos para sostener y engran- gunos estableéimientos públicos: amenaza-
decer el uno por el otro, se pone en po- do bajo los nombres vagos de abusos y
sesión de modificar tanto por sus tratados desórdenes, las garantías dadas por la ley
Como por sus decretos el régimen interior fundamental á las propiedades, á las in-
de un pais que no gobierna? Después que dustrias y al estado civil de las personas;
este pontificado ha amenazado tantos tro- supongamos, digo, que termine su decre-
tal diciendo: en el nombre de Dios, a n a -
nos, cuando se sabe que no reconocía la
tema á cualquiera rey ó súbdito, ciuda-
independencia de ellos, cuando no cesa de
dano ó representante, gobernante ó g o -
protestar contra la libertad de las con-
bernado^ que tenga la presunción de opo-
ciencias, ¿como esperar Jque se la pondrá
ner la- menor resistencia á ünas usurpa-
fuera de sus tiros, á menos de que no se
ciones tan repugnantes: seguramente el
declare mas altamente que nunca, que el
pais donde tal escrito fuere publicado c o -
ejerce, en cuanto pontificado, algún p o -
mo una ley ó en consecuencia de una l e y ,
der exterior; que sus exhortaciones reli- renunciaría con solo éste hecho, no solo
giosas no pueden tomar el carácter de le- de toda libertad individual de conciencia^
yes políticas, civiles ó penales; que sus sino de todo resto'de dignidad nacional.
actos, en fin, sea el que fuere el nombre
con que los califique, no puedan en nin- L o s ministros de la religión del es-
gún caso, ni en ningún género de nego- tado no son á los ojos del misino mas que
cios modificar, en lo temporal, los d e r e - unos oficiales de moral pública, daño ád
Jos pueblos lecciones, y &i ¿e puede,
te, se extienda sin distinción ni restricción
plos de virtudes, presidiendo al culto d i -
á todas las opiniones religiosas. N o hay
vino, y extendiendo por las-solas vías de
que esperar grandes ventajas de estas dis-
la instrucción y de la persuasión, e l \ c o r
'cusiones teológicas; pero tampoco es de
nocimiento de los dogmas religiosos natu-
temer se prolonguen bajo^ ün régimeñ ; ; -sá-
rales ó revelados; pero no ejerciendo aur
bio. C u a n d o en efecto.las conciencias son
toridad alguna directa y propiamente di-
puramente Ubres, todos^itos escritos ¡po-
cha, no mezclándose en algún ramo de ad-
lémicos pierden su calor, y su interés, 'y el
ministración y de legislación, y no coar-
entersdimiento humano se dedica á e s t u -
tando á persona alguna á practicar cier*
dios mas pacíficos. Dejkn de contradecir-
tos preceptos, á creer ó no creer ciertas
se los dogmas religiosos, luego que a n u f i -
doctrinas.
ciados y no p'rescriptos, ofrecidos y no
Sería una burla prometer la libertad impuestos, no amenazan á algún derecho
de conciencia, si teniendo el cuito privi- individúa^ ni algún Ínteres civil, fii algu-
legiado, como le importa tener, libertad na relación política. Mas la persecución
de aprobar por discursos y escritos públi* pone en ja; nedesidad y :da algunas veces
ees la verdad de su propia doctrina, y el talento de escribir: las apologías- de
por consiguiente de refutar y combatir las las d o c t r i n e s proscritas se escriben á la
doctrinas contrarias, estos hubiesen de luz de las hogueras encendidas por los
quedar condenados al silencio, privadas proseri^res, P u e d e citarse anatema que
de los medios de defender y de examinar h a hecho .componer tres mil volúmenes de
á su vez aquella de que sin cesar tendrían téologfa en pro ó en contra de una sola
que temer los ataques por todos aspecto* obra. jCUifnras experiencias serán'todavía
tan formidables. E s , pues, necesario que Recesarks p a r a que se conozca, en fio, que
la libertad de imprenta, tal como la h e - ya sea que se t r a t e de la verdad, ya' del
mos considerado en el capitulo preceden-: Srror, i* sangre de los. mártires es la s e -
miHa de loí creyentes, y que de las ceni- particular conuna libertad igual, y o b t i e *
zas de un, libro bueno ó malo solamente ne para su culto la misma protección. Pero
quemado debe salir una biblioteca? conceder asi á muchos de nuestros con-
, - J o d o s los argumentos contra la libre ciudadanos el derecho de no profesar la
publicación de las opiniones en materias religión del estado, y quitarles el de e x -
religiosas, se reducen á dos especies: los plicar por qué no la profesan, sería per-
mutarles y prohibirles á un tiempo una
unos son sugeridos por una persuasión v i -
misma cosa; no gozarían ciertamente una
v a , y los otros tomados de consideracio-
libertad igual á la nuestra, ni obtendrían
nes políticas. Se repele esta libertad ó co-
la misma protección, si privados de la f a -
mo que ultraja á la misma divinidad ó
cultad de justificar públicamente su incre-
como que conmueve las bases del edificio
dulidad ó su creencia, se viesen condena-,
social; no tolerándola, se cree defenderse
dps á oír decir todos los dias que no tie-
la causa de Dios ó de la sociedad^ moti-
nen razón, sin'poder jamas dar pruebas de
vos sumamente respetables, y á los que que la tienen
nada habria que oponer, si los peligros
que suponen fuesen reales. Esto es lo que E n segundo lugar, indagamos aquí
examinaremos; pero para que la cuestión cuales deben ser las garantías sociales, no
se fije bien, es indispensable detenernos eti solamente en ciertos países, sino en todos
4os observaciones preliminares. los pueblos, comprendidos aquellos, en que
una religión falsa es la del estado. En es-
E n primer l u g a r , es necesario tener
tos sin duda la prohibición de los es-
presente que no discurrimos en la hipótesi
critos contrarios al culto natural, no g a -
deoHna religión, exclusiva, y de la prohi-
rantiría sino el error, la perpetuidad de
bición absoluta de todas las doctrinas e x -
los males que engendra y de las d e s g r a -
cepto una sola, de todos los cultos fuera
cias que trae consigo; y el establecimiento
del)que el estado prefiere. Suponemos al
dé las misiones extrangeras. prueba que
contrario que cada:uno profesa su religión
c#44 . . . •4$"
cre'emas útil y legítimo derramar las l u -
ces en el seno d e estos infelices países. Sin han cometido bajo su imperio; pero todas.
embargo, los que lo gobiernan tendrían á las experiencias que han podido hacerse
su disposición todos los argumentos que hasta ahora en la materia,,, prueban que •
los hombres se hacen mejores y mas feli-..
sirven para repeler la publicación de las
ees á proporción que son menos crédulos,
doctrinas opuestas á una religión domi-
y menos esclavos; la autoridad legítima se
nante; comenzarían por declarar que su
afirma tanto mas, cuanto confunde menos
religión es la verdadera, y partirían d é
el respeto que le debe- la razón pública
este punto para impedir discutirla: alega-
con el crédito popular que usurpa y pier-
rían razones de estado; insistirían sobre
de tarde ó temprano la impostura. G u a r -
los peligros de las controversias; y si por
daos de asociar los intereses del pader con
casualidad estuviesen ellos mismos desen- tinas ilusiones, que á pesar de tantos gas-
gañados de las supersticiones de un pais, tos prodigados para su conservación, vos
se atreverían quizá á representarles toda- no podéis mantenerlas sino haciendo c a -
vía como las únicas bases que debe darse llar á los que no son seducidos por ellas.
á la moral en el espíritu grosero del vul- E l hometiage debido á la religioo
go. N o , les diriamos, estas creencias, si v e r d a d e r a , es distinguirla como la única
son forzadas, no serán prendas de buenas <que nada tiene que temer de tina discu-
costumbres: ellas han sido al contrario las sión, libre. N o hay mas que un medio
causas inmediatas de los" mas frecuentes para suscitar contra e l k dudas peligro-
desórdenes, y de los mas abominables crí- sas y que le cueste trabajo disipar; y
menes. Seguramente so sería demasiado este es el de no sufrir que se la contra-
vuestro celo en mantener por la violencia d i g a . Vosotros que la reverencias como
vuestras.supersticiones antiguas, si fuera un beneficio del cielo, descansad por lo
cierto que sin ellas debiesen los hombres que toca á su conservación sobre su d i v i -
cometer todavía mas crímenes que los que nidad, mucho mas que sobre los cuidados
casados, de los súbditos, de los ciudada-
particulares que toma cada dia, para man- nos, que exige la vida social. L a equidad,
tener su influencia, el estado que la ha de- la beneficenciá y las buenas costumbres,
clarado por suyaj y pues que por otra han sido recomendadas y predicadas con
parte sufrís que muchos de vuestros con- emulación por casi todas las sectas anti-'
ciudadanos no la practiquen, dejadles ta guas y modernas. L a mayor parte ha a s -
facultad de exponer los motivos que los pirado á la perfección de las virtudes h u -
•determinan á ello. ¿Qué teméis de la pu- manas: los Jesuítas han sido casi los ú n i -
blicidad de estos motivos, vosotros que cos que hayan intentado justificar los des-
estáis convencidos de su extremada debili- órdenes y atentados que las leyes repri-
dad, vosotros que teneis una fé que repo- men, y que hayan enseñado una teología
sa sobre firmísimos cimientos? Sería una maléfica. Por lo ordinario la moral p r o -
manera extraña de estar seguros de la piamente dicha, aqu- lia que interesa á los
bondad de vuestra causa, el imponer si- gobiernos y á los pueblos, permanece sa-
na al lado de las diferentes doctrinas teo-
lencio á la parte contraria. Desespe-
lógicas, excepto cuando estas son intole-
rando triunfar si no habláis solos,. esta-
rantes. Quitad, pues, la intolerancia, ( * ) y
blecéis,la prevención mas favorable á vues*
tros antagonistas, y les concilláis mas su-
suf.agios que los que hubieran obtenido (*) No pretende el editor de esta obra ha-
defendiendo una mala causa. cer suyas todas las opiniones que vierte el
Agreguemos que la moral pública de autor de ella en este y otros capítulos; pues
ninguna manera se compromete por estas está muy a geno de estimar útil ni justa la
controversias. Disputando sobre las creen- tolerancia civil de cultos en nuestra posicion:
cias y las prácticas necesarias para evitar sin embarga, el Criticar 'una ley establecida
las penas y merecer las recompensas de la y mostrar sus inconvenientes, tan lejos está
Otra vida, se acuerdan sobre las obliga- de Ser un crimen, que es una acción laudable
ciones de los hijos, de los padres, de los
Ú9 , .
tddoslos cultos contribuirán á mantener el privilegiada, conduciría á la esclavitud ,
orden sobre la tierra í la verdadera reli- absoluta de la imprenta. ¿No sabéis que los
gión tendrá de mas la ventaja de enseñar teólogos han pretendido detener el pro-
mejor el camino del cielo, Ínteres sagrado greso de las ciencias, que han anatemati-
sin duda, pero cuyo cuidado debe ser de- zado el sistema del mundo, vuelto á h a -
jado á nuestras conciencias, si no quereis llar por el genio; que han hecho expiar
transformar esta religión benéfica en una á Gaiiieo sus observaciones y sus descu-
tiranía e x t e r m i n a d o s . Puesto que la fe es brimientos; que pronuncian decisiones i r - .
un don de la bondad divina, no podrá ser refragables sobre la cronología y los ana- ,
una ley que el poder humano imponga. les de los antiguos pueblos; que preten-
den sujetar la historia á sus tradiciones
Observad, en fin, que la prohibición
doctorales, y sobre todo, reducir á la e n - ,
de los escritos contrarios á una religión
, .„...I | — ¡II f , señanza de sus escuelas todos los géneros
en cualquiera ciudadano: bajo este punto de . de conocimientos ideológicos, morales y
vista deben considerarse las doctrinas del ai*-- políticos que designa la palabra filosofía?
M a s la misma elocuencia, la poesía, las
tor en el capítulo precedente.
producciones puramente literarias, ¿que
El no incita á la desobediencia de lal
trabajos no tienen para que las encuentre
leyes; quiere que estas se reformen, y par ortodoxas? ¿Qué de libros antiguos y m o -
eso hace presentes las razones que hay para dernos habrán de excluirse de las biblio-
variarlas. Decir que tal ley debe variar scr tecas clásicas, qué de páginas habrán de
es expresar una opinion verdadera ó falsa, quitarse de les mejores libros, si nada de-
que si se hace con la debida moderadoes be ofender directa ni indirectamente algu-
un acto lícito y laudable. Decir qne no debe no de los dogmas, de los preceptos, de los
obedecerse la ley ó pretesto de ser injusta ritos y de los innumerables detalles que
es un crimen. El autor cumple con lo primer tocan de cerca ó de l e ^ s á una teología
ro,y está muy ageno de fomentat lú segundo. dominante?
?5°
, ^ Muchísimas veces se ha demostrado
jar y asegurar los derechos individúales
la impropiedad de la palabra tolerancia. de los demás habitantes. L a mayor parte
Parece que no expresa sino una gracia, de las monarquías eran absolutas, y la
una"concesion provisoria: humilla y ame- historia dé aquellas en que el p.oder del
naza mucho mas que garantiza. L a liber- príncipe habia recibido algunos límites,
tad de las conciencias seria al contrario está llena de actos arbitrarios y de aque-
una condicion generál, lionrosa, irrevoca- llas inquietudes interiores que siempre in-
ble de la asociación política;'mas sin de- dican la ausencia, la suspensión ó la im-
tenerse en la palabra, que se pueda en perfección de las garantías. En las repú-
efecto profesar, sin trabas y sin peligros, blicas se atendía muchísimo mas á l a par-
todo genero de opiniones religiosas y no te que cada uno tendría en las delibera-
religiosas; esta justicia ha sido hasta la ciones y resoluciones políticas, que á la
presente tan rara, que deberá considerar- seguridad de las personas y de las pro-
se como un beneficio. piedades, que al libre ejercicio de la in-,
dustria y de las opiniones. Todo se sacri-
ficaba en ellas á los intereses generales
CAPITULO VI. que se consideraban como distintos de
% todos los intereses particulares, y que. en
pe los Gobiernos que deniegan expresamen- efecto frecuentemente se cpnsiliaban muy
te las garantías individuales.. mal con eiios. Se aspiraba á una especie
de grandeza nacional compatible con el
mal estar doméstico de la mayor parte
J S n las naciones "antiguas era negada de los ciudadanos. L a s disenciones per-
toda garantía individual á una considera- petuas, y algunas veces violentas entre las
ble parte de la poblacion retenida en la ciases ó entre los partidos, eran al p a r e -
esclavitud, y se cuidaba muy poco de fi- cer el único modo de ser que conviniese á
?5°
, ^ Muchísimas veces se ha demostrado
jar y asegurar los derechos individúales
la impropiedad de la palabra tolerancia. de los demás habitantes. L a mayor parte
Parece que no expresa sino una gracia, de las monarquías eran absolutas, y la
una"concesion provisoria: humilla y ame- historia dé aquellas en que el p.oder del
naza mucho mas que garantiza. L a liber- príncipe habia recibido algunos límites,
tad de las conciencias seria al contrario está llena de actos arbitrarios y de aque-
una condicion generál, lionrosa, irrevoca- llas inquietudes interiores que siempre in-
ble de la asociación política;'mas sin de- dican la ausencia, la suspensión ó la im-
tenerse en la palabra, que se pueda en perfección de las garantías. En las repú-
efecto profesar, sin trabas y sin peligros, blicas se atendía muchísimo mas á l a par-
todo genero de opiniones religiosas y no te que cada uno tendría en las delibera-
religiosas; esta justicia ha sido hasta la ciones y resoluciones políticas, que á la
presente tan rara, que deberá considerar- seguridad de las personas y de las pro-
se como un beneficio. piedades, que al libre ejercicio de la in-,
dustria y de las opiniones. Todo se sacri-
ficaba en ellas á los intereses generales
CAPITULO VI. que se consideraban como distintos de
% todos los intereses particulares, y que. en
pe los Gobiernos que deniegan expresamen- efecto frecuentemente se cpnsiliaban muy
te las garantías individuales.. mal con eiios. Se aspiraba á una especie
de grandeza nacional compatible con el
mal estar doméstico de la mayor parte
J S n las naciones "antiguas era negada de los ciudadanos. L a s disenciones per-
toda garantía individual á una considera- petuas, y algunas veces violentas entre las
ble parte de la poblacion retenida en la ciases ó entre los partidos, eran al p a r e -
esclavitud, y se cuidaba muy poco de fi- cer el único modo de ser que conviniese á
estas sociedades, la condicíon necesaria de prevalecer. L a libertad es e n , s í tan Sala-
su existencia, de su energía y del brillo d a b l e , que su imagen desfigurada d e aquel
de que gustaban cubrirse. Debemos con- modo, tuvo poder t o d a v í a p a r a llevar la
fesar que este sistema no es el menos apro- industria y las artes á adelantamientos q u e
pósito para desarrollar las fuerzas mora- no-baciañ en otras partes. Pero las insti-
les del hombre; puede abrir á los talen- tuciones góticas sufocabán estas, débiles
tos, brillantes caminos, y poner á la vir- semillas de independencia, que no p u d i e -
ron, d e s a b o l l a r s e bastante p a r a producir
tud en situaciones heroicas. E s de creer
en algüná d e estas repúblicas un brillo
que las costumbres, los hábitos y las ideas
comparable á a q u e l con que b r i l l a r á n
que supone, se han perdido para siempre;
siempre eq los anales del m u n d o las repú-
unos trabajos mas divididos, una industria
blicas d e ¡a a n t i g ü e d a d . P o r lo demás en
mas activa, un comercio mas extenso y
todos los lugares d ó n d e son mal conoci-
unos conocimientos mas precisos, han da-*
dos ios derechos civiles, en cuya sola con-
do otras necesidades é impreso una dírec"«
s i d e r a r o n son necesarios los derechos p o -
eion muy diversa á los actuales pueblos líticos, el destino d e estos no es otro que
de la Europa. t r a e r tempestades y extinguirse en medio
E n la media edad se formaron, prin- de calamidades.
cipalmente en Italia, algunas repúblicas,
donde el ejercicio de los derechos de ciu- :E1 c u a d r o general que, exceptuando
dadano y una especie de régimen muni- ó sin exceptuar algunas r e p ú b l i c a s , . nos
cipal, templaban, limitaban, anulaban la ofrecen les siglos d e ía medía e d a d , es el
tiranía de los Seúore..; pero asegurando á de- Veinte pueblos r e t e j i d o s en los mas
las opiniones populares y dominantes ufi p r o f u n d o s abismos d e la s e r v i d u m b r e , de
despotismo absoluto, y dejando á las per- la -ignorancia .y. de la miseria. Alii se des-
sonas y á las propiedades expuestas á los c u b r e n todos lbs medios que' c o n t r i b u y e n
-á s u b y u g a r por l a r g o tiempo á l a especie
atentados de cada facción que llegaba á
humano, y reanimado la actividad públi-
humana: invasiones, conquistas, usurpa-
ca á tal punt'ó, que los gobiernos para
ciones, instituciones feudales, barbarie y
persistir en negar las garantías indivi-
confusion de las leyes, guerras intermina-
duales, se vieron obligados á soltar por
bles, expediciones lejanas, proscripciones,
lo menos, promesas, á hacer transaciones
incendios, carnicerías, intolerancia reli-
6 concesiones, ya reales, ya mentirosas, y
giosa y dominación del poder pontificio.
a inventar incesantemente nuevos artifi-
Estas son las condiciones con que los prín-
cios para depravar las costumbres y com-
cipes compran la felicidad de extinguir
primir el vuelo del pensamiento. Sin e m -
las luces y las garantías, y de privarse de bargo, no han logrado mas que hacer mas
ellas ellos mismos. Este régimen de fierro, tardía y menos completa la emancipación
que parecia indestructible, se ha debilitado de los pueblos Lentas ó violentas r e v o -
sin embargo, por g r a d o s ; y cuando se luciones políticas, comprendidas en ellas
buscan las causas de su decadencia, es uno las que se llaman religiosas, han llenado,
conducido, para descubrir las primeras, á A s i sin interrupción, el curso de estos
los tiempos mismos en que gozaba de su cuatro últimos siglos, y manifestado la lu-
mayor fuerza. Tales han sido sobre todo cha que no dejaba de existir entre las se-
jas contiendas ya entre el Sacerdocio y el millas vivaces del nuevo estado social, y
Imperio; ya entie los monarcas y los se- los restos inanimados de las instituciones
ñores; tales los combates que se daban en- de 1¿ media edad. Se cita como uno de
tre sí las sectas perseguidoras; tales, en los mas tranquilos'un país en que despues
fin, aquellos armamentos insensatos que del año de 14.00,"se ha hecho la pragmá-
despoblaban la jguropa, pero agitaban los ticá, resistiendo al concordato, rechazado
pueblos y los disponían á instruirse. los decretos del Concilio de Trento, pro-
clamado las libertades de la iglesia nacio-
Desde los principios, del siglo quin-
nal y recibido lo peor que se ha podido
ce otras disensiones y muchos descubri-
mientos han ilustrado al entendimiento
fe« bulas que se decían d o g m á t i c a s : un bian'hecho sentir la necesidad, y poco ai
pais e n que se lian encendido lr=s g u e r r a s ' poco conceller Ja idea de las^árantías que
civiles bajo los nombres d e b i e n ' público, sé obstinaban en negarle, y que ha pedido•
d e liga y d e f r o n d e ; en" que l a s d r a g o n a - «n 1 7 8 9 por votos-libres y tranquilos, au*
d a s y un edicto proscripto? no h a n poHK ténticos y unánimes.
d o d e s a r r a i g a r el protestantismo; en q u e ' Que utià vasta revolución solo sea 1
las persecuciones h a n h o n r a d o y p e r p e - b é f a de un corto número de ambiciosos,
t u a d o otra secta religiosa: en que los a n a - ' que haya'reventado en el seno de un gran
temas y decretos h a n Hecho mas c é l e l e s ' pueblo y lo haya agitado todo entero, 1
á los escritos y á los escritores contra mal de su grado, y sin su concurso-, es
quienes se d i r i g í a n ; en qué los p a r í a m e i i - ' uria suposíejon pu??il. Este pueblo habrá'
tos d e s t e r r a d o s , depúes'tós, renovados, po'didd muy bien sentir que. era llevado
vueltos á llamar, se han. .visto' siempre r o - íbera de los límites que él se prescribiera;
d e a d o s de homenages c u a n d o resistían .habrá reprobado" los excesos, y pesádole
p o d e r a r b i t r a r i o , siempre' despreciados' haber consentido en el establecimiento f
como él c u a n d o le servían d e i n s t r u m e n - eng'randecímítnfo de ciertos poderes; pe-
tos ó d e órganos; u n país en qué <3e feis r o si Sus .necesidades, sus sentimientosj
r e y e s desde i 5 8 9 hasta X79*3í tr'esí h a n sus opiniones no hubiesen provocado 8
p e r e c i d o d e muerte violenta, víctimas d e auxiliado los primeros movimientos, si s¿
diversos fanatismos, sin' h a b l a r d e o t r o hubiera negado á aplaudirlos y tomar
c u y a v i d a fue a m e n a z a d a en 1 7 S 7 : : parte eñ ellos, todo se hubiera reducido
q u é t a ñ í a s a giraciones, e n ' e l seno cfeí mas' necesariamente á tentativas que el gobier-
dulce, y sociable d e los pueblos, y cbjnq no hubiera reprimido completamente. Cual-
PUdo, en fin, precipitarse' eh una réyo.'ú- quiera gran mutación que se ejecuta á pe-
cion t a n terrible? P o r q u e su misma s c c i a - sar del gobierno en eí sistèma político de
b i l i d a d , su industria^ süs progresos le* l i a - tina nación, sjn intervención de fuerzas
extrangeras, es querida, consumada y . . ... .. , .. . .
aprobada por ella; y cuando despues de progresivos 6 retrógrados son sacudimien-
veinte y cinco años vienen á atribuirle el tos; no es posible detenerse en algún pun-
derecho de negarlá, es una adulación c a - to, E n vano se querría transportarnos á
lumniosa, igual á la que le dirigían los cualquiera época tomada de la mitad del
promotores de los excesos y de los críme- siglo quince en adelante: en ninguna po-
nes cuando unían á ellos su nombre. L o dría mos fijarnos, como no lo pudieron
que le pertenece y no pertenece sino á nuestros padres. L a s que encontráse-
ella sola, es la reclamación de las g a r a n - mos duras provocarían amargas quejas; y
tías individuales; reclamación siempre tan las mas dulces favoreciendo nuestros p r o -
gresos, nos llevarían ácia el término don-
v i v a cuando es libre, que se confunde con
de son perfectas las garantías. Sería, pues,
^os primeros esfuerzos que tienden á s a -
necesario volvernos á la media edad y
tisfacerla.
cargarnos con cadenas mas pesadas que
Si estas observaciones son justas, es
las que hicieron encorvar á nuestros an-
necesario concluir que un pueblo ilustra- '
tepasados; porque hemos adquirido mas
d o, sensible, industrioso, á quien se d e -
elasticidad, y casi no es posible compri-
niegan estas garantías, queda en un esta-
mirnos como á ellos sin rveentarnos. E s -
do crítico, durante el cual las tempestades
ta media edad merece por todos títulos
se forman, se acumulan, truenan ó revien- estadiarse profundamente, fís la edad
tan. L á prudencia pide que se le haga g o - fierro del género humano; pero la de o r o
zar de los derechos que reclama, ó si se de los opresores: y no ha faltado á las r¿_
puede que se le haga perder la esperanza lanías de aquel tiempo sino el arte ¿ e
y ?un la idea, reundiéndolo en las tinie- convenirse entre sí, y de no debilitar p o r
blas. E n t r e estos dos extremos no hay mas sus disensiones la temible liga que ha(v; aR
que visicitudes y jamás estabilidad. Se formado contra los pueblos. L a antip t ! f > -
avanza ó se retrocede, y todos los pasos dad, dígase lo que se quiera, no ofrece
i ejemplo de un yugo tan pesado como .el ; Í6r
que imponían a nuestros miserables a b u e - rOn realmente t a n licenciosas como s e r -
los, tantas.instituciones despóticas,, milita- viles se darán por emblemas de la cor-
res, feudales, sacerdotales, monásticas ^ v tesanía y del honor.
escolásticas, imaginadas . ó p e r f e c c i o n a r á s Creo que jamás se logrará con doc-
desde el siglo sexto hasta e l catorce. P e - trinas repelerla demanda de las garanr/as
dia decirse que la. almá "humana, r e n u n - individuales. ¿Qué puede decirse en efecto
ciando de toda o t r a h a b i l i d a d , . h a b í a c o n - á ios hombres para probarles que deben ser
sagrado exclusivamente sus facultades,. y esclavos y no subditos, poseídos y no g o -
. empleado sus f u e r z a s en f o r j a r - sus p r o - bernados, pertenecer á muchos señores ó
pias cadenas. Por esto vemos q u e los o p r e - á un solo señor absoluto? ¿Habria auri
o sores vuelven incesantemente los ojos.ácia atrevimiento para expresar tal consecuen-
aquella época porque suspiran. ; Q u e un cia, despues de les argumentos destina-
a v e n t u r e r o llegue á u s u r p a r el poder s u - dos á establecerla?
p r e m o , se a f a n a r á en recoger los nombres, V e d cuales son estos argumentos se-
las imágenes, t o d o s los restos d e aquellas gún que he podido comprenderlos:
w
instituciones ferruginosas, y se esforzará Nunca conviene Constitución; es
á rehacer pieza por pieza el terrible e d i f i - >rsiempre uri manifiesto de anarquía, una
cio, R e u n d i r á á las artes mismas en esta b señal de discordia y uñ obstáculo in-
b a r b a r i e : v o l v e r á n los. usos, las c o s t u m - »-vencible al ejercicio de la autoridad le-
bres y las decoraciones góticas: no. se h a - »rgítima. Cuando mas podría admitirse en
b l a r á sino de C a r i o M a g n o , d e j o s P a l a - « el plural solamente, el empleo de esta
dines, d e ios.Señores de Castillos, ^de. los » palabraconstituciones^ aplicándola á las
Caballeros y d e los; T r a b a d o r e s . elo- >> diferentes leyes fundamentales de un
g i a r á la n a t u r a l i d a d de las producciones « estado, no reunidas en Un solo código.
mas insípidas; y unas costumbres que f u e - Pero aun vale mas que estas leyes no
»> esten escritas en ninguna parte, sino
a i
v que subsistan por sí mismas en las ideas » y los principios inmutables de una re-
„ comunes, en los hábitos públicos, en « ligion divina."
» los establecimientos que han pasado N o emprendo refutar tan nobles ra-
v por muchos siglos. Un pueblo antiguo ciocinios: digo solamente que se han v u e l -
viene mal á pedir constitución, puesto to ineficaces. Si suponen altas luces, son
M que tiene una que nacida y creada-con las que no tenemos ni se nos darán. L o s
t, el mismo, se confunde con su propia conservadores de estas doctrinas no lo-
» historia y se compone de tradiciones grarán propagarlas; en vano harán admi-
¡» mas sagradas que cualquier texto. L a s rar ó admirarán ellos mismos su talento:
» costumbres nacionales han recibido i n - la inútil eminencia de su genio no tenia
„ deleblemente el sello de estas institu- sino una prueba mas brillante del des-
„ ciones antiguas, y jamás tomarán el de crédito irreparable de sus doctrinas.
„ las opiniones consignadas en una cons- Se sabe bien que hay religiones que
» titucion nueva. De ella no resultará si- mezclan sus ritos, sus preceptos y sus dog-
« no una discordancia funesta entre las mas con opiniones é instrucciones políti-
» leyes y las costumbres, entre la exigen- cas. Pero se sabe también que la religión
„ cia importuna de un nuevo código po- cristiana no tiene este carácter ni admite
„ Utico y el imperio indestructible de los esta mezcla, que ha permanecido durante
W antiguos usos; entre las pretensiones de muchos siglos agena de los gobiernos; que
„ las clases plebeyas, fundadas sobre un despues ha sido profesada indistintamente
?? bajo sistema representativo, y los dere- en las repúblicas ó en las monarquías ab-
„ chos naturales anexos á los grandes solutas ó templadas; que en todas partes
n bienes de los hombres titulados y mor ha recomendado la obediencia á las leyes
» nárquicos;-*en fin, entre las vanas es- y á l a s autoridades lejítimas; y que jamás
» peculaciones de una filosofía temeraria ha prescrito un género particular de cons-
titución social. Un ciudadano que despues
lia llegado á Sumo Pontífice (i)-ha declara: industrioso y comerciante, el único gene»
do públicamente: " q u e el evangelio no ríen- ro de propiedades? ¿Persuadiréis á un pue-
v de á destruir la libertad; que al con-
blo inmenso que no existe sino en la mas
» trario hace concebir de ella la mas jus-
pequeña d é l a s clases que lo componen,
» ta y mas honrosa idea; que el gobierno
que existe por ella y para ella sola? H a -
v democrático lejos de repugnar al c r i s -
ce mucho tiempo que en la Europa los
f> tianismo y de estar en oposicion con
hombres no son ya comprendidos en les
?> las máximas verdaderamente religiosas,
bienes, y contados en el número de k s
» llama y lleva á los pueblos, á la p r á c -
cosas poseídas. L a extencion mas ó menos
» tica de las virtudes evangélicas; que en
?> una palabra, la f é del cristiano se con- grande de las riquezas reales de una cas-
» silia perfectamente con los derechos y ta, es difícil de verificar, y no terminaría
i> los deberes del hombre libre, y aun del en alguna consecuencia precisa; al paso
» republicano." ¿Como, pues, se nos hará que el derecho de todos los gobernados
creer que hay temeridad é impiedad en para ser protegidos,, y por consecuencia
la declaración de las garantías sociales, representados, es inmediatamente sensible.
y en el establecimiento de una monarquía E s verdad que sin las costumbres son
limitada.por un sistema representativo? Vanas las leyes; pero un código político que
no está en consonancia con las costumbres, y
Son los,subditos de esta monarquía, que no llega á modificarlas, desaparece en
y no.su territorio lo que se trata de r e ? pocos instantes y casi por sí mismo. Si fue-
.presentar. ¿Hay quien ignore que las po- ron necesarios treinta años de esfuerzos,
c i o n e s territoriales no son en un país de guerras, de disenciones y de intrigas
? y- *' ! ¿ t i . ; :•' Í-¿ r- - -? para extirpar un sistema de opiniones y
, {j ) _ ,.EL, Ciudadano Chiaramonte, • tles* de leyes, es porque tiene raices profun-
pues Vio l/.II, • das, esto es, morales, que lo reproduci-
aaifgesfe sup «físJaabnÉ* gTJ ,i<iiD03 nóbtfií* rían aun después que se creería estar abo-
lido. L a s costumbres, en Francia, se ha- men feudal bajo, los Merovingianos, á la
bían elevado por grados, principalmente extenuación momentánea de este régimen
en el curso del siglo 1 8 , hasta el nivel bajo Cario Magno, á ' s u renacimiento y
de las instituciones de 1 7 8 9 ; las costum- á su desarrollo bajo los, succesores de
bres solas han hecho á estas instituciones este Príncipe, á su decadencia lenta, in-
posibles, necesarias, poderosas. A su vez termitente y gradual, bajo .la dinastía de
desde esta época las instituciones han in- los Capetos. Pero cada variación de este
fluido de tal modo sobre las costumbres, régimen ha modificado el estado de las
que para 110 percibir el nuevo aspecto personas, los derechos de los comunes, la
que estas presentan, es necesario confinar- prerogatiya nacional, y aun mas que t o -
se en algunos salones privilegiados, y fi- do, el poder del monarca. Algunos nom-
gurarse que se ve alli reunida á la na- bres calificativos se conservan con bastan-
ción entera, y como se dijo alguna vez á te uniformidad en todo el- curso de nues-
toda la Francia. N o noto esta ilusión co- tros anales; el de rey se transmite succe*
mo ridicula porque es desastrosa, pues sivamense á .mas de sesenta, personages,
manteniendo una oposicion fútil pero i r - pero tiene casi cada vez una significación
ritante, y aconsejando agresiones tanto particular,. .Empresa todosjos diversos g r a -
mas inconsideradas cuanto no son sino in- dos de poder que pueden .hallarse com-
sultos, perpetúa el estado de revolución, prendidos entre la impotencia absoluta y
y multiplica las catástrofes. el pleno despotismo. Si buscáis .cual fué la
medida, de la autoridad real-entre las ma-
Si hay algún pueblo europeo que nos de Childeberto, de C^rJo- Magno, de
haya conservado por 1 4 siglos las mis- J^uis e l tartamudo, de Hugo .Gapeto, de
mas leyes y el mismo gobiernó, segura- San L u i s , de Felipe el.hermoso, de C a r -
mente no es el pueblo francés. T o d a su los V I , de. Luis X I , de Enrique I I I y de
historia política interior podria reducirse Luis X I V , hallareis diez constituciones tan
al establecimiento y progresos del régi*
diferentes la uña de la otra eomo lo gué «abe bien q u e las tradiciones serán todo
existe hoy puede serlo de la de 1 7 8 0 . lo que se querrá, acomodándose á todas
N i n g u n o de los antiguos cuerpos del • es- las pretenciones y á todos los caprichos.
taso.- ha gozado constantemente" de los Si bastan dos ó tres hechos, y quizá uno
mismos privilegios; ninguno'1 háy que no para establecer un uso, no hay máxima
b a y a usado y abusado diversamente de liberal ó servil, equitativa ó tiránica que
i q u e : h a conquistado, enagrnado, reco- no pueda extraerse de algunas páginas de
brado ,y vuelto á perder. N o hablo de las nuestra historia, y proclamarse'fundamen-
instituciones subalternas qüe datan de si. tal. Por la misma razón este odioso tér-
g b s poco distantes;, los parlamentos en el mino de constitución, cuando no se puede
1 T ó aun en e l - i 4, el Consejó dé E s t a d o evitar el emplearlo, desagrada poco me-
a -fines del 1 6 , los Intendentes en el 1 7 & c . : nos en el plural que en el singular: una
*o que importa' observar es que'las relació¿ expresión vaga es mas cómoda que una
HÍS:,entré el Príncipe y la-ftobleza, enttfé expresión precisa: desde que hay muchas
esta y el-terde*i~éstado, entre-- él clero y constituciones, es permitido esperar que
lost otros ó'fdeg&s; han sufrido perpetuas en breve ninguna habrá, y que este con-
vidsifudes, asp como el r a i m e n - m i l i t a r ; el junto de escombros constitucionales con-
fusamente amontonados uno sobre otro
sistema judicial, la administración provin-
solo será un útil arsenal donde podrán es-
cial y municipal; de suerte que si pregorii-
eojerse armas, afilarlas ó embotarlas á
tamos á los qué reclaman tan vivamente
discreción. Pero estas reflexiones que se
la antigua constitución del reino, en qué
presentan por sí mismas á la considera-
consistía esta, entre mil respuestas que d a -
ción de todo usurpador ú opresor, no hie-
rían, no podríamos lograr dos acordes ó
ren con menos viveza la inteligencia de
conciliablés entre sí.
los pueblos, de estos pueblos tan ilustra-
- Ved aquí por qué se quiere que las dos hoy sobre sus intereses, que casi no
leyes fundamentales no sean escritas^ Se
22
qtfeda uno solo én la Europa que no p o ¿ uso de esta arte á las autoridades s u p r e -
sea ó no pida una constitución. mas, extinguiendo poco á poco todas las
Renunciad, pues, á los argumentos luces adquiridas; reduciendo el comercio
y a las doctrinas: no os fatiguéis en dar á los mas estrechos límites, y cortando t i
instrucciones ni espereis convertir: herid vuelo á toda industria: ¿quien sabe, d i -
y oprimid si podéis. L a audacia y la vio- go, si por un diestro y vigoroso empleo
lencia pueden producir retrogradaciones de todos estos medios, no so conseguiría
rapidas: una esperiencia reciente ha pro- reabrir para los restos de las generacio-
bado que se puede retroceder en doce nes actuales, y para las generaciones f u -
años hasta un espacio inmenso. Quien turas, aquellos profundos abismos en que
sabe si con mas arte, con el auxilio de los pueblos perdieron por tanto tiempo
la Inquisición que renacería mas activa toda memoria de su dignidad, todo sen-
y mas devoradora, con tribunales prebos- timiento de su fuerza y toda nooion de
tales y especiales, con suplicios, destier- las garantías sociales? Ademas se tienen
ros y confiscaciones; regenerando el f e u - bastantes tradiciones de este régimen, y
dalismo, dotándose con profusion un cle- se conocen perfectamente las reglas que
ro innumerable, y las religiones monaca- deben seguirse para mantenerlo.
les antiguas y nuevas, restableciendo so-
L a primera es que el populacho esté
bre todo la Compañía de los Jesuítas; que*
en una miseria extrema, que no se acu»
mando, por otra parte, todos los ejem-
mulen productos en sus manos, que p e r -
plares de los mas de los libros, y un n ú -
manezca privado de los goces qae darían
mero suficiente de hombres que los han
actividad á sus facultades, movimiento á
leído; cerrando ó corrompiendo las f u e n -
sus ideas y alguna energía á sus pasiones.
tes de la instrucción, alterando la hísto*
Basta conseguir de él los trabajos de que
ría, fabricando títulos, aboliendo la im-
tienen necesidad sus señores; sus consu-
prenta ó reservando exclusivamente e l
mos deben restringirse á l o muy preciso
para que no se inhabilite para proveer
oráculos y de las sanas doctrinas que ha "
á los de aquellos.
consagrado.
L a segunda regla es confundir suc-
Importa velar particularmente sobre
cesivamente en este populacho al mayor,
los estudios históricos, y prevenir su pe-
número posible de habitantes, de modo
ligrosa influencia dirigiéndolos acia las
que fuera de él no haya sino sus opreso-
mas ociosas investigaciones. Si se juzga
res, reducidos al numero precisamente ne-
oportuno que haya sábios, se decretará
cesario para sujetarlo enteramente, valién-
este título para aquellos que sepan com-
dose para con unos de la fuerza, y para
p r o b a r , particularidades indiferentes, des.
con otros de la impostura; empleando ade-
cubrir ó aplicar á la ventura monumen-
más para contenerlo y encadenarlo, el tos inútiles, disertar sin fin sobre cualquier
servicio maquinal de individuos tomados de minucia añeja que por ningún punto to-
su seno. T o d o es de temer de una clase que á los destinos ni á los intereses de
intermedia que se formaría entre los hom- los pueblos»
bres poderosos y los miserables.
E l despotismo se complace algunas
L a tercera regla es prohibir á todos,
veces en favorecer las bellas letras, por-
sw exceptuar aun si se puede los perso-
que, en efecto, ellas comienzan de ordina-
nages mas eminentes, todo estudio un po-
rio por tributarle homenages que parecen
co serio de la naturaleza y de la socie- fortificarlo; pero estas son seducciones que
dad, estender el imperio de las supersti- debe temer. Estos talentos, cuyas adula-
ciones y preocupaciones á aquellos mismo» ciones lo embriagan, acabarán por d e r r a -
que viven de ellas, borrar las ciencias mar «n torno de él muchas luces, y haria
morales y políticas del cuadro de los co- mejor en quebrar este vaso cuyos bordes
nocimientos humanos, imponer silencio i están enmelados, pero en cuyo fondo fer-
todas las voces que no sean los órganos menta la verdad-.
del podtr, los fieles intérpretes d e sus.
E l despotismo seria todavía mas i m -
prudente, si no redujese a la inocencia y palabra, este género de conocimientos loé
á la credulidad de la infancia las ciencias mas atrevidos de todos, acaba con poneí
físicas y matemáticas, cuyos progresos tie- á las sociedades en un estado tan r e g u -
nen una influencia que siéndo menos i n - lar como próspero, en que las cosas cons-
mediata y menos sensible, es por lo m i s - piran con los hombres contra el poder a r -
mo mas peligrosa. Estas ciencias turban bitrario.
de tres maneras el sueño d e los pueblos Resulta de este capítulo, lo i . ® qué
esclavos, y el reposo de los opresores. E n Un sistema político en que el entusiasmo
primer lugar disipan muchos prestigios nacional sacrifique todos los intereses d o -
por la observación de los fenómenos, por mésticos al ínteres, ó mas bien á la g l o -
el exámen de las leyes de la naturaleza ria del estado, parece no ser y a para no-
y por la exposición del sistema entero del sotros: lo 3 . ° que es sumamente peli-
mundo. E n segundo lugar, acostumbran groso permitir progresen las artes y lá
al entendimiento humano á indagaciones razón, cuando no se quieren conceder, ni
profundas y á métodos rigurosos de que aun reconocer las garantías individuales:
tío deja de hacer una aplicación ternera- lo 3 . ° que para negarlas expresamente el
Tia á otros objetos. E n tercer lugar, ilus- único regimen muy eficaz y seguro, si
tran las artes, las dirigen, simplifican sus fuere todavía practicable, sería aquel en
que todas las luces son apagadas, la i n -
Operaciones y les abren nuevos caminos y
dustria en todos sus ramos llena de trabas
campos inmensos. L a tierra misma c u a n -
y la especie humana retenida por su e m -
do los rayos de estas ciencias la han ilu-
brutecimiento en la mas estrecha y más,
minado por mucho tiempo, muestra t a m -
dura servidumbre.
bién por su activa fecundidad, por la v a -
r i e d a d , el órden y la riqueza de sus p r o - Sin embargo, se ha imaginado ótío
ducciones que se liberta del y u g o de las sistema, que consiste en proclamar so-
preocupaciones y de los caprichos. E n una lemnemente estas garantías y hacerlas
ilusorias por leyes de excepción 6 de Todos, los cultos son tolerados; p e r o
circunstancias. Esta aera la materia del la legislación, la administración, la poli-
capítulo siguiente. cía y la política exterior, son calculadas
sobre uno solo, d e suerte, q u e las o b l i g a -
CAPITULO VIL ciones religiosas que impone á la concien-
cia de sus sectarios, se extienden poco
De los gobiernos en . que las garantías in- á p e c o á los actos civiles y domésticos
dividuales, aunque declaradas, permanecen d e los que no lo profesan. E s t o s mismos
ficticias, anulándose o restringiéndose per• serán de tal manera a b a n d o n a d o s por e l ;
petuamente por leyes de excepción ó de gobierno, que dejará algunas veces i m p u -
circunstancias. nes ios atentados mas criminales contra
'a hipótesis de que vamos á tratar, es cíales y del• sistema representativo, otros
la de un pueblo á que se han promovido vestigios que sus nombres. Las comisiones de
todas las garantías individuales, algunas la libertad individual y de la libertad de la
leyes, calificadas de fundamentales 6 cons- imprenta se renovaban periódicamente en el
titucionales; pero que por otras leyes seno de un senada, .mientras que en efecto
provisorias que se suceden sin interrup-
se había, hecho imposible publicar libremente
ción, es retenido eternamente bajo el yu-
un. solo renglón, y resistir por un momento
go del poder arbitrario ( i ) .
á los actos .arbitrarios. Este senado y w
pretendido cuerpo tejiilativo, daban á la vo-
( i ) En diversos tiempos y países, se luntad de un solo hombre la apariencia de
han hecho ensayos de este régimen. -Jamás voto nacional, y á la nación entera el ejem-
ejtuvo, mejor establecido en Francia que plo de la mas profunda servidumbre. Se
desde 1 8 0 0 hasta.el mes de marzo de 1 8 1 4 , vieron desaparecer sucesivamente todas las
Entonces no. restaban de las garantías so- instituciones garantes, y succederse uno des-
23
ilusorias por leyes de excepción 6 de Todos, los cultos son tolerados; pero
circunstancias. Esta aerá la materia del la legislación, la administración, la p o l i -
capítulo siguiente. cía y la política exterior, son calculadas
sobre uno solo, d e suerte, q u e las o b l i g a -
CAPITULO VIL ciones religiosas que impone á la concien-
cia de sus sectarios, se extienden poco
De los gobiernos en . que las garantías in- á peco á los actos civiles y domésticos
dividuales, aunque declaradas, permanecen d e los que no lo profesan. E s t o s mismos
ficticias, anulándose o restringiéndose per• serán de tal manera a b a n d o n a d o s por e l ;
petuamente por leyes de excepción ó de gobierno, que dejará algunas veces i m p u -
circunstancias. nes ios atentados mas criminales contra
'a hipótesis de que vamos á tratar, es cíales y del• sistema representativo, otros
la de un pueblo á que se han promovido vestigios que sus nombres. Las comisiones de
todas las garantías individuales, algunas la libertad individual y de la libertad de la
leyes, calificadas de fundamentales 6 cons- imprenta se renovaban periódicamente en el
titucionales; pero que por otras leyes seno de un senado, .mientras que en efecto
provisorias que se suceden sin interrup-
se había, hecho imposible publicar libremente
ción, es retenido eternamente bajo el yu-
un, solo renglón, y resistir por un momento
go del poder arbitrario ( i ) .
á los actos .arbitrarios. Este senado y un
pretendido cuerpo lejiilativo, daban á la vo-
( i ) En diversos tiempos y paites, se luntad de un solo hombre la apariencia de
han hecho ensayos de este régimen. -Jamás voto nacional, y á la nación entera el ejem-
estuvo, mejor establecido en Francia que plo de la mas profunda servidumbre. Se
desde 1 8 0 0 hasta.el mes de marzo de 1 8 1 4 , vieron desaparecer sucesivamente todas las
Entonces no. restaban de las garantías so- instituciones garantes, y succederse uno des-
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sus propiedades ó. contra sus personas; propiedad d e los escritos periódicos: h a r á
pero d i r á sin e m b a r g o , q u e las c o n c i e n - mas: establecerá ó c o n s e r v a r á d i r e c t o r e s
cias son libres. de la industria t i p o g r á f i c a ; pero d i r á que
H a sido d e c l a r a d o que t o d o s g o z a - la imprenta es libre.
rían e.l.derecho d e publicar é i m p r i m i r sus L a s propiedades son reconocidas p o r
opiniones; pero el g o b i e r n o se reservará- inviolables; p e r o a l g u n a s , pública é i m -
los medios de i m p e d i r la publicación d e punemente a m e n a z a d a s por los ministros
las opiniones que le d e s a g r a d a n , y d e d e estado, y por los ministros d e la r e l i -
p e r s e g u i r á los autores que profesaren gión del e s t a d o , p e r d e r á n p a r t e del d é b i l
d o c t r i n a s que él no hallare sanas;, se a t r i - valor que les dejen los impuestos e x o r -
b u i r á , la dirección, la r e d a c c i ó n y casi la bitantes con que serán g r a v a b a s como t o -
d a s las otras Será p r o h i b i d o no a t a c a r -
pues de otro, todos los resortes de la tiranía. las, sino el percibir q u e se las ataca; se
Aunque este gobierno haya, cometido atenta* p r e s e n t a r á n q u i z á ocasiones en que el
dos espantosos, debemos confesar que las per- gobierno no las encuentre bastantemente
secuciones han sido mas sanguinarias, y las- sólidas para unirles no se que títulos; y
proscripciones mas vastas en »795 y 1 7 9 4 , sin e m b a r g o , d i r á siempre que no pone
igualmente que en r S i j y 1 8 x 6 ; pero la entre ellas y las o t r a s p r o p i e d a d e s alguna
época de 1 8 0 0 á 1 8 1 4 , es en la que mas- diferencia,-
se ha adelantado la obra de la esclavitud E n fiíi, la seguridad d e las personas
general de la Francia y aun de la Europa, - está solemnemente c o n s a g r a d a ; pero v e n -
y-, en que se ha trabajado con mas destreza- d r á n c o y u n t u r a s en q u e los ministros,, los
en extinguir toda luz en los entendimientos y a d m i n i s t r a d o r e s , los agentes Superiores y
toda energia en los caracteres, todo germen subalternos d e l gobierno, estarán a u t o r i -
de libertad pública y de independencia per- zados para a p o d e r a r s e d e los c i u d a d a n o s
sowl., . • . que les sean sospechosos, • p a r a retenerlo«
en las prisiones, sin presentarlos al juez. vestirse de t e d a la autoridad de que la
jQué se yo! podria suceder que centena- despojan. Una • constitución es cada evi-
res, que millares de individuos, militares, dentemente, si no es la ley de todas las
jurisconsultos, políticos, literatos, propie* otras leyes. Desde que estas pueden subs-
tarios, negociantes, artistas, fuesen d e s - traerse al imperio de aquella, restringir-
terrados ó deportados para siempre, sin la, traspasarla ó suspenderla, ella no es
q u e precediese ningún juicio, y quizá por mas q u e una ficción, una fantasma. E n t r e
hechos, opiniones ó votos, sobre que la todas las leyes, ella sola es ineficaz, pues
ley fundamental tuviese expresamente pro- nada puede contra las otras que lo pueden
hibida toda inquisición. E l gobierno in- todo contra ella. Se diría que no existe
vestigará estos votos, comprenderá, si le sino para recibir ultrajes, y para hacer
es necesario, en la misma proscripción vo- mas sensibles á cada ciudadano los aten-
tos opuestos entre sí y contradictorios, tados individuales que ella le habia or-
perseguirá á los prosélitos hasta fuera de denado no temiese. ¿Qué significa esta i n -
sus fronteras, q u e r r á que no encuentren mutabilidad, que todavía se atreven á
ningún asilo; y continuará llamándose g a - atribuirle? Una ley inmutable, es aquella
rante de la s e g u r i d a d de todas las per- que ; se observa; y se empieza á destruir
sonas. u s a constitución desde el momento en que
Si no se tratase a q u í mas que de al- se desobedece alguna de sus disposicio-
gunos abusos accidentales del poder, po- nes literales. L o que contradice á la letra
d r á n creerse inevitables enmedio de los d e una ley constitucional, jamás es c o n -
movimientos complicados de un vasto sis- f o r m e á su espíritu; y se destruye su a u t o -
r i d a d , si en las cuestiones que ha resuelto
tema de administración. L o extraño y
positivamente, se consulta otra cosa qus
casi prodigioso, es que los actos expresa-
su texto.
mente reprobados por la ley fundamental,
p u e d a n llevar n o m b r e d e leyes, y r e - En la hipótesis d e que hablamos
h a y simultáneamente dos sistemas opues- Cuando estos dos sistemas existen,
tos, el uno constitucional'y el otro r e v o - no tenéis otra cosa que hacer, sino obser-
lucionario; porque este- ftombre bárbaro, var de cerca lo que pasa en las adminis-
es el único que conviene á unos c a p r i - traciones superiores y subalternas, en los
chos sugeridos por circunstancias v a r i a - consejos, oficinas y tribunales; Vereis en
bles. E l primero no es mas que simple todas partes muchos mas hombres emplea-
aparato; ministra nombres á algunas auto- dos en preparar, ejecutar y aplicar las
leyes de excepción, $ue en -llenar unas
ridades, títulos á sus actos, y formas ó
funciones racional|S*~ Cuando hay dos
fórmulas á sus determinaciones. E l se-
principios en un gobierno, siempre es el
gundo, imprime en efecto los movimientos,
malo el que ocupa y anima á-'la mayor
y aunque se oculta lo mas que puede, él
parte de los agentes de la autoridad. L o s
solo es el que se hace sentir. Si el cere-
negocios,, c u y o curso está arreglado, si
monial constitucional se ostenta todavía
por casualidad ge presentan, no tienen ín-
algunas veces, la voluntad arbitraria es la
teres á su vistaf y son abandonados con
que rije las acciones, y la que penetra
desprecio para tiempos mas desocupados.
todo el interior de los hombres y de las
Creen no gobernar; ni administrar, sí no
cosas. P e r o aunque las fuerzas sean "siem- imprimen ó reciben sacudimientos; temen
pre desiguales entre el órden y el desór- al órden, no solo por lo que el es, sino
den, aunque este no pueda perpetuarse también p o r ~ l o s perjuicios que les causa.
sin prevalecer, su coexistencia ocasiona Notad poplotra parte, que en el momen-
entre uno y otro una lucha diaria y es- to en que "cesase el régimen arbitrario, la
candalosa, que d e j a n d o / a l , primero sin mitad d é ' l o s empleados seria superfiua, y
poder, deja al segundo sin .crédito y aun el gobierno mucho menos pródigo en sa-
Sin aprobación. L o que resta del régimen larios y gratificaciones. También debeis
regular, es bastante para deshonrar al contar entre las causas que perpetúan este.
poder arbitrario, que irritándose con este
oprobio, se sumerge en él mas y mas.
.8S
régimen, los intereses á que satisface, la frumentos y sus víctimas, reanima s u & <
Codicia que alimenta, y por consiguiente, natismo, eterniza sus venganzas, llena á
el enorme aumento de gastos públicos que los gobernantes y gobernados de descon-
exjjej porque la tiranía y la impostura fianzas, inquietudes, temores vagos, e s -
son muy caras. Despojar á todo un pue- peranzas quiméricas, y los arrastra por
blo de las garantías individuales, es un medio de incomodidades provisorias, á las
oficio lucrativo, que se hace la única in- mas deplorables catástrofes.
dustria y habilidad de los millares d e L o s efectos deteste régimen sobre
funcionarios y de eUB||eados que lo ejer- el órden representativo, y sobre el orden
cen. judicial, merecen observarse particular-
E n cuanto al gobierno que los paga, mente.
seguramente nada gana en ello. Este.do- Para volver del todo nulas las g a -
ble régimen, lejos de ceder en su utili- rantías, es absolutamente necesario obrar
dad,, lo tretj.ene. en una posicion fclsa y -de modo que la representación nacional
peligrosa, lp constituye en un estado ha- no sea sino un vano simulacro. Son, pues,
bitual de infidelidad, lo condena, á re- abolidos los derechos de ciudadano, se
producir sin cesar miserables sofismas, 'designan los electores, se les nombra de
cuyo absurdo conocen aun los talentos oficio, se liga esta función á favores ar-
menos ejercitados, y lo. expone alterna- bitrariamente distribuidos. Y a no se les
tiva, y á veces simultáneamente,^ los deja sino eLderecho de presentar candi-
resentimientos y ataques de to¿«s los par- datos, entre los cuales, los cortesanos,
tidos, resentidos succfsiyament« por el reunidos ren cuerpo, están encargados de
abuso de estas armas ilegítimas, de qne se escoger los que mas se les parezcan; y a
han apoderado unos despties de otros. E l «i los electores deben hacer inmediata-
sistema arbitrario ó revolucionario, to- mente nombramientos definitivos, se e m -
mando del seno de la% facciones sus ins- plean todos los medios de intrigas, de
H
corrupción, de violencia para q«e hagan ¡aon el oido á" éste lenguage de la razón
Jos que se quieren, los que; de antemano y de la patrié.
están determinados por listas ministeria- ¿Se q'aiere aparentar que se estable-
les. Se logra una pretendida asamblea cen consejos de administración local? Se
representativa, en que solo el gobierno es dará este nombre á comisiones, cuyos
representado; lo es por sus mas fieles miembros Serán directamente nombrados
criaturas, por sus agentes mas adictos, por la autoridad suprema, sin alguna
«nobles y privilegiados de antigua ó de participación de los administradores, y
nueva creación, ministros, consejeros de que expresando los votos que les habrán
estado, administradores generales y par- dictado ó los^que les sugerirán los inte-
ticulares, ministros y consejeros del t r i - reses particulares de su clase, pasarán por
bunal de justicia, tenientes, procuradores haber declarado la voluntad pública de üua
y abogados del príncipe. Ningún cuidado ciudad, de un distrito, de una provincia.
..se omite para que los gobernados no ten- L o s jurados,' si no se llega á extinguir
gan alli, si se puede, persona que los re- esta institución incómoda, si se v e n f o r -
presente, persona cuyos inrereses sean los zados á conservar por lo menos el nom -
de ellos, persona que pueda exponer las bre, los jurados serán también comisio-
opiniones, los sentimientos y los votos de nados, designados por los intendentes y
ellos mismos. Allí, cuando no está pres- los ministros de arresto, según el ínteres
crito un silenc'O absoluto, los acentos de que los gobernantes tomen en las causas,
cuyo cuadro se habrá formado antes de la
la adulación soo los únicos que se hacen
elección. Se abolirá por otra parte el jurado
•cir con plena? libertad: si por- casualidad
de acusación; y sin embargo, se descon-
se levantan algunas voces para invocar
fiará aun del vano simulacro de un j u r a -
las garantías prometidas,, para señalar
do de sentencia, á tal punto, que se subs-
monstruosos abusos, son interrumpidas, su-,
traerá de él el conocimiento de ta mayor
focadas con: clamores, y en breve se niega
parte d e los negocios criminales, ya bajo- r á p i d o , el número d e las víctimas tan
él pretesto de que los hechos p o r verifi- exorbitante, la iniquidad tan palpable y
car no son mas que delitos que no piden tan repugnante, que se asistan ellos misa-
penas aflictivas ó infamantes, ya. porque mos, se determinan, no sin disgusto, á
se habrán creado para muchos crímenes destruir algunos d e estos instrumentos d e
tribunales d e excepción. proscripción y á reemplazarlos con t r i b u -
E n efecto, hay necesidad de alterar, nales ó consejos, cuya apariencia sea mas
todos los elementos, todos los resortes d e l regular.
órden judicial, cuabdo se ha resuelto r e - U n a de das ideas que algunas veces»
d u c i r á palabras vacias de sentido las les ocurren, e s - d a r atribuciones judicia-?
garantías que se hao proclamado. Antes les á un consejo de estado, q u e la ley.
d e convertir contra ellas el ministerio de fundamental no reconocía, que sí bien puew
los jueces ordinarios, instituidos para de- de- existir en una monarquía absoluta, ñor
fenderlas, se comienza por crear tribuna- tiene lugar e n tra sistema r e p r e s e n t a t i v o ,
les revolucionarios, prebostales, especia- p o r q u e no «¡endo; responsable ni i n d e -
les permanentes, extraordinarios y otros, pendiente^ llenando á un ttómpo y c o n -
consejos de g ú e r r a y comisiones militares. f u n d i e n d o funciones d e toda especie, l e -
C a s i todos estos nombres advierten bas- gislativas, ministeriales, administrativas^
t a n t e lo que debe esperarse: todos sabed y en fin, judiciales, es en la realidad in-.
q u e tal modo de administrar justicia, no definible, y tan incompatible por su n a -
f e emplea ni para protejer la inocencia, turaleza eon una oonstitucion propiamen-
ni para afirmar las garantias. L o s g o - t e dicha, como por el gasto inútil q u e
bernantes se dan prisa en servirse de ellos provoca y t r a e consigo, contrario á toda
para deshacerse de sus enemigas ó de los sabia economía. C u a n d o este consejo en
que les plugó declarar tales; y cuando el empleado como tribunal, es el gobierno
curso de la venganza se lia hecho tan el que y las mas veces en su pro*
pía causa. Sin embargo, como es difícil d e en esta hipótesis verse destituido con
n o limitar esta jurisdicción aúüca á cierta p e n s i o n ó sin ella, 6 bien promovidos á
clase d e negocios, ios gobernantes n o u n g r a d o superior. V e d a q u í como los
creerían juzgarla bastante, si n o d i s p u t a - Juicios criminales^ y aun civiles, en q u e
sen de los tribunales ordinarios ó c o n s - los gobernantes t o m a r á n ínteres, no e m a -
titucionales; y para que esfos no se mues- n a r á n , en su último análisis, sino de ellos
tren indóciles, prevaliéndose de su inamo- mismos, y cómo subyugarán un poder
vilidad, se aplican á hacerla ilusoria que debía quedar independiente é i m -
como todo lo demás. E l nombramiento parcial. Sin duda la autoridad soberana
d e jueces n o será pues sino provisional^ debe tener en ios tribunales oficiales q u e
mientras no sean instituidos; y no s e l e í le sean propios, que sean en efecto d i g -
i n s t i t u i r á sino despues de haber t o m a d o nos d e ella por la decencia y g r a v e d a d
u n término dé muchos años para d i r R d e sus discursos, que nunca se crean
¿irlos, probarlos y depurarlos. A n t e s d e dispensados p o r su cargo de obedecer a
Ja-espiración d e este término, se h a r á eti su conciencia, ni autorizados á t r a n s -
la organización judicial alguna variación^ formar una acusación pública en un t e -
nociva ó superfina por lo menos, p e r o jido de sofismas desacreditados, d e fic-
que anulará los nombramientos hecho» ciones calumniosas, d e observaciones sa-
antesy autorizará los nuevos y r e t a r d a r á tíricas ó d e imprecaciones violentas.
mas y mas; la institución f a t a l . Aun d e s - P e r o al lado ó superiores á estos órganos
pués que esta sea consumada, una r e o r g a - del gobierno, la ley tiene también los
suyos: estos son los jueces; y todo vesti-
nización quedará siempre- posible, 'sien**
gio de órden y d e equidad, d e s a p a r e -
p r e anunciada, siempre el objeto d e lo.«
cería d e un tribunal, si el primero d e los
temores y de 4a espetafiza d e cada juez,
jueces que lo componen se constituyese
siempre e b motivo d e su docilidad y de
sin el menor d i s f r a z , la parte contraria
su complacencia: j a m á s olvidará q u e p u é *
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