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Ciencias Biológicas
ISSN: 0253-5688
editorial.cenic@cnic.edu.cu
Centro Nacional de Investigaciones
Científicas
Cuba
Zamora-Rodríguez, Zullyt
Reflujo gastroesofágico, características generales y modelos experimentales
Revista CENIC. Ciencias Biológicas, vol. 46, núm. 1, enero-abril, 2015, pp. 25-41
Centro Nacional de Investigaciones Científicas
Ciudad de La Habana, Cuba
Zullyt Zamora-Rodríguez
Centro de Productos Naturales, Centro Nacional de Investigaciones Científicas. Dirección: Calle 198
entre 19 y 21 Atabey, Playa, La Habana, Cuba Teléfono: 2714225, 2714200, 2714212
zullyt.zamora@cnic.edu.cu
ABSTRACT. The principal aspect of the (GERD) is a chronic recurrent condition that affects
millions of around the word. Bibliographic review performed in order to show the principal
aspects of the GERD, as its incidence, the complexity of its diagnosis, which is based in a first
phase in the therapeutic response to proton pump inhibitors and secondly in monitoring pH and
bile acids, among others. On the other hand, the importance of knowledge about the
pathophysiological process of the disease, which the main therapeutic targets leading to the
development of strategies and drugs currently used to treat the GERD is exposed. Moreover, the
main experimental models widely used for the study of the physiopathology and the evaluation
were described of new substances with potential benefit in the treatment of GERD. In this context,
the animal species, conditions and the different surgical techniques corresponding to the
experimental models of esophagitis: acute and chronic esophagitis induced by gastroesophagic
reflux, gastro-duodeno esophagic reflux and the duodeno esophagic reflux.
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Revista CENIC Ciencias Biológicas, Vol. 46, No. 1, pp. 25-41, enero-abril, 2015.
INTRODUCCIÓN
La enfermedad de reflujo gastroesofágico (ERGE) es un desorden gastrointestinal crónico
recurrente que afecta a millones de personas en todo el mundo y cuya prevalencia se ha
incrementado.1 Un estudio económico social realizado en los Estados Unidos, demostró que la
ERGE fue la patología gastrointestinal más común.2 De acuerdo con la definición de Montreal,
esta enfermedad es diagnosticada cuando el contenido del estómago es refluido y causa algunos
síntomas o complicaciones o ambas.3 El reflujo de los jugos gástricos origina ardentía y
regurgitación, los cuales son los síntomas cardinales de la ERGE, y otros como dolor en el pecho,
asma, ronquera y disturbios del sueño, son considerados como síntomas atípicos o extraesofágicos
de la enfermedad4 Algunos de estos síntomas tienen un impacto adverso sobre la calidad de vida
5,6
y los pacientes que presentan estos síntomas con mayor frecuencia y severidad tienen menor
calidad de vida, productividad en el trabajo y calidad del sueño. 7,8 Se ha demostrado que el
reflujo crónico es un importante factor de riesgo para la formación de adenocarcinoma
esofageal.10
Existen diversos factores de riesgo para la ERGE, los cuales incluyen las relajaciones transitorias
del esfínter esofágico inferior (EEI), defensa deficiente de la mucosa esofágica, pobre
aclaramiento esofágico, hipersensibilidad viceral, hernia hiatal y vaciado gástrico tardío, siendo la
relajación transitoria del EEI el más importante.11 La obesidad es un factor de riesgo
independiente para el desarrollo de la ERGE y también se asocia a sus complicaciones, que
incluyen la esofagitis erosiva, esófago de Barret (EB) y el adenocarcinoma.12,13
Existen dos formas de esofagitis, la erosiva y la no erosiva, pero ambas se incluyen dentro de la
ERGE, la diferencia entre estas se encuentra determinada por la presencia o no de daño en la
mucosa. Los pacientes con enfermedad de reflujo no erosiva poseen una sensibilidad
incrementada a la presencia de concentraciones ácidas débiles o al reflujo no ácido y una anormal
sensibilidad tanto periférica como central, lo cual origina la aparición de los síntomas en estos
pacientes.14
La supresión de ácido es la principal herramienta terapéutica para tratar la ERGE y los inhibidores
de la bomba de protones (IBP) constituyen el tipo de fármaco principal utilizado con este fin. 15
Adicionalmente, se describe el empleo de otros bloqueadores de la secreción ácida, tales como los
antagonistas a los receptores H2, las terapias con productos naturales y las modificaciones en el
estilo de vida, aspecto importante dentro del control de la ERGE. 7,16
El objetivo del presente trabajo consistió en ofrecer una revisión actualizada acerca de los
hallazgos relacionados con la prevalencia, factores de riesgo, diagnóstico, fisiopatología y
tratamientos de la ERGE y por otra parte describir los principales modelos experimentales,
mediante los cuales se amplían los conocimientos sobre los cambios fisiopatológicos y las nuevas
dianas terapéuticas a desarrollar para prevenir las consecuencias de dicha patología.
PREVALENCIA
Los estudios clínicos realizados demuestran que la prevalencia de la ERGE varía ampliamente,
dependiendo del criterio de diagnóstico utilizado. En el año 2000, se estimó por parte de la
National Heartburn Alliance que 60 millones de americanos sufren los síntomas de la enfermedad
al menos una vez al año y que 25 millones de adultos presentan los síntomas diariamente.17 De
modo general, su incidencia en la población es elevada (hasta un 20 %) la cual se encuentra en
ascenso en diversos continentes como Europa, América del Norte y Asia.18-23 Los datos sobre la
prevalencia de esofagitis en Cuba son escasos, si bien un estudio realizado en La Habana en
2007 reportó una prevalecía de esofagitis del 25,2 %.24
FACTORES DE RIESGO
Existe un componente genético potencial condicionante para el desarrollo de la ERGE y quizás
también, para el desarrollo de EB. 25 En los EE. UU, aunque no existe diferencia entre los
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Caucasianos y los afroamericanos, este último grupo tiene una menor predisposición al riesgo de
esofagitis. 26 En un estudio realizado en Johannesburg, de 216 pacientes con EB, solo el 5 % de
estos eran de la raza negra, a pesar de que la proporción de negros y blancos en la ciudad era de
5 : 1.1 Existen evidencias que sugieren que la edad avanzada y el sexo masculino se encuentran
asociados con una elevada incidencia de esofagitis.27-29 Los sujetos obesos son 2,5 veces más
propensos a padecer de ERGE que los que tienen la masa corporal entre los índices establecidos
como normales.12,30,31 El consumo de alcohol y la presencia de hernia hiatal son factores de riesgo
de la ERGE y la esofagitis.28,32 La presencia y tamaño de la hernia hiatal está asociada con una
mayor incompetencia del EEI, defecto en la peristalsia, mayor severidad del daño de la mucosa e
incremento en la exposición al ácido.33 Un estudio realizado en Japón identificó como factores de
riesgo de la ERGE fumar cigarros y el consumo del alcohol.34 Se sugirió que el incremento en el
consumo de sal, azúcar, pan blanco, bebidas carbonatadas son también factores de riesgo35 puesto
que afectan la fusión normal del EEI, la amplitud de las contracciones y la velocidad peristáltica
de la porción distal del esófago, lo cual incrementa el reflujo.36,37 En Nigeria, el incremento en el
consumo de cola y café entre estudiantes de Medicina con el objetivo de mantenerse despiertos,
fue asociado con un incremento de la prevalencia de la enfermedad,38 esta es frecuentemente
diagnosticada en pacientes con enfermedades del tejido conectivo, especialmente la
esclerodermia,39 así como en pacientes con obstrucción crónica de las vías respiratorias. 40
Adicionalmente, un número considerable de fármacos y productos hormonales han sido asociados
con la ERGE, entre los cuales se incluyen los anticolinérgicos, benzodiazepinas, bloquedadores de
los canales de calcio, dopamine, nicotina, nitratos, teofilina, estrógenos, glucagón y algunas
prostaglandinas. 41 Por otra parte, se ha demostrado que los signos clínicos de constante jadeo, el
asma y la hiperactividad bronquial durante la niñez y la adolescencia se clasifican como factores
que predisponen en el futuro (edad de 26 años) al desarrollo de síntomas de la ERGE. 42
DIAGNÓSTICO
La primera forma de diagnóstico de la ERGE, se basa en la presencia de signos clínicos, como la
pirosis la regurgitación o ambas inclusive.43,44 Ante la presencia de estos signos clínicos, se inicia
una terapia empírica con fármacos antisecretorios, en caso de obtener una respuesta satisfactoria,
se confirma su diagnóstico de ERGE. 45
Teniendo en cuenta que tanto en la ERGE como en la enfermedad de reflujo duodeno esofágico
(ERDE), se caracterizan por presentar sintomatologías similares, se hace difícil el diagnóstico
diferencial desde el punto de vista clínico, puesto que se pueden presentar pacientes con ERDE
sin signos de esofagitis, mientras que en los pacientes con ERGE, la esofagitis es persistente.8 Sin
embargo, en estudios experimentales se evidencia el desarrollo de metaplasia intestinal (MI) con
displasia (D) y adenocarcinoma (ADC) en animales con reflujo duodeno esofágico (RDE) y se
destaca que el reflujo no ácido refluido es particularmente importante en la progresión de EB a
ADC. 46
Por otra parte, el monitoreo del pH durante 24 h47,48 en combinación con el uso de un
espectrofotómetro de fibra óptica (Billitec 2000) para monitorear los ácidos biliares presentes en
el contenido refluido.49-51 son importantes herramientas de diagnóstico. Este último es utilizado
fundamentalmente en pacientes con reflujo duodeno-esofágico, los cuales no responden de forma
satisfactoria ante el tratamiento con IBP.52,53 La impedancia intraluminal detecta la composición,
la distribución y la eliminación del contenido tanto ácido como el no ácido refluido.54 Por otra
parte, también se consideró el empleo de un manómetro esofageal para determinar la presión
existente en el EEI. Por último, y no menos importante, pero sí la más utilizada la esofagoscopía,
también es otro método empleado para el diagnóstico de la esofagitis y otros cambios
estructurales que pueden conducir al desarrollo del cáncer esofágico.55,56
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Por tal razón, de un diagnóstico certero dependerá la eficacia del tratamiento aplicado en los
pacientes que sufren de la ERGE.
El reflujo persistente del contenido gástrico hacia el esófago induce ruptura, destrucción y erosión
de las células de la pared de la mucosa,59 y en consecuencia, el sistema de defensa de la mucosa
esofágica resulta incapaz de sostener y reparar el daño local provocado.
Por otra parte, la existencia de un reflujo duodeno-gastro-esofágico (RDGE), en el que tanto el
contenido de jugo gástrico (ácido gástrico) como el duodenal (ácido biliar) retornan hacia el
esófago 60,61 es un fenómeno no infrecuente que agrava el escenario del daño de la mucosa
esofágica.
En tal sentido, estudios experimentales han evidenciado que, en presencia de ácido y pepsina, los
ácidos biliares (AB) inducen un marcado daño esofágico, ya que en esa forma atraviesan la
barrera de la mucosa esofágica, alcanzan su compartimiento proliferativo, quedan atrapados, se
acumulan dentro de las células y destruyen su función normal.62 Por ende, la presencia de AB en
el contenido duodenal refluido hacia el esófago es crucial en la transformación patológica de EB
en ADC, ya que activan la proteína kinasa C que induce la transcripción génica para la expresión
de la enzima ciclooxigenasa 2 (COX- 2), implicada en diferentes procesos inflamatorios.63
Al igual que en otros procesos inflamatorios, la esofagitis experimental inducida por reflujo gastro
esofágico (RGE) se acompaña de un marcado incremento de la infiltración de neutrófilos y de la
expresión de citocinas (factor de necrosis tumoral α(FNTα), la interleucina 1 (IL-1), la citocina
inductora de quiomiotaxis de neutrófilos (CINC 1) (siglas en ingles), moléculas de adhesión y el
factor de crecimiento transformador-α(TGFα) (siglas en inglés) en la mucosa esofágica.64-66
Igualmente, se ha comprobado la implicación de la liberación de la molécula ON dentro del
proceso fisiopatológico del daño esofágico.67 Adicionalmente, se ha asegurado la implicación de
los radicales libres (RL) en la patogénesis de la ERGE.68-71
En resumen, cuando las células epiteliales del esófago son expuestas a los ácidos gástricos o
biliares o ambos ocurre un daño de esta (degeneración y esta necrosis) que incluye la infiltración
de neutrófilos, liberación de citocinas proinflamatorias e incremento de moléculas de adhesión
que incrementa aún más el daño. La magnitud de este al tejido esofágico, depende del tiempo de
exposición a los jugos gástricos o biliares o ambos, fase aguda (3 d) y fase crónica (21 d). Por
otra parte, las citocinas y las moléculas de adhesión, estimulan la expresión de la enzima COX-2,
la formación de prostaglandina E2 (PGE2), las cuales conducen la transformación hiperplásica de
la células básales del epitelio (Fig 1). 74
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Un aspecto importante del reflujo duodeno-esofágico (RDE), que lo hace de difícil resolución a
diferencia del RGE, es el tipo de contenido refluido (alcalino), por lo que el uso de IBP, por lo
general, empeoran los síntomas de la enfermedad, no alcanzado la efectividad esperada en el 50 %
de los pacientes. 104
El panorama descrito con anterioridad indica, como ocurre en la actualidad, que el manejo
farmacológico exitoso del RDGE sea aún más difícil que el del RGE, no por lo que existen hasta
el presente medicamentos que satisfagan una eficacia adecuada en función de síntomas y daño
esofágico, ya que incluso en muchos casos, los IBP pueden agravar los síntomas del RDGE. En
tal sentido, el uso de maicena (más barata) o carboximetilcelulosa antes de las comidas suele
aliviar este cuadro.105,106
Por tal motivo, la búsqueda de sustancias eficaces y seguras para el tratamiento farmacológico de
la esofagitis por RDGE constituye una problemática actual. Para ello, se hace necesario investigar
el efecto de las sustancias de interés en diferentes modelos experimentales, los cuales se describen
a continuación.
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Fig 2. Representación esquemática del método para inducir esofagitis por RGE. Tanto el
duodeno como la zona de transición entre el pre-estómago y la porción glandular son ligadas con
hilo de seda 2.0 para incrementar el reflujo de ácido gástrico hacia el esófago.
En este modelo el esófago estuvo expuesto tanto al contenido gástrico como duodenal y se
observó un considerable incremento del estrés oxidativo en tejido esofágico, lo cual evidenció la
implicación del daño oxidativo como factor fundamental dentro del proceso fisiopatológico de la
esofagitis por RGDE.113
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Fig. 3. Representación esquemática del método para inducir esofagitis crónica mediante el
esófago- duodeno anastomosis término-lateral.
Fig. 4. Representación esquemática del método para inducir esofagitis crónica mediante el
esófago- duodeno anastomosis latero-lateral.
Fig. 5. Representación esquemática del método para inducir esofagitis crónica mediante el
esófago- duodeno anastomosis con gastrectomía latero-lateral.
Fig. 6. Representación esquemática del método para inducir esofagitis crónica mediante el
esófago- duodeno anastomosis término-terminal con gastrectomía total.
CONCLUSIONES
La presente revisión demuestra la elevada incidencia de la ERGE y sus implicaciones para el
desarrollo de adenocarcinomas esofágicos. Además, evidencia la importancia, así como y la
diversidad de modelos experimentales, mediante los cuales, de forma reproducible, se amplían los
conocimientos sobre el proceso fisiopatológico de dicha patología para explorar diferentes formas
terapéuticas.
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