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SAM: ¿Puedo poner mi corazón a sus pies?

CHRIS: Si no ensucia el piso.


SAM: Mi corazón está limpio.
CHRIS: Habrá que verlo.
SAM: No puedo sacarlo.
CHRIS: ¿Quiere que le ayude?
SAM: Si no le importa.
CHRIS: Es un placer. Yo tampoco puedo sacarlo.
SAM: (​Llora).
CHRIS: Se lo sacaré con cirugía. Para eso tengo un cuchillo. Haremos esto en un minuto.
Trabajar y no desesperar.
CHRIS: Bueno, está listo. Pero es un ladrillo. Su corazón es un ladrillo.
SAM: Si, pero solo late por usted.
CHRIS: No pierda el tiempo conmigo
SAM: Qué dolor tan hijueputa
CHRIS: ¿Está bien? Ya se tiró la baldosa
SAM: ¿Dónde quedaron mis zapatos? ¿Dónde quedaron? ahora que los necesito no los
encuentro.
CHRIS: Anoche los dejé bajo la cama. Quien lo viera así, le dan a uno unas ganas de
arrancarle los pantalones.
SAM: Vaya coma mierda.
CHRIS: Sus zapatos fueron a dar una vuelta por el techo. Venga, párese. Despacio.
SAM: ¡Hijueputa! ¡No me toque! Se pudrió esta vaina.
CHRIS: Seguro fue por dejarlo fuera de la nevera. Démelo, yo se lo guardo.
SAM: Todavía me duele. Tenga cuidado, si lo deja caer se puede romper. (CHRIS deja el
ladrillo en la mesa de noche) Tengo frío. Cierre la ventana.
CHRIS: Deme la mano. (​SAM le da la mano, CHRIS la pone entre sus piernas).​ Tranquilo.
Ya, deje de llorar. Acuéstese aquí, ya todo está bien.
SAM: Se me entumecen las manos. Ya no siento los dedos.
CHRIS: ​Acariciando a SAM​. ​Gime.​ Más adentro. Más hondo.
SAM: No siento el brazo. ¿Qué pasa?
CHRIS: Metalo, metalo hasta el fondo. ​Gime
SAM: No veo. Ya no veo. Tampoco escucho ¡Ayudenme!
CHRIS: Siga. Que lo sienta para que no lo olvide. ​Gime A ​ hora el hombro. La cabeza.
SAM: ¡Auxilio!
CHRIS: Eso... eso... siga derecho... solo siga derecho. ​SAM desaparece en CHRIS​.

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