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VARIABLE COMPLEJA
JOSÉ MIGUEL MARÍN ANTUÑA
Introducción 9
1.1.2 Definiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
1.2.1 Definiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
1.3.2 Continuidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
1.3.3 Ejemplos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
3
4 ÍNDICE
1.4.3 Ejemplos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
Bibliografı́a 473
Introducción
Hacer hincapié en dicha aplicación dentro del contenido de un curso matemático especializado
es difı́cil y el que al respecto se hace en los cursos elementales es insuficiente.
El fin que se propone el presente libro es precisamente eliminar esta insuficiencia desarrollando
con la rigurosidad necesaria los métodos fundamentales de la teorı́a de funciones de una variable
compleja para aquellas personas que la necesitan en aras de su aplicación a problemas fı́sicos y
técnicos. Su contenido está basado en el curso que el autor ha desarrollado durante 45 años en
la asignatura de Métodos Matemáticos de la Fı́sica para el tercer año de la carrera de Fı́sica
de la Universidad de La Habana. Dos ediciones anteriores de este libro han sido utilizadas
también como texto de los estudiantes de la carrera de Fı́sica Nuclear del Instituto de Ciencias
y Tecnologı́as Aplicadas. Como libro de consulta ha sido empleado en carreras tecnológicas y
pedagógicas de Cuba, ası́ como en la carrera de Matemáticas de la Universidad de La Habana.
Algunas universidades latinoamericanas han contado con ejemplares de esas ediciones como
texto de consulta también.
9
10 José Marı́n Antuña
El desarrollo del material es bastante cercano al tradicional. Sin embargo, no se hace un análisis
especial de las funciones elementales de variable compleja al inicio del libro, como comunmente
se lleva a cabo en otras obras, sino que éstas se introducen como una prolongación analı́tica
directa de las funciones elementales de variable real; los teoremas sobre la prolongación analı́tica
permiten, de forma uniforme, trasladar al campo complejo las propiedades conocidas de las
funciones de variable real.
Además, hemos introducido a través de ejemplos y ejercicios propuestos los conceptos de algunas
de las funciones especiales más importantes de la Fı́sica Matemática con las que el lector puede
encontrarse en el transcurso de su actividad profesional. Sin embargo, el libro no pretende
un estudio sistemático de las funciones especiales que son tratadas con mayor amplitud y
sistematicidad en el libro de Métodos Matemáticos de la Fı́sica del autor.
Este libro, como su nombre lo indica, está dedicado principalmente a la teorı́a de funciones de
una variable compleja; sin embargo, no se concibe un libro de teorı́a matemática que no contenga
ejemplos esclarecedores y que no proponga al lector ejercicios que le permitan comprobar sus
conocimientos. Por eso, sin ser un libro amplio en ejercicios, al final de cada capı́tulo se proponen
varios de ellos sobre la materia desarrollada. Al final del Capı́tulo 7 se ofrecen las respuestas a
los ejercicios propuestos y las indicaciones para la solución de algunos de ellos. Se recomienda
al lector la solución de los ejercicios propuestos, a fin de comprobar los conocimientos teóricos
adquiridos, ası́ como para adquirir la destreza necesaria en el manejo de dicha teorı́a.
Las opinones de los lectores sobre esta nueva versión del libro serán recibidas con agrado y
agradecimiento por el autor.
La propiedad fundamental de los números complejos es que las operaciones matemáticas con
ellos realizadas no se salen de los lı́mites de su definición.
El concepto de número complejo es familiar al lector inclusive de los cursos de álgebra elemental.
En dichos cursos generalmente se llega al concepto de número complejo al analizar la ecuación
x2 + 1 = 0 (1.1)
11
12 José Marı́n Antuña
Inmediatamente pueden introducirse los números complejos como la suma de los números reales
x y los números imaginarios iy. Una vez introducidos estos números, resultan solubles todas
las ecuaciones de segundo grado
x2 + px + q = 0 (1.2)
Como podemos considerar que el lector está familiarizado, desde los cursos de álgebra ele-
mental, con el concepto de número complejo, resumiremos en forma axiomática los momentos
fundamentales de la definición de número complejo y las operaciones aritméticas que con ellos
se realizan. Exigiremos solo que los axiomas y las operaciones que introduzcamos contengan,
como caso particular, los conceptos y operaciones con los números reales.
La aritmética de los números reales responde a una serie de reglas entre las cuales se encuentra
el hecho de que el producto de dos números positivos y el producto de dos números negativos
tiene que ser positivo. Por ejemplo, 5 × 3 = 15 y también (−5) × (−3) = 15. Si uno se propone
la tarea de hallar la raı́z√cuadrada de un número negativo como −15 encuentra que debe ocurrir
que, si llamamos r = −15, entonces r × r = −15 lo que contradice la regla anterior de los
números reales. Por lo tanto, r no puede ser un número real. Aunque por mucho tiempo
los matemáticos rechazaron la posibilidad de introducir entes nuevos más allá de los números
reales, llegó un momento en el que la idea tuvo que admitirse para poder seguir ampliando
el campo de aplicaciones de la Matemática. Fue en el siglo 16 donde por primera vez se hizo
dicha introducción. El médico, filósofo y astrólogo Gerolamo Cardano introdujo en su libro
”Ars Magna” (”arte superior” o ”álgebra”) el siguiente problema: Hallar los números en que
se divide el número 10 de manera que multiplicadas entre sı́ se obtenga el número 40.
Cardano expresa que el problema no tiene solución, ya que no existen dos números reales a
y b que a la vez cumplan que a + b = 10 y que ab = 40. Planteado en términos modernos
del Algebra esto significarı́a que a(10 − a) = 40, o sea, a2 − 10a − 40 = 0. Sin embargo,
profundizando en el asunto, el propio Cardano propuso como posible solución
√ √
5+ −15, 5 − −15
pues, efectivamente:
Bernhard Riemann, Casper Bessel y otros.
Funciones de Variable Compleja 13
√ √ √ √ √
(5 + −15) × (5 − −15) = 25 − 5 −15 + 5 −15 − ( −15)2 = 25 − (−15) = 25 + 15 = 40
√
Al ”número” −15 que el propio Cardano rechazaba por ser ”inquietante” y a veces ”inútil”
tenı́a la rara virtud de permitir la solución del problema planteado. Como posteriormente la
manipulación de tales raı́ces ”sofisticadas” permitió resolver todas las ecuaciones de segundo
y de tercer grado, se comenzó a aceptar, no sin reservas, tales ”números” que de otra forma
hubieran sido desechados como tantas otras cuestiones que no se han sabido apreciar. Otros
matemáticos, como Bombelli, hicieron aportes a la solución de ecuaciones de tercer grado con el
uso de tales números y solamente ya comenzado el siglo 17 René Descartes acuñó el término de
”imaginarios” para los números que eran definidos como raı́ces de números negativos. Leibnitz
quiso decirles ”números anfibios”, pero felizmente prevaleció el nombre de imaginarios, si bien
eran mirados con reserva, como ciertos objetos de segunda clase. Solamente en la segunda mitad
del propio siglo 17 ese gigante del pensamiento matemático
√ llamado Leonard Euler introdujo el
sı́mbolo i para lo que llamó ”unidad imaginaria” i = −1 y consiguió la incorporación total de
los números imaginarios y los que después se denominaron ”complejos” que fueron escritos en
su forma algebraica como a + ib, donde a y b son números reales, al universo de la Matemática.
Es a la pluma del propio Euler a la que se debe la llamada ”identidad de Euler” eiπ + 1 = 0
considerada como la más bella fórmula mamtemática y con la que Euler logró establecer su
famosa identidad eiθ = cos θ + i sin θ y la introducción de los logaritmos de números negativos,
ya que, según su propio razonamiento, si eiπ = −1, ln(−1) = iπ. Por último, en el siglo 19,
casi 300 años después de los trabajos de Cardano, un matemático irlandés, William Hamilton,
introdujo otra notación para los números complejos: el número complejo a + ib fue identificado
por Hamilton como un par de números reales (a, b) cuyas reglas de composición son las que a
continuación expondremos de manera axiomática en este capı́tulo.
1.1.2 Definiciones
z = (x, y) (1.4)
En esta definición debemos insistir en que es fundamental el orden en que se colocan los números
que conforman el par, ya que no es igual el número complejo (x, y) al número complejo (y, x).
El primer número del par recibe el nombre de parte real del número complejo z, lo que se
indica escribiendo x = Re z; el segundo número del par y se denomina parte imaginaria del
número complejo z y se representa por el sı́mbolo y = Im z.
Los números reales se entienden como un subconjunto de los números complejos aquı́ definidos:
x = (x, 0). El subconjunto de los números complejos cuya parte real es nula: (0, y) son llamados
14 José Marı́n Antuña
número imaginarios puros. Este nombre tiene su origen en los primeros tiempos de estudio
de los números complejos.
Diremos que dos números complejos z1 = (x1 , y1 ) y z2 = (x2 , y2 ) son iguales si y solo si son
iguales sus partes reales y sus partes imaginarias, es decir, z1 = z2 si y solo si x1 = x2 , y1 = y2 .
x = x1 x2 − y1 y2 , y = x1 y2 + x2 y1 (1.5)
La operación se simboliza por z = z1 ·z2 . Se puede comprobar sin dificultad que tiene lugar
la propiedad conmutativa: z1 ·z2 = z2 ·z1 , la propiedad asociativa: z1 ·(z2 ·z3 ) = (z1 ·z2 )·z3
y la propiedad distributiva: z1 · (z2 + z3 ) = z1 · z2 + z1 · z3 .
Además, considerando a los números reales como un caso particular de los números com-
plejos, vemos que se obtiene la regla conocida para la multiplicación de dos números
reales, de donde concluimos que la operación de multiplicación de dos números complejos
está bien construida.
Analicemos ahora un producto que juega un papel muy importante en la teorı́a de los
números complejos. Este producto es z · z ∗ . Según la definición de producto se obtiene:
z · z ∗ = (x2 + y 2 , 0) (1.6)
Funciones de Variable Compleja 15
Es decir se obtiene un número real. Llamaremos módulo del número complejo z a la raı́z
cuadrada de dicho producto y lo representaremos por:
p
|z| = x2 + y 2 (1.7)
4. Llamaremos división de dos números complejos a la operación inversa a la de multipli-
cación. Llamaremos cociente de los números complejos z1 = (x1 , y1 ) y z2 = (x2 , y2 ) (si
z2 6= 0) al número complejo z = (x, y) que multiplicado por el divisor nos da el dividendo:
z · z2 = z1 , lo que se expresará con el sı́mbolo z = zz12 . De lo anterior se concluye que
la parte real x y la parte imaginaria y se determinan del sistema lineal de ecuaciones
algebraicas
con determinante x22 + y22 diferente de cero. Resolviendo este sistema se obtiene :
x1 x2 + y1 y2 x2 y1 − x1 y2
x= 2 2
; y= (1.9)
x2 + y2 x22 + y22
Una vez axiomatizadas las operaciones con números complejos, podemos buscar una forma
más cómoda de escribirlos: la llamada forma algebraica o forma binómica de un número
complejo.
z = (x, 0) + (0, y)
El número (1, 0) es la unidad real: (1, 0) = 1 y el número (0, 1) recibe el nombre de unidad
imaginaria y se representa por i = (0, 1).
Por consiguiente, concluimos que el número complejo z = (x, y) puede representarse de la forma
z = x + iy (1.10)
√
i= −1
Para el estudio de las propiedades de los números complejos es muy cómoda su interpretación
geométrica. Puesto que un número complejo se define como un par ordenado de números reales,
es lógico pensar que podemos representar geométricamente al número complejo z = (x, y) =
x + iy a través del punto (x, y) en el plano R2 con un sistema de coordenadas cartesianas e
identificar al número z = 0 con el origen de coordenadas.
En lo adelante este plano recibirá el nombre de plano complejo y se le dará al eje de las
absisas el nombre de eje real y al eje de las ordenadas el nombre de eje imaginario.
Es evidente que de esta forma se establece una correspondencia entre cada número complejo
z = x + iy y cada punto (x, y) del plano. Además, cada punto (x, y) del plano complejo (es
decir, cada número complejo z = x + iy) determina de manera única las coordenadas de un
vector con base en el origen de coordenadas y vértice en el punto (x, y) del plano, cuya longitud
es, por definición de módulo de un vector
p
r= x2 + y 2 ≡ |z|
Ası́ pues, podemos afirmar que existe una relación biunı́voca entre el conjunto de los números
complejos, tal y como han sido definidos aquı́ y el conjunto de todos los vectores del plano com-
plejo con base en el inicio de coordenadas. Aquı́ estamos considerando solamente los números
con ambas partes -real e imaginaria- finitas y los vectores del plano de módulo finito. Más ade-
lante veremos cómo extender esta correspondencia a lo que posteriormente definiremos como
el punto infinitamente alejado del plano complejo correspondiente al número complejo que
llamaremos ”infinito”.
Introduzcamos ahora una nueva forma de representar a los números complejos: la llamada
forma trigonométrica de los números complejos. La relación entre las coordenadas carte-
sianas y las coordenadas polares es, como se sabe, (Fig. 1.1)
Funciones de Variable Compleja 17
x = r cos ϕ
y = r sin ϕ (1.11)
Del análisis anterior se infiere que el radio polar r es el módulo del número complejo z: r = |z|.
El ángulo polar recibe el nombre de argumento del número complejo z, lo que se representa
con la notación ϕ = Arg z.
Dados el módulo y el argumento de un número complejo, sus partes real e imaginaria quedan
definidas con precisión por la relación (1.12). Sin embargo, la afirmación recı́proca no es cierta,
pues dado el número complejo z, si bien su módulo queda definido unı́vocamente por la expresión
18 José Marı́n Antuña
p
r = |z| = x2 + y 2 ≥ 0 (1.13)
y
ϕ = Arg z = arctan + 2πn
x
para los cuadrantes I y IV
y
ϕ = Arg z = arctan + 2(n + 1)π (1.14)
x
para los cuadrantes II y III.
donde arctan es el valor principal o rama principal univaluada de Arctan, es decir, mayor que
−π/2 y menor o igual a π/2; n es un número entero arbitrario.
En lo adelante, a la par que el sı́mbolo Arg z, que representa todo el conjunto de valores del
argumento, con el número entero n arbitrario, utilizaremos el sı́mbolo arg z, que representa uno
cualquiera de los valores de Arg z cuando a n se da un valor entero concreto. En el caso que
sea necesario se señalará cuál es el valor especı́fico que se toma. A cada uno de los valores del
argumento, correspondiente a un valor fijo entero de n le llamaremos rama del argumento de
z y, en particular, a la rama correspondiente a n = 0 rama principal del argumento de z. De
esta manera, tenemos que el argumento de un número complejo es igual al valor de la rama
principal del argumento, que puede tomarse según la conveniencia de los futuros cálculos entre
0 y 2π, entre −π y π, etc. más un número entero de 2π, equivalente a un número entero de
vueltas alrededor del punto z = 0 origen de coordenadas. Es decir, si representamos a la rama
principal del argumento por arg0 z, tendremos:
donde n toma valores enteros. Esta notación será de utilidad más adelante en el análisis de las
funciones de variable compleja.
Es obvio que, como dos números complejos son iguales sı́ y solo sı́ son iguales sus partes reales y
sus partes imaginarias, dos números complejos serán iguales sı́ y solo sı́ son iguales sus módulos
y sus argumentos.
De la definición (1.5) se deduce que para multiplicar dos números complejos sus módulos se
multiplican y sus argumentos se suman. Efectivamente, si representamos al número complejo
zk por
con k = 1, 2, tenemos:
Es decir, que, efectivamente, |z| = |z1 | · |z2 | y Arg z = Arg z1 + Arg z2 . Si analizamos la división
z = z1 /z2 , de manera similar se concluye que |z| = |z 1|
|z2 |
y Arg z = Arg z1 − Arg z2 , es decir, que
en la división los módulos se dividen y los argumentos se restan.
20 José Marı́n Antuña
Es conveniente introducir aquı́ lo que comúnmente se conoce con el nombre de forma expo-
nencial de un número complejo. Dados el módulo |z| = r y el argumento Arg z = ϕ del
número complejo z = x + iy, su forma exponencial es
z1 · z2 = r1 r2 ei(ϕ1 +ϕ2 )
Solo posteriormente, al estudiar las funciones elementales de variable compleja, esta forma será
debidamente justificada con rigor, pero debido a la comodidad de su uso, la hemos introducido
ahora.
Analicemos ahora las operaciones de potenciación y radicación de los números complejos. Usare-
mos indistintamente la forma trigonométrica o la forma exponencial de los números complejos
estudiadas en el punto anterior.
Por el momento para el caso particular de una potencia entera podemos afirmar que
z n = rn einϕ
√
Por definición, el número w = n z = z 1/n se llama raı́z enésima del número z si se cumple
que wn = z. Por consiguiente, si llamamos z = reiϕ y w = Reiψ , tendremos que
Funciones de Variable Compleja 21
Como dos números complejos son iguales sı́ y solo sı́ son iguales sus módulos y sus argumentos,
de (1.20) concluimos que r = Rn y nψ = ϕ + 2kπ, con k entero. Por lo tanto, para el módulo
y el argumento de la raı́z enésima obtenemos las expresiones
√
n
ϕ + 2kπ
R= r; ψ = (1.21)
n
p √ ϕ+2kπ
w= n
(z) = n
rei n (1.22)
En nuestra deducción, hasta el momento, no existe ninguna limitación al número k que puede
tomar cualquier valor entero desde −∞ hasta +∞. Sin embargo, no es difı́cil ver que k tomará
solamente los valores k = 0, 1, 2, ..., n − 1, por lo que solo habrá n valores diferentes de la raı́z
enésima de z. Efectivamente:
Para k = 0 obtenemos:
√ ϕ
w1 = n
rei n
Para k = 1 obtenemos:
√ ϕ+2π
w2 = n
rei n
.......................................................
Para k = n − 1 obtenemos:
√ ϕ+(n−1)2π
wn = n
rei n
Todos estos números son distintos, pues sus argumentos lo son; por lo tanto, existen n raı́ces
distintas. Pero, para k = n obtenemos:
√ ϕ
wn+1 = n
rei( n +2π) = w1
Si analizamos dos raı́ces sucesivas wl y wl+1 observamos que sus módulos son √ iguales y que sus
2π
argumentos se diferencian en el valor constante n , por lo que los valores de z son los vértices
n
Ejemplos
√
3
1. Hallar todos los valores de −i
3π
Como −i = 1 · ei 2 , para k = 0 obtenemos
π
w1 = ei 2 = i
Para k = 1 obtenemos
√
i 7π 3 i
w2 = e 6 =− −
2 2
Para k = 2 obtenemos
√
i 11π 3 i
w3 = e 6 = −
2 2
w1 = 1
Para k = 1 obtenemos:
√
i 2π 1 3
w2 = e 3 =− +i
2 2
Para k = 2 obtenemos:
√
i 4π 1 3
w3 = e 3 =− −i
2 2
Funciones de Variable Compleja 23
Acordemos considerar al punto Z de la esfera, que corresponde al punto z del plano mediante la
proyección estereográfica, como una nueva representación del número complejo. Para realizar
las operaciones con números complejos dados sobre la esfera, utilizaremos sus proyecciones
24 José Marı́n Antuña
estereográficas sobre el plano y realizaremos allı́ todas las operaciones algebraicas definidas en
los puntos anteriores de este epı́grafe, para posteriormente regresar a la esfera.
Al punto P -polo norte de la esfera- no le corresponde ningún punto del plano, por lo que la
correspondencia entre los puntos del plano y de la esfera no es biunı́voca. A fin de cerrar esta
correspondencia y hacerla biunı́voca, introduzcamos un nuevo ”número” complejo en el plano:
∞ (se lee ”infinito”) que se pone en correspondencia al punto P polo norte de la esfera de
Riemann. Ası́, el número z = ∞, desde el punto de vista geométrico, cumple la misma función
que los números z = 2 + 5i, z = −3 o z = i, pues señala la posición de su correspondiente punto
P de la esfera. Sin embargo, este número no puede participar en las operaciones aritméticas
que conocemos, ya que estas están definidas solo para los números complejos (puntos de la
esfera) que corresponden a puntos del plano.
Excepto el punto P , que llamaremos infinitamente alejado, todos los demás puntos de la
esfera serán llamados puntos finitos. Si en el futuro queremos incluir en nuestras considera-
ciones al punto P , (al número z = ∞) haremos nuestro análisis en la esfera de Riemann S que
también se conoce como esfera de los números complejos. Pero si excluimos el punto P
(el número z = ∞) de nuestro análisis, utilizaremos el plano.
Funciones de Variable Compleja 25
Para denominar al conjunto de todos los números complejos (puntos) finitos usaremos el término
plano finito o plano abierto y para denominar al conjunto de todos los números, incluyendo
z = ∞, usaremos el término plano completo o plano cerrado. El término plano abierto es
equivalente al término plano complejo definido en el punto 3 de este epı́grafe donde no habı́a
sido definido el punto infinitamente alejado, en tanto que el término plano cerrado equivale al
nuevo término de esfera de los números complejos.
La proyección estereográfica transforma los lugares geométricos de los puntos del plano en
sus correspondientes lugares geométricos en la esfera. Ası́, por ejemplo, a una circunferencia
arbitraria c en el plano, le corresponde una circunferencia C sobre la esfera, que no pasa por el
polo P y a una recta arbitraria l del plano le corresponde una circunferencia L que pasa por el
polo P sobre la esfera (Fig. 1.5).
Ası́ pues, vemos que las imágenes de rectas y circunferencias del plano no se diferencian
geométricamente sobre la esfera; ambas son circunferencias. Es por eso que resulta lógico
considerar que en el plano complejo completo las rectas son casos particulares de circunferen-
cias que pasan por el punto infinitamente alejado, ya que sus imágenes sobre la esfera son
circunferencias que pasan por el punto P , imagen de z = ∞. De esta manera, dos rectas
cualesquiera en el plano no paralelas se cortarán en dos puntos, uno de los cuales es z = ∞.
Las circunferencias dividen a la esfera en dos partes, a las que llamaremos cı́rculos. En
particular son cı́rculos todos los semiplanos; por ejemplo, el semiplano superior Im z > 0 es el
hemisferio posterior de la esfera. Si la circunferencia C no pasa por el punto P (es decir, es una
circunferencia verdadera en el plano) uno de los dos cı́rculos por ella determinados contiene al
punto P ; a dicho cı́rculo le llamaremos cı́rculo exterior a la circunferencia C.
1.2.1 Definiciones
Esta definición no elimina la posibilidad de que se repitan los elementos de una sucesión; en
particular todos los elementos de una sucesión pueden coincidir.
|c − zn | < ε (1.23)
Si la sucesión {zn } tiene lı́mite, se dice de ella que es convergente al número c, lo que se
Funciones de Variable Compleja 27
lim zn = c
n→∞
|z − z0 | < ε
es decir, que todos se encuentren contenidos en el interior de un cı́rculo abierto con centro en
z0 y radio ε. Entonces podemos afirmar que el punto c es el lı́mite de la sucesión convergente
{zn } si todos los elementos de dicha sucesión, a partir de cierto número dependiente de ε se
encuentran contenidos en el interior del entorno ε del punto c.
Como cada número zn = xn + iyn está definido por dos números reales xn y yn , a cada sucesión
de números complejos le corresponden dos sucesiones {xn } y {yn } de números reales.
Teorema 1
Demostración:
1. Necesidad
Sabemos que {zn } → c; hay que demostrar que {xn } → a y que {yn } → b.
Puesto que la sucesión {zn } converge a c y como el módulo de un vector es no menor
siempre que sus coordenadas, podemos escribir que
2. Suficiencia
Sabemos que {xn } → a y que {yn } → b. Es decir, que
ε ε
|a − xn | < √ ; |b − yn | < √ , ∀n > N
2 2
Entonces, como
p
|c − zn | = (a − xn )2 + (b − yn )2
Demostrado el teorema.
Diremos que una sucesión {zn } es acotada si existe un número positivo tal que se cumple la
relación |zn | < M para todo n.
Al igual que en la teorı́a de las sucesiones de números reales, tiene lugar la siguiente propiedad;
Teorema 2
Demostración:
Si la sucesión {zn } = {xn + iyn } es acotada, resulta evidente que también lo son las sucesiones
{xn } y {yn } formadas por las partes reales e imaginarias de los elementos zn de la sucesión
{zn } .
Para las sucesiones acotadas de números reales se cumple la propiedad de poder escogerse
de ellas subsucesiones convergentes, lo que se demuestra comúnmente en los cursos de Análisis
Matemático. Esto significa que de las sucesiones {xn } y {yn } podemos escoger las subsucesiones
convergentes {xnk }, {ynk }. Llamemos a y b a los lı́mites de estas subsucesiones respectivamente.
Entonces resulta evidente, en virtud del teorema 1, que la sucesión de números complejos
Demostrado el teorema.
Para que la sucesión {zn } de números complejos sea convergente es necesario y suficiente que
para toda ε > 0 exista un número N (ε) > 0 tal que n > N y m > N impliquen
Demostración:
1. Necesidad
Tenemos que la sucesión {zn } converge y se quiere demostrar que, entonces, tiene lugar
la fórmula (1.24).
En virtud del teorema 1, convergen las sucesiones de números reales {xn } y {yn } y sabemos
de los cursos de Análisis Matemático que para las sucesiones convergentes de números
reales se cumple el Criterio de Cauchy, es decir, que para cualquier ε > 0 existen dos
números N1 (ε) y N2 (ε) tales que n > N1 , m > N1 implican que
ε
|xn − xm | < √
2
y n > N2 , m > N2 implican que
ε
|yn − ym | < √
2
Entonces tendremos que
p
|zn − zm | = (xn − xm )2 + (yn − ym )2 < ε
siempre que
Demostrado el teorema.
30 José Marı́n Antuña
El concepto de función de una variable compleja será introducido de forma similar a la definición
común de función de una variable real.
Veamos, previamente, algunos conceptos que son necesarios para introducir el concepto de
función.
Sea {E} un conjunto arbitrario de puntos del plano complejo. Diremos que z es un punto
interior del conjunto {E} si se puede encontrar un entorno ε de z totalmente contenido en
{E}.
Por ejemplo, todo punto z que cumpla que |z| < 1 es un punto interior del conjunto |z| ≤ 1,
en tanto que el punto z = 1 no es interior de dicho conjunto, ya que todo entorno ε del mismo
hay puntos que no pertenecen al conjunto. Un conjunto formado solo por puntos interiores se
llama conjunto abierto. Un conjunto se llama conexo si dos puntos cualesquiera del mismo
pueden ser unidos por una lı́nea formada enteramente por puntos del conjunto.
Por ejemplo, (ver figura 1.6) el conjunto |z| < 1 es un conjunto abierto y conexo. Igualmente,
el conjunto 2 < |z| < 3 es un conjunto abierto y conexo. Sin embargo, la unión de ambos
no es un conjunto conexo, ya que los puntos de |z| < 1 no pueden ser unidos a los puntos de
2 < |z| < 3 por una lı́nea de puntos formada totalmente por puntos del conjunto.
El punto z se llama punto exterior del conjunto {E}, si existe un entorno ε del mismo de
puntos no pertenecientes a {E}.
El conjunto de puntos que no pertenecen a {E} pero que en todo entorno ε de cada uno de ellos
hay puntos de {E} se llama frontera de {E}. Representaremos la frontera de un conjunto con
distintas letras, por ejemplo Γ, C u otras.
Por ejemplo, la frontera del conjunto |z| < 1 es la circunferencia |z| = 1. La frontera del
conjunto 2 < |z| < 3 está compuesta por las circunferencias |z| = 2 y |z| = 3. El número de
partes no conexas de la frontera de un conjunto se llama orden de conexión del conjunto.
Ası́ por ejemplo, el conjunto |z| < 1 es un conjunto simplemente conexo pues su frontera
está formada por una sola lı́nea, en tanto que el conjunto 2 < |z| < 3 es un conjunto biconexo
pues su frontera está formada por dos lı́neas no conexas.
Llamaremos dominio D en el plano complejo al conjunto {E} de puntos de dicho plano que
sea abierto y conexo. El nombre de dominio para los conjuntos abiertos y conexos está dado
por el hecho de que en ellos serán definidas las funciones de una variable compleja. En la figura
1.7 se muestra un ejemplo de dominio multiconexo (en particular, cinco veces conexo) cuya
frontera Γ está formada por los contornos cerrados Γ0 , Γ1 y Γ2 , por los cortes γ1 y γ2 y por el
punto aislado α.
Funciones de Variable Compleja 31
En la figura 1.8 (a) tenemos el ejemplo de un dominio biconexo y en la figura 1.8 (b) el de un
dominio simplemente conexo.
Diremos que en el dominio D está dada una función de la variable compleja z si a cada punto de
D se pone en correspondencia mediante una ley dada un número complejo w. Simbólicamente
representaremos lo dicho por
2
El escoger un sentido positivo y el otro negativo es totalmente arbitrario y se hace ası́ por razones históricas;
la aplicación del sentido del recorrido de la frontera de un dominio (o del recorrido en general de cualquier
contorno cerrado en el plano complejo) se verá al estudiar las integrales de funciones de variable compleja.
32 José Marı́n Antuña
w = f (z) (1.25)
A menudo se hace necesario analizar funciones multivaluadas, que son aquellas en las que
a cada valor de z corresponden más de un valor de w. Para el estudio de esas funciones
tiene importancia capital el análisis de lo que se llama sus ramas univaluadas. La función
univaluada f (z) se llama rama univaluada de la función multivaluada F (z) si el valor de
f (z) en cada punto z del dominio D coincide con uno de los valores de F (z). Por el momento
Funciones de Variable Compleja 33
1.3.2 Continuidad
Para seguir el mismo orden lógico que se establece en el estudio de las funciones de una variable
real, estudiemos la definición de lı́mite de una función de una variable compleja:
El número complejo c se llama lı́mite de la función f (z) cuando z tiende a z0 (a veces también
se dice ”para z tiende a z0 ”), si para cualquier ε > 0 existe un número δ(ε) > 0 tal que
0 < |z − z0 | < δ implica que |c − f (z)| < ε. El hecho de que c es el lı́mite de la función f (z)
cuando z tiende a z0 se representa mediante el sı́mbolo
Debemos destacar que en la definición de lı́mite dada no se exige que z tienda a z0 por una
trayectoria determinada ya que para la existencia del lı́mite se pide que cuando la distancia
modular (o sea, simplemente la distancia) entre z y z0 sea menor que δ, independientemente
del argumento de los números z y z0 , la distancia entre los números complejos c y f (z) sea
menor que ε. Lo dicho significa que el lı́mite cuando z tiende a z0 existe solamente cuando
el valor de f (z) se acerca al número c independientemente de la trayectoria por la que
z se acerque a z0 . Si por distintas trayectorias se obtienen valores lı́mites diferentes de f (z),
entonces el lı́mite de f (z) en el punto z0 simplemente no existe. Este hecho nos conducirá a
resultados importantes próximamente.
Teorema 4
Para que el número c = a + ib sea el lı́mite de la función f (z) cuando z tiende a z0 es necesario
y suficiente que existan los siguientes lı́mites:
Demostración:
1. Necesidad
Como se cumple que |c − f (z)| < ε para |z − z0 | < δ, tendremos que
2. Suficiencia
Como se cumple que
ε ε
|a − u(x, y)| < √ ; |b − v(x, y)| < √
2 2
siempre que
δ δ
|x − x0 | < √ ; |y − y0 | < √
2 2
se obtiene que
p
|c − f (z)| = (a − u)2 + (b − v)2 < ε
cuando
Funciones de Variable Compleja 35
p
|z − z0 | = (x − x0 )2 + (y − y0 )2 < δ
Demostrado el teorema.
Definición
Se dice que la función f (z) es continua en el punto z0 del dominio D, si el valor funcional
de f (z0 ) existe, el lı́mite de dicha función cuando z tiende a z0 existe y es igual a la función
evaluada en dicho punto, es decir, si
Si la función f (z) es continua en cada punto del dominio D, se dice que es continua en el
dominio.
Es evidente que la condición necesaria y suficiente para que una función de variable compleja
sea continua en el punto z0 = x0 + iy0 es que sean continuas su parte real u(x, y) y su parte
imaginaria v(x, y) en el punto (x0 , y0 ) del plano (x, y). La demostración de esta afirmación se
basa en el teorema anterior y se deja al lector como ejercicio.
Lo arriba dicho nos permite trasladar a las funciones de variable compleja las propiedades fun-
damentales que gozan las funciones de dos variables reales; por ejemplo, la suma y el producto
de dos funciones f1 (z) y f2 (z) continuas en el dominio D son continuas en dicho dominio; la
función φ(z) = ff12 (z)
(z)
es continua en todos los puntos del dominio D donde f2 (z) no se anule,
etc.
1.3.3 Ejemplos
1. Analicemos la función
w = kz (1.29)
R = kr; θ = ϕ (1.30)
Las ecuaciones (1.30) nos permiten aclarar el sentido geométrico de la función (1.29).
En efecto, la segunda igualdad (1.30) nos dice que la función (1.29) no realiza ninguna
rotación del rayo Oz trazado desde el origen de coordenadas hasta un punto arbitrario
z del plano al transformar el plano z en el plano w. La primera igualdad (1.30) indica
que los módulos de los números z crecen si k > 1 (o decrecen si k < 1) k veces al pasar
del plano z al plano w. De esta forma, la función (1.29) realiza un estiramiento (o un
encogimiento, si k < 1) del plano z en todas direcciones con coeficiente de estiramiento k
(Fig. 1.9).
2. Veamos la función
w = z2 (1.31)
R = r2 ; θ = 2ϕ (1.32)
Por consiguiente, ante la representación (1.31) todos los puntos que se encuentren en el
rayo arg z = ϕ0 se transforman en los puntos que se encuentran en el rayo arg w = 2ϕ0 y
todos los puntos que se encuentran sobre la circunferencia |z| = r0 se transforman en los
puntos que están sobre la circunferencia |w| = r02 .
Ası́, por ejemplo, el dominio encerrado en el ángulo de la figura 1.10, es decir, el sector
0 ≤ arg z ≤ π/3 se transforma mediante la función (1.31) en el sector 0 ≤ arg w ≤ 2π/3 de
forma tal que, por ejemplo, los puntos que se encuentren sobre el sector de circunferencia
|z| = 2 se transformarán en los puntos que se encuentran sobre el sector de circunferencia
|w| = 4.
38 José Marı́n Antuña
1
f (z) = , ∀|z| < 1
1 − |z|
f (z) = ∞, ∀|z| = 1 (1.33)
w = |z|z (1.34)
R = r2 ; θ = ϕ (1.35)
z∗
1 z
w = f (z) = − (1.36)
2i z ∗ z
w = sin 2ϕ (1.37)
Hasta este instante la teorı́a de las funciones de una variable compleja ha venido construyéndose
de forma completamente análoga a la teorı́a de las funciones de una variable real. Sin embargo,
el concepto de función diferenciable o derivable, que introduciremos en la variable compleja
de forma análoga a como se introduce en las funciones de una variable real, nos conducirá a
diferencias sustanciales entre ambas teorı́as en lo que a las propiedades y al comportamiento
de las funciones de variable compleja se refiere.
Definición 1
entonces la función f (z) se dice que es derivable en el punto z0 con respecto a la variable
compleja z.
Del hecho de que existe el lı́mite (1.38) se desprende que la razón incremental puede ser escrita
de la siguiente forma
Definición 2
La parte principal, lineal con respecto a ∆z del incremento (1.39) se llama diferencial de la
función f (z) en el punto z0 y se representa por
De esta manera se justifica aquı́ el uso de la notación para la derivada de una función como la
razón de los diferenciales de la función y de la variable independiente z, al igual que en el caso
de las funciones de una variable real:
df
f 0 (z0 ) =
dz
Teorema 5
Si la función
∂u ∂v ∂u ∂v
= ; =− (1.41)
∂x ∂y ∂y ∂x
Demostración:
la que por hipótesis del teorema tiene lı́mite, pues f (z) es derivable en z0 . Como existe, este
lı́mite es independiente de la trayectoria por la que se tome el incremento ∆z. Tomemos, pues,
un incremento paralelo al eje Ox: ∆z = ∆x (y = const.). Entonces tendremos:
De nuevo, el lı́mite de la izquierda existe, por lo que existirán los lı́mites de la parte derecha.
Como el lı́mite de la izquierda existe, es independiente de la trayectoria y de nuevo da la
derivada de f (z) respecto a z, de manera que obtenemos cuando ∆y → 0:
Comparando las expresiones (1.42) y (1.43) y en virtud de que dos números complejos son
iguales sı́ y solo sı́ son iguales sus partes reales y sus partes imaginarias, se obtienen las ecua-
ciones (1.41).
Demostrado el teorema.
Teorema 6
Si las funciones u(x, y) y v(x, y) de las variables reales x y y son diferenciables en el punto (x0 , y0 )
y si sus derivadas parciales en dicho punto cumplen las condiciones de Cauchy-Riemann (1.41),
entonces la función de variable compleja
42 José Marı́n Antuña
Demostración:
Del Análisis Matemático de funciones de varias variables se sabe que una función de varias
variables es diferenciable (tiene diferencial) en un punto si sus derivadas parciales son continuas
en dicho punto. Bajo esta suposición, la diferenciabilidad implica que los incrementos ∆u =
u(x0 + ∆x, y0 + ∆y) − u(x0 , y0 ) y ∆v = v(x0 + ∆x, y0 + ∆y) − v(x0 , y0 ) de las funciones se
pueden escribir de la siguiente forma:
p
donde h = ∆x2 + ∆y 2 es la distancia incremental y α y β son funciones infinitesimales de ∆x
y ∆y que tienden a cero cuando h tiende a cero. Por consiguiente, para la razón incremental
∆f /∆z de la función f tenemos:
y como por hipótesis del teorema uy = −vx , vy = ux obtenemos, haciendo los pasos pertinentes,
la siguiente expresión:
Al hacer ∆x → 0 y ∆y → 0, como ∆x
h
− i ∆y
h
permanece acotado en tanto (α + iβ) → 0
obtenemos en el lı́mite
Demostrado el teorema.
Para que la función f (z) = u(x, y) + iv(x, y) de la variable compleja z = x + iy sea derivable
respecto a z en el punto z0 = x0 + iy0 es necesario y suficiente que las derivadas parciales de u
y v en el punto (x0 , y0 ) sean continuas y satisfagan las condiciones de Cauchy-Riemann (1.41).
En segundo lugar y gracias a lo arriba expresado, contamos con un algoritmo bien preciso
para hallar la derivada de una función de variable compleja respecto al argumento complejo:
Calculamos las derivadas parciales de u y v. Si estas son continuas en el punto donde queremos
calcular la derivada y cumplen las condiciones de Cauchy-Riemann, entonces la derivada existe
en ese punto y se calcula por la fórmula
1.4.3 Ejemplos
1. Sea la función
w = kz
donde k es una constante real. Tenemos que w = k(x + iy) = kx + iky. Por lo tanto,
tenemos que u(x, y) = kx y v(x, y) = ky. Calculemos las derivadas parciales de u y
v para determinar dónde son continuas y cumplen las condiciones de Cauchy-Riemann,
condición necesaria y suficiente para que la derivada respecto a z exista. Tenemos:
ux = k, uy = 0, vx = 0, vy = k
w0 = ux + ivx = k + i · 0 = k
2. Para la función
w = z2
Por lo tanto,
Más adelante podremos percatarnos de que el hecho de haber obtenido la misma regla de
derivación de la potencia que en la variable real obedece a razones profundas dentro de
la teorı́a de funciones de variable compleja.
3. Sea la función
w = |z|2
muy parecida a la anterior, salvo que en vez de lapvariable al cuadrado tenemos en ella el
módulo de la variable al cuadrado. Como |z| = x2 + y 2 es un número real, tendremos
que para esta función
u(x, y) = x2 + y 2 , v(x, y) = 0
ux = 2x, uy = 2y, vx = 0, vy = 0
Resulta de interés destacar un hecho que está sugerido por los resultados de los ejemplos aquı́
vistos: las funciones de variable compleja tienen derivada respecto a su argumento complejo z
en todos los puntos de un dominio (en los dos primeros ejemplos, en todo el plano complejo) o
tienen derivada solamente en puntos aislados. Más adelante podremos percatarnos de la gran
diferencia en las consecuencias de esta realidad.
Funciones de Variable Compleja 45
Definición
Las funciones analı́ticas se conocen también con los nombres de funciones regulares o monó-
genas. Si el dominio de analiticidad D es finito, se dice que la función es holomorfa. Si el
dominio de analiticidad D es todo el plano complejo, la función analı́tica se llama entera.
Teorema 7
Para que la función f (z) = u(x, y) + iv(x, y) de la variable compleja z = x + iy sea analı́tica
en el dominio D es necesario y suficiente que las funciones u(x, y) y v(x, y) tengan derivadas
parciales continuas en D que cumplan las condiciones de Cauchy-Riemann (1.41).
Demostración:
1. Necesidad
Por hipótesis, f (z) es analı́tica en D, es decir, derivable en todo D con derivada continua.
En virtud del teorema 5, ello significa que la derivada respecto a z de f (z) viene dada
por la fórmula (1.45) para todo punto z0 de D, lo que significa que, efectivamente, u(x, y)
y v(x, y) tienen derivadas parciales continuas que cumplen las condiciones de Cauchy-
Riemann en todo punto de D.
2. Suficiencia
Tenemos por hipótesis que existen las derivadas parciales de u(x, y) y v(x, y) continuas
en D que satisfacen las condiciones de Cauchy-Riemann en D. Por lo tanto, de acuerdo
con el teorema 6, la función f (z) es derivable con respecto a z en todos los puntos de D,
es decir, es analı́tica en D.
Demostrado el teorema.
46 José Marı́n Antuña
El teorema 7 nos ofrece un algoritmo poderoso para investigar la analiticidad de una función
de variable compleja: para determinar si una función dada es analı́tica en un dominio dado,
debemos simplemente comprobar si su parte real y su parte imaginaria son continuas en el
dominio y cumplen en sus puntos las condiciones de Cauchy-Riemann. Desde esta perspectiva,
las funciones de los ejemplos 1 y 2 del punto anterior son analı́ticas en todo el plano complejo
(enteras), mientras que el tercer ejemplo es una función no analı́tica de la variable compleja z,
ya que tiene derivada solamente en el punto aislado z = 0.
El lector puede comprobar que, si la variable compleja z viene dada en coordenadas polares, es
decir, z = reiϕ las condiciones de Cauchy-Riemann para la función
tienen la forma
∂u 1 ∂v 1 ∂u ∂v
= ; =− (1.46)
∂r r ∂ϕ r ∂ϕ ∂r
Igualmente se puede comprobar que las condiciones de Cauchy-Riemann para la función dada
en polares:
tienen la forma
∂R ∂Φ ∂R ∂Φ
=R ; =− (1.47)
∂x ∂y ∂y ∂x
Como las derivadas parciales de u y v son continuas por definición de función analı́tica, las
segundas derivadas parciales cruzadas son iguales entre sı́, por lo que, sumando estas dos
expresiones, se obtiene para la función u la llamada ecuación de Laplace:
Funciones de Variable Compleja 47
∂2u ∂2u
∇2 u ≡ + =0 (1.48)
∂x2 ∂y 2
De igual forma, podemos obtener la misma ecuación de Laplace para la función v(x, y). Es
decir, la parte real y la parte imaginaria de la función f (z) analı́tica en D son solución de
(satisfacen) la ecuación de Laplace en D. Es decir, son lo que se conocen con el nombre de
funciones armónicas en D y, como son la parte real y la parte imaginaria de una función
analı́tica, se les llama funciones conjugadas armónicas. La ecuación de Laplace aparece en
Fı́sica al estudiar los fenómenos relacionados con procesos estacionarios (no dependientes del
tiempo). De ahı́ la importancia que adquiere para la Fı́sica el dominio de la teorı́a y de los
métodos de las funciones de variable compleja.
En el desarrollo del libro, de manera diferente a otros textos, postergaremos el estudio especı́fico
de las funciones elementales de variable compleja para el capı́tulo concerniente a la prolongación
analı́tica y dejaremos, por lo tanto, para ese momento el análisis minucioso de diversos ejemplos
de funciones analı́ticas, aunque trabajaremos con algunas funciones que definiremos a partir de
sus expresiones algebraicas. De esta manera desarrollaremos primero, de la forma más general
posible, la teorı́a de las funciones analı́ticas para, una vez logrado este propósito, pasar al
estudio particular de ejemplos.
2. Hallar:
√
a) 3 + 4i
√
b) 6 −64
√
c) 3 i − 1
3. Hallar: ii .
4. Resolver los sistemas de ecuaciones:
z1 + 2z2 = 1 + i
3z1 + iz2 = 2 − 3i
48 José Marı́n Antuña
(1 + i)z1 − (1 − i)z2 = 0
(2 + i)z1 − (1 − 2i)z2 = 0
a)|z 2 − 1| ≤ 1
a)w = 3z 2 − 4z + 7
b)w = (1 − 4z 2 )2
3z − 1
c)w =
2z + 1
8. Investigar la analiticidad de las siguientes funciones:
a)w = z 3
1
b)w =
z2
√
3
c)w = z
d)w = zRe z
e)w = z + z ∗
f )w = tan(arg z)
g)w = xy + iy
9. Demostrar que si f (z) y f ∗ (z) son analı́ticas a la vez en un dominio, entonces f (z) = const.
Funciones de Variable Compleja 49
a)u(x, y) = x3 − 3xy 2
Supongamos que tenemos definida en cierto dominio del plano complejo z una curva seccional-
mente lisa C. Con ayuda de la expresión en paramétricas de la curva C introduzcamos las
coordenadas de cada uno de los puntos x y y por medio de las ecuaciones
x = x(t); y = y(t)
que son funciones seccionalmente lisas del parámetro t; dicho parámetro varı́a entre los lı́mites
α ≤ t ≤ β. Es obvio que las funciones x(t) y y(t) deben satisfacer la condición
x2 (t) + y 2 (t) 6= 0
de variable real t.
Supongamos que en cada punto z de la curva C está definido el valor de la función f (z).
Veamos el importante concepto de integral de la función f (z) a lo largo de la curva C. Para
ello, dividamos la curva C en N partes, mediante los puntos z0 , z1 , z2 ,..., zN , que corresponden
a valores crecientes del parámetro t, (tk < tk+1 ). (Fig. 2.1). Llamemos ∆zk = zk − zk−1 y
construyamos las sumas integrales:
51
52 José Marı́n Antuña
N
X
SN = f (ẑk )∆zk (2.1)
k=1
Si existe el lı́mite de las sumas (2.1) cuando max |∆zk | → 0, independientemente del tipo de
partición efectuado e independientemente de la forma en que se escojan los puntos ẑk , dicho
lı́mite recibe el nombre de integral de la función f (z) por la curva C (dı́cese también por
el contorno C) y se representa por la expresión
Z
f (z)dz (2.2)
C
Como f (z) = u(x, y) + iv(x, y), para la suma integral (2.1) tendremos la siguiente expresión:
Integración 53
N
X
SN = [u(x̂k , ŷk ) + iv(x̂k , ŷk )](∆xk + i∆yk ) =
k=1
N
X N
X
= [u(x̂k , ŷk )∆xk − v(x̂k , ŷk )∆yk ] + i [v(x̂k , ŷk )∆xk + u(x̂k , ŷk )∆yk ] (2.3)
k=1 k=1
Cada una de las sumas de la expresión (2.3) es la suma integral de una integral curvilı́nea de
segundo tipo en variables reales, cuya definición puede verse en cualquier curso de Análisis
Matemático.
Sabemos que para que exista una integral curvilı́nea de segundo tipo es suficiente que el contorno
C de integración sea seccionalmente liso y que las funciones que se integran sean seccionalmente
continuas.1 Por consiguiente, si ello se cumple, tendremos que:
Z Z Z
f (z)dz = (udx − vdy) + i (vdx + udy) (2.4)
C C C
La expresión (2.4) puede servir como definición de la integral de f (z) por el contorno C. De ella
se deduce un conjunto de propiedades que son una consecuencia inmediata de las propiedades
de las integrales curvilı́neas de segundo tipo de variable real; por ejemplo:
2. Z Z Z
f (z)dz + f (z)dz = f (z)dz (2.6)
C1 C2 C1 +C2
4. Z Z Z
[f1 (z) + f2 (z)]dz = f1 (z)dz + f2 (z)dz (2.8)
C C C
5. Z Z
f (z)dz ≤ |f (z)||dz| (2.9)
C C
1
de donde se deduce que la integral (2.2) existe en el caso que la función f (z) no sea analı́tica, con tal que
sea seccionalmente continua
54 José Marı́n Antuña
Demostración:
Z Z Z
∂Q ∂P
(P dx + Qdy) = − dxdy (2.10)
C G ∂x ∂y
donde G es la región del plano (x, y) encerrada en el contorno C y las funciones P (x, y) y Q(x, y)
son continuas con derivadas continuas en el dominio G (es decir, P, Q ∈ C 1 (G)) y continuas en
la clausura C ∪ G (o sea, P, Q ∈ C(C ∪ G)).
Z Z Z
f (z)dz = (udx − vdy) + i (vdx + udy) =
C C
Z Z Z Z C
∂v ∂u ∂u ∂v
= − − dxdy + i − dxdy
G ∂x ∂y G ∂x ∂y
Como por hipótesis del teorema f (z) es analı́tica en D y por tanto en G, las derivadas parciales
de u y v cumplirán con las condiciones de Cauchy-Riemann, lo que significa que los paréntesis
en las integrales por el dominio G se anulan, por lo que, efectivamente,
Integración 55
Z
f (z)dz = 0 (2.11)
C
Demostrado el teorema.
Nosotros hemos definido en anteriormente como función analı́tica a aquella que es derivable (y
por lo tanto, continua) en un dominio y que, además, su derivada es continua en ese dominio.
Bajo estas suposiciones, como se ve, el teorema de Cauchy se demuestra con gran facilidad.
Sin embargo, con posterioridad a Cauchy, el matemático francés Edouard Goursat demostró el
mismo teorema sin necesidad de suponer la continuidad de la derivada de la función analı́tica.
Su demostración lo único que exigı́a era que la función f (z) fuese derivable en los puntos del
dominio.
Más adelante veremos que la continuidad de la derivada (y, aún más, la analiticidad de dicha
derivada) es una consecuencia directa de esta nueva definición de función analı́tica.
Z Z Z
dz = 0; zdz = 0; z 2 dz = 0 (2.12)
C C C
Con el fin de efectuar la demostración de Goursat del teorema de Cauchy enunciemos y de-
mostremos la siguiente afirmación:
Lema
f (z) − f (zk ) 0
z − zk − f (zk )<ε
(2.13)
Demostración:
Demostrado el lema.
f (z) − f (zk )
∆k (z) = − f 0 (zk ), ∀k = 1, 2, ..., n (2.15)
z − zk
tendremos que
Además, como las funciones ∆k (z) son continuas y sus lı́mites cuando z → zk se anulan,
postularemos que ∆k (zk ) = 0.
Integrando por el contorno Ck y teniendo en cuenta las relaciones (2.12), obtendremos que
Z Z
f (z)dz = (z − zk )∆k (z)dz (2.18)
Ck Ck
Z n Z
X
f (z)dz = f (z)dz (2.19)
C k=1 Ck
Pues en la suma de integrales se anularán las integraciones por todos los lados de los cuadrados
internos al dominio G en virtud de que dichos lados se recorrerán al realizar la integración dos
veces, una en sentido positivo y otra en sentido negativo y quedará solamente la integración
por los arcos que forman el contorno C.
Z n Z
X
f (z)dz = (z − zk )∆k (z)dz
C k=1 Ck
Z n Z
X
f (z)dz ≤ |z − zk ||∆k (z)||dz|
C k=1 Ck
Z n Z
X
f (z)dz < ε
|z − zk ||dz| (2.20)
C k=1 Ck
√
|z − zk | ≤ lk 2
Integración 59
Z √ Z
|z − zk ||dz| ≤ lk 2 |dz| (2.21)
Ck Ck
Y, además,
Z
|dz| = 4lk
Ck
Z
|dz| ≤ 4lk + Lk
Ck
Z √ √
|z − zk ||dz| ≤ 4 2lk2 = 4 2Rk (2.22)
Ck
Z √ √ √
|z − zk ||dz| < 2lk (4lk + Lk ) < 4 2Rk + 2SLk (2.23)
Ck
√ √
Z
f (z)dz < ε(4 2S 2 + 2SL) = ε0
(2.24)
C
√ √
donde ε0 = ε(4 2S 2 + 2SL).
Como ε > 0 es arbitrario, ε0 > 0 también lo será y, como C f (z)dz tiene un valor constante
R
definido para el contorno cerrado C y para la función dada f (z) y, como según (2.24), dicho
valor constante es menor que cualquier número ε0 > 0 tan pequeño como se quiera, concluimos
que dicha integral tiene que ser igual a cero.
60 José Marı́n Antuña
Demostrado el teorema.
Teorema 9
Si f (z) es analı́tica en el dominio simplemente conexo D, entonces las integrales por cualquier
curva que una los puntos fijos z1 y z2 pertenecientes a D tienen el mismo valor.
Demostración:
En virtud del teorema de Cauchy tenemos que para la curva cerrada C = C1 + C2 que pasa por
los puntos z1 y z2 (Fig. 2.3) se cumple que
Z Z Z Z
f (z)dz = f (z)dz = f (z)dz + f (z)dz = 0 (2.25)
C C1 +C2 C1 C2
La integración por C1 se efectúa desde z1 hasta z2 , en tanto que la integración por C2 se realiza
desde z2 hasta z1 .
Por la utilidad que presenta en las distintas aplicaciones debe formularse el teorema de Cauchy
para el caso en que el contorno de integración C sea la frontera del dominio de analiticidad. En
ese caso el teorema se formula exigiendo la analiticidad de la función en el dominio y, además,
su continuidad en la unión del dominio con su frontera; es decir, que el teorema se enunciarı́a
de la siguiente manera:
Z
f (z)dz = 0 (2.26)
Γ
Hasta este instante en los enunciados del teorema de Cauchy se ha especificado que el dominio
de analiticidad es simplemente conexo, lo que tiene importancia fundamental, como se puede
apreciar fácilmente en el siguiente ejemplo:
Integración 61
Sea
1
f (z) =
z
2π 2π
ieiϕ dϕ
Z Z Z Z
dz
f (z)dz = = =i dϕ = 2πi 6= 0
C |z|=1 z 0 eiϕ 0
Es decir, que al formular el teorema para dominios multiconexos hay que tener cuidado.
Teorema 10
62 José Marı́n Antuña
Figura 2.4: Ejemplo para justificar la necesidad del teorema de Cauchy para dominios multi-
conexos
Z
f (z)dz = 0
Γ
donde por Γ se entiende toda la frontera del dominio D recorrida en sentido positivo (es decir,
de manera que el dominio se encuetre siempre a la izquierda).
Demostración:
Sea, por ejemplo, un dominio triconexo de frontera Γ = C0 + C1 + C2 . Con ayuda de los cortes
L1 y L2 podemos convertir a dicho dominio en un dominio simplemente conexo (Fig. 2.5). Para
el dominio simplemente conexo tiene validez el teorema de Cauchy, por lo que podemos escribir
Integración 63
Z Z Z Z
0= f (z)dz = f (z)dz + f (z)dz + f (z)dz +
Γ C0+ C1− C2−
Z Z Z Z
+ f (z)dz + f (z)dz + f (z)dz + f (z)dz (2.27)
L+
1 L+
2 L−
1 L−
2
Demostrado el teorema.
De forma similar a como se hace en las funciones de variable real, a la función F (z) analı́tica
en el dominio D y cuya derivada F 0 (z) es igual a la función f (z), la llamaremos función
primitiva, o simplemente primitiva de la función f (z).
64 José Marı́n Antuña
Teorema 11
Sea F1 (z) una función primitiva de la función f (z). Para que la función F2 (z) sea también
primitiva de f (z) es necesario y suficiente que
F2 (z) = F1 (z) + C
Demostración:
1. Necesidad:
Sea F20 (z) = F10 (z) = f (z).
Analicemos la función Φ(z) = F2 (z) − F1 (z).
Evidentemente, su derivada Φ0 (z) = 0. Pero si suponemos que Φ(z) = U (x, y) + iV (x, y),
pues es una función de variable compleja y como, además, es analı́tica, tendremos que su
derivada viene dada por
∂U ∂V ∂V ∂U
Φ0 (z) = +i = −i =0
∂x ∂x ∂y ∂y
de donde concluimos que
∂U ∂U ∂V ∂V
= 0, = 0, = 0, =0
∂x ∂y ∂x ∂y
lo que significa que U = const. y V = const. y, por lo tanto, Φ(z) = C.
Demostrada la necesidad.
2. Suficiencia:
Sea F2 (z) = F1 (z) + C.
Derivando obtenemos F20 (z) = F10 (z) = f (z), ya que la derivada de la función constante
es cero.
Demostrada la suficiencia.
Demostrado el teorema.
Definición:
Al conjunto de todas las primitivas posibles de una función f (z) se le llama integral indefinida
de f (z).
Teorema 12
Sea la función f (z) definida y continua en el dominio simplemente conexo D y tal que su integral
por cualquier contorno cerrado contenido en D se anule.3 Entonces la función
Z z
F (z) = f (ζ)dζ (2.28)
z0
F 0 (z) = f (z)
Demostración:
Nuestro objetivo es demostrar que existe la derivada de F (z) para cualquier punto z ∈ D y que
su derivada es f (z). Para ello, calculemos el incremento
Z z+∆z Z z
∆F = f (ζ)dζ − f (ζ)dζ (2.29)
z0 z0
Como por hipótesis la integral de f (z) por cualquier contorno cerrado contenido en D se anula,
nuestra integral no depende del camino de integración. Es decir,
Z z+∆z
∆F = f (ζ)dζ (2.30)
z
3
Es bueno aclarar que el teorema de Cauchy establece que si una función es analı́tica, entonces su integral por
cualquier contorno cerrado contenido en el dominio de analiticidad es igual a cero; sin embargo, nada aún nos
permite afirmar que si una función es continua y su integral por cualquier contorno cerrado dentro del dominio
de continuidad es cero, la función sea analı́tica en ese dominio. Más adelante volveremos sobre este asunto.
66 José Marı́n Antuña
1 z+∆z
Z
∆F
≤ 1 max |η(ζ)| · |∆z|
∆z − f (z) =
|∆z| η(ζ)dζ |∆z|
z
Es decir, que
∆F
∆z − f (z) ≤ max |η(ζ)| (2.33)
Como para ∆z → 0, |η(ζ)| → 0, la expresión (2.33) nos indica que la función F (z) es analı́tica
en D, pues es derivable en todo punto de D, ya que su derivada existe en esos puntos, y que,
además, su derivada, efectivamente, es dF
dz
= f (z).
Demostrado el teorema.
Este teorema nos indica, efectivamente, que la primitiva de una función continua de variable
compleja, es decir, su integral indefinida, puede expresarse a través de la fórmula (2.28).
Z z2
f (z)dz = F (z2 ) − F (z1 ) (2.34)
z1
Demostración:
Analicemos la función
Z z
Φ(z) = f (ζ)dζ
z1
con lı́mite superior variable. En virtud de los teoremas 11 y 12 podemos escribir que
Z z
Φ(z) = f (ζ)dζ = F (z) + C (2.35)
z1
Ası́ pues
Integración 67
Z z
f (ζ)dζ = F (z) − F (z1 )
z1
Z z2
f (ζ)dζ = F (z2 ) − F (z1 )
z1
Demostrado el teorema.
Z z
dζ
F (z) = (2.36)
1 ζ
La función que figura bajo la integral es continua en todo el plano complejo excepto en el
punto z = 0 (es más, puede comprobarse que es analı́tica en ese dominio); por consiguiente, la
expresión (2.36) tiene sentido siempre que la curva de integración no pase por el punto z = 0.
Bajo estas condiciones, en virtud del teorema 12, la función F (z) es una función analı́tica
univaluada en cualquier dominio simplemente conexo D del plano complejo que no contenga
al punto z = 0, y no depende del camino de integración que tomemos en la fórmula (2.36).
Tomemos por dominio simplemente conexo D todo el plano complejo cortado por la parte
negativa del eje real y excluido el punto z = 0; es decir, el dominio {−π < arg z ≤ π, z 6= 0}.
Consideremos que el camino de integración en la fórmula (2.36) está contenido totalmente en
el dominio en cuestión, o sea, que no corta a la parte negativa del eje real, ni pasa por z = 0.
Entonces, para valores reales positivos z = x y tomando como camino de integración en la
fórmula (2.36) el segmento correspondiente del eje real, cosa que podemos hacer porque la
integral cerrada por cualquier contorno es igual a cero, de manera que la integral entre z = 1 y
z = x da el mismo valor por cualquier contorno, en particular por el segmento de eje real entre
1 y x, obtenemos
Z x
dξ
F (x) = = ln x (2.37)
1 ξ
Es decir, para valores positivos reales de su argumento, la función F (z) coincide con la función
logaritmo de variable real. Por eso, para la función (2.36) en el dominio D considerado {−π <
arg z ≤ π, z 6= 0} utilizaremos el mismo sı́mbolo y escribiremos
Z z
dζ
ln z = (2.38)
1 ζ
Esta última expresión, en la que el camino de integración es escogido como se especificó arriba,
puede considerarse como la definición de la función logaritmo para todos los valores complejos
68 José Marı́n Antuña
1
(ln z)0 = (2.39)
z
es decir, que en el dominio considerado la derivada de esta función tiene la misma expresión
que la derivada con respecto a valores reales positivos del argumento.
Z
f (z) = F (z, ζ)dζ (2.40)
C
que dependen de la variable compleja z como un parámetro. Para este tipo de integrales tiene
lugar la siguiente afirmación:
Teorema 14
Sea una función de las variables complejas z y ζ, definida para toda z perteneciente a cierto
dominio D y toda ζ perteneciente a cierta curva lisa C (la relación entre el dominio D y la
curva C es totalmente arbitraria) y tal que:
Z
0 ∂F (z, ζ)
f (z) = dζ (2.41)
C ∂z
Demostración:
Sea
Integración 69
Z
f (z) = u(x, y) + iv(x, y) = {U (x, y, ξ, η)dξ − V (x, y, ξ, η)dη} +
CZ
Por las hipótesis 1,2 y 3 del teorema, las funciones de variable real U y V son continuas y, por
tanto, podemos derivar bajo el signo de integración:
Z
∂u ∂U ∂V
= dξ − dη (2.44)
∂x C ∂x ∂x
Z
∂v ∂V ∂U
= dξ + dη (2.45)
∂y C ∂y ∂y
∂U ∂V ∂U ∂V
= ; =−
∂x ∂y ∂y ∂x
Teniendo en cuenta estas condiciones en las expresiones (2.44) y (2.45), concluimos que
∂u ∂v
=
∂x ∂y
∂u ∂v
=−
∂y ∂x
Es decir, que las funciones u(x, y) y v(x, y) satisfacen las condiciones de Cauchy-Riemann, lo
que significa que f (z) es analı́tica.
Z
0 ∂u ∂v ∂U ∂V
f (z) = +i = dξ − dη +
∂x ∂x C ∂x ∂x
Z Z
∂V ∂U ∂U ∂V
+i dξ + dη = +i (dξ + idη) =
C ∂x ∂x C ∂x ∂x
Z
∂F (z, ζ)
= dζ
C ∂z
Pues
∂F (z, ζ) ∂U ∂V
= +i
∂z ∂x ∂x
Demostrado el teorema.
Una de las consecuencias más sensacionales del teorema de Cauchy (2.10) es que con su ayuda
puede establecerse la ı́ntima relación que existe entre los valores de una función analı́tica en los
puntos internos de su dominio de analiticidad y sus valores en la frontera de dicho dominio.
Z
f (ζ)dζ
I(z) = (2.46)
C ζ −z
Evidentemente, I(z) = 0 si el punto z está fuera del dominio encerrado por el contorno C, ya
que en ese caso la función bajo la integral, como función de ζ, es analı́tica en todo el dominio
encerrado por C y, por el teorema de Cauchy, la integral (2.46) se anula.
Sin embargo, si el punto z se encuentra en el interior del dominio encerrado por el contorno
C, la función bajo la integral deja de ser analı́tica en el punto ζ = z, por lo que no podemos
afirmar en ese caso que la integral es cero.
Integración 71
Z Z
f (ζ)dζ f (ζ)dζ
+ =0 (2.47)
C ζ −z Cr− ζ −z
Z Z
f (ζ)dζ dζ
I(z) = = f (z) +
Cr ζ − z Cr ζ − z
f (ζ) − f (z)
Z
+ dζ ≡ I1 (z) + I2 (z) (2.48)
Cr ζ −z
72 José Marı́n Antuña
Analicemos las integrales I1 (z) e I2 (z) de la expresión (2.48) por separado. En la circunferencia
Cr tenemos que ζ = z + reiϕ , de donde
dζ = ireiϕ dϕ
2π
ireiϕ dϕ
Z
I1 (z) = f (z) = 2πif (z) (2.49)
0 reiϕ
Z
dζ
|I2 (z)| ≤ max |f (ζ) − f (z)| = 2π max |f (ζ) − f (z)| (2.50)
Cr ζ − z
Integración 73
En la expresión (2.50) tenemos que max |f (ζ) − f (z)| → 0 cuando r → 0, pues f (z) es analı́tica
y por consiguiente continua. De aquı́ I2 (z) → 0 cuando r → 0 y como en la expresión (2.48)
I(z) e I1 (z) (I1 (z) = 2πif (z) según (2.49)) no dependen de r, tendremos, por lo tanto que, si
hacemos r → 0, y si el punto z está encerrado por el contorno C, resulta I(z) = 2πif (z). Ası́
pues, hemos obtenido la expresión
Z
1 f (ζ)dζ
f (z) = (2.51)
2πi C ζ −z
Esta formidable fórmula nos establece el carácter orgánico que existe en la geometrı́a de las
funciones analı́ticas, algo muy nuevo y propio de la variable compleja: los valores de una función
analı́tica en los puntos contenidos dentro de un contorno C están estrechamente relacionados
con los valores de dicha función sobre el contorno C y, una vez conocidos los valores de la función
sobre un contorno cerrado, no podemos suponerle otros valores en el interior del contorno que
no sean los dados por la fórmula integral de Cauchy, si queremos que la función sea analı́tica.
La fórmula integral de Cauchy nos permite también calcular con gran facilidad las integrales
de variable compleja por contornos cerrados cuyo integrando tenga la forma de un numerador
analı́tico dentro del contorno dividido por la diferencia de la variable de integración y el valor
numérico complejo de un punto del interior del contorno de integración. Ese tipo de integrales
podrá calcularse sin usar las reglas anteriormente estudiadas de integración, a lo que llamaremos
”integrar sin integrar”. Por ejemplo, si queremos calcular la integral
eiz
Z
dz
|z|=2 z − π2
eiz
Z
i π2
π dz = 2πie = 2πi · i = −2π
|z|=2 z− 2
Podemos ahora examinar más profundamente las funciones anaı́ticas. Las consecuencias que a
continuación estudiarmeos constituyen propiedades de las funciones analı́ticas.
1. Teorema 15
Toda función analı́tica en un dominio tiene en dicho dominio derivadas de cualquier orden,
analı́ticas en el dominio.
Demostración:
En efecto, si la función f (z) es analı́tica en el dominio D, entonces, para cualquier contorno
C ∈ D podemos representar a f (z) con ayuda de la fórmula integral de Cauchy (2.51).
Como la función
f (ζ)
F (z, ζ) =
ζ −z
∂F (z, ζ) f (ζ)
=
∂z (ζ − z)2
Ahora bien, esta derivada es también una función analı́tica en D, pues la función inte-
f (ζ)
grando en (2.52), F (z, ζ) = (ζ−z) 2 , cumple también las hipótesis del teorema 14, por lo
Podemos repetir este razonamiento tantas veces como queramos, lo que nos permitirá por
inducción concluir que para la enésima derivada de la función f (z) se cumple que
Integración 75
Z
(n) n! f (ζ)dζ
f (z) = (2.54)
2πi C (ζ − z)n+1
Como n es arbitrario, queda demostrada la propiedad enunciada.
Demostrado el teorema.
La expresión (2.54) se conoce con el nombre de Fórmula generalizada de Cauchy.
Hemos ası́ concluido una importante y original propiedad de las funciones de variable
compleja: Estas funciones o son infinitas veces derivables en los puntos de un dominio (si
son analı́ticas en dicho dominio) o sólo pueden tener derivada de primer orden si acaso
en algún punto aislado del dominio, o no tener en general derivada respecto a z.
Recalcamos el hecho de que el concepto de analiticidad es un concepto colectivo; una
función es analı́tica en D si es derivable en el entorno de cada punto de D. Ello implica
automáticamente la no existencia de puntos de analiticidad aislados. Si la función es
analı́tica entonces tiene derivadas de cualquier orden todas analı́ticas, entendiendo por
tal derivables en todos los puntos del dominio D. No obstante, algunas funciones no
analı́ticas pueden eventualmente tener primera derivada respecto a z en algún punto
aislado de su dominio de definición. Por ejemplo, la función f (z) = |z|2 ≡ (x2 + y 2 ) + i · 0
que es derivable respecto a z en el punto z = 0, no tiene derivada en ningún otro punto
del plano, ya que sólo en z = 0 se cumplen las condiciones de Cauchy-Riemann.
A partir de la propiedad demostrada, podemos destacar lo siguiente: la discusión que
hicimos al definir el concepto de función analı́tica queda completamente esclarecida en este
instante. Nosotros en un principio habı́amos definido la función analı́tica en un dominio
como aquella derivable en todos los puntos del dominio y con derivada continua. La
razón de tal definición fue la de hacer más simple la demostración del teorema de Cauchy
con el uso del teorema de Green. Luego, al desarrollar la demostración de Goursat del
teorema de Cauchy, vimos que no era necesaria la continuidad de la derivada de la función
para demostrar la propiedad de que la integral por cualquier contorno cerrado dentro del
dominio de analiticidad es cero.
Como consecuencia, podemos redefinir el concepto de función analı́tica diciendo que f (z)
es analı́tica en en dominio D, si es derivable en todos los puntos de dicho dominio, sin
exigir ya la continuidad de la derivada.
La propiedad que acabamos de demostrar nos dice que la derivada de una función analı́tica
en un dominio es también analı́tica en ese dominio (y por tanto, continua en el dominio).
Es decir, que la condición de continuidad de la derivada de una función analı́tica, en vez
de ser un postulado de la definición, es una consecuencia de ella.
La fórmula generalizada de Cauchy (2.54) tiene también una gran importancia práctica,
ya que nos permite ”integrar derivando”, lo que se evidencia en el siguiente ejemplo.
Intentemos calcular la integral
eiz
Z
dz
|z|=2 (z − π2 )3
El numerador de la integral es una función analı́tica dentro del cı́rculo dde frontera dada
por la circunferencia por la que se integra. Si observamos la fórmula (2.54), vemos que
76 José Marı́n Antuña
en el punto interior z = π2 el denominador se hace cero. Como en este caso teneos que en
la fórmula (2.54) n + 1 = 3, tendremos
eiz
Z
2πi iz 00 π
π 3 dz = (e ) |z= π2 = πi(−ei 2 ) = π
|z|=2 (z − 2 ) 2!
que, de acuerdo con el teorema 12, es analı́tica en D y cumple que F 0 (z) = f (z). Pero,
por la propiedad anterior, la derivada de una función analı́tica es también anaı́tica, lo que
significa que f (z) es analı́tica en D.
Demostrado el teorema.
El teorema de Morera, junto con el teorema de Cauchy, nos permite afirmar que la
condición necesaria y suficiente para que una función de variable compleja continua en un
dominio sea analı́tica en dicho dominio es que su integral por cualquier contorno cerrado
contenido en el dominio sea igual a cero.
ζ = z + reiϕ
dζ = ireiϕ dϕ
2π
f [z + reiϕ ] iϕ
Z
1
f (z) = ire dϕ (2.57)
2πi 0 reiϕ
4. Teorema 18. Principio del máximo y del mı́nimo del módulo de una función
analı́tica
Si la función f (z) es analı́tica en el dominio D y continua en D̄ = D ∪ Γ, entonces el
máximo y el mı́nimo del módulo de f (z) se alcanzan sobre la frontera Γ.
Demostración:
Demostremos el teorema para el máximo del módulo de f (z) por reducción al absurdo.
Supongamos que el máximo se alcanza en un punto interior z0 ∈ D.
El signo ”rigurosamente menor” no es válido, ya que una constante no puede ser menor
que ella misma. Por eso concluimos que
Z 2π
1
|f [z0 + reiϕ ]|dϕ = M (2.60)
2π 0
78 José Marı́n Antuña
Figura 2.8: Para la demostración del principio del valor máximo y mı́nimo del módulo de una
función analı́tica.
Pero entonces
Integración 79
Z 2π Z ϕ2
1 iϕ 1
|f [z0 + re ]|dϕ = |f [z0 + reiϕ ]|dϕ +
2π 0 2π ϕ1
Z ϕ1 Z 2π
1 1
+ |f [z0 + reiϕ ]|dϕ +
|f [z0 + reiϕ ]|dϕ ≤
2π 0 2π ϕ2
1 1
≤ (M − ε)(ϕ2 − ϕ1 ) + M [2π − (ϕ2 − ϕ1 )] < M (2.63)
2π 2π
lo que entra en contradicción con (2.60). Por lo tanto, efectivamente, la relación (2.61)
se cumple a lo largo de toda la circunferencia. Esto significa que la función |f (z)| es
constante e igual a su valor máximo en D sobre la circunferencia centrada en z0 y de
radio r.
Puesto que el radio r es arbitrario, concluimos que
|f (z)| = M = const.
|f (z1 )| = M = const.
|f (zn )| = M = const.
M 2 = u2 + v 2 (2.64)
80 José Marı́n Antuña
∂u ∂v
2u + 2v =0
∂x ∂x
∂u ∂v
2u + 2v =0 (2.65)
∂y ∂y
∂u ∂u
u −v =0
∂x ∂y
∂u ∂u
v +u =0 (2.66)
∂x ∂y
∂u ∂u
≡ 0, ≡0
∂x ∂y
u = Re f (z) ≡ const.
v = Im f (z) ≡ const.
2π 2π
f [z + Reiϕ ] f [z + Reiϕ ]
Z Z
0 1 1
f (z) = 2 i2ϕ
iReiϕ dϕ = dϕ (2.68)
2πi 0 R e 2π 0 Reiϕ
2π
|f [z + Reiϕ ]|
Z
0 1 M
|f (z)| ≤ dϕ ≤ (2.69)
2π 0 R|eiϕ | R
Pn (z) = a0 + a1 z + a2 z 2 + ... + an z n , n ≥ 1, an 6= 0
1
f (z) = (2.70)
Pn (z)
es analı́tica en todo el plano complejo, es decir, entera. Pero como |f (z)| → 0 cuando
z → ∞, de acuerdo con el teorema de Liouville 19, tendrı́a que ser f (z) = const. lo que
evidentemente no es cierto. Por lo tanto concluimos que el polinomio Pn (z) debe tener al
menos una raı́z.
En los cursos de álgebra elemental, por lo general, el Teorema Fundamental del Algebra
se plantea sin demostración y a partir de él se demuestra que un polinomio de grado n no
tiene más de n raı́ces. Más adelante, con la ayuda del concepto de residuo logarı́tmico y del
Teorema de Rouché, veremos otra demostración más completa del Teorema Fundamental
del Algebra.
Integración 83
3. Calcular:
sin πz
Z
4
dz
C z2 − 1
donde C es la circunferencia x2 + y 2 − 2x = 0.
4. Calcular:
eπz
Z
C (z 2 + 1)2
x = ±2, y = ±2
84 José Marı́n Antuña
Capı́tulo 3
En este capı́tulo estudiaremos las series funcionales cuyos miembros son funciones de variable
compleja. El análisis de este tipo de series es de gran importancia, por cuanto nos revela más
nı́tidamente el comportamiento de las funciones de variable compleja y porque constituye un
aparato útil en los problemas que requieren el uso de la teorı́a de funciones de variable compleja.
Sea {zn } una sucesión de números complejos y establezcamos el concepto de serie de números
complejos:
∞
X
S= zn (3.1)
n=1
Analicemos lo que recibe el nombre de suma parcial (suma de los primeros N términos):
N
X
SN = zn (3.2)
n=1
Decimos que la serie de números complejos (3.1) es convergente si la sucesión {SN } de sumas
parciales (3.2) converge cuando N → ∞. El lı́mite de la sucesión de sumas parciales recibe el
nombre de suma de la serie (3.1). A la serie
85
86 José Marı́n Antuña
∞
X
rN = zn (3.3)
n=N +1
En virtud de la teorı́a desarrollada en el epı́grafe 2.2 del capı́tulo 2 para las sucesiones de
números complejos no es difı́cil comprobar que se cumple el criterio de Cauchy. Es decir, que la
condición necesaria y suficiente para que la serie (3.1) sea convergente es que para todo ε > 0
pueda encontrarse un K > 0 tal que siempre que N ≥ K y M ≥ K se cumpla que
XM
zn < ε (3.4)
n=N
De lo anterior se puede concluir que para que la serie (3.1) converja es necesario que
lim zn = 0
n→∞
En efecto, por el criterio de Cauchy, si la serie (3.1), para todo ε > 0 se puede hallar un número
K > 0 tal que siempre que n ≥ K se cumple que
∞
X
|zn | (3.5)
n=1
converge, evidentemente convergirá también la serie (3.1), la que en este caso se dice que es
convergente absolutamente.
Uno de los métodos más usados para investigar la convergencia de una serie con miembros
complejos es analizar la serie formada por los módulos de los miembros de la serie que se
quiere investigar; se puede utilizar por ello los criterios suficientes de convergencia de series con
miembros positivos, como son el criterio de D’Alembert, según el cual la serie (3.5) converge si
a partir de cierto número N > 0 se cumple que
zn+1
zn ≤ l < 1
Series de funciones analı́ticas 87
para toda n ≥ N , o el criterio de la raı́z enésima de Cauchy, según el cual la serie (3.5) converge
si a partir de cierta N > 0 se cumple que
p
n
|zn | ≤ q < 1
para toda n ≥ N .
∞
X
S(z) = fn (z) (3.6)
n=1
N
X
SN (z) = fn (z) (3.7)
n=1
Si para N → ∞ la sucesión {SN (z)} de sumas parciales converge, entonces la serie (3.6) es
convergente. El lı́mite de la sucesión de sumas parciales (3.7) recibe el nombre de suma de la
serie (3.6).
En virtud de la definición dada la suma de la serie funcional S(z) es una función univaluada en
el dominio D. Basándonos en la definición de convergencia de las series numéricas ya conocida
podemos decir, pues, que la serie (3.6) es convergente en el punto prefijado z ∈ D si, para
cualquier ε > 0 puede hallarse un número K > 0, en general dependiente de ε y del punto z
donde se analiza la convergencia, tal que para todo N ≥ K(ε, z) se cumple que
XN
S(z) − fn (z) < ε (3.8)
n=1
Destacamos que en esta definición el número K depende en general de ε y del punto z donde
se analiza la convergencia. Por esa causa, la convergencia definida se conoce con el nombre de
convergencia puntual.
88 José Marı́n Antuña
Al igual que para las funciones de variable real, en la teorı́a de series de funciones de variable
compleja juega un papel fundamental el concepto de convergencia uniforme. Por ejemplo, de
cualquier curso de Análisis Matemático se sabe que una serie convergente puntualmente (según
la definición (3.8)) de funciones continuas no siempre tiene como suma una función continua;
sin embargo, una serie convergente uniformemente de funciones continuas siempre tiene como
suma una función continua.
Si para cualquier número ε > 0 puede hallarse un número K(ε) > 0 tal que para toda N ≥ K(ε)
la desigualdad (3.8) se cumple a la vez para todo punto z ∈ D, entonces la serie (3.6) se llama
convergente uniformemente en el dominio D .
Obsérvese que el número K que se logra encontrar depende solamente del número ε y es el
mismo para todo z ∈ D y, por lo tanto, común para todo z ∈ D.
Teorema 20
Para que la serie (3.6) converja uniformemente en el dominio D es necesario y suficiente que
para cualquier ε > 0 se pueda hallar un número K(ε) > 0 tal que para todos los números
N ≥ K y M ≥ K se cumpla que
XM
fn (z) < ε (3.9)
n=N
Demostración:
Necesidad:
En virtud de la convergencia uniforme de la serie (3.6) se cumple que para todo ε > 0 puede
hallarse un número K(ε) > 0 tal que en todos los puntos z del dominio D tienen lugar la
desigualdades
M
N
X ε X ε
S(z) − fn (z) < ; S(z) − fn (z) < (3.10)
2 2
n=1 n=1
Suficiencia:
De la expresión (3.9) y por el criterio de Cauchy para las sucesiones de números complejos,
estudiado en el capı́tulo 2, se deduce que para cualquier z ∈ D fija la sucesión {SN (z)} es
convergente. Por consiguiente, al cumplirse (3.9), la serie (3.6) converge en el dominio D a
cierta función.
Series de funciones analı́ticas 89
pero, de (3.9)
XM XM XN
lim fn (z) = lim fn (z) − fn (z) =
M →∞ M →∞ n=1
n=1
n=N N
N
X X
= lim SM (z) − fn (z) = S(z) − fn (z) < ε
M →∞
n=1 n=1
para toda N ≥ K(ε) en todos los puntos z ∈ D a la vez, lo que demuestra la convergencia
uniforme de la serie (3.6) en el dominio D.
Demostrado el teorema.
Teorema 21
Si en todo el dominio D los miembros de la serie funcional (3.6) pueden ser mayorados por
miembros de una serie numérica convergente absolutamente, entonces la serie (3.6) converge
uniformemente en el dominio D.
Demostración:
Como la serie
∞
X
|zn |
n=1
por hipótesis converge, para todo ε > 0 puede hallarse una N > 0 tal que
∞
X
|zn | < ε
n=k+1
para toda k ≥ N .
90 José Marı́n Antuña
∞ ∞ ∞
X X X
fn (z) ≤ |fn (z)| ≤ |zn | < ε
n=k+1 n=k+1 n=k+1
Demostrado el teorema.
Teorema 22
∞
X
fn (z)
n=1
Demostración:
∞
X
fn (z)
n=1
para cualquier ε > 0 puede hallarse una N (ε) > 0 tal que se cumplen a la vez las relaciones
N N
X ε X ε
|F (z + ∆z) − fn (z + ∆z)| < ; |F (z) − fn (z)| < (3.12)
n=1
3 n=1
3
Por otro lado, en virtud de la continuidad de las funciones fn (z), para cualquier punto z ∈ D,
para el número ε > 0 escogido y el número N hallado, puede encontrarse una δ > 0 tal que
X N XN ε
fn (z + ∆z) − fn (z) < (3.13)
3
n=1 n=1
siempre que |∆z| < δ. De (3.12) y (3.13) y en virtud de que el módulo de la suma no es mayor
que la suma de los módulos, concluimos que para el ε > 0 puede hallarse una δ > 0 tal que si
|∆z| < δ se cumple que
Demostrado el teorema.
Teorema 23
Z ∞ Z
X
F (z)dz = fn (z)dz (3.14)
C n=1 C
Demostración:
Puesto que la serie (3.6) converge uniformemente para todos los puntos z ∈ D, para cualquier
ε > 0 se puede hallar un número K(ε) > 0 tal que se cumple
∞
X ε
fn (z) < (3.15)
L
n=N +1
Entonces
Z Z Z
N Z
X ∞
X ∞
X
F (z)dz − fn (z)dz = fn (z)dz ≤ fn (z) |dz| < ε
C C C C
n=1 n=N +1 n=N +1
Demostrado el teorema.
92 José Marı́n Antuña
Veremos ahora una propiedad fundamental de las series convergentes uniformemente cuyos
términos son funciones analı́ticas.
∞
X
F (z) = fn (z)
n=1
∞
X
F 0 (z) = fn0 (z)
n=1
3. La serie formada por las derivadas de fn (z) converge uniformemente en cualquier subdo-
minio cerrado del dominio D.
Demostración:
∞
X
F (z) = fn (z)
n=1
∞ ∞ Z
X X 1 fn (ζ)dζ
F (z) = fn (z) = =
n=1 n=1
2πi C ζ − z
Z P∞ Z
1 n=1 fn (ζ)dζ 1 F (ζ)dζ
= = (3.16)
2πi C ζ −z 2πi C ζ − z
En los cálculos arriba hemos tenido en cuenta el hecho de que como la serie converge
uniformemente, se pueden intercambiar los signos de integración y de sumatoria, ya que
Series de funciones analı́ticas 93
Z Z P∞
0 1 F (ζ)dζ 1 n=1 fn (ζ)dζ
F (z) = 2
= =
2πi C (ζ − z) 2πi C (ζ − z)2
∞ Z ∞
X 1 fn (ζ)dζ X
= 2
= fn0 (z) (3.17)
n=1
2πi C (ζ − z) n=1
Denotemos por d a la distancia menor que hay entre el contorno C y la frontera del
dominio D̄1 y l a la longitud del contorno C. Analicemos la siguiente suma finita de
términos de la serie de las derivadas:
m m Z 1 Z Pm f (ζ)dζ
X
0
X 1 fn (ζ)dζ n=k n ≤
fn (z) = =
2πi (ζ − z)2 2πi (ζ − z) 2
n=k
n=k C C
Z
Z Pm m
1 | n=k fn (ζ)| |dζ| 1 X |dζ|
≤ ≤ max f (ζ) ≤
2 n
2π C |ζ − z| 2π C |ζ − z|2
n=k
X m l
≤ max fn (ζ) (3.18)
2πd2
n=k
El intercambio entre las integrales y la sumatoria es válido por el simple hecho de que
aquı́ estamos trabajando con sumas finitas. Como por hipótesis del teorema la serie
Series de funciones analı́ticas 95
∞
X
fn (ζ)
n=1
converge uniformemente, para esta serie se cumple el criterio de Cauchy, es decir, para
un número ε > 0 escogido a priori arbitrariamente, siempre se puede hallar un número
N (ε) > 0 tal que k > N y m > N implican que
m
X
fn (ζ) < ε (3.19)
n=k
es decir, que la serie cumple el criterio de Cauchy por lo que converge uniformemente.
Demostrado el teorema.
Corolario
La demostración de este corolario es evidente a partir del hecho de que la derivada de una
función analı́tica es analı́tica.
Es necesario destacar que la demostración efectuada del punto 3 del teorema 24 nos permite
solamente garantizar la convergencia uniforme de la serie formada por las derivadas en cualquier
subdominio cerrado D̄1 del dominio D, inclusive cuando la serie
∞
X
fk (ζ)
k=1
converja uniformemente en todo el dominio cerrado D̄. Esto se debe a que en la expresión
(3.20) se puede garantizar que el miembro derecho es pequeño sólo si d es distinto de cero, lo
que significa que, efectivamente, el dominio D̄1 es un subdominio de D y no puede coincidir
con él, ya que de hacerlo, d → 0 y pese a la pequeñez de ε, la parte derecha en (3.20) se
hace inmensamente grande, no pudiéndose, por tanto, garantizar el cumplimiento del criterio
de Cauchy.
∞
X zn
n=1
n2
converge uniformemente en el cı́rculo cerrado |z| ≤ 1, mientras que derivando término a término
la serie derivada
∞
X z n−1
n=1
n
no converge en todo ese cı́rculo, sino sólo en un subdominio cualquiera de éste, ya que para
z = 1 la serie que se obtiene es la serie armónica que, como se sabe, diverge.
Por lo tanto, la tercera parte del teorema 24 no puede ser generalizada a todo el dominio.
Como será demostrado en el siguiente teorema, esta última condición puede ser sustituida por
la convergencia uniforme de la serie en la frontera Γ del dominio D.
Demostración:
Analicemos en D̄ la suma
m
X
fn (z)
n=k
y tomemos el máximo del módulo. Como es una suma finita de funciones analı́ticas, será
también una función analı́tica. Por consiguiente, podemos utilizar el principio del máximo del
módulo y escribir
m m
X X
max fn (z) = max fn (z) < ε (3.21)
n=k D̄ n=k Γ̄
la frontera Γ.
Demostrado el teorema.
Este teorema tiene importancia práctica, ya que en general es más fácil trabajar con las ecuacio-
nes de las curvas que constituyen la frontera del dominio, que con las inecuaciones que describen
los dominios, por lo que haciendo un análisis de la convergencia sobre la frontera del dominio
se puede determinar la convergencia de la serie en el dominio.
En los epı́grafes anteriores fueron analizadas las series funcionales del tipo (3.6). En ellas no se
especificaba la forma de las funciones fn (z). Un caso particular de extraordinaria importancia
se presenta en las funciones fn (z) = an (z−z0 )n , donde los coeficientes an son en general números
complejos arbitrarios y z0 es un punto fijo del plano complejo.
∞
X
an (z − z0 )n (3.22)
n=0
Inicialmente se observa que los miembros de la serie (3.22) son funciones analı́ticas en todo el
plano complejo; es decir, enteras. Por lo tanto, para dicha serie son válidos todos los teoremas
estudiados en los dos epı́grafes anteriores.
Sin embargo, es necesario establecer con mayor precisión cuáles son las propiedades de este tipo
de serie. Para conocer con exactitud el comportamiento de las series del tipo (3.22) debemos
tratar de averiguar tres cuestiones fundamentales:
Para responder a estas tres preguntas formuladas y conocer, por lo tanto, las caracterı́sticas de
las series de potencias, viene en nuestra ayuda un teorema fundamental:
Si la serie de potencias (3.22) converge en el punto z1 , entonces dicha serie converge absolu-
tamente en cualquier punto z tal que |z − z0 | < |z1 − z0 | y converge uniformemente para los
puntos z tales que |z − z0 | < ρ|z1 − z0 |, donde 0 < ρ < 1.
Si la serie (3.22) diverge en el punto z2 , entonces diverge también en todos los puntos z que
cumplan que |z − z0 | > |z2 − z0 |.
Demostración:
Por hipótesis la serie (3.22) converge en el punto z1 . Tenemos que demostrar su convergencia
en cualquier punto contenido en el cı́rculo con centro en z0 y radio |z1 − z0 | (Fig. 3.3).
Tenemos que
n
n
n z − z0
|an (z − z0 ) | = an (z1 − z0 )
(3.23)
z1 − z0
Como por hipótesis la serie converge en el punto z1 , los números an (z1 − z0 )n tienden a cero
Series de funciones analı́ticas 99
cuando n → ∞, ya que esa es una condición necesaria de convergencia. Ello implica que la
sucesión {an (z1 − z0 )n } es acotada lo que nos permite escribir:
donde
z − z0
q(z) =
z1 − z0
Es decir, hemos hallado un mayorante funcional de los miembros de nuestra serie y como dicho
mayorante converge absolutamente, por el criterio de comparación podemos afirmar que nuestra
serie converge absolutamente en cada punto z que esté en el interior del cı́rculo de radio |z1 −z0 |.
Ahora bien, si
|z − z0 | < ρ|z1 − z0 |
entonces
y por consiguiente
Es decir, en este caso el mayorante de nuestra serie es numérico, por lo que, por el criterio de
Weierstrass, nuestra serie converge uniformemente.
Demostremos ahora la tercera afirmación del teorema. Por hipótesis, la serie (3.22) diverge en
el punto z2 y queremos demostrar que diverge en todos los puntos tales que |z − z0 | > |z2 − z0 |.
Supongamos lo contrario, es decir, que la serie converge en el punto z. Como |z2 − z0 | < |z − z0 |,
en virtud de lo demostrado en las dos primeras partes del teorema, la serie debe convergir en
el punto z2 , lo que contradice la hipótesis de que en z2 diverge. Por lo tanto, la serie tiene que
ser divergente en z.
100 José Marı́n Antuña
Demostrado el teorema.
Una vez demostrado el teorema de Abel podemos hacer el siguiente análisis: veamos la serie
(3.22) y tracemos un rayo que parta del punto z0 hacia el infinito (Fig. 3.4).
Evidentemente, en el punto z0 la serie converge, ya que todos los sumandos son iguales a cero,
excepto el término a0 que, en general, no es cero, pero es acotado.
∞
X
n!z n
n=0
∞
X 1 n
z
n=0
n!
3. Que en el rayo existan dos tipos de puntos: unos donde la serie converja y otros donde
diverja.
Entonces el teorema de Abel nos garantiza que todos los puntos de convergencia se en-
cuentran rigurosamente separados de los puntos de divergencia.
Llamemos
Entonces queda definido un cı́rculo con centro en el punto z0 y radio R (Fig. 3.5) que recibe el
nombre de cı́rculo de convergencia de dicha serie.
c En todos los puntos interiores del cı́rculo de convergencia la serie de potencias (3.22) es
convergente y es divergente fuera de dicho cı́rculo. En la circunferencia frontera del cı́rculo de
convergencia existen puntos de convergencia y puntos de divergencia de la serie por la propia
definición de radio de convergencia. En cualquier subdominio circular cerrado centrado en z0
del cı́rculo de convergencia la serie (3.22) converge uniformemente.
En virtud del teorema 24 de este capı́tulo podemos afirmar que dentro del cı́rculo de convergen-
cia la serie (3.22) converge a una función analı́tica f (z), ya que las funciones fn (z) = an (z −z0 )n ,
como vimos, son analı́ticas en todo el plano complejo. Además, en virtud de la teorı́a desarrolla-
da en el epı́grafe 2 de este capı́tulo, podemos asegurar que dentro del cı́rculo de convergencia la
serie (3.22) puede ser derivada e integrada cuantas veces se desee y que el radio de convergencia
de las series obtenidas es igual al radio de convergencia de la serie inicial.
Puede comprobarse que los coeficientes an de la serie (3.22) vienen expresados a través de los
valores de la función suma de la serie y de sus derivadas evaluados en el centro del cı́rculo de
convergencia, por la fórmula
f (n) (z0 )
an = (3.28)
n!
P∞
donde f (z) = n=0 an (z − z0 )n es la suma de la serie.
∞
X
f 0 (z) = an n(z − z0 )n−1
n=1
∞
X
(k)
f (z) = an n(n − 1)...(n − k + 1)(z − z0 )n−k
n=k
f (k) (z0 ) = ak k!
El radio de convergencia R de una serie de potencias, definido mediante la relación (3.27), puede
expresarse en función de los coeficientes del desarrollo por la fórmula de Cauchy-Hadamard:
1 ¯ n |an |
p
= lim (3.29)
R n→∞
p
donde la parte derecha representa el lı́mite superior de la sucesión { n |an |}, es decir, el punto
lı́mite mayor de esa sucesión.
Demostremos la fórmula (3.29). Sea l = R1 . Tenemos que demostrar que en cualquier punto
z = z1 que cumpla la relación |z1 − z0 | < 1l la serie converge y que en cualquier punto z = z2
que satisfaga la condición |z2 − z0 | > 1l diverge.
p
Como l es el lı́mite superior de la sucesión { n |an |}, para cualquier ε > 0 puede encontrarse un
número N > 0 tal que para todo k ≥ N se cumple que
p
k
|ak | < l + ε
p
Por otro lado, para ese mismo ε existe un número infinito de miembros de la sucesión { n |an |}
mayores que l − ε. Tomemos un punto arbitrario z = z1 que satisfaga la relación l|z1 − z0 | < 1
y escojamos por ε al número
1 − l|z1 − z0 |
>0
2l|z1 − z0 |
Entonces
p
n 1 + l|z1 − z0 |
|an ||z1 − z0 | < (l + ε)|z1 − z0 | = =q<1
2
Series de funciones analı́ticas 103
∞
X
an (z1 − z0 )n
n=0
P∞
está mayorada por la progresión geométrica n=0 q n convergente, pues q < 1. Ası́ pues, queda
demostrada la convergencia en el punto z1 .
Tomando ahora un punto z = z2 que satisfaga la relación l|z2 − z0 | > 1 y escogiendo por ε al
número l|z2 −z2 0 |−1 > 0 obtenemos que
p
n
|an ||z2 − z0 | > (l − ε)|z2 − z0 | = 1
De aquı́
lo que en virtud del criterio necesario de convergencia significa que nuestra serie de potencias
∞
X
an (z2 − z0 )n
n=0
diverge.
Ası́ pues, queda demostrada la validez de la fórmula (3.29) para el radio de convergencia.
∞
X
(z − z0 )n
n=0
cuyos coeficientes an son todos iguales a 1, tiene como radio de convergencia la expresión
1
R=
l
donde
p
n
√
n
l = lim |an | = lim 1=1
n→∞ n→∞
104 José Marı́n Antuña
Es decir, R = 1, o sea, que nuestra serie converge en el cı́rculo |z − z0 | < 1 a cierta función
analı́tica. Para hallar dicha función utilicemos la definición de suma como lı́mite de sumas
parciales:
1 − (z − z0 )n 1
f (z) = lim Sn (z) = lim = (3.30)
n→∞ n→∞ 1 − (z − z0 ) 1 − (z − z0 )
En la expresión (3.30) hemos utilizado el hecho de que en el dominio de los números complejos
es válida la fórmula de la suma de la progresión geométrica con un número finito de miembros y
que es posible hacer el paso al lı́mite cuando el número de miembros en la progresión geométrica
crece indefinidamente.
Resumamos todo este análisis efectuado contestando a las tres preguntas que nos habı́amos
formulado al inicio del epı́grafe:
Hemos visto que una serie de potencias en su cı́rculo de convergencia define a una función
analı́tica en dicho cı́rculo. Es lógico plantearnos el problema recı́proco: Dada una función
analı́tica en un cı́rculo, ¿es posible ponerle en correspondencia una serie de potencias conver-
gente uniformemente a ella en dicho cı́rculo? Esta pregunta en la teorı́a de funciones de variable
real tiene respuesta negativa. Sin embargo, en la teorı́a de funciones de variable compleja la
respuesta es afirmativa y la da el siguiente teorema:
Si la función f (z) es analı́tica dentro de un cı́rculo con centro en el punto z0 , entonces ella
puede ser desarrollada dentro de dicho cı́rculo en una serie de potencias de (z − z0 ) convergente
absoluta y uniformemente a ella en dicho cı́rculo y ese desarrollo es único.
Demostración:
Series de funciones analı́ticas 105
Tenemos un cı́rculo con centro en el punto z0 , donde la función f (z) es analı́tica. Escojamos
un punto z de dicho cı́rculo y tracemos una circunferencia C, de radio mayor que |z − z0 | y
centrada en el punto z0 , que esté contenida en el cı́rculo de analiticidad en cuestión (Fig. 3.6).
Como la función f (z) es analı́tica, podemos usar la fórmula integral de Cauchy y escribir
Z
1 f (ζ)dζ
f (z) = (3.31)
2πi C ζ −z
∞ n X ∞
1 1 1 1 X z − z0 (z − z0 )n
= · = = (3.32)
ζ −z ζ − z0 1 − z−z
ζ−z0
0
ζ − z0 n=0 ζ − z0 n=0
(ζ − z0 )n+1
z − z0
ζ − z0 < 1
Para todo ζ ∈ C la serie (3.32) converge uniformemente con respecto a ζ, pues si llamamos r
al radio de la circunferencia C vemos que esta serie está mayorada por la serie numérica
∞
X |z − z0 |n
n=0
rn+1
Sustituyendo (3.32) en (3.31) e integrando término a término, lo que puede hacerse por la
convergencia uniforme de la serie y el Teorema 23, obtenemos
∞ ∞
(z − z0 )n
Z X Z
1 X
n 1 f (ζ)dζ
f (z) = n+1
f (ζ)dζ = (z − z0 ) · (3.33)
2πi C n=0 (ζ − z0 ) n=0
2πi C (ζ − z0 )n+1
Como el punto z es escogido de manera arbitraria dentro del cı́rculo de analiticidad, hemos
obtenido que la función f (z) se desarrolla en la serie de potencias
∞
X
f (z) = an (z − z0 )n (3.34)
n=0
Z
1 f (ζ)dζ 1 (n)
an = ≡ f (z0 ) (3.35)
2πi C (ζ − z0 )n+1 n!
La igualdad del extremo derecho en la expresión (3.35) tiene lugar porque la función f (z) es
por hipótesis analı́tica en el entorno del punto z0 y por la fórmula generalizada de Cauchy para
la derivada de una función analı́tica. Esa derivada, por ser f (z) analı́tica, es única, por lo que
los coeficientes son únicos y, por tanto, el desarrollo es único.
Demostrado el teorema.
La serie (3.34) de coeficientes (3.35) se conoce con el nombre de Serie de Taylor y al desarrollo
efectuado de la función f (z) analı́tica en el cı́rculo con centro en z0 se llama desarrollo de
Taylor.
3. Anteriormente habı́amos llamado función entera a aquella función que era analı́tica en
todo el plano. Por el teorema 27 podemos dar una definición equivalente y decir que una
función entera es aquella que puede ser desarrollada en una serie de potencias de radio
de convergencia infinito.
1
f (x) =
1 + x2
Esta función puede ser derivada cuantas veces se quiera y es continua junto con sus derivadas de
cualquier orden; es decir, es un análogo de función analı́tica. Si desarrollamos esta función en
serie de Taylor en la variable real con centro en x0 = 0 y buscamos el intervalo de convergencia
de dicha serie, obtenemos que, a pesar de ser una función continua y derivable en todo el eje real,
la serie de potencias de esta función converge a ella solamente en el intervalo −1 < x < 1; fuera
de dicho intervalo la serie diverge. Sin embargo, para una función similar en sus propiedades
(Fig. 3.7):
2
F (x) = e−x
que es también continua y derivable con derivada continua de cualquier orden en todo el eje
real, su serie de potencias de Taylor con centro en x0 = 0 es convergente en todo el eje real. Si
nos preguntamos por qué ocurre que dos funciones que desde el punto de vista de sus propie-
dades diferenciales son muy similares tienen desarrollos en series de potencias convergentes en
intervalos tan diferentes, veremos que en la teorı́a de funciones de una variable real no existe
ningún elemento que permita responder a tal pregunta.
1
Figura 3.6: Función f (x) = 1+x2
existe una equivalencia entre la analiticidad de una función, como función derivable un número
infinito de veces en el entorno de un punto del plano complejo y la posibilidad de que dicha
función pueda ser desarrollada en una serie de potencias convergente absoluta y uniformemente
a ella en dicho entorno.
2
Figura 3.7: Función F (x) = e−x
1
f (z) =
1 + z2
Es evidente que, con centro en z0 = 0, su cı́rculo de analiticidad es |z| < 1, ya que en los puntos
z = +i, z = −i esta función deja de ser analı́tica. Por consiguiente, su desarrollo en serie de
Taylor centrado en z0 = 0 puede ser efectuado solamente dentro de dicho cı́rculo con radio de
convergencia R = 1. De aquı́ que su caso particular, cuando
z = x + iy = x (y = 0)
tendrá el mismo radio de convergencia, es decir, la serie será convergente en el intervalo (−1, 1)
110 José Marı́n Antuña
Por el contrario, aunque aún no hemos visto qué es ni cómo se comporta la función de variable
compleja
2
F (z) = e−z
más adelante veremos que es analı́tica en todo el plano complejo (entera), por lo que el radio
de convergencia de su serie será R = ∞. Por lo tanto, su caso particular para z = x será una
serie convergente para todo x real.
1
f (z) =
1 + z2
∞
X ∞
X
n
an z ≡ z 2n
n=0 n=0
De la misma manera podemos decir que esta función puede ser desarrollada en serie con centro
en z0 = 2i :
∞ n
X i
an z−
n=0
2
con radio de convergencia R = 12 , ya que con centro en 2i siempre podemos hallar un cı́rculo
dentro del que se cumplan los requisitos del teorema de Taylor y cuyo radio máximo posible es
1
2
. Se deja al lector hallar los coeficientes de este desarrollo a modo de ejercicio.
1
f (z) =
1 + z2
∞
X
an (z − i)n
n=0
pues es imposible hallar un cı́rculo centrado en z0 = i dentro del que la función sea analı́tica,
ya que en el mismo centro de ese cı́rculo deja de serlo.
∞
X
f (z) = an (z − z0 )n (3.36)
n=−∞
Para un punto z0 fijo del plano complejo y los coeficientes an dados, debemos investigar cuál
es el dominio de convergencia de la serie (3.36), cómo es el carácter de dicha convergencia y
cuáles son las propiedades de la función suma de la serie (3.36) en el dominio de convergencia.
Con el fin de investigar estas cuestiones escribamos la serie de Laurent (3.36) en la forma
siguiente:
−1
X ∞
X
n
f (z) = an (z − z0 ) + an (z − z0 )n (3.37)
n=−∞ n=0
La parte regular de la serie de Laurent, como se ve, es una serie de potencias positivas del tipo
de las estudiadas por nosotros en el epı́grafe anterior, por lo que se puede asegurar de inmediato,
en virtud de la teorı́a allı́ desarrollada que esta parte regular tiene un radio de convergencia
R que define un cı́rculo dentro del cual la serie converge uniformemente y su suma es dentro
de dicho cı́rculo una función analı́tica y se puede integrar y derivar término a término cuantas
112 José Marı́n Antuña
veces se desee. Precisamente por eso es que esta parte se llama parte regular de la serie: su
suma es una función analı́tica en el entorno del punto z0 .
Para analizar la parte principal de la serie (3.36) hagamos el siguiente cambio de ı́ndice de
sumatoria: n = −m. Entonces para la parte principal tendremos
−1 ∞ ∞ ∞
X
n
X
−m
X 1 X
an (z − z0 ) = a−m (z − z0 ) = a−m m
= a−m ζ m (3.38)
n=−∞ m=1 m=1
(z − z0 ) m=1
donde
1
ζ=
z − z0
Esto no es más que una serie de potencias del tipo de las estudiadas en el epı́grafe 4.3 con
respecto a la variable ζ. Por eso, podemos asegurar que la expresión (3.38) será convergente en
el interior de un cı́rculo con centro en ζ = 0 y radio R1 , es decir, será convergente en el interior
del cı́rculo |ζ| < R1 .
1
< R1
|z − z0 |
es decir,
1
|z − z0 | > ≡r
R1
1
donde r = R1
.
Es decir, que la parte principal de la serie de Laurent (3.36) resulta convergente para valores
de z fuera del cı́rculo de radio r y centro en z0 .
Ası́ pues, la parte regular de la serie de Laurent converge dentro del cı́rculo con radio R y
la parte principal converge fuera del cı́rculo con radio r; ambos cı́rculos son concéntricos, con
centro en el punto z0 .
Por consiguiente, la serie completa, es decir, la serie de Laurent, será convergente en el dominio
formado por la intersección de ambos dominios de convergencia: el interior del cı́rculo de radio
R, |z − z0 | < R y el exterior del cı́rculo de radio r, |z − z0 | > r, ya que en dicha intersección
convergirá a la vez la parte principal y la parte regular de la serie, por lo que convergirá la serie
completa (Fig. 3.8).
1. Que sea R < r. En este caso, donde converge la parte principal diverge la regular y
viceversa, por lo que la serie (3.36) carece de sentido.
2. Que sea R > r. Entonces, la parte principal y la parte regular (y por lo tanto la serie
(3.36)) convergirán a la vez en el anillo con centro en z0 : r < |z − z0 | < R y se tendrá,
en virtud del teorema de Abel 26, que en cualquier subdominio anular del anillo de
convergencia de la serie (3.36) convergirá uniformemente.
Ası́ pues, las caracterı́sticas de la serie (3.36) pueden resumirse como sigue:
En la discusión efectuada en el punto anterior concluimos que la serie de Laurent (3.36) con-
vergı́a en un anillo circular con centro en el punto z0 y que la suma de dicha serie era una
función analı́tica en dicho anillo. El comportamiento de la función suma de la serie en el punto
z0 no ha quedado establecido en nuestro análisis: la función suma en el entorno del punto z0
por consiguiente, puede dejar de ser analı́tica.
Esta caracterı́stica que presenta la función suma de la serie de Laurent nos permite suponer
que una función que no sea analı́tica en el entorno de determinado punto z0 del plano complejo,
pero para la cual exista un anillo centrado en z0 dentro del que la función sea analı́tica, pueda
expresarse en términos de una serie de Laurent convergente absoluta y uniformemente a ella
en dicho anillo. Esta propiedad queda establecida rigurosamente por el siguiente teorema.
Si la función f (z) es analı́tica en un anillo circular con centro en el punto z0 , entonces ella puede
ser desarrollada en dicho anillo en una serie de Laurent convergente absoluta y uniformemente
a ella en el anillo y ese desarrollo es único.
Demostración:
Tomemos el anillo con centro en z0 , donde por hipótesis la función f (z) es analı́tica. Fijemos
un punto z del anillo y tracemos dos circunferencias C1 y C2 dentro del anillo con centro ambas
en z0 y radios respectivamente r1 y r2 tales que (Fig. 3.9)
Z Z Z
1 f (ζ)dζ 1 f (ζ)dζ 1 f (ζ)dζ
f (z) = = + =
2πi Γ ζ −z 2πi C2+ ζ − z 2πi C1− ζ − z
Z Z
1 f (ζ)dζ 1 f (ζ)dζ
= − ≡ f2 (z) + f1 (z) (3.39)
2πi C2 ζ − z
+ 2πi C1 ζ − z
+
Como la función f2 (z) está dada por una integral por el contorno C2 , tenemos que
z − z0 |z − z0 |
ζ − z0 = <1
r2
Por lo tanto
Series de funciones analı́ticas 115
∞ n X ∞
1 1 1 1 X z − z0 (z − z0 )n
= · = = (3.40)
ζ −z ζ − z0 1 − z−z
ζ−z0
0
ζ − z0 n=0 ζ − z0 n=0
(ζ − z0 )n+1
∞
X
f2 (z) = an (z − z0 )n (3.41)
n=0
donde
Z
1 f (ζ)dζ
an = , n≥0 (3.42)
2πi C2 (ζ − z0 )n+1
Es importante señalar que la expresión (3.42) no puede identificarse, como se hizo en el teorema
27, con la derivada de orden n de f (z) evaluada en el punto z0 , pues la hipótesis del teorema
116 José Marı́n Antuña
ζ − z0 r1
z − z0 = |z − z0 | < 1
∞ m
1 1 1 1 X ζ − z0
= · ζ−z0
== − =
ζ −z z − z0 1 − z−z z − z0 m=0 z − z0
0
∞ −∞
X (ζ − z0 )m X (z − z0 )n
=− = − (3.43)
m=0
(z − z0 )m+1 n=−1
(ζ − z0 )n+1
−∞
" # −1
(z − z0 )n
Z
1 X X
f1 (z) = − f (ζ) − n+1
dζ = an (z − z0 )n (3.44)
2πi C1 n=−1
(ζ − z0 ) n=−∞
donde
Z
1 f (ζ)dζ
an = , n ≤ −1 (3.45)
2πi C1 (ζ − z0 )n+1
∞
X
f (z) = an (z − z0 )n (3.46)
n=−∞
por lo que el desarrollo en serie de Laurent queda demostrado. Los coeficientes del desarrollo,
an , que vienen dados por las fórmulas (3.42) y (3.45), según sea n ≥ 0 o n ≤ −1, en realidad
son los mismos, ya que en virtud del teorema de Cauchy
Z Z
f (ζ)dζ f (ζ)dζ
− =0
C2 (ζ − z0 )n+1 C1 (ζ − z0 )n+1
f (ζ)
ya que C1 y C2 forman la frontera del dominio biconexo donde la función (ζ−z 0)
n+1 es analı́tica.
Aún más, en virtud del mismo teorema de Cauchy, ambos contornos pueden ser deformados
Series de funciones analı́ticas 117
como se desee dentro del dominio anular, sin que por ello el valor de la integral varı́e. De aquı́
que los coeficientes del desarrollo (3.46) vengan expresados para cualquier n positiva o negativa
por la fórmula única
Z
1 f (ζ)dζ
an = (3.47)
2πi C (ζ − z0 )n+1
Figura 3.10: Contorno de integración para el cálculo de los coeficientes de la serie de Laurent
Como aquı́ los coeficientes (3.47) no son la derivada de orden n de la función f (z) evaluada en
el punto z0 , aún tenemos que demostrar que el desarrollo (3.46) obtenido es único. Para ello,
supondremos que es posible otro desarrollo
∞
X
f (z) = bn (z − z0 )n (3.48)
n=−∞
118 José Marı́n Antuña
y trataremos de demostrar que los coeficientes vienen expresados por la misma fórmula (3.47);
entonces, en virtud de la arbitrariedad del desarrollo(3.48) supuesto, quedará demostrada la
unicidad.
∞
f (z) X
m+1
= bn (z − z0 )n−m−1 (3.49)
(z − z0 ) n=−∞
Z ∞ Z
f (z)dz X
m+1
= bn (z − z0 )n−m−1 dz (3.50)
C (z − z0 ) n=−∞ C
Z Z
n−m−1 dz
(z − z0 ) dz = = 2πi, ∀n = m (3.51)
C C z − z0
= 0, ∀n 6= m
Z
dz
≡0
C (z − z0 )k
Z
(z − z0 )n−m−1 dz = 2πiδnm (3.52)
C
Z ∞
f (z)dz X
= bn 2πiδnm ≡ bm · 2πi (3.53)
C (z − z0 )m+1 n=−∞
Series de funciones analı́ticas 119
de donde se deduce que bm ≡ am , lo que demuestra la unicidad del desarrollo de f (z) en serie
de Laurent.
Demostrado el teorema.
Si tenemos una función f (z) analı́tica en el plano complejo, con excepción -digamos- de los
puntos z0 , z1 , z2 y z3 = ∞, donde la función deja de ser anaı́tica (estos puntos, como veremos
después, se denominan puntos singulares y decimos que la función tiene una singularidad
en dichos puntos), entonces podemos hacer la siguiente construcción: rodeamos el punto z0 con
una pequeña circunferencia y trazamos otra circunferencia con centro en z0 y radio |z1 − z0 | y
obtenemos ası́ el anillo (1) (Fig. 3.11). En dicho anillo la función f (z) es analı́tica y cumple,
por lo tanto, los requisitos de teorema de Laurent, de manera que admite un desarrollo del
tipo (3.46) de coeficientes dados por (3.47), donde el contorno de integración será una curva
cerrada cualquiera contenida en el anillo (1) y que rodee al punto z0 . Este tipo de desarrollo en el
entorno de un solo punto como es el caso, ya que la circunferencia interior del anillo puede tener
un radio tan pequeño como se quiera, se conoce con el nombre de desarrollo en el entorno
del punto singular z0 . Por otro lado, En el anillo (2) (Fig. 3.11) de frontera formada por
las circunferencias de radios |z1 − z0 | y |z2 − z0 | de nuevo la función f (z) es analı́tica y de
nuevo se cumplen los requisitos del teorema de Laurent. Por lo tanto, la función f (z) tendrá un
desarrollo en potencias de (z − z0 ), pues el anillo está centrado en el punto z0 , también del tipo
(3.46) con coeficientes que vendrán dados también por la fórmula (3.47), aunque el contorno
de integración ahora será una curva cerrada que rodee al punto z0 , pero contenida en el anillo
|z1 − z0 | < |z − z0 | < |z2 − z0 |. La diferencia entre los contornos de integración en estos dos
casos, harán que en general los coeficientes an por ellos calculados sean distintos, por lo que los
desarrollos serán diferentes; ello es lógico, ya que ambos desarrollos expresan a la función f (z)
en dominios diferentes. El desarrollo en la región (2) no tiene un nombre especı́fico como en el
caso del desarrollo en la región (1).
Si suponemos una circunferencia de radio mayor que |z2 − z0 | tan grande como se quiera,
pues con módulo mayor que |z2 | en el caso que estamos analizando no existen más puntos de
singularidad de f (z) en el plano complejo, tendremos un ”anillo” (3) de radio interior |z2 − z0 |
y radio exterior tan cercano al infinito como se quiera donde también será factible un desarrollo
en la forma (3.46).
∞
X
f (z) = an z n
n=−∞
Tomando como centro de los anillos el punto z0 = 0, el desarrollo en el ”anillo” más exterior,
equivalente a la región (3) de la figura 3.11, pero en la que el centro de los anillos es el origen de
las coordenadas, se acostumbra a llamar desarrollo en el entorno del infinito. Este argot
se justifica por el hecho de que, si hacemos el cambio de variables z = ζ1 , el punto z = 0 se
transforma en el punto ζ = ∞.
120 José Marı́n Antuña
Figura 3.11: Diferentes anillos en los que puede realizarse el desarrollo en serie de Laurent
Si sucediera que la función f (z) fuese analı́tica en el entorno del punto z0 , pero no lo fuese en
los puntos z1 y z2 , entonces existirá un cı́rculo de radio |z1 − z0 | centrado en el punto z0 en el
que el desarrollo en potencias de (z − z0 ) será de Taylor, ya que en dicho cı́rculo se cumplen los
requisitos del teorema de Taylor.