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EL PRIMER MANDAMIENTO
EL SEGUNDO MANDAMIENTO
Una gente primitiva necesitaba que se le dijera eso porque era muy
dada a hacer ídolos que se pudieran ver y tocar. Ya no
hacemos estas cosas, pero siempre que le demos poder a
cualquier cosa que no sea Dios, estaremos haciendo un
ídolo. Por ejemplo, le damos poder a nuestros
padecimientos, particularmente si es una dolencia favorita.
Todos conocemos personas que hablan de “mi reumatismo”
y lo dicen bastante amorosamente. ¡Cómo no, si ha estado
con ellos por bastante tiempo! Estamos haciendo ídolos de
estas cosas. Es sólo cuando les quitamos poder que las
podemos curar.
EL TERCER MANDAMIENTO
EL CUARTO MANDAMIENTO
EL QUINTO MANDAMIENTO
EL SEXTO MANDAMIENTO
Como reglas de conducta los Mandamientos son “No harás tal cosa”
justo como se ven los letreros de “No fumar” o “No pasar por aquí”.
Pero cuando penetras bajo el significado superficial, entonces los “No
harás” se convierten en “No puedes hacer”.
EL SÉPTIMO MANDAMIENTO
EL OCTAVO MANDAMIENTO
Estas diez leyes de vida son cosas que no pueden hacerse por lo que
–según dice al respecto el profeta- no te agotes o malgastes tu vida
tratando de hacerlas. No se pueden hacer. Ellas antagonizan la Ley
del Ser fundamental.
EL NOVENO MANDAMIENTO
EL DÉCIMO MANDAMIENTO
No hay nada en el mundo que alguna vez hayas concebido que Dios
no lo tenga en abundancia. El suministro de Dios es infinito, y
envidiar a otra persona porque tiene una mejor posición, o porque
parece tener más, es negar tu propio contacto con Dios.
Agosto 11 * YO SOY LO QUE YO SOY
Hay una salida de las limitaciones que nunca falla. Es ésta: Toma a
Dios por socio.
Lee el Salmo 91
Lee el salmo 91
“Ya que has hecho del Señor tu refugio, del Altísimo tu lugar
de protección, no te sobrevendrá ningún mal, ni la
enfermedad llegará a tu casa-“. En la Biblia la palabra “promesa”
es el nombre dado a una afirmación de alguna ley espiritual. Así, la
“promesa bíblica” es una afirmación de las consecuencias que
naturalmente seguirán a causa de ciertos pensamientos y estados de
conciencia. Si la ley de Boyle hubiese sido escrita en el lenguaje
bíblico se hubiese leído así: “Mientras Yo viva, dice el Señor,
cuandoquiera que dobles la presión del gas, dividirás el volumen en
dos, siempre y cuando la temperatura permanezca constante”. En el
lenguaje de las ciencias naturales, nuestra promesa bíblica diría así:
"Al meditar regularmente en la Presencia de Dios dentro de ti y dirigir
tu vida de acuerdo con este hecho, te haces inmune a cualquier clase
de peligro”.
Agosto 18 * NUESTRA SEGURIDAD
Rehúsa tolerar nada inferior a la armonía. Puedes tener una vida feliz
y gozosa. Pero para hacer esto definitivamente tienes que esgrimir el
timón de tu propio destino, y manejar osada y firmemente hacia el
puerto en que quieres atracar.
Lee Apocalipsis 6.
Se nos dicen dos cosas muy interesantes sobre el jinete del Caballo
Blanco. La Biblia dice que aquél que sobre dicho caballo montaba
tenía un arco. El arco-y-flecha es un símbolo antiguo de la Palabra
Hablada. La Palabra Hablada hace que pasen cosas. Cuando
pronuncias la Palabra, disparas una flecha. El jinete del Caballo
Blanco pronuncia la Palabra y lleva una corona en la cabeza. La
corona siempre ha sido el símbolo de la victoria. El jinete del Caballo
Blanco es siempre el vencedor.