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Este último, luego de que la empresa sanitaria reconociera esta mañana que parte de los
1.100 litros de petróleo que se derramaron desde la planta Caipulli también contaminaron
las aguas del río Rahue, según lo confirmó el gerente de Operaciones de la Empresa de
Servicios Sanitarios de Los Lagos (Essal), Andrés Duarte.
Osorno: Vocera
de gobierno afirma que comparte "indignación" de ciudadanos y que la
empresa recibirá multas correspondientes13 JUL 2019
Intendente de
Los Lagos afirma que Essal "no informó oportunamente" que derrame
de petróleo alcanzó aguas del río Rahue13 JUL 2019
Con respecto a sobre quién se le adjudicarían estos posibles dos delitos, de Miguel explicó
que se “está investigando las eventuales responsabilidades de la persona que
efectivamente abre una de las válvulas, pero además se están investigando todos los
protocolos que tiene la empresa, porque hay que entender que estamos hablando de
una empresa que provee agua potable a más de 50 mil hogares en Osorno, las
responsabilidades son altísimas”.
Agregando que, de parte de la empresa, “las personas tienen que estar capacitadas para
efectuar ciertas labores, más aún cuando son labores de riesgo. Junto con ello tienen que
haber protocolos por parte de la empresa, mantenciones, fiscalizaciones y eso es lo que se
está viendo. Tanto de la persona como de la empresa“, detalló.
Además, indicó que mañana “van a llegar peritos de Santiago para ver el daño
ambiental en el río y determinar las consecuencia que se produjeron”, dijo.
Cabe recalcar que la empresa arriesga una multa de hasta 600 millones de pesos a
consecuencia del corte del servicio de agua potable. Y según confirmó el Superintendente
de Servicios Sanitarios (SISS), Jorge Rivas, en este caso se espera aplicar el máximo de
sanción que permita la ley.
Presidente del Tribunal
Constitucional: “Más allá del caso
Oviedo, aquí está en juego el Estado de
derecho que ha venido decayendo”
Autor: Javiera Matus
El abogado Iván Aróstica aborda el caso del procesamiento al ex
comandante en jefe del Ejército, causa que se encuentra paralizada con
su voto decisivo. También analiza la discusión sobre la efectividad del
secreto del sumario y la supuesta tensión entre el TC y la Corte
Suprema.
“Nosotros vemos si una ley es constitucional o no, y no solo en el caso del general
Oviedo”. Así se plantea el abogado Iván Aróstica Maldonado, a medio camino entre una
afirmación coyuntural, respecto de la causa que involucra al ex comandante en jefe del
Ejército, y casi una declaración de principios.
Quedan pocas semanas para que el actual presidente del Tribunal Constitucional (TC)
entregue el cargo, lo que ocurrirá a fines de agosto próximo. Y las dos últimas han sido
complejas.
La investigación que la ministra en visita Romy Rutherford sigue en esa rama de las
Fuerzas Armadas, producto de eventuales irregularidades, llevó a que la defensa del otrora
alto oficial (investigado por la supuesta malversación de caudales públicos, cifrada en $
4.500 millones) acudiera al TC para solicitar la paralización de la causa. Escenario que a la
postre ocurrió, justamente con su voto.
En entrevista con La Tercera, Aróstica aborda no solo los vericuetos de este capítulo, sino
también otros temas que han surgido producto del mismo caso, como el rol del TC, su
relación con la Corte Suprema y la necesidad de revisar la pertinencia del secreto de
sumario.
Terminan
alegatos por recurso de amparo de defensa de general (R) Oviedo en
Corte Suprema9 JUL 2019
En las últimas semanas el TC tuvo que aclarar dos veces la paralización adoptada en
la causa del general (R) Humberto Oviedo. ¿Qué está pasando con las resoluciones del
tribunal? ¿No están siendo lo suficientemente claras?
Esto ocurre cuando hay un texto, un autor y un intérprete. Pueden pasar estas cosas. Para
nosotros, los que votamos por la suspensión, el 9 de enero de este año, era súper claro. Si se
dijo en el rol (de la causa) sin apellido, creemos que no había necesidad de explicar nada
más. Se entiende, en el rodaje jurídico, que cuando uno no hace distinción, lo abarca todo.
Se suspendió toda la causa, pero la ministra Rutherford ya le dio a la defensa de
Oviedo acceso al sumario, que es lo que ellos pedían y reclamaban…
Hay dos cosas ahí. Primero, yo no tengo por qué saber que la ministra le dio conocimiento
de sumario al requirente. Y no tengo por qué saber eso, justamente porque es secreto. Lo
segundo, lo que va tener que ver el pleno del Tribunal Constitucional, es un poco más
complejo. Lo que está en juego en este caso va a más allá del caso del señor Oviedo.
Nosotros vemos si esa ley es constitucional o no, y no solamente en el caso de Oviedo (…)
Yo no tengo dudas de la ministra se ha ajustado rigurosamente a la ley. Estamos súper
claros en el problema. Ahora esa ley tiene que pasar por el cedazo de la Constitución. La
corte actuó bien, da certeza de que la ley se aplica. Y ahora (el TC) debe verlo con calma,
lo que no significa una demora, sino verlo con la suficiente prudencia, para corroborar si
esa ley se ajusta a la Constitución.
El vocero de la Corte Suprema reconoció que la atribución del TC para suspender
procedimientos puede producir “retardos” considerables en las causas. ¿Usted, como
presidente, hace alguna autocrítica respecto de la lentitud del TC para resolver estos
recursos? La causa de Oviedo ya acumula más de seis meses y recién ahora se está
empezando a ver el fondo en el pleno.
Yo hago la autocrítica inmediatamente, pero el problema no es la suspensión. Estamos
tratando, con el compromiso de todos los ministros del TC, de apurar la redacción de los
fallos. Eso es una cuestión interna que a veces demora demasiado, según nuestros propios
criterios. Esa es la autocrítica, algo que hay que asumir y corregir. El jueves, en el pleno, se
van a ver las causas que tienen excesivo retardo en su redacción. Estamos trabajando en
estrechar el número de causas que tienen esa excesiva demora, que son cerca de 183 casos.
Que la jueza tenga seis meses de sumario, eso es asunto de ellos. Aquí hay una demora el
Tribunal Constitucional y yo respondo por eso. Pero esos mismos seis meses llévelos para
allá. Uno podría decir también que se ha demorado seis meses el Poder Judicial en
investigar esto, ¿no será mucho?, conforme a los nuevos parámetros del código. Pero
insisto. Yo respondo por mí. Y sí, tajantemente, hay que mejorar los tiempos de redacción
de los fallos en el TC.
¿La Corte Suprema, en ese sentido, puede pedirles agilizar de alguna forma estas
causas?
Me parece que se requiere algo tan simple. Algo como que, si la Corte Suprema tuviera a
bien, en vez de decirme que nos demoramos mucho en general, nos planteara cuáles son
esas causas, para que nosotros apuráramos su redacción. Porque lo hemos hecho y han
salido muy rápido. Se ha hecho a través de oficios de la Tercera Sala. Nosotros no podemos
exigirle a la Corte Suprema que nos explique por qué tiene prioridad una causa versus otra;
esa es una decisión de ellos y nosotros la respetamos. Basta que nos digan cuáles son las
que están entrabadas y acá les damos preferencia. Ahora, los tiempos de admisión a trámite
están regulados por ley. Esos yo no los puedo cortar. Lo que puedo hacer es agilizar,
porque tenemos un tiempo muy largo de redacción del fallo.
¿La tabla del pleno o de la Primera Sala la maneja usted? Se lo pregunto porque
podría estar en sus atribuciones darle celeridad a esta causa, la del general Oviedo.
Sí. Yo como presidente tengo la atribución de preguntarle al pleno y ellos deciden. Pero,
antes de eso, yo soy quien decide si lo llevo al pleno. Eso significa automáticamente hacer
una discriminación razonable respecto de los casos que deben estar en primer lugar. Es muy
probable que vamos a continuar con el criterio que ha seguido siempre el Tribunal
Constitucional en esta materia. Es decir, cuando hay materias penales en juego y personas
procesadas que están afectadas, lo pongamos como algo con preferencia en el pleno.
La opinión pública criticó a los tres ministros, entre ellos usted, que votaron a favor
de declarar la suspensión total de la causa en favor de Oviedo. Se habló de que
estaban defendiendo al Ejército e incluso de la existencia de supuestos “pactos de
impunidad”. ¿Qué le parece esto?
Insólito. Hemos llegado a niveles que me parecen totalmente extraños. Yo no tengo ningún
pacto con el Ejército. Me han sacado en cara que fui fiscal de la Caja de la Defensa el año
1996, lo que en realidad era un organismo civil, no del Ejército. Y además no salí bien de
esa repartición, me echaron, así es alguien bien podría decir también que yo tengo
animadversión contra la institución. La verdad, no fue muy agradable cuando me pidieron
la renuncia. Por eso soy muy claro en decir que no hay ningún pacto. A un juez no tienen
que preguntarle por sus opiniones personales. Si un magistrado no tuviera opiniones
personales, no sería persona. Por eso, por ejemplo, yo tendría que dar una explicación como
juez si en todas las causas voto por la suspensión y solamente en ésta no. Creo que en esta
materia los ministros que suscribimos la suspensión no estamos incurriendo en nada
incorrecto. Hemos sido consecuentes con todos nuestros fallos, independientemente de que
el involucrado sea Pedro, Juan y Diego.
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