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Narrador: Sofía

Auguste Comte: Daniel


Profesora: Laura
Arqueólogo procesual (Collin Renfrew): Laura
Protagonista: Valentina

Narrador: Valentina es una estudiante universitaria de Arqueología que va en busca de la


verdad, siempre le ha apasionado la idea de llegar al conocimiento pero no está segura de
que camino debe elegir para ello. Decide preguntarles a sus profesores y poder así guiarse.
Se encuentra con diferentes posturas y se da cuenta que su disciplina no es tan aislada del
mundo como ella creía. Su profesora favorita le recomienda leer el postulado de uno de los
filósofos más importantes, precursores del positivismo.
Valentina: ¿Positivismo?
Profesora: Si, el positivismo es una de las corrientes filosóficas más importantes junto al
empirismo para la comprobación de hechos y la aprobación de teorías. Toma, deberías leer
su libro “Curso de la filosofía positiva”.
Narrador: Al llegar a casa, Valentina se dispone a buscar sobre esta corriente que le parece
tan rara y no le supone ningún pensamiento inicialmente. Lee durante la tarde hasta que
comienza a anochecer y se queda dormida. Cuando vuelva a abrir los ojos no reconoce el
lugar donde se encuentra, no es su habitación, ni ningún lugar que ella conozca o recuerde.
Valentina: ¿Dónde estoy?
Comte: Estas en el año 1830. ¿Tú quién eres, joven?
Valentina: Valentina. ¿Quién es usted?
Comte: Soy Auguste Comte y soy científico.
Valentina: Sí claro, lo reconozco. Usted es quien postula el positivismo.
Comte: Disculpe, ¿el qué?
Valentina: El positivismo, a partir de sus diferentes tomos del “Curso de la filosofía positiva”
creó este movimiento. En el que defiende la ciencia y las experiencias propias y desacredita
todo saber anterior y absoluto de la filosofía.
Comte: Correcto, todas esas son ideas mías pero apenas llevo un tomo. ¿Cómo sabes el
resto?
Valentina: Pues vengo del siglo XXI y la mayoría de las ciencias siguen sus creencias, ya
que es la más objetiva y universal, además usted ya ha publicado todos los tomos.
Comte: Entonces, ¿todas las personas son educadas para desarrollarse y tener una
maduración en las ciencias, o sea que hay una sociedad científica?
Valentina: No, por desgracia no, pero igual lo que prima en el futuro es el pensamiento
objetivo, en la confianza en la ciencia y buscan el progreso de la humanidad. Al menos la
mayoría lo hace.
Comte: Entonces, ¿dejaron de lado el empirismo y su absurda comprobación empírica por el
método científico?
Valentina: Sí, eso creo, aunque tengo una duda, ¿en la arqueología se puede aplicar también
el positivismo?

Narrador: Valentina siente que cada vez se aleja más de la conversación que tiene con
Auguste Comte, ya no lo escucha. De repente, se despierta de su sueño, sobresaltada. Pero
se siente bastante enriquecida intelectualmente tras esa revelación del conocimiento. Sin
embargo, recuerda que para el día siguiente debe realizar una exposición ante sus
compañeros sobre una figura precursora de la arqueología que ella admire.

Valentina: ¿Será que existen los arqueólogos positivistas? Supongo que así como la filosofía,
las diferentes disciplinas, entre ellas la arqueología, debieron pasar por un proceso de
indagación para alcanzar el conocimiento.

Narrador: Valentina enciende su computador y comienza la búsqueda. Al escribir en el


buscador “arqueología positivista” aparecen resultados de algo llamado “arqueología
procesual”.

Valentina: ¿Arqueología procesual? ¿Por qué no sale “Arqueología positivista”? A menos


que… la Arqueología procesual sea la corriente positivista de la Arqueología.

Narrador: Lewis Binford es quien aparece de primeras, así que ella decide dar click en una
entrevista realizada a su colega de trabajo Collin Renfrew.

Collin Renfrew: Mi colega Binford y yo pertenecemos a la arqueología procesual o “Nueva


Arqueología”, como también se conoce. Surge alrededor de 1960 y con ella una
transformación radical de cómo se venía desarrollando esta disciplina. Nosotros como
arqueólogos procesuales defendemos el papel fundamental de la ciencia y la comprobación
por medio de métodos científicos que nos conectan con otras disciplinas naturales como la
Química, Física, Geología, Biología… entre otras. Si no recurrimos a la ciencia para probar la
verdad o falsedad de los datos, no podemos estar seguros de que nuestras interpretaciones
están basadas en hechos que hacen parte del plano de la realidad y no de conceptos
metafísicos abstractos.

Valentina: Hm... La arqueología procesual se fundamenta científicamente, en hechos... Es


bastante similar, por no decir igual, a la corriente positivista. ¡Es decir, que la arqueología
procesual es el positivismo de la arqueología!

Narrador: En ese instante Valentina se percata de que Collin Renfrew fundamenta su


corriente con muy buenas razones y que efectivamente muchas disciplinas deben recurrir a
ella para encontrar la verdad por medio de la ciencia.

Valentina: En definitiva Binford y Renfrew son de los arqueólogos más admirables que han
existido. Su arqueología procesual marcó un momento de fractura en la historia de la
arqueología donde realmente se aprecia la interdisciplinariedad de la disciplina y nos acerca
más a la divulgación de datos reales, verdaderos, que efectivamente existen y donde su
existencia puede demostrarse.

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