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En el libro “Pedagogía para la autonomía” de Paulo Freire se enmarcan diferentes

aspectos importantes de la enseñanza.


Enseñar no es transferir conocimiento, sino brindar herramientas para que el niño
construya, así mismo exige una investigación, el educador enseña buscando,
indagando, investigando y comprobando. Además enseñar exige una reflexión crítica
sobre lo practico (el pensar acertadamente debe ser producido conjuntamente entre el
aprendiz y el docente formador)
Enseñar exige que respetemos la autonomía de los alumnos, respetarlos es un favor,
es un imperativo ético. No solo el respeto al educando sino consigo mismo. El
profesor que menosprecia la curiosidad del educando, sus preguntas, aquel que lo
minimiza y ridiculiza ese docente está transgrediendo los principios éticos de nuestra
existencia. Con esto no refiero a que no haya que poner límites, porque hay que
hacerlo, hago referencia a que no somos los docentes, aquellos que poseemos la
verdad absoluta, tenemos curiosidad es algo innato del ser humano, debemos
respetarlo. Cualquier tipo de discriminación es inmoral y hay que luchar por ella
Por otra parte La educación es la palanca de cambio del mundo, el motor que hace
andar las nuevas mentalidades, nuevas formas y realizaciones de vida. Por esto la
educación debe ser critica, formuladora de conciencia social e histórica, esa
concepción critica es la formulación misma del cambio.
Enseñar exige hacerse cargo de las decisiones, como enseñar es un hecho político,
con su accionar el educador crítico, democrático, coherente, demuestra su capacidad
de lucha, su respeto a las diferencias y el valor de la transformación de la realidad. El
hombre haciéndose cargo de sus decisiones puede cambiar la sociedad.
Tomando estos conceptos podemos relacionarlo con el texto: “el lugar del otro en la
educación moral”
En el texto se propone buscar una reflexión filosófica que pueda hacerse cargo de
estos temas y que permita abrir un campo reflexivo.
La enseñanza de contenidos no puede darse alejada de la formación moral del
educando. Educar es sustantivamente formar, en tanto la educación moral es un
proceso de aprendizaje que permite a los estudiantes y adultos en una comunidad
escolar comprender, practicar e interesarse por los valores éticos fundamentales tales
como el respeto, la justicia, la ciudadanía y la responsabilidad por el mismo y por el
prójimo.
El modelo educativo nos permite comprender, tolerar y hasta, aprender de la
diversidad de ideas de la vida nueva, de argumentos para resolver lo que nos afecta,
de culturas distintas. Por otro lado este modelo educativo tiene un sello fuerte
romántico que es aprender a crearse a si mismo cuidando el sello de la diferencia, y
en el mejor de los casos, apostando a que sea posible un lazo social más justo por
haber ganado, mayor libertad y creatividad.
Es inédito porque se trata de aprender a reconocer la interpelación del otro y de
transformar, la prudencia, la santidad, la autonomía y la autenticidad simplemente en
responsabilidad.
A su vez establece que el docente debe hacerse cargo de las diferencias, ser humilde
y tolerante, sabiendo que no es poseedor de toda la verdad, aceptando al otro para
aprender a vivir y convivir entre diferentes creencias e ideologías ya que esto nos
permite trabajar la posibilidad de construir comunidades solidarias.
Trabajo
Final
Dimensión Ético – política
De la praxis docente.

Docente: Sancho, Javier

Alumnas: Portillo, Ayelen

Sanduende, Antonella

4°A Inicial

2.019

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