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Freud y el Psicoanálisis

Posted on 25/03/2013

El Psicoanálisis es una práctica terapéutica fundada por el neurólogo vienés Sigmund Freud alrededor de 1896. A
partir del psicoanálisis se han desarrollado posteriormente diversas escuelas de psicología profunda o de orientación
dinámica y analítica. Asimismo, la teoría ha influido sobre muchos otros psicólogos y escuelas psicológicas y
terapéuticas. El Psicoanálisis surgió a partir de una teoría propia elaborada por Sigmund Freud acerca de la histeria.
La primera obra de Freud sobre el Psicoanálisis la desarrolló junto con Joseph Breuer, con quien había empezado a
trabajar con un método al que llamaron catarsis. Dicho método consistía en hacer retroceder a la paciente mediante
hipnosis al momento en que había sufrido la experiencia traumática que originaba su enfermedad. Encontraron que
cuando las pacientes podían recordar aquellos traumas, sus síntomas remitían en gran medida. Poco a
poco, Freud se fue dando cuenta de que la hipnosis no era necesaria en el tratamiento. En efecto, las pacientes
podían rememorar los hechos de su pasado sin necesidad de ser hipnotizadas. Además, muchas pacientes no eran
susceptibles a la hipnosis, y en cualquier caso, la colaboración de un paciente consciente siempre es mayor que la de
uno que se encuentra en algún tipo de trance. A partir de entonces, Freud empezó a utilizar el método de las
presiones. Dejaba hablar a su paciente y cuando ésta se quedaba callada, presionaba su frente con la mano y le hacía
decir la primera idea que le viniese a la mente.
La evolución de la metodología empleada por Freud en su consulta fue uno de los pilares en que se asentó la
técnica del Psicoanálisis. El otro lo constituye la interpretación de los sueños, tal como se expone en su libro de
1900. Freud empezó a interpretar los sueños de sus pacientes porque pensaba que éstos reflejaban, sin las
restricciones del mundo real, las ideas incoscientes. La interpretación de los sueños le sirvió además para poder
llevar a cabo su autoanálisis. Por las mañanas anotaba lo que recordaba de sus propios sueños y posteriormente lo
analizaba. Esto evitaba el mayor problema del autoanálisis, es decir, interpretar las ideas a la vez que se producen.
Los sueños contenían para Freud una simbología que variaba en gran medida de unos individuos a otros. No
obstante, hay algunos símbolos que él consideraba prácticamente universales. Por ejemplo, los objetos alargados
suelen representar el pene, mientras que los objetos cerrados representan los genitales femeninos.

A lo largo de su carrera, Freud desarrolló una teoría de la personalidad que tuvo varios planteamientos distintos. En
un principio su teoría de la personalidad surgió de su teoría de la histeria. De hecho, inicialmente, Freud
consideraba que todas las pacientes histéricas habían sufrido algún trauma infantil, de naturaleza sexual. Por lo
general, el hecho traumático consistía en los abusos sexuales por parte de algún miembro de su familia. Más tarde
consideró que la histeria era el resultado de la aplicación de mecanismos de defensa consistentes en reprimir ciertas
expresiones en el incosciente para que no pudiesen dañar al paciente con su desagradable recuerdo. En 1895, Freud
expresó que la histeria se basaba en el mecanismo de la seducción, idea que abandonó cuando decidió que los
abusos sexuales infantiles no eran reales sino imaginarios, lo que dio lugar a su teoría del Complejo de Edipo. Al
parecer, cuando pretendió generalizar su teoría sexual a toda la humanidad, consideró demasiado aventurado
suponer que todos los padres habían abusado realmente de sus hijos.
El desarrollo de la personalidad según Freud iba unido al desarrollo de la sexualidad. Freud defendió la idea de que
los niños mantienen una importante actividad sexual desde el nacimiento. De este modo, en el desarrollo de la
sexualidad, diferenció 5 etapas:
1. Etapa oral: En esta etapa el bebé centra la atención del placer en la boca. El placer está unido a la
alimentación y a la figura materna, que es quien la proporciona.
2. Etapa sádico – anal: Abarca desde el año y medio hasta los tres años aproximadamente. En esta etapa los
niños obtienen el placer a través de la expulsión y retención de heces. El sadismo asociado a esta etapa
proviene de la idea que los niños utilizan sus heces como un arma frente a los adultos, particularmente, los
padres. El niño descubre que puede irritar fácilmente a sus padres si usa adecuadamente sus propias heces, de
ahí el aspecto sádico de la etapa.
3. Etapa fálica: En ella, el niño descubre los órganos genitales como productores de placer. Se da cuenta de
que las niñas no tiene pene y esto le produce la preocupación de que él también pueda perderlo. A esta
inquietud se le conoce como miedo a la castración. Las niñas, por su parte, descubren que ellas carecen del
órgano que poseen los niños. Empiezan entonces a sentir que su cuerpo está incompleto, y odiar a sus madres
por haberlas traído al mundo en tal estado. Es lo que se conoce como envidia de pene.
4.Complejo de Edipo: En esta etapa, los niños desarrollan un deseo sexual orientado hacia la figura materna.
Este deseo se acompaña de odio hacia el padre, a quien se tiene por un rival en la lucha por obtener el cariño
de la madre. En las niñas, la situación es todavía más complicada. De hecho, no todas las niñas llegan a
desarrollar el llamado Complejo de Electra y a algunas de ellas, la envidia de pene les lleva a adoptar una
personalidad masculina.
5. Etapa genital: Es la que se alcanza en la adolescencia por parte de la mayoría de las personas, los niños y las
niñas reconocen la imposibilidad de acceder sexualmente a sus progenitores y desvían sus intereses a otros
miembros de la comunidad.
Además, según Freud, la personalidad del adulto se compone de tres instancias psíquicas:

1. Yo: Está compuesto por partes conscientes e inconscientes. El mundo real ejerce un fuerte control sobre él,
que trata de mantener el equilibrio entre la realidad y el deseo.
2. El Ello: Es la más antigua de las instancias psíquicas. Cuando nace el niño, es la única que existe. Se rige por
el principio del placer exclusivamente, y no se preocupa siquiera de la supervivencia del individuo.
3. El Superyo: Se forma a partir de la interiorización de la figura paterna. Constituye por tanto un sistema de
control que va interiorizando todas las formas sociales y todas las restricciones que se aplican en la búsqueda
del placer. Es el origen del sentimiento de culpa cuando se transgreden las normas.
La vida adulta constituye una constante pugna entre estas tres instancias para mantener el equilibrio psíquico.

Tomado de http://www.clicpsicologos.com/blog/freud-y-el-psicoanalisis/

1. «Infancia y muerte»
Para buscar mi infancia, ¡Dios mío!
comí naranjas podridas, papeles viejos, palomares vacíos,
y encontré mi cuerpecito comido por las ratas,
en el fondo del aljibe y con las cabelleras de los locos.
Mi traje de marinero
no estaba empapado con el aceite de las ballenas,
pero tenía la eternidad vulnerable de las fotografías.
Ahogado, sí, bien ahogado. Duerme, hijito mío, duerme.
Niño vencido en el colegio y en el vals de la rosa herida,
asombrado con el alba oscura del vello sobre los muslos,
agonizando con su propio hombre que masticaba tabaco en su costado
siniestro.
Oigo un río seco lleno de latas de conserva
donde cantan las alcantarillas y arrojan las camisas llenas de sangre;
un río de gatos podridos que fingen corolas y anémonas
para engañar a la luna y que se apoye dulcemente en ellos.
Aquí solo con mi ahogado.
Aquí solo con la brisa de musgos fríos y tapaderas de hojalata.
Aquí sólo veo que ya me han cerrado la puerta.
Me han cerrado la puerta y hay un grupo de muertos
que juega al tiro al blanco, y otro grupo de muertos
que busca por la cocina las cáscaras de melón,
y un solitario, azul, inexplicable muerto
que me busca por las escaleras, que mete las manos en el aljibe
mientras los astros llenan de ceniza las cerraduras de las catedrales
y las gentes se quedan de pronto con todos las trajes pequeños.
Para buscar mi infancia, ¡Dios mío!,
comí limones estrujados, establos, periódicos marchitos.
Pero mi infancia era una rata que huía por un jardín oscur´isimo,
una rata satisfecha mojada por el agua simple,
y que llevaba un anda de oro entre los dientes diminutos.
Federico García Lorca
2.

Salvador Dalí

3.Un perro andaluz, Luis Buñuel

https://www.youtube.com/watch?v=wNoqYFO2sE4

Actividad

Lee cada producción artística y haz:

 Un análisis de cada obra


 Una comparación de los rasgos en común que tiene cada obra (al menos cinco puntos de
encuentro y cinco diferencias)
 Justifica a que vanguardia pertenecen estas tres obras (las tres pertenecen a uno de los
ismos)
 En un párrafo explica la relación que encuentras entre el apartado sobre Freud y el
psicoanálisis y las tres obras.

Nota:

 En caso de no terminar la actividad en clase, deben acabarla en casa.


 Recuerda que el trabajo debe agregarse al portafolio y la presentación es un factor
importante para la evaluación.
 Para la próxima clase trae los siguientes elementos: uno o dos octavos de cartulina
blanca, pegamento - preferiblemente silicona liquida; acuarelas y pinceles; elementos
que encuentres en la calle y que puedas pegar con facilidad en la cartulina (hojas de los
arboles, flores, residuos plásticos, etc); en dos recipientes pequeños trae dos aromas
distintos, puede ser manzanilla, eucalipto, ajo, etc , lo importante es que sean olores
naturales; lápiz, borrador y hojas blancas tamaño carta.
 Recuerda que el día lunes se llevará a cabo la evaluación correspondiente al componente
cognitivo, por tanto, es necesario llegar a la clase con el material solicitado. Así mismo,
les informo que el día lunes recojo los portafolios. Quien no entregue el portafolio
completo, no podrá presentar la evaluación.

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