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Los estilos de aprendizaje son propios de cada individuo son relativamente estables,
pero no son inamovibles.
Según los autores los estilos de aprendizaje que se estructuran entorno a las siguientes
dimensiones:
activo/reflexivo
sensitivo/intuitivo
inductivo-deductivo
visual/verbal
secuencial/global
La clave está en subdividir los objetivos generales (la destreza que queremos
conseguir) en objetivos específicos (las adquisiciones que implica) y estos en objetivos
operativos (cada una de las tareas muy claramente definida y secuenciada) y dar
oportunidad de practicar hasta dominar sucesivamente cada uno de estos últimos. A
cada individuo se le permite que aprenda a su ritmo y se le refuerza por sus progresos,
aumentando así su motivación.
Esta metodología ha demostrado su eficacia puesto que permite a los aprendices
aproximarse a la nueva tarea con seguridad y confianza.
Pero también se establecen estrategias para cubrir otras dimensiones de los estilos
de aprendizaje.
En las primeras fases del aprendizaje se practica la SECUENCIA hasta que se domina
un objetivo mayor. En fases más avanzadas se promueve el descubrimiento de
nuevas experiencias y evolucionando para adquirir nuevos conocimientos (deductivo-
inductivo)
Se asignan tareas para que se practiquen en otras situaciones que permiten a los
aprendices practicar los métodos que ya se han revisado, se estimula el trabajo
participativo a la vez que se da la oportunidad de pensar y responder individualmente
(activo-reflexivo).