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Bioética Página | 145

En 2003, la Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad


publicó este artículo que contiene opiniones que mantienen vigencia.
(Revista CTS, nº 1 vol. 1, Septiembre de 2003 (pág. 209-221) ISSN 1668-0030)
(http://bit.ly/2jdKB2x)
Se reproduce con autorización.

El espejo roto del conocimiento


y el ideal de una visión coherente del mundo
Jesús Mosterín
Instituto de Filosofía (CSIC) España
Profesor de investigación del Instituto de Filosofía
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
Catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia, Universidad de Barcelona
Inmanencia 2017;6(1):145-151
Resumen. Este artículo postula la necesidad de recomponer una imagen global del mundo a partir
de los aportes de la ciencia y la filosofía. En el mundo actual, la especialización de la ciencia resulta
en una suma de saberes específicos y restringidos que, a la vez que permite el avance científico, es
contraria a la filosofía, entendida en términos platónicos como saber portador de una visión del con-
junto. Sin embargo, ciencia y filosofía no son opuestas, como lo demuestra la historia de ambas, sino
que forman un continuo: la curiosidad del científico no se agota en los límites de su campo específi-
co, y el filósofo, por su parte, utiliza en sus reflexiones los conocimientos desarrollados por la ciencia.
Este artículo afirma que ciencia y filosofía deben conjugarse para la creación de una cosmovisión
que sirva como marco para analizar y resolver los problemas individuales y colectivos. La búsqueda
de una cosmovisión global es el fin último de toda investigación, y únicamente la conjugación entre
ciencia y filosofía permitirá la expansión de la comprensión racional del mundo y construirá un mar-
co de referencia abarcativo para la reflexión y la acción humana.
Palabras clave: filosofía de la ciencia, historia de la ciencia, humanidades, cultura científica.
Palabras clave: filosofía de la ciencia, historia de la ciencia, humanidades, cultura científica.
Knowledge´s broken mirror and the ideal of a coherent world´s vision
Abstract. This article poses the necessity of reconstructing a global image of the world, which should take into account
the contributions of science and philosophy. In the present world, the specialization of science results in an addition of
specific and restricted knowledge that, even when making possible the advance of science, is contrary to philosophy
understood as the knowledge which gives a vision of the joint (in Plato’s terms). However, science and philosophy are
not contrary, as the history of both of them shows, but they constitute a continuous: the scientist’s curiosity doesn’t
exhaust into the limits of his specific field, while the philosopher uses for his reflections the knowledge generated by
science. This article affirms that science and philosophy should join for the creation of a “cosmovision” that would beco-
me a framework for the analysis and solution of individual and collective problems. The pursuit for a global vision is the
main goal of every research, and only the joint work of science and philosophy will make possible to extend the rational
understanding of the world and will construct a comprehensive framework of reference for human reflection and action.
Key words:philosophy of science, history of science, humanities, scientific culture.

La ciencia de nuestro siglo se ha ramificado tanto y movisión racional sin previos resultados científicos
ha llegado tan lejos que su progreso requiere una particulares, aquí también con frecuencia los árboles
enorme especialización de sus practicantes. El espe- nos impiden ver el bosque, y la ardua asimilación de
cialista cada vez tiene que especializarse más, con lo los resultados concretos de la investigación nos hace
que sabe cada vez más sobre cada vez menos, hasta olvidar la meta de la visión filosófica de conjunto.
que llega a saberlo casi todo sobre casi nada. Los resultados de la investigación especializada nor-
Esta evolución es necesaria, pero obviamente condu- malmente no interesan más allá del estrecho círculo
ce en una dirección contraria a la de la filosofía, pues de los investigadores de esa especialidad. Son impor-
-en palabras de Platón- “el filósofo es el que tiene la tantes para los que están haciendo tesis doctorales o
visión de conjunto -synoptikós-” (Platón; Politeia, VII, trabajando en el mismo tema, pero no son relevan-
537 c 7). tes para la mayoría de los humanos, ni siquiera de
Aunque no puede haber bosque sin árboles, ni cos- los cultos e intelectualmente despiertos, ni siquiera
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de los científicamente próximos. Incluso los mate- transformativa de la gravedad cuántica” (Transgres-
máticos eminentes no suelen entender lo que hacen sing the Boundaries:Toward a Transformative Her-
otros matemáticos alejados de su especialidad. meneutics of Quantum Gravity ) y lo envió a la revista
El científico especializado hace su carrera académica postmoderna Social Text . El artículo fue aprobado
dentro de su profesión o comunidad científica. Busca por la redacción y publicado en abril de 1996. Al día
el reconocimiento de sus colegas, hace su currículo siguiente Sokal desvelaba en la portada del New
mediante sus publicaciones referenciadas y contribu- York Times que todo había sido un chiste, que ponía
ye con su granito de arena al progreso de su especia- al descubierto la incompetencia y falta de nivel de
lidad. Y nada más. No pretende (salvo excepciones) ese tipo de publicaciones. Dos años más tarde Sokal
decir nada a la humanidad. También la filosofía aca- y Jean Bricmont publicaron Fashionable Nonsense:
démica se ha especializado y profesionalizado. Los Postmodern Intellectuals’ Abuse of Science (Sokal y
filósofos son especialistas en historia de la filosofía Bricmont; 1998),1 una antología del absurdo postmo-
antigua o en Kant o en Wittgenstein o en hermenéu- derno, que reúne todo tipo de citas de intelectuales
tica o en la relación mente-cuerpo o en la teoría de pretenciosos, desde la identificación por Lacan del
la referencia. Son profesionales que dan sus clases pene con la raíz cuadrada de 1 hasta la crítica de la
a alumnos de su facultad, escriben sus artículos en ecuación especial-relativista E = mc2 por privilegiar
revistas de escasa tirada que sólo reciben las biblio- la velocidad de la luz c frente a otras velocidades con
tecas universitarias, asisten a congresos de su gremio los mismos derechos, pasando por alusiones surrea-
y se abren camino en el mundo académico de igual listas a los teoremas de Gödel o Cohen.
modo que cualesquiera otros especialistas. Obviamente no será renunciando a la principal fuen-
te de información de que disponemos como podre-
1. Las trampas del antropocentrismo
mos llegar a conocernos. A la ciencia hay que orde-
El humanismo estrecho cae fácilmente en las tram- ñarla, no temerla. El antropocentrismo contribuye
pas del antropocentrismo. Cuando reducimos el foco también a la falta de sensibilidad moral hacia las cria-
de nuestro interés desde todo lo que somos (seres turas no humanas. En las tradiciones judía, cristiana
físicos, biológicos y sociales) a sólo lo que tenemos e islámica solo la gente, los humanos, son objeto de
de único y peculiar, perdemos el sentido del contexto consideración moral. Nuestra tradición cultural care-
y dejamos de lado nuestras más importantes carac- cía de elementos comparables al sentido de la natu-
terísticas. Las peculiaridades de una especie animal raleza del taoísmo chino o a la preocupación moral
con frecuencia son diferencias triviales, como una de los budistas y jainistas por no causar daño a las
mancha más en un ala. Algunas especies sólo se dife- criaturas (la concepción de la a-himsa o no-violencia
rencian por algún rasgo invisible o por un leve retra- como la virtud moral suprema). En la tremendamen-
so en el período de apareamiento. Un énfasis excesi- te antropocéntrica tradición occidental la naturaleza
vo en lo que es únicamente humano puede resultar era ignorada o concebida como un mero objeto de
confundente. De hecho, la visión antropocéntrica del explotación humana. Se suponía que los humanos
mundo es completamente falsa y distorsionada, pues no teníamos nada que ver con los otros animales ni
finge para nosotros un centro que no ocupamos. No con el resto de la naturaleza. Nosotros habríamos
es de extrañar que siempre acabe chocando con la sido creados a imagen de Dios y colocados en el cen-
ciencia. El humanismo estrecho degenera fácilmen- tro del escenario del gran teatro del mundo. El Sol
te en hostilidad contra la ciencia. Ya vimos que los y todos los planetas y estrellas giraban en torno a
humanistas del Renacimiento despreciaban no sólo la Tierra, nuestro trono, y Dios y los ángeles, como
la filosofía escolástica, sino también la nueva ciencia espectadores sentados tras la esfera de las estrellas
matemática y experimental. En el siglo XX algunos fijas, continuamente nos vigilaban, censuraban y
practicones de las disciplinas literarias se sintieron aplaudían.
superados y amenazados por los rápidos progresos El humanismo occidental concede un peso excesivo
de la ciencia y la tecnología. En vez de asimilarlos e a su propia tradición religiosa y cultural. Otros gru-
integrarlos en un nuevo humanismo global a la altu- pos étnicos y culturales tienen otros clásicos, otras
ra de nuestro tiempo, adoptaron un anticientifismo creencias tradicionales y otras religiones. La llamada
oscurantista y confuso, empeñado en desacreditar a la fidelidad cultural es una invitación a permanecer
cualquier pretensión de claridad, objetividad y rigor. prisioneros en la caverna de la propia tradición, en-
Su discurso zafio e intelectualmente deshonesto fue cadenados a una particular interpretación religiosa
puesto en ridículo por el físico Alan Sokal en un so- del mundo (tan arbitraria como las demás). Lo que
nado escándalo. Sokal escribió en broma un artículo necesitamos es liberarnos de nuestras cadenas in-
que era una acumulación de grotescos sinsentidos y telectuales, y eso sólo puede lograrse mediante una
obvias falsedades, una parodia de las críticas post- manera universal de pensar, como la que nos propor-
modernas de la física. Le puso el pomposo título de ciona la ciencia actual.
“Transgresión de los límites: hacia una hermenéutica La épica historia de la Revolución Científica es bien
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conocida. Copérnico apartó la Tierra del centro del y el color. Al mes siguiente publicó un informe sobre
universo, degradándola a la categoría de mero pla- el telescopio reflector que acababa de inventar. Esos
neta del Sol. Bruno apartó al Sol del centro del uni- dos artículos, junto con los otros quince que publica-
verso, degradándolo a la condición de una más entre ría en los cuatro años siguientes, aparecieron en la
millones de estrellas. Todavía en 1920 la mayoría de primera revista científica del mundo, que todavía hoy
los astrónomos dudaban de que hubiese otras ga- sigue publicándose, las Philosophical Transactions of
laxias fuera de la Vía Láctea, como se mostró en la the Royal Society (Actas filosóficas de la Royal Socie-
confrontación pública entre Shapley y Curtis en la ty). La mecánica clásica nace con la publicación en
reunión que la National Academy of Sciences cele- 1687 de la obra capital de Newton, su Philosophiae
bró en Washington ese año. Más recientemente nos Naturalis Principia Mathematica (Principios matemá-
hemos ido dando cuenta de que no sólo nuestro Sol ticos de la filosofía natural).
es una estrella cualquiera de los cientos de miles de La palabra “filosofía” no sólo aparece en el título de
millones que componen nuestra galaxia, sino que la primera revista científica y en el de la obra funda-
nuestra galaxia misma es a su vez una galaxia más cional de la física moderna, sino también en muchas
entre los miles de millones que pueblan el universo otras obras importantes de otros campos de la cien-
observable. La isotropía inferida de la radiación cós- cia. La química recibió su primera fundamentación
mica de fondo constituye la más radical negación de atomista en el libro de Dalton New System of Chemi-
cualquier forma de antropocentrismo. Como ha se- cal Philosophy (Nuevo sistema de filosofía química),
ñalado el cosmólogo Joel Primack, el hecho de que publicado en 1808. Al año siguiente la primera (e in-
la mayor parte de la materia del universo parece ser satisfactoria) versión de la teoría de la evolución bio-
materia oscura, no-bariónica, materia de un tipo dis- lógica fue expuesta por Lamarck en su Philosophie
tinto a aquél del que nosotros estamos hechos, cons- zoologique (Filosofía zoológica). Todavía hoy quienes
tituye la más extrema revolución copernicana. Desde se doctoran en biología, física o matemáticas en Es-
luego, la Tierra no ocupa el centro del universo; pero tados Unidos reciben el Ph.D. o título de Doctor of
es que ni siquiera está hecha del material predomi- Philosophy.
nante. Sería difícil decir si Aristóteles o Descartes o Leib-
niz eran más filósofos o científicos. Aristóteles, por
2. Ciencia y filosofía: un conjunto
ejemplo, escribió más de zoología que de metafísica,
Ciencia y filosofía forman un continuo. La filosofía ética y lógica, juntas. Y las contribuciones de Descar-
es la parte más global, reflexiva y especulativa de la tes y Leibniz a la creación de la geometría analítica y
ciencia, la arena de las discusiones que preceden y del cálculo infinitesimal son bien conocidas. Incluso
siguen a los avances científicos. La ciencia es la parte un filósofo tan presuntamente puro como Kant for-
más especializada, rigurosa y bien contrastada de la muló la primera hipótesis coherente y compatible
filosofía, la que se incorpora a los modelos estándar con la mecánica de Newton acerca de la formación
y a los libros de texto y a las aplicaciones tecnológi- de nuestro sistema solar, sugirió que la Vía Láctea es
cas. Ciencia y filosofía se desarrollan dinámicamente, una galaxia entre otras y anticipó la idea correcta de
en constante interacción. Lo que ayer era especula- que la fricción de las mareas frena la rotación terres-
ción filosófica hoy es ciencia establecida. Y la cien- tre.
cia de hoy sirve de punto de partida a la filosofía de A principios del siglo XIX se constituyó la nueva uni-
mañana. La reflexión crítica y analítica de la filosofía versidad alemana, dividida en compartimentos es-
detecta problemas conceptuales y metodológicos en tancos, y donde, al amparo de la reacción romántica
la ciencia y la empuja hacia un mayor rigor. Y los nue- antimoderna, las cátedras de filosofía fueron ocu-
vos resultados de la investigación científica echan padas por filósofos idealistas como Fichte o Hegel,
por tierra viejas hipótesis especulativas, y estimulan que sólo habían estudiado teología y filología, e ig-
a la filosofía a progresar. noraban por completo la ciencia de su tiempo. Con
En griego clásico las palabras “ciencia” (epistéme) y ellos se consumó un cisma que tuvo consecuencias
“filosofía” (philosophía) se empleaban como sinóni- lamentables de oscuridad, palabrería e irrelevancia,
mos. Ambas se referían al saber riguroso, y se con- de las que la filosofía alemana todavía no se ha re-
traponían a la mera opinión infundada (dóxa). Lo que cuperado del todo. Sin embargo, la filosofía mundial
nosotros llamamos ciencia se originó en el siglo XVII, del siglo XX ha estado dominada por las grandes fi-
con la pretensión de ser una filosofía más rigurosa y guras de los filósofos científicos y de los científicos
fecunda que la practicada hasta entonces. A este sur- filósofos, muchos de ellos de lengua alemana, desde
gimiento contribuyeron numerosas personalidades, Frege, Husserl, Wittgenstein y Popper hasta Hilbert,
entre las que destaca Isaac Newton, el fundador de Gödel, Einstein, Bohr y Lorenz.
la física moderna. La ciencia actual ha progresado tanto que su transmi-
En febrero de 1672 publicó Newton su primer artícu- sión y desarrollo serían inconcebibles sin una extre-
lo, en el que exponía sus descubrimientos sobre la luz mada división del trabajo intelectual. El científico tí-
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pico sabe cada vez más sobre cada vez menos. Eso es de filosofía. Pero sólo en su conjunción alcanza la
lo que le permite seguir avanzando. Sin embargo, el aventura intelectual humana su más jugosa plenitud.
científico es también con frecuencia un ser humano
3. Los delirios de la autoconciencia aislada
dotado de una curiosidad sin límites, que se extiende
más allá de las fronteras de su propia especialidad, y Platón escribió que nuestra alma es un espíritu que
dotado de un agudo sentido crítico. Eso es lo que le cayó del cielo, donde vivía antes de nacer, precipitán-
permite seguir filosofando. dose sobre el cuerpo que ahora lo aprisiona. Desde
Todos los científicos de talla filosofan y especulan. luego, es imposible saber hasta qué punto Platón se
Hawking ha llegado a decir que en nuestro tiempo tomaba en serio sus propios mitos. Aristóteles pen-
sólo los físicos se atreven a hacer filosofía. Gran par- saba que el cerebro es un refrigerador dedicado a
te de las teorías de vanguardia de la física actual son enfriar la sangre que el corazón calienta en exceso.
puramente especulativas, sin contacto alguno con la Descartes consideraba que el cuerpo y el alma son
contrastación empírica. cosas completamente distintas e independientes. El
La teoría de supercuerdas, que ha ocupado a muchos alma es puro pensamiento (res cogitans) y el cuer-
de los mejores físicos teóricos en los últimos años, es po pura extensión (res extensa). Según Descartes, la
de momento puramente especulativa, a pesar de su glándula pineal (en realidad, la fábrica de melatonina
impresionante sofisticación matemática. Lo cual no que tenemos en medio del encéfalo y que induce el
excluye, naturalmente, que algún día no pueda en- sueño cada veinticuatro horas) es el lugar imposible
contrar puntos de contacto con la realidad y conver- donde un alma etérea interacciona con un cuerpo
tirse en ciencia empírica. burdamente mecánico. Su concepción del humán
También el atomismo fue una mera especulación fi- era totalmente falsa, tanto en su tendencia general
losófica durante dos mil quinientos años, antes de como en sus detalles. La idea del humán introducida
encontrar confirmación experimental y pasar a ser la por Platón y Descartes no solo no representó progre-
base de la química. Por otro lado, el que los cientí- so alguno respecto a las previas intuiciones vulgares,
ficos especulen filosóficamente no implica tampoco sino más bien un retroceso. Tenemos que admirar su
que sus especulaciones siempre sean buenas. En el noble ambición cognitiva, pero no podemos comul-
llamado principio antrópico ya vimos un ejemplo de gar con sus doctrinas fallidas. El humanismo que ne-
mala filosofía. cesitamos (hélas!) está aún por hacer. Nuestro cere-
Desde los orígenes del pensamiento racional, el ser bro tiene el mismo número de neuronas que estrellas
humano, en momentos de lucidez, se ha plantea- tiene nuestra galaxia, y a través de sus innumerables
do grandes preguntas: ¿de qué están hechas todas conexiones circula la savia de la información median-
las cosas?, ¿cuál fue el origen y cuál será el fin del te procesos apenas descifrados, pero percibidos por
universo?, ¿qué es la vida?, ¿de dónde venimos?, dentro como conciencia. Nuestro cerebro es el lugar
¿a dónde vamos?, ¿qué sentido tiene nuestra vida?, de la autoconciencia, el foco de las nuevas humani-
¿qué podemos conocer? Contestar a estas grandes dades y el gran reto lanzado a la ciencia actual.
preguntas es la motivación profunda de la empresa Los peligros de una filosofía que ignora la ciencia y
científica y filosófica. Cuando los filósofos se olvidan da la espalda a la realidad pueden ejemplificarse en
de ellas o cuando tratan de contestarlas ignorando la recurrente idea filosófica de la ausencia de una
los resultados de la ciencia, caen en el escolasticismo naturaleza humana. Todas las otras especies anima-
y la huera verborrea. Cuando los científicos se olvi- les tendrían una naturaleza (un genoma, un acervo
dan de ellas, quedan reducidos a un tecnicismo árido génico, en jerga actual), pero los humanos serían la
y desabrido. Por la interface entre ciencia y filosofía excepción. La tesis de que los humanos constituyen
pasa el horizonte en expansión de la comprensión ra- la única especie animal carente de naturaleza defini-
cional del mundo y el punto álgido del placer intelec- da, pues son pura plasticidad, aparece ya claramente
tual, aquel placer en que, según Aristóteles, consiste expresada en el humanista Pico della Mirandola.
la máxima felicidad humana. Desde Pico hasta los conductistas y existencialistas,
No hay ninguna oposición ni separación tajante en- pasando por los idealistas y marxistas, muchos han
tre ciencia y filosofía. La contraposición se da, más pensado que la especie humana carece de natura-
bien, entre la frivolidad, la superstición y la ignoran- leza. Nosotros seríamos pura libertad e indetermi-
cia, por un lado, y la tendencia al saber, el empeño nación y vendríamos al mundo como tabula rasa. En
esforzado y racional por comprender la realidad, por realidad, cada una de nuestras células contiene la de-
otro. Este esfuerzo se plasma en la curiosidad univer- finición de nuestra naturaleza inscrita en el genoma.
sal, el rigor, la claridad conceptual y la contrastación Nosotros somos repúblicas de células, a su vez origi-
empírica de nuestras representaciones. En la medida nadas en remotos conflictos y alianzas de bacterias.
en que estos ideales se realizan parcial y localmen- Somos una de las yemas terminales del frondoso ár-
te, hablamos de ciencia. En la medida en que sólo se bol de la vida. Y el proyecto Genoma Humano es un
dan como aspiración todavía no realizada, hablamos buen ejemplo de actividad científica al servicio de la
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autoconciencia humana. filosóficos y científicos. Gnthi seautón : “conócete a ti
Pico della Mirandola (1463-1494) estaba convencido mismo”: nos recomendaba el oráculo del dios Apolo en
de la superioridad del hombre sobre las demás criatu- Delfi. Convendría seguir su consejo.
ras. Dentro del género Homo, Linnaeus nos caracterizó
”Por eso Dios escogió al hombre como obra de natura- como sapiens (los que saben). Cuanto más sabemos
leza indefinida, y una vez lo hubo colocado en el centro acerca de nosotros mismos, cuanto más lúcida y bien
del mundo, le habló así: No te he dado, oh Adán, ningún informada es nuestra autoconciencia, tanto más mere-
lugar determinado, ni una presentación propia ni ningu- cemos ostentar el orgulloso título de Homo sapiens. La
na prerrogativa exclusiva tuya; pero aquel lugar, aque- autoconciencia bien informada no puede desarrollarse
lla presentación, aquellas prerrogativas que tú desees, con independencia de los avances en el conocimiento
las obtendrás y conservarás según tus deseos y según tú que nos proporciona la ciencia. Las diferentes tradi-
lo entiendas. La naturaleza limitada de los demás está ciones étnicas y literarias ofrecen diversas respuestas
contenida en las leyes escritas por mí. Pero tú determi- míticas a la cuestión del origen de la humanidad, pero
narás tu propia naturaleza sin ninguna barrera, según sólo la paleontología, la paleoantropología y el análisis
tu arbitrio, y al parecer de tu arbitrio la entrego. Te puse genético comparativo nos proporcionan un conoci-
en medio del mundo para que desde allí pudieses darte miento sólido y epistemológicamente aceptable al res-
mejor cuenta de todo lo que hay en el mundo. No te he pecto. Las estériles y virulentas discusiones ideológicas
hecho celeste ni terreno, mortal ni inmortal, para que sobre lo que es genéticamente heredado o adquirido
por ti mismo, como libre y soberano artífice, te formes y por aprendizaje en la conducta humana no han llega-
te esculpas en la forma que hayas escogido. Tú podrás do a ningún resultado, pero el progreso constante en el
degradarte en las cosas inferiores y tú podrás, según tu conocimiento del genoma humano ofrece por primera
deseo, regenerarte en las cosas superiores, que son di- vez la esperanza de encontrar respuestas aceptables.
vinas.” (Pico della Mirandola; Oratio de humanis digni- ¿Cómo podríamos ignorar los resultados de la ciencia
tate, Discurso de la dignidad humana). que son de relevancia directa para la cuestión de lo que
somos y de dónde venimos sin una gran dosis de mala
Marx pensaba que la naturaleza humana es simple- fe? ¿Quién soy yo? ¿Qué somos los humanos? ¿Qué
mente el resultado de las relaciones de producción, de posición ocupamos en el universo? ¿De qué estamos
tal modo que, alterando las relaciones de producción, hechos, con quién estamos emparentados, qué posi-
podríamos transformar la naturaleza humana misma. bilidades y limitaciones tenemos? Sólo un humanismo
Según Sartre, en los humanos la existencia como liber- amplio y profundo puede responder a estas preguntas.
tad precede a la esencia como naturaleza: los humanos Los humanistas del Renacimiento no eran tan ambi-
son libres de elegir su propia naturaleza. ciosos. Los ecos del big bang retumban todavía en las
Steven Pinker acaba de publicar una crítica competente partículas de que estamos hechos. Nuestra composi-
y afilada de todo este sinsentido de la ausencia de na- ción química es más afín a la cósmica que a la terrestre.
turaleza humana: The Blank Slate:The Modern Denial Por el hidrógeno que llevamos dentro (formado junto
of Human Nature (2002). al fogonazo de la radiación cósmica de fondo) somos
hijos de la luz. Por el carbono, el nitrógeno y el oxíge-
El alma separada del cuerpo, la especie humana sin no (forjados en los hornos estelares y dispersados en
naturaleza... ¿Cómo podían haberse equivocado tanto explosiones agónicas de supernovas) somos polvo de
estos pensadores? Un error no es menos erróneo por el estrellas. El microcosmos de nuestro cuerpo es el com-
hecho de repetirse muchas veces. Esta es una de las di- pendio de la historia del macrocosmos, como los clási-
ferencias entre la crítica literaria y el análisis epistemo- cos no se cansaron de subrayar. Con frecuencia se ha
lógico, que no pueden confundirse. Que mucha gente usado esta metáfora del microcosmos (el humán) como
sostenga una opinión basta para que esa opinión esté recapitulación del macrocosmos (el universo). Aunque
de moda, pero no basta para que sea verdad. La auto- exagerada, la metáfora encierra algo de verdad. Una
conciencia y la autoimagen proporcionada en el pasado mirada a nosotros mismos revela muchas huellas de la
por una filosofía humanística basada en la especulación historia del universo y de la vida. Y nuestras múltiples
divorciada de la experiencia desembocaba con frecuen- semejanzas bioquímicas y genéticas con el resto de los
cia en el autoengaño. Lejos de iluminar o precisar nues- seres vivos terrestres documentan las diversas etapas
tra autoconciencia, contribuía a distorsionarla. de la historia de la vida.
Somos sistemas físicos, partes del universo, pero no par-
4. El anclaje de la autoconciencia en la conciencia cós-
tes cualesquiera: somos (o podemos llegar a ser) partes
mica
conscientes del universo y, por tanto, partes de la con-
La tarea de las humanidades consiste (o debería con- ciencia cósmica. La conciencia cósmica es la conciencia
sistir) en elevar nuestra autoconciencia como seres hu- distribuida del universo (la conciencia divina, si se quie-
manos. Esta búsqueda de la autoconciencia siempre ha re). Cuando nuestro cerebro piensa, decimos que noso-
sido una poderosa motivación subyacente a empeños tros pensamos. Nuestro cerebro es parte nuestra, pero
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nosotros somos partes del universo y, por tanto, nues- lenguas, orejas y penes, o las monjas católicas que se
tro cerebro es parte del universo. Cuando pensamos en colocaban cilicios bajo el hábito, actuaban de modo
el universo con nuestro cerebro, el universo se piensa a contraproducente para su bienestar, impulsados por
sí mismo en nuestro cerebro. Nuestros pensamientos creencias falsas (acerca de la influencia de la sangre en
son chispas divinas, chispas de la conciencia cósmica. la conservación del Sol, en un caso; y acerca de la vida
Es posible que otras criaturas piensen también en el tras la muerte y la compra de placer ultramundano con
universo en algún otro lugar en la vasta inmensidad del dolor terrenal, en el otro). Si realmente queremos vivir
espaciotiempo, pero no lo sabemos. Si existen, ellas son bien, lo primero que requerimos es un mapa correcto
también partes de la conciencia cósmica distribuida, de la realidad, una cosmovisión a la altura de la mejor
participantes, como nosotros, en la autoconciencia del información disponible en nuestro tiempo. La sabiduría
universo. que busca la filosofía se basa en la lucidez y pasa por
Actualmente los humanos tenemos que encarar pro- la construcción (provisional, pero intelectualmente res-
blemas y retos inéditos, sobre los cuales los clásicos no ponsable) de una cosmovisión que sirva de marco de
dijeron nada: la explosión demográfica, la destrucción referencia último de los planteamientos vitales.
de la biodiversidad del planeta, el agotamiento o esca- Platón (Tímaios, 47 b.4) pensaba que la contemplación
sez de recursos naturales como el agua o el petróleo, de la inmutabilidad y orden de los cielos tendría un efec-
nuevos métodos de control de nacimientos y muertes, to calmante en nuestro espíritu, haciéndolo inmutable
posibilidades y riesgos de la ingeniería genética, globa- como ellos. Pero hoy sabemos que el universo es un
lización de los mercados y la economía, migraciones continuo cataclismo y explosión, no sólo en los albores
masivas, insuficiencia de los estados nacionales como originarios del big bang, sino también en todo tipo de
marco de la vida política, una cultura universal basada fenómenos que hemos ido descubriendo recientemen-
en la difusión instantánea y mundial de la información te, desde el hundimiento agónico de estrellas masivas
a través de los nuevos canales de comunicación. Sólo en agujeros negros insaciables hasta la canibalización
desde la plataforma de una autoconciencia humana de unas galaxias por otras. Obviamente la cosmovisión
más profunda y mejor informada, enraizada en la con- de Platón ya no nos sirve. Ni la de Aristóteles, o la de
ciencia cósmica, podemos esperar enfrentarnos con Descartes, o la de Kant. Al menos ellos tenían una. No-
éxito a los problemas, oportunidades y dilemas que se sotros aún hemos de construir la nuestra.
avecinan. La filosofía debería actuar como un cataliza- La construcción responsable de una cosmovisión filo-
dor en esta tarea, convirtiéndose en un puente entre sófica requiere una evaluación epistemológica tanto de
las ciencias y las humanidades. La verdad, la generali- los presuntos datos de la ciencia observacional como
dad, la precisión, la autoconciencia y la honestidad in- de los componentes conceptuales y matemáticos de la
telectual han de ser reivindicados como valores de todo ciencia teórica. Una cosmovisión dogmática no es filo-
tipo de investigación, tanto científica como filosófica o sofía. Los científicos, y en especial los cosmólogos, son
humanística. El espejo roto de la investigación espe- aficionados a especular, y no todo lo que sale de sus
cializada ha de ser recompuesto en una imagen global bocas tiene el mismo grado de fiabilidad. La física ac-
unitaria, si es que ha de servir como marco en el que tual contiene tanto resultados solidísimos como teorías
analizar y resolver nuestros problemas individuales y dudosas y cogidas con alfileres. Por eso necesitamos la
colectivos. La búsqueda de una cosmovisión global, por epistemología, pero la necesitamos porque queremos
muy provisional que sea, es el fin último de toda inves- construir una cosmovisión.
tigación. Para ello necesitamos ciencia, pero también Los clásicos de la tradición analítica no olvidaron que
racionalidad y sabiduría. En definitiva, necesitamos un el universo es un tema central de la filosofía. Incluso G.
nuevo humanismo a la altura de nuestro tiempo, que E. Moore, el paladín del análisis, pensaba que la filoso-
haga uso de los tesoros de información que la ciencia fía, además de analizar conceptos, tiene también como
nos proporciona y encare sin prejuicios los problemas tarea “ofrecer una descripción general del todo del uni-
y retos actuales. verso”.2 Bertrand Russell pensaba que la contemplación
del cosmos ayuda al filósofo a liberarse de preocupa-
5. Cosmovisión
ciones estrechas y ataduras tribales.
Antes de decidir adónde y por dónde queremos ir, ne- Señala “La contemplación no sólo amplía el alcance
cesitamos representarnos de alguna manera el lugar en de nuestro pensamiento, sino también el de nuestras
que nos encontramos. Antes de elegir cómo vivir, pre- acciones y nuestros afectos: nos hace ciudadanos del
cisamos tener cierta idea o imagen acerca de cómo es universo, y no sólo de una ciudad amurallada en gue-
el mundo en que vamos a vivir nuestra vida. La cosmo- rra con las demás. En esta ciudadanía del universo
visión es el marco de referencia teórico para nuestras consiste la verdadera libertad del humano y su libera-
consideraciones prácticas. Por eso, una cosmovisión ción de la servidumbre de las esperanzas y los temores
errónea puede desorientarnos gravemente y conducir- estrechos”.3
nos a vivir peor de lo que podríamos. Los nobles azte-
cas que constantemente se punzaban y sangraban sus Karl Popper escribía:
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“Creo que hay al menos un problema filosófico que aristotélica o hindú, pero hay que reconocer que la fi-
interesa a todos los humanos reflexivos: el problema losofía contemporánea no nos ofrece una concepción
de la cosmología, el problema de entender el mundo de la buena vida de vigor y audacia comparables.
– incluidos nosotros mismos, que formamos parte de La palabra “liberación” se ha asociado a veces en
este mundo, y nuestro saber. Pienso que toda ciencia Latinoamérica con la violencia, la guerrilla o la insu-
es cosmología en este sentido; y para mí la filosofía, rrección social. Pero en todas las épocas algunos in-
como la ciencia natural, sólo es interesante por su con- dividuos han tratado de autoliberarse -la única forma
tribución a la cosmología. Si dejaran de ver en ello su posible de liberación, según Buddha- mediante la re-
misión, la filosofía y la ciencia natural perderían todo flexión filosófica y la conciencia cósmica. ¿De qué nos
su atractivo, al menos para mí.”4 libera la liberación filosófica? Nos libera de la ignoran-
A pesar de todo, la mayoría de los filósofos carecen de cia y los prejuicios, de las preocupaciones minúsculas,
ambición cosmovisiva, dejando el campo libre para las de los temores infundados, de los afanes vacíos, de
especulaciones metafísicas audaces (aunque a veces las actitudes y ataduras mentales que nos impiden al-
ingenuas) de los científicos. Stephen Hawking decla- canzar la plenitud posible de nuestra vida y la unión
raba recientemente en Barcelona que ahora los físicos intelectual con el universo. La moka o liberación es la
se ven obligados a hacer filosofía, ya que los filósofos guinda del pastel de la buena vida, la culminación de
han dejado de hacerla. Quizás lo dijo como boutade, la vida plena, la realización de la potencialidad divina
pero no por ello dejó de poner el dedo en la llaga. que hay en nosotros: sintonizar con el universo, sentir
el fervor y el arrobo lúcido de la unión mística con el
6. La buena vida
universo. Según Bertrand Russell: “hay que estudiar fi-
¿Cómo vivir? Lo mejor posible. Si el problema funda- losofía (...) sobre todo porque, a través de la grandeza
mental de la filosofía teórica es el de la cosmovisión, del universo que la filosofía contempla, la mente tam-
el problema fundamental de la filosofía práctica es el bién se engrandece y se vuelve capaz de aquella unión
de la buena vida. ¿Qué es la buena vida? El sabio es el con el universo en que consiste su máximo bien”. 3
que ya sabe en qué consiste la buena vida, y fácilmen- Cada vez que pensamos en el universo y nos unimos
te y sin esfuerzo la vive. El filósofo es el aprendiz de mentalmente con él, nuestro cerebro se convierte en
sabio, el aspirante a sabio. El sabio es el filósofo que ya el lugar geométrico en que el universo se piensa a sí
ha alcanzado su meta, el filósofo exitoso. mismo. Como decía Ortega y Gasset, “el filosofar es
Un famoso libro de Albert Camus comienza con las pa- una forma de vivir. ... ¿Qué es, como vida, el filoso-
labras: “No hay más que un problema filosófico real- far? Ya hemos visto vagamente que es un desvivir -un
mente serio: el del suicidio”.5Esto es una exageración, desvivirse por cuanto hay o el Universo-, un hacer de
pero nos sitúa de lleno en el terreno de la filosofía sí lugar y hueco donde el universo se conozca y reco-
práctica. El gran problema es el de cómo vivir, que in- nozca”.6
cluye el de cómo morir, y, por tanto, el de si suicidarse No parece que la conciencia cósmica sea precisamen-
o no, y cuándo y bajo qué circunstancias. En nuestro te uno de los temas favoritos de la filosofía analítica,
tiempo los progresos de la medicina y de la técnica, la ni siquiera de la filosofía contemporánea tout court .
explosión demográfica, la crisis ecológica, el crecien- Puesto que los filósofos han abdicado de esa función,
te anacronismo de los estados nacionales y muchos otros -cosmólogos, físicos, biólogos, economistas,
otros retos presentes nos plantean acuciantes cues- ecologistas, periodistas y charlatanes de la new age se
tiones acerca de cómo nacer, y cómo vivir, y cómo mo- han lanzado a asumirla con entusiasmo e ingenuidad.
rir, y cómo interaccionar como especie con las otras El problema es que sus contribuciones no se agregan
especies de nuestra biosfera. Pero las éticas neocon- en una cosmovisión integrada, coherente y fiable.
tractualistas (de Rawls o Habermas) en boga no dan Una filosofía satisfactoria nos proporcionaría una cos-
respuesta a ninguna de estas preguntas. No es éste el movisión global científicamente aceptable, nos seña-
lugar para criticarlas, pero si lo fuera, la principal crí- laría el camino de la buena vida posible y nos ayudaría
tica no consistiría en discrepar de sus soluciones, sino a sintonizar con la realidad última del universo. Pero
en constatar la ausencia de soluciones. esa filosofía todavía no existe.
Ya Ortega y Gasset había señalado que la propia vida La filosofía está por hacer.
(en sentido biográfico) es para cada uno de nosotros
la realidad radical. Cada uno tendría que vivir su mejor BIBLIOGRAFÍA
1. Sokal, Alan; Bricmont, Jean (1998): Fashionable Nonsense: Postmo-
vida posible, su buena vida (a la que Ortega llamaba dern Intellectuals’ Abuse of Science. New York, Picador. [Hay traduc-
vocación), pero antes de vivirla tendría que descubrir- ción española: Imposturas intelectuales, Barcelona, Paidós, 1999.]
2. Moore, George Edward (1953): Some Main Problems of Philosophy,
la o inventarla, lo cual sería un ejercicio de filosofía London, Macmillan.
como dimensión humana. Sorprendentemente la filo- 3. Russell, Bertrand (1912): The Problems of Philosophy, Oxford,
sofía actual no es particularmente explícita ni orien- Oxford University Press.
4. Popper, Karl (1958): The Logic of Scientific Discovery, London, Hut-
tativa respecto al tema de la buena vida. En esto se chinson.
compara con desventaja con otras filosofías del pasa- 5. Camus, Albert (1942): Le Mythe de Sisyphe. Essai sur l’Absurde, París
Gallimard.
do, como la aristotélica o la de la India clásica. Natu- 6. Ortega y Gasset, José [1957] (1995): ¿Qué es filosofía? Madrid, Alian-
ralmente, no se trata de retornar a la vieja sabiduría za.

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