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4 millones de casos de asma en niños, otro

mal de la contaminación
Salud
28 Abr 2019 - 3:54 PM
Alex Abutu - Claudia Mazzeo - Scidev.Net

Tras analizar 125 ciudades, investigadores encontraron que la polución del tráfico vehicular
está asociada con el 13% de los casos de asma en niños que se presentan en el mundo.

Implementar estrategias para reducir la exposición a la contaminación relacionada con el


tráfico vehicular puede ayudar a reducir los nuevos casos de asma en niños. Así lo sugiere
un estudio publicado en la prestigiosa revista The Lancet Planetary Health que asegura que,
aunque la contaminación es un factor de riesgo para el aumento de casos de asma infantil, a
menudo las investigaciones sobre la carga global de enfermedades no tienen en cuenta la
posible influencia de la contaminación del aire en el asma.
“Al estimar la contribución de la contaminación generada por el tráfico en la incidencia del
asma pediátrica en todo el mundo, nuestro estudio muestra que las consecuencias para
la salud pública global derivadas de la exposición al aire contaminado son aún más
profundas y potencialmente subestimadas”, dice Susan Anenberg, autora del estudio y
profesora asociada de salud ambiental y ocupacional en la Universidad George Washington
(Estados Unidos).

El trabajo muestra que la contaminación del aire relacionada con el tráfico está asociada a 4
millones de nuevos casos de asma infantil cada año en todo el mundo, que representan el
13% de la carga mundial de asma infantil.

Los investigadores utilizaron NO2 (dióxido de nitrógeno) como sustituto de la


contaminación del tráfico y evaluaron sus efectos en los nuevos casos de asma registrados
en 2015 en la población de 1 a 18 años en 194 países y 125 ciudades principales.

Anenberg dijo a SciDev.Net que la contaminación del aire es uno de los cinco principales
factores de riesgo que afectan la salud pública mundial, pero no ha recibido mucha atención
con respecto al asma.

Según la publicación, de las 125 ciudades que se estudiaron, la proporción de nuevos casos
de asma resultantes de la contaminación por dióxido de nitrógeno “varió desde casi seis por
ciento en Orlu, Nigeria, hasta 48 por ciento en Shanghai, China”.

“Estimamos que aproximadamente 92% de la incidencia del asma pediátrica atribuible a la


exposición a NO2 ocurrió en áreas donde las concentraciones promedio anuales de este
compuesto son más bajas de lo que establece la guía de la OMS, que es de 21 partes por mil
millones”, agrega el estudio.

“Los esfuerzos para reducir la exposición al NO2 podrían ayudar a prevenir una porción
sustancial de los nuevos casos de asma pediátrica en países desarrollados y en desarrollo, y
especialmente en áreas urbanas”, dice el trabajo. [La reducción de] las emisiones de los
vehículos deben ser un objetivo para las estrategias de mitigación de la exposición”.

Carlos Iván Falcón-Rodríguez, docente de la Facultad de Medicina y Ciencias Biológicas


de la Universidad Nacional Autónoma de México, indica que el estudio corrobora lo que
hasta ahora se sabe sobre la incidencia del aire contaminado en el asma y las enfermedades
respiratorias.

Pero, añade que al haber analizado el NO2 “permite saber más, ya que desmenuza dentro
de la mezcla contaminante su efecto sobre la salud”.

Explica a SciDev.Net que la incidencia de contaminantes ambientales se analiza en base a


seis criterios que miden la presencia de dióxido de nitrógeno; dióxido de azufre; dióxido y
monóxido de carbón, ozono y material particulado en dos tamaños de partícula: PM2, 5 y
PM10, es decir 25 a 100 veces más delgados que un cabello humano.

“En laboratorio hemos visto con modelos animales que el material particulado por sí solo
incrementa las posibilidades de volver asmático a un organismo sano que está en contacto
con el alérgeno, ya que funciona como coadyuvante para el desarrollo del asma”, precisa.

Autor de varios artículos sobre el tema e investigador del Instituto Nacional de


Enfermedades Respiratorias de Ciudad de México, Falcón-Rodríguez señala que
“identificado el problema, en este caso el efecto del dióxido de nitrógeno sobre la salud
infantil, la solución debe ser ahora a nivel político”.

“Los asesores de los políticos son los que deberían sugerir cambios, promoviendo una
política de reducción de los contaminantes que resultan de la combustión de los
automóviles”, sostiene.

En su opinión, una alternativa sería impulsar los autos eléctricos, como se hizo con éxito en
Holanda y reemplazar el uso de combustibles fósiles por otras fuentes “eliminando de esta
forma el material particulado que emiten los vehículos”, afirma.

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