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Iba rumbo a su casa, su día estuvo un poco más pesado de lo normal, hoy como

nunca sintió la presión del trabajo, ese trabajo que no la llenaba por completo;
aunque sabía perfectamente que eso era lo que no quería, lo hacía por su linda
bendición de 2 años, aquella niña que afloraba su felicidad con solo recordarla,
esa niña por lo cual darlo todo es un privilegio.

De camino a casa presencio como una mujer gritaba y golpeaba de sobre manera
a su hijo, lo acusaba de cosas que quizás el niño no entendía, además se veía el
gran estado de embriaguez en el cual se encontraba aquella mujer, en ese
momento sitio la impotencia de ayudar al pequeño, pero no sabía si era lo
correcto…, respiro profundo y con mucha decisión tomo el valor suficiente para
dirigirse hacia la madre e impedir ese atropello. Pero de repente, sintió como una
mano sujetaba su cuello y como una voz susurraba a su oído no temas nada te va
a pasar. En ese momento se paralizó, no sabía que hacer, su instinto le decía que
huye de allí; pero en cambio su mente suplicaba que no hiciera nada al respecto.
En ese momento solo sentía como se desprendían de su cuerpo sus pocas
pertenencias.

De repente se oyó un grito a la distancia “DETENTE, NO LE HAGAS DAÑO POR


FAVOR, DEJALA IR” …la situación estaba muy tensa, todo transcurrió muy rápido
y sin pensar que pasaría se escuchó un fuerte disparo. Ella sintió que como su
cuerpo se desplomaba, mientras oía múltiples voces a su alrededor; de repente
sus ojos empezaron a nublarse y solo notaba que muchas sombras corrían a su
alrededor.

De repente despertó, no entendía que había sucedido, su cuerpo le dolía, su


cabeza parecía estallar, sentía náuseas y todo giraba a su alrededor. en un
instante giro su cabeza y dirigió su mirada hacia un sofá que se encontraba en la
habitación, allí pudo ver ese lindo ser que le daba las fuerzas para seguir adelante
y de repente sus miradas se conectaron y con un fuerte abrazo mostraron ese
amor que se sentían mutuamente.

Días después todo mejoro, al parecer la herida no fue tan grave, en su trabajo
decidieron darle unos días de receso por el acontecimiento. Nunca supo quién era
esa persona que casi acaba con su vida; en su corazón no había rencor, daba
gracias al cielo por esa segunda oportunidad de vivir y de compartir cada segundo
junto a su lindo motorcito de vida.

FIN

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