su Pasión, quiso tener con sus apóstoles una última cena. Él sabía que pronto moriría y no estaría más en este mundo. Entonces quiso dejarnos “algo” para que siempre pudiéramos tenerlo con nosotros. Ese algo que nos dejó Jesús fue LA EUCARISTÍA. 2. La palabra Eucaristía: de origen griego "Eukharistia", compuesto por el prefijo "eu" que significa bien, en todos los sentidos (bueno, agradable) y del sustantivo "xarij" que significa, gracia, encanto, elegancia y que hoy día traducimos y entendemos como "acción de gracias" o "agradecimiento". 3.La Eucaristía es la consagración del pan en el Cuerpo de Cristo y del vino en su Sangre que renueva y actualiza el sacrificio de Jesucristo en la Cruz. 4. La Eucaristía es Jesús real y personalmente presente en el pan y el vino que el sacerdote consagra. Por la fe creemos que la presencia de Jesús en la Hostia y el vino no es sólo simbólica sino real. 5. La Eucaristía acrecienta nuestra unión con Cristo, nos perdona los pecados veniales, fortalece la caridad que en la vida cotidiana tiende a debilitarse, nos preserva de futuros pecados mortales, da unidad y fortalece al cuerpo místico de Cristo que es la Iglesia y lleva a un compromiso en favor de los demás. 1. La incorporación a Cristo, que tiene lugar por el Bautismo, se renueva y se consolida continuamente con la participación en el Sacrificio eucarístico, sobre todo cuando ésta es plena mediante la comunión sacramental. Podemos decir que no solamente cada uno de nosotros recibe a Cristo, sino que también Cristo nos recibe a cada uno de nosotros. (EE 22) 2. Al unirse a Cristo, en vez de encerrarse en sí mismo, el Pueblo de la nueva Alianza se convierte en sacramento para la humanidad, signo e instrumento de la salvación, en obra de Cristo, en luz del mundo y sal de la tierra para la redención de todos. (EE 22) 3. La misión de la Iglesia continúa la de Cristo: «Como el Padre me envió, también yo los envío» (Jn 20, 21). Por tanto, la Iglesia recibe la fuerza espiritual necesaria para cumplir su misión perpetuando en la Eucaristía el sacrificio de la Cruz y comulgando el cuerpo y la sangre de Cristo. (EE 22)