Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
INTRODUCCIÓN
Tabla 1. Observaciones realizadas para evaluar la condición física y biológica del canal,
ribera y ambiente (RCA, adaptado de Petersen 1992)
RESULTADOS
c) pH y conductividad
La casi totalidad de los valores de pH (fig. 10) variaron entre 7.5 y 8.0 u 8.5 en marzo.
En general se registró poca diferencia dentro de cada tramo. Pero las diferencias entre arroyos
fueron mayores que entre regiones, excepto tal vez en P con valores algo mayores al resto salvo
en julio. Este parámetro no mostró ningún patrón horario a diferencia de lo sucedido con la
temperatura y el oxígeno, ni repite un patrón espacial como lo hizo el oxígeno.
La conductividad (fig. 11) presentó una gran variación: de 100 a 1700 uS/cm. En todos
los casos los menores valores correspondieron a P y O, y los mayores a A, B y C. También
existió bastante variación entre arroyos de una misma región. El mismo patrón de variación
entre sitios se repitió en todos los muestreos, los que resultaron espacialmente correlacionados
(p<0.01).
d) transparencia
En la gran mayoría de los casos la transparencia de Secchi (fig. 12) llegó al fondo de los
cursos (N, O, P). No lo hizo únicamente cuando estos fueron excesivamente profundos en A y
C, y en tales casos no superó los 60 cm en diciembre y julio, y los 100 cm en marzo y
noviembre, ambos valores registrados en A3.
4) Sedimentos
a) Granulometría
En las 17 muestras analizadas en diciembre, el tamaño medio de grano varió entre 0.2 y
1.7 mm que corresponden a arena media y gruesa respectivamente (fig. 24). En general N y O
tuvieron sedimento más grueso (>1 mm). Todas las estaciones presentaron mayoritariamente
arena, excepto N5, donde dominó la grava. La fracción limosa fue siempre pequeña. Los
sedimentos resultaron pobremente seleccionados.
También en marzo el sedimento en N3 (transectos arriba, medio y abajo), O1 y O3 fue
más grueso (>1.4 mm) que en los tres transectos de B1 y C1 (<0.9 mm). En los primeros
dominó la grava y en los segundos la arena.
La tabla 2 muestra el tamaño medio de grano expresado en unidades phi (∅), la
selección, asimetría y curtosis de las muestras de sedimento superficial colectadas en diciembre
de 2006 y noviembre de 2007. De acuerdo con el tamaño medio de grano se observan dos
grupos de estaciones. Las muestras correspondientes a las regiones A, B y C presentaron una
dominancia de tamaños de grano finos (limos, arena fina y media), mientras que en las
estaciones correspondientes a las regiones N, O, P y Q, en ambos muestreos se encontraron
mayores tamaños de grano (arena muy gruesa, gruesa, y media) (tabla 2, fig. 25a).
Los valores de selección presentaron en el 97% de las estaciones sedimentos
pobremente seleccionados (1-2). En noviembre de 2007 las estaciones C4 y B5 mostraron
sedimentos muy pobremente seleccionados (2-4) y O3 , moderadamente seleccionados (0.5-1)
(fig. 25b). Estos resultados muestran una importante variedad de clases granulométricas.
Durante ambos muestreos, los sedimentos de las regiones N, O, P y Q presentaron
distribuciones asimétricas positivas (cola de materiales muy finos en poca cantidad). En las
regiones A, B y C en diciembre de 2006, la mayoría de las estaciones mostraron distribuciones
negativas (cola de material grueso en poca cantidad), mientras que en noviembre la mitad de las
estaciones presentó exceso de material grueso y la mitad de finos (tabla 2, fig. 25c). Los valores
de curtosis muestran curvas muy a extremadamente leptocúrticas (tabla 2, fig. 25d).
b) Materia Orgánica
La materia orgánica de los sedimentos en los cuatro muestreos (tabla 3) mostró una
variación entre 0.12% en Q1 en marzo y 13.13% en O2 en noviembre. El promedio de todas las
estaciones en todos los muestreos estuvo entre 2 y 3%. El promedio anual mínimo se encontró
en O3 (0.28%) y el máximo (11.38%) en O2. En todos los muestreos las estaciones presentaron
una importante variación estacional aunque similares patrones (fig. 26), con los mayores
contenidos en O2 (Sarandí Chico) seguidos de las estaciones ubicadas en las cuencas media y
baja (A, B y C). Los menores contenidos de materia orgánica se observaron en cuencas ubicadas
en las zonas alta y media, excepto O2 , las que mostraron una menor variabilidad estacional (fig.
26)
Todos los muestreos resultaron muy altamente (p<0.001), o altamente correlacionados
(diciembre de 2006 con julio de 2007, p<0,01). El contenido de materia orgánica resultó
inversamente correlacionado con el tamaño de grano en diciembre de 2006 (r = -0,669,
p<0.001), pero no en noviembre de 2007 (r=0.2737).
Tabla 2. Tamaño medio de grano (Mz en unidades ∅),selección (S∅), asimetría (Sk) y curtosis (K)
en diciembre de 2006 y noviembre de 2007.
Dic-06 Nov-07
Mz Sø Sk K Mz Sø Sk K
A3 -0.02 1.75 0.78 2.90 -1.18 1.84 1.92 5.40
A4 3.17 1.43 -1.08 3.18 -0.21 1.71 1.09 3.57
A5 3.23 1.63 -1.32 3.36 3.06 1.72 -1.19 3.01
B2 -0.32 1.35 0.94 3.7 ND ND ND ND
B3 2.23 1.69 -0.28 1.98 -1.30 1.73 1.67 7.15
B4 3.05 1.69 -1.26 3.35 3.64 1.05 -1.59 4.00
B5 3.31 1.52 -1.69 4.79 0.07 2.04 0.46 1.95
C1 0.24 1.74 0.52 2.62 1.14 1.55 -0.44 2.39
C2 3.21 1.57 -1.27 3.36 ND ND ND ND
C3 1.29 1.85 0.43 1.87 ND ND ND ND
C4 3.25 1.61 -1.41 3.64 1.85 2.20 -0.30 1.71
N2 -0.47 1.57 0.74 2.69 -0.45 1.66 0.72 2.49
N3 -0.24 1.69 1 3.45 -0.59 1.5 1.01 3.44
N5 -0.51 1.45 1.03 3.49 -0.16 1.22 1 4.35
O1 -0.23 1.6 1.24 4.09 -1.24 1.53 1.83 5.28
O3 -0.15 1.63 1.07 3.69 -0.38 0.76 0.03 3.55
O4 ND ND ND ND 0.41 1.54 0.66 3.23
P2 ND ND ND ND -1.19 1.27 1.34 3.9
P3 ND ND ND ND -0.78 1.53 1.31 4.17
P4 ND ND ND ND -1.01 1.26 1.03 3.31
P5 1.6 1.3 0.03 1.64 ND ND ND ND
Q1 0.24 1.35 0.64 3.88 -0.41 1.63 0.62 2.9
Q5 -0.60 1.20 0.24 2.53 0.60 1.48 1.00 3.48
Q3 0.26 1.39 0.56 3.03 -0.13 1.67 0.67 2.85
c) Fósforo y Nitrógeno
El contenido de PT en los sedimentos (fig. 27) varió entre 1 y 297 µg/g de peso fresco,
ambos valores en julio. Los valores medios fueron 25 µg/g en diciembre, 35 µg/g en marzo y 74
µg/g en julio). Se observaron en general valores algo menores en N, O, P y Q que en A, B y C.
Si bien en diciembre y marzo los patrones de distribución entre estaciones son similares
(R2=0.516), esto no vuelve a suceder en julio. El contenido de NT (fig. 28) varió entre 24 y 665
ug/g PF, ambos valores también en julio. Las medias fueron de 142 ug/g en diciembre, 181 ug/g
en marzo y 242 ug/g en julio). En general se observan valores menores en P que en las otras
regiones, pero el patrón de distribución no se repite tan claramente. Los valores de PT y NT de
los tres muestreos juntos están correlacionados (r=07105, p<0.001).
d) Clorofila a
La clorofila a en el sedimento (fig. 29), varió en marzo de 0.09 (A1) a 6.5 µg/g de peso
fresco (P2). Sin embargo, un 90% de las estaciones tuvo menos de 4 µg/g PF y el 75% de las
estaciones menos de 2 µg/g PF.
e) Metales pesados
En las 25 estaciones analizadas resultaron indetectables el cadmio (<0.5 mg/kg) y el
mercurio (<0,1 mg/kg). En seis de ellas tampoco fueron detectables el cobre (<10 mg/kg),
cromo, plomo y zinc (<5 mg/kg). Los valores máximos de Cr, Pb y Zn se registraron en O2,
donde el Cu alcanzó 20 mg/kg (fig. 30). El máximo de éste fue en C3 y B3 con 21 mg/kg.
También en B3 el Pb igualó el máximo de O2 (8.7 mg/kg).
Tabla 3. Contenido de materia orgánica (%) en los sedimentos de arroyos y cañadas (Cª) de la
cuenca del Río Santa Lucía.
5) Zoobentos
a) Riqueza genérica
Se encontraron entre 106 géneros en julio y 145 en marzo de un total de 211 géneros
entre los cuatro muestreos (tabla 4). Sólo una quinta parte de los géneros estuvo presente en los
cuatro muestreos. El promedio de géneros por estación fue mínimo en diciembre (8,8) y
máximo en marzo (12,5), mientras que las máximas riquezas por estación variaron entre 20
géneros en noviembre y 32 géneros también en marzo. Ambos máximos ocurrieron en diversas
estaciones, pero se repite N2 con las mayores riquezas en marzo y noviembre.
No se observaron diferencias entre las regiones, ya que todas ellas tuvieron estaciones
con alta y baja riqueza de géneros (fig. 31). La estación B2 fue siempre la que tuvo menor
cantidad de géneros (6-12), pero no hay otro patrón espacial y las riquezas de los distintos
arroyos no se correlacionaron entre meses.
b) composición
La fauna de macroinvertebrados (tabla 5) estuvo compuesta por 211 géneros de:
anélidos –oligoquetos e hirudíneos-, moluscos –pelecípodos y gasterópodos-, crustáceos
malacostracos y nueve órdenes de insectos. Los oligoquetos incluyeron siete géneros de
naididos, Tubifex, Limnodrilus y Phreodrilus. Los hirudíneos, cuatro géneros de glosifónidos.
Los pelecípodos, seis géneros de tres familias y los gasterópodos, diez géneros de cinco
familias. Los malacostracos incluyeron cinco géneros. Se encontraron 14 géneros de
efemerópteros, dos plecópteros, 41 odonatos, 33 coleópteros, 21 hemípteros, 17 tricópteros, 46
dípteros, el megalóptero Corydalus y un lepidóptero.
d) distribución de abundancias
La distribución de abundancias por género (fig. 33) resultó ser de tipo logarítmico y mostró en
todas las fechas aproximadamente la mitad de los géneros con menos de diez individuos cada
uno (en diciembre casi un cuarto de los géneros con sólo un individuo) y menos de un 20% con
más de 100 individuos. Las máximas abundancias por estación variaron entre 183 individuos
colectados en julio y 392 en marzo. Se repite N2/1 con las mayores abundancias en diciembre y
noviembre.
e) frecuencia
La distribución de frecuencias de aparición (fig. 34) fue también logarítmica y mostró en
diciembre a las mismas dos primeras especies (Heleobia y Hyalella) junto a Caenis en más del
40% de las muestras. En marzo fueron cinco los géneros en más del 40% de las muestras y
Heleobia en más del 60% en ambas fechas. En julio y noviembre nuevamente Hyalella, Caenis
y Heleobia, junto con Baetis estuvieron en más del 40% de las muestras. En todas las ocasiones
más de las tres cuartas partes de los géneros estuvieron presentes en menos del 10% de las
muestras.
6) Fitobentos
Parámeros in situ
La condición de los arroyos de la cuenca del río Santa Lucía según el inventario RCA (Petersen
1992) varió entre el 18 y el 66% de su puntaje máximo posible. Por un lado se trata de un rango
bastante amplio ya que equivale a casi la mitad de la escala total, lo que indica la variedad de
situaciones en que se encuentran los arroyos. Por otro lado se trata de condiciones en general
pobres, ya que la mayor parte de este rango de valores (2/3) está por debajo del valor medio de
la escala.
Observando los casos individuales hay 11 arroyos con menos de 100 puntos y 11 entre
100 y 150 puntos, valor éste que corresponde aproximadamente a la mitad de la escala. Solo los
otros 6 arroyos (20%) pasan la mitad del puntaje.
Los dos arroyos con mayor puntaje son los del alto Santa Lucía Chico que conservan su
monte ripario (O1 y O2). Hay otros cursos que también conservan el monte pero tienen peores
condiciones en el resto de los atributos. También tienen puntajes altos dos de los arroyos
serranos con mejores condiciones morfológicas en el canal (P1 y P4).
Los arroyos con la peor condición RCA tienen bajo puntaje en todos los atributos. Sin
embargo, los tres afluentes derechos de Santa Lucía medio (N) presentan aspectos aceptables en
la estructura del canal. Estos cursos resultaron en conjunto peor puntuados que los afluentes del
río San José (C), favorecidos por el estado de su zona riparia.
Concordantemente, los C quedaron agrupados por el análisis de similitud. También se
asemejan los dos cursos más grandes de las sierras minuanas (P1 y P4) con puntajes similares
en todos los atributos, al igual que ambos arroyos Chamizo (N2 y N3).
Las características morfológicas de estos arroyos son para la mayoría: a) cursos
angostos (<5 m), b) someros (<1 m) y c) con ancho y profundidad muy variables dentro de los
tramos analizados. No se observaron variaciones temporales de importancia, pero seguramente
debido a que se hicieron solo cuatro muestreos en todo un año, los que no coincidieron con
momentos de sequías ni de crecientes. Otra característica morfológica es la baja pendiente, que
alcanza mayores valores en la región serrana. Las demás regiones no se diferencian por la
pendiente de los cursos, ya sea ésta medida para el tramo donde se realizó el muestreo o
estimada a partir de la distancia entre dos isolíneas de altitud en el mapa.
Es común que estos arroyos tengan una cobertura del dosel vegetal sumamente
irregular, que varía cada pocos metros. Esto resulta en una incidencia lumínica espacialmente
muy variable, lo que sumado a una frecuentemente poca circulación del agua produce
importantes variaciones de temperatura a pequeña escala. Estas variaciones y las debidas a las
diferencias horarias enmascaran toda diferencia térmica entre arroyos y regiones.
La mayoría de las estaciones presentaron casi siempre niveles normalmente altos de
oxígeno disuelto, y por encima de los estándares nacionales (Decreto 253/79) e internacionales
(Chapman 1996). Sin embargo, algunas mostraron eventos de sobresaturación y otras, de
hipoxia (A1, A5, B3, B4 y C2) con menos del 40% de saturación de oxígeno en diciembre y
marzo. Este valor se considera como umbral de la zona de descomposición activa de la materia
orgánica en los cursos de agua contaminados (Branco 1984). Los primeros valores están
relacionados con cursos bien iluminados y con abundantes macrófitas o algas. La mayoría de los
segundos tiene una amplia cobertura vegetal y puntajes intermedios de RCA. Estos se
encuentran entre la minoría de cursos donde la transparencia de Secchi no llega al fondo.
La mayoría de los cursos son generalmente someros y bien iluminados hasta el fondo, lo
que sumado a su escasa corriente y el sedimento fino hacen de ellos ambientes propicios para el
desarrollo de las macrófitas acuáticas. Esta sería una diferencia con los arroyos pampeanos de la
provincia de Buenos Aires, donde la transparencia de Secchi no supera los 40 cm, limitando el
desarrollo de las hidrófitas sumergidas (Rodrígues Capítulo com. pers.).
Los valores de pH se encuentran en el rango normal de las aguas continentales e incluso
del agua potable tanto a nivel nacional como internacional (Decreto 253/79, Chapman 1996).
No se detectaron variaciones importantes entre regiones ni arroyos ni dentro de cada tramo, ni
entre los muestreos. La conductividad eléctrica –una medida de las sales disueltas- fue por el
contrario elevada en ocasiones y muy variable, principalmente entre regiones, reflejando la
geología subyacente en cada una (cristalina o sedimentaria). Sin embargo, a esta variación se
suman diferencias entre arroyos de una misma región que pueden estar vinculadas a los aportes
antrópicos. Ambas variaciones se repiten en los cuatro muestreos, evidenciando causas
permanentes de estas diferencias. Tal es el caso de A4, B1 y C2 con valores siempre menores a
los de sus regiones, los que tal vez sean más elevados por efecto de la contaminación, y N3, N5
y Q5, con valores siempre mayores a las suyas. Según el promedio de las conductividades
registradas, las estaciones O y P corresponden a aguas débilmente mineralizadas, y el resto a
bien mineralizadas, excepto C2 que pertenecería al primer grupo.
Zoobentos
Aunque el número de géneros del zoobentos no varió mucho entre muestreos, sí lo hizo la
composición, puesto que la riqueza por muestreo fue siempre aproximadamente la mitad del
total de géneros encontrados. El reemplazo se da en todos los grupos y no parece obedecer a una
aparición o desaparición estacional de los mismos. La riqueza media por estación fue siempre
próxima a la decena de géneros, por lo que puede tomarse este valor como una estimación de la
riqueza que se obtiene al pasar la red de mano en tres sitios separados 25 m durante 1 minuto en
cada uno. Incluso los máximos obtenidos apenas duplican o triplican este número.
La distribución de la riqueza entre estaciones varió con los muestreos, pero en tres de
ellos N2 fue una de las dos estaciones con más géneros, y muestras de esta estación tuvieron la
mayor riqueza en dos ocasiones. Se trata del arroyo Chamizo Grande, afluente derecho del
Santa Lucía en Florida. Por otra parte B2, el contaminado arroyo Las Piedras tuvo siempre la
menor riqueza.
La clase Insecta fue la más diversa con 174 géneros, seguida muy de lejos por
Oligochaeta y Gastropoda, con solo diez géneros cada una. Diptera (46 géneros) y Odonata (41)
son a su vez los órdenes más diversos dentro de los insectos. Con las excepciones de N donde
apareció un sólo género de oligoquetos (Dero) y B con uno solo de tricópteros (Ochrotrichia),
todas las regiones tienen riquezas genéricas similares para las seis clases y todos los órdenes de
insectos.
Las seis clases están presentes en las siete regiones, y todos los órdenes excepto
Plecoptera que falta en C y Q, Megaloptera sólo presente en N y P y Lepidóptera en N y O. Sin
embargo, un análisis detallado de la distribución espacial de las abundancias nos muestra que
los diferentes taxa se distribuyen de manera distinta entre regiones y estaciones, mostrando su
preferencia por las condiciones ambientales predominantes en cada una de ellas. En particular
podemos observar cierta segregación entre las regiones sedimentarias y cristalinas.
Los oligoquetos se concentran en A, Q, B1 y B3. También en A y B3 se concentran los
ancílidos al igual que en B4, C2 y C3. Estas tres estaciones son también preferidas por
Biomphalaria junto con A5 y B1. Eupera y los hirudíneos también prefieren C2 y C3, además
de B2, Q1 y Q3. Chironomus se encuentra principalmente en A, B y C2. Estas regiones A, B, C
y Q, son también preferidas por Hyalella.
Si bien Caenis se concentra más en A y hay pocos en P, presenta abundancias
intermedias en todas las demás regiones. En cambio, Americabaetis prefiere N, luego O, P y Q,
y hay menos en A, B y C. Los demás efemerópteros se concentran en N y O, al igual que los
plecópteros que también lo hacen en P. Elmidos y psefénidos se concentran en N y P, luego en
Q (y O los primeros) y por último en A, B y C (y O los segundos). Los tricópteros también lo
hacen en N y P –al igual que Simulium-, y luego en O. Por último, Corbícula se encuentra
principalmente en N3, N5 y O1.
Aproximadamente la mitad de los géneros identificados no habrían sido citados para el
Uruguay. Esto incluye una tercera parte de los oligoquetos, efemerópteros y hemípteros, la
mitad de los dípteros y de los odonatos, dos tercios de los coleópteros, casi todos los tricópteros,
el lepidóptero y los dos plecópteros. Sin embargo, casi un 70% de estos géneros están citados
para los países vecinos, por lo que no es de extrañar su presencia en esta vasta cuenca.
La abundancia relativa coincide con estudios anteriores en la dominancia de Heleobia,
Hyalella y Chironomus. Heleobia también dominó en sitios no muy contaminados del arroyo
Toledo, allí cuando no lo hacían los tubifícidos (Arocena 1996, Chalar 1994) y al igual que
Hyalella fue abundante en algunas muestras de la laguna de Rocha (Arocena 2007). Ambos
géneros son también los más frecuentes, apareciendo en todas las regiones, excepto Hyalella en
la sierra de Minas. Chironomus también ha sido registrado en cantidades importantes en esos
sitios y en los afluentes de la laguna de Rocha (Arocena et al. 2000).
La distribución logarítmica de la abundancia entre los géneros corresponde a un sistema
donde las especies arriban a intervalos aleatorios y consumen una fracción constante de los
recursos que van quedando disponibles. Esto sucede especialmente cuando uno o pocos factores
son dominantes (Magurran 1988), como podría suceder en ambientes fluviales en general
dominados por las fuerzas físicas relacionadas con la variación de la corriente. La misma
distribución mostró la frecuencia de aparición, con muchos géneros “raros” que aparecen sólo
en algunos sitios, y pocos que se dispersan ampliamente en todo el territorio.
Los menores valores de diversidad de Shannon se registraron siempre en el arroyo Las
Piedras (B2). Si bien esto puede adjudicarse a mala calidad del agua, ya que coincide con otros
parámetros, es probable que otros factores –tanto naturales como antropogénicos-, también
incidan puesto que en general todas las estaciones A, B y C tienen diversidades menores a las N,
O, P y Q.
Solamente en diciembre la presencia y ausencia de géneros del zoobentos muestra una
completa separación de las regiones sedimentarias de las cristalinas. Aparte de esto, las
estaciones de una misma región en general no fueron muy similares, excepto P3 y P4,
estaciones muy próximas, que se agruparon en 3 ocasiones.
Si en cambio se considera la abundancia de los individuos, se forman más grupos de
estaciones de la misma región, y la mitad de las estaciones se agrupa con su región al menos dos
veces, pero solo O2-O4-O3 lo hace en tres ocasiones. Esto sugiere que mientras la presencia de
la mayoría de los géneros en las distintas estaciones obedece a razones de dispersión geográfica
y su constatación mediante la colecta es un hecho aleatorio, en cambio su abundancia reflejaría
una eventual preferencia por las condiciones ambientales que allí se presentan.
Fitobentos
Si bien sólo fue posible analizar el primer muestreo de esta comunidad, esto significó un avance
en las posibilidades de su estudio, ya que implicó la implementación y desarrollo de una
metodología novedosa tanto para la obtención de muestras, su tratamiento y procesamiento,
como para la determinación taxonómica de la microalgas encontradas. Esta experiencia podrá
así ser volcada en el futuro, tanto en estudios de investigación básica como en programas de
monitoreo.
La poca cantidad de especies encontrada en algunos arroyos indicaría que los mismos
están sujetos a disturbios frecuentes y/o intensos (Prat & Ward 1994). Las mismas estaciones
que forman grupos en base a la presencia y abundancia del zoobentos, lo hacen con las especies
de fitobentos, principalmente P2-P4-P3, O1-O3 y Q3-Q5. De las especies identificadas, ya
habían sido citadas para Uruguay, al menos: Navicula cryptocephala, Ephitemia sorex (Sierra
de Minas), Cymbella cistula, Sellaphora densistriata (Laguna Merín, Aº Aiguá ) (Metzelin et
al., 2005). La primera de ellas y otras ocho especies fueron citadas para el río Matanza-
Riachuelo de Buenos Aires, y otras tres para la provincia de Buenos Aires (Gómez 1998).
La composición de especies de diatomeas fue muy variable entre los arroyos. Las 18
especies que también figuran en las listas de saprobicidad de Sladecek (1973) son en su mayoría
mesosapróbicas, lo que indica una tolerancia intermedia a las malas condiciones ambientales
(tabla 5). Si bien las mismas sólo representan un quinto del total de especies, fueron utilizadas
para calcular un índice de saprobicidad como el de Sladecek pero sin considerar la abundancia,
y sólo a modo de ejercicio (fig. 41). De allí surge que las estaciones en peores condiciones
serían B3, O2, A1, A2, Q1, N5 y B4 (>2.5) y las mejores: C3, O4, C4, B2 y C1 (<2.0), lo cual
no coincide con los demás resultados, lo que no es de extrañar dadas las limitaciones señaladas.
Los valores encontrados para este índice varió entre 1.5 y 3, de un rango total de 0 a 4. Si
consideramos que en la muy contaminada cuenca Matanza-Riachuelo la mitad de los valores
fueron mayores a 3, este resultado indicaría un estado intermedio de contaminación.
3
2,5
INDICE DE SAPROBICIDAD
2
1,5
0,5
0
A1
A2
A3
A4
B2
B3
B4
B5
C1
C2
C3
C4
N2
N5
O1
O2
O3
O4
P1
P2
P3
P4
Q1
Q3
Q5
Figura 41. Indice de saprobicidad de las estaciones según Sladececk (1973) calculado con
algunas de las especies de diatomeas halladas en arroyos de la cuenca del Santa Lucía.
CONCLUSIONES
1. Los arroyos vadeables (de orden 3 y 4) de la cuenca del río Santa Lucía presentan una
amplia variedad de situaciones en cuanto a su calidad ecológica, pero la mayoría de los
tramos analizados muestran serios signos de deterioro. Sólo algunos de ellos conservan
su monte ripario, la mayoría de las veces muy reducido o interrumpido.
2. En general son cursos angostos y someros, aunque estas dimensiones son variables aún
dentro de un mismo tramo, al igual que lo son otros aspectos como su cobertura vegetal.
3. Estas variaciones, sumadas a la poca circulación del agua durante los períodos de estiaje
–debida a la poca pendiente-, puede conducir a diferencias locales de temperatura,
oxígeno disuelto y –en menor medida- pH, aunque este último no se aparta de los
valores normales de aguas neutras a levemente alcalinas.
4. Estas diferencias locales son favorecidas por la presencia de plantas acuáticas, que
encuentran un ambiente propicio para su desarrollo. En efecto, a las escasas
profundidad y corriente se suman un sedimento generalmente de arena y limo y
disponibilidad de luz hasta el fondo, debido a una escasa cobertura vegetal.
5. Si bien el oxígeno disuelto suele ser alto, se registran casos puntuales de hipoxia,
especialmente en cursos cubiertos y turbios.
6. Tanto la conductividad eléctrica del agua, su alcalinidad y su contenido de sólidos en
suspensión son mayores en las tres regiones sedimentarias (dos de Canelones y una de
San José) que en las cuatro cristalinas (tres de Florida y una de Lavalleja), salvo algunas
excepciones.
7. Aproximadamente la mitad de los sólidos son orgánicos en promedio, fracción que se
reduce cuando aumentan los sólidos totales.
8. Asimismo, el tamaño de grano del sedimento –aunque generalmente arenoso- es en
promedio mayor en las regiones cristalinas que en las sedimentarias, aunque la
selección de tamaño es en general pobre indicando la mezcla de muchas clases de
tamaño.
9. Los nutrientes en cambio no reflejan esta regionalización, excepto por los mínimos de
PO4, encontrados en Lavalleja y en las dos regiones no lecheras de Florida.
10. Entre los arroyos que merecen mencionarse por registrar altas concentraciones de
distintos compuestos de N y P en varios o todos los muestreos, figuran el Canelón
Grande no lejos de sus nacientes -zona de intensa actividad agropecuaria, el Las Piedras
en Melilla –zona urbana e industrial, el San Francisco -aguas debajo de Minas y su
planta de tratamiento de aguas residuales urbanas, y el Cagancha en la cuenca lechera
de San José. También los cursos de la cuenca lechera de Florida presentaron -más
ocasionalmente- altos valores de nutrientes.
11. El contenido máximo de materia orgánica, N y P del sedimento está asociado a la
presencia e integridad del monte ripario, y en menor medida con el tamaño de grano.
12. A su vez el mayor contenido de materia orgánica se relaciona con una mayor
concentración de metales pesados (Cr, Cu, Zn).
13. El muestreo estacional del zoobentos resultó el mínimo adecuado para dar cuenta de su
riqueza genérica, ya que la composición varió considerablemente entre muestreos.
14. La riqueza genérica es del orden de 101 para el muestreo con red de mano durante 3
minutos.
15. Sus valores máximo y mínimo corresponden a cursos que registran los mejores y peores
indicadores de calidad de agua respectivamente (Chamizo Grande en Florida y Las
Piedras en el límite entre Canelones y Montevideo).
16. La mayor riqueza genérica corresponde a los insectos, y dentro de éstos a dípteros y
odonatos.
17. Todas las regiones tienen casi los mismos grupos y la misma riqueza por grupo, aunque
no la misma abundancia.
18. Es necesario pues recurrir a una cuantificación aunque sea relativa de los organismos
presentes a efectos de poder detectar sus preferencias ambientales.
19. Los plecópteros –propios de aguas limpias- solo faltaron en las dos cuencas lecheras.
20. Anélidos, moluscos, anfípodos y Chironomus se concentran en las distintas regiones
sedimentarias, pero también en la cuenca lechera de Florida.
21. El resto de los insectos prefieren en cambio las diferentes regiones cristalinas.
22. En estas regiones también la diversidad de Shannon es en general mayor que en las
sedimentarias, donde alcanza los mínimos en el arroyo Las Piedras.
23. En cambio, la composición de la comunidad sólo diferenció ambas regiones en
diciembre, cuando las estaciones se agruparon por separado. Una vez más la inclusión
de los datos cuantitativos es lo que permite agrupar las estaciones concordantemente
con su pertenencia a las siete regiones preestablecidas.
24. Un agrupamiento similar se encuentra al analizar el fitobentos.
25. El presente informe constituiría el primer registro para el Uruguay de un número
importante de géneros de varios grupos de invertebrados acuáticos, lo que facilitaría la
realización de futuros estudios sobre la diversidad de estos organismos y su uso como
bioindicadores.
26. Por otro lado, se confirma lo hallado en otros estudios en cuanto a la dominancia del
gasterópodo Heleobia y del anfípodo Hyalella en los sistemas dulceacuícolas de
Uruguay no muy contaminados, y de Chironomus en los sitios más afectados.
27. La abundancia de los demás géneros va decreciendo logarítmicamente a medida que
consumen una fracción constante de los recursos remanentes.
28. Lo mismo sucede con la frecuencia de aparición, resultando en muchos géneros
presentes en pocos lugares, y viceversa.
29. Se encontraron pocas especies de diatomeas fitobentónicas y muy variables entre
arroyos.
30. El índice de saprobicidad estimado con muy pocas especies y sin datos de abundancia,
arroja valores intermedios, pero que no coinciden con los demás resultados seguramente
por la necesidad de continuar ajustando esta metodología.
BIBLIOGRAFIA
APHA 1995. Standard Methods for the Examination of Water and Wastewater. American
Public Health Association, Washington.
Arocena R. 1996. La comunidad bentónica como indicadora de zonas de degradación y
recuperación en el Arroyo Toledo (Uruguay). Revista de Biología Tropical 44 (2): 643-
655
Arocena R. 2007. Effects of Submerged Aquatic Vegetation on Macrobenthos in a Coastal
Lagoon of the Southwestern Atlantic. International Review of Hydrobiology 92: 33-47
Arocena R & Conde D. (eds.) 1999. Métodos en Ecología de Aguas Continentales. Con
ejemplos de Limnología en Uruguay. Facultad de Ciencias, Montevideo: 233
Arocena R, D Fabián & J Clemente. 2000. Las causas naturales versus la contaminación
orgánica como factores estructuradores del zoobentos en tres afluentes de una laguna
costera. Limnética 18: 99-113
Branco S.1984. Limnología sanitaria, estudio de la polución de aguas continentales. OEA
Programa Regional de Desarrollo Científico y Tecnológico. Serie Biología 28: 120
Bossi et al. 1998. Carta Geológica de Uruguay 1:500.000. Facultad de Agronomía.
Chalar G. 1994. Composición y abundancia del zoobentos del Arroyo Toledo (Uruguay) y su
relación con la calidad de agua. Revista Chilena de Historia Natural 67: 129-141
Chapman D. 1996. Water Quality Assessments. A Guide to the use of biota, sediments and
water in environmental monitoring. UNESCO-WHO-UNEP. Cambridge: 626
Dodds WK. 2007. Trophic state, eutrophication and nutrient criteria in streams. Trends in
Ecology and Evolution: 22: 669-676
DNRNR 2004. Carta de macrozonificación de los ecosistemas del Uruguay. MGAP
Gómez N. 1998. Use of epipelic diatoms for evaluation of water quality in the Matanza-
Riachuelo (Argentina), a pampean plain river. Wat. Res. 32: 2029-2034
Forstner U & GTW Whitman 1981 Metal Pollution in the Aquatic Environment. Springer
Verlag, Berlin, 486 pp.
Lange-Bertalot H. 1979. Pollution and tolerance of diatoms as criterion of water quality
estimation. Nova Hedwigia 64: 285-304.
Metzelin D, Lange-Bertalot H & García-Rodriguez F. 2005. Diatoms of Uruguay. ARG Gantner
Verlag K.G. Königstein.
Meybeck M. 1979. Concentrations des eaux fluviales en éléments majeurs et apports en solution
aux océans. Revue Géographie Physique. Géologie Dyn. 2: 215-246
MAP-DNRNR-DSA 1976. Compendio de Suelos del Uruguay
Muniz P, Venturini N & Gómez-Erache M. 2004. Spatial Distribution of Chromium and Lead in
the Benthic Environment of Coastal Areas of the Río de la Plata Estuary (Montevideo,
Uruguay) Braz. J. Biol., 64(1): 103-116
Petersen RC. 1992. The RCE: a riparian, channel, and environmental inventory for small
streams in the agricultural landscape. Freshwater Biology 27: 295–306.
Prat N & Ward JW. 1994. The tamed river. En Margalef (ed.) Limnology now: A pardigm of
planetary problems. Barcelona.
Roldán G. & Ramírez JJ. 2008. Fundamentos de limnología neotropical. Universidad de
Antioquia. Medellín.
Sladececk V. 1973. System of Water Quality from the Biological Point of View. Arch.
Hydrobiol. Beih. 7: 1-218
I. CALIDAD ECOLÓGICA DE LOS CURSOS FLUVIALES
200
150
CONDICION RCA
100
50
0
A1
A2
A3
A4
A5
B1
B2
B3
B4
B5
C1
C2
C3
C4
N2
N3
N5
P1
P2
P3
P4
O1
O2
O3
O4
Q1
Q3
Q5
Fig. 2. Análisis de similitud de estaciones por el RCA
Fig. 3. Ancho húmedo y profundidad de los cursos de agua
0
0 5 10 15 20 0 5 10 15 20
2 2
Noviembre de 2007
PROFUNDIDAD
Julio de 2007
1 1
(m)
0 0
0 5 10 15 20 0 5 10 15 20
ANCHO (m) ANCHO (m)
30 30 Marzo de 2007
TEMPERATURA (ºC)
25 25
20 20 abajo
medio
arriba
15 15
0 5 10 15 0 5 10 15
15 30 Noviembre de 2007
Julio de 2007
TEMPERATURA (ºC)
abajo 25
medio
10 arriba
20
5 15
0 5 10 15 20 0 5 10 15
OXIGENO OXIGENO
Fig. 5. Variación horaria de la temperatura del agua
TEMPERATURA (ºC) 30 Diciembre de 2006 30 Marzo de 2007
25 25
20 20
15 15
7:00 10:00 13:00 16:00 19:00 7:00 10:00 13:00 16:00 19:00
20 Julio de 2007 30
Noviembre de 2007
TEMPERATURA
15 25
(ºC)
10 20
5 15
7:00 10:00 13:00 16:00 19:00 7:00 10:00 13:00 16:00 19:00
HORA HORA
Fig. 6. Variación horaria del oxígeno disuelto en el agua (meses como en fig. 5)
15 15
Diciembre de 2006
OXIGENO (mg/L)
10 10
5 5
0
0
7:00 10:00 13:00 16:00 19:00
7:00 10:00 13:00 16:00 19:00
15 15
OXIGENO (mg/l)
10 10
5 5
0 0
7:00 10:00 13:00 16:00 19:00 7:00 10:00 13:00 16:00 19:00
HORA HORA
Fig. 7. Temperatura del agua registrada en las distintas estaciones (en orden cronológico
de arriba a abajo)
30 D i c i e m b re 2 0 0 6 a b a jo
m e d io
a rrib a
TEMPERATURA
25
20
15
A1
A3
A5
O2
O4
Q1
Q5
B1
B3
B5
P1
P3
P5
C1
C3
N3
30 M a rz o d e 2 0 0 7 a b a jo
m e d io
a rrib a
TEMPERATURA (ºC)
25
20
15
A1
A3
A5
O2
O4
Q1
Q5
B1
B3
B5
P1
P3
P5
C1
C3
N3
15 abajo
medio
arriba
TEMPERATURA
10
5
A1
A3
A5
B1
B3
B5
C1
C3
N3
O2
O4
P1
P3
P5
Q1
Q5
30 abajo
medio
arriba
TEMPERATURA
25
20
15
A1
A3
A5
C1
C3
N3
O2
O4
Q1
Q5
B1
B3
B5
P1
P3
P5
Fig. 8. Oxígeno disuelto registrado en las distintas estaciones (en orden cronológico de
arriba a abajo)
12 Abajo
Diciembre de 2006 Medio
10 Arriba
OXIGENO (mg/L)
0
A1
A3
A5
O2
O4
Q1
Q5
B1
B3
B5
P1
P3
P5
C1
C3
N3
12 Marzo de 2007 abajo
medio
10 arriba
OXIGENO (mg/L)
0
A1
A3
A5
O2
O4
Q1
Q5
B1
B3
B5
P1
P3
P5
C1
C3
N3
18 abajo
medio
15 arriba
OXIGENO (mg/L)
12
0
A1
A3
A5
B1
B3
B5
C1
C3
N3
O2
O4
P1
P3
P5
Q1
Q5
18 abajo
medio
15 arriba
OXIGENO (mg/L)
12
0
A1
A3
A5
B1
B3
B5
C1
C3
N3
O2
O4
P1
P3
P5
Q1
Q5
SATURACION DE OXIGENO SATURACION DE OXIGENO
SATURACION DE OXIGENO (%) SATURACION DE OXIGENO (%) (%) (%)
0
40
80
120
160
0
40
80
120
160
0
40
80
120
160
0
40
80
120
160
A1 A1 A1 A1
A3 A3 A3 A3
A5 A5 A5 A5
166,4
B1 B1 B1 B1
B3 B3 B3 B3
B5 B5
Marzo de 2007
B5 B5
C1 C1
Diciembre de 2006
C1 C1
abajo
arriba
abajo
arriba
medio
medio
C3 C3 C3 C3
N3 N3 N3 N3
abajo
arriba
medio
O2 O2 O2 O2
O4 O4 O4 O4
abajo
arriba
medio
P1 P1 P1 P1
P3 P3 P3 P3
P5
Fig. 9. Saturación de oxígeno en orden cronológico de arriba a abajo
P5 P5 P5
Q1 Q1 Q1 Q1
Q5 Q5 Q5 Q5
Fig. 10. Valores de pH del agua en el orden acostumbrado
9
Diciembre de 2007
Abajo
Medio
Arriba
8
pH
C2
7
A1
A3
A5
O2
O4
Q1
Q5
B1
B3
B5
P1
P3
P5
C1
C3
N3
9 Marzo de 2007 abajo
medio
arriba
8
pH
7
A1
A3
A5
O2
O4
Q1
Q5
B1
B3
B5
P1
P3
P5
C1
C3
N3
9 abajo
medio
arriba
pH
7
A1
A3
A5
B1
B3
B5
C1
C3
N3
O2
O4
P1
P3
P5
Q1
Q5
9 abajo
medio
arriba
pH
7
A1
A3
A5
B1
B3
B5
C1
C3
N3
O2
O4
P1
P3
P5
Q1
Q5
Fig. 11. Conductividad eléctrica del agua en el orden acostumbrado
1400
Diciembre de 2006
350
0
A1
A3
A5
O2
O4
Q1
Q5
B1
B3
B5
P1
P3
P5
C1
C3
N3
1400 Marzo de 2007
CONDUCTIVIDAD (uS/cm)
1050
abajo
medio
700 arriba
350
0
A1
A3
A5
O2
O4
Q1
Q5
B1
B3
B5
P1
P3
P5
C1
C3
N3
2000
CONDUCTIVIDAD (uS/cm)
abajo
1500 medio
arriba
1000
500
0
A1
A3
A5
B1
B3
B5
C1
C3
N3
O2
O4
P1
P3
P5
Q1
Q5
2000
CONDUCTIVIDAD (uS/cm)
abajo
1500 medio
arriba
1000
500
0
A1
A3
A5
B1
B3
B5
C1
C3
N3
O2
O4
P1
P3
P5
Q1
Q5
Fig. 12. Transparencia del agua medida con un disco de Secchi
O2
O4
Q1
Q5
C1
C3
N3
A1
A3
A5
B1
B3
B5
P1
P3
P5
0
30
60
90
O2
O4
Q1
Q5
C1
C3
N3
A1
A3
A5
B1
B3
B5
P1
P3
P5
0
30
60
90
Marzo de 2007
120
profundidad
150 (cm) transparencia de Secchi
O2
O4
Q1
Q5
A1
A3
A5
B1
B3
B5
C1
C3
N3
P1
P3
P5
30
60
90
Q1
Q5
A1
A3
A5
B1
B3
B5
C1
C3
N3
P1
P3
P5
30
60
90
1,6
medida in situ
PENDIENTE (%)
0,8
0,4
0
A1 A3 A5 B1 B3 B5 C1 C3 N3 O2 O4 P1 P3 P5 Q1 Q5
Fig. 14. Correlación entre las dos mediciones de pendiente señaladas en la fig. 13.
R2 = 0,7064
1,2 y = 0,5813x + 0,1072
R2 = 0,4941
0,8
0,4
0,0
0 0,4 0,8 1,2 1,6
Pendiente local (%)
Fig. 15. Relación entre las pendientes medias en el mapa e in situ y el tamaño medio de
grano.
Tamaño de grano (mm)
2,0 2,0
1,5 1,5
1,0 1,0
0,5 0,5
0,0 0,0
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 0,0 0,2 0,4 0,6 0,8
Pendiente del mapa (%) Pendiente local in situ (%)
SST / MOS (mg/L) SST / MOS (mg/L) ALCALINIDAD ALCALINIDAD
0
20
40
60
0
20
40
60
0
200
400
600
800
0
200
400
600
800
A1 A1 A1 A1
A3 A3 A3 A3
A5 A5 A5 A5
B2 B2 B2 B2
B4 B4 B4 B4
C3
C1 C1 C1
Julio de 2007
C1
C3 C3 C3 C3
N2 N2 N2 N2
N5 N5 N5 N5
O2 O2 O2 O2
O4 O4 O4 O4
P2 P2 P2 P2
Diciembre de 2006
P4 P4 P4 P4
Q1 Q1 Q1 Q1
SST
Diciembre de 2006
MOS
Julio de 2007
Q5 Q5 Q5 Q5
Fig. 16. Alcalinidad del agua (mg CaCO3/L)
A1 A1
A3 A3 A1 A1
A5 A5 A3 A3
B2 B2 A5 A5
B4 B4 B2 B2
B4 B4
C1 C1
C1 C1
C3 C3
C3 C3
N2 N2
N2
Fig. 17. Sólidos (SST) y materia orgánica (MOS) suspendidos totales
N2
Noviembre de 2007
N5 N5
Marzo de 2007
N5 N5
Marzo de 2007
O2 O2 O2
O2
O4 O4 O4
O4
P2 P2 P2 P2
P4 P4 P4 P4
Noviembre de 2007
SST
MOS
Q1 Q1 Q1 Q1
Q5 Q5 Q5 Q5
Fig. 18. Nitrato
10000 10000
1000 1000
NO3 (ug/l)
100 100
10 10
1 Diciembre 1 Julio
Marzo Noviembre
0 0
C1
C3
N2
N5
A1
A3
A5
B2
B4
C1
C3
N2
N5
O2
O4
P2
P4
Q1
Q5
O2
O4
Q1
Q5
A1
A3
A5
B2
B4
P2
P4
Fig. 19. Amonio
10000 Diciembre 1000 Julio
Marzo Noviembre
1000
100
NH4 (ug/l)
100
10
10
1
1
0 0
C1
C3
N2
N5
O2
O4
Q1
Q5
C1
C3
N2
N5
O2
O4
Q1
Q5
A1
A3
A5
B2
B4
P2
P4
A1
A3
A5
B2
B4
P2
P4
Fig. 20. Nitrógeno total
100000 Diciembre 100000 Julio
Marzo Noviembre
10000 10000
NT (ug/l)
1000 1000
100 100
C1
C3
N2
N5
O2
O4
Q1
Q5
A1
A3
A5
B2
B4
P2
P4
C1
C3
N2
N5
O2
O4
Q1
Q5
A1
A3
A5
B2
B4
P2
P4
1000 1000
100 100
C1
C3
N2
N5
C1
C3
N2
N5
O2
O4
Q1
Q5
O2
O4
Q1
Q5
A1
A3
A5
B2
B4
P2
P4
A1
A3
A5
B2
B4
P2
P4
Fig. 22. Fósforo Reactivo Soluble
800
600 600
400
400
200
200
0
0
C1
C3
N2
N5
O2
O4
Q1
Q5
A1
A3
A5
B2
B4
P2
P4
C1
C3
N2
N5
O2
O4
Q1
Q5
A1
A3
A5
B2
B4
P2
P4
Fig. 23. Silicato
15000 15000
10000 10000
5000 5000
0 0
C1
C3
N2
N5
C1
C3
N2
N5
O2
O4
Q1
Q5
O2
O4
Q1
Q5
A1
A3
A5
B2
B4
P2
P4
A1
A3
A5
B2
B4
P2
P4
Fig. 24. Granulometría (arriba) y composición (abajo) de los sedimentos colectados en
diciembre de 2006 y marzo de 2007.
medio
3
arriba
1 2
0 0
B1 C1 N3 O1 O3
A3
A4
B2
B3
B4
B5
C1
C2
C3
C4
N2
N3
N5
O1
O4
P5
Q3
100% diciembre de 2006 100%
75% 75%
50% 50%
25% 25%
0%
0% B1/1
B1/2
B1/3
C1/1
C1/2
C1/3
N3/1
N3/2
N3/3
O1/1
O3/1
A3
A4
B2
B3
B4
B5
C1
C2
C3
C4
N2
N3
N5
O1
O4
P5
Q3
Q5
grava arena gr ar media ar fina limo grava gruesa ar. media ar- fina limo
Nov-2007
2,0
2 1,8
Selección (phi)
1,6
1
1,4
0 1,2
1,0
-1
0,8
-2 0,6
3 8
c d
7
2
1
Asimetría
Curtosis
0 4
3
-1
2
-2 1
A3
A4
A5
B2
B3
B4
B5
C1
C2
C3
C4
N2
N3
N5
O1
O3
O4
P2
P3
P4
P5
Q1
Q5
Q3
A3
A4
A5
B2
B3
B4
B5
C1
C2
C3
C4
N2
N3
N5
O1
O3
O4
P2
P3
P4
P5
Q1
Q5
Q3
Estaciones Estaciones
Fig. 26. Contenido de materia orgánica en los sedimentos de los arroyos estudiados.
12
0
A1
A3
A5
B2
B4
C1
C3
N2
N5
O2
O4
P2
P4
Q1
Q5
14
MATERIA ORGANICA (%)
12
10 jul-07
nov-07
8
6
4
2
0
C1
C3
N2
N5
O2
O4
Q1
Q5
A1
A3
A5
B2
B4
P2
P4
300
dic-06
mar-07
jul-07
PT (ug/g PF)
200
100
0
A1
A2
A3
A4
A5
B1
B2
B3
B4
B5
P1
P2
P3
P4
P5
C1
C2
C3
C4
N2
N3
N5
O1
O2
O3
O4
Q1
Q3
Q5
Fig. 28. Contenido de Nitrógeno total en los sedimentos
700
600 dic-06
mar-07
NT (ug/g PF) 500 jul-07
400
300
200
100
0
A1
A2
A3
A4
A5
B1
B2
B3
B4
B5
C1
C2
C3
C4
N2
N3
N5
O1
O2
O3
O4
P1
P2
P3
P4
P5
Q1
Q3
Q5
Fig. 29. Contenido de Clorofila a en los sedimentos
30
123,76
dic-06
CLOROFILA a (ug/g PF)
mar-07
20
10
0
A1
A2
A3
A4
A5
B1
B2
B3
B4
B5
P1
P2
P3
P4
P5
C1
C2
C3
C4
N2
N3
N5
O1
O2
O3
O4
Q1
Q3
Q5
Fig. 30. Metales pesados en los sedimentos colectados el 20 de julio de 2007
25 Cromo 50 Plomo
Cobre Zinc
20 40
O3
(mg / kg)
(mg / kg)
15 30
10 20
5 10
0 0
A1
A3
A5
A1
A3
A5
O2
O4
Q1
Q5
O2
O4
Q1
Q5
B2
B4
P3
B2
B4
P3
C1
C4
N5
C1
C4
N5
Figura 31. Distribución de la riqueza genérica del zoobentos entre los arroyos
50 Diciembre de 2007 50 Marzo de 2008
RIQUEZA (Géneros)
40 40
30 30
20 20
10 10
0 0
A1
A3
A5
A1
A3
A5
O2
O4
Q1
Q5
O2
O4
Q3
B2
B4
P2
P4
B2
B4
P2
P4
C1
C3
N2
N5
C1
C3
N2
N5
50 Julio de 2008 50 Noviembre de 2008
RIQUEZA (Géneros)
40 40
30 30
20 20
10 10
0 0
A1
A3
A5
A1
A3
A5
O2
O4
Q3
O2
O4
Q3
B2
B4
P2
P4
B2
B4
P2
P4
C1
C3
N2
N5
C1
C3
N2
N5
Tabla 9. Composición taxonómica del zoobentos encontrado en los cuatro muestreos
Phylum Clase Orden Familia / Género Phylum Clase Orden Familia / Género
ANNELIDA MOLLUSCA
Oligochaeta Pelecypoda
Haplotaxida Eulamellibranchia/Veneroidea
Naididae / Pristinella Sphaeridae/Pisidiidae
Pristina Byssanodonta
Dero Eupera
Allonais Corbiculidae / Corbícula
Haemonais Pomacea
Amphichaeta Pisidium
Homochaeta Unionoida Hyriidae / Diplodon
Tubificidae / Tubifex Gastropoda Pulmonata
Limnodrilus Basommatophora
Phreodrilidae / Phreodrilus Ancylidae / Género X
Hirudinea Hydrobiidae/Heleobia
Hirudiniformes/Glossiphoniiformes Potamolithus
Macrobdellidae/Glossiphoniidae Planorbidae / Gen.1
Hellobdela Drepanotrema
Batracobdella Antilorbis
Biomphalaria
Acrorbis
Physidae / Género X
Phylum Clase Orden Familia / Género
ARTHROPODA Palaemonidae / Macrobranchium
Crustacea Paleomonetes
Malacostraca Aeglida/Aegla platense
Amphipoda / Hyalellidae / Hyalella Isopoda / Aegidae/
Decapoda Pseudosphaeroma
Baetis
Helobdella
Helobdella
Nimbo-
cera Simulium Biompha-
Baetis Hyalella
laria
Nimbocer
Paragri- a
Hyalella
popteryx
Heleobia Chirono-
mus Heleobia
Chirono-
Caenis mus Caenis
1000 1000
ABUNDANCIA
ABUNDANCIA
100 100
10 10
1 1
GENEROS GENEROS
ABUNDANCIA
1000 1000
100 100
10 10
1 1
GENEROS GENEROS
Fig. 34. Distribución de la frecuencia de aparición por género
0,8 Diciembre de 2006 0,8 Marzo de 2007
Heleob. Heleob.
FRECUENCIA
0,6 0,6
FRECUENCIA
Caenis Hellobd.
Hyalella Biomph.
0,4 0,4
Dero Gundl.
0,2 0,2
0 0,0
GENEROS GENEROS
0,8 Julio de 2007 0,8 Noviembre de 2007
Hyalella
FRECUENCIA
Hyalella 0,6
FRECUENCIA
0,6 Caenis
Caenis
Baetis Baetis
Heleobia 0,4 Heleobia
0,4
0,2
0,2
0,0
0,0
GENEROS
GENEROS
DIVERSIDAD DE SHANNON DIVERSIDAD DE SHANNON DIVERSIDAD DE SHANNON DIVERSIDAD DE SHANNON
(bits/ind) (bits/ind) (bits/ind) (bits/ind)
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
3,5
4
4,5
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
3,5
4
4,5
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
3,5
4
4,5
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
3,5
4
4,5
A1 A1 A1 A1
A3 A3 A3 A3
A5 A5 A5 A5
B2 B2 B2 B2
Figura 35. Diversidad de Shannon (log2)
B4 B4 B4 B4
Marzo 2007
Julio de 2007
C1 C1 C1 C1
Noviembre de 2007
C3 C3
C3 C3
N2 N2
N2 N2
Diciembre de 2006
N5 N5
N5 N5
O2
O2 O2 O2
O4
O4 O4 O4
P2
P2 P2 P2
P4
P4 P4 P4
Q1
Q3 Q3 Q3
Q5
Fig. 36. Agrupamiento de las estaciones por presencia o ausencia de géneros del zoobentos en
el orden acostumbrado de arriba a abajo.
Fig. 37. Agrupamiento de las estaciones por la abundancia de los géneros de zoobentos
(Distancia de Bray-Curtis) en los cuatro muestreos, de arriba abajo (sigue en la página
siguiente)
Fig. 38. Riqueza específica del fitobentos por estación en diciembre de 2006.
30
RIQUEZA ESPECIFICA
20
10
0
A1 A2 A3 A4 B2 B3 B4 B5 C1 C2 C3 C4 N2 N5 O1 O2 O3 O4 P1 P2 P3 P4 Q1 Q3 Q5
Tabla 6. Composición específica del fitobentos en todas las estaciones en diciembre de 2006.
15
FRECUENCIA
10
0
0 20 40 60 80 100
ESPECIES