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I.

CALIDAD ECOLÓGICA DE LOS CURSOS DE AGUA

INTRODUCCIÓN

La contaminación de los ríos y arroyos del Uruguay es principalmente contaminación con


materia orgánica y nutrientes inorgánicos (detergentes, fertilizantes). En ocasiones es puntual y
de origen urbano e industrial, pero la más extendida espacialmente es de origen agropecuario y
carácter difuso. Este tipo de contaminación puede ocasionar riesgo sanitario, problemas
estéticos y pérdida de la biodiversidad de ecosistemas y especies. Por ello es importante una
evaluación permanente de la calidad del agua, que permita preservar estos sistemas y así
conciliar los objetivos de conservación con los de desarrollo económico.
La evaluación continua de los sistemas acuáticos se realiza en muchos países mediante
programas de monitoreo sistemático, periódico y estandarizado. Los sitios de muestreo pueden
variar entre los arroyos pequeños –más numerosos y en mayor contacto con el medio terrestre
que drenan- y los grandes ríos – más visibles para la mayoría de la población que los utiliza en
forma más directa. Además del agua, otros sustratos pueden ser de interés para evaluar el estado
del sistema acuático. Este incluye a los sedimentos del fondo, las orillas y la vegetación riparia,
así como los organismos que viven en ellos, que son utilizados como bioindicadores.
El uso sistemático de bioindicadores se ha desarrollado mucho en los países desarrollados
en los últimos años por su confiabilidad, ya que es una medida directa de uno de los principales
componentes de los ecosistemas (el biológico) y principalmente gracias a métodos recientes de
evaluación rápida. Es recomendable considerar más de una comunidad biológica, ya que las
respuestas a la contaminación varían según las distintas formas y ciclos de vida. Los
invertebrados y las algas del fondo (zoobentos y fitobentos) son los grupos más usados como
bioindicadores, seguidos de los peces y las macrófitas. Su permanencia en el medio les permite
integrar en el tiempo las eventuales alteraciones del mismo. Las medidas físicas y químicas en
cambio reflejan -aunque de modo más preciso-, el estado instantáneo del sistema, dependiendo
del momento en que son tomadas. Por tal motivo se deben considerar ambos tipos de
indicadores al diseñar un sistema de evaluación.
Así mismo, el concepto de calidad ecológica de los cursos atiende la integridad del sistema,
más allá de la calidad del agua, incluyendo el estado de la vegetación riparia y acuática hasta la
diversidad de microhábitats en el canal, pasando por la firmeza de las orillas, la sucesión de
meandros con sus pozas y rápidos, o la conformación del sedimento.
En nuestro país aún no se ha implementado un sistema de monitoreo, y mucho menos el uso
de bioindicadores . Sin embargo, se han realizado algunas experiencias académicas aisladas
sobre éstos. Entre ellas debemos incluir la tesis de licenciatura de Falcón (1993) sobre el bentos
de la bahía de Maldonado y los informes del puerto de Juan Lacaze (Cardezo et al. 1989) y del
río Santa Lucía (Yorda & Andrés 1991). También en esta categoría podemos incluir un informe
sobre los afluentes de la Laguna de Rocha (Arocena et al. 1996) y posterior publicación
(Arocena et al. 2000). Tal vez el primer trabajo publicado sobre el tema sea el de Pintos et al.
(1992) realizado en las costas de Paysandú. Todos los demás antecedentes relevados se refieren
al arroyo Toledo. Incluyen una primera comunicación (Arocena & Chalar 1989), una tesis de
licienciatura (Chalar 1991) luego profundizada por Chalar (1994), una monografía (Fierro 1991)
y una tesis de maestría (Arocena 1991), origen de dos publicaciones (Arocena 1996 y 1998).
Todos estos trabajos se refieren al zoobentos, pero Arocena & Mazzeo (1994) también estudian
las macrófitas acuáticas en el mismo arroyo.
El objetivo del trabajo presentado en este capítulo corresponde al primer componente del
convenio entre la DINAMA y la Facultad de Ciencias: Evaluar la calidad de agua en cursos
fluviales de la cuenca del Santa Lucía mediante el uso de bioindicadores. Para ello se
determinan también los principales parámetros físicos y químicos del agua y sedimento, y se
evalúa la calidad del canal y del ambiente circundante.
METODOLOGÍA

Las estaciones de muestreo consistieron en tramos de arroyos vadeables (orden 2 a 4) de


aproximadamente 50 m de largo y su entorno. En ellos se realizaron observaciones del paisaje
circundante, el valle de inundación y la zona riparia, además de las condiciones del canal y los
sedimentos. En todos los arroyos enlistados en el apartado anterior (tabla 4) excepto P5, se
realizó una evaluación de su condición física y biológica mediante un Inventario de Riberas,
Canal y Ambiente (RCA). Para ello se aplicó un formulario adaptado del propuesto
originalmente por Petersen (1992), que quedó compuesto por 13 ítems (tabla 1). Cada una de las
mismas contiene hasta 4 opciones con diferente puntaje según el grado de alteración del
ambiente.

Tabla 1. Observaciones realizadas para evaluar la condición física y biológica del canal,
ribera y ambiente (RCA, adaptado de Petersen 1992)

1) Uso suelo inmediato al canal 8) Estabilidad de las orillas


2) Ancho de la zona riparia 9) Tipo y cobertura de las piedras
3) Integridad de la zona riparia 10) Tipo de sustrato
4) Vegetación de la zona riparia 11) Sucesión de rápidos y pozas
5) Objetos atravesados en el canal 12) Tipo de vegetación acuática
6) Estructura del canal (W/Z) 13) Tipo de detritos
7) Sedimentos en el canal

Se efectuaron cuatro muestreos estacionales en diciembre de 2006 y en marzo, julio y


noviembre de 2007. En cada tramo se muestrearon tres sectores: los extremos aguas abajo y
aguas arriba y al medio, de manera de contemplar la variabilidad interna de los distintos
parámetros en cada tramo. En cada sector se determinó el ancho húmedo y la profundidad del
curso y se determinó la transparencia del agua con un disco de Secchi de 20 cm de diámetro y
su temperatura, pH, conductividad y oxígeno disuelto con sensores Horiba. Se tomaron
muestras integradas de sedimento de los tres sectores para determinar su granulometría y
contenido de materia orgánica (MO), Nitrógeno y Fósforo totales (NT y PT), clorofila a y en
julio de 2007 para metales pesados. Se tomaron muestras de agua también integradas para su
análisis químico en el laboratorio, donde se determinaron los sólidos suspendidos totales (SST)
y su contenido de MO (MOS), la alcalinidad y los nutrientes: NO3, NH4, NT, PO4, PT y Si.
Estos análisis fueron realizados por los métodos estándar (APHA 1995, Arocena & Conde
1999). Las determinaciones de metales pesados fueron realizadas en el Laboratorio Ambiental
de la DINAMA. Los restantes, en la Secciones Limnología y Oceanografía de la Facultad de
Ciencias.
En noviembre se realizaron determinaciones in situ de la pendiente del canal entre los
extremos del tramo de muestreo por medio de una escala y un teodolito en 14 arroyos, y
también sobre la carta topográfica de Uruguay 1:50,000 del IGM, midiendo la distancia sobre el
curso entre las dos isolíneas más próximas a cada extremo en todos los arroyos. Posteriormente
se compararon ambos resultados.
Se tomaron muestras del zoobentos y del fitobentos para su determinación taxonómica y
cuantificación. El zoobentos fue colectado con una red de mano en forma de D acostada. La red
se pasó por el fondo de cada sector durante 1 minuto, recorriendo los diferentes microhábitats
(limo, arena, grava, macrófitas) un tiempo proporcional a la extensión de cada uno de los
mismos. Las muestras de cada sector se preservaron separadas en alcohol 70% hasta su
procesamiento en el laboratorio, donde los organismos se separaron de detritus y sedimentos, e
identificaron a nivel de género siempre que fuera posible. Se determinó la riqueza genérica,
abundancia relativa, diversidad de Shannon (log2), distribución de abundancias y de frecuencias.
Se realizó un análisis de similitud de Jaccard, en base a datos de presencia y ausencia, y uno de
distancia euclidiana con los valores de abundancia log-transformada.
El fitobentos fue muestreado en 25 arroyos, integrando las muestras de sitios someros (<50
cm) de los tres transectos. No se muestrearon A5, B1 ni N3 por dificultades metodológicas. En
sustrato limoso se extrajo el epipelon con una pipeta de 25 mL. En arena (epipsammon) se
utilizó un corer de 3 cm de diámetro. En sustrato rocoso se raspó el epiliton de un área de 85 x
54 mm con espátula o cepillo. Las muestras fueron fijadas con Lugol 7% y transportadas en frío
hasta el laboratorio.
Se colocaron entre 5 y 10 mL de muestra homogeneizada en tubos de ensayo. La cantidad
de muestra varió según su contenido de materia orgánica, tipo de sedimento y clase y
concentración de diatomeas presentes. Para la oxidación se utilizó H2O2 de 200 volúmenes en
una proporción 2:1 y calor a baño maría a aproximadamente 80 ºC por un tiempo variable. Una
vez oxidadas las muestras, se centrifugaron por 45 minutos a 4000 rpm. Luego se retiró el
sobrenadante y sustituyó por agua destilada. Para el análisis cualitativo las muestras frescas
fueron observadas con microscopio óptico Olimpus BX40 a un aumento de 100x y se tomaron
fotografías con una cámara Nikon Coolpix S4. Para la identificación de especies se utilizaron
claves. Se determinaron los mismos parámetros de la comunidad bentónica.

RESULTADOS

1) Inventario de Riberas, Canal y Ambiente (RCA)


La condición de cada arroyo según este indicador varió entre 54 (B2) y 195 (O1) puntos
(media 119) sobre un máximo posible de 295 (fig. 1). Otras estaciones con una condición alta
fueron O2, P1 y P4 y con los menores valores A4, N5 y B5. Todas las regiones presentaron
estaciones con alta y con baja condición RCA, excepto en C (118-150) que fueron todas
mayores a las N (66-94). El análisis de agrupamiento basado en las 13 características evaluadas
(fig. 2) resultó en la formación de solo tres pares de estaciones de la misma región: P1-P4 con
93% de similitud euclidiana, N2-N3 (88%) y C1-C3 (79%). También por esta vía se agruparon
todas las estaciones C. Las estaciones A1, B4 y O2 resultaron agrupadas como las más
diferentes al resto.

2) Parámetros físico-químicos del agua


a) ancho húmedo y profundidad máxima del canal (fig. 3)
Los sectores de arroyo muestreados presentaron una amplia gama de valores de ancho
húmedo, desde 1 m hasta 20 m en diciembre de 2006 o hasta 10-15 m en los muestreos de 2007.
Sin embargo, el 80% de los sectores tuvo menos de 5 m en los tres primeros muestreos. Lo
mismo sucedió con la profundidad máxima, que varió entre 10 cm y más de 2 m (máximo valor
que se pudo medir). La gran mayoría (90%) presentó profundidades menores al metro.
Si bien ambos parámetros morfométricos resultaron correlacionados en diciembre
(p<0.05), marzo (p<0.01) y noviembre (p<0.01) esto fue debido a que los pocos cursos muy
anchos fueron también los más profundos. Por otra parte, la mayoría de los arroyos mostraron
una gran variación de estos parámetros dentro del tramo analizado.

b) temperatura y oxígeno (fig. 4)


La temperatura del agua varió en ambas primaveras entre 15 y 30 ºC, en marzo entre 18
y 29 ºC y en julio entre 7 y 15 ºC. El oxígeno lo hizo ampliamente: en julio entre 6 y 18 mg/L y
los otros muestreos, entre 1 y 14 mg/L. La correlación entre ambos parámetros en diciembre y
marzo (p<0.01) indica su covariación debida a la hora de los muestreos, tal como lo sugieren las
gráficas de temperatura y de oxígeno vs. hora de muestreo (figs. 5 y 6 ) para esos muestreos y
también noviembre de 2007, aunque en esta ocasión no mostraron tal correlación.
En general la variación térmica entre sectores dentro de cada tramo fue menor que la
variación entre arroyos (fig. 7). Los casos en que no fue así pueden explicarse por una cobertura
irregular del dosel vegetal, sumada a una poca circulación del agua. Aunque no contamos con
datos de velocidad de corriente, se observó que la misma era en general nula o muy baja. Por el
contrario, al observar la variación de la temperatura entre estaciones dentro de las regiones, no
resultan diferencias entre éstas (fig. 7).
El oxígeno disuelto (fig. 8) mostró en todos los meses los mayores valores (>5 mg/L) en
B1, B5, N2, O3, O4 y P1 a P5. P3 estuvo sobresaturado en todas las ocasiones (fig. 9). Los
mínimos valores (<3 mg/L) se registraron –excepto en julio-, en A1, A5, B3, B4 y C2. En julio
todas las estaciones tuvieron más del 60% y más de 6 mg/L de oxígeno disuelto.
Exceptuando el mes de julio, este parámetro mostró en general un mismo patrón de
variación entre sitios, lo que es confirmado por las correlaciones (p<0.01) entre los valores de
diciembre, marzo y noviembre. Los valores de saturación de oxígeno mostraron un patrón de
variación entre estaciones muy similar a los valores absolutos (fig. 9).

c) pH y conductividad
La casi totalidad de los valores de pH (fig. 10) variaron entre 7.5 y 8.0 u 8.5 en marzo.
En general se registró poca diferencia dentro de cada tramo. Pero las diferencias entre arroyos
fueron mayores que entre regiones, excepto tal vez en P con valores algo mayores al resto salvo
en julio. Este parámetro no mostró ningún patrón horario a diferencia de lo sucedido con la
temperatura y el oxígeno, ni repite un patrón espacial como lo hizo el oxígeno.
La conductividad (fig. 11) presentó una gran variación: de 100 a 1700 uS/cm. En todos
los casos los menores valores correspondieron a P y O, y los mayores a A, B y C. También
existió bastante variación entre arroyos de una misma región. El mismo patrón de variación
entre sitios se repitió en todos los muestreos, los que resultaron espacialmente correlacionados
(p<0.01).

d) transparencia
En la gran mayoría de los casos la transparencia de Secchi (fig. 12) llegó al fondo de los
cursos (N, O, P). No lo hizo únicamente cuando estos fueron excesivamente profundos en A y
C, y en tales casos no superó los 60 cm en diciembre y julio, y los 100 cm en marzo y
noviembre, ambos valores registrados en A3.

e) pendiente del canal


Las medidas in situ variaron entre 0,03 y 1,55% (media 0.49%), y las obtenidas del mapa
entre 0,03 y 1,47% (media 0,31%). La máxima pendiente se registró en P2 seguida de O4, y en
general las P tuvieron mayor pendiente que el resto, donde se dan situaciones diversas (fig. 13).
Los resultados obtenidos por ambos métodos estuvieron correlacionados (p<0.01) pero sólo en
algunos casos fueron similares (fig. 14). Ninguno de los dos datos de pendiente se correlacionó
con el tamaño medio de grano del sedimento (fig. 15).

3) Análisis químico del agua

a) alcalinidad, sólidos y materia orgánica suspendidos


La alcalinidad (fig. 16) presentó en general mayores valores (100-660 mg/L) en las
cuencas sedimentarias A, B y C, así como en N, que en las otras cuencas no sedimentarias (60-
300 mg/L) salvo excepciones. Sin embargo B1 y C2 presentaron en general alcalinidades
similares a las del segundo grupo, donde a su vez Q5 tuvo el valor más alto en las cuatro
ocasiones y similar a los del primer grupo.
Los sólidos suspendidos totales (fig. 17) en diciembre (media 12.5 mg/L) estuvieron por
debajo de los 20 mg/L excepto en tres estaciones, y por debajo de 10 mg/L en N, O y P, Q1 y
Q5. En marzo (media 13 mg/L) seis estaciones superaron los 20 mg/L y en noviembre (media
23 mg/L) ocho –pero solo B5 se repite las tres veces-, mientras en julio (media 8 mg/L) ninguna
estación superó los 20 mg/L. En general se registraron valores mayores en A, B y C en todos los
muestreos, excepto julio.
La materia orgánica suspendida representó en diciembre (fig. 17, media 4.9 mg/L) en
promedio un 46% de los sólidos suspendidos y ambos parámetros estuvieron correlacionados
(p<0.005). En marzo (media 5.3 mg/L) se distribuyó de forma similar a como lo hizo en
diciembre. Lo mismo sucedió en julio (media 3.9 mg/L) y noviembre (media 12.4 mg/L)

b) Nitrógeno, fósforo y silicatos


En diciembre, las estaciones A5, C4, P5 y Q1, presentaron los mayores valores de
NO 3 (1.4-3.2 mg/L) (fig. 18) y A5, B2 y C3 los de NH4 (2-3 mg/L) (fig. 19). El resto de
las estaciones presentaron valores inferiores a los 0.6 mg/L de NH4 y 0.4 mg/L de NO3. La
mayoría (22 en 28) tuvieron menos de 0.15 mg/L de NH4. En marzo también C4, P5 y Q1
presentaron valores de NO3 (0.8-2.5 mg/L) mucho mayores al resto, donde fueron inferiores a
0.3 mg/L. Todas las estaciones tuvieron menos de 0.45 mg/L de NH4, y la mayoría (22) menos
de 0.04 mg/L. En julio C4 y A5, y en noviembre B2, C3 y A5 registraron los mayores valores
de NO3, por encima de 0.7 mg/L. En estos dos meses se observaron valores de NO3 mayores y
más variables en A, B y C que en el resto de las estaciones. Lo mismo sucedió con el NH4, que
presentó los máximos de julio en C4 y los de noviembre en A5, B2 y B1 (>86 µg/L).
Si en diciembre excluimos A5, con 17.3 mg/L de nitrógeno total (NT), el resto de las
estaciones tuvieron menos de 6.6 mg/L de NT. Todas las N, O y P excepto P5 tuvieron menos
de 2.0 mg/L de NT.También Q5 y Q1 superaron este valor (fig. 20). En marzo fue B2 la
estación que sobresalió con 13.6 mg/L de NT, mientras el resto tuvo menos de 5 mg/L. También
aquí todas las N, O y P excepto P5 tuvieron valores menores (<1.5). En julio y noviembre
también B2 y P5 tuvieron los mayores registros de NT. Otras estaciones con valores altos
fueron Q1, C3 y C4 en julio y A5 y Q5 en noviembre. Sin embargo, en estos meses no se
observan las dos zonas mencionadas.
En diciembre y marzo, A5, B2 y C3 tuvieron los mayores contenidos de fósforo total
(PT, 1.0-1.6 mg/L) y PO4 (0.6-1.1 mg/L). El resto tuvo menos de 1 mg/L de PT y de 0.6 mg/L
de PO4 (figs. 21 y 22) . La misma situación se repitió en julio y noviembre. Nuevamente N, O y
P excepto P5, tuvieron los valores más bajos (<0.2 mg/L de PT y <0.1 de PO4) en todos los
muestreos.
El SiO2 se comportó diferente a los parámetros anteriores (fig. 23). Varió entre 0.7 en
diciembre y 24 mg/L en julio y noviembre, con promedios de 7.4, 9.0, 9.1 y 8.3 mg/L en los
cuatro meses. No se observó un patrón de distribución consistente ni relacionado con la
geología o el suelo.

4) Sedimentos
a) Granulometría
En las 17 muestras analizadas en diciembre, el tamaño medio de grano varió entre 0.2 y
1.7 mm que corresponden a arena media y gruesa respectivamente (fig. 24). En general N y O
tuvieron sedimento más grueso (>1 mm). Todas las estaciones presentaron mayoritariamente
arena, excepto N5, donde dominó la grava. La fracción limosa fue siempre pequeña. Los
sedimentos resultaron pobremente seleccionados.
También en marzo el sedimento en N3 (transectos arriba, medio y abajo), O1 y O3 fue
más grueso (>1.4 mm) que en los tres transectos de B1 y C1 (<0.9 mm). En los primeros
dominó la grava y en los segundos la arena.
La tabla 2 muestra el tamaño medio de grano expresado en unidades phi (∅), la
selección, asimetría y curtosis de las muestras de sedimento superficial colectadas en diciembre
de 2006 y noviembre de 2007. De acuerdo con el tamaño medio de grano se observan dos
grupos de estaciones. Las muestras correspondientes a las regiones A, B y C presentaron una
dominancia de tamaños de grano finos (limos, arena fina y media), mientras que en las
estaciones correspondientes a las regiones N, O, P y Q, en ambos muestreos se encontraron
mayores tamaños de grano (arena muy gruesa, gruesa, y media) (tabla 2, fig. 25a).
Los valores de selección presentaron en el 97% de las estaciones sedimentos
pobremente seleccionados (1-2). En noviembre de 2007 las estaciones C4 y B5 mostraron
sedimentos muy pobremente seleccionados (2-4) y O3 , moderadamente seleccionados (0.5-1)
(fig. 25b). Estos resultados muestran una importante variedad de clases granulométricas.
Durante ambos muestreos, los sedimentos de las regiones N, O, P y Q presentaron
distribuciones asimétricas positivas (cola de materiales muy finos en poca cantidad). En las
regiones A, B y C en diciembre de 2006, la mayoría de las estaciones mostraron distribuciones
negativas (cola de material grueso en poca cantidad), mientras que en noviembre la mitad de las
estaciones presentó exceso de material grueso y la mitad de finos (tabla 2, fig. 25c). Los valores
de curtosis muestran curvas muy a extremadamente leptocúrticas (tabla 2, fig. 25d).
b) Materia Orgánica
La materia orgánica de los sedimentos en los cuatro muestreos (tabla 3) mostró una
variación entre 0.12% en Q1 en marzo y 13.13% en O2 en noviembre. El promedio de todas las
estaciones en todos los muestreos estuvo entre 2 y 3%. El promedio anual mínimo se encontró
en O3 (0.28%) y el máximo (11.38%) en O2. En todos los muestreos las estaciones presentaron
una importante variación estacional aunque similares patrones (fig. 26), con los mayores
contenidos en O2 (Sarandí Chico) seguidos de las estaciones ubicadas en las cuencas media y
baja (A, B y C). Los menores contenidos de materia orgánica se observaron en cuencas ubicadas
en las zonas alta y media, excepto O2 , las que mostraron una menor variabilidad estacional (fig.
26)
Todos los muestreos resultaron muy altamente (p<0.001), o altamente correlacionados
(diciembre de 2006 con julio de 2007, p<0,01). El contenido de materia orgánica resultó
inversamente correlacionado con el tamaño de grano en diciembre de 2006 (r = -0,669,
p<0.001), pero no en noviembre de 2007 (r=0.2737).

Tabla 2. Tamaño medio de grano (Mz en unidades ∅),selección (S∅), asimetría (Sk) y curtosis (K)
en diciembre de 2006 y noviembre de 2007.

Dic-06 Nov-07
Mz Sø Sk K Mz Sø Sk K
A3 -0.02 1.75 0.78 2.90 -1.18 1.84 1.92 5.40
A4 3.17 1.43 -1.08 3.18 -0.21 1.71 1.09 3.57
A5 3.23 1.63 -1.32 3.36 3.06 1.72 -1.19 3.01
B2 -0.32 1.35 0.94 3.7 ND ND ND ND
B3 2.23 1.69 -0.28 1.98 -1.30 1.73 1.67 7.15
B4 3.05 1.69 -1.26 3.35 3.64 1.05 -1.59 4.00
B5 3.31 1.52 -1.69 4.79 0.07 2.04 0.46 1.95
C1 0.24 1.74 0.52 2.62 1.14 1.55 -0.44 2.39
C2 3.21 1.57 -1.27 3.36 ND ND ND ND
C3 1.29 1.85 0.43 1.87 ND ND ND ND
C4 3.25 1.61 -1.41 3.64 1.85 2.20 -0.30 1.71
N2 -0.47 1.57 0.74 2.69 -0.45 1.66 0.72 2.49
N3 -0.24 1.69 1 3.45 -0.59 1.5 1.01 3.44
N5 -0.51 1.45 1.03 3.49 -0.16 1.22 1 4.35
O1 -0.23 1.6 1.24 4.09 -1.24 1.53 1.83 5.28
O3 -0.15 1.63 1.07 3.69 -0.38 0.76 0.03 3.55
O4 ND ND ND ND 0.41 1.54 0.66 3.23
P2 ND ND ND ND -1.19 1.27 1.34 3.9
P3 ND ND ND ND -0.78 1.53 1.31 4.17
P4 ND ND ND ND -1.01 1.26 1.03 3.31
P5 1.6 1.3 0.03 1.64 ND ND ND ND
Q1 0.24 1.35 0.64 3.88 -0.41 1.63 0.62 2.9
Q5 -0.60 1.20 0.24 2.53 0.60 1.48 1.00 3.48
Q3 0.26 1.39 0.56 3.03 -0.13 1.67 0.67 2.85

c) Fósforo y Nitrógeno
El contenido de PT en los sedimentos (fig. 27) varió entre 1 y 297 µg/g de peso fresco,
ambos valores en julio. Los valores medios fueron 25 µg/g en diciembre, 35 µg/g en marzo y 74
µg/g en julio). Se observaron en general valores algo menores en N, O, P y Q que en A, B y C.
Si bien en diciembre y marzo los patrones de distribución entre estaciones son similares
(R2=0.516), esto no vuelve a suceder en julio. El contenido de NT (fig. 28) varió entre 24 y 665
ug/g PF, ambos valores también en julio. Las medias fueron de 142 ug/g en diciembre, 181 ug/g
en marzo y 242 ug/g en julio). En general se observan valores menores en P que en las otras
regiones, pero el patrón de distribución no se repite tan claramente. Los valores de PT y NT de
los tres muestreos juntos están correlacionados (r=07105, p<0.001).

d) Clorofila a
La clorofila a en el sedimento (fig. 29), varió en marzo de 0.09 (A1) a 6.5 µg/g de peso
fresco (P2). Sin embargo, un 90% de las estaciones tuvo menos de 4 µg/g PF y el 75% de las
estaciones menos de 2 µg/g PF.

e) Metales pesados
En las 25 estaciones analizadas resultaron indetectables el cadmio (<0.5 mg/kg) y el
mercurio (<0,1 mg/kg). En seis de ellas tampoco fueron detectables el cobre (<10 mg/kg),
cromo, plomo y zinc (<5 mg/kg). Los valores máximos de Cr, Pb y Zn se registraron en O2,
donde el Cu alcanzó 20 mg/kg (fig. 30). El máximo de éste fue en C3 y B3 con 21 mg/kg.
También en B3 el Pb igualó el máximo de O2 (8.7 mg/kg).

Tabla 3. Contenido de materia orgánica (%) en los sedimentos de arroyos y cañadas (Cª) de la
cuenca del Río Santa Lucía.

Estac. Arroyo Dic-06 Mar-07 Jul-07 Nov-07


A1 Cª Valenzuela 3.79 1.17 1.81 2.37
A2 Cª Bcas Coloradas 2.46 2.75 2.83
A3 Cª Martínez 0.40 2.17 3.63 5.54
A4 Pedernal Chico 5.10 3.89 4.60 1.94
A5 Canelón Grande 5.45 4.04 3.06 5.90
B1 Cª del Dragón 3.44 0.56 2.53 1.22
B2 Las Piedras 0.61 2.15 0.44 0.59
B3 Canelón Chico 2.07 3.21 0.93 5.46
B4 Gigante 4.75 6.23 2.32 3.83
B5 Cª de la Quinta 6.17 1.55 0.95 1.42
C1 Sarandí Gde. 0.37 0.45 0.33 0.58
C2 Gregorio 6.86 4.15 6.29
C3 Cagancha 10.94 10.51 3.24 9.32
C4 Cª la Paja 3.27 4.49 1.99 1.13
N2 Chamizo Grande 0.51 0.41 0.18 0.83
N3 Chamizo Chico 0.83 0.71 0.40 0.93
N5 Mendoza 1.58 4.32 0.47 1.22
O1 San Gerónimo 1.14 0.61 1.01 0.70
O2 Sarandí Chico 9.23 11.00 12.17 13.13
O3 Talita 0.52 0.16 0.30 0.14
O4 Tornero Chico 1.65 7.40 8.00 1.30
P1 San Francisco 1.43 1.15 2.32 0.33
P2 Campanero Chico 0.55 1.74 0.84 1.14
P3 Perdido Chico 0.48 2.11 0.37 0.63
P4 Perdido 0.58 0.20 0.77 1.15
P5 San Francisco 4.99 0.16
Q1 La Pedrera 0.39 0.12 0.34 0.33
Q3 Sauce de Berdías 0.19 0.33 0.76 0.66
Q5 Cª de las Piedras 0.67 3.13 3.06 0.38

5) Zoobentos

a) Riqueza genérica
Se encontraron entre 106 géneros en julio y 145 en marzo de un total de 211 géneros
entre los cuatro muestreos (tabla 4). Sólo una quinta parte de los géneros estuvo presente en los
cuatro muestreos. El promedio de géneros por estación fue mínimo en diciembre (8,8) y
máximo en marzo (12,5), mientras que las máximas riquezas por estación variaron entre 20
géneros en noviembre y 32 géneros también en marzo. Ambos máximos ocurrieron en diversas
estaciones, pero se repite N2 con las mayores riquezas en marzo y noviembre.

Tabla 4. Abundancia y riqueza bentónicas en los diferentes muestreos realizados.


Diciembre Marzo Julio Noviembre
Individuos colectados (N) 5066 6621 5380 5743
Riqueza en géneros (S) 134 145 106 116
S media por estación 8,8 12,5 10,3 9,3
N máxima por estación 301 392 183 253
Muestra con máxima N N2/1 B2/2 P2/1 N2/1
S máxima por estación 21 32 25 20
Muestra con máx.S O2/3 N2/3 A2/3 A4/2-N2/1
Géneros más abundantes Heleobia Heleobia Simulium Hyalella
Hyalella Chironomus Hyalella Heleobia
Chironomus Macrobrachium Chironomus Caenis
Caenis Chironomus

No se observaron diferencias entre las regiones, ya que todas ellas tuvieron estaciones
con alta y baja riqueza de géneros (fig. 31). La estación B2 fue siempre la que tuvo menor
cantidad de géneros (6-12), pero no hay otro patrón espacial y las riquezas de los distintos
arroyos no se correlacionaron entre meses.

b) composición
La fauna de macroinvertebrados (tabla 5) estuvo compuesta por 211 géneros de:
anélidos –oligoquetos e hirudíneos-, moluscos –pelecípodos y gasterópodos-, crustáceos
malacostracos y nueve órdenes de insectos. Los oligoquetos incluyeron siete géneros de
naididos, Tubifex, Limnodrilus y Phreodrilus. Los hirudíneos, cuatro géneros de glosifónidos.
Los pelecípodos, seis géneros de tres familias y los gasterópodos, diez géneros de cinco
familias. Los malacostracos incluyeron cinco géneros. Se encontraron 14 géneros de
efemerópteros, dos plecópteros, 41 odonatos, 33 coleópteros, 21 hemípteros, 17 tricópteros, 46
dípteros, el megalóptero Corydalus y un lepidóptero.

c) abundancia relativa (fig. 32)


De los individuos encontrados en diciembre, 22% fueron gasterópodos Heleobia, 13%
anfípodos Hyalella, y 11% Chironomus. Del resto, ningún género superó el 5% de la
abundancia. En marzo, Heleobia constituyó el 12%, Chironomus el 8% y el decápodo
Macrobrachium el 5.5 % de los 6621 individuos identificados. En julio, Simulium, Hyalella y
Chironomus representaron el 9% cada uno y Caenis el 8%. En noviembre, Hyallella predominó
con el 16% seguida de Heleobia 13%, Caenis 11% y Chironomus 9%.

d) distribución de abundancias
La distribución de abundancias por género (fig. 33) resultó ser de tipo logarítmico y mostró en
todas las fechas aproximadamente la mitad de los géneros con menos de diez individuos cada
uno (en diciembre casi un cuarto de los géneros con sólo un individuo) y menos de un 20% con
más de 100 individuos. Las máximas abundancias por estación variaron entre 183 individuos
colectados en julio y 392 en marzo. Se repite N2/1 con las mayores abundancias en diciembre y
noviembre.

e) frecuencia
La distribución de frecuencias de aparición (fig. 34) fue también logarítmica y mostró en
diciembre a las mismas dos primeras especies (Heleobia y Hyalella) junto a Caenis en más del
40% de las muestras. En marzo fueron cinco los géneros en más del 40% de las muestras y
Heleobia en más del 60% en ambas fechas. En julio y noviembre nuevamente Hyalella, Caenis
y Heleobia, junto con Baetis estuvieron en más del 40% de las muestras. En todas las ocasiones
más de las tres cuartas partes de los géneros estuvieron presentes en menos del 10% de las
muestras.

f) diversidad (fig. 35)


La diversidad de Shannon en diciembre (media 2,88 bits/ind) varió entre 0,93 (B2) y 4,00 (O2)
bits/ind. En marzo (media 3.41 bits/ind) varió entre 1.81 (B2) y 4.45 (N2) bits/ind. En julio
(3.10) entre 0.84 (B2) y 3.754 (N5) bits/ind y en Noviembre (2,85) entre 1,2 (B2) y 3,57 (N2)
En diciembre y marzo se observaron los valores menores y más variables entre
estaciones en A, B y C, y algo mayores y más homogéneos en N, O, P y Q. Ambos muestreos
resultaron altamente correlacionados (r=0.85, n=28, p<0.005) al igual que julio y noviembre
(r=0,54, p<0,01) y marzo con noviembre (r=0,55, p<0,01), por lo que se pude constatar un
patrón de variación espacial de la diversidad.

g) agrupamiento por presencia / ausencia (fig. 36)


El análisis de similitud de Jaccard de diciembre resultó en que se agruparan por un lado las
estaciones A, B y C y por otro las N, O, P y Q. Analizados cada grupo por separado, la
asociación entre estaciones no se corresponde con las regiones, excepto en los pares A2-A3, B1-
B4 y la terna P3-P4-P2. En marzo no se repitió la separación de las dos regiones porque tres
estaciones B quedaron intercaladas con la segunda zona. En cambio, fueron siete pares y una
terna los formados por estaciones de la misma cuenca, aunque sólo P3-P4 coincide con los de
diciembre. En julio tampoco se repitió la separación porque dos estaciones de cada zona
quedaron agrupadas en la otra zona. Solo se agruparon A1-A3 y A2-A4. En noviembre tampoco
se separaron las regiones, pero en cambio se formaron tres ternas (P2-P3-P4, O2-O4-O3, B1-
B3-B2) y dos pares (Q5-Q3, C4-C2).

h) agrupamiento por abundancia (Fig. 37)


En diciembre, la distancia de Bray-Curtis entre estaciones de acuerdo a la abundancia de
individuos log-tranformada resultó en el agrupamiento de las ternas P3-P4-P2 y A2-A3-A4 y los
pares Q5-Q1, C2-C3, N3-N2, B1-B4. El resto de las estaciones se agruparon
independientemente de las regiones a las que pertenecen. También se formó un grupo con 10
estaciones sólo de A, B y C, y otro con todas las N y Q. En marzo se formaron seis pares (A1-
A2, C1-C4, C2-C3, N2-N3, P2-P1, Q1-Q3) y una terna (O2-O4-O3) de estaciones de la misma
región, aunque solo dos pares coincidieron con los de diciembre. En julio se formaron la misma
terna y cinco pares: A2-A3, A4-A5, B2-B1, P2-P4, Q5-Q3 de los que ninguno repite los de
marzo, pero dos a los de diciembre. En noviembre tres ternas (B1-B3-B2, O4-O2-O3, Q1-Q3-
Q5) y un par (P3-P4) repiten algunas de las agrupaciones previas.

6) Fitobentos

Se encontraron 33 géneros y 99 especies de diatomeas en total, de las cuales 30 no han


podido ser identificadas. La riqueza específica por estación varió entre 4 (B3) y 20 (Q5) con un
promedio de 13 especies (fig. 38). Las estaciones A2, A3 y A4 presentaron similar cantidad de
especies, sin embargo su composición fue diferente. Lo mismo sucedió en las estaciones P3 - P4
y B2 - B5.
Las especies más frecuentes fueron Nitzschia agnita en 15 estaciones y N. palea en 14. Las
especies de Diatomeas más abundantes fueron Navicula cryptocephala en A1, Cymbella cistula
en A2, Sellaphora densistriata en A3 , Epithemia sorex en P3 y P4, y Nitzschia amphibia junto
con Ciclotella sp. en B2 (tabla 6).
El análisis de similitud de Jaccard, en base a datos de presencia y ausencia (fig. 39), agrupó
las estaciones P3, P4, P2, Q1-Q3, O1-O3 y B3-B5. Las estaciones A, C y N no se agruparon.
Un 40% de las especies estuvo presente en una sola estación, mientras en el otro extremo un
20 % lo estuvo en la mitad o más (fig. 40). Los resultados de clorofila ya fueron descriptos en el
apartado destinado a los sedimentos.
DISCUSION

Parámeros in situ
La condición de los arroyos de la cuenca del río Santa Lucía según el inventario RCA (Petersen
1992) varió entre el 18 y el 66% de su puntaje máximo posible. Por un lado se trata de un rango
bastante amplio ya que equivale a casi la mitad de la escala total, lo que indica la variedad de
situaciones en que se encuentran los arroyos. Por otro lado se trata de condiciones en general
pobres, ya que la mayor parte de este rango de valores (2/3) está por debajo del valor medio de
la escala.
Observando los casos individuales hay 11 arroyos con menos de 100 puntos y 11 entre
100 y 150 puntos, valor éste que corresponde aproximadamente a la mitad de la escala. Solo los
otros 6 arroyos (20%) pasan la mitad del puntaje.
Los dos arroyos con mayor puntaje son los del alto Santa Lucía Chico que conservan su
monte ripario (O1 y O2). Hay otros cursos que también conservan el monte pero tienen peores
condiciones en el resto de los atributos. También tienen puntajes altos dos de los arroyos
serranos con mejores condiciones morfológicas en el canal (P1 y P4).
Los arroyos con la peor condición RCA tienen bajo puntaje en todos los atributos. Sin
embargo, los tres afluentes derechos de Santa Lucía medio (N) presentan aspectos aceptables en
la estructura del canal. Estos cursos resultaron en conjunto peor puntuados que los afluentes del
río San José (C), favorecidos por el estado de su zona riparia.
Concordantemente, los C quedaron agrupados por el análisis de similitud. También se
asemejan los dos cursos más grandes de las sierras minuanas (P1 y P4) con puntajes similares
en todos los atributos, al igual que ambos arroyos Chamizo (N2 y N3).
Las características morfológicas de estos arroyos son para la mayoría: a) cursos
angostos (<5 m), b) someros (<1 m) y c) con ancho y profundidad muy variables dentro de los
tramos analizados. No se observaron variaciones temporales de importancia, pero seguramente
debido a que se hicieron solo cuatro muestreos en todo un año, los que no coincidieron con
momentos de sequías ni de crecientes. Otra característica morfológica es la baja pendiente, que
alcanza mayores valores en la región serrana. Las demás regiones no se diferencian por la
pendiente de los cursos, ya sea ésta medida para el tramo donde se realizó el muestreo o
estimada a partir de la distancia entre dos isolíneas de altitud en el mapa.
Es común que estos arroyos tengan una cobertura del dosel vegetal sumamente
irregular, que varía cada pocos metros. Esto resulta en una incidencia lumínica espacialmente
muy variable, lo que sumado a una frecuentemente poca circulación del agua produce
importantes variaciones de temperatura a pequeña escala. Estas variaciones y las debidas a las
diferencias horarias enmascaran toda diferencia térmica entre arroyos y regiones.
La mayoría de las estaciones presentaron casi siempre niveles normalmente altos de
oxígeno disuelto, y por encima de los estándares nacionales (Decreto 253/79) e internacionales
(Chapman 1996). Sin embargo, algunas mostraron eventos de sobresaturación y otras, de
hipoxia (A1, A5, B3, B4 y C2) con menos del 40% de saturación de oxígeno en diciembre y
marzo. Este valor se considera como umbral de la zona de descomposición activa de la materia
orgánica en los cursos de agua contaminados (Branco 1984). Los primeros valores están
relacionados con cursos bien iluminados y con abundantes macrófitas o algas. La mayoría de los
segundos tiene una amplia cobertura vegetal y puntajes intermedios de RCA. Estos se
encuentran entre la minoría de cursos donde la transparencia de Secchi no llega al fondo.
La mayoría de los cursos son generalmente someros y bien iluminados hasta el fondo, lo
que sumado a su escasa corriente y el sedimento fino hacen de ellos ambientes propicios para el
desarrollo de las macrófitas acuáticas. Esta sería una diferencia con los arroyos pampeanos de la
provincia de Buenos Aires, donde la transparencia de Secchi no supera los 40 cm, limitando el
desarrollo de las hidrófitas sumergidas (Rodrígues Capítulo com. pers.).
Los valores de pH se encuentran en el rango normal de las aguas continentales e incluso
del agua potable tanto a nivel nacional como internacional (Decreto 253/79, Chapman 1996).
No se detectaron variaciones importantes entre regiones ni arroyos ni dentro de cada tramo, ni
entre los muestreos. La conductividad eléctrica –una medida de las sales disueltas- fue por el
contrario elevada en ocasiones y muy variable, principalmente entre regiones, reflejando la
geología subyacente en cada una (cristalina o sedimentaria). Sin embargo, a esta variación se
suman diferencias entre arroyos de una misma región que pueden estar vinculadas a los aportes
antrópicos. Ambas variaciones se repiten en los cuatro muestreos, evidenciando causas
permanentes de estas diferencias. Tal es el caso de A4, B1 y C2 con valores siempre menores a
los de sus regiones, los que tal vez sean más elevados por efecto de la contaminación, y N3, N5
y Q5, con valores siempre mayores a las suyas. Según el promedio de las conductividades
registradas, las estaciones O y P corresponden a aguas débilmente mineralizadas, y el resto a
bien mineralizadas, excepto C2 que pertenecería al primer grupo.

Parámeros químicos del agua


La alcalinidad es una medida de la capacidad del agua de amortiguar los cambios de pH. En las
aguas dulces de pH normal (6.4-8.3) se debe principalmente al bicarbonato de calcio y permite
estimar el grado de dureza del agua. Por esta razón fue casi siempre mayor en las cuencas
sedimentarias que en las cristalinas. Existen sin embargo excepciones en ambas regiones.
Alcalinidades más bajas a las predominantes en la región pueden deberse a la dilución con agua
de lluvia, sobre todo si ésta es abundante y escurre superficialmente. Esto pudo haber ocurrido
en marzo, cuando la alcalinidad fue más baja y fuertes precipitaciones precedieron al muestreo
(anexo III).
Alcalinidades más altas por el contrario, podrían deberse a aportes contaminantes. Las
excepciones más llamativas son los tres afluentes derechos del Santa Lucía (N) que junto con
Q5 presentaron valores más altos que los de su región. De hecho corresponden por sus
promedios a agua muy dura (>300 mg CaCO3 L-1) al igual que las A, B y C excepto B1 y C2.
Estas, N2, las O y P3, Q1 y Q3 tienen agua dura (150-300 mg CaCO3 L-1) y el resto de las P
moderadamente dura (75-150 mg CaCO3 L-1) (valores tomados de Roldán & Ramírez 2008).
La misma distribución se encontró para la conductividad y para los sólidos suspendidos,
para los que también Q5 tuvo valores mayores. Aproximadamente la mitad de los sólidos
suspendidos es en promedio de carácter orgánico. Sin embargo esta proporción disminuye
cuando los sólidos totales aumentan –C en diciembre, B en marzo, A y C en noviembre-, salvo
pocas excepciones (A5 y B2 en noviembre). Esto obedecería entonces a la erosión del suelo.
Las mismas cuatro estaciones, pertenecientes a cuatro regiones diferentes (A5, C4, P5 y
Q1), en más de una ocasión tuvieron los máximos valores de NO3, aunque siempre por debajo
de los estándares nacionales e internacionales (Decreto 253/79, Chapman 1996), pero por fuera
del rango natural de los ríos (Meybeck 1979). En cambio, los máximos registrados de NH4 (A5,
B2 y C3) superaron no solo estos rangos, sino los valores internacionales tanto para la
preservación de la vida acuática como para el agua potable (Chapman 1996).
Concordantemente, A5 también presentó el máximo de NT en diciembre y uno de los
más altos en los otros muestreos. Esta estación corresponde al arroyo Canelón Grande, cuando a
poco de nacer cruza la ruta 6 entre Santa Rosa y San Bautista, zona de intensa actividad
agropecuaria. Lo mismo sucedió con P5 en el arroyo San Francisco inmediatamente después de
la planta de tratamiento de aguas residuales de la ciudad de Minas, y con Q1 y Q5, de la cuenca
lechera de Florida.
Nuevamente A5, junto con B2 en el arroyo Las Piedras y ruta 36, aguas abajo de la
ciudad homónima e industrias de la zona, y C3 en el arroyo Cagancha y ruta 11, cuenca lechera
de San José, tuvieron generalmente los mayores valores de PT y PO4. La mayoría de las
estaciones –excepto las N, O y principalmente P-, superan el estándar nacional para aguas
potable, de riego, recreación o preservación (Decreto 253/79). Aparte de algunos casos
particulares, en general las regiones cristalinas (N, O y P) tuvieron menos cantidad de nutrientes
que las sedimentarias (A, B y C), siendo Q un caso especial, con algunos valores también altos,
probablemente debidos a su intensa actividad lechera.
Según el contenido promedio de NT todos los cursos corresponden a la clasificación de
eutróficos (>650 mg L-1), mientras que por el PT lo hacen todos (>30 mg L-1), menos N2, O4,
P2, P3 y P4, que serían mesotróficos (Dodds 2007).
Sedimentos
En general los arroyos estudiados tienen fondos arenosos, con partículas más grandes en N, O, P
y Q, donde algunos lechos son de grava. Sin embargo, estos resultados indican tan sólo el
tamaño medio de grano, a partir de una gran variedad de tamaños presentes en un sedimento
pobre a muy pobremente seleccionado. La distribución asimétrica positiva en dichas regiones
muestra una mayor cantidad de materiales gruesos, y viceversa. La curtosis en cambio no se
diferencia por regiones y su alto valor indica poca diferencia de tamaños de grano entre los
tamaños extremos del histograma de distribución de tamaños, comparada con su parte central.
La estación que tuvo mayor cantidad de materia orgánica en sus sedimentos (O2)
corresponde al arroyo Sarandí Chico, afluente del Santa Lucía Chico, que tiene un denso –
aunque no muy extenso- monte ripario, el cual cubre casi totalmente a sus aguas. Lo mismo
sucede, aunque no siempre, en algunas otras estaciones como C2, C3 y B4. Sin embargo, otras
estaciones con monte presentaron valores promedio (A1, B1 y B3) o bajos (O1) de materia
orgánica, tal vez por diferencias en el tipo o en la integridad del monte.
Las regiones cristalinas, con mayor tamaño de grano en general, presentaron menor
contenido de materia orgánica y ambos parámetros se correlacionaron inversamente en
diciembre. En general los sedimentos más finos suelen contener una mayor cantidad de materia
orgánica, ya sea porque ésta también es fina, por las fuerzas electrostáticas de atracción, o
porque debido a su menor peso específico la materia orgánica es arrastrada por la corriente en
los sitios donde ésta es mayor y allí sólo deja depositado el sedimento más grueso. La
distribución por zonas de PT y NT coincide en general con la de la materia orgánica. La
clorofila en cambio no siguió esta distribución, indicando el carácter detrítico de la materia
orgánica. El valor máximo de clorofila se registró en un pequeño arroyo serrano sin cobertura
vegetal (P2).
La misma estación con mayor contenido de materia orgánica (O2) fue la que presentó
valores mayores de metales pesados, aunque éstos están por debajo de los mínimos mundiales
(Forstner & Whitman 1981). También C3, con alto contenido de materia orgánica tuvo el
máximo registro de Cu. Los contenidos de Cr, Cu, Zn y del total de los metales pesados
analizados, se correlacionaron (p<0.05) con los contenidos de materia orgánica registrados para
el mismo muestreo. Este resultado estaría relacionado con los mecanismos de asociación
química de los metales con la materia orgánica.
En ningún sitio el Cr, Cu y Zn alcanzaron los valores mínimos registrados a nivel
mundial, mientras que el Pb apenas lo igualó o superó por 1 mg/kg en los sitios mencionados
(Forstner & Whitman 1981). Tanto el Cr como el Pb estuvieron por debajo de los mínimos
valores registrado por Muniz et al. (2004) en la bahía de Montevideo (29.5-1032 y 5.6-642 mg
kg–1 respectivamente)

Zoobentos
Aunque el número de géneros del zoobentos no varió mucho entre muestreos, sí lo hizo la
composición, puesto que la riqueza por muestreo fue siempre aproximadamente la mitad del
total de géneros encontrados. El reemplazo se da en todos los grupos y no parece obedecer a una
aparición o desaparición estacional de los mismos. La riqueza media por estación fue siempre
próxima a la decena de géneros, por lo que puede tomarse este valor como una estimación de la
riqueza que se obtiene al pasar la red de mano en tres sitios separados 25 m durante 1 minuto en
cada uno. Incluso los máximos obtenidos apenas duplican o triplican este número.
La distribución de la riqueza entre estaciones varió con los muestreos, pero en tres de
ellos N2 fue una de las dos estaciones con más géneros, y muestras de esta estación tuvieron la
mayor riqueza en dos ocasiones. Se trata del arroyo Chamizo Grande, afluente derecho del
Santa Lucía en Florida. Por otra parte B2, el contaminado arroyo Las Piedras tuvo siempre la
menor riqueza.
La clase Insecta fue la más diversa con 174 géneros, seguida muy de lejos por
Oligochaeta y Gastropoda, con solo diez géneros cada una. Diptera (46 géneros) y Odonata (41)
son a su vez los órdenes más diversos dentro de los insectos. Con las excepciones de N donde
apareció un sólo género de oligoquetos (Dero) y B con uno solo de tricópteros (Ochrotrichia),
todas las regiones tienen riquezas genéricas similares para las seis clases y todos los órdenes de
insectos.
Las seis clases están presentes en las siete regiones, y todos los órdenes excepto
Plecoptera que falta en C y Q, Megaloptera sólo presente en N y P y Lepidóptera en N y O. Sin
embargo, un análisis detallado de la distribución espacial de las abundancias nos muestra que
los diferentes taxa se distribuyen de manera distinta entre regiones y estaciones, mostrando su
preferencia por las condiciones ambientales predominantes en cada una de ellas. En particular
podemos observar cierta segregación entre las regiones sedimentarias y cristalinas.
Los oligoquetos se concentran en A, Q, B1 y B3. También en A y B3 se concentran los
ancílidos al igual que en B4, C2 y C3. Estas tres estaciones son también preferidas por
Biomphalaria junto con A5 y B1. Eupera y los hirudíneos también prefieren C2 y C3, además
de B2, Q1 y Q3. Chironomus se encuentra principalmente en A, B y C2. Estas regiones A, B, C
y Q, son también preferidas por Hyalella.
Si bien Caenis se concentra más en A y hay pocos en P, presenta abundancias
intermedias en todas las demás regiones. En cambio, Americabaetis prefiere N, luego O, P y Q,
y hay menos en A, B y C. Los demás efemerópteros se concentran en N y O, al igual que los
plecópteros que también lo hacen en P. Elmidos y psefénidos se concentran en N y P, luego en
Q (y O los primeros) y por último en A, B y C (y O los segundos). Los tricópteros también lo
hacen en N y P –al igual que Simulium-, y luego en O. Por último, Corbícula se encuentra
principalmente en N3, N5 y O1.
Aproximadamente la mitad de los géneros identificados no habrían sido citados para el
Uruguay. Esto incluye una tercera parte de los oligoquetos, efemerópteros y hemípteros, la
mitad de los dípteros y de los odonatos, dos tercios de los coleópteros, casi todos los tricópteros,
el lepidóptero y los dos plecópteros. Sin embargo, casi un 70% de estos géneros están citados
para los países vecinos, por lo que no es de extrañar su presencia en esta vasta cuenca.
La abundancia relativa coincide con estudios anteriores en la dominancia de Heleobia,
Hyalella y Chironomus. Heleobia también dominó en sitios no muy contaminados del arroyo
Toledo, allí cuando no lo hacían los tubifícidos (Arocena 1996, Chalar 1994) y al igual que
Hyalella fue abundante en algunas muestras de la laguna de Rocha (Arocena 2007). Ambos
géneros son también los más frecuentes, apareciendo en todas las regiones, excepto Hyalella en
la sierra de Minas. Chironomus también ha sido registrado en cantidades importantes en esos
sitios y en los afluentes de la laguna de Rocha (Arocena et al. 2000).
La distribución logarítmica de la abundancia entre los géneros corresponde a un sistema
donde las especies arriban a intervalos aleatorios y consumen una fracción constante de los
recursos que van quedando disponibles. Esto sucede especialmente cuando uno o pocos factores
son dominantes (Magurran 1988), como podría suceder en ambientes fluviales en general
dominados por las fuerzas físicas relacionadas con la variación de la corriente. La misma
distribución mostró la frecuencia de aparición, con muchos géneros “raros” que aparecen sólo
en algunos sitios, y pocos que se dispersan ampliamente en todo el territorio.
Los menores valores de diversidad de Shannon se registraron siempre en el arroyo Las
Piedras (B2). Si bien esto puede adjudicarse a mala calidad del agua, ya que coincide con otros
parámetros, es probable que otros factores –tanto naturales como antropogénicos-, también
incidan puesto que en general todas las estaciones A, B y C tienen diversidades menores a las N,
O, P y Q.
Solamente en diciembre la presencia y ausencia de géneros del zoobentos muestra una
completa separación de las regiones sedimentarias de las cristalinas. Aparte de esto, las
estaciones de una misma región en general no fueron muy similares, excepto P3 y P4,
estaciones muy próximas, que se agruparon en 3 ocasiones.
Si en cambio se considera la abundancia de los individuos, se forman más grupos de
estaciones de la misma región, y la mitad de las estaciones se agrupa con su región al menos dos
veces, pero solo O2-O4-O3 lo hace en tres ocasiones. Esto sugiere que mientras la presencia de
la mayoría de los géneros en las distintas estaciones obedece a razones de dispersión geográfica
y su constatación mediante la colecta es un hecho aleatorio, en cambio su abundancia reflejaría
una eventual preferencia por las condiciones ambientales que allí se presentan.
Fitobentos
Si bien sólo fue posible analizar el primer muestreo de esta comunidad, esto significó un avance
en las posibilidades de su estudio, ya que implicó la implementación y desarrollo de una
metodología novedosa tanto para la obtención de muestras, su tratamiento y procesamiento,
como para la determinación taxonómica de la microalgas encontradas. Esta experiencia podrá
así ser volcada en el futuro, tanto en estudios de investigación básica como en programas de
monitoreo.
La poca cantidad de especies encontrada en algunos arroyos indicaría que los mismos
están sujetos a disturbios frecuentes y/o intensos (Prat & Ward 1994). Las mismas estaciones
que forman grupos en base a la presencia y abundancia del zoobentos, lo hacen con las especies
de fitobentos, principalmente P2-P4-P3, O1-O3 y Q3-Q5. De las especies identificadas, ya
habían sido citadas para Uruguay, al menos: Navicula cryptocephala, Ephitemia sorex (Sierra
de Minas), Cymbella cistula, Sellaphora densistriata (Laguna Merín, Aº Aiguá ) (Metzelin et
al., 2005). La primera de ellas y otras ocho especies fueron citadas para el río Matanza-
Riachuelo de Buenos Aires, y otras tres para la provincia de Buenos Aires (Gómez 1998).

Tabla 5. Valor indicador e índice de saprobicidad (Sladececk 1973) y tolerancia a la


materia orgánica (Lange-Bertalot 1979) de algunas especies de diatomeas halladas en
arroyos de la cuenca del Santa Lucía.

saprobicidad G Peso S Indice SG Tolerancia a la


indicador saprobico M.O.
Amphora veneta Muy tolerante
Caloneis bacillum x-o 3 0.4 1.2
Cocconeis placentula β 1 1.35 1.35 Sensible
Cyclotella meneghinana α−β 3 2.6 7.8
Cymbella cistula β 4 1.8 7.2
Fragilaria capucina α−β 3 1.6 4.8
Gonphonema acuminatum β 4 1.7 6.8
Gonphonema parvulum β 1 1.95 1.95 Muy tolerante
Navicula cryptocephala α 4 2.7 10.8 Muy tolerante
Navicula gregaria β 3 2.25 6.75
Navicula rostellata β 4 2.2 8.8
Nitzschia amphibia Menos tolerante
Nitzschia dissipata o−β 3 1.5 4.5
Nitzschia hungarica α 5 2.9 14.5 Menos tolerante
Nitzschia linearis o-β 3 1.5 4.5
Nitzschia palea α 3 2.75 8.25 Muy tolerante
Rhopalodia gibba o 1.0 1.0
Synedra ulna β 1 1.95 1.95

La composición de especies de diatomeas fue muy variable entre los arroyos. Las 18
especies que también figuran en las listas de saprobicidad de Sladecek (1973) son en su mayoría
mesosapróbicas, lo que indica una tolerancia intermedia a las malas condiciones ambientales
(tabla 5). Si bien las mismas sólo representan un quinto del total de especies, fueron utilizadas
para calcular un índice de saprobicidad como el de Sladecek pero sin considerar la abundancia,
y sólo a modo de ejercicio (fig. 41). De allí surge que las estaciones en peores condiciones
serían B3, O2, A1, A2, Q1, N5 y B4 (>2.5) y las mejores: C3, O4, C4, B2 y C1 (<2.0), lo cual
no coincide con los demás resultados, lo que no es de extrañar dadas las limitaciones señaladas.
Los valores encontrados para este índice varió entre 1.5 y 3, de un rango total de 0 a 4. Si
consideramos que en la muy contaminada cuenca Matanza-Riachuelo la mitad de los valores
fueron mayores a 3, este resultado indicaría un estado intermedio de contaminación.
3

2,5
INDICE DE SAPROBICIDAD
2

1,5

0,5

0
A1
A2
A3
A4
B2
B3
B4
B5
C1
C2
C3
C4
N2
N5
O1
O2
O3
O4
P1
P2
P3
P4
Q1
Q3
Q5
Figura 41. Indice de saprobicidad de las estaciones según Sladececk (1973) calculado con
algunas de las especies de diatomeas halladas en arroyos de la cuenca del Santa Lucía.

CONCLUSIONES

1. Los arroyos vadeables (de orden 3 y 4) de la cuenca del río Santa Lucía presentan una
amplia variedad de situaciones en cuanto a su calidad ecológica, pero la mayoría de los
tramos analizados muestran serios signos de deterioro. Sólo algunos de ellos conservan
su monte ripario, la mayoría de las veces muy reducido o interrumpido.
2. En general son cursos angostos y someros, aunque estas dimensiones son variables aún
dentro de un mismo tramo, al igual que lo son otros aspectos como su cobertura vegetal.
3. Estas variaciones, sumadas a la poca circulación del agua durante los períodos de estiaje
–debida a la poca pendiente-, puede conducir a diferencias locales de temperatura,
oxígeno disuelto y –en menor medida- pH, aunque este último no se aparta de los
valores normales de aguas neutras a levemente alcalinas.
4. Estas diferencias locales son favorecidas por la presencia de plantas acuáticas, que
encuentran un ambiente propicio para su desarrollo. En efecto, a las escasas
profundidad y corriente se suman un sedimento generalmente de arena y limo y
disponibilidad de luz hasta el fondo, debido a una escasa cobertura vegetal.
5. Si bien el oxígeno disuelto suele ser alto, se registran casos puntuales de hipoxia,
especialmente en cursos cubiertos y turbios.
6. Tanto la conductividad eléctrica del agua, su alcalinidad y su contenido de sólidos en
suspensión son mayores en las tres regiones sedimentarias (dos de Canelones y una de
San José) que en las cuatro cristalinas (tres de Florida y una de Lavalleja), salvo algunas
excepciones.
7. Aproximadamente la mitad de los sólidos son orgánicos en promedio, fracción que se
reduce cuando aumentan los sólidos totales.
8. Asimismo, el tamaño de grano del sedimento –aunque generalmente arenoso- es en
promedio mayor en las regiones cristalinas que en las sedimentarias, aunque la
selección de tamaño es en general pobre indicando la mezcla de muchas clases de
tamaño.
9. Los nutrientes en cambio no reflejan esta regionalización, excepto por los mínimos de
PO4, encontrados en Lavalleja y en las dos regiones no lecheras de Florida.
10. Entre los arroyos que merecen mencionarse por registrar altas concentraciones de
distintos compuestos de N y P en varios o todos los muestreos, figuran el Canelón
Grande no lejos de sus nacientes -zona de intensa actividad agropecuaria, el Las Piedras
en Melilla –zona urbana e industrial, el San Francisco -aguas debajo de Minas y su
planta de tratamiento de aguas residuales urbanas, y el Cagancha en la cuenca lechera
de San José. También los cursos de la cuenca lechera de Florida presentaron -más
ocasionalmente- altos valores de nutrientes.
11. El contenido máximo de materia orgánica, N y P del sedimento está asociado a la
presencia e integridad del monte ripario, y en menor medida con el tamaño de grano.
12. A su vez el mayor contenido de materia orgánica se relaciona con una mayor
concentración de metales pesados (Cr, Cu, Zn).
13. El muestreo estacional del zoobentos resultó el mínimo adecuado para dar cuenta de su
riqueza genérica, ya que la composición varió considerablemente entre muestreos.
14. La riqueza genérica es del orden de 101 para el muestreo con red de mano durante 3
minutos.
15. Sus valores máximo y mínimo corresponden a cursos que registran los mejores y peores
indicadores de calidad de agua respectivamente (Chamizo Grande en Florida y Las
Piedras en el límite entre Canelones y Montevideo).
16. La mayor riqueza genérica corresponde a los insectos, y dentro de éstos a dípteros y
odonatos.
17. Todas las regiones tienen casi los mismos grupos y la misma riqueza por grupo, aunque
no la misma abundancia.
18. Es necesario pues recurrir a una cuantificación aunque sea relativa de los organismos
presentes a efectos de poder detectar sus preferencias ambientales.
19. Los plecópteros –propios de aguas limpias- solo faltaron en las dos cuencas lecheras.
20. Anélidos, moluscos, anfípodos y Chironomus se concentran en las distintas regiones
sedimentarias, pero también en la cuenca lechera de Florida.
21. El resto de los insectos prefieren en cambio las diferentes regiones cristalinas.
22. En estas regiones también la diversidad de Shannon es en general mayor que en las
sedimentarias, donde alcanza los mínimos en el arroyo Las Piedras.
23. En cambio, la composición de la comunidad sólo diferenció ambas regiones en
diciembre, cuando las estaciones se agruparon por separado. Una vez más la inclusión
de los datos cuantitativos es lo que permite agrupar las estaciones concordantemente
con su pertenencia a las siete regiones preestablecidas.
24. Un agrupamiento similar se encuentra al analizar el fitobentos.
25. El presente informe constituiría el primer registro para el Uruguay de un número
importante de géneros de varios grupos de invertebrados acuáticos, lo que facilitaría la
realización de futuros estudios sobre la diversidad de estos organismos y su uso como
bioindicadores.
26. Por otro lado, se confirma lo hallado en otros estudios en cuanto a la dominancia del
gasterópodo Heleobia y del anfípodo Hyalella en los sistemas dulceacuícolas de
Uruguay no muy contaminados, y de Chironomus en los sitios más afectados.
27. La abundancia de los demás géneros va decreciendo logarítmicamente a medida que
consumen una fracción constante de los recursos remanentes.
28. Lo mismo sucede con la frecuencia de aparición, resultando en muchos géneros
presentes en pocos lugares, y viceversa.
29. Se encontraron pocas especies de diatomeas fitobentónicas y muy variables entre
arroyos.
30. El índice de saprobicidad estimado con muy pocas especies y sin datos de abundancia,
arroja valores intermedios, pero que no coinciden con los demás resultados seguramente
por la necesidad de continuar ajustando esta metodología.
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I. CALIDAD ECOLÓGICA DE LOS CURSOS FLUVIALES

Fig. 1 Inventario de Riberas, Canal y Ambiente (RCA)

200

150
CONDICION RCA

100

50

0
A1
A2
A3
A4
A5
B1
B2
B3
B4
B5
C1
C2
C3
C4
N2
N3
N5

P1
P2
P3
P4
O1
O2
O3
O4

Q1
Q3
Q5
Fig. 2. Análisis de similitud de estaciones por el RCA
Fig. 3. Ancho húmedo y profundidad de los cursos de agua

2 Diciembre de 2006 Marzo de 2007


PROFUNDIDAD (m)

abajo medio arriba

0
0 5 10 15 20 0 5 10 15 20

2 2
Noviembre de 2007
PROFUNDIDAD

Julio de 2007

1 1
(m)

0 0
0 5 10 15 20 0 5 10 15 20
ANCHO (m) ANCHO (m)

Fig. 4. Temperatura y contenido de oxígeno disuelto en el agua

30 30 Marzo de 2007
TEMPERATURA (ºC)

25 25

20 20 abajo
medio
arriba
15 15
0 5 10 15 0 5 10 15

15 30 Noviembre de 2007
Julio de 2007
TEMPERATURA (ºC)

abajo 25
medio
10 arriba
20

5 15
0 5 10 15 20 0 5 10 15
OXIGENO OXIGENO
Fig. 5. Variación horaria de la temperatura del agua
TEMPERATURA (ºC) 30 Diciembre de 2006 30 Marzo de 2007

25 25

20 20

15 15
7:00 10:00 13:00 16:00 19:00 7:00 10:00 13:00 16:00 19:00

20 Julio de 2007 30
Noviembre de 2007
TEMPERATURA

15 25
(ºC)

10 20

5 15
7:00 10:00 13:00 16:00 19:00 7:00 10:00 13:00 16:00 19:00
HORA HORA

Fig. 6. Variación horaria del oxígeno disuelto en el agua (meses como en fig. 5)
15 15
Diciembre de 2006
OXIGENO (mg/L)

10 10

5 5

0
0
7:00 10:00 13:00 16:00 19:00
7:00 10:00 13:00 16:00 19:00

15 15
OXIGENO (mg/l)

10 10

5 5

0 0
7:00 10:00 13:00 16:00 19:00 7:00 10:00 13:00 16:00 19:00
HORA HORA
Fig. 7. Temperatura del agua registrada en las distintas estaciones (en orden cronológico
de arriba a abajo)

30 D i c i e m b re 2 0 0 6 a b a jo
m e d io
a rrib a
TEMPERATURA

25

20

15
A1

A3

A5

O2

O4

Q1

Q5
B1

B3

B5

P1

P3

P5
C1

C3

N3
30 M a rz o d e 2 0 0 7 a b a jo
m e d io
a rrib a
TEMPERATURA (ºC)

25

20

15
A1

A3

A5

O2

O4

Q1

Q5
B1

B3

B5

P1

P3

P5
C1

C3

N3

15 abajo
medio
arriba
TEMPERATURA

10

5
A1

A3

A5

B1

B3

B5

C1

C3

N3

O2

O4

P1

P3

P5

Q1

Q5

30 abajo
medio
arriba
TEMPERATURA

25

20

15
A1
A3
A5

C1
C3

N3

O2
O4

Q1
Q5
B1
B3
B5

P1
P3
P5
Fig. 8. Oxígeno disuelto registrado en las distintas estaciones (en orden cronológico de
arriba a abajo)

12 Abajo
Diciembre de 2006 Medio
10 Arriba
OXIGENO (mg/L)

0
A1
A3
A5

O2
O4

Q1
Q5
B1
B3
B5

P1
P3
P5
C1
C3

N3
12 Marzo de 2007 abajo
medio
10 arriba
OXIGENO (mg/L)

0
A1
A3
A5

O2
O4

Q1
Q5
B1
B3
B5

P1
P3
P5
C1
C3

N3

18 abajo
medio
15 arriba
OXIGENO (mg/L)

12

0
A1
A3
A5
B1
B3
B5
C1
C3

N3

O2
O4
P1
P3
P5
Q1
Q5

18 abajo
medio
15 arriba
OXIGENO (mg/L)

12

0
A1
A3
A5
B1
B3
B5
C1
C3

N3

O2
O4
P1
P3
P5
Q1
Q5
SATURACION DE OXIGENO SATURACION DE OXIGENO
SATURACION DE OXIGENO (%) SATURACION DE OXIGENO (%) (%) (%)

0
40
80
120
160
0
40
80
120
160
0
40
80
120
160
0
40
80
120
160

A1 A1 A1 A1
A3 A3 A3 A3
A5 A5 A5 A5

166,4
B1 B1 B1 B1
B3 B3 B3 B3
B5 B5

Marzo de 2007
B5 B5
C1 C1
Diciembre de 2006

C1 C1

abajo

arriba

abajo

arriba
medio

medio
C3 C3 C3 C3

N3 N3 N3 N3

abajo

arriba
medio
O2 O2 O2 O2
O4 O4 O4 O4
abajo

arriba
medio

P1 P1 P1 P1
P3 P3 P3 P3
P5
Fig. 9. Saturación de oxígeno en orden cronológico de arriba a abajo

P5 P5 P5
Q1 Q1 Q1 Q1
Q5 Q5 Q5 Q5
Fig. 10. Valores de pH del agua en el orden acostumbrado

9
Diciembre de 2007

Abajo
Medio
Arriba
8
pH

C2

7
A1
A3
A5

O2
O4

Q1
Q5
B1
B3
B5

P1
P3
P5
C1
C3

N3
9 Marzo de 2007 abajo
medio
arriba

8
pH

7
A1
A3
A5

O2
O4

Q1
Q5
B1
B3
B5

P1
P3
P5
C1
C3

N3

9 abajo
medio
arriba
pH

7
A1
A3
A5
B1
B3
B5
C1
C3

N3

O2
O4
P1
P3
P5
Q1
Q5

9 abajo
medio
arriba
pH

7
A1
A3
A5
B1
B3
B5
C1
C3

N3

O2
O4
P1
P3
P5
Q1
Q5
Fig. 11. Conductividad eléctrica del agua en el orden acostumbrado

1400
Diciembre de 2006

CONDUCTIVIDAD (uS/cm) 1050 abajo


medio
arriba
700

350

0
A1
A3
A5

O2
O4

Q1
Q5
B1
B3
B5

P1
P3
P5
C1
C3

N3
1400 Marzo de 2007
CONDUCTIVIDAD (uS/cm)

1050
abajo
medio
700 arriba

350

0
A1
A3
A5

O2
O4

Q1
Q5
B1
B3
B5

P1
P3
P5
C1
C3

N3

2000
CONDUCTIVIDAD (uS/cm)

abajo
1500 medio
arriba
1000

500

0
A1
A3
A5
B1
B3
B5
C1
C3

N3

O2
O4
P1
P3
P5
Q1
Q5

2000
CONDUCTIVIDAD (uS/cm)

abajo
1500 medio
arriba
1000

500

0
A1
A3
A5
B1
B3
B5
C1
C3

N3

O2
O4
P1
P3
P5
Q1
Q5
Fig. 12. Transparencia del agua medida con un disco de Secchi

O2
O4

Q1
Q5
C1
C3

N3
A1
A3
A5
B1
B3
B5

P1
P3
P5
0

30

60

90

120 transparencia de Secchi


profundidad
150 (cm) Diciembre de 2006

O2
O4

Q1
Q5
C1
C3

N3
A1
A3
A5
B1
B3
B5

P1
P3
P5
0

30

60

90
Marzo de 2007
120
profundidad
150 (cm) transparencia de Secchi
O2
O4

Q1
Q5
A1
A3
A5
B1
B3
B5
C1
C3

N3

P1
P3
P5

30

60

90

120 transparencia de Secchi Julio de 2007


profundidad
150 (cm)
O2
O4

Q1
Q5
A1
A3
A5
B1
B3
B5
C1
C3

N3

P1
P3
P5

30

60

90

120 transparencia de Secchi Julio de 2007


profundidad
150 (cm)
Fig. 13. Pendiente del curso en la estación de muestreo, medida a) in situ en un tramo
de 50 m y b) de un mapa entre dos isolíneas separadas cada 10 m de altitud.

1,6
medida in situ
PENDIENTE (%)

1,2 del mapa

0,8

0,4

0
A1 A3 A5 B1 B3 B5 C1 C3 N3 O2 O4 P1 P3 P5 Q1 Q5

Fig. 14. Correlación entre las dos mediciones de pendiente señaladas en la fig. 13.

1,6 y = 0,7984x2 - 0,4856x + 0,2689


Pendiente mapa (%)

R2 = 0,7064
1,2 y = 0,5813x + 0,1072
R2 = 0,4941
0,8

0,4

0,0
0 0,4 0,8 1,2 1,6
Pendiente local (%)

Fig. 15. Relación entre las pendientes medias en el mapa e in situ y el tamaño medio de
grano.
Tamaño de grano (mm)

Tamaño de grano (mm)

2,0 2,0

1,5 1,5

1,0 1,0

0,5 0,5

0,0 0,0
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 0,0 0,2 0,4 0,6 0,8
Pendiente del mapa (%) Pendiente local in situ (%)
SST / MOS (mg/L) SST / MOS (mg/L) ALCALINIDAD ALCALINIDAD

0
20
40
60
0
20
40
60
0
200
400
600
800

0
200
400
600
800
A1 A1 A1 A1
A3 A3 A3 A3
A5 A5 A5 A5
B2 B2 B2 B2
B4 B4 B4 B4
C3

C1 C1 C1

Julio de 2007
C1
C3 C3 C3 C3
N2 N2 N2 N2
N5 N5 N5 N5
O2 O2 O2 O2
O4 O4 O4 O4
P2 P2 P2 P2
Diciembre de 2006

P4 P4 P4 P4
Q1 Q1 Q1 Q1

SST
Diciembre de 2006

MOS

Julio de 2007
Q5 Q5 Q5 Q5
Fig. 16. Alcalinidad del agua (mg CaCO3/L)

A1 A1
A3 A3 A1 A1
A5 A5 A3 A3
B2 B2 A5 A5
B4 B4 B2 B2
B4 B4
C1 C1
C1 C1
C3 C3
C3 C3
N2 N2
N2
Fig. 17. Sólidos (SST) y materia orgánica (MOS) suspendidos totales
N2
Noviembre de 2007

N5 N5

Marzo de 2007
N5 N5
Marzo de 2007

O2 O2 O2
O2
O4 O4 O4
O4
P2 P2 P2 P2
P4 P4 P4 P4

Noviembre de 2007
SST
MOS
Q1 Q1 Q1 Q1
Q5 Q5 Q5 Q5
Fig. 18. Nitrato
10000 10000

1000 1000
NO3 (ug/l)

100 100

10 10

1 Diciembre 1 Julio
Marzo Noviembre
0 0
C1
C3
N2
N5

A1
A3
A5
B2
B4
C1
C3
N2
N5
O2
O4
P2
P4
Q1
Q5
O2
O4

Q1
Q5
A1
A3
A5
B2
B4

P2
P4
Fig. 19. Amonio
10000 Diciembre 1000 Julio
Marzo Noviembre
1000
100
NH4 (ug/l)

100
10
10
1
1

0 0
C1
C3
N2
N5
O2
O4

Q1
Q5

C1
C3
N2
N5
O2
O4

Q1
Q5
A1
A3
A5
B2
B4

P2
P4

A1
A3
A5
B2
B4

P2
P4
Fig. 20. Nitrógeno total
100000 Diciembre 100000 Julio
Marzo Noviembre

10000 10000
NT (ug/l)

1000 1000

100 100
C1
C3
N2
N5
O2
O4

Q1
Q5
A1
A3
A5
B2
B4

P2
P4
C1
C3
N2
N5
O2
O4

Q1
Q5
A1
A3
A5
B2
B4

P2
P4

Fig. 21. Fósforo total


10000 Diciembre 10000 Julio
Marzo Noviembre
PT (ug/l)

1000 1000

100 100
C1
C3
N2
N5

C1
C3
N2
N5
O2
O4

Q1
Q5

O2
O4

Q1
Q5
A1
A3
A5
B2
B4

P2
P4

A1
A3
A5
B2
B4

P2
P4
Fig. 22. Fósforo Reactivo Soluble

1200 Diciembre 1200 Julio


Marzo Noviembre
1000 1000
800
PRS (ug/l)

800
600 600
400
400
200
200
0
0

C1
C3
N2
N5
O2
O4

Q1
Q5
A1
A3
A5
B2
B4

P2
P4
C1
C3
N2
N5
O2
O4

Q1
Q5
A1
A3
A5
B2
B4

P2
P4
Fig. 23. Silicato

25000 Diciembre 25000 Julio


Marzo Noviembre
20000 20000
SiO3 (ug/l)

15000 15000

10000 10000

5000 5000

0 0
C1
C3
N2
N5

C1
C3
N2
N5
O2
O4

Q1
Q5

O2
O4

Q1
Q5
A1
A3
A5
B2
B4

P2
P4

A1
A3
A5
B2
B4

P2
P4
Fig. 24. Granulometría (arriba) y composición (abajo) de los sedimentos colectados en
diciembre de 2006 y marzo de 2007.

2 diciembre de 2006 4 marzo de 2007 abajo

TAMAÑO MEDIO (mm)


TAMAÑO MEDIO (mm)

medio
3
arriba

1 2

0 0
B1 C1 N3 O1 O3
A3
A4
B2
B3
B4
B5
C1
C2
C3
C4
N2
N3
N5
O1
O4
P5
Q3
100% diciembre de 2006 100%

75% 75%

50% 50%

25% 25%

0%
0% B1/1
B1/2
B1/3
C1/1
C1/2
C1/3
N3/1
N3/2
N3/3
O1/1
O3/1
A3
A4
B2
B3
B4
B5
C1
C2
C3
C4
N2
N3
N5
O1
O4
P5
Q3
Q5

grava arena gr ar media ar fina limo grava gruesa ar. media ar- fina limo

Fig. 25. Granulometría del sedimento en diciembre de 2006 y noviembre de 2007: a)


tamaño medio de grano, b) selección, c) asimetría y d) curtosis
4 2,4
a
Dic-2006 2,2
b
3
Tamaño medio del grano (phi)

Nov-2007
2,0

2 1,8
Selección (phi)

1,6
1
1,4

0 1,2

1,0
-1
0,8

-2 0,6
3 8
c d
7
2

1
Asimetría

Curtosis

0 4

3
-1
2

-2 1
A3
A4
A5
B2
B3
B4
B5
C1
C2
C3
C4
N2
N3
N5
O1
O3
O4
P2
P3
P4
P5
Q1
Q5
Q3

A3
A4
A5
B2
B3
B4
B5
C1
C2
C3
C4
N2
N3
N5
O1
O3
O4
P2
P3
P4
P5
Q1
Q5
Q3

Estaciones Estaciones
Fig. 26. Contenido de materia orgánica en los sedimentos de los arroyos estudiados.

12

MATERIA ORGANICA (%)


10
dic-06
8 mar-07
6

0
A1
A3

A5
B2

B4

C1

C3

N2
N5

O2

O4

P2

P4

Q1
Q5
14
MATERIA ORGANICA (%)

12

10 jul-07
nov-07
8
6
4

2
0
C1

C3

N2
N5

O2
O4

Q1

Q5
A1
A3

A5

B2

B4

P2

P4

Fig. 27. Contenido de Fósforo total en los sedimentos

300
dic-06
mar-07
jul-07
PT (ug/g PF)

200

100

0
A1
A2
A3
A4
A5
B1
B2
B3
B4
B5

P1
P2
P3
P4
P5
C1
C2
C3
C4
N2
N3
N5
O1
O2
O3
O4

Q1
Q3
Q5
Fig. 28. Contenido de Nitrógeno total en los sedimentos
700
600 dic-06
mar-07
NT (ug/g PF) 500 jul-07
400
300
200
100
0
A1
A2
A3
A4
A5
B1
B2
B3
B4
B5
C1
C2
C3
C4
N2
N3
N5
O1
O2
O3
O4
P1
P2
P3
P4
P5
Q1
Q3
Q5
Fig. 29. Contenido de Clorofila a en los sedimentos
30
123,76
dic-06
CLOROFILA a (ug/g PF)

mar-07
20

10

0
A1
A2
A3
A4
A5
B1
B2
B3
B4
B5

P1
P2
P3
P4
P5
C1
C2
C3
C4
N2
N3
N5
O1
O2
O3
O4

Q1
Q3
Q5
Fig. 30. Metales pesados en los sedimentos colectados el 20 de julio de 2007

25 Cromo 50 Plomo
Cobre Zinc
20 40
O3
(mg / kg)

(mg / kg)

15 30

10 20

5 10

0 0
A1
A3
A5

A1
A3
A5
O2
O4

Q1
Q5

O2
O4

Q1
Q5
B2
B4

P3

B2
B4

P3
C1
C4
N5

C1
C4
N5
Figura 31. Distribución de la riqueza genérica del zoobentos entre los arroyos
50 Diciembre de 2007 50 Marzo de 2008
RIQUEZA (Géneros)

40 40

30 30

20 20

10 10

0 0
A1
A3
A5

A1
A3
A5
O2
O4

Q1
Q5

O2
O4

Q3
B2
B4

P2
P4

B2
B4

P2
P4
C1
C3
N2
N5

C1
C3
N2
N5
50 Julio de 2008 50 Noviembre de 2008
RIQUEZA (Géneros)

40 40

30 30

20 20

10 10

0 0
A1
A3
A5

A1
A3
A5
O2
O4

Q3

O2
O4

Q3
B2
B4

P2
P4

B2
B4

P2
P4
C1
C3
N2
N5

C1
C3
N2
N5
Tabla 9. Composición taxonómica del zoobentos encontrado en los cuatro muestreos

Phylum Clase Orden Familia / Género Phylum Clase Orden Familia / Género

ANNELIDA MOLLUSCA
Oligochaeta Pelecypoda
Haplotaxida Eulamellibranchia/Veneroidea
Naididae / Pristinella Sphaeridae/Pisidiidae
Pristina Byssanodonta
Dero Eupera
Allonais Corbiculidae / Corbícula
Haemonais Pomacea
Amphichaeta Pisidium
Homochaeta Unionoida Hyriidae / Diplodon
Tubificidae / Tubifex Gastropoda Pulmonata
Limnodrilus Basommatophora
Phreodrilidae / Phreodrilus Ancylidae / Género X
Hirudinea Hydrobiidae/Heleobia
Hirudiniformes/Glossiphoniiformes Potamolithus
Macrobdellidae/Glossiphoniidae Planorbidae / Gen.1
Hellobdela Drepanotrema
Batracobdella Antilorbis
Biomphalaria
Acrorbis
Physidae / Género X
Phylum Clase Orden Familia / Género
ARTHROPODA Palaemonidae / Macrobranchium
Crustacea Paleomonetes
Malacostraca Aeglida/Aegla platense
Amphipoda / Hyalellidae / Hyalella Isopoda / Aegidae/
Decapoda Pseudosphaeroma

Insecta Leptophlebiidae / Thraulodes


Ephemeroptera Needhamella
Caenidae / Caenis Ulmeritus
Traverella Polymitarcyidae / Campsurus
Baetidae / Baetodes Asthenopus
Americabaetis? Leptohyphidae / Haplohyphes
Cloeodes Leptohyphes
Camelobaetidius Plecoptera
Tricorythodes Anacroneurinae / Anacroneuria
Gripopterygidae / Paragripopteryx

Odonata Gomphidae / Archeogomphus


Coenagrionidae / Ischnura Agriogomphus
Nehallenia Gomphus
Telebasis Progomphus
Zoniagrion Phyllocyla
Acanthagrion Octogomphus
Argia Cyanogomphus
Hyponeura Phylogomphoides
Protoneuridae Libellulidae / Perithemis
Hyponeura Macrothemis
Enallegma Nannothemis
11 spp. no id. Erytrodiplax
Agriidae Tramea
Agrion Erythemis
Hetaerina Aphylla
Lestidae / Lestes Aeshnidae / Aeshna
Mecistogaster Anax
Coleoptera Curculionidae / Listronotus
Scirtidae/Helodidae Notiodes
Hydrocyphon Dytiscidae / Hydrovatus
Cyphon Laccophilus
Carabidae N/I Yola
Hydrophilidae Dysticus
Hidrophilus Megaloptera
Derallus Corydalidae / Corydalus
Hydrous Lepidóptera
Enochrus Pyralidae / Nymphulinae N/I
Laccobius Trichoptera
Berosus Hydroptilidae / Oxyethira
Phaenonotum Hydroptila
Tropisternus Ochrotrichia
Dryopidae / Helichus Limnephilidae /
Dryops Monocosmoecus
Elmidae / Hydropsychidae /
Potamophilus Hydropsyche
Dupophilus Macronema
Stenelmis Leptonema
Riolus Smicridea
Esolus Helicopsichidae /
Oulimnius Helicopsyche
Elmis Philopotamidae / Chimarra
Stenelmis Ecnomidae / Austrotinodes
Esolus Leptoceridae / Triplectides
Limnius Nectopsyche
Oulimnius Atanatolica
Microcylloepus Polycentropodidae /
Gyrinidae / Gyrinus Cyrnellus
Androgyrus Polycentropus
Chrysomelidae / Donacia Odontoceridae / Barypenthus
Psephenidae / Psephenus
Psephenops

Clase Orden Familia / Género


Díptera Chaoboridae / Chaoborus
Cecidomyiidae / Monardia Ceratopogonidae / Probezzia
Chironomidae Forcipomyia
Chironominae Simulidae / Simulium
Chironomus Tipulidae / Prionocera
Dicrotendipes Tipula
Glyptotendipes Lispe
Corynoneura Limnoniidae / Hexatoma
Georthocladius Limnophila
Cryptochironomus Anthomyiidae / Limnophora
Polypedilum Stratiomyidae / Odontomyia
Beardius Psychodidae / Psychoda
Pseudochironomus Tabanidae / Tabanus
Tribelos Coenomyidae N/I
Thienemannimyia Hemíptera
Tanypodinae Pleidae / Neoplea
Paratanytarsus Belostomatidae / Belostoma
Nimbocera Lethocerus
Rheotanytarsus Ranatridae / Ranatra
Paramerina Limnocoridae / Pelocoris
Psectrotanypus Veliidae / Gen. 1
Orthocladiinae Rhagovelia
Orthocladius Hebridae / Hebrus
Cricotopus Corixidae / Tenagobia
Lopescladius Ectemnostega
Eukiefferiella Ectemnostegella
Anatopyniini Centrocorisa
Paralauterborniella Naucoridae / Placomerus
Einfeldia Limnocoris
Pentaneura Pelocoris
Thienemaniella Cryphocricos
Ephydridae Notonectidae / Martarega
Brachydeutera Notonecta
Tribelos Buenoa
Culicidae / Culex Gerridae / Brachymetra
Aedes Halobaptopsis
Culicoides Hydrometridae / Hydrometra
Fig. 32. Abundancia relativa de los principales géneros del zoobentos.

Hellobdela Stenoph. Marzo de 2007 Psephen.


Ischnura Dero
Baetis
Heleobia
Limnius
Caenis Heleobia
Hellobdela
Tenagobia
Chironom.
Eupera
Chironom
Hyalella Biomph.
Riolus Macrobra
Diciembre de 2006 nchium

Baetis
Helobdella
Helobdella
Nimbo-
cera Simulium Biompha-
Baetis Hyalella
laria
Nimbocer
Paragri- a
Hyalella
popteryx
Heleobia Chirono-
mus Heleobia
Chirono-
Caenis mus Caenis

Julio de 2007 Noviembre de 2007

Fig. 33. Distribución de abundancia (número de individuos colectados) por género.

10000 Diciembre de 2006 10000 Marzo de 2007

1000 1000
ABUNDANCIA
ABUNDANCIA

100 100

10 10

1 1
GENEROS GENEROS

10000 Julio de 2007 10000 Noviembre de 2007


ABUNDANCIA

ABUNDANCIA

1000 1000

100 100

10 10

1 1
GENEROS GENEROS
Fig. 34. Distribución de la frecuencia de aparición por género
0,8 Diciembre de 2006 0,8 Marzo de 2007
Heleob. Heleob.

FRECUENCIA
0,6 0,6
FRECUENCIA

Caenis Hellobd.
Hyalella Biomph.
0,4 0,4
Dero Gundl.

0,2 0,2

0 0,0
GENEROS GENEROS
0,8 Julio de 2007 0,8 Noviembre de 2007

Hyalella

FRECUENCIA
Hyalella 0,6
FRECUENCIA

0,6 Caenis
Caenis
Baetis Baetis
Heleobia 0,4 Heleobia
0,4

0,2
0,2
0,0
0,0
GENEROS
GENEROS
DIVERSIDAD DE SHANNON DIVERSIDAD DE SHANNON DIVERSIDAD DE SHANNON DIVERSIDAD DE SHANNON
(bits/ind) (bits/ind) (bits/ind) (bits/ind)

0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
3,5
4
4,5
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
3,5
4
4,5

0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
3,5
4
4,5

0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
3,5
4
4,5
A1 A1 A1 A1

A3 A3 A3 A3

A5 A5 A5 A5

B2 B2 B2 B2
Figura 35. Diversidad de Shannon (log2)

B4 B4 B4 B4
Marzo 2007

Julio de 2007
C1 C1 C1 C1

Noviembre de 2007
C3 C3
C3 C3
N2 N2
N2 N2
Diciembre de 2006

N5 N5
N5 N5
O2
O2 O2 O2
O4
O4 O4 O4
P2
P2 P2 P2
P4
P4 P4 P4
Q1
Q3 Q3 Q3
Q5
Fig. 36. Agrupamiento de las estaciones por presencia o ausencia de géneros del zoobentos en
el orden acostumbrado de arriba a abajo.
Fig. 37. Agrupamiento de las estaciones por la abundancia de los géneros de zoobentos
(Distancia de Bray-Curtis) en los cuatro muestreos, de arriba abajo (sigue en la página
siguiente)
Fig. 38. Riqueza específica del fitobentos por estación en diciembre de 2006.
30
RIQUEZA ESPECIFICA

20

10

0
A1 A2 A3 A4 B2 B3 B4 B5 C1 C2 C3 C4 N2 N5 O1 O2 O3 O4 P1 P2 P3 P4 Q1 Q3 Q5

Tabla 6. Composición específica del fitobentos en todas las estaciones en diciembre de 2006.

Acantidium sp. Gonphonema mexicanum Nitzschia gracilis


Achnanthes sp. Gonphonema parvulum Nitzschia hugarica
Amphipleura lindheimeri Gonphonema respectabile Nitzschia intermedia
Amphipleura pellucida Gonphonema sp. Nitzschia linearis
Amphora charrua Gonphonema sp. 3 Nitzschia nana
Amphora copulata Gonphonema sp. 4 Nitzschia palea
Amphora sp. Gonphonema sp.2 Nitzschia pusilla
Amphora veneta Gyrosigma obtasum Nitzschia sp.
Caloneis bacillum Hiptodonta capitata Nitzschia sp. 2
Cocconeis placentula Melosira sp. Nitzschia tenuis
Cocconeis sp. Melosira sp.simil ambigua Pinnularia acrosphaeria
Craticula ambigua Navicula capitatoradiata Pinnularia divergens
Cyclotella meneghinana Navicula cryptocephala Pinnularia sp.
Cyclotella sp Navicula cryptonella Pinnularia sp.2
Cymbella charrua Navicula gregaria Pinnularia tabellaria
Cymbella cistula Navicula protracta Placoneis sp.
Cymbella cymbiformis Navicula riediana Planothidium frecuentissimum
Cymbella dorseornata Navicula rostellata Pleurisina laevis
Cymbella excisa Navicula sp 5 Pleurosigma sp.
Cymbella tumida Navicula sp 6 Rhoicosphaenia abbreviata
Denticula valida Navicula sp 7 Rhopalodia gibba
Encyonema sprechmannii Navicula sp. 1 Rhopalodia gibberula
Epitemia adnata Navicula sp. 2 Sellaphora densistriata
Epitemia sorex Navicula sp. 3 Sellaphora leavissima
Eunotia major Navicula sp. 4 Sellaphora rhombicarea
Fallacia sp. Neidium sp. Sellaphora rioplatensis
Fragilaria capucina Nitzschia acicularioides Sellaphora sp.
Fragilaria sp. Nitzschia agnita Sellaphora sp.2
Gonphonema acuminatum Nitzschia amphibia Stauroneis sp
Gonphonema affine Nitzschia constricta Surirella brebissonii
Gonphonema apicatum Nitzschia denticula Surirella ovalis
Gonphonema batei Nitzschia dissipata Surirella sp.
Gonphonema capitata Nitzschia frustulum Synedra ulna
Fig. 39. Agrupamiento de las estaciones por presencia/ausencia de especies
fitobentónicas en diciembre de 2006.

Fig. 40. Distribución de frecuencias de especies fitobentóniocas en diciembre de 2006.

15
FRECUENCIA

10

0
0 20 40 60 80 100
ESPECIES

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