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No recuerdo que en los tiempos recientes se haya hablado tanto de una película dirigida por
un mexicano como se ha hablado de Roma 1 en los últimos meses. Con mucha menos
visibilidad y sin tantos reflectores y polémicas, en algunos festivales se presentó una cinta
que, según varias sinopsis, se antojaba otra Roma, acaso en una versión menos
mainstream.2 Pero El ombligo de Guie’dani,3 a pesar de las similitudes que tiene con la
película de Cuarón, desarrolla una narrativa con un carácter diferente, con un personaje
principal mucho más desarrollado y complejo, 4 que a partir de recursos sutiles pero
pobres, indígenas) a esferas sociales privilegiadas. A través del ejemplo de una casa, donde
habitan una familia y sus empleadas, se manifiesta el carácter excluyente de las estructuras
perspectiva de una niña indígena en México, me parecía un reto importante para un director
catalán, no por un prejuicio nacionalista, sino por la complejidad que implica mantener un
lugar de enunciación tras la cámara, y al mismo tiempo construir un lugar narrativo desde el
que se relata una cotidianeidad conflictiva que es ajena incluso para gran parte de los
habitantes de México.
1
Alfonso Cuarón, México, 2018.
2
“Guie’dani, una niña indígena zapoteca y su madre, entran a trabajar para una familia de clase media de la
Ciudad de México. La pequeña no se adapta y es conflictiva. Todo cambia cuando conoce a Claudia, una niña
rebelde con la que entabla una intensa relación”. http://ficunam.unam.mx/pelicula/xquipi-guiedani/
Consultado por última vez el 13 de abril de 2019.
3
Xavi Sala, México, 2018.
4
Guie’dani es interpretada por la actriz no profesional Sótera Cruz.
A pesar de las notables similitudes temáticas (los personajes principales de ambas
torno a las necesidades, deseos y problemáticas de ciertos grupos sociales en cuya figura se
mestizaje o la identidad mexicana. Es inevitable comparar El ombligo con Roma, al ser dos
una recrea una década pasada y es protagonizada por una mujer adulta, y la otra se sitúa en
la contemporaneidad y centra su relato en una niña, ambas historias tocan temáticas que
tras el paso de los años continúan revelando la heterogeneidad social y cultural que convive,
técnicos que hacen de Roma una película profundamente formalista. Sin embargo, creo que
para hablar del futuro del cine iberoamericano también es preciso resaltar que la forma,
además de constituir una poética, constituye una política. Pienso que un elemento por
medio del cual se puede articular una dialéctica entre estas dos caras es la construcción de
controversias.5
los personajes como “agentes causales”.6 Esto quiere decir que, a partir de sus acciones, se
detonan sucesos que van hilando la trama. Por su parte, Fernando Canet y Josep Prósper7
señalan casos más complejos, en que la personalidad de los personajes tiene un grado más
profundo de desarrollo, lo que impide que los caracteres se vean supeditados a las líneas de
acción, y por el contrario, implican una complicación narrativa por medio de sus acciones y
rasgos.
que dictan otros personajes. Ella sirve a la familia desde la conformidad, incluso desde la
o de su novio. Se muestra consciente del lugar que ocupa en la vida familiar y laboral, y las
relaciones que se construyen entre los personajes llegan a naturalizarse en el marco de una
cotidianeidad que transcurre sin ser alterada por deseos, impulsos, o rasgos del personaje.
La única secuencia en que una acción de Cleo resulta determinante es cuando impide que
los hijos de su jefa se ahoguen en el mar. Cleo, sin saber nadar, se interna en el agua para
5
Un ejemplo reciente es la carta del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, al gobierno
español, solicitando el ofrecimiento de una disculpa por los atropellos e injusticias llevados a cabo durante el
proceso de la Conquista de México hace 500 años. Dicha carta generó gran revuelo mediático y la expresión
de opiniones discordantes al respecto.
6
David Bordwell y Kristin Thompson, El arte cinematográfico (México: McGraw-Hill, 2003), 63.
7
Fernando Canet y Josep Prósper, Narrativa audiovisual. Estrategias y recursos (Madrid: Síntesis, 2009), 87-
88.
8
Interpretada por la actriz no profesional Yalitza Aparicio.
sacar a los niños, sabe que es preciso arriesgar su vida para la preservación del orden y lo
hace sin dudar. En el epílogo de dicha secuencia Cleo se sincera y confiesa que no quería
ser madre, lo cual representa una rebeldía ante los acontecimientos; pero es una rebeldía
callada, que además de hablar del marco social restrictivo de los años setenta, habla de un
personaje que parece no tener poder de decisión sobre su vida. Algunos han encontrado en
“La textura de la película está llena de pistas sutiles que indican que la imagen de bondad
de Cleo es una trampa, el objeto de crítica implícita que denuncia su dedicación como
secuencia del mar, haciendo una analogía entre dicha distancia y el desapego de Cleo
desarrollo de la individualidad del personaje provoca que Roma pueda llegar a verse como
una composición en plano de conjunto donde Cleo es una pieza de un orden general que
puede tener altibajos (gritos, insultos, abandonos, abortos involuntarios, separaciones), pero
que por la ecuanimidad del discurso se puede resolver comprando un auto más pequeño y
directa las contradicciones de la convivencia. Hay muchos detalles que resaltan los hábitos
9
“Slavoj Zizek sobre Roma de Alfonso Cuarón. ‘Es celebrada por las razones equivocadas’”, en
http://culto.latercera.com/2019/01/17/slavoj-zizek-roma-alfonso-cuaron/ Consultado por última vez el 15
de abril de 2019.
10
La poca recurrencia al close up (que en el cine convencional funcionan para enfatizar el impacto
emocional de los estímulos en los personajes) en Roma es notable, no solamente respecto a Cleo, sino
también respecto a su empleadora (Marina de Tavira), por mencionar otro ejemplo.
11
Una de las críticas más agudas en este sentido se encuentra en el blog:
https://tierrabaldia112830657.wordpress.com/2018/12/17/roma-o-lo-bonito-de-ser-pobre/ Consultado por
última vez el 15 de abril de 2019.
y afectos de Guie’dani, y cómo éstos chocan con su nuevo entorno: tanto ella como su
madre, a pesar de tener cubiertos a su disposición, comen con tortillas; la niña prefiere
bañarse a jicarazos en lugar de usar la regadera; entre ellas hablan en su lengua nativa en
lugar de hablar en español (como sucede también en Roma),12 etc. La presentación de estas
indígenas; sin embargo, el desarrollo de los rasgos de Guie’dani provoca que se ponga en
Al igual que en Roma, en apariencia la familia recibe con amabilidad a madre e hija
cuando se mudan a la ciudad; no obstante, en particular los hijos adolescentes, son hostiles.
En diversas tomas en que la construcción espacial del plano resalta las divisiones tácitas
existentes dentro de la casa, con el uso de puertas, barandales, y otras estructuras tras las
que Guedani se oculta para escuchar hablar a la familia, ella toma conciencia de la
hipocresía de quienes la rodean. Sin embargo, Guie’dani reacciona de manera más activa y
explícita, volviéndose ese agente causal que representa la resistencia del personaje a los
procesos de imposición de un modelo de vida: entra sin permiso a las habitaciones, toca los
objetos, mete su mano a la pecera, vacía el agua de un florero sobre la computadora del jefe
de familia, etc.
Hay en el relato varios gestos de desobediencia de la niña, desde sus paseos por los
espacios prohibidos de la casa hasta su amistad con Claudia, la hija de otra empleada
doméstica de una casa vecina. Cuando Guie’dani y Claudia se conocen se establece entre
12
También en El ombligo… los integrantes de la familia a veces se comunican en inglés, pero en este caso
este tipo de escenas retratan la hipocresía de los personajes de cara a sus empleadas.
ellas una lealtad horizontal, y sólo el hecho de conservar esa amistad detona
regaña a las niñas, ordenando a Guie’dani que termine su amistad con Claudia. Este gesto
de ocupación del espacio ajeno es producto de los rasgos fuertes que caracterizan al
personaje. Asimismo, esta rebeldía se manifiesta cuando a pesar de los esfuerzos del padre
surten efecto, ya que ella no es dócil ante los procesos de absorción en un sistema cultural
impuesto.
Quizá El ombligo no tiene una estructura formal tan preciosista, pero expone
elementos que hacen de su relato una obra por momentos intimista, que individualiza al
los otros y que Guie’dani también tiene un lugar de enunciación, una mirada y un cuerpo
propios con los que puede decir que no. A veces se piensa que el papel del cineasta es “dar
voz” a los grupos no hegemónicos.14 Sin embargo, cada vez es más evidente que no nos
necesitan para hacerse escuchar. Quizá pensar el futuro del cine, particularmente en lo que
se conoce como Iberoamérica15, no se trate de lo mucho que tenemos por decir, sino de lo
que nos ha faltado ver, oír y tocar. Ojalá que cada vez haya más películas que se preocupen,
13
Estas clases son impartidas por un profesor particular que, además, es español.
14
Un ejemplo de esta visión centrípeta del papel del artista es la crítica a la película publicada en Proceso:
Columba Vértiz de la Fuente, “El ombligo de Guie’dani. Película sobre la pérdida de la identidad”, en
https://www.proceso.com.mx/557008/el-ombligo-de-guiedani-pelicula-sobre-la-perdida-de-la-identidad
Consultado por última vez el 20 de abril de 2019.
15
Constructo geopolítico cuyos cuestionamientos exceden los límites de este escrito.
no por seguir forzando lo que tenemos en común, sino por defender la heterogeneidad, las