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En la primera parte de este libro Howard nos cuenta un poco del gran
investigador Jean Piaget; también psicólogo, educador y epistemólogo genetista que se
distinguió por su originalidad. Pero hace énfasis en lo que realizo años mas tarde con
preescolares, el niño adquiere la capacidad de emplear diversos tipos de símbolos con
referencia a la bola de arcilla. Aprende la palabra bola y la emplea más o menos
apropiadamente para referirse a objetos redondos. Cuando juega con muñecos, puede
fingir que les arroja una bola. Puede soñar, mediante imágenes mentales, con objetos
esféricos, y puede imitar los diversos movimientos de una pelota rodando por el piso.
Sin embargo, aún no comprende ciertos principios a los que obedece una bola de
arcilla: no se da cuenta, por ejemplo, de que ésta puede cambiar de forma manteniendo
la misma cantidad de arcilla, ni percibe que un conjunto de cinco bolas dispuestas en
círculo equivale a un conjunto de cinco bolas colocadas en fila. Por estar constreñido a
las imágenes estáticas y a su propia perspectiva, tampoco puede concebir qué aspecto
presenta la bola para alguien que esté en otro lugar de la habitación. Como lo expresa
Piaget, el niño todavía está atrapado en una etapa intuitiva o pero-perativa. Durante los
primeros años escolares, el niño se vuelve capaz de percibir estos y otros principios
relativos a los objetos. Puede "retener" números porque le es posible "revertir" la
operación de "disponer las bolas en círculo", y entiende que la disposición original se
puede reconstruir en cualquier momento...(p.30). Y es de esta manera como Piaget nos
hace claridad en el proceso que tienen los niños y como un adulto vuelve hacer niño
después de haber vivido tantos años; ósea se vuelve un circulo de vida donde cada vez
se aprende y así mimo se olvida.
En la tercera parte de este libro nos habla del desarrollo artístico en los niños
donde se va explorando el misterio de la creatividad artística. Para Howard hay
diferencias entre la actividad artística de los niños y de los adultos. Si bien el niño
puede tener conciencia de que está haciendo cosas de un modo distinto de otras
personas, no aprecia cabalmente las normas y las convenciones de los ámbitos
simbólicos; su intrepidez encierra muy poca significación. El artista adulto, en cambio,
tiene pleno conocimiento de las normas adoptadas por otros; su voluntad, su
compulsión por rechazar las convenciones se concreta, cuando menos, con total
conciencia de lo que está haciendo y en muchos casos a un considerable costo psíquico.
Como observó una vez Picasso, "Yo antes dibujaba como Rafael, pero me llevó una
vida entera aprender a dibujar como un niño"(p.110). En cuanto El Niño como Artista;
la idea del niño pequeño como artista se hace más convincente a la luz de lo que ocurre
en la vida de los chicos durante los años siguientes a la primera infancia. Poco después
de ingresar en la escuela, el encanto, la originalidad y el atractivo de los trabajos que
realizan los niños ya no son tan visibles. Casi todos los que han estudiado este tema
concuerdan en que ocurre una diminución en la cantidad de trabajos producidos que
podrían considerarse artísticos. Los chicos de ocho, nueve o diez años tienen menos
probabilidades que los más pequeños de producir copiosas colecciones de dibujos,
pinturas, figuras de arcilla o construcciones tridimensionales. A esta edad, también es
menos factible que creen figuras retóricas. Por otra parte, esta reducción cuantitativa va
acompañada de un decisivo cambio de actitud. Estos niños rechazan las obras de arte
impresionistas o abstractas producidas por otros, así como manifiestan su hostilidad
hacia las figuras retóricas: "No se puede decir que una corbata sea chillona, porque las
corbatas no chillan". Esta atracción por el realismo y la literalidad, esta aversión por lo
fantasioso y lo atrevido, ha impresionado a algunos observadores al punto de llevarlos a
definir una "etapa literal" en el desarrollo artístico, durante los primeros años
escolares(p.115).
Y en cuanto a los conceptos y errores de los niños respecto a las artes en
colaboración de Ellen Winner realizaron una encuesta a los niños de distintas edades
para saber que pensaban del arte y aunque no tenían en mente que acertaran con una
respuesta, solo querían comprobar como desarrollaban la comprensión de distintas
formas y procesos artísticos. Howard y Winner decían que no tenían en mente ninguna
respuesta explícitamente "correcta", sino que nuestro propósito era entender mejor lo
que piensan los niños de diferentes edades acerca del arte. Y descubrimos que,
independientemente de la clase social a la que pertenezcan, los chicos atraviesan tres
etapas distintas en su comprensión del arte. Los muy pequeños, de entre cuatro y siete
años, pasan por una fase mecanicista en la que se concentran en los aspectos concretos
del arte. Si se le pregunta a un chico de cinco años de dónde salió una pintura de Goya,
por ejemplo, es posible que responda que de una fábrica. Los niños de esta edad
conciben la producción artística como una actividad simple, mecánica, y creen que
todos los juicios respecto de la calidad artística son igualmente válidos. Alrededor de
los diez años los chicos son muy literales y piensan que una pintura debería ser una
copia fiel de la realidad. A diferencia de los más pequeños, creen que existen modos de
decidir si una obra es buena o mala: el criterio a emplear es el grado de realismo
logrado. Los adolescentes tienen una visión más compleja del arte, y sus actitudes no
son tan rígidas como las de los niños de menos edad. Admiten diferencias de opinión y
de valoración, pero a semejanza de los preescolares, también pueden considerar que
toda evaluación del arte es relativa(p.125,126). De esto se lleva a cabo la diferenciación
simbólica artística temprana pero del mismo modo, tampoco se han descubierto las
razones por las que las obras de distintos niños presentan características muy diferentes.
Las recientes investigaciones centradas específicamente en el empleo creativo de
símbolos por parte del niño brindan nuevas esperanzas de que algún día se pueda
resolver el enigma de la habilidad artística infantil(p.132).
Howard también nos cuenta un poco de la edad de oro del dibujo y que es
bastante significativa para el niño y se empieza a vivir entre la edad de cinco (5) a siete
(7) años; en esta etapa logran una notable expresividad en sus dibujos para la sociedad.
Howard nos dice que: “Habiendo aprendido ya a dominar los procedimientos básicos
del dibujo y a producir semejanzas aceptables, continúan ahora realizando trabajos que
son vividos, organizados y casi invariablemente agradables. Se tiene la impresión de
que el niño se está expresando directamente a través de su dibujo que cada línea, forma
y diseño transmiten los sentimientos interiores, así como los temas explícitos,
contenidos en su intento por comprender el mundo(p.149).
Y es de esta manera como Howard nos cuenta y nos enseña de una manera
interesante, un poco compleja pero de la misma manera clara para llevar paso a paso lo
que se quiere lograr con la actividad artística que posee el niño, un adolecente hasta un
adulto. Nos ha hablado de la originalidad que tiene cada persona en especial los niños
para crear su música, su cuento literario, sus obras (dibujos, o lo que llamamos
mamarrachos y garabatos), la capacidad en que ellos pueden realizar las cosas.
También influye la educación, la comunicación y la transmisión de conocimientos por
parte de un docente o una persona que es la base de apoyo que frecuentemente esta
acompañando el proceso de desarrollo que lleva el niño o quizás un adulto. De esta
manera se va haber reflejado las potencialidades sobre la formación óptima de las
aptitudes artísticas fomentando actividades creativas., y así mismo ir corrigiendo el
plagio las falsificaciones lo que en unos años mas delante de un infante que será
adolecente lo vera mas fácil hacerlo, que realizar una obra de su autoría. Llamando la
atención que con todo lo que puedan crear desde lo que ven e imaginan, desde un
juguete hasta una obra en cualquier contexto siempre va ser mejor que sea propia a una
replica falsificada; y no es justificación de que siempre el cerebro humano se apoyará al
sistema visual esto solo puede suceder cuando hay un percance de salud como lo son
las lesiones cerebrales.
Howard por ultimo hace unos breves escritos sobre obras como lo son la
pintura, la lengua y lingüística, la música después de lesiones cerebrales y nos lleva a
reflexionar que siempre de una u otra manera se puede llegar a la cúspide y al éxito
realizando una gran esfuerzo por lograr lo que se quiere y como se quiere hacer el
objetivo de cada uno ya propuesto.