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producidas por las glándulas endocrinas bajo el control del sistema nervioso central.
Mientras las hormonas sexuales son necesarias para el desarrollo fisiológico de las
características sexuales, la activación y motivación humana dependen de la corteza
cerebral y el hipotálamo, ambos órganos están en nuestro cerebro, el hipotálamo actúa
como un reloj que coordina el trabajo con las glándulas endocrinas y que determina la
aparición de la pubertad, los ciclos de fertilidad y la excitación sexual. El hipotálamo está
relacionado con nuestras emociones, así como la corteza cerebral con nuestra conducta.
Existe una gran variación en el crecimiento de los varones, en promedio los primeros
cambios se observan alrededor de los 12 ó 13 años. A los 11 años aparecen las
características precursoras de la adolescencia debido a la estimulación sexual o no
sexual, la erección del pene ocurre espontáneamente. El pene y el escroto crecen
alrededor de los 12 años y las erecciones son más frecuentes aunque la expulsión del
semen es posterior, a los 13 y 14 años se produce la aparición del vello púbico y la
eyaculación con la secreción de esperma. A continuación aparece el cabello en las axilas
y el vello facial seguido por el vello púbico. Durante este periodo aparecen las emisiones
nocturnas, y a los 14-15 años hay el cambio de voz
El tamaño del pene varía sin tener relación con el tamaño del cuerpo, el tamaño del pene
tiene que ver con el placer experimentado por la pareja, el pene está compuesto por tejido
esponjoso y eréctil, que cuando se repleta de sangre se vuelve erecto.
El glande es la cabeza en forma de cono que tiene el pene y es la parte más sensible y
excitable del cuerpo del hombre. La corona se encuentra en el borde del glande donde se
une el glande con el cuerpo del pene. Durante la estimulación, la corona es la fuente
primaria de placer sexual y la excitación.
En el prepucio justo detrás del glande, se encuentran glándulas sebáceas que secretan
un lubricante. Esta secreción junto con las células que desecha el glande y la corona
forman una sustancia lechosa llamada esmegma cuya acumulación puede producir
infección.