Contexto económico
Coyuntura económica
La economía india ha resistido mejor que la de otros países emergentes a la ralentización
de la economía mundial, y ha aprovechado los precios bajos del petróleo en los últimos
años. Según cifras del FMI, la economía india creció 7,3% en 2018, que corresponde al
mayor crecimiento en dos años, y al más fuerte desde el primer trimestre de 2016,
impulsada por un repunte de la actividad industrial, sobre todo en manufacturas y
construcción, y una expansión de la agricultura. Los sectores que registraron un
crecimiento por sobre 7% incluyen a las manufacturas; suministro de electricidad, gas y
agua; construcción, y administración pública y defensa. India además registro el tercer
mayor crecimiento en el mundo en 2018. Se prevé que el crecimiento siga elevando en
los próximos dos años, con cifras de 7,4% en 2019 y 7,7% en 2020.
El déficit fiscal de la India fue 101,93 mil millones USD a fines de noviembre de 2018.
Esto corresponde a 114,8% del presupuesto fijado para ese año, principalmente debido
a un cumplimiento más bajo del ingreso y el aumento en el gasto, con una deuda
proporcional al PIB que sigue siendo elevada. Esto corresponde a un ligero aumento con
respecto al año anterior del objetivo presupuestario (112%). La tasa de inflación creció
de 3,6% en 2017 a 4,7% en 2018. Sin embargo, la economía busca moverse hacia un
régimen de precios más estable. Además, en 2018 el déficit del gobierno fue de -6,6%
del PIB, y se prevé que esta cifra se mantendrá en los años siguientes. En 2018, el primer
ministro Narendra Modi prosiguió su programa de reformas con el objetivo de sanear
las cuentas públicas, promover las inversiones y el desarrollo industrial, y mejorar el
clima de negocios. Desde las elecciones, el gobierno aprobó un proyecto de ley fiscal
sobre bienes y servicios claves (que busca transformar a los 29 estados en un mercado
común) e incrementó los capitales de IED en algunos sectores, con diferentes reformas
económicas enfocadas en cambios administrativos y de gobierno. En caso de que el
primer ministro Narendra Modi continúe en el poder después de las elecciones de 2019,
no debieran cambiar las bases que sustentan las políticas públicas. La mayor reforma de
Modi, con un gran impacto de las finanzas públicas, y la mayor herramienta contra la
evasión fiscal, fue introducir el impuesto a bienes y servicios. Otra decisión del gobierno
fue declarar de improvisto que los billetes de alto valor –que corresponden a 86% del
efectivo– ya no tendrían valor, y que debían ser depositados en bancos. Esta política fue
elaborada para combatir la economía informal. Tras un período inicial marcado por
cierta incertidumbre, se piensa que la medida tuvo un efecto positivo en la economía
del país (por ejemplo, desde abril de 2017 más del doble de indios ha entregado su
declaración fiscal en comparación con el mismo período del año anterior). Sin embargo,
los desafíos de largo plazo son importantes, entre los cuales: la discriminación en India
contra las mujeres y mujeres jóvenes, un sistema ineficiente de producción y
distribución de electricidad, una protección ineficaz de los derechos de propiedad
intelectual, una infraestructura inadecuada de transportes y agrícola, oportunidades
laborales limitadas en el sector no agrícola, un gasto elevado y subsidios mal enfocados,
acceso insuficiente a una educación básica y superior de calidad, un éxodo rural
constante.
Se prevé que India sobrepasará a China en cuanto país más poblado del planeta en 2024.
Tiene la mayor población joven. Dicho esto, según la OCDE, más de 30% de la juventud
de India es NEET (sin empleo, educación o formación). India sigue siendo un país pobre:
la renta per cápita es muy baja, casi 25% de la población sigue viviendo por debajo del
umbral de la pobreza (cerca de un tercio de la población mundial que vive con menos
de 1,9 USD al día vive en India) y las desigualdades sociales son muy grandes: el 1% más
rico posee 53% de la riqueza del país. Según informes de la OIT, la tasa de desempleo
fue de 3,5% en 2018 y debiera mantenerse en esa cifra en 2019.
Indicadores de crecimiento 2016 2017 2018 (e) 2019 (e) 2020 (e)
PIB (crecimiento anual en %, precio constante) 7,1 6,7 7,3 7,4 7,7
Saldo de la hacienda pública (en % del PIB) -7,3 -6,7 -6,6 -6,5 -6,4
Endeudamiento del Estado (en % del PIB) 69,5 71,2 69,6 68,1 66,5
Balanza de transacciones corrientes (miles de millones de USD) -14,35 -48,66 -80,42 -74,02 -79,21
Balanza de transacciones corrientes (en % del PIB) -0,6 -1,9 -3,0 -2,5 -2,4
Empleo por sector (en % del empleo total) 41,6 23,9 33,5