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No conozco ningún estudio que explique o CUANDO MENOS examine los periodos en

que las sociedades europeas enloquecieron de odio y estupidez. El ARTE Y LA LITERATURA, en


cambio, los han tratado con altura. Recuerdo cómo me impresionaron aquellos pastores calvinistas
o presbiterianos o vaya usted a saber qué, de las películas de Dreyer y de Bergman. Cómo se hacía
5 evidente que el deseo de castigar y torturar a sus semejantes era mucho mayor que el de ayudarles a
alcanzar el sosiego y la lucidez. Esa pulsión sádica ataviada de bondad religiosa era, finalmente, un
método perverso para mantener el poder como tiranos legales de las almas y los cuerpos de aquellos
infelices que creían en la REFORMA LUTERANA.

No es preciso hablar de otras SECTAS CRISTIANAS que han practicado la abducción y


10 opresión de las ALMAS PÍAS, tanto en TIEMPOS antiguos como MODERNOS. El Tercer Reich
no fue sino un momento extremo de esa PERVERSIÓN DEL PODER religioso, en este caso con la
NACIÓN Y LA RAZA como divinidades. Es un poder retorcido, pero vestido de blanco, que aún
tortura entre nosotros y cuyo auge en la Europa parafascista (que sigue creciendo) es la mayor
amenaza contra la LIBERTAD Y LA RAZÓN que dejamos a nuestros herederos.

15 Pero hay otras FORMAS SUTILES de ASPIRAR AL PODER. Son esos fanáticos
codiciosos que se esconden tras decenas de grupos que exigen unos privilegios a los que las
personas así llamadas “normales” no tienen derecho. De nuevo es el perverso proceso que hace de
las supuestas víctimas unos verdugos cubiertos con el ropaje de la santidad y el pastoreo. [[Contra
la infección fascista y sus sacristanes, contra el mito de NACIÓN E IDENTIDAD, la única
20 medicina es administrar inteligencia ilustrada. Pero sólo a los individuos.]]

F. DE AZÚA, Perversos (El País, 13/11/2018)

PERSONAS DEL DISCURSO LEYENDA

T.ª de la cortesía: actos que amenazan la imagen positiva del emisor: [[ ]]


E AUTOBOMBO, AUTOCOMPLACENCIA…
M
I Construcción del ethos (Retórica aristotélica). Vía persuasiva por la persona misma Letra
S del orador: los elementos en que se apoya la credibilidad del orador son su roja
O discreción, su integridad y su buena voluntad.
R
Anotaciones sobre la deixis personal (Cohesión gramatical, modalidad)

D
E Anotaciones sobre la deixis personal / social (inscripción del tú (Cohesión
S gramatical, modalidad)
T
I T.ª de la cortesía: i) actos que amenazan la imagen positiva del destinatario:
N CONDESCENDENCIA…; ii) actos amenazadores de la imagen negativa:
. ÓRDENES, PROHIBICIÓN [no a las entelequias colectivas: grey, pueblo, nación,
¿ciudadanía?]
V Polifonía: Locutor y voces (Enunciadores); concordancia argumentativa; diálogo
O cristalizado. (Anticipación o hipóbole / Preterición)
. Dialogismo constitutivo: locuciones, compuestos sintagmáticos… MAYÚS.

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No conozco ningún estudio que explique o cuando menos examine los periodos en
que las sociedades europeas enloquecieron de odio y estupidez. El arte y la literatura, en
cambio, los han tratado con altura. Recuerdo cómo me impresionaron aquellos pastores
calvinistas o presbiterianos o vaya usted a saber qué, de las películas de Dreyer y de
30 Bergman. Cómo se hacía evidente que el deseo de castigar y torturar a sus semejantes era
mucho mayor que el de ayudarles a alcanzar el sosiego y la lucidez. Esa pulsión sádica
ataviada de bondad religiosa era, finalmente, un método perverso para mantener el poder
como tiranos legales de las almas y los cuerpos de aquellos infelices que creían en la
Reforma luterana.

35 No es preciso hablar de otras sectas cristianas que han practicado la abducción y


opresión de las almas pías, tanto en tiempos antiguos como modernos. El Tercer Reich no
fue sino un momento extremo de esa perversión del poder religioso, en este caso con la
nación y la raza como divinidades. Es un poder retorcido, pero vestido de blanco, que aún
tortura entre nosotros y cuyo auge en la Europa parafascista (que sigue creciendo) es la
40 mayor amenaza contra la libertad y la razón que dejamos a nuestros herederos.

Pero hay otras formas sutiles de aspirar al poder. Son esos fanáticos codiciosos que
se esconden tras decenas de grupos que exigen unos privilegios a los que las personas así
llamadas “normales” no tienen derecho. De nuevo es el perverso proceso que hace de las
supuestas víctimas unos verdugos cubiertos con el ropaje de la santidad y el pastoreo.
45 Contra la infección fascista y sus sacristanes, contra el mito de nación e identidad, la única
medicina es administrar inteligencia ilustrada. Pero sólo a los individuos.

F. DE AZÚA, Perversos (El País, 13/11/2018)

LEYENDA
TIPOS DE ACTOS DE HABLA
Asertivo: Principio/Máxima de pertinencia (actualidad e interés mediático
del hecho), subordinación al acto director

Directivo
Compromisivo __
Expresivo
Declaración
Acto director Letra
roja

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No conozco ningún estudio que explique o cuando menos examine los periodos en que LAS
sociedades europeas enloquecieron de odio y estupidez. EL arte y la literatura, en cambio, los han
tratado con altura. Recuerdo cómo me impresionaron aquellos pastores calvinistas o presbiterianos
o vaya usted a saber qué, de las películas de Dreyer y de Bergman. Cómo se hacía evidente que el
55 deseo de castigar y torturar a sus semejantes era mucho mayor que el de ayudarles a alcanzar el
sosiego y la lucidez. Esa pulsión sádica ataviada de bondad religiosa era, finalmente, un método
perverso para mantener el poder como tiranos legales de las almas y los cuerpos de aquellos
infelices que creían en la reforma luterana.

No es preciso hablar de otras sectas cristianas que han practicado la abducción y opresión
60 de las almas pías, tanto en tiempos antiguos como modernos. El Tercer Reich no fue sino un
momento extremo de esa perversión del poder religioso, en este caso con la nación y la raza como
divinidades. Es un poder retorcido, pero vestido de blanco, que aún tortura entre nosotros y cuyo
auge en la Europa parafascista (que sigue creciendo) es la mayor amenaza contra la libertad y la
razón que dejamos a nuestros herederos.

65 Pero hay otras formas sutiles de aspirar al poder. Son esos fanáticos codiciosos que se
esconden tras decenas de grupos que exigen unos privilegios a los que las personas así llamadas
“normales” no tienen derecho. De nuevo es el perverso proceso que hace de las supuestas víctimas
unos verdugos cubiertos con el ropaje de la santidad y el pastoreo. Contra la infección fascista y sus
sacristanes, contra el mito de nación e identidad, la única medicina es administrar inteligencia
70 ilustrada. Pero sólo a los individuos.

F. DE AZÚA, Perversos (El País, 13/11/2018)

DIMENSIÓN INFERENCIAL LEYENDA

P LINGÜÍSTICAS: sirviéndose de ciertas unidades de la lengua, el locutor presenta como


R naturalmente existentes, fácticas, ajustadas a la realidad en su descripción y valoración,
E
nociones que podrían ser puestas en tela de juicio (→ modalidades epistémica y apreciativa)
S
U
P PRAGMÁTICAS: quantum de información presupuesta → actualidad e interés mediático del
O hecho → información (aunque volátil) prominente ahora mismo, en el estado de cosas (f)actual
S
I ILOCUTIVAS O PRAGMÁTICAS PREVIAS: sinceridad, erudición, perspicacia,
C autoridad… → ethos del orador, credibilidad → observancia de las Máximas de calidad y manera
.

CONVENCIONALES (dependen del significado convencional de las palabras)

 Marcadores del discurso: finalmente (ordenador de cierre; Scon – Sproc), en cambio


I
M CONVERSACIONALES (conculcar Máximas griceanas)
P
L  Máxima de pertinencia: salto abrupto en la progresión temática, generación de
I expectativa, no compromete la coherencia
C
A  Máxima de calidad: se afirma algo como exagerado, algo que casi se podría acusar de
T falso
U  Máxima de manera: circunloquio, rodeo: deja entender que la «normalidad» es una
R
A ficción, que las minorías que se arrogan privilegios no son personas normales, sino
S anormales…
 Máxima de manera y calidad: metáfora: se da a entender que lo anterior es una
pandemia, una enfermedad, una suerte de peste ideológica.
No conozco NINGÚN estudio que explique o CUANDO MENOS examine los periodos en
75 que las sociedades europeas enloquecieron de odio y estupidez. El arte y la literatura, en cambio, los
han tratado con altura. Recuerdo cómo me impresionaron aquellos pastores calvinistas o
presbiterianos o vaya usted a saber qué, de las películas de Dreyer y de Bergman. Cómo se hacía
evidente que el deseo de castigar y torturar a sus semejantes era MUCHO mayor que el de
ayudarles a alcanzar el sosiego y la lucidez. Esa pulsión sádica ataviada de bondad religiosa era,
80 finalmente, un método perverso para mantener el poder como tiranos legales de las almas y los
cuerpos de aquellos infelices que creían en la reforma luterana.

No es preciso hablar de otras sectas cristianas que han practicado la abducción y opresión
de las almas pías, tanto en tiempos antiguos como modernos. El Tercer Reich no fue sino un
momento extremo de esa perversión del poder religioso, en este caso con la nación y la raza como
85 divinidades. Es un poder retorcido, pero vestido de blanco, que aún tortura entre nosotros y cuyo
auge en la Europa parafascista (que sigue creciendo) es la mayor amenaza contra la libertad y la
razón que dejamos a nuestros herederos.

Pero hay otras formas sutiles de aspirar al poder. Son esos fanáticos codiciosos que se
esconden tras DECENAS DE grupos que exigen unos privilegios a los que las personas así
90 llamadas “normales” no tienen derecho. De nuevo es el perverso proceso que hace de las supuestas
víctimas unos verdugos cubiertos con el ropaje de la santidad y el pastoreo. Contra la infección
fascista y sus sacristanes, contra el mito de nación e identidad, la ÚNICA medicina es administrar
inteligencia ilustrada. Pero sólo a los individuos.

F. DE AZÚA, Perversos (El País, 13/11/2018)

MODALIDAD DISCURSIVA LEYENDA

E VERBOS EPISTÉMICOS
P
I VERBOS QUE PRESUPONEN LA EXISTENCIA DEL REFERENTE DE LO ENUNCIADO
S
T EXPRESIONES CERTEZA / DUDA
É
M
MODALIDAD ORACIONAL DECLARATIVA subrayado
I
C
A PROCEDIMIENTO DE ÉNFASIS ASOCIADO A LA MODALIDAD DE LA ENUNCIACIÓN cursiva
ASERTIVA (sesgo sintáctico)
A LÉXICO MARCADO NEGATIVA o POSITIVAMENTE N P
P
R ADJETIVACIÓN APRECIATIVA
E CONSTRUCCIONES ATRIBUTIVAS
C
I CONNOTACIÓN Letra blanca
A
T DEIXIS (¿Eje egocéntrico?; ¿cercanía o lejanía?; ¿adhesión o descreimiento?) P E T S
.
D NECESIDAD Y OBLIGACIÓN
E
Ó MODALIDAD EXHORTATIVA DE LA ENUNCIACIÓN
N
.
ESCENOGRAFÍA ENUNCIATIVA (esfera, género, tono) Y ETHOS
DISCURSIVO

En lo concerniente a la actividad enunciativa1, el texto se circunscribe a la


«escena englobante» del discurso social periodístico. Desde esta escena, los enunciados
asumen una finalidad comunicativa, un efecto al que se subordinan, desde causar
desasosiego hasta propiciar algún grado de identificación, en caso de que el lector
«ratificado y directo», es decir, alineado ideológicamente con el autor, coincida con el
lector real.
Igualmente, en esta parte de la escenografía enunciativa, se esboza ya un rol, de
manera que al interlocutor ya le viene impuesto en alguna medida, por el mismo tipo de
contrato («escena genérica») que suscribe, de consuno con el tipo de comunicación que se
pone en práctica (una columna de opinión). En otros términos, el género, como
«institución discursiva», ya coloca a Enunciador y Enunciatario en unas posiciones
predefinidas.
La comunicación, aquí, se presenta bajo forma monologal, indirecta, in absentia.
Ahora bien, lejos de pretender dar un mitin o incurrir en el sermón o la homilía, de
carácter no infrecuentemente monológicos y donde, por más que se busquen subterfugios,
la distancia entre Locutor y Alocutarios es significativa, el autor se sirve de un tercer nivel
enunciativo, propiamente la «escenografía de texto». Así, para no suscitar tedio, rechazo,
ni empacho, y, en cambio, conseguir propiciar interés, adhesión, aprecio, el autor elige un
tono. En este caso, la escenografía textual es arriesgada, pues asume un grado de certeza
evidente en sus aserciones y valoraciones (si bien la tradición cultural le ampara),
permitiéndose, en última instancia, jugar, quizá, con un cierto tono aciago, aunque no
apocalíptico. De cualquier forma, el hecho de que las tesis mostradas en este tipo de
artículos sean discutibles, no las cancelan o afean, muy al contrario, aquilatan su valor:
una tesis que no merece la pena para qué va a ser siquiera discutida.
Como se observa, la escenografía enunciativa se relaciona con el ethos que
construye el autor del texto que nos ocupa. Esto es lógico, si aceptamos que el tono
elegido conforma subsecuentemente una imagen del escritor, o para ser más precisos, una
imagen incorporada a la voz que resuena en las palabras del texto. Igualmente, en la
medida en que el ethos es una especie de encarnación de la personalidad que el
Enunciador proyecta en la manera subjetiva de su decir, de su escritura, podemos colegir
que esta categoría se vincula también con la modalidad, especialmente con la
modalización apreciativa. Abundaremos en esto enseguida.
El autor, que no duda en usar la primera persona para erigirse garante de lo
enunciado, se coloca a sí mismo en el mundo discursivo asumiendo, además, una
estereotipia cultural bien conocida: la del pensador de izquierdas crítico, como mínimo,
con los desmanes de las instituciones religiosas, cuando no con la religión misma (un
1
«La enunciación constituye, por lo demás, el elemento articulador entre el mundo creado en el texto y el
objetivo pragmático que condiciona su producción, ya que la modalidad de la representación referencial
depende de las finalidades que se persigan» (ADAM y LORDA, 1999: 171). Mientras que DUBOIS (1969:
100) advierte que: «L´énonciation estprésentée soit comme le surgissement du sujet dans l´énoncé, soit
comme la realtion que le locuteur entretient par le texte avec l´interlocuteur, ou comme l´attitud du sujet
parlant à l´égard de son énoncé».
extremo de esta polaridad lo representaría lo que se denomina «comecuras»). La postura
de F. de Azúa, aunque comedidamente, resulta anticlerical, y es difícil que el lector, en
tanto en cuanto co-enunciador, no incorpore al autor a esa «comunidad imaginaria», a la
«formación discursiva» donde ese tipo de representaciones, esquemas y valores circulan.
Sin embargo, si conociéramos su biografía, obras e imagen social con mayor detalle, es
decir, el «ethos prediscursivo» del autor, veríamos que hay una cierta divergencia entre el
lector apasionado de la Biblia del Oso, el autor que no oculta la intertextualidad
veterotestamentaria de algunas de sus obras, y el «ethos discursivo» que construye, que
insinua, en esta columna. La conclusión es clara: no podemos juzgar un autor por un
único escrito, es necesario abundar más en su producción y persona.

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