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NORMATIVAS QUE REGULAN LA FUNCION DEL

ORIENTADOR EN VENEZUELA

La orientación como filosofía descansa sobre los principios


universales que consideran a la dignidad, el valor de la persona,
su unicidad y la libertad individual y sobre los principios de la
vida colectiva, que fijan el rumbo de la vida del hombre y le dan
base para determinar, en lo posible, hasta dónde su conducta
presente y futura puede contribuir al mejoramiento de la vida
humana, y por ende, de la sociedad.
Es preciso analizar acá la labor orientadora desde aristas,
como el marco jurídico institucional que la soporta, el fundamento
filosófico que la contiene y la base contextual sobre la cual se
apoya para realizar su labor.
A partir de lo expuesto, cabe preguntarse si el orientador, en el
contexto socio – cultural actual, cuenta con respaldo legal, con
un marco jurídico institucional que le permita ejercer su labor,
en la formación del individuo así como, las nuevas generaciones
de relevo.
En ese sentido, se consulta la Constitución de la República
Bolivariana de
Venezuela de (1999), en busca de algún asidero legal que regule
la función del orientador, encontrándose que ya en su Preámbulo,
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela CRBV
establece algunos parámetros que pueden guiar la acción educativa
en función de orientador.
Sea pues este el marco jurídico institucional de la acción
orientadora del docente, pero también el fundamento de todo su
contenido axiológico, al favorecer el respeto a la diversidad de
opinión y expresión, y al generar acciones pedagógicas exentas
de discriminaciones, proclive a valores como la libertad, la
independencia, la paz, la solidaridad y el bien común.
Esta definición de Venezuela como un país que no puede estar al
margen de la ley, implica el respeto a todas las convenciones y
acuerdos internacionales sobre Derechos Humanos, el respeto por
todas las manifestaciones religiosas y culturales, y la promoción
de la igualdad de derechos en todos los contextos y en relación
a todas las instancias, tanto del Poder Público como Privado, y
exigiendo de cada individuo un tratamiento igual para los otros,
en tanto que ciudadanos bajo una misma bandera y un mismo
régimen legal. También el Artículo 3 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela CRBV establece parámetros y
obligaciones de parte del Estado para con el ciudadano, y en ese
sentido, el docente es al mismo tiempo garante y promotor de
esas obligaciones estatales, tal como lo establece la CRBV al
señalar:
El Estado tiene como fines esenciales de defensa y el
desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio
democrático de la voluntad popular, la construcción de una
sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad
y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los
principios, derechos y deberes consagrados en esta Constitución.
La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para
alcanzar dichos fines.
En virtud de lo cual el Estado debe proveer y prever los
medios, recursos e instrumentos para lograr el estricto
cumplimiento de lo postulado en el Artículo anterior. Se habla de
la defensa y el desarrollo de la persona, y como ya se ha visto,
la orientación educativa no se limita a facilitar al estudiante
recursos e instrumentos para el aprendizaje, mejores técnicas de
estudio, estrategias para la administración de su tiempo y medios
para defenderse de sus fobias y resistencias contra algunas
asignaturas, sino que capacita para asumir los desafíos que
plantea la vida, utilizando para ello la capacidad de reflexionar,
de resolver problemas, de incorporarse a la vida como sujeto de
hecho y derecho, con pleno goce de todas sus facultades y
consciencia de sus defectos y limitaciones.
Es deber irrenunciable del Estado facilitar el desarrollo de
las condiciones (el contexto) sociales aptas para la promoción de
la prosperidad y el bienestar del pueblo de lo cual deviene que
una educación, administrada por personas cuyo objetivo no sea
solamente realizar un trabajo estable y bien remunerado, sino
compuesto por seres conscientes, comprometidos con sus
estudiantes, que comprenden su ubicación espacio – temporal y
han hecho una opción política por la inconformidad y por la
disposición a fortalecer las oportunidades de éxito de sus
estudiantes, no solo en cuanto al rendimiento escolar, sino al
mejoramiento de sus relaciones interpersonales, familiares y
sociales.
En ese sentido, la CRBV en su Título III, DE LOS DERECHOS
HUMANOS Y GARANTÍAS, Y DE LOS DEBERES, Capítulo I,
Disposiciones Generales, Artículos 19 – 31, es el compendio de
los Derechos Humanos cuyo respeto el Estado se obliga a
garantizar a los docentes, en cuanto transmisores de los valores
constitutivos de la sociedad, y primeros responsables de la
conformación de fundamentos axiológicos del accionar humano,
tienen la responsabilidad de aportar a sus estudiantes el
componente legal en que se sustentan sus derechos como persona
y los mecanismos para hacerlos valer, ante cualquiera autoridad
o persona que pretenda menoscabarlos. En este sentido, el
orientador tiene como reto fortalecer la acción reivindicativa de
los derechos, pero conservar el equilibrio y señalar la importancia
del cumplimiento de los deberes ciudadanos, para que el reclamo
de los primeros goce de la autoridad moral suficiente.
Que las nuevas generaciones aprendan a vivir en un ambiente
de respeto por el derecho ajeno debe ser el desiderata de todo
buen orientador, en la medida que la consecución de tal objetivo
demanda no sólo del conocimiento de las leyes, sino de una actitud
propia proclive a la vivencia de dicho valor, con lo cual el
orientador no solamente será un promotor de los derechos
fundamentales, sino un ejemplo de su cumplimiento.
Por su parte el Capítulo IV, De los Derechos Políticos
y el Referendo Popular, en Su Sección Primera, De los Derechos
Políticos, señala.
Artículo 62. Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el
derecho de participar libremente en los asuntos públicos,
directamente o por medio de sus representantes elegidos o
elegidas. La participación del pueblo en la formación, ejecución
y control de la gestión pública es el medio necesario para lograr
el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto
individual como colectivo. Es obligación del Estado y deber de
la sociedad facilitar la generación de las condiciones más
favorables para su práctica.
De lo cual deviene que la formación del ciudadano para
utilizar plenamente todas sus capacidades, habilidades y
destrezas para una participación asertiva, positiva, propositiva,
cooperativa y solidaria, es el fundamento de la acción orientadora
del docente en el sentido operativo de la orientación educativa.
Es decir, que el orientador no solamente se preocupará por el
debido cumplimiento de las labores propias del sistema educativo,
o por encontrar las razones del bajo rendimiento escolar, sino
que, además, debe contribuir a la preparación del joven para la
vida ciudadana, haciéndole consciente del papel protagónico que
le asignan la Constitución y las Leyes, y enseñándole a ejercer
ese liderazgo con mesura, para que la Ley no se vea desbordada
y deba aplicar los mecanismos coercitivos necesarios para
restituir el orden.
En este mismo sentido que se relaciona con la vida, con el
desenvolvimiento pleno del estudiante no como parte de un proceso
de enseñanza – aprendizaje al cual se quiere a veces ver como
aséptico y divorciado de su contexto histórico-socio-político-
económico-cultural, es el que refleja la Ley Orgánica de
Educación en su artículo 15 donde señala:
Desarrollar el potencial creativo de cada ser humano para
el pleno ejercicio de su personalidad y ciudadanía, en una sociedad
democrática basada en la valoración ética y social del trabajo
liberador y en la participación activa, consciente, protagónica,
responsable y solidaria, comprometida con los procesos de
transformación social y consustanciada con los principios de
soberanía y autodeterminación de los pueblos, con los valores de
la identidad local, regional, nacional, con una visión indígena, afro
descendiente, latinoamericana, caribeña y universal.
En este Artículo, promueve una visión, un deber ser del
hombre y la sociedad en condiciones tales que la promoción de
estos presupuestos constituye materia de estudio para toda una
vida de trabajo docente y más, si se quiere vivenciar la
orientación como labor fundamental del educador. En el centro
de la acción educativa se encuentra el hombre, y como su soporte
fundamental la familia, sin cuyo aporte, presume el legislador
acertadamente, es imposible alcanzar los más altos valores que
se proponen en este Artículo, cuales son la comprensión, la
tolerancia, la convivencia, así como la promoción de una actitud
responsable hacia el planeta y el derecho de los demás a vivir en
un ambiente sano y a proyectarse como un ente capaz de
contribuir con su desarrollo, el de su familia y el de su país.
Desde la Ley Orgánica de Protección al Niño y al
Adolescente (LOPNA, 1998) es posible aportar que este
instrumento legal de reciente creación, ha sido el motivo de no
pocas diatribas y encendidas críticas, al adjudicársele el aumento
de la delincuencia infanto-juvenil en el país como una de las
consecuencias directas de su aplicación, aún cuando algunos
pensadores sostienen que por el contrario son las malas
interpretaciones que se hacen de esta Ley, las que dan origen a
las perversiones presentes. En todo caso, la Ley en su texto tiene
previsto lo siguiente:
Esto constriñe al Estado al estricto acatamiento de todos
los Convenios, Declaraciones, Acuerdos y Resoluciones universales
acerca de los Derechos de los Niños y Adolescentes y a
desarrollar, en el marco jurídico institucional interno, las Leyes
que garanticen el pleno disfrute de todas esas prerrogativas,
conforme al principio progresivo de la Ley, que supone que los
Estados, una vez incorporada una resolución Universal a sus
estamentos jurídicos, ampliarán y perfeccionarán estas
declaraciones, convirtiéndolas en Leyes que superan el contenido
original de las declaraciones suscritas por los dignatarios en
representación de sus ciudadanos.
En atención a ello, el Artículo 4º de la Ley Orgánica para
la Protección del Niño Niña y Adolescentes (LOPNA 1998)
compromete al Estado Venezolano a hacer uso de todos sus
recursos para garantizar el bienestar de los niños y adolescentes.
Eso faculta a los docentes, en ejercicio de la profesión al servicio
del Estado que promulga esta Ley, a tomar todas las previsiones
para asegurar que, desde el punto de vista de la Escuela, el niño,
niña y adolescente pueda tener acceso al disfrute pleno de todos
sus derechos y garantías, pero también esté consciente de sus
deberes, con la finalidad de que pueda vivir en equilibrio, en el
marco del más sano respeto a sus derechos y a los derechos de
los demás. Para esto, el docente acudirá al sentido común y las
Leyes vigentes, con la finalidad de elucidar cuáles sean los
alcances y limitaciones de cada cual.
Pero, ahora bien, ¿debe el docente abordar esa tarea en
solitario? O puede contar con apoyo externo para su realización?
El instrumento legal de la Ley Orgánica para la Protección del
Niño Niña y Adolescentes (LOPNA, 1998) responde clara y
taxativamente a estas interrogantes de la siguiente manera:
Como puede observarse, es la hace a la familia directa e
irrenunciablemente responsable de la aplicación total de la ley en
cuanto a derechos del niño, niña y adolescente se refiere,
consagrando así mismo la obligatoriedad del cumplimiento de la
misma por parte del padre y la madre en igualdad de condiciones.
Nuevamente es al Estado al que corresponde asegurarse de
que existan políticas mediante las cuales la familia pueda cumplir
su comisión. Esto conduce directamente a pensar la
responsabilidad del docente en la promoción del bienestar
familiar, como condición para que el niño, niña y adolescente tenga
un desarrollo armónico. El docente orientador, no se conforma
con observar las condiciones del niño y su rendimiento académico,
en cuanto tiene de respuesta al sistema relacional establecido en
la escuela y particularmente en el aula. Trascendiendo esos
muros, se traslada al hogar y analiza las condiciones socio-
económico-culturales de la familia de la cual proviene el
estudiante, para diagnosticar las posibles carencias que estés
obstaculizando su pleno desarrollo.
Partiendo de esta información, diseña estrategias
metodológicas que pudieran compensar las deficiencias existentes
en el hogar y estudia cursos de acción para proponer salidas a
las dificultades familiares, al mismo tiempo que ayuda al
estudiante a racionalizar la situación y le aporta apoyo para que
encuentre y proponga soluciones a lo interno de la familia.
Lo primero que salta a la vista es la plena conciencia de la
responsabilidad compartida que de manera lúcida establece la Ley
con respecto al Estado, la familia y la sociedad en razón de la
protección de los derechos del niño, niña y adolescente. Pero más
allá, se plantea la primacía de sus derechos por sobre el resto
de los ciudadanos, en cuanto a formulación de Políticas Públicas,
estructuración del Presupuesto Público, acceso a servicios y
protección en casos de desastre, conmoción civil u otras
circunstancias.
Corresponde al educador orientador formar en el niño, niña
y adolescente una conciencia que privilegie el agradecimiento a
quienes así los tratan, con la finalidad de que hagan ejercicio
sobrio de sus derechos, entendiendo que más allá de los mismos
existe también una gama de deberes que deben ser analizados y
comprendidos para que se genere el sano equilibrio social. Educar
pues en el respeto a la otredad, en la comprensión, la tolerancia,
la equidad. Cultivar la humildad y exaltar la paz y la sana
convivencia, como instrumentos para una vida equilibrada, sana y
feliz.
Desde el punto de vista del docente orientador esta
ciudadanía activa no es solamente el uso de los derechos y el
cumplimiento de los deberes civiles y políticos, tal cual lo
establece y comprende la Ley, sino también el goce pleno de sus
facultades mentales, espirituales y físicas, para el
aprovechamiento cabal y prudente de los recursos que le ofrecen
la naturaleza y el entorno social para alcanzar el disfrute de una
vida sana, equilibrada y feliz, guiada por la paz interna y madurez
mental, el establecimiento de relaciones asertivas y cálidas con
los demás seres humanos y la generosa contribución que puede
hacer cada ser humano al bienestar global, trasponiendo el límite
de lo meramente laboral, profesional proyectándose a lo
espiritual y colectivo, a la comprensión de sí mismo como parte
de un conglomerado social y, por lo tanto, corresponsable de su
bienestar.

LOS SERVICIOS DE LA ORIENTACIONEN VENEZUELA

En Venezuela se brindan los servicios de Orientación


Vocacional, Orientación Educativa y Orientación Familiar; a juicio
de Morlés (2008),” la Orientación Vocacional es un conjunto de
prácticas destinadas al esclarecimiento de la problematica
vocacional. Se trata de un trabajo preventivo cuyo objetivo es
proveer los elementos necesarios para posibilitar la mejor
situación de elección para cada sujeto”.
La Orientación Vocacional puede concretarse de forma
individual o grupal,
ya que supone actividades ligadas tanto a la exploración personal
como al análisis de la realidad a través de informaciónsobre la
oferta académica y las particularidades del mercado laboral,
estando a cargo del Orientador del Liceo o Personal especializados
en los Departamentos de Bienestar Estudiantil de las principales
Universidades del País.
En cuanto a la Orientación Educativa, sus inicios se vinculan
directamente con las políticas del Estado en materia educativa,
por lo menos hasta el 2002, a pesar de los constantes cambios y
sobre todo de la discontinuidad de planes y programas, la
simbiosis entre políticas educativas y Orientación ha permanecido.
Dentro de estos planes se pasó del Servicio Integral de
Especialistas (formado por profesionales diversos: orientadores,
médicos, psicólogos, odontólogos), al Servicio Unipersonal (un sólo
orientador) en un plantel determinado y de este último a los
llamados Núcleos Integradores de Bienestar Estudiantil (NIBE),
los cuales atienden a varios planteles escolares. Del mismo modo,
tanto el movimiento de Salud Mental, como su derivado: el
enfoque humanista, entraron a la Orientación a través de los
programas formadores de orientadores en las Universidades. Así
mismo, el movimiento que pregonara la necesidad de incorporar la
Orientación al currículo escolar también encontró eco: en los
planteles de Educación Media que trata en los alumnos temas de
interés personal o vocacional) y se implantaron las "áreas de
exploración" con el fin de poner en contacto al alumno con
ocupaciones específicas. Donde el Orientador trabaja
fundamentalmente con las "figuras significantes" para el alumno,
es decir: docentes, personal directivo, padres y representantes.
En este orden de ideas Torreyes (2009), expresa que “en
Venezuela la Orientación Educativa se desarrolla en cada uno de
los niveles educativos”
a) La Orientación Educacional en el Nivel Primario se concibe como
un servicio de apoyo al niño para la identificación de las
características bio-psico-sociales, el desarrollo de sus
habilidades, destrezas, aptitudes y valores, tendientes a la
maduración paulatina de su personalidad y la adaptación a los
distintos medios en que le tocará actuar. La tarea del Orientador
se centrará en el apoyo al docente para que asuma su rol de
Maestro-Orientador.
b) La Orientación Educacional y Vocacional en la Etapa Básica del
Nivel Medio ayuda al educando a tomar conciencia de su
personalidad, determina las áreas de actividad que más le atraen,
teniendo en cuenta sus posibilidades de desempeño con miras a
una primera decisión vocacional. Esta exploración vocacional se
concretiza a través de la eficiente aplicación del currículo
mediante los Talleres, las Actividades de Refuerzo: Unidades de
Orientación, Consejo de Curso y Clubes, encauzando al joven hacia
las oportunidades que ofrece el Bachillerato Diversificado y otras
opciones educativas.
c) La Orientación Educacional en el Bachillerato Humanístico y
Científico, como agente integrador de las experiencias vitales del
proceso educativo apoya al educando para un mayor afianzamiento
de su personalidad y la mejor interpretación de sus planes
vocacionales. Enfatizar los aspectos marcados por la exploración
vocacional de la etapa anterior, con fines de alcanzar una mayor
madurez vocacional y por ende una acertada toma de decisiones;
logrando al mismo tiempo establecer una adecuada filosofía de
vida.
d) La Orientación Educacional en la modalidad Técnico
Profesional, prepara al educando para su mejor adaptación a la
vida y al trabajo, centrando su acción en el afianzamiento de la
decisión profesional del estudiante en función al conocimiento de
sí mismo y de las oportunidades ocupacionales que le ofrece la
comunidad a fin de que se incorpore al mundo laboral con actitudes
positivas y logre su ajuste en el campo profesional elegido.
e) La Orientación en el Nivel de Formación Docente, apoya al
alumno-maestro para lograr su afianzamiento en la profesión
elegida y para una mejor adaptación como persona y futuro
docente, de tal forma a asumir consiente y responsablemente el
rol que le corresponderá desempeñar, como Maestro-Orientador
de aula.
Pero además en el país se brinda el servicio de la
Orientación Familiar para lo cual Castillo (2008), expone que es
“el conjunto de técnicas que se encaminan a fortalecer las
capacidades evidentes o latentes que tienen como objetivo el
fortalecimiento de los vínculos que unen a los miembros de un
mismo sistema familiar, con el fin de que resulten sanos, eficaces
y capaces de estimular el progreso de los miembros y de todo el
contexto emocional que los acoge” Con el fin de que ningún aspecto
de la realidad presentada por la familia quede fuera del radio de
acción del ámbito de la orientación, y tomando en cuenta el tipo
de situación presentada, se puede abordar desde tres posibles
finalidades:
1) Prevención: el cual es un medio de prevención de conflictos
intrafamiliares, al mostrar a la familia la forma de construir una
sana interacción. La intervención se da a nivel educativo, por lo
que el profesional no analiza la interacción propia de una familia.
Al considerar a la familia como uno de los núcleos principales para
el desarrollo personal y social de cada uno de sus miembros, es
necesario dar a conocer las formas más adecuadas de comunicarse
e interrelacionar entres sus componentes, así como las etapas de
desarrollo que atravesara tanto personalmente como de manera
familiar. Generalmente este trabajo lo desarrollamos a través de
las escuelas de padres o la formación permanente de adultos.
2) Asesoramiento: es un nivel más complejo en el que no podemos
limitarnos a informar, si no que, dados los obstáculos del
dinamismo familiar y de la evolución de cada uno de sus miembros,
las intervenciones van dirigidas a trazar líneas más adecuadas de
convivencia comunicación que permitan solventarlos. El profesional
interviene sobre la demanda de una familia, por lo que tendrá que
analizar en profundidad la interacción de todo el sistema, para
replantear y formular reglas de interacción y de comunicación.
3) Tratamiento terapéutico: Las situaciones que se abordan desde
este nivel son aquellas que han degenerado en crisis profundas de
tipo personal o familiar de las cuales no son capaces de salir por
sí mismos y necesitan de apoyo y orientación específica para sus
circunstancias concretas. El conocimiento de la interacción
familiar que haga el profesional es fundamental, ya que tendrá
que ilustrar los cambios y las posibles estrategias para conseguir
romper los dinamismos que están paralizando el sano crecimiento
de todo el sistema familiar.

ALCANCES Y DESAFIOS DE LA ORIENTACIÓN EN


VENEZUELA

Los servicios de Orientación en Venezuela, entre sus


alcances ya es reconocida como derecho humano prioritario en
las políticas de estado lo que ha permitido brindar respuestas a
la formación de educadores con perfil de orientadores, a través
del desarrollo de un Programa Nacional de Formación (PNF), un
Programa de Profesionalización y la creación del Sistema Nacional
de Orientación; impulsados por el Ministerio del Poder Popular
para la Educación Universitaria (MPPEU) y el Ministerio del Poder
Popular para la Educación (MPPE). Según Cuellar (2008 P, 48),
“Los servicios de orientación en el país cumplen con las exigencias
del desarrollo humano de acuerdo con las potencialidades,
limitaciones, capacidades y aspiraciones de cada ciudadano” el
mismo funciona en tres áreas como son: la intervención, la
consultoría y la investigación en los procesos humanos y sus
circunstancias en un contexto espacio-temporal e histórico
determinado. Basado en reglas, descubrimientos y transmisión de
conocimientos y aplicación de un conjunto particular de saberes y
habilidades en un determinado contexto social.
Además se brinda asistencia al individuo, la familia, los
grupos a través de la relación entre la persona y el orientador,
para Entender los problemas y situaciones intrapersonales e
interpersonales de los orientados, donde se pueden definir metas
y tomar decisiones pertinentes. Para planear cursos de acción
reflejando necesidades, intereses, competencias y habilidades de
los individuos, familia o el grupo, y de allí usar los recursos
informacionales y comunicacionales así como los procedimientos
profesionales relacionados con el desarrollo y el ajuste personal,
emocional, educacional y vocacional.
En cuanto a los desafíos de la orientación, tenemos que
frente a los cambios y a las consecuencias de la globalización a
principios del nuevo milenio, y sus impactos en la vida social y
humana, surge una necesidad urgente de repensar la orientación
y el asesoramiento. Los procesos de globalización hacen que las
economías a nivel local, regional y nacional se vean forzadas a
reaccionar ante los desafíos del mercado mundial y de la
competencia internacional. La globalización como un flujo más
libre de capitales en busca de una minimización de costo, la
capacidad de movilidad, y la capacidad de fabricación, de
información, de bienes y servicios e incluso personas conlleva un
estado de pérdida de inversiones y empleo acompañado de una
ganancia en otras regiones del mundo. Este movimiento de
competencia da como resultado una tremenda presión para
incrementar la productividad mediante el aprovechamiento de
cambios tecnológicos de todo tipo. Afecta la distribución del
mercado y los procesos de administración generales. Mientras que
las nuevas tecnologías cambiaron la naturaleza del trabajo en la
industria, los servicios, la informática, la biotecnología y
especialmente las tecnologías de información y comunicación y
condujeron a la perdida de trabajo y el desempleo, nuevos puestos
de trabajo se crearon en otros lugares. Este proceso requiere
adaptabilidad y ajuste de calificación por parte de los
trabajadores y empresas.
Las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC)
influencian especialmente la naturaleza del trabajo y las
estructuras de empleo, con grandes desafíos para los
trabajadores y las empresas, demandando nuevas políticas para
el mercado de trabajo y un cambio en las capacidades requeridas.
Los nuevos trabajos, en procesos laborales más flexibles y
holísticos, en lugar de una mano de obra altamente especializada,
requieren de un conocimiento más general, un lenguaje informático
básico y diversas habilidades vocacionales para poder adquirir
capacidades múltiples e interpersonales y competencias sociales,
dada la creciente confianza en el trabajo en equipo y en red.
Las consecuencias de estos cambios globales, no son sólo
cambios en las calificaciones requeridas sino también, al mismo
tiempo, un crecimiento de la incertidumbre y la dislocación de la
gente que llama a la asistencia a través de la orientación y el
asesoramiento personalizado.
Dentro de este contexto, la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) recomienda
respecto a este tema, una sociedad cuyo aprendizaje de por vida
se centre en el hombre, "que apoye una cultura de paz y un
desarrollo sostenible y respetuoso del medio ambiente como su
característica principal" (Tang, 2001). Este nuevo enfoque
holístico de la educación combina la preparación para la vida y el
mundo del trabajo e incluye todos los terrenos del aprendizaje,
incluida la educación general y vocacional como un continuo de
conocimiento, valores, competencia y capacidades. Bajo esta
perspectiva, la orientación y el asesoramiento adoptan un rol
crucial al capacitar a las personas para las nuevas necesidades
de aprendizaje, facultándolas para lograr un equilibrio entre la
vida, el aprendizaje y el trabajo. Lo que requiere de un orientador
capacitado para satisfacer las nuevas demandas de una sociedad
cambiante.
Frente a estos cambios monumentales en la economía y la
vida social en todas las regiones del mundo y, considerando este
nuevo sentido del desarrollo de la carrera que integra la
planificación de la vida y del trabajo, se requiere de los servicios
de orientación y asesoramiento más efectivos, posibles para
fomentar en todo el mundo la difusión del desarrollo de una
orientación de calidad. Cuestiones de calidad tales como el
comportamiento ético de los consejeros, la calificación del
personal de orientación y el acceso a los servicios, cada día
cobran más importancia.

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