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educativo
Estrategias y
Métodos de
Capacitación
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Planificación y diseño
educativo de la capacitación
Aproximaciones al problema del diseño de la
capacitación
En el libro Diseño Educativo, un camino para responder a las necesidades
de formación, al comenzar el capítulo Nº 1, denominado “Aproximándonos
al problema del diseño en Capacitación, Blake expone que muchos
aprendizajes se plantean de manera no intencional, no planificada, de
manera casual y sin un proceso ordenado. “Con frecuencia escuchamos
hablar de la “Universidad de la calle” y el valor que tiene en el campo de los
aprendizajes laborales, pero no se puede dejar de apreciar que “quien asiste
a la Universidad está mejor preparado, la aprovecha mejor”. (Blake,
2001:5).
Estableciendo una conexión más profunda con el tema que nos compete,
es decir la capacitación de RRHH, el autor le atribuye una función, un para
qué a la función de capacitación que se encuentra en estrecha relación con
lo que plantea en el Módulo 1 sobre el diagnóstico de necesidades de
capacitación; “…la función de la capacitación, como lo conocemos
habitualmente, es poner a las personas en condiciones de hacer lo que se
necesita que hagan…” (Blake, 2001:6).
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El área a cubrir para que un aprendizaje real ocurra es compleja, y lo es
más, cuando está relacionado con procesos laborales cargados de
condiciones que lo obstaculizan.
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Nos preguntamos: ¿Qué debería saber el diseñador antes de iniciar su
trabajo? Este punto es relevante porque no hay nada peor que un
tratamiento efectuado a partir de un diagnóstico desacertado, para lo cual
es importante que el diseñador sea la misma persona que realizó la
detección de la necesidad. Existe dentro de las organizaciones una situación
muy frecuente, asociada con la tercerización respecto a la provisión de
capacitación, en concordancia con la especialización que va adquiriendo el
diseño educativo dentro de las empresas. Esto trae aparejado que el
diseñador tiene que entender la información de la persona que detectó la
necesidad y para ello también hay que comprender su rol. “Quienes
trabajamos en capacitación debemos aprender a construir en conjunto con
nuestros interlocutores los programas de capacitación más adecuados. De
hecho, un buen programa de capacitación será el resultado de cuantiosos
diálogos, de consensos, de sucesiones de propuestas, aceptaciones y
rechazos parciales…” (Blake, 2001:14).
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Teniendo presente la información relevada, se va a proceder a la
elaboración de diversas preguntas que van a conformar la dimensión táctica
del diseño. Para poder llevar a cabo una actividad de capacitación, se debe
tener en cuenta que forman parte de la misma los diversos costos y
esfuerzos. Generalmente cuesta dejar de lado el ideal, por lo cual, como
diseñador, se encontrará negociando permanentemente con la empresa
para obtener el equilibrio entre lo ideal y lo óptimo operable en el marco
de realidad que impone la empresa.
Gracias a los beneficios que nos brinda la moderna tecnología educativa,
accedemos a una extensísima gama de variedades formales para que, desde
un punto de vista de la operatividad, podamos enfrentar los aprendizajes.
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- Contamos con condiciones favorables para que se produzca el
aprendizaje.
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En capacitación es común encontrar dos términos que diferencian dos tipos
de tratamientos de los contenidos de la capacitación: la expresión “lata” y
la expresión “a medida”. En la jerga de la capacitación y la formación de
RRHH se le denomina “a medida” a algo que se ajusta y se diseña de acuerdo
a las necesidades del cliente, hay una vinculación muy estrecha entre la
necesidad detectada, informada y la respuesta en términos de su diseño
educativo en el marco de su situación singular, particular. Por el contrario,
se denomina “lata” o “enlatado” a aquellos diseños desarrollados de forma
cerrada, sin vinculación previa diagnósticorespuesta y para tratar un cierto
contenido con independencia de la situación en la que será administrada
Kort (2001). Por lo general los objetivos de “la lata” responden a
necesidades únicas, aíslan el contenido en vez de permitir su
“esparcimiento” y lo mismo sucede con el marco de la capacitación.
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el sistema de reconocimientos, el sistema de reconocimientos, el sistema
de evaluación del desempeño?, ¿Cuáles serán los objetivos de cada una de
las etapas que implica un programa?, ¿Cuál será el ámbito más
conveniente?, ¿dentro o fuera de la empresa?, ¿en aula o en el trabajo?,
¿La capacitación será autoadministrada o conducida por un instructor? Si
fuese esta última opción, ¿interno o externo?, ¿Quiénes están involucrados
en las respuestas?, ¿Cómo sabremos que “lo estamos haciendo bien”?,
¿Cómo se evaluará el impacto de las acciones?” (Kort, 2001:31)
Con las respuestas que se vislumbren de estos interrogantes, surgirá un
primer grupo de datos que posibilitará llevar a cabo la táctica: Estos datos
se reflejan en quienes serán los destinatarios, la modalidad de la estrategia,
si va a ser estrategia in company o fuera de la empresa, el lugar en el que se
va a realizar, en aula o en el trabajo, la modalidad: grupal o individual, a
través de una consultora o mediante instructores internos, a través en
cascada o masa crítica. Esos serían los primeros puntos para comenzar a
emprender la tarea.
Objetivos
Los objetivos se originan del marco de la estrategia que se vaya a adoptar.
Luego, es importante comenzar a puntualizar qué se espera lograr de la
tarea de capacitación, como tal. Es por esta razón que, se comienzan a
platear los siguientes interrogantes como disparadores:
“¿Esperamos que la gente obtenga o ejerza una cierta habilidad?,
¿Esperamos que se dialogue y piense acerca de un tema que hasta el
momento era ajeno a la organización?, ¿Esperamos que la actividad permita
llevar a cabo un diagnóstico para luego definir el accionar? ¿Deseamos que
la gente se familiarice con lo que hasta entonces se presentaba como
desconocido? Vuelven a interrelacionarse diferentes planos: ¿En qué
objetivos de negocio se enmarca esta acción?, ¿qué objetivos de
aprendizaje se persiguen?, ¿con qué objetivo específico definió el gerente
o jefe que determinada persona debía asistir a este curso?, ¿Qué objetivos
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individuales tiene cada uno de los participantes?, ¿qué esperan llevarse?...”
(Kort; 2001:37-38)
Estas preguntas que se plantea el diseñador junto a sus clientes sirven para
poner en claro los objetivos que no son excluyentes. Éstos son: i) De
sensibilización, ii) De adquisición de conocimientos, iii) De adquisición o
práctica de habilidades y iv) Relacionales.
Contenidos
El contenido debe poder seleccionarse no al azar sino siguiendo criterios
que sean acordes al nivel de pertinencia, para luego organizarse según la
lógica del aprendizaje y de la disciplina.
Actividades
La función de las actividades es permitir procesos de aprendizaje que
faciliten la vinculación con el contenido, con su aplicación, con el entorno
y/o contexto de lo que se está aprendiendo. Alternar distintas estrategias,
grupales, individuales, escritas, orales, etc.
Recursos
Es preciso preveer recursos educativos para llevar a cabo las actividades de
aprendizaje planificadas, también su vinculación con el contenido, el
momento de la actividad, los tiempos disponibles, etc. La expectativa de los
participantes crece en la medida en que los recursos están más a su alcance
en el ámbito laboral.
Evaluación
La cuestión del abordaje evaluativo en torno a los resultados de la
capacitación es un tema que se discute con frecuencia y ampliamente. Es
de importancia recalcar que el poder definir qué y cómo se evaluará;
aspectos cualitativos y cuantitativos. Ello forma parte de la dimensión
estratégica del diseño. Esta tarea compete no a un individuo sino a quienes
integran el Equipo de Programa que juntos, deberán definirlo (Kort 2001).
Finalmente como en todo proceso creativo, no hay reglas. El proceso de
diseño recorre una espiral que va desde la dimensión estratégica, el planteo
de la táctica, el diseño del programa, y finalmente, el diseño de cada jornada
de capacitación.
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El proceso de diseño es netamente creativo, singular. Es fugaz como lo es la
circunstancia, el origen, la necesidad que le da surgimiento (Kort, 2001).
Pero hay que tener en cuenta que la actividad e innovación, debe contar
con la racionalidad necesaria para el aprendizaje. El diseñador necesita
plantear el racional del diseño como si fuera la hoja de ruta del viaje.
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Referencias
Blake, Oscar J. y otros (2001). Diseño educativo. Un camino para responder a las
necesidades de la formación. Buenos Aires, Ediciones Macchi.
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