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Santiago, veinticuatro de julio de dos mil diecinueve.

Vistos:

El Tribunal Oral en lo Penal de Los Ángeles, en causa RUC N°

1700286779-6 y RIT N° 84-2018, por sentencia de veinte de mayo de dos mil

diecinueve, condenó a Nicole Diana Consuelo Morales Jara, a sufrir la pena

de tres años y un día de presidio menor en su grado máximo, accesorias

legales, comiso de las especies, sin costas, por su participación de autora en el

delito de Porte ilegal de arma de fuego. La sentencia dispuso el cumplimiento

efectivo de la sanción corporal impuesta.

La defensa de la acusada dedujo recurso de nulidad contra dicha

sentencia, el que fue admitido a tramitación, celebrándose la audiencia para su

conocimiento el cuatro de julio pasado, según da cuenta la respectiva acta

agregada a estos autos.

Y considerando:

Primero: Que el recurso invoca como causal principal de nulidad la de la

letra a) del artículo 373 del Código Procesal Penal, ya que señala se ha

vulnerado la libertad personal y seguridad individual, el debido proceso y la

intimidad, consagradas en el artículo 19 N° 3, 4 y 7 de la Constitución Política

de la República.

Refiere que el procedimiento llevado a cabo por funcionarios policiales,

para llegar a los hechos de la acusación, lo fue por actos ilegales, ilegítimos y

arbitrarios.

Agrega, que su representada fue objeto de un control de identidad

supuestamente amparado por las hipótesis contenidas en el artículo 85 del

Código Procesal Penal, el que refiere es absolutamente ilegal, toda vez que, de

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la prueba rendida en el juicio, no existió indicio alguno que habilitare el control

de identidad efectuado.

Segundo: Que como causal subsidiaria, se invoca la del artículo 373

letra b) del Código Procesal, toda vez que expone la sentencia ha infringido de

manera sustancial el deber de razón suficiente para aplicar una norma jurídica,

realizando una interpretación y aplicación errónea de la norma del artículo 9°

de la Ley 17.798 y del artículo 15 del Código Penal.

Refiere, que su representada erróneamente fue condenada como autora

del delito de porte ilegal de arma de fuego, contemplado en el artículo 9° de la

Ley de control de armas, no obstante no existir prueba alguna que acredite la

participación de su representada en algún delito

Solicita respecto de ambas causales, se invalide el juicio y la sentencia,

se determine el estado en que debe quedar el procedimiento y se ordene la

remisión a un tribunal no inhabilitado para que disponga la realización de un

nuevo juicio.

Tercero: Que en lo concerniente a los hechos que fundaron la

acusación del Ministerio Público, la sentencia impugnada tuvo por acreditado el

siguiente hecho:

“…El día 24 de marzo de 2017, a las 23.45 horas aproximadamente, todas las

encartadas ya indicadas se encontraban en la intersección de calles Las

Torcazas con Aguas Calientes de Los Ángeles, al interior del vehículo placa

patente FR.DR-34, portando, un arma de fuego consistente en una pistola

marca SIG SUER, modelo P 225, calibre 9 X 19 milímetros, N° de serie

M453222, con su respectivo cargador, dos cartuchos balísticos calibre 9 x 19

milímetros marca CBC, dos vainas calibre 9 x 19 milímetros de distintas

marcas, ello sin la respectiva autorización…”.

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Que los hechos antes descritos fueron calificados como constitutivos del

delito de porte ilegal de arma de fuego, previsto y sancionado en el artículo 9°

en relación al artículo 2° de la Ley 17.798.

Cuarto: Que el análisis de los diversos cuestionamientos planteados en

el arbitrio impone revisar el devenir de las distintas actuaciones policiales

llevadas a cabo en el procedimiento, que culminaron con el control de identidad

y posterior detención de la acusada, análisis que debe llevarse a cabo apegado

a los hechos tal como fueron fijados por el tribunal de la instancia en el motivo

decimotercero.

Quinto: Que resulta conveniente, antes de entrar en el fondo del

recurso, señalar que una de las principales funciones de Carabineros de Chile,

en relación a hechos de carácter ilícito, consiste en la prevención de la

comisión de delitos al ser garante del orden público y la seguridad pública

interior, además de ser un organismo auxiliar del Ministerio Público en la

investigación de ilícitos, y en ese sentido, como lo ha sostenido esta Corte en

diversos pronunciamientos, el Código Procesal Penal regula las funciones de la

policía en relación a la investigación de hechos punibles y le entrega un cierto

nivel de autonomía para desarrollar actuaciones que tiendan al éxito de la

investigación, dentro de las cuales se encuentran el control de identidad y la

detención por flagrancia.

En ese contexto el artículo 83 del mismo texto legal establece

expresamente el marco reglamentario de la intervención policial sin orden

previa o instrucción específica de los fiscales, admitiendo su gestión sin

necesidad de autorización previa cuando se trata de prestar auxilio a la víctima,

practicar la detención en situación de flagrancia con arreglo a la ley, resguardar

el sitio del suceso, identificar testigos y consignar sus declaraciones voluntarias

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en los supuestos que enuncia, recibir las denuncias del público y desarrollar las

demás diligencias que dispusieren otros cuerpos legales

Por lo anterior, si bien se puede señalar que la regla general de la

intervención policial se hace bajo las órdenes o instrucciones del Ministerio

Público, y como excepción, su desempeño autónomo en la ejecución de

pesquisas y detenciones en precisos y determinados casos reglamentados

claramente por el legislador, con el objeto de eliminar o reducir al máximo la

discrecionalidad en el actuar policial susceptible de derivar en restricción de

derechos.

Es por ello que, frente a la denuncia de un delito que se aprestan a

cometer, que se está cometiendo o que se acaba de cometer, los funcionarios

policiales puedan actuar inmediatamente, e incluso, detener a una persona, en

virtud de lo dispuesto en el artículo 83 letra b) en relación al artículo 130 del

Código Procesal Penal, en los casos de flagrancia. (Roles C.S 8244-18 de 19

de junio de 2018; 7178-2017 de 13 de abril de 2017; 20290-18 de 4 de

septiembre de 2018; 9167-17 de 27 de abril de 2017)

Sexto: Que, a su vez, el artículo 85 del Código Procesal Penal, invocado

por la defensa en su arbitrio, regulan el procedimiento de control de identidad,

estableciendo la facultad de los funcionarios policiales para solicitar la

identificación de cualquier persona sin orden previa de los fiscales, en los

casos fundados en que estimen que exista algún indicio de que aquella hubiere

cometido o intentado cometer un crimen, simple delito o falta; de que se

dispusiere a cometerlo; de que pudiere suministrar informaciones útiles para la

indagación de un crimen, simple delito o falta; en el caso que la persona se

encapuche o emboce para ocultar, dificultar o disimular su identidad; facultando

para el registro de vestimentas, equipaje o vehículo de la persona cuya

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identidad se controla, procediendo a su detención, sin necesidad de orden

judicial, de quienes se sorprenda a propósito del registro, en alguna de las

hipótesis del artículo 130 – que describe lo que debe entenderse por situación

de flagrancia- así como de quienes, al momento del cotejo, registren orden de

aprehensión pendiente.

Séptimo: Que al tenor de los hechos del fallo que se revisa, quedó

acreditado que los funcionarios policiales que efectuaron el procedimiento, se

encontraban realizando un patrullaje preventivo, momento en el cual, reciben

un comunicado de la central Cenco, informándoles que en la vía pública,

específicamente en calle Galvarino con las Torcazas, existiría un vehículo

desde el cual se encontrarían efectuando disparos. Al llegar al lugar, solo había

un vehículo, por lo que al fiscalizar dicho automóvil, desde el exterior se podían

observar las vainillas que son parte de la incautación en el procedimiento, por

lo que ante esto, los funcionarios policiales estaban plenamente habilitados a

efectuar el control de identidad, y, consecuencialmente el registro del que

fueron objeto las acusadas.

Que, cabe agregar que la norma del artículo 85 del Código Procesal

Penal, exige actualmente la concurrencia de un indicio, y en este caso

concreto, ante lo señalado precedentemente, existían pluralidad de ellos que

legitimaban la actuación policial, de tal manera que no se vislumbra de qué

manera se pudo ver conculcada alguna garantía respecto de la encartada, en

consecuencia, el recurso de nulidad por esta casual no puede prosperar.

Octavo: Que, en cuanto a la segunda causal de nulidad, esto es, en

cuanto al error de derecho, al determinar la responsabilidad en calidad de

autora de su representada en el delito del artículo 9° de la Ley 17.798,

conviene precisar que de un análisis de los principios que rigen la relación

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entre autor y partícipes se debe tener presente primordialmente el de

convergencia, conforme al cual la concurrencia criminal, exige que la voluntad

de los distintos sujetos intervinientes en la ejecución de un delito se oriente a la

realización conjunta del hecho punible. En otras palabras, para que pueda

hablarse de un concurso es menester que los partícipes obren con un dolo

común. No basta, pues, la simple congruencia objetiva (exterior) de las

conductas. Es preciso que exista una “coincidencia del contenido de las

voluntades de los intervinientes”.

La exigencia de esta convergencia entre autores y partícipes produce

variados efectos, entre los cuales se destaca que sin acuerdo de voluntades

sólo hay responsabilidad individual. Así pues, el acuerdo de voluntades puede

ser tácito incluso respecto de ciertos partícipes.

En este caso particular, la acusada al estar en posesión material, junto a

las otras condenadas en esta causa, del arma de fuego, de los cartuchos

balísticos, y de las vainas incautadas; aceptó las consecuencias de su actuar,

existiendo un acuerdo de voluntades entre las co participes del hecho, que

pudo ser expreso o tácito, desde que las armas eran visibles, incluso desde el

exterior del automóvil en que se encontraba la encartada, existiendo en

consecuencia la convergencia que la convierte en autora del delito por el cual

finalmente fueron condenadas.

Noveno: Que, a mayor abundamiento, los jueces del grado resolvieron

acertadamente el asunto en el fallo que se revisa y principalmente dentro de

los argumentos plasmados en el mismo para entender configurada la autoría,

en el considerando decimoquinto se señala “Que, estos sentenciadores

comparten la doctrina de Gonzalo Javier Bascur Retamal, quien en lo

pertinente indica “…el "porte" del objeto consistiría en trasladar consigo el arma

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fuera de un determinado inmueble (art. 6 LCA y 138 RLCA), sea que se lleve

por ej. al cinto, en un bolso o dentro de un vehículo, por lo que la portación del

objeto equivaldría a su traslación en el contexto de una custodia que habilita

una disponibilidad inmediata sobre este en cualquier lugar en que se desplace

el agente”. (Artículo Revista Scielo, “Análisis de los principales delitos y su

régimen de sanción previsto en la Ley N° 17.798 sobre Control de

Armas”,Políticacriminal,versión Online ISSN 07183399,Polít.crim. vol.12 no.23

Santiago 2017,http://dx.doi.org/10.4067/S071833992017000100014).

Que así las cosas, la coautoría y participación de las acusadas consistió

en el porte de la pistola Sig Sauer fuera de un determinado inmueble por

cuanto las acusadas se encontraban en la vía pública, y al interior del vehículo

patente FR.DR -34, llevaban la pistola Sig Sauer, de manera que “el porte” de

dicha arma equivale a la traslación en el contexto de una custodia que habilita

una disponibilidad inmediata sobre esta arma, en este caso en calle Las

Torcazas con Aguas Calientes donde se encontraba el vehículo estacionado.

Luego, resultó irrelevante que los testigos no indicaran la ubicación precisa de

las acusadas dentro del vehículo”.

Décimo: Que, así las cosas, al no demostrar el compareciente que en el

fallo recurrido, se haya verificado una errónea aplicación del derecho como

pretende en su líbelo y como lo expuso en estrados; ya que como se dijo, los

jueces del fondo se apegaron a la Ley al resolver, por lo que, el arbitrio

instaurado por esta causal tampoco puede prosperar y se impone su

denegación.

Y visto, además, lo prevenido en los artículos 373, 377 y 384 del Código

Procesal Penal, se rechaza el recurso de nulidad formalizado por la defensa

de la condenada Nicole Diana Consuelo Morales Jara, contra la sentencia de

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veinte de mayo de dos mil diecinueve, y contra el juicio oral que le antecedió en

el proceso RUC N° 1700286779-6 y RIT N° 84-2018 del Tribunal Oral en lo

Penal de Los Ángeles, los que, en definitiva, no son nulos.

Regístrese y devuélvase.

Redacción a cargo del Ministro Sr. Dahm.

Rol N° 14.914-19.

Pronunciado por la Segunda Sala integrada por los Ministros Sres. Carlos

Künsemüller L., Manuel Valderrama R., Jorge Dahm O., y los Abogados

Integrantes Sres. Jorge Lagos G., y Antonio Barra R. No firma el Ministro Sr.

Künsemüller y el Abogado Integrante Sr. Barra, no obstante haber estado en la

vista de la causa y acuerdo del fallo, por estar con permiso y ausente,

respectivamente.

MANUEL ANTONIO VALDERRAMA JORGE GONZALO DAHM OYARZUN


REBOLLEDO MINISTRO
MINISTRO Fecha: 24/07/2019 13:07:54
Fecha: 24/07/2019 13:07:54

JORGE LAGOS GATICA


ABOGADO INTEGRANTE
Fecha: 24/07/2019 11:39:31

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En Santiago, a veinticuatro de julio de dos mil diecinueve, se incluyó en el
Estado Diario la resolución precedente.

Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la causa.
En aquellos documentos en que se visualiza la hora, esta
corresponde al horario establecido para Chile Continental. CJRJLXNPGG

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