El restaurantero regiomontano Jose Inés Cantú Venegas ofrecía cortes selectos
importados del estado de Texas a restaurantes locales. En uno sus viajes de negocios le ofrecieron en una cena una carne suave de excelente sabor, que era carne del diafragma que en Estados Unidos no era muy apreciada. Viendo la oportunidad de negocio, al ser una carne muy barata, la ofreció en su restaurante convirtiéndose en un éxito. Bautizó el corte como Arrachera en referencia al cincho con el que se amarran el vientre a los caballos.3