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Conferencia 3
Julio de 2019
Cuatro atributos claves que
deben tener los líderes
colombianos
La mayoría concuerda en que lo fundamental es seguir
aprendiendo.
Tomado de:
Por: Mauricio Rodríguez Múnera
El Tiempo, 26 de diciembre 2018.
El progreso de una sociedad depende en alto grado de la cantidad y calidad de sus líderes.
Así lo demuestra la historia forjada por hombres y mujeres que en todos los rincones del planeta hicieron
contribuciones valiosas al avance de la comunidad (desde un barrio hasta el mundo entero), en diversos
campos: ciencia, cultura en sus múltiples manifestaciones, política, economía, deporte, periodismo,
academia y cuestiones sociales.
Vale la pena entonces estudiar qué hacen estos líderes transformadores, además de por qué y cómo lo
hacen.
He aquí un resumen de las principales lecciones que han dejado casi 800 líderes de todas partes de
Colombia, dedicados a actividades diversas y con diferentes niveles de impacto –pero todos con una huella
positiva– que fueron entrevistados desde mediados del 2014.
El combustible esencial del liderazgo es la pasión. Es una mezcla, en diferentes proporciones en cada caso, de amor por
una causa, de entusiasmo que sirve de antídoto al cansancio y frustración y de obsesión por convertir su sueño en
realidad.
Con razón sostuvo el gran científico Pavlov que el éxito es la combinación de la pasión con un buen método.
Un hecho muy curioso y significativo es que en la inmensa mayoría de los casos, la pasión nace a temprana edad. Casi
siempre son el padre o la madre, a veces los abuelos o tíos, quienes despiertan esa pasión al poner en contacto al niño o
adolescente con alguna experiencia que habrá de inspirarlo para siempre. En otros casos, menos frecuentes, son los
profesores quienes encienden esa llama en sus alumnos por algún tema u objetivo.
Así pues, es crucial que los padres de familia comprendamos que este ingrediente crucial del liderazgo – la pasión, de
nuestros hijos por una causa– casi nunca nace en los colegios, universidades, empresas o entidades públicas sino en el
seno del hogar. Y nace no a punta de nuestras palabras sino de nuestros ejemplos y de las vivencias que les facilitamos
o que experimentan con nosotros. Darles la oportunidad de vivir experiencias diversas es abrirles puertas a diferentes
mundos, entre ellos alguno en el que probablemente hallarán ese amor especial por algo que estimulará su liderazgo y
su deseo de aportar a la sociedad.
Creatividad
No es sorpresa que la creatividad sea una de las cualidades más sobresalientes y frecuentes de los líderes
nacionales. Porque, más que un atributo deseable, es una condición indispensable para sacar adelante
iniciativas que valen la pena. Esa recursividad y capacidad de ingeniarse soluciones originales a problemas
que no se pueden solucionar con las fórmulas convencionales, es prácticamente elemento del ADN.
Sin embargo, es muy importante que comprendamos que no basta con tener ideas creativas. Es necesario
trabajar mucho y bien (con eficacia, haciendo las cosas que se deben hacer, y con eficiencia, haciendo
bien las cosas) para convertir esas ideas ingeniosas en realidades. En el arduo y complejo proceso de
convertir una idea novedosa en una innovación concreta, se ahogan muchos proyectos.
Complemento esta reflexión con la mejor sugerencia práctica para estimular la creatividad, de Roger von
Oech, experto en esta materia: hay que escaparse, con la mayor frecuencia posible, de la cárcel de la
rutina. Porque cada vez que exploramos asuntos distintos a los que ya bien conocemos “encendemos
neuronas” (expresión del profesor Edward de Bono), para poder comprender esos nuevos conceptos.
Resiliencia
El listado de dificultades que tienen que superar los líderes es largo: la baja calidad de la
educación, la violencia, la corrupción, la burocracia, el muy difícil y costoso acceso a la
financiación de proyectos, la inestabilidad y falta de claridad en muchas reglas del juego, entre
otras.
Algunos obtienen esa resiliencia de la religión; otros, de la motivación de sacar adelante a sus
familias, o del deseo permanente de dejar un legado, o de la ilusión de cumplir una misión
superior.
Capacidad de aprendizaje
Los líderes les dedican mucho tiempo y esfuerzo a asimilar constantemente nuevos conocimientos.
Es decir, han desarrollado el excelente hábito del estudio permanente. Porque, como muy bien lo
expresó Peter Drucker (el padre de la administración como ciencia y como arte), “la única ventaja
competitiva verdaderamente sostenible en el largo plazo es la capacidad de aprender”.
Una pregunta recurrente a los líderes es: ¿cuáles son las principales lecciones que ha aprendido de sus
errores y de sus aciertos? En numerosas ocasiones la respuesta incluye la importancia de actualizar
los conocimientos, bien sea para poder seguir obteniendo buenos resultados o para no volver a
cometer las equivocaciones del pasado.
Son muchas las formas como los líderes se ponen al día en las materias claves en sus áreas de
desempeño: en cursos formales, técnicos, tecnológicos o universitarios, a través de internet (ahí se
encuentran miles de cursos sobre múltiples temas, muchos de ellos gratuitos), leyendo publicaciones
especializadas, asistiendo a conferencias y seminarios, e intercambiando ideas y experiencias en foros
con colegas.
John F. Kennedy lo resumió muy bien: “Un líder que deje de aprender pronto dejará de ser líder”.