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Sismos.

los sismos son uno de los fenómenos más impredecibles y destructivos de la naturaleza. Lo cierto
es que ante este tipo de siniestros surgen muchas dudas y el desconocimiento nos ha hecho crear
una serie de concepciones falsas al respecto.

Una de las más comunes es, sin duda, aquella que asegura que existen dos tipos de sismo:
oscilatorio y trepidatorio. Y esto no es del todo correcto.

De acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional:

“Un sismo contiene ambos tipos de movimiento en todo momento. Las ondas sísmicas se
propagan en todas direcciones, provocando el movimiento del suelo tanto en forma horizontal
como vertical.”

Esto significa que existen dos movimientos sísmicos, más no dos tipos de temblores. En los lugares
más cercanos al epicentro la componente vertical del movimiento es mucho mayor que las
componentes horizontales, lo que produce el movimiento trepidatorio. Cuando las ondas se
desplazan, las componentes verticales se atenúan y al llegar a suelo blando –como el de la Ciudad
de México– los componentes horizontales se amplifican y el movimiento se vuelve oscilatorio.

También, hay que considerar que existen dos tipos de ondas que se expanden cuando tiembla. Por
un lado tenemos las ondas de cuerpo que viajan por debajo de la Tierra y las ondas superficiales
que, como su nombre indica, se propagan por la superficie. Las ondas superficiales son las
provocan los movimientos que sentimos durante un temblor, y a su vez éstas se dividen en dos
tipos: ondas Love y ondas Rayleigh.

Oscilatorio

Las ondas Love generan el movimiento oscilatorio, es decir, se mueven de un lado a otro, de forma
similar a una serpiente.

Animación que muestra el movimiento de una onda Love. (Imagen: Lawrende Braile)

Trepidatorio
Las ondas Rayleigh producen el movimiento trepidatorio, lo que significa que la onda se propaga
de forma vertical. Por tanto, los lugares más cercanos al epicentro perciben los dos movimientos y
los daños son, por lo general, mayores.

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