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Cultura

Con más de 10,000 años de historia, el Perú ostenta una gran riqueza multicultural y de
tradiciones; cuenta con una deliciosa y laureada gastronomía; posee imponentes complejos
arqueológicos; 12 patrimonios mundiales de la Unesco y vastas reservas naturales. Sin duda, se
trata de uno de los países más variados del mundo.
El Perú está ubicado en la parte occidental de América del Sur. Su territorio limita con Ecuador,
Colombia, Brasil, Bolivia y Chile. Está asentado sobre 1’285,215 km2 de terreno y 200 millas
marinas del Océano Pacífico, así como 60 millones de hectáreas en la Antártida. Se estima que
tiene una población que supera los 31.5 millones de habitantes.
Es el tercer país más grande de América del Sur y uno de los 20 más extensos del mundo –su
área abarca más que los territorios de España y Francia juntos–. Al ser parte consultiva del
Tratado Antártico, cuenta con una estación científica llamada ‘Machu Picchu’ en este continente.
El país está dividido en 25 regiones o departamentos, incluyendo a la provincia constitucional del
El Callao, donde se ubica el principal puerto del Perú. La capital es Lima, ciudad fundada en el
año 1535 por los españoles, convirtiéndose en la capital del Virreinato del Perú. Tras la
independencia de 1821, pasó a ser la capital de la república.
El Perú es un país megadiverso. Cuenta con 11 ecorregiones y 84 zonas de vida de las 117 que
existen en el mundo. Posee una enorme multiplicidad de paisajes debido a sus condiciones
geográficas, lo que a su vez le otorga una gran diversidad de recursos naturales. En su territorio
se pueden identificar tres grandes regiones, que ha sido la forma tradicional de dividirlo según
sus altitudes: Costa, Sierra y Selva.
La Selva ocupa el 59% del territorio de este país y concentra al 12% de la población del país. La
Sierra, dominada por la cordillera de los Andes, ocupa el 30% del territorio y alberga al 36% de
la población. La Costa concentra a la mayoría de la población –el 52%– pese a ocupar el 11%
del territorio nacional.
El español es el idioma oficial del Perú y es hablado por el 84% de la población. Además, en el
país se hablan 47 lenguas nativas, incluyendo el quechua y el aymara, habladas por el 13% y
1.7% de la población, respectivamente.
En julio de 2016 asumió un nuevo gobierno, encabezado por el presidente Pedro Pablo
Kuczynski del partido Peruanos por el Kambio. Este fue el cuarto gobierno elegido
democráticamente después del gobierno transitorio del año 2000, que convocó a elecciones
generales para el año siguiente, lo que evidencia la estabilidad política de este país

Fiestas:
La confluencia de credos, costumbres y vivencias han creado en la vida de los peruanos cerca
de 3,000 fiestas populares al año, entre patronales, procesiones, carnavales y rituales, expresión
de la fe en un Dios, el respeto a la naturaleza y la celebración de la libertad. Las fiestas en el
Perú tienen un aspecto místico, la mayoría manifiestan la fusión del catolicismo con las
tradiciones prehispánicas de cada región. El pago a la tierra es parte de las celebraciones
principales en todas las regiones, bajo el concepto de retribuir a la Pachamama (Madre Tierra)
por su eterna generosidad.

Música y Danzas:
La música y la danza siempre han tenido un rol importante en la sociedad peruana, desde la
época precolombina. Los antiguos peruanos utilizaron los caracoles de mar, las cañas y hasta
los huesos de animales para emitir sonidos. Se dice que los peruanos de la cultura Nasca fueron
los músicos precolombinos más importantes del continente. Antaras o zampoñas, trompetas de
terracota, pututos, constituyeron parte de los instrumentos musicales más importantes del
antiguo Perú. Las piezas musicales tenían carácter religioso, guerrero o profano.
También como producto de sus múltiples culturas, Perú tiene hoy un folklore rico y variado,
diversidad de expresiones musicales y bailes, que combinan los géneros y el espíritu indígena
con la influencia hispana, así como estilos modernos que se han adecuado a la cadencia y gusto
de los grupos sociales mayoritarios.

Idiosincrasia
Los peruanos estamos cada vez más orgullosos de la riqueza histórica y cultural del pasado y
presente. Después de haber vivido por siglos dándole la espalda a nuestros orígenes andinos,
hoy reconocemos el valor de los Andes y la Amazonía por todo lo que representa en recursos y
tradición milenaria.
Somos la civilización más antigua de Sudamérica. De nuestro territorio y nuestro imperio
surgieron los países vecinos. Perú fue el centro político y productivo de la región, con una
privilegiada ubicación geográfica.
Hoy en Perú hay muchos emprendedores que han redescubierto su capacidad de crear nuevas
riquezas, nuevos negocios y servicios. El país ha superado momentos difíciles de crisis
económicas y políticas. Aunque las instituciones tutelares del Estado están todavía en proceso
de consolidación, Perú ha conservado la democracia por más de dos décadas.
Pero, sobre todo, Perú es acogedor, como su gente, que ofrece la mejor atención al visitante,
con su comida y múltiples celebraciones. El fútbol es una pasión que además de ser el deporte
nacional, es motivo de encuentro con la familia y amigos.
Somos un pueblo muy creyente, la religión católica prima en la vida social, pero convive con
diversos credos.
IDENTIDAD CULTURAL Y REALIDAD NACIONAL
Por: Juan Rivera Tosi

Al abordar el tema de identidad cultural, es importante dilucidar dos conceptos, a fin de


tener en claro de que estamos hablando.

Hoy escuchamos hablar mucho de interculturalidad, pluralidad cultural, diversidad cultural, y


se reconoce que el país es rico en cultura. Pero, veamos que entendemos por identidad y que
entendemos por cultura, a fin de saber si estamos hablando un mismo lenguaje.

Entendemos por identidad el sentirse uno mismo, el actuar como uno es, sentirse bien al
hacerlo, y al relacionarse con las personas que conviven con nosotros. Hoy los problemas que
nos afectan son el individualismo y el colocar el yo por encima de la sociedad, igualmente la
masificación del abuso cultural vía la imitación de valores que no son nuestros pero que nos
han hecho sentir y creer que son superiores a los que nosotros tenemos y que heredamos de
nuestros antepasados.

Al referirnos a la cultura, estamos hablando de la forma como se manifiesta el hombre en su


sociedad, como se ven se sienten y piensan sin entrar en conflicto. Y como esta requiere de
cierto periodo de tiempo para desarrollarse, puede comprender algunas generaciones que
involucran a nuestros antepasados, pudiendo tener en algunos casos hasta un componente
racial. En todo caso se expresa a través del lenguaje, su religiosidad o cosmogonía, sus
valores morales, formas de interpretar la naturaleza y como relacionarse con ella, sus
costumbres, ciencia y tecnología.
En el caso nuestro, nos estamos refiriendo por lo menos a 100 siglos de cultura ó 10,000 años,
y que es aceptado por la ciencia oficial, y de los cuales solo cinco siglos, algo más de 500 años
corresponden a la presencia occidental en nuestro continente; sin embargo esa es la
predominante al ejercer el control del estado y toda su estructura.

¿Es correcto hablar de una identidad cultural del Perú?

Muchos dirán que si, pero realmente no tiene sentido cuando vemos que hoy se habla mucho
de la interculturalidad o diversidad cultural. No tendría lógica entonces, sería un híbrido;
pero es lo que se pretende: Aceptar la diversidad cultural, pero hegemonizada e interpretada
a partir de la óptica occidental.

En el Perú hay muchas identidades culturales, cada una corresponde a una nación antigua y
que hoy en muchos casos puede definirse como una región. Es que en el Perú es un país, un
estado, una república, tiene una constitución, tiene un código civil y penal, pero no es una
nación. En el Perú hay muchas naciones que sobreviven subterráneamente y que cinco siglos
después aún se mantienen vigentes. No fueron desarticuladas totalmente, no desaparecieron.

Los Chankas de Huancavelica son una Nación; Ayacucho norte es una nación y el sur otra; los
Huancas son otra nación y los Collas o Aymaras, también lo somos, y probablemente la más
antigua por provenir del Tiawanaku. Pero son muchas las naciones que aún sobreviven en
estos territorios.

El estado peruano nos ha pretendido hacer creer que solo existe la nación peruana, a la cual
se le debe amor y respeto, desconociendo o negándose a aceptar que el Perú es un país
plurinacional y que en el pasado todas estas naciones indias convivieron en relación
armoniosa y de cooperación. Que la demarcación entre una y otra no estuvo dada por una
frontera geográfica, que había cuidar y proteger de una invasión, sino que estaba dada por
factores culturales.
Que habíamos sido capaces de desarrollar una sociedad que desconocía el hambre y la
miseria, una sociedad que no propugnaba la supremacía del hombre sobre las demás especies
que habitaban la tierra; una sociedad que sabiendo lo abrupto del territorio se organizó
previsoramente para sobrellevar los tiempos de sequía o los de lluvias torrenciales. Un tipo de
sociedad que por sus mismas características geográficas difíciles desarrollo la cooperación y la
solidaridad, que hasta hoy sobrevive en el ande a través del Ayni y la Minka ... Una sociedad
donde la idea de propiedad privada ó esclavitud no tenía cabida ya que no correspondía a su
realidad y posibilidades de desarrollo. Una sociedad sana.

Pero, la historia la escribieron los tiranos

Y desde entonces nosotros perdimos. El gran estado plurinacional andino fue desarticulado
utilizando las prácticas políticas, militares y religiosas europeas; España, de ser el país más
atrasado de Europa, pasó a convertirse en una potencia económica y militar que podía mirar
de igual a igual a sus vecinos, y para ensanchar su ego y justificar la masacre en nuestras
tierras, y su falta de cultura, invento una historia donde aparecíamos, primero como especies
pre-humanas, como bárbaros y salvajes, feroces y sanguinarios, para finalmente aceptar que
si éramos humanos, ero que pertenecíamos a una de las tribus perdidas de Israel;
descendientes de judíos y por lo tanto no merecíamos la menor consideración ni respeto.

Primero fue la maquinaria colonial la que se dedicó a borrar ó intentar borrar toda huella de
nuestro pasado y cultura. Después vino la guerra de la independencia que fue llevada a cabo
por las montoneras indias pero que termino siendo arrebatada por los criollos, quienes
continuaron con la misma política colonial respecto a nuestra cultura. Nuestra historia,
nuestra verdadera historia, aquella que nos presentaría como una sociedad altamente
desarrollada y que vivía en armonía con la naturaleza, ha sido totalmente distorsionado,
manipulada, y es lo que se sigue enseñando a nuestros hijos en las escuelas.

No podemos dejar de reflexionar en torno a lo que significa realmente identidad cultural y


realidad nacional en el Perú, cuando este es un país racista donde nuestra raza ancestral
india o indígena ha sido siempre marginada. Solo se reconoce nuestro valor por los
impresionantes testimonios arqueológicos que sobrevivieron en el tiempo, presentándolos
como algo lejano, pasado que ya desapareció.

El racismo en el Perú

No solo se da por el color de la piel, sino que también involucra el aspecto cultural, aquella
cultura que lograron desarrollar nuestros abuelos. Se da también en la lengua madre, en la
comida, en nuestra vestimenta, que son marginados por este racismo; lo cuál genera
problemas y conflictos que muchas veces hacen daño a ambas partes.

Es por eso que cuando un joven andino llega a la costa, rápidamente adopta costumbres
culturales que le son ajenas, las que muchas veces chocan violentamente con su forma de ser
y de sentir. Si no quiere sentirse marginado o segregado, las acepta y buscará mostrar a su
nuevo entorno, que rechaza a su cultura madre. Así terminan siendo más occidentales que los
del propio lugar.

Hace algunos años, un director del instituto nacional de Cultura en Ica, me manifestaba a
modo personal, que el Perú necesitaba urgentemente un Hitler para que haga con
los”serranos” lo mismo que hizo con los judíos, vale decir: exterminarnos. Que tal afirmación
fuera expresada por una autoridad cultural nos da una clara idea del racismo imperante en el
país.

Pero el problema es mucho mayor, se nos ha hecho aceptar como algo natural conceptos que
en vez de ayudar a fortalecer nuestra cultura nos agraden y humillan, aunque a fuerza de
escucharlos repetitivamente ya no reaccionamos ante su significado. Una muestra de ello lo
tenemos en la palabra “Cholo”. Cholo es una palabra que fue usada despectivamente por los
españoles para humillarnos, para ofendernos. Con el tiempo, al ser usada para señalar un
sector grande de la población del país, fue aceptada y se le trato de dar un carácter distinto:
mostrarla como un peruanismo que identificaba a un segmento muy grande de la población
peruana de origen andino. A partir de allí se deriva la palabra “Cholito” que podría ser una
palabra de cariño, y ya no necesariamente despectiva; buscando limpiarla, maquillarla y que
se acercara como algo que nos identifica.

Pero que significa realmente Cholo

Esa palabra que pretenden hacernos creer que es algo propio, que identifica a lo peruano. No
tiene raíz peruana, no es Aymara, no es Quechua y mucho menos Castellana. Cholo es una
palabra de origen Nicaragüense, totalmente ajena a nosotros, pero lo usaban seriamente y se
nos pretende hacer creer que nos unifica y de la cual debemos sentirnos orgulloso. Los
españoles después de llegar a Nicaragua y someterla, siguieron bajando al sur hasta llegar a
nuestros territorios; y aquí, a los hijos que les hicieron a nuestras abuelas, la gran mayoría de
las veces producto de abusos y violación; a esos hijos los llamaron Cholos. Pero que significa
realmente: En Nicaragua cuando una perra pare, los indios, a las cría no le dicen cachorros
sino Cholo, lo cual significa: hijo de perra.

Así fue como llamaron los españoles a los hijos que hicieron en nuestras abuelas. Por eso
dolía, por eso era ofensivo que nos dijeran cholos. Indio no nos ofendía, al contrario nos
enorgullecía; era grandeza, era cultura y así nos defendíamos; pero Cholo era ofensa. Se nos
ha hecho creer igualmente que además somos mestizos, por la mezcla racial entre blancos e
indios o cobrizos, lo cual es otra terrible distorsión del significado de la palabra y además una
aberración. Mestizaje no es la mezcla de razas sino de especies: El caballo con la burra da
origen a la mula, la naranja con la mandarina dará origen al tangüelo. ¿Y cual es la
característica del producto de la reproducción? El ser híbridos, el no poder reproducirse. Y
eso es lo que se pretende hacernos creer que somos nosotros: Híbridos. Y es a través de dicha
distorsión, que se nos introdujo un contrabando cultural altamente perjudicial para un
proyecto como país:
El Perú encuentra un pasado estigmatizado, un presente ciego al legado cultural y un futuro
incierto, donde nuestra única tabla de salvación sería reescribir nuestra historia, retornar a
nuestras raíces, recoger lo positivo del choque cultural que se dio con occidente, y a partir de
allí, avanzar como país.

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