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El Ministerio de Hacienda fue uno de los más estables durante los últimos

ocho años. Entre agosto de 2010 y el mismo mes de 2012, el encargado


del sector fue Juan Carlos Echeverry, quien después pasó a la presidencia
de Ecopetrol y en la actualidad trabaja en su empresa de consultoría.

Echeverry recibió una economía que en 2010 tenía un déficit de


cuenta corriente equivalente al 3,1% del Producto Interno Bruto (PIB),
cuyo valor era equivalente a US$287.018 millones y su crecimiento de
4,3% anual, además de un PIB per cápita que alcanzaba los US$6.250.

Durante los últimos 8 años, el país atravesó una desaceleración global


que, aunque llevó la economía a crecer menos de 2%, no alcanzó a llevar
al país al decrecimiento. La desaceleración fue consecuencia de la caída
de los precios internacionales del petróleo, un evento que también le
pasó la factura al país.

Mientras entre 2010 y 2014 la inflación estuvo alrededor del 3%, excepto
en 2013 cuando los precios al consumidor apenas incrementaron 1,94%,
para 2015 el indicador duplicó su promedio y llegó a 6,77%. Para 2018,
el Ministerio de Hacienda y el Banco de la República esperan que la
inflación esté cercana a 3,3%.
La elevada inflación fue consecuencia del alto costo en la tasa de cambio,
que no es intervenida por ninguna autoridad monetaria desde 1999 cuando
se levantó la banda cambiaria, y el elevado costo de los alimentos que
disminuyeron en producción debido al Fenómeno de El Niño que llegó al
país en la misma época.

Para contrarrestar el efecto de ambos eventos sobre el costo de vida


de los colombianos, la Junta Directiva del Banco de la República, de
la cual hace parte el ministro de Hacienda con uno de los siete votos,
inició en septiembre del 2015 el incremento de las tasas de interés.

Así, las autoridades monetarias del país llevaron las tasas de interés desde
4,5, nivel al que habían llegado en agosto de 2014, hasta 7,75% en julio
de 2016. Y conforme la inflación y sus expectativas empezaron a
descender, el Banco de la República también redujo sus tipos de interés.

El primer movimiento fue en diciembre de 2016 y, con contadas


pausas, la Junta Directiva del Emisor llevó las tasas de interés hasta
el actual 4,25% que además se ubica en un terreno “ligeramente
expansivo” de la tasa real de intervención, adecuado para que el país
logre recuperar su ritmo de crecimiento económico.

La misma situación llevó a que el PIB del país pasara de un crecimiento


anual de 4,3% en 2010 a uno de 2% en 2016 y de 1,8% el año siguiente.
Dicho nivel de crecimiento fue el más bajo que el país ha reportado desde
2009, cuando llegó a 1,6%.

El gobierno de Juan Manuel Santos recibió un déficit de Cuenta Corriente


de 3,1% del PIB nacional, equivalente en ese momento a US$8.732
millones. Para 2015, cuando las finanzas del país sintieron más fuerte el
impacto de la caída del precio del petróleo, el déficit llegó a 6,3%
equivalente a US$18.549 millones.

El ministro Cárdenas implementó la llamada “austeridad inteligente”,


que reducía el gasto público en sectores poco sensibles para el
desempeño del país, excluyendo de los recortes por ejemplo a los
programas sociales y las inversiones en infraestructura.
El ajuste que hicieron tanto el gobierno como el sector privado y los
hogares colombianos, reflejado también en la caída de las importaciones,
llevó a que para 2016 el déficit de cuenta corriente disminuyera a 4,5% y
este año volvería a su nivel promedio de los años anteriores con un
estimado de 3,3%.

Sin embargo, solo en 2017 los ingresos del Gobierno Nacional


estuvieron cercanos a los $140 billones mientras que los gastos del
mismo superaron los $170 billones. El resultado fue un déficit
fiscal de 3,3% con una reserva de 0,3 puntos porcentuales para
eventualidades durante este año, lo cual llevó a que el país cumpliera
la regla fiscal en el límite máximo de 3,6% de déficit que se permitía
para ese año.

Por otro lado, la inversión extranjera directa pasó de un promedio de


US$6.430 millones anuales entre 2002 y 2010 a uno de US$14.509
millones anuales entre 2011 y 2017. El valor más alto se presentó
precisamente en 2011 cuando este indicador alcanzó los US$14.647
millones, de acuerdo con las cifras del Banco de la República.

La renta de factores también ha disminuido su balance deficitario. De


los US$15.490 millones faltantes de 2011, el país pasó a un balance
negativo de US$8.089 millones por ingresos primarios.

El ministro Cárdenas también destaca una mayor participación de los


inversionistas extranjeros en la deuda pública mediante TES. En mayo de
2012 los títulos de tesorería le pertenecían en un 3% a los extranjeros,
mientras que hoy dicha proporción se elevó al 26%.

Por último, de acuerdo con las cifras del Banco de la República, el


gobierno de Juan Manuel Santos dejará una deuda externa que en
febrero de este año sumaba US$124.656 millones, equivalentes al
36,4% del PIB.

De dicho total, el sector público representa US$72.340 millones y los


restantes US$52.316 millones corresponden al sector privado.

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