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Para comprender la acción y los inconvenientes de los fármacos antineoplásicos actuales y

apreciar las dificultades terapéuticas que deben superar los posibles nuevos fármacos,
es importante analizar en más detalle la biopatología de esta enfermedad.

Las células cancerosas manifiestan, en grados variables, cuatro características que las distinguen
de las células normales, que son:
• Proliferación incontrolada.
• Desdiferenciación y pérdida de la función.
• Invasividad.
• Metástasis.
GÉNESIS DE UNA CÉLULA CANCEROSA
Una célula normal se convierte en cancerosa debido a una o más mutaciones de su ADN, que
pueden ser heredadas o adquiridas, generalmente a través de la exposición a virus o
carcinógenos (p. ej., derivados del tabaco, amianto). Un buen ejemplo es el cáncer de mama; las
mujeres que heredan una sola copia defectuosa de uno de los genes supresores de tumores
BRCA1 y BRCA2 tienen un riesgo significativamente aumentado de desarrollar un cáncer de
mama. Sin embargo, la carcinogénesis es un proceso complejo en el que suele aparecer más de
un cambio genético y, además, una serie de factores epigenéticos adicionales (hormonales,
cocarcinógenos y efectos promotores de los tumores), que no ocasionan el cáncer por sí mismos,
pero aumentan la probabilidad de que la mutación (o
mutaciones) genética acabe provocando este trastorno.

Hay dos categorías principales de cambios genéticos importantes:

1. Activación de protooncogenes a oncogenes. Los protooncogenes son genes que normalmente


controlan la división celular, la apoptosis y la diferenciación, pero se pueden convertir en
oncogenes, que inducen la transformación maligna de las células,
mediante la acción de virus o carcinógenos.
2. Inactivación de genes supresores de tumores. Las células normales contienen genes que
suprimen los cambios malignos, denominados genes supresores de tumores (antioncogenes), y
las mutaciones de estos genes intervienen en muchos cánceres diferentes. La pérdida de función
de los genes supresores de tumores puede ser el acontecimiento crítico de la carcinogénesis.
Se han identificado alrededor de 30 genes supresores de tumores y 100 oncogenes dominantes.
Los cambios que culminan con la transformación maligna son consecuencia de mutaciones
puntuales, amplificación génica o translocación cromosómica, con frecuencia debidas a la acción
de ciertos virus o carcinógenos químicos.

CARACTERÍSTICAS ESPECIALES DE LAS CÉLULAS CANCEROSAS PROLIFERACIÓN INCONTROLADA

En términos generales no puede decirse que las células cancerosas proliferen a mayor velocidad
que las células normales.
Numerosas células, por ejemplo de la médula ósea y del epitelio del aparato digestivo, tienen la
propiedad de dividirse rápidamente. Algunas células cancerosas se multiplican lentamente (p.
ej., las de los tumores de células plasmáticas) y algunas más rápido (p. ej., las células del linfoma
de Burkitt).
El aspecto más significativo de las células cancerosas no es que proliferan más rápido que las
células normales, sino que su proliferación no está sujeta a los procesos reguladores normales
de la división celular y el crecimiento tisular.
¿Cuáles son los cambios que producen la proliferación incontrolada de las células tumorales? La
inactivación de genes supresores de tumores y la transformación de los protooncogenes en
oncogenes pueden conferir autonomía de crecimiento a una célula y de esta manera dar lugar
a una proliferación incontrolada al ocasionar alteraciones en sistemas celulares, como:
• Factores de crecimiento, sus receptores y vías de transmisión de señales.
• Transductores del ciclo celular (p. ej., ciclinas, cinasas dependientes de ciclinas [cdc] o
inhibidores de cdc).
• Maquinaria apoptósica que normalmente eliminan las células anormales.
• Expresión de telomerasa.
• Vasos sanguíneos locales, debidos a la angiogénesis provocada por el tumor.
Potencialmente, todos los genes que codifican los componentes antes mencionados se pueden
considerar oncogenes o genes supresores de tumores, aunque no todos son igualmente
proclives a la transformación maligna. Además, se debe tener en cuenta que es necesaria la
transformación neoplásica de varios componentes para que surja un cáncer.

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