Con la antorcha del Evangelio en la mano.

Alumbrar con las obras, más que con las palabras.

Ser orden nueva, de nuevos apóstoles hoy exige el compromiso de

recorrer juntos un itinerario de vida, para que la luz que hay en
nosotros no se vuelva oscuridad, llevar a la práctica lo que hemos
prometido, dejar que la palabra de Dios y la palabra de nuestros
fundadores, cobren una luz en nosotros y así podamos ofrecer esa
luz.

La congregación tiene su origen en “encuentro” provocado por la

realidad.

Antes de emprender cualquier obra apostólica, los fundadores

analizaban la realidad, contemplándola desde Dios y decidían al
modo de Dios.

Desde él y con él, cambiará nuestra mirada al mundo y a nosotros

mismos. Si perdemos el contacto con la realidad desde Dios,
perderemos vitalidad porque estaremos alejándonos de la fuente
viva, de nuestro centro y de nuestra raíz y todo análisis y decisión
acabará errado.

Nuestro modo de ser apóstoles pide una continua intimidad con

Dios y cercanía con los hermanos. “Si las palabras del misionero no
nacen de la fragua de la oración, no ablandarán el corazón” dice la
madre Paris. Y Claret, que el primer medio de que se valía, para
hacer fruto era “la oración”. Nuestro maestro de día misionaba y de
noche oraba y así se lo enseño a sus discípulos. No hacía nada que
no proviniera de Dios.
Necesitamos aprender a unificar nuestra acción apostólica y
nuestra vida en oración, enrraízandonos en Cristo, tanto a nivel
personal como con otros. No destruir con acciones, lo que
pretendemos anunciar con palabras, el evangelio, el único imán de
nuestro amor, su hermosura, nuestra continua meditación.

Como orden nueva el deseo de la madre Paris “de ser una sola
familia” acogiendo la variedad de cultura, lengua, apostolados y
edades. La caridad nos hace una sola familia y un solo corazón,
como Dios quiere de nosotros. El padre Claret, insistió siempre en
la importancia de formar comunidades fraternas y apostólicas.

Somos llamados a dar público testimonio a favor de la pobreza, hoy

en día, más confianza se pone en el dinero que en Dios.

Está pobreza evangélica se refleja en toda la vida de la madre Paris,

en ella se hace presente el mucho amor a la pobreza evangélica,
como fundamento de nuevos apóstoles, nada más quiero, sino a
nuestro Señor Jesucristo. El Padre Claret propone la humildad, la
pobreza y la mansedumbre, como las 3 virtudes más necesarias,
para un misionero, su amor, como su pobreza, no queda en
palabras o buenas intensiones.

La pobreza es también apostólica, pues es como la llave maestra,

para introducir el evangelio en los corazones. Sin embargo está
pobreza en nuestra vida personal, comunitaria, relacional,
seguiremos encontrando cerradas muchas “puertas” pues para
edificar y mover a las gentes, el mejor y más eficaz medio es el
ejemplo, la pobreza, el desprendimiento.
Todos los que conformamos la familia claretiana del colegio María
Inmaculada de Turmero, somos apóstoles y que estamos llamados
a ser ese compás, nuestra punta de pies firme, está o debe estar
centrada en nuestro Señor Jesucristo, que es el evangelio, nuestra
fuente de luz, en quien cada día nos encomendamos, para vivir
nuestro día a día, y realizar nuestros diferentes roles, como
hermano, maestro, madre, entre otros y ese actuar a diario es la
otra punta del compás, donde se dibuja la misión que tenemos en
nuestra vida, pero cabe destacar que muchas veces nos salimos o
cortamos esa alianza con Dios. Decimos una cosa y hacemos otra, el
evangelio, nos anuncia, amar al prójimo como a ti mismo, en
ayudar y trabajar en la entrega y amor por los hermanos y María
Antonia Paris nos lo dijo “trabajar hasta morir” y todo lo que
decimos ser, lo debemos mostrar con nuestro ser y hacer.

RESPUESTAS.

1) Respuesta. La oración, vida de familia y la pobreza.

2) Respuesta. Me identifico con el eje de la oración y de la pobreza.
Desde que me despierto a un nuevo día realizo mis oraciones y
en todo lo que realizo lo platico con Dios y le agradezco lo bueno
y malo que me ocurre, siento una gran confianza en él y a él le
entrego todo cuanto realizo, y en cuanto a la pobreza, todos
somos iguales ante los ojos de Dios, y en este eje es donde debo
demostrarle a Dios el amor al prójimo, visitando a mi compañero
que está enfermo o tiene un familiar enfermo, dando de comer
al hambriento, ayudar realmente al que necesita, entre otros,
con estas y muchas otras acciones, se va enseñando lo que Dios
quiere de sus hijos, es un camino muy fuerte y con muchos
 obstáculos, pero con Dios en nuestro corazón si se puede y los
tropiezos son enseñanzas que nos acrecienta la FE.
3) Respuesta. En el eje de la oración.(el oratorio e infancia
misionera)
4) Respuesta. Adaptación a la realidad, situarnos en el tiempo, en
las nuevas generaciones, en la calidad de estudiantes de hoy en
día y en los tactos agentes distractores que compiten con
nuestros valores.
5) Respuesta. No. Considero que es fortalecer y preparar con teoría
y práctica a los que ya están constituidos, dejando las puertas
abiertas a todas aquellas personas que quieran sumarse, del
colegio, comunidad y parroquia.

1) Respuesta. El acompañamiento de todas las madres, en cada

lugar y responsabilidad que me tocado enfrentar, gracias por
sus consejos y enseñanzas que han dejado en mi, son muchas
y espero continuar creciendo con ustedes. De forma muy
especial a la madre Mercedes, vivo ejemplo con sus
enseñanzas, responsabilidad y entrega, para el oratorio, al
igual que la madre Nany en Infancia Misionera, que nos
motiva y organiza las actividades a realizar. Gracias
Entre las dificultades: E l tiempo, la comunicación y el que
laboramos en el mismo plantel y en el mismo horario y no nos
conocemos.

3)Respuesta. Ser luz, llevar y transmitir el evangelio en

nuestros actos, en la vida diaria, no solo quedarnos en
palabras.
4)Respuesta. Continuar con disposición, dedicación,
responsabilidad y alegría, con la luz de Dios, la intercesión de
nuestra Virgen María Inmaculada y la ayuda de nuestros
fundadores, para que me continúen iluminando en mi misión
terrenal y solicitarle mucho más de humildad para
entendernos y comprendernos unos a otros, para alcanzar
nuestras metas laborales y personales