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A ser la diferencia

En la actualidad los jóvenes ya no somos el futuro de la iglesia, sino más bien el presente, ya que
formamos parte de un rol muy importante en nuestras congregaciones por medio de los ministerios que
conformamos, así que debemos tomar mucho en cuenta lo importante que somos los jóvenes para con
nuestra iglesia.

Los jóvenes tenemos demasiado potencial que necesitamos explotar para ver cumplidos sus mayores
sueños y hacer posible el trabajo que Dios nos ha mandado a realizar.

1. ¿Qué es Ser diferente?

En un equipo de fútbol juegan 11 jugadores, estos once jugadores tratan por todos los medios de
trabajar juntos para poder anotar un gol, pero cuando se encuentran con un equipo que es defensivo y
juega muy bien por zonas, se enfrenta al mayor problema de un equipo de fútbol, esto es: no poder
anotar. Es ahí en donde se necesita un jugador que sea diferente a los demás y que tenga las cualidades
para hacer la diferencia, esto se le llama así en el fútbol porque esa clase de jugador sobresale entre los
demás, ya sea por su técnica, buen dominio de balón, disparo fuerte, buena gambeta, etc. Esta clase de
jugador es el que hace la diferencia en un juego, no importando que el equipo contrario este metido en
su campo defendiendo con uñas y dientes, pues segundo bastaran para que la capacidad de este jugador
le permita hacer un espacio en el cual pueda disparar y anotar el tan ansiado gol.

En la Iglesia es lo mismo, hay un grupo de personas que en conjunto tratan de hacer bien las cosas, pero
la mayoría son cristianos promedios, que se conforman con servir en “x” Ministerio y aunque este no
prospere ni de frutos ellos se siente conformes con el hecho de pertenecer a ellos. Cosa que está mal
hecha porque es ahí en donde se necesita gente que haga la diferencia, personas que no se conformen
con lo mínimo, sino que sean emprendedores que tengan sueños grandes y trabajen para cumplirlos. Esta
clase de personas son las que mueven masas, son los que animan y tratan de cambiar el denigrante
presente, para hacerlo grandioso y lleno de frutos.

2. Importancia de Ser Diferente

Ser diferente es muy importante y sobre todo en los jóvenes porque como antes se dijo, los jóvenes
somos el presente de la iglesia, ya que hoy en día los distintos Ministerios de la iglesia están conformado
por jóvenes y esto de una u otra manera impacta, porque lo primero que podemos ver aquí es que hubo
una decisión propia de integrarse al cuerpo de Cristo. Y por supuesto, también somos el futuro de la
iglesia porque valga la redundancia en nuestras manos está el futuro del mundo
3. Características de una persona diferente

A. Es una persona consagrada: Indiscutiblemente toda persona que quiera hacer la diferencia tendrá
que tener una buena comunión con Dios, pues por mucho que intentes ser la diferencia con las
capacidades bonitas que tengas, no podrás, pues la consagración va de la mano con la capacidad
de ser diferente. Cuando hablo de consagración me refiero a tener constantes devocionales
personales en los cuales puedas tener una cercana comunión con Dios.

B. Es una persona que los comentarios negativos no lo detienen: A las personas que son la diferencia
no los detiene nada, pueden inventar 1000 cosas negativas de ellos, pero su mismo amor por
tratar de sacar adelante el Nombre de Dios los hace seguir avanzando tras su objetivo sin volver a
ver atrás.

C. Es aquella persona que siempre anda motivando a medio mundo: Las personas que hacen la
diferencia son aquellos que siempre motivan a medio mundo, son aquellos que siempre tienen una
sonrisa para ti aunque estén pasando por los peores desiertos, son aquellos que tratan de
ayudarte a salir adelante y no permiten que te quedes atrás.

D. Es aquel que no se conforma con poco: Una persona que hace la diferencia no se conforma con
asistir los domingos a la Iglesia, sino más allá de eso, tratan la manera de invitar y hablar de Dios a
las personas, esta clase de personas son las que anhelan hacer grandes cosas y las cumplen, pues
se trazan objetivos grandes, y tienen plena seguridad que su Dios también es Grande.

E. Es aquel que siempre tiene una respuesta para cada problema: Curiosamente las personas que
hacen la diferencia siempre tienen una respuesta a cada problema, pues su misma comunión con
Dios les hace tener sabiduría para decidir lo mejor. Esta clase de persona siempre tiene una
respuesta positiva en medio de los problemas gigantes que se presentan, no se dejan llevar por lo
que ven sus ojos, sino más bien confían en el que es más Grande que cualquier problema.

F. Es una persona que nunca dice “no” al servicio: Cuando tú quieres hacer la diferencia nunca dices
“no” al servicio, siempre estás dispuesto a ayudar en lo que sea y no velas por tus intereses sino
más bien, por los intereses de tu Señor. Nunca niega su servicio sino que al contrario siempre
están dispuestos a trabajar para la obra de Dios.
G. Es aquel que realmente ha comprendido el propósito por el cual fue llamado: Creo que esta es la
cualidad que hace que las demás existan, ya que desde el momento que entiendes el propósito de
Dios para tu vida comienzas a ser la diferencia en lugar que estés.

4. ¿Cómo podemos ser diferentes?

Nosotros podemos ser diferentes de muchísimas formas, a continuación se resaltarán una de las muchas
formas o lugares que podemos hacer la diferencia:

 Familia: podemos hacer la diferencia en la familia amando y respetando a nuestros familiares


principalmente a nuestros padres ya que son los personajes que nos dieron la vida.

“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre,
que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.”
(Efesios 6:1-3)

 Estudios: ser diferentes también en los estudios ya que ese es nuestro día a día, aquí podemos
ser diferentes siendo unos buenos alumnos, sobresalientes y con excelentes calificaciones, ya que
es nuestro deber.

 Personas: tenemos que ser diferentes con las personas, ya sean amigos, conocidos o no
conocidos porque tenemos que dar testimonio de la presencia de Dios en nuestras vidas. Y aparte
de esto si tratamos bien a las personas, estaremos siempre rodeados de gente buena.

“Les doy un mandamiento nuevo, que se amen unos los otros. Que, como yo los he amado, así también
ustedes los unos a los otros” (Juan 13:34)

5. Sal de la tierra y luz del mundo. Mateo 5:13-16

“Ustedes son la sal de la tierra. Más si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para
nada más que para ser tirada fuera y pisoteada por los hombres.

Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse en una ciudad situada en la cima de un monte. Tampoco
se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos
los que están en la casa. Brille así su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras y
glorifiquen a su Padre que está en los cielos.”

La sal es un elemento muy común y barato. Su uso, sin embargo, es fundamental para nuestra vida.
Nuestro organismo necesita sal en proporciones adecuadas. En la cocina la sal es indispensable, y lo era
mucho más en la antigüedad cuando no existían los sistemas de refrigeración con los que hoy contamos.
La sal entonces era utilizada como un eficaz medio de conservación de alimentos. Junto a éstos,
seguramente habrá otros muchos usos y aplicaciones que los seres humanos le hemos dado y le damos a
la sal.

Como en el caso de cualquier otro elemento, los usos de la sal están íntimamente vinculados a su
composición, características y propiedades. Si por medio de algún mecanismo lográsemos “quitarle” a la
sal su capacidad de salar la comida o de detener el proceso de corrupción de la carne, ese elemento, en
lo que a nosotros respecta y al uso que le damos, dejaría de ser sal. Esto que es algo evidente en
relación a un elemento como la sal nos permite reflexionar en torno a las palabras que Jesús nos dice en
el Evangelio.

¿Qué significa que los discípulos de Jesús seamos «sal de la tierra»? Al igual que la sal —y que la luz con
la también nos compara el Señor—, los cristianos estamos llamados a tener un impacto en la realidad en
la que vivimos. Cuando uno echa sal en un guiso espera que al probarlo el sabor haya cambiado. Cuando
uno enciende una luz espera que la oscuridad retroceda. Análogamente, los discípulos de Jesús somos
enviados al mundo para algo y nuestra presencia en medio del mundo no puede pasar desapercibida pues
somos, por gracia de Dios, portadores de un don inmenso: la Buena Nueva de Jesucristo.

En esa línea va la advertencia del Señor Jesús: si la sal se vuelve insípida, ¿quién la salará? Si la sal pierde
su fuerza, sus propiedades ya no sirve para nada y se le echa fuera. De igual manera si la lámpara se
oculta ya no ilumina y pierde su sentido. Nuestro Maestro nos está diciendo que para poder ser sal de la
tierra y para poder ser luz del mundo, debemos ser fieles a lo que somos y vivir coherentemente con ello.
Somos discípulos suyos, hombres y mujeres que han renacido en las aguas del Bautismo y han sido
enviados al mundo para transformarlo desde el Evangelio. Así como la sal sala y la luz ilumina, el cristiano
está llamado a ser en medio del mundo testimonio vivo del Evangelio de Cristo y a llevarlo hasta la raíz de
la cultura y la sociedad.

Tips para ser diferente

 Dar los buenos días en cualquier lugar que lleguemos


 Ayudar a quien lo necesita, ¡Estemos Atentos!
 Ceder el Puesto a los mayores y a quien lo necesite
 Tratar con respeto y amor al prójimo. Ser tolerante.
 Comunicar los sentimientos
 Ayudar en las labores del hogar
 Hacer lo que nos gusta con mucho amor y mucha pasión
Conclusión

¿Qué decisión tomaras tú?, ¿Hacer la diferencia en medio de tanta gente? o ¿Acomodarte a ser un
cristiano promedio?, la respuesta la tienes tú. Cuando te dispones a ser la diferencia comienzas a ver
tantas bendiciones de parte de Dios como no tienes idea y cada día que pasa te alegras de haberte
dispuesto a ser la diferencia. Por otra parte si quieres seguir acomodado a la vida espiritual que llevas y
al servicio que prestas nunca sabrás lo que es “HACER LA DIFERENCIA”, te reto a ser la diferencia en tu
ciudad, en tu colegio y universidad, en tu casas, en tu congregación, en tu país, en cualquier lugar en
donde te encuentres, se siempre la diferencia en este mundo indiferente.

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