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Corte

interamericana
de DD.HH Y
Comisión
interamericana
de DD.HH
CURSO: DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL

PROFESORA: SAENZ

INTEGRANTES:

JIMENEZ CUSTODIO ALDAHIR

SILVERA ROJAS ROUSE

ZAVALA CARDOZO ANDREA

ZAVALA VELASQUEZ RENATA

2019
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INDICE

Introducción…………………………………………………………………………3-4

I. Origen y evolución de la corte interamericana de derechos humanos………5-7


II. Competencia de la corte interamericana de derechos humanos ……………8-16
III. Estudio analítico de la comisión interamericana de derechos humanos…...17-23
IV. Diferencia entre la corte y la comisión interamericana de DD.HH……………23-25.
V. Influencia de argentina a la C.A.D.H…………………………………………….25-27
VI. Conclusiones………………………………………………………………………28
VII. Bibliografía………………………………………………………………………….28

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INTRODUCCION

La idea de derechos humanos se basa en el compromiso fundamental de los Estados con


“la dignidad inherente a todos los miembros de la familia humana” tal como lo proclama la
Declaración Universal de Derechos Humanos, siendo esta adoptada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas en 1948, es un hito en la historia de los derechos humanos.
Desde hace 71 años establece un estándar común de logros y deberes para todos los
pueblos y todas las naciones.

La Declaración Universal dio origen a una serie de otros tratados internacionales y


regionales como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención
Americana sobre Derechos Humanos. Trabajar por un mundo en el cual todas las personas
puedan ejercer sus derechos fundamentales es un imperativo importante también en el
marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Los tratados e instrumentos regionales de derechos humanos contribuyen al objetivo de


acceso a la justicia. Estos tratados y sus mecanismos de protección han contribuido para
lograr cambios importantes en las leyes de muchos países. Los derechos humanos son
universales, por esta razón, tenemos un compromiso, junto con nuestros países socios en
América, de proteger a las personas contra las violaciones a sus derechos y libertades
básicas.

En este 2019 se cumplen 41 años de la entrada en vigor de la Convención Americana sobre


Derechos Humanos, este tratado constituye uno de los pilares fundamentales del Sistema
Interamericano de Derechos Humanos, sistema que tiene como objetivo proteger los
derechos fundamentales de todos los habitantes de la región americana. Esto nos permite
afirmar que el origen, la razón de ser y la esencia de este sistema son las víctimas de
violaciones de derechos humanos por parte del estado.

El trabajo del Tribunal por mejorar el Sistema Interamericano no solo se refleja en el


contenido de sus sentencias, sino también en el ámbito institucional. En una búsqueda
constante por garantizar el acceso a la justicia interamericana, las sucesivas reformas del
Reglamento de la Corte IDH reflejan cómo ha evolucionado el rol de las presuntas víctimas.
Actualmente, son uno de los protagonistas del proceso y cuentan con una participación
activa a lo largo de todas sus instancias. Además, innovaciones como la figura del Defensor
Público Interamericano y el Fondo de Asistencia Legal permiten garantizar que todo aquel
que lo necesite cuente con una adecuada asesoría legal y con los recursos necesarios para
preparar su caso ante la Corte.

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Cumpliendo con su misión de interpretar la Convención a la luz del contexto histórico en que
nos encontramos, las sentencias de la Corte han extendido la protección del Sistema
Interamericano afianzando la necesidad de evitar daños al medio ambiente y establecieron
la justiciabilidad directa de los derechos sociales interamericanos, entre otras medidas
recientes. Este breve y puntual trabajo pretende dar a conocer, a través de una selección de
datos la evolución tanto institucional como jurisprudencial que ha tenido la Corte IDH en su
desempeño judicial. Para ello, se hace un repaso de la gestación del Sistema
Interamericano, evidenciando la permanente búsqueda de fortalecer su gestión. Asimismo,
se destacan algunas decisiones de la Corte que son consideradas emblemáticas por la
diversidad, alcance y trascendencia del aporte jurisprudencial en la justicia regional.

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I. ORIGEN Y EVOLUCION DE LA CORTE INTERAMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS

Primero debemos tener en cuenta que hacia el año 1969 se aprobó la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, o también llamado Pacto de San José de Costa
Rica, tratado internacional que entró en vigor el 18 de julio de 1978 adoptado en el
marco de la organización de estados americanos (OEA). Este documento regula el
funcionamiento del sistema interamericano de derechos humanos que está
conformado por dos órganos: la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ambos con el objeto de promover la
defensa de los Derechos humanos, pero a través de distintos caminos y con
atribuciones muy diferentes.

Los antecedentes de la Convención Americana se remontan a años atrás. Al final de la


Segunda Guerra Mundial, los Estados de América se reunieron en México y decidieron
que debía redactarse una declaración sobre derechos humanos, que sentaría las
bases de una convención. En 1948 se adoptó la Declaración Americana sobre
Derechos y Deberes del Hombre, se trata del primer instrumento general en materia
de derechos humanos, ya que fue adoptado meses antes de la Declaración Universal.
Ese mismo año se aprobó la Carta de la OEA, mediante la cual se constituyó dicha
organización. Asimismo, en 1967, se presentó el proyecto de Convención Americana
sobre Derechos Humanos que finalmente entró en vigor. La importancia de la CADH
radica no sólo en el ámbito de los derechos fundamentales que protege, sino también
en el sistema de protección establecido para examinar supuestas violaciones y
garantizar que los Estados cumplan con sus obligaciones en virtud del Convenio.

El 22 de mayo de 1979 los Estados Partes en la Convención Americana eligieron,


durante el Séptimo Período Extraordinario de Sesiones de la Asamblea General de la
OEA, a los juristas que en su capacidad personal, serían los primeros jueces que
compondrían la Corte Interamericana. La primera reunión de la Corte se celebró el 29
y 30 de junio de 1979 en la sede de la OEA en Washington, D.C. La Asamblea
General de la OEA, el 1 de julio de 1978, recomendó aprobar el ofrecimiento formal del
Gobierno de Costa Rica para que la sede de la Corte se estableciera en ese país. Esta
decisión fue ratificada después por los Estados Partes en la Convención durante el
Sexto Período Extraordinario de Sesiones de la Asamblea General, celebrado en
noviembre de 1978. La ceremonia de instalación de la Corte se realizó en San José el
3 de septiembre de 1979.

A, B, C DE LA CORTE INTEROAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS (2018),


12pp
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Durante el Noveno Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la OEA
fue aprobado el Estatuto de la Corte y, en agosto de 1980, la Corte aprobó su
Reglamento, el cual incluye las normas de procedimiento. En noviembre de 2009
durante el LXXXV Período Ordinario de Sesiones, entró en vigor un nuevo Reglamento
de la Corte, el cual se aplica a todos los casos que se tramitan actualmente.

El 30 de julio de 1980 la Corte Interamericana y el Gobierno de la República de Costa


Rica firmaron un convenio, aprobado por la Asamblea Legislativa mediante Ley Nº-.
6528 del 28 de octubre de 1980, por la cual se creó el Instituto Interamericano de
Derechos Humanos. Bajo este Convenio se establece el Instituto como una entidad
internacional autónoma, de naturaleza académica, dedicado a la enseñanza,
investigación y promoción de los derechos humanos, con un enfoque multidisciplinario
y con énfasis en los problemas de América. El Instituto, con sede también en San
José, Costa Rica, trabaja en apoyo del sistema interamericano de protección
internacional de los derechos humanos.

El 10 de septiembre de 1981 el Gobierno de Costa Rica y la Corte firmaron un


Convenio de Sede, aprobado mediante Ley Nª. 6889 del 9 de septiembre de 1983, que
incluye el régimen de inmunidades y privilegios de la Corte, de los jueces, del personal
y de las personas que comparezcan ante ella. Este Convenio de Sede está destinado
a facilitar el normal desenvolvimiento de las actividades de la Corte, especialmente por
la protección que da a todas aquellas personas que intervengan en los procesos.
Como parte del compromiso contraído por el Gobierno de Costa Rica, en noviembre
de 1993 éste le donó a la Corte la casa que hoy ocupa la sede del Tribunal.

La Corte está compuesta por siete jueces, para un periodo de seis años. Pueden ser
reelegidos una vez, permaneciendo en funciones hasta el término de su mandato. Sin
embargo, aun cuando su mandato haya terminado, los jueces siguen conociendo de
los casos a que ya se han abocado y que se encuentran en estado de sentencia, a
cuyos efectos no son sustituidos por los nuevos jueces elegidos. No podrá haber dos
jueces de la misma nacionalidad. Cada dos años se elige al presidente y
vicepresidente, en votación secreta de los jueces titulares presentes, con posibilidad
de reelección.

Los jueces son elegidos en la Asamblea General de la OEA de una lista de candidatos
propuesta por los Estados partes de la Convención, en votación secreta, y por mayoría
absoluta de votos de esos mismos Estados.

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Cada uno de los Estados partes puede proponer hasta tres candidatos, quienes
pueden ser nacionales del Estado que los propone o de cualquier otro Estado miembro
de la OEA

Para ser nombrado juez se requiere cumplir con los siguientes requisitos: ser
nacionales de alguno de los Estados miembro de la OEA; ser elegidos a título personal
entre juristas de la más alta autoridad moral; gozar de una reconocida competencia en
materia de derechos humanos, y reunir las condiciones requeridas para el ejercicio de
las más elevadas funciones judiciales conforme a la ley del país del cual sean
nacionales o del Estado que los proponga como candidatos. Ante el fallecimiento o
renuncia de un juez titular se nombrará un juez interino para reemplazarlo, debiendo
completar el periodo faltante; asimismo, sólo en casos contenciosos interestatales
puede nombrarse un juez ad hoc en el supuesto en que entre los jueces llamados a
conocer del caso, ninguno fuese de la nacionalidad de los Estados partes.

En los últimos 41 años, la Corte IDH ha dictado muchas sentencias importantes. Sus
fallos son vinculantes para los Estados que han aceptado su jurisdicción y han
obligado a los gobiernos a reformar su legislación y la práctica judicial y administrativa
en muchos campos.

Los temas sobre los cuales la Corte IDH ha dictado sentencia se refieren, entre otros,
al derecho a la vida, a la tortura, a la desaparición forzada de personas, a la pena de
muerte, a las garantías de debido proceso y a la protección judicial, a la protección
consular, a la libertad de pensamiento y expresión y su protección en armonía con
otros derechos, al acceso a la información, a los derechos de los niños y las niñas y de
la familia, a los derechos de la mujer y a los derechos políticos.

Recientemente, la Corte IDH ha abordado nuevos temas tales como el principio de no


discriminación basado en la orientación sexual y la identidad de género, los métodos
de fertilización in vitro, la esclavitud contemporánea y la trata de personas, los
derechos de los pueblos indígenas y la consulta previa, entre muchos otros. A través
de la jurisprudencia de la Corte IDH, la Convención Americana sobre Derechos
Humanos se ha convertido en un instrumento dinámico en la respuesta a los nuevos
desafíos sociales y a la promoción del Estado de Derecho y la democracia en las
Américas. La Corte vigila el respeto de los derechos humanos de más de 550 millones
de personas que viven en los 20 Estados que actualmente han aceptado su
jurisdicción.

A,B,C DE LA CORTE INTEROAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS(2018) , 16pp

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II. COMPETENCIA DE LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS

Todo Estado parte puede, en el momento del depósito de su instrumento de


ratificación o adhesión de esta Convención, o en cualquier momento posterior,
declarar que reconoce como obligatoria de pleno derecho y sin convención especial, la
competencia de la Corte sobre todos los casos relativos a la interpretación o aplicación
de la Convención.

La Corte tiene competencia para conocer de cualquier caso relativo a la interpretación


y aplicación de las disposiciones de la Convención que le sea sometido, siempre que
los Estados Partes en el caso hayan reconocido o reconozcan dicha competencia.4
Cuando decida que hubo violación de un derecho o libertad protegidos en
esta Convención, la Corte dispondrá que se garantice al lesionado en el goce de su
derecho o libertad conculcados. Dispondrá asimismo, si ello fuera procedente, que se
reparen las consecuencias de la medida o situación que ha configurado la vulneración
de esos derechos y el pago de una justa indemnización a la parte lesionada.5
En casos de extrema gravedad y urgencia, y cuando se haga necesario evitar daños
irreparables a las personas, la Corte, en los asuntos que esté conociendo, podrá tomar
las medidas provisionales que considere pertinentes. Si se tratare de asuntos que aún
no estén sometidos a su conocimiento, podrá actuar a solicitud de la Comisión.6

Según la Convención Americana, la Corte tiene (a) funciones consultivas, (b)


funciones contenciosas y (c) la facultad de ordenar medidas provisionales, estas
tres tareas, que consideramos complementarias, se concentran las actividades
centrales del Tribunal, para la protección de los derechos humanos en el continente
americano

 LA COMPETENCIA CONSULTIVA

La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en su función consultiva, tiene por


objeto emitir opiniones sobre la interpretación y alcance de las disposiciones del Pacto
de San José de Costa Rica, o de otras normas de derechos humanos, que se
encuentren en instrumentos internacionales en los que un Estado miembro de la OEA
sea parte. El pedido de una Opinión Consultiva, puede ser realizado por cualquiera de
los órganos principales, de la Organización de los Estados Americanos. Asimismo,
cualquier Estado Miembro de la Organización, se encuentra habilitado puede consultar
a la Corte en los aspectos señalados; y además, puede pedir opiniones a la Corte
sobre la compatibilidad de su legislación interna y los mencionados instrumentos
internacionales.

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En relación a la naturaleza de la función consultiva de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, algunos autores destacan que «... La función consultiva que
confiere a la Corte el art. 64 de la Convención es única en el derecho internacional
contemporáneo. Como la Corte ya lo ha expresado en otra oportunidad, ni la Corte
Internacional de Justicia ni la Corte Europea de Derechos Humanos han sido
investidas con la amplia función consultiva que la Convención ha otorgado a la Corte
Interamericana...»

Efectivamente, la Corte Internacional de Justicia, órgano judicial principal de las


Naciones Unidas, sólo puede recibir pedidos de Opinión Consultiva directamente, por
parte de la Asamblea General de la Organización o del Consejo de Seguridad; e
indirectamente (es decir con la autorización de la Asamblea General), del resto de
órganos y organismos especializados de las Naciones Unidas. De forma tal, que los
Estados miembros de las Naciones Unidas, no pueden solicitar una Opinión Consultiva
de la Corte Internacional de Justicia.

Si comparamos la tarea llevada adelante por el Tribunal Europeo de Derechos


Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, veremos que el desarrollo
de las opiniones consultivas ha sido más rico y abundante en el órgano
interamericano.

En el sistema europeo, la legitimación activa para solicitar opiniones consultivas, está


restringida al Comité de Ministros del Consejo de Europa, y vedada a los Estados
Partes del Tratado de Roma.

En cuanto al objeto de una Opinión Consultiva, también es más restringida la esfera de


acción del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que aquella que corresponde a la
Corte Interamericana, debido a que el Tribunal Europeo, sólo puede interpretar la
Convención Europea de Derechos Humanos y sus Protocolos.

Finalmente, a diferencia del sistema interamericano, un Estado parte del Convenio


Europeo, no puede solicitar al Tribunal Europeo una Opinión Consultiva sobre el grado
de compatibilidad entre su legislación interna, y los instrumentos internacionales de
protección de los derechos humanos.

Berta Santoscoy-Noro, considera que a pesar de la amplitud de la función consultiva,


el artículo 64 de la Convención Americana, no permite la posibilidad de que algún
órgano de la OEA pida una opinión sobre la compatibilidad de una ley de algún Estado
miembro y los instrumentos internacionales de derechos humanos

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«... A pesar de la vasta competencia de la Corte, el segundo parráfo del artículo 64 le
impone una limitación al indicar que solo los Estados miembros de la Organización
están facultados para solicitar una opinión sobre la compatibilidad de cualquiera de
sus leyes internas y los instrumentos internacionales que describe el párrafo 1 del
mismo artículo...» .

Las Opiniones Consultivas, no tienen el efecto obligatorio que poseen las sentencias
contra Estados establecidas por la Corte en ejercicio de su función contenciosa; sin
embargo, algunos autores subrayan su importancia

«... En la práctica las opiniones de la Corte pueden gozar de gran autoridad y llenar
una importante función como medio de protección de los derechos humanos, en
especial si se tienen en cuenta las dificultades con que ha tropezado el ejercicio de su
jurisdicción contenciosa...»

Volviendo al sistema interamericano, podemos afirmar inicialmente que dentro de los


alcances de su función consultiva y en el desarrollo jurisprudencial de la misma, la
Corte Interamericana ha fortalecido el objetivo de favorecer el respeto a los derechos
humanos.

 LA COMPETENCIA CONTENCIOSA

En su tarea contenciosa, la Corte Interamericana de Derechos Humanos puede


conocer casos contra Estados, y juzgar si éstos han violado alguna disposición de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos; sólo la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos y los Estados, pueden llevar un caso ante la Corte .

Según Héctor Fix Zamudio, el procedimiento contencioso de la Corte Interamericana


de Derechos Humanos «... se inspira esencialmente en el establecido para las
controversias sometidas a la Corte Internacional de Justicia y a la Corte Europea de
Derechos Humanos, en cuyos lineamientos procesales existe un paralelismo, que con
algunos matices han sido recogidos por la Convención Americana y por el Reglamento
de la Corte Interamericana...» .

En sentido concordante, y citando una de las similitudes, Juan Carlos Hitters subraya
que la facultad de aceptación de la competencia contenciosa de la Corte
Interamericana, tal como sucede en la Corte Internacional de Justicia y el Tribunal
Europeo de Derechos Humanos, se da a través de la "cláusula opcional», que da a los
Estados la posibilidad de realizar la declaración pertinente en cualquier momento.

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Para que un Estado sea demandado ante la Corte Interamericana, es necesario que
éste, además de haber ratificado la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
haya hecho una declaración especial de aceptación de la competencia contenciosa.

De los 35 Estados miembros de la OEA; 25 han ratificado el Pacto de San José de


Costa Rica; y, hasta el momento, sólo 20 de los 25 Estados partes del Pacto, han
hecho la declaración de reconocimiento de competencia contenciosa de la Corte.

Héctor Gros Espiell aclara que el sometimiento de un caso a la Corte Interamericana,


no constituye una apelación; ya que el Tribunal «... no actúa en vía de apelación o
como forma atípica de un recurso de casación, de revisión o de nulidad, sino en
ejercicio de una función jurisdiccional propia...».

La víctima o sus representantes, no pueden actualmente ser partes en un caso


contencioso de la Corte Interamericana (no poseen el llamado «locus standi»), aunque
sus abogados actúan como «asesores de la comisión» en los casos. En efecto, Juan
Antonio Carrillo Salcedo y Ana Salado Osuna hacen notar que, desde el primer caso
sometido a la Corte Europea de Derechos Humanos, la Comisión Europea permitió al
abogado de la víctima a intervenir como asesor de su delegación, y que igual práctica
ha sido seguida en el sistema interamericano, desde el caso Velásquez Rodríguez.

Pero en el desarrollo del sistema interamericano, no se ha alcanzado aún un


instrumento como el Protocolo IX Anexo al Convenio Europeo para la Protección de
los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales, y menos aún, se plantea la
posibilidad de seguir los pasos del Protocolo XI que, como ya mencionamos,
revoluciona a todo el mecanismo establecido dentro del Consejo de Europa.

De la falta de acceso directo del individuo al Tribunal, o de la posibilidad de defender


su caso por sí («locus standi») ante la Corte Interamericana pueden derivarse
situaciones de indefensión; creemos que

«... La imposibilidad de la víctima o de sus representantes de acceder por sí a la Corte


Interamericana, ha tenido consecuencias negativas para la protección a los derechos
humanos en el sistema... La legitimación activa del individuo delante de las
jurisdicciones internacionales, en particular los tribunales de derechos humanos, es un
paso necesario para garantizar la eficacia de cualquier sistema de protección..." .

CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS: COMENTADA /


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, PROGRAMA ESTADO DE
DERECHO PARA LATINOAMÉRICA,( 2014), 113pp.

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Al menos, tal como el destacado profesor Cançado Trindade afirma al respecto: «... La
preocupación de la Corte en asegurar un proceso equitativo y justo debe
necesariamente abarcar la cuestión de asegurar igualmente alguna forma de locus
standi de las presuntas víctimas (o sus representantes legales) ante la propia Corte,
en casos que ya le hayan sido enviados por la Comisión».

Sin embargo se ha dado un importante paso, con la última reforma integral al


reglamento de la Corte Interamericana, por medio de la cual, en lo que nos ocupa
aquí, la víctima o sus representantes tendrán plena participación en la etapa de
reparaciones, hecho que sucede desde la entrada en vigencia de dicha modificación
substancial, el 1 de enero de 1997.

Si la Corte Interamericana, concluye que un Estado ha violado alguno de los derechos


o libertades protegidos por la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
dispone que se garantice al lesionado (cuando ello es posible) el derecho o libertad de
que se trate. En cuanto al contenido que puede tener la indemnización que disponga el
tribunal, la propia Corte Interamericana ha sostenido en sus sentencias que «... La
reparación del daño ocasionado por la infracción de una obligación internacional
consiste en la plena restitución (restitutio in integrum), lo que incluye el
restablecimiento de la situación anterior y la reparación de las consecuencias que la
infracción produjo y el pago de una indemnización como compensación por los daños
patrimoniales y extrapatrimoniales, incluyendo el daño moral...».

La Corte Interamericana, en su función contenciosa, ha dictado muchas resoluciones y


sentencias valiosas; es dable señalar, en este sentido, a las decisiones tomadas en
dos de los casos hondureños (Velásquez Rodríguez y Godínez Cruz), que han
sentado jurisprudencia respecto a muchos aspectos, tanto procedimentales, como de
fondo. Otro de los fallos técnicamente ricos de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, es la sentencia sobre reparaciones dictada en el caso Aloeboetoe;
particularmente en los aspectos referentes a la determinación de la indemnización, la
aplicación normativa, y los modos de cumplimiento de aquella.

La Convención Americana sobre derechos humanos, también determina que la parte


del fallo que disponga indemnización compensatoria, se podrá ejecutar en el
respectivo país, por medio del procedimiento interno vigente, para la ejecución de
sentencias contra el Estado.

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 COMPETENCIA DE MEDIDAS PROVISIONALES

La Convención Americana sobre Derechos Humanos, tiene en cuenta la probabilidad


de que la Corte Interamericana, disponga la adopción de medidas provisionales que
ésta estime pertinentes; ya sea en los casos que estén bajo su conocimiento, como así
también en asuntos que no se encuentren aún sometidos a su jurisdicción, donde,
para este supuesto particular, puede dictar las medidas provisionales a pedido de la
Comisión .

Los requisitos para que la Corte Interamericana pueda disponer medidas


provisionales, son que el Estado contra el cual se dicten las medidas haya ratificado
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y que además, haya aceptado la
competencia contenciosa de la Corte ; asimismo, deben tratarse de asuntos que
revistan características de extrema gravedad y urgencia; por último, la adopción de
las medidas provisionales, debe ser necesaria para evitar daños irreparables a las
personas.

La Corte Interamericana, al valorar el otorgamiento o no de una medida provisional


solicitada, es rigurosa en determinar si concurren efectivamente estos requisitos
necesarios para aplicarla.

“… son coexistentes y deben estar presentes en toda situación en la que se solicite la


intervención del Tribunal. Del mismo modo, (…) deben persistir para que la Corte
mantenga la protección ordenada. Si una de ellas ha dejado de tener vigencia,
corresponderá al Tribunal valorar la pertinencia de continuar con la protección
ordenada”.

Congruentemente con sus planteamientos, en otros casos, la Corte igualmente ha


denegado la solitud de medidas provisionales por considerar que carecen de los
elementos necesarios que tipifican la procedencia de una medida provisional.

Las medidas provisionales no son autónomas, sino que se encuentran subordinadas a


algún caso que se esté tramitando ante alguno de los órganos del sistema, y que
pueda ser tratado en jurisdicción contenciosa, por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos.Puede observarse un doble carácter de las medidas provisionales
reguladas en el sistema interamericano: por un lugar, otorgan garantías que colaboran
en la realización de la justicia en un caso en trámite (función tradicional de las medidas
cautelares); por el otro, y de acuerdo a las modalidades de su aplicación, tienden a
proteger derechos humanos fundamentales de personas que pueden sufrir daños
irreparables.

pág. 13
Cuando la Corte Interamericana no se encuentre sesionando, las medidas las puede
disponer el presidente del Tribunal; luego, le corresponde al pleno de sus integrantes,
la decisión acerca de ratificar o no, la providencia tomada por aquel.

En los últimos años ha existido un incremento gradual y paulatino de las medidas


provisionales aplicadas por parte de la Corte Interamericana. Desde 1986, fecha en
que se emitieron las primeras medidas hasta la actualidad, las mismas se han dotado
de reconocimiento, llegando a convertirse en un mecanismo de prevención y
protección muy importante, y en ocasiones también efectivo, protegiendo personas,
comunidades y grupos organizados que se encuentren en situación de vulnerabilidad,
llegando hasta salvar vidas y ampliándose con el propósito de lograr una mayor
protección efectiva, de una gran gama de derechos consagrados en la Convención, no
solo los que resguardan la vida e integridad personal. A través de las medidas
provisionales, el Sistema Interamericano, ha tenido la posibilidad pequeña, pero a
decir de muchos efectiva, de incidir de cierto modo en decisiones de políticas públicas
internas, cuando éstas afectan un caso concreto de derechos humanos que esté
sometido a la jurisprudencia de la Corte.

Los Estados, aunque en un inicio resistente a su cumplimiento, con el devenir de los


años y, el fortalecimiento de la jurisprudencia de la Corte, han ido ganando conciencia
hacia la obligatoriedad en su cumplimiento. Sin embargo, el sistema propiamente aún
carece de mecanismos eficaces, que permitan verificar y exigir por el completo
cumplimiento de la medida provisional decretada en cuestión, estando sometido ese
seguimiento únicamente, a la presentación de informes periódicos, que versen sobre
la evolución y cumplimiento de la medida.

Si bien las medidas provisionales se han convertido en útiles y necesarias ante hechos
de extrema gravedad y urgencia, un elemento importante es saber determinar cuándo
y sobre que violaciones deben emitirse, impidiendo a toda costa que con la misma se
intente resolver el fondo del asunto, ya que perderían la naturaleza por la cual fueron
creadas, su provisionalidad. En el estudio de casos se pudo constatar que, si bien la
Corte Interamericana por medio de las medidas provisionales, ha brindado protección
inmediata y de carácter urgente a una amplia gama de derechos reconocidos y
protegidos por la Convención Americana, han sido el derecho a la integridad personal
y a la vida, los que mayor protección y defensa han necesitado por el Sistema
Interamericano, por ser indiscutiblemente los más vulnerados.

CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS: COMENTADA /


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, PROGRAMA ESTADO DE
DERECHO PARA LATINOAMÉRICA,( 2014), 126 pp.
pág. 14
Y es que si bien “el derecho a la vida y a la integridad física de la persona son los
derechos fundamentales por excelencia...”, no se trata de simples derechos, de los
tantos reconocidos por la Convención Americana y otras cartas y convenciones, sino
de un derecho líder o guía, que dio inicio al surgimiento de los restantes derechos
inherentes al hombre que lo complementan.

La Convención Americana al regular su protección lo ubicó en el Capítulo II


relacionado con los Derechos Civiles y Políticos, artículos 4 y 5 respectivamente y,
establecen: 4.1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho
estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie
puede ser privado de la vida arbitrariamente. 5.1. Toda persona tiene derecho a que
se respete su integridad física, psíquica y moral. 5. 2. Nadie debe ser sometido a
torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes…

Cuando se habla de brindarle protección a la vida y la integridad personal no solo se


trata de impedir la ejecución extrajudicial o muerte de una persona, sino de toda forma
de mal trato cruel e inhumano que ésta pueda sufrir haciendo su vida indigna y
degradante. De ésta manera atentan contra estos derechos, los actos destructivos de
un grupo por su nacionalidad, religión, raza o etnia, la desaparición forzada de
personas, ocasionada en su gran mayoría por la práctica de aquellos gobiernos que
ejercen terrorismo de estado como modo de secuestrar a sus enemigos políticos para
torturarlos y hasta matarlos, o también de otros grupos militares o paramilitares
opositores al oficialismo de un Estado. La Corte Interamericana de Derechos
Humanos, también ordenó medidas provisionales de protección a favor de otros
derechos, tal y como son la libertad personal, libertad de pensamiento y expresión, y,
circulación y residencia. El derecho a la libertad personal, está protegido por el artículo
7 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el que señala
esencialmente “… toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personal
(...) nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las
condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de los Estados
Partes o por las leyes dictadas conforme a ellas (…) nadie puede ser sometido a
detención o encarcelamiento arbitrarios (…)”El derecho a la libertad personal no sólo
implican que el Estado debe respetarlos (obligación negativa), sino que, además,
requiere que el Estado adopte todas las medidas apropiadas para garantizarlos
(obligación positiva), en cumplimiento de su deber general establecido en el artículo
1.1 de la Convención Americana”, De esta manera la Corte indicó medidas
provisionales de protección a la libertad personal en tres casos:

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1. En el caso Masacre Plan de Sánchez en Guatemala donde el Presidente de la Corte
Interamericana, mediante Resolución de fecha 30 de julio de 2004 emitió medidas
provisionales, indicando a Guatemala, que adoptara sin dilación todas las medidas que
fueran necesarias para proteger la vida, integridad y libertad personal a los señores
Salvador Jerónimo Sánchez, Prudencia Cajbon, Faustina Tojom, Juan Manuel
Jerónimo y Buenaventura Jerónimo. El Presidente consideró que los antecedentes del
caso presentados previamente por los representantes de las presuntas víctimas y la
Comisión Interamericana, “…podría guardar una relación con el hecho de que los
señores Salvador Jerónimo Sánchez, Juan Manuel Jerónimo y Buenaventura
Jerónimo son testigos en los procesos internos que se tramitan en Guatemala por
genocidio, delitos de lesa humanidad y crímenes de Guerra en contra de los altos
mandos militares del régimen militar del ex presidente José Efraín Ríos Montt (…) y
que los dos últimos comparecieron recientemente como testigos ante la Corte
Interamericana en relación con el caso Masacre Plan de Sánchez (…); y que Salvador
Jerónimo Sánchez, Prudencia Cajbon, Faustina Tojom estuvieron presentes en la
audiencia pública sobre el referido caso como observadores…”Desde el inicio del
proceso el Estado mantuvo una actitud positiva, ya que adoptó de forma ágil y efectiva
los mecanismos necesarios de protección. Las medidas fueron suspendidas por la
Corte el 14 de junio del 2005. Este caso pone en evidencia, violaciones graves de
derechos humanos heredadas de gobiernos dictatoriales pasados, y sobre las que aún
los Estados se están pronunciando. Hecho que ocurre no solo en Guatemala, sino en
varios países de la región, en que la institucionalidad de derechos humanos, como
parte de la consolidación democrática está lejos de ser totalmente consolidada.

2. En el Asunto Carlos Nieto y otros respecto Venezuela, la Corte Interamericana


mediante Resolución de fecha 9 de julio de 2004 emitió medidas provisionales para
proteger la vida, integridad y libertad personal del señor Carlos Nieto Palma (defensor
de derechos humanos), así como la vida e integridad personal de su familia, en
particular de su sobrino John Carmelo Laicono Nieto. Siendo levantadas las medidas
por la Corte el 26 de enero de 2009. Este asunto en particular, no constituye un hecho
aislado, sino que forma parte de una serie de ataque y amenazas que comenzaron a
recibir en los últimos tiempos los defensores de derechos humanos en Venezuela.

3. En el Caso Gutiérrez Soler respecto Colombia, la Corte de oficio, adoptó medidas


provisionales mediante Resolución de fecha 11 de marzo de 2005, a favor de proteger
la vida, integridad y libertad personal del Sr. Ricardo Gutiérrez Soler y su familia,
aunque la capacidad de coordinación entre el Estado y los beneficiarios para una
mejor implementación de las medidas ha sido valorado por la Corte, las mismas aún
se encuentras vigentes por permanecer la situación de gravedad que la originó.
pág. 16
III. ESTUDIO ANALÍTICO DE LA COMISION INTERAMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS

La función principal de la Comisión es la de promover la observancia y la defensa de


los derechos humanos y servir como órgano consultivo de la Organización de Estados
Americanos en esta materia.

Tiene competencias con dimensiones políticas, entre las cuales destacan la


realización de visitas in loco y la preparación de informes acerca de la situación de los
derechos humanos en los Estados miembros. Por otro lado, realiza funciones con una
dimensión cuasi-judicial, es dentro de esta competencia que recibe las denuncias de
particulares u organizaciones relativas a violaciones a derechos humanos, examina
esas peticiones y adjudica los casos en el supuesto de que se cumplan los requisitos
de admisibilidad. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, originalmente
fue concebida en 1959 como un intento de la OEA de detener la violación masiva de
los derechos humanos del pueblo cubano llevada a cabo por el nuevo gobierno
revolucionario de ese país. La primera comisión estuvo integrado por siete juristas en
le reunión anual de los Estados Miembros, la Asamblea General fue instalada en 1960.
Las actividades iníciales de la Comisión incluyeron visitas in situ a Miami para
entrevistarse con los cubanos que huyeron de la represión en su tierra natal.

La Comisión buscaba documentar las violaciones de derechos humanos, durante casi


veinte años el mandato de la Comisión y las reglas que establecían el alcance de sus
facultades estaban estipuladas en su Estatuto tal y como fue adoptado por la
Asamblea General de la OEA. Inicialmente no incluía la autoridad para tramitar las
denuncias individuales provenientes de personas u organizaciones que reclamaban
violaciones de derechos humanos perpetradas por agentes de los estados miembros.
Esta brecha se cerró en 1967 cuando la OEA modificó el Estatuto de la Comisión para
permitirle tramitar este tipo de comunicaciones, al mismo tiempo se obligó a los
estados miembros a denunciar e investigar las violaciones de los derechos humanos.

La comisión originalmente creada por resolución de los ministros de relaciones


exteriores de la OEA se incorpora a la carta de la OEA como órgano en 1967 bajo el
protocolo de Buenos Aires.

CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS: COMENTADA /


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, PROGRAMA ESTADO DE
DERECHO PARA LATINOAMÉRICA,( 2014), 188pp.

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A) INTEGRACIÓN: Los miembros de la Comisión son propuestos por los Estados
miembros de la OEA y se eligen en la Asamblea General. Generalmente son
abogados pero no siempre. Deben ser personas de la más alta autoridad moral y de
una reconocida versación sobre la materia. Los miembros ejercen el período por
cuatro años y pueden ser reelectos solo una vez. Mientras ejerzan sus funciones los
miembros se comprometen a evitar conflictos de intereses. En caso de que se alega
violación de los derechos humanos en sus propios países los miembros están
obligados a abstenerse de participar en las deliberaciones de la Comisión. La mesa
directiva se compone de un presidente, dos vicepresidentes, electos por los miembros
de la Comisión por un período de un año.

B) DERECHO INTERNACIONAL APLICABLE: Aunque la mayoría de los países


miembros de la OEA ratificaron la Convención Americana faltan algunos por hacerlo y
por esto la Comisión aplica dos normas distintas. Para aquellos que han aceptado la
Convención, los términos de ese tratado es el derecho internacional que se aplica.
Para los que no, se aplica la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
hombre y su propio estatuto para definir los derechos humanos y las obligaciones
correspondientes de los Estados miembros. Para ayudar a la ejecución de las
funciones la Comisión depende de una Secretaría a tiempo completo con sede en
Washington D.C. encabezada por un secretario ejecutivo designado por el Secretario
General por un período de cinco años.

C) FUNCIONES DE LA COMISIÓN: Se extienden desde los deberes generales a los


particulares, su primera función consiste en concientizar en cuanto a derechos
humanos se refiere a los gobiernos y los pueblos del hemisferio. Esta tarea
promocional se lleva a cabo a través de las publicaciones de la Comisión,
conferencias, comunicados, informes etc. La segunda función es la de hacer
recomendaciones a los gobiernos de la OEA, estas pueden ser específicas en casos
particulares donde la comisión hay concluido que los derechos humanos de algún
individuo han sido violados. La tercera función de la Comisión es la de preparar
informes y estudios. Cada año debe presentarse un Informe Anual ante la Asamblea
General. Este informe incluye en este reporte las conclusiones de la Comisión
respecto a muchos casos de violaciones individuales de los derechos humanos.

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La comisión también puede incluir aquellos informes en los que no hubo violación a los
derechos. Otra sección del informe anual es la parte dedicada al análisis de la
situación de los derechos humanos en países particulares. La lista de los países varía
dependiendo de la situación de los derechos humanos, sin embargo, generalmente los
países que se mencionan en el Informe anual son aquellos que presentan un patrón
de violaciones graves de los derechos humanos.

El informe anual lo presenta el presidente de la Comisión a la Asamblea General y es


seguido por un debate público entre los ministros de relaciones exteriores, la
Asamblea adopta una resolución sobre los informes de la Comisión. Normalmente la
Asamblea insta a los gobiernos para que castiguen a las personas responsables de las
violaciones.

Otra función de la Comisión es la de requerirle a los gobiernos que le provean


información. En algunos casos se piden datos generales como índice de
alfabetización, salud, pobreza, en la práctica la Comisión envía al Ministerio de
Relaciones Exteriores la solicitud de información requerida, se permite un máximo de
180 días para presentar la respuesta apropiada. Se otorga una prórroga si se ve que el
estado de buena fe requiere más tiempo para suministrar la información.

Otra función es la de servir como órgano de consulta en materia de los gobiernos. En


algunos casos estos servicios son el resultado de una solicitud por parte de los
órganos políticos de la OEA o por los Estados miembros. La Comisión existe como un
servicio para los gobiernos y los pueblos, la cooperación con los gobiernos asegura el
respeto de los derechos humanos en su territorio nacional.

D) DENUNCIAS INDIVIDUALES: Cuando un individuo o grupo considera que ha


habido una violación de los derechos humanos, estos pueden enviar la denuncia a la
Secretaría de la Comisión en Washington D.C.

Se debe nombrar a la víctima, si es posible, describir las circunstancias de la violación


y hacer una acusación en contra de uno o varios agentes del Estado Miembro de la
OEA. La comisión no considerará denuncias de crímenes comunes, ya que deben ser
tratados por los tribunales nacionales. La denuncia debe firmarse aunque el nombre
del denunciante será confidencial a menos de que se autorice expresamente
mencionarlo. Se trata de proteger al denunciante de represalias.

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El peticionario no necesariamente debe ser ciudadano del país en contra del cual va
dirigida la demanda. Además ni la OEA ni la CIDH otorga ningún estatus consultativo
especial a organizaciones privadas como lo es la ONU. Los denunciantes a veces son
las propias víctimas de supuestas violaciones, con frecuencia las ONG son las que
median por las víctimas. Las denuncias usualmente se transmiten a través de una
carta, sin embargo no interesa el medio de comunicación sino el contenido.

La denuncia en cuanto se recibe en la Secretaría de la Comisión es analizada para


determinar si en efecto señala los hechos que den ciertos.

Uno de los abogados de la Comisión hace una determinación preliminar para


asegurase que el denunciante haya agotado los recursos legales internos disponibles
en el Estado donde se dio la violación. Este requisito de procedimiento se conoce
como agotamiento de recursos internos, En otras palabras la Comisión no reemplaza
los sistemas jurídicos penales, civiles o administrativos de los Estados miembros, al
contrario la Comisión admite la denuncia únicamente cuando esté convencida de que
se han utilizado y agotado los recursos legales disponibles.

Esta regla está sujeta a excepciones, cuando está claro que los recursos legales
domésticos no son efectivos, ya sea porque no existe en el país un mecanismo de
debido proceso legal o por que se le haya negado al denunciante el acceso a los
recursos legales, la Comisión en ese caso procederá a tramitar la denuncia sin más.
Otra excepción ocurre cuando ha habido un atraso irrazonable en dictar sentencia final
dentro del sistema legal interno. Además se hace una excepción cuando la persona
carece de los medios económicos.

Cuando un denunciante alega que no ha podido agotar los recursos internos el Estado
tiene la obligación de probar lo contrario. Si el Estado prueba que aún no se han
agotado los recursos internos, se considerará la denuncia inadmisible. Cuando una
denuncia es enviada a un gobierno este tiene 180 días para responder los cargos. La
Comisión al recibir la respuesta la envía al denunciante para sus observaciones. Una
vez hecho lo anterior estas observaciones son enviadas al gobierno para su respuesta
final. Una vez que se ha tenido el intercambio de las denuncias, respuestas y
observaciones y en los casos en los que la Comisión considera que ha habido
violación de los derechos humanos, la Comisión se pone a disposición de las partes
con miras a llegar a un acuerdo amistoso. Si se llega a un acuerdo justo la Comisión
archiva la denuncia, y podrán publicarlo si así las partes lo desean, mediante un
comunicado de prensa, o en el informe anual, pero si no se llega a un acuerdo la
Comisión redactará un informe.

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En ese informe la Comisión debe detallar los procedimientos que se siguieron en el
asunto, así como los hechos importantes establecidos y su conclusión sobre el fondo
del caso. Además formulará recomendaciones en estos informes y procederá a
enviarlos a ambas partes con la solicitud de que se mantengan confidenciales por
cierto tiempo.

En caso de que el gobierno incumpla con las recomendaciones de la Comisión, la


comisión; ordenará la publicación del informe anual a la Asamblea General de la OEA
o bien enviará el informe a la Corte Interamericana de Derechos Humanos; para que
sea litigado ante este tribunal como un caso contencioso.

E) VISITAS IN LOCO: Tienen varios propósitos; el primero es la búsqueda de


información, la Comisión como órgano principal de la OEA en el campo de los
derechos humanos, es el responsable de evaluar la situación de los derechos
humanos en los Estados miembros y debe reportarla a la Asamblea General, o en
casos de emergencia, a la reunión de Consulta de los Ministros de Relaciones
Exteriores.

En algunos casos la búsqueda de información se limita a aspectos específicos, sin


embargo la más común es que las visitas in loco busquen evaluar el clima general de
derechos humanos en un Estado miembro. Otro de los propósitos es la de enfocar la
opinión pública, tanto nacional como internacional, en lo referente a los derechos
humanos. A veces este llamado de atención al público provoca un efecto de
interrumpir, el ciclo de violencia que está viviendo o que vivió un país. También estas
visitas permiten propiciar un buen diálogo entre la Comisión y los principales actores
nacionales en el área de los derechos humanos, y así lograr una mejor apreciación de
las circunstancias del país.

También ofrecen al ciudadano común de un país la oportunidad para presentar sus


puntos de vista sobre la situación de los derechos humanos, del país o sobre
denuncias específicas de supuestos abusos. Para esto la Comisión utiliza formularios
de denuncia publicados en los cuatro idiomas oficiales de la OEA; español, inglés,
portugués, francés.

Las visitas in loco que requieren ya sea la invitación de al menos, la anuencia del
gobierno en cuestión, le provee a los gobiernos, la oportunidad para que demuestren
su apertura y buena disposición en reconocer los problemas en el área de derechos
humanos.

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Un gobierno que sinceramente quiera reconocer o explicar a la comunidad
internacional y a su propio pueblo la situación de los derechos humanos, en su
territorio puede utilizar una de las visitas de la Comisión para este propósito.

Aunque un país no está obligado admitir la entrada de la Comisión, a territorio


nacional, una vez que lo haga debe aceptar ciertas condiciones mínimas. De ahí que
la Comisión insiste en tener libertad absoluta de movimiento cuando lleva a cabo sus
visitas. A los representantes del gobierno diplomáticamente se les prohíbe ingresar a
las reuniones privadas.

Los gobiernos que invitan a la Comisión tienen que garantizar que las personas u
organizaciones que se presenten ante la Comisión no sufrirán ninguna represalia. Esta
garantía es difundida por los medios de comunicación locales y nacionales al principio
de la visita de la Comisión para que la ciudadanía se sienta en libertad de acudir a la
Comisión si así lo desea.

Las visitas de la Comisión históricamente han venido como una respuesta a problemas
de derechos humanos a gran escala o por lo menos en algunos casos a situaciones
particulares limitadas pero de mayor gravedad. Cuando la Comisión decide que se
requiere de una visita in loco, el Presidente o el Secretario Ejecutivo normalmente
tienen una conversación informal con el gobierno en cuestión, con frecuencia a través
de su embajador y representante ante la OEA, el Presidente explica el interés de la
Comisión y sugiere que el gobierno considere invitar a la Comisión para que lleve a
cabo su investigación, si no se da la invitación la Comisión envía una solicitud de
anuencia por escrito al Ministerio de Relaciones Exteriores, explicando sus
preocupaciones y fijando las fechas.

Una vez que se acuerde la visita, un funcionario de la Secretaría de la Comisión


prepara la misión durante la visita, el funcionario hace todos los arreglos de logística,
incluyendo reservaciones de hotel, alquiler de transporte, seguridad, etc. Se preparan
reuniones, con el Ministerio del Interior, Canciller, Ministro de Defensa, Procurador
General, Ministro de Salud, Trabajo. Así como también oficiales gubernamentales de
derechos humanos, tanto del poder ejecutivo como del legislativo, cualquier autoridad
gubernamental autónoma, como por ejemplo el ombudsman, (Defensor de los
Habitantes) también se programan reuniones con miembros del poder judicial,
normalmente el Presidente y los jueces de la Corte Suprema de Justicia.

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Durante estas visitas se observa cárceles, pueblos, para tener una mejor idea de la
situación del país. También se reúne con miembros de la iglesia, ONG, medios de
prensa, movimientos de trabajadores, industrial, comercial y agrícola, además de
reuniones con los líderes políticos, dependiendo de la composición demográfica
también se recibe a representantes de los indígenas.

Cuando se presenta ante la Comisión una denuncia de violación a los derechos


humanos, durante una visita in situ, se toman los nombres de los testigos y de las
víctimas, mediante equipo de video, y a veces ante notario público. Este testimonio
constituye evidencia valiosa para uso posterior en casos contenciosos ante la Corte
Interamericana de Derechos Humanos.

La Comisión después de realizadas las entrevistas y audiencias en un país, no se


encuentra en condiciones de emitir un informe con recomendaciones y conclusiones
sino que debe esperar a analizar el material con tiempo. La prensa y el público es
lógica que esperen la opinión de la Comisión con mucha impaciencia pero publicar un
informe prematuramente sería injusto para todos los involucrados.

La Comisión prepara un informe que posteriormente será publicado ya sea como un


informe especial o dentro del contexto de su Informe anual a la Asamblea General de
la OEA. Los informes son preparados por los abogados de la Comisión los cuales se
adhieren al formato de la Declaración Americana o Convención según sea el caso.

IV. DIFERENCIA ENTRE LA CORTE INTERAMERICANA DE DD.HH Y


LA COMISIÓN DE DD.HH

La Comisión es un órgano no jurisdiccional, de manera que sus resoluciones, al


carecer de obligatoriedad, necesitan de la voluntad política de los estados para
implementarse y alcanzar sus objetivos. La Corte, en cambio, es un órgano
jurisdiccional autónomo, un Tribunal que fundamentalmente ejerce funciones
jurisdiccionales, de manera que sus decisiones en el campo contencioso son
obligatorias

El motivo de la confusión radica en que la Comisión ejerce algunas actividades que


nos hacen pensar en un órgano decisor como la Corte. Por ejemplo, cuando recibe
denuncias, las tramita, las investiga y emite «resoluciones» (de carácter no
vinculante).

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Sin embargo, hay que tener en cuenta que la Comisión realiza estas actividades
«cuasi jurisdiccionales», con el objeto de llevar esos casos ante la Corte
Interamericana, que será el órgano encargado de resolverlos. Para ser gráficos
podemos decir que entre la Comisión y la Corte hay la misma relación que hay entre
el fiscal y el juez; si el primero acusa, el segundo juzga.

Mientras la Comisión recibe, analiza e investiga peticiones individuales donde se


alegan violaciones de derechos humanos (tanto respecto de Estados miembros de la
OEA que han ratificado o se han adherido a la Convención Americana, como de
aquellos Estados que aún no la han ratificado), la Corte juzga los casos que la
Comisión le trae (como cuando el fiscal recibe la denuncia de una persona y luego de
una investigación formula acusación ante el juez).

Cabe apuntar que sólo los Estados parte (en casos de conflictos interestatales) y
la Comisión Interamericana tienen derecho a someter un caso a la jurisdicción de la
Corte, cuyos fallos son definitivos e inapelables. Los individuos no pueden presentar
peticiones de manera directa ante la Corte (como sucede en los delitos de acción
pública, que solo el fiscal puede acusar).

Cuando la Corte conoce un caso y determina que se violó un derecho reconocido en la


Convención u otro tratado, dispone en su sentencia que se garantice el derecho
afectado y se repare las consecuencias de las medidas lesivas y se pague una justa
indemnización a las víctimas

La Comisión, a diferencia de la Corte, como estamos viendo, cumple el papel de


auxiliar de justicia, más que de órgano decisor. Así, cumple la noble labor de estimular
la conciencia de los derechos humanos entre los países de América, solicita a los
Estados miembros de la Convención informes sobre la marcha del desarrollo de los
derechos humanos en la jurisdicción interna de cada Estado, para luego remitir sus
conclusiones en un Informe Anual a la Asamblea General de la OEA y hacer las
recomendaciones del caso. En pocas palabras, mientras la Comisión esencialmente
recomienda o exhorta, la Corte manda, ordena.

Otra función no menos relevante que le toca a la Comisión es consultar a la Corte


sobre cómo debe interpretarse los dispositivos de la Convención o de otros tratados
sobre la protección de los Derechos Humanos en los Estados miembros. Otra
diferencia más: si bien las personas, grupos o instituciones que no son Estados no
tienen están facultados para presentar casos ante la Corte Interamericana, sí pueden
recurrir a la Comisión.
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Mientras que el mandato de la Comisión Interamericana comprende todos y cada uno
de los 35 Estados miembros de la OEA, el de la Corte Interamericana abarca aquellos
países que han ratificado o se han adherido a la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y, además, han reconocido la jurisdicción de la propia Corte
(…).Lo anterior es así en virtud de que la Comisión Interamericana es, como se indicó,
un órgano de la propia OEA, previsto en la Carta respectiva, en tanto que la Corte
Interamericana es un órgano creado por decisión de los países parte de la Convención
Americana.

V. INLFUENCIA DE ARGENTINA A LA CONVENCION


AMERICANA DE LOS DERECHOS HUMANOS

Entre los países que se encuentran suscritos al famoso “Pacto San José”; son
alrededor de 22 que conforman esta comisión. En los cuales podemos visualizar
claramente a Perú, Argentina, Barbados, Bolivia, Ecuador, Costa Rica, Colombia,
Dominica, Chile, Salvador, Guatemala, Granada, Haití, Jamaica, Honduras, México,
Nicaragua, Panamá, Surinam, Uruguay, El Salvador y Brasil.

Parte de los que conformaban esta comisión se encontraba a Venezuela, pero hace
poco desistió, manifestando su renuncia y su posterior salida. Al igual, que lo hizo
Trinidad y Tobago, y República Dominicana.

En el caso de Trinidad y Tobago, su salida se debió a que querían imponer la pena de


muerte en su marco legal como estrategia judicial, pero la Corte claramente muestra
su oposición a dicho precepto.

Venezuela presentó el 10 de septiembre de 2012 un instrumento de denuncia de la


Convención Americana sobre Derechos Humanos al Secretario General de la
Organización de los Estados Americanos (OEA). La denuncia surtió efecto a partir del
10 de septiembre de 2013

“[l]os Estados Partes podrán denunciar esta Convención […] mediante un


preaviso de un año”. Cabe señalar que, tal y como así lo establece el apartado 2º del
señalado artículo 78 de la Convención, las denuncias no desligan a los Estados de
las obligaciones contenidas en la Convención Americana en lo que concierne a todo
hecho que, pudiendo constituir una violación de esas Obligaciones, haya sucedido
con anterioridad a la fecha en la cual la denuncia produjo efecto.2

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En el caso de Argentina, tuvo una participación particular y resaltante dentro del
Convenio Interamericano de Derechos Humanos: lo que motivo inicialmente era
proteger los derechos fundamentales y de la misma manera cada uno de los Estados
en toda América, buscar aquella concientización y apoyo mutuo entre países que
quisieran radicar la vulneración a los derechos humanos. Se empezó de a pocos, lo
principal y fundamental eran que los países Americanos reconozcan la defensa de la
libertad y derechos de todas las personas pertenecientes a una sociedad.

Argentina tuvo un rol protagónico, colaborando a la creación del sistema


interamericano. Asimismo, de esta manera lo que buscaba era la decisión de los
diferentes órganos, Estados, que encuentren avanzar hacia una constitución de una
organización que fuera capaz de afirmar justicia y seguridad en el respeto irrestricto
de los derechos fundamentales de las personas.3

En la Novena Conferencia Internacional de Bogotá, Argentina hizo su aporte


desde el constitucionalismo social, como es claramente en el ámbito de los derechos
humanos, es por eso que se dio la inclusión social del plano interno al externo,
reconociendo a las clases sociales más postergadas y desprotegidas, especialmente a
la clase trabajadora, como se vio en el propio país de Argentina que se produjo la
irrupción en la legislación nacional de los derechos sociales, paralelamente a lo que ya
se iba aconteciendo en las diferentes constituciones de los diversos países.

El Canciller de Argentina Juan Atilio Bramuglia, sosteniendo la bandera de


justicia social proclamo Se ha llegado desde la Conferencia Interamericana de Rio de
Janeiro (1942) a una búsqueda constante para dar a los pueblos del continente
fundamentos de paz y trabajo, de derecho y justicia, desterrando la desigualdad y la
miseria, responsable de las divisiones entre los opresores y oprimidos. Es por ello que
desde nuestro país se puede hablar en nombre de la solidaridad americana y
contribuir a la dignificación del hombre en el continente, en los valores de la paz y del
4
trabajo que se encuentren arraigados en nuestros hermanos del continente.

La contribución Argentina a la formación del SIDH fue un avance importante


hacia la reafirmación de que entre los principios generales del Derecho Internacional
público americano se incluyera el principio proclamado por nuestro país (desde la
creación de Sociedad de Naciones en 1919), “la victoria no da derechos sino que crea
obligaciones”; como así también debían incluirse un considerando relativo a los
derechos y libertades de la persona humana. Entre las cuestiones sociales propuestas
por este gobierno se destacaron el proyecto de “Carta Interamericana de Garantías
Sociales” donde se incluían los principios del derecho del trabajador.

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En Argentina se propuso que los países americanos alcanzaran un estado de
justicia social que “…eliminase la miseria, el abandono, la explotación del hombre por
el hombre y asegurara la dignificación del trabajo y la humanización del capital” .5

También se expusieron los derechos civiles y políticos que goza la mujer


argentina; y se sostuvo que la Carta debería coadyuvar y facilitar la aspiración
continental de librar al hombre americano de la necesidad, de la ignorancia y de la
miseria, por entender que mientras haya en América masas a las que no alcance la
justicia social, [no será posible construir una democracia verdadera, orgánica y firme,
que asegure el bienestar, el progreso y la libertad de los pueblos.Con respecto a las
disposiciones se adoptaron las resoluciones la Resolución XXII, relativa a la justicia
social, y la Resolución XXIX que adoptó la Carta Internacional Americana de Garantías
Sociales como ya se hizo mención.

En la Resolución XXII, se estableció como finalidad primordial de los Estados, lograr la


paz social declarando el firme y decidido propósito de realizar un estado de justicia
social que, por la acción concurrente de todos los factores nacionales y, mediante la
legislación progresista necesaria se pueda avanzar hacia una América sin miseria, con
la seguridad de que la dignificación del trabajo y la humanización del capital sean
pilares fundamentales para el progreso de los pueblos americanos. Dicha Resolución
respeta casi en su totalidad el proyecto presentado por la delegación argentina e
implica la concreción del principio de justicia social esbozado por el peronismo,
proyectado ahora hacia el sistema interamericano.

La Carta Internacional Americana de Garantías Sociales fue incluida en el Acta final de


la Conferencia de Bogotá y fue valorada especialmente por el gobierno del Presidente
Perón, siendo incorporados posteriormente a la mayoría de sus principios en la
reforma de la Constitución Nacional Argentina de 1949, impulsada también por éste
gobierno.La Carta de la OEA constitutiva de la organización, es un documento llamado
a coordinar los esfuerzos de los países continentales para actuar dentro de una
estructura común, motivo de la reunión fue para conseguir un acuerdo de voluntades y
no a crear una organización.

Fue entonces que a partir de la reunión de Bogotá, y con la creación de OEA se


avanzó hacia un sistema de protección interamericana de los derechos humanos en la
región, esta protección incluyó tanto un sistema normativo, integrado por las
Declaraciones, Convenciones y Pactos; como también un sistema de protección
compuesto por órganos creados para velar por el cumplimiento de las disposiciones y
de juzgar las violaciones que se cometan.

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VI. CONCLUSIONES:
1) Es de suma importancia para latinoamericana la creación de la Convención
Americana de Derechos Humanos; ha sido uno de los primeros pasos, el
mundo ya decidió cambiar y ahí se va caminando poco a poco, sin embargo,
aún falta mucho por hacer; es necesario que todos los países, se sometan a la
jurisdicción de cualquier órgano internacional de protección de derechos
humanos (ONU, Convención Americana de Derechos Humanos, etc.) para una
efectiva protección mundial.
2) Mientras las sociedades no acepten o no entiendan y no se les obligue a
respetar los principios básicos y pilares de los derechos, el atropello descarado
de los derechos humanos seguirá siendo un problema de grandes
proporciones y no existirá sistema de protección legal que valga.
3) Es inconcebible que algunos países de nuestro planeta sean los primeros
promotores en el respeto a los derechos humanos, pero que en circunstancias
especiales sean los primeros en desconocer la autoridad de las instituciones
supranacionales, rompiendo de esta forma con los postulados universales de
unión, solidaridad y legítima defensa.

VII. BIBLIOGRAFIA

A,B,C DE LA CORTE INTEROAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS(2018)

C.I.D.H, 40 ANIVERSARIO, SAN JOSÉ COSTA RICA, JULIO 2018

CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS: COMENTADA /


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, PROGRAMA ESTADO DE
DERECHO PARA LATINOAMÉRICA,( 2014), 1042 P.

CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS Y SU PROYECCION EN


EL DERECHO ARGENTINO (2013), EDIT: BUENOS AIRES, 608 PPS.

pág. 28

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