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Los Efectos Devastadores De La

Los Efectos Devastadores De La Predicación Legalista

El legalismo es la búsqueda de buenas obras independientemente de la fe en un esfuerzo


por ganarse el favor y la bendición de Dios.

La predicación legalista intenta imponer o causar la obediencia a mandamientos que se


encuentran en la Palabra independientemente del Evangelio de Cristo. Mucha de la
predicación en iglesias cristianas es simplemente una colección de moralismo legalista.

Cuando la meta de la predicación es simplemente ayudar a las personas a ser un poco


mejor, terminamos con una filosofía de superación personal pero no la proclamación de que
en Cristo el Padre ha reconciliado todas las cosas con El y en Cristo ha manifestado las
primicias de la nueva creación y el nuevo orden.

Considera los efectos devastadores de la predicación legalista:

1. La Predicación Legalista Alimenta La Carne

Ninguna verdad de la Escritura debe ser entendida fuera de su contexto. Es posible predicar
textos de la Biblia y llevar a los creyentes al error. Cuando se proclama un imperativo
moral o ético como suficiente sin relacionarlo a Cristo el resultado es un cristianismo sin
cruz en el cual el mensaje central es vivir según las leyes y no la nueva naturaleza.

Aun cuando el oyente adopta el comportamiento correcto, su obediencia la basa en su


propia capacidad para lograrlo y alimenta la tendencia carnal del auto justificación por
medio de la confianza en sí mismo.

En el evangelio el único medio que se provee para una obediencia genuina es la fe. La
predicación legalista presenta la apariencia de oponerse al pecado, pero en realidad crea las
condiciones donde el pecado florece, y su crecimiento es inevitable.

Romanos 7:7

¿Qué diremos entonces? ¿Es pecado la ley? ¡De ningún modo! Al contrario, yo no hubiera
llegado a conocer el pecado si no hubiera sido por medio de la ley; porque yo no hubiera
sabido lo que es la codicia, si la ley no hubiera dicho: No codiciaras.

2. La Predicación Legalista Incapacita, Pero Luego Pide Mas


La predicación legalista es cruel porque menciona al evangelio o por lo menos lo asume,
pero establece que la bendición que el evangelio ofrece se tiene que ganar. Los que son
expuestos por largos periodos de tiempo a la predicación legalista siempre sienten que le
falta algo. La ley los condena y los incapacita, pero luego el predicador le dice que tiene
que hacer un poco más. Es como decirle a un muerto que trate otra vez.
No importa cuán obediente o desobediente sea el oyente siempre se le recuerda que se
esfuerce un poco más, siempre están cerca pero nunca llegan.

En la predicación legalista la ley no es el tutor que conduce a Cristo (Gálatas 3:24) sino un
secuestrador que no quiere matar a su víctima; la quiere dejar viva con propósitos de
torturarla.

El predicador legalista convierte al oyente en un prisionero que vive en dolor constante


porque siempre está creyendo que su liberación está por llegar – pero nunca se manifiesta.

Gálatas 3:24

De manera que la ley ha sido nuestro año, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos
justificados por la fe.

3. La Predicación Legalista Motiva A La Comparación Con Otros

En el legalismo la identidad se cultiva por la percepción que se tiene en relación a la


obediencia en comparación con otros. El legalista cree como el fariseo de Lucas 18:11;
El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque
no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
En las iglesias legalistas siempre hay una guerra silenciosa por quien es el más obediente, el
más espiritual, el más fiel, el más ungido, el más santo, etc. Los creyentes son entrenados a
buscar su identidad en lo que hacen no en Cristo, el resultado es una iglesia carente de amor
y gracia.

Cuando alguien forma su identidad juzgando a otros y haciéndose superior a los demás,
será imposible que amen, sirvan y ayuden a los que ellos consideran inferiores a ellos
mismos.

La predicación centrada en Cristo mete al oyente en la narrativa de la historia bíblica para


que la persona se vea en Cristo y Su Reino. Cualquier verdad bíblica que se saca de esta
narrativa se corrompe por más noble o bíblica que sea.
La verdadera predicación enfocada en la persona de Cristo y Su evangelio nunca te
conducirá a la desobediencia, lo contrario fortalecerá el llamado a la obediencia en el
contexto de la fe. La santificación, así como la justificación son solo por medio de la fe.

El evangelio no es una filosofía de superación personal en el cual, si te esfuerzas un poco


más, si tienes más fuerza de voluntad, si declaras las cosas correctas serás libre y bendecido
– No – el evangelio son las buenas noticias de que Cristo derroto el pecado, la muerte y la
maldad a través de su propia muerte y resurrección y está haciendo todas las cosas nuevas,
aun a nosotros mismos.

Si esto no te motiva a la obediencia por amor, a servir por agradecimiento y a vivir para El
– simplemente eres un legalista buscando ganarte lo que ya por gracia te han concedido.

1 Corintios 15:10

Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo,
antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.

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