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República Bolivariana de Venezuela

Universidad del Zulia


Facultad de Ingeniería
Facultad Experimental de Ciencias
División de Estudios Universitarios Supervisados
Catedra de Ciencia, Tecnología en Sociedad en el Contexto Venezolano

SINOPSIS DE LA CIENCIA Y TECNOLOGIA EN


VENEZUELA

Luis González C.I 2437375


Maracaibo, noviembre de 2018
La ciencia es aquella rama del saber que se centra en el estudio de cualquier tipo
de fenómeno y en la deducción de los principios que la rigen, según una
metodología propia y adaptada a sus necesidades. En cambio, la tecnología la
definimos como el conjunto de medios y actividades mediante los que el hombre
persigue la alteración y la manipulación de su entorno.

Estamos en una era en la cual el recurso básico es y será el conocimiento. Al


respecto, Pérez y Cely (2004) argumentan que: “la formación de conocimiento es
una fuerte inversión, en todos los países desarrollados”. Es fácil suponer cómo el
rendimiento que un país o una empresa obtiene sobre el conocimiento tiene que ser
un factor determinante de su competitividad; por tanto, la productividad del
conocimiento será cada vez más decisiva en su éxito económico y social y en su
rendimiento económico en general.

Según Colina (2003) la expresión “sociedad emergente” implica el surgimiento de


nuevas relaciones sociales, económicas y culturales debido a las condiciones
tecnológicas. En todo caso, la estructura e infraestructura de la nueva economía se
cimienta no sólo en el capital físico o financiero, sino también y, sobre todo, en el
conocimiento, se trata de un nuevo horizonte socioeconómico, al cual algunos
denominan: digitalismo. La llamada nueva economía, es economía de la
información y del conocimiento, cuyos contenidos se caracterizan por ser
digitalizables.

Antes de la colonización durante milenios, los indígenas venezolanos tenían sus


propios avances tecnológicos que les permitían satisfacer sus necesidades básicas,
los indígenas practicaban la agricultura milenios antes de la llegada de los
españoles, habían desarrollado obras de infraestructura agraria como canales de
riego y terrazas de cultivo, usaban herramientas talladas en hueso, piedra, conchas
marinas y madera para la caza y la protección. Los indígenas fabricaban sus casas
palafíticas sobre las aguas. Sin embargo, el aporte de las sociedades indígenas pre
y poshispánicas a la formación de la nación venezolana ha sido consecuentemente
deformado a través de la formación histórica que se ha impartido a través de la
educación, asimilando el origen de la nación venezolana a un proceso civilizatorio
que habría sido originado por la imposición de las formas socioculturales iberas o
hispanas. Esta tesis supone, necesariamente, que debe haber existido una
población autóctona con un bajísimo grado de desarrollo sociopolítico, que habría
desaparecido como tal en el siglo XVI, bien por la destrucción física o por la
hispanizarían forzada, de forma tal que su aporte a la consolidación de la nación
venezolana podría considerarse como poco importante. Cuando los españoles
llegaron a Venezuela. La mezcla profunda de culturas que ocurrió en nuestro país
trajo consigo el intercambio tecnológico. Así, entre guerras y colonizaciones,
Venezuela fue avanzando lentamente en el ámbito tecnológico. Desde 1721 la
Provincia de Venezuela contó con la Real y Pontificia Universidad de Caracas en la
cual se instruía en Teología, Derecho Canónico, Derecho y luego tardíamente en
Medicina (1763), la cual no contaba con muchos egresados, al contrario de la
Teología y el Derecho.

Pehr Löfling (Suecia 1729 - San Antonio del Caroní (Edo. Bolívar) 1756)
Discípulo de Carl Linnæus fue el primer investigador científico en venir a Venezuela
en 1754 personaje de la historiografía de las ciencias naturales en Venezuela y del
período colonial español en América realiza estudios y descripciones serias sobre
la flora y fauna venezolana. A la llegada de Löfling, pocas eran las referencias
científicas que se tenían de la historia natural de Venezuela. Las descripciones de
la flora y fauna que existían eran las realizadas por los cronistas de Indias, carecían
rigor metodológico. Es aquí donde radica la importancia de los trabajos de Löfling
que utiliza el método de su maestro para realizar las primeras descripciones
científicas de la flora y fauna de las posesiones sudamericanas de la corona
española.
A los pocos días de su llegada, ya había realizado observaciones sobre un centenar
de plantas, como consta en su diario, así como las primeras descripciones
zoológicas. Después de una estadía en la ciudad de Cumaná se desplaza
hacia Barcelona y otras poblaciones, como las misiones Píritu y San Bernardino.
Atacado por fiebres intermitentes en varias ocasiones, su organismo se debilitó y
murió a escasos 27 años.
El resultado de sus estudios los había enviado al Jardín Botánico de Madrid, de
donde Linnæus obtuvo copia para la publicación de IterHispanicum (1758) que
contiene los 2 manuscritos del Plantae Hispanicae y Plantae Americanae. La
edición contiene también noticias biográficas aportadas por el propio Linneo, la
correspondencia y los dibujos originales de Löfling. Este ha sido considerado como
inspirador de Alexander von Humboldt.

Alexander von Humboldt (Berlin 1769 – Berlin 1859)

Naturalista, geólogo, mineralogista, astrónomo, explorador, sismólogo, vulcanista,


demógrafo. Como científico, el sabio Alejandro de Humboldt es considerado uno de
los últimos representantes del concepto universal del conocimiento, característico
del movimiento de la Ilustración.
A partir de 1793 desarrolló una constante labor de investigación científica y nació
en esos años su propósito de hacer un viaje al Nuevo Mundo. Estudió a fondo la
astronomía, conocimiento que pondría en práctica cuando inició su viaje a América
a partir de su contemplación del cielo desde los trópicos exteriores en las islas
Canarias. a finales del siglo XVIII visitó las colonias americanas con el permiso de
la Corona. Junto con el botánico francés Aimé de Bonpland (1773-1858),
desembarcó en 1799 en Cumaná y durante 12 meses recorrieron parte de los
territorios de la entonces Capitanía de Venezuela, visitando ciudades como
Barcelona, Caracas, Calabozo y navegó por el Bajo y Medio Orinoco llegando hasta
Angostura, la actual Ciudad Bolívar. Indígenas del oriente lo guiaron en su
reconocimiento de la Cueva del Guácharo, en tanto los del Orinoco le dieron
importantes datos sobre los accidentes geográficos de esa zona. Sus anotaciones
científicas, tanto como las de Bonpland, las vertió en diversas publicaciones, siendo
la más conocidas de ellas la titulada Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo
Mundo (1816) en donde dedicó una parte importante a su estancia en Venezuela.

Nuestro pueblo se ha familiarizado con las destacadas figuras de la medicina de los


siglos XIX y XX quizás por el vinculo de la ciencia con la salud. Pero ignora muchos
nombres que en otros campos del saber lograron relieves justos por la costumbre
de las escuelas de divulgar solo las hazañas de los próceres guerreros.
Carlos del Pozo y Sucre (Calabozo (Edo. Guárico) 1743 -1813)
Científico e inventor autodidacta. Decidido partidario de la Corona española, su vida
pública gira en torno a este sentir. Se retira luego a Calabozo, donde desarrolla su
habilidad mecánica y su afición por la física para producir electricidad. Construye
pararrayos que coloca en sitios estratégicos de Calabozo a fin de evitar los estragos
de las tempestades atmosféricas. Igualmente sugirió el abrir una zanja o canal para
desviar las aguas en época de lluvias. No era ingeniero; sin embargo, por lecturas
de autores científicos, lleva a cabo sus inventos y así Alejandro de Humboldt, al
visitar Calabozo en 1800, se asombra de encontrar baterías, electrómetros,
electróforos, etc., hechos por Carlos del Pozo, quien no conocía otros instrumentos
que los suyos y no tenía a nadie a quien consultar. Es capaz de llevar a cabo el
deslinde de las tierras de Calabozo (1804) y el Ayuntamiento de Caracas le propone
por sus «notorios conocimientos» que sea él quien acometa la colocación del techo
del Coliseo de Caracas (1805).
José María Vargas (La Guaira 1786 - Nueva York 1854)

Médico cirujano, científico, catedrático y rector de la Universidad de Caracas,


político, escritor y presidente de Venezuela. Hijo de José Antonio de Vargas
Machuca y Ana Teresa Ponce. En 1798, ingresó en la Universidad Real y Pontificia
de Caracas, donde cursó de 1802 a 1806. Se graduó de bachiller en filosofía el 11
de julio de 1803. Obtuvo sus grados de bachiller, licenciado y doctor en medicina en
el año de 1808.
En Puerto Rico desarrolló una ingente labor profesional y científica. Allí escribió
numerosos trabajos y colaboró con la Junta de Sanidad de la isla. En 1825, decidió
regresar a Venezuela definitivamente. Desde su llegada se dedicó al ejercicio de su
profesión y se incorporó a la Universidad de Caracas como profesor de Anatomía.
En 1827, después de la reorganización de la Universidad por el Libertador, fue
electo rector, el primer rector médico, como lo permitían ya los nuevos estatutos. En
todas partes se le admira y se le respeta. Las rentas de la universidad, dispersas y
atrasadas, son puestas al día bajo su exacta laboriosidad. Se dedica a reorganizar
las diversas facultades, a la creación de nuevas cátedras, a las reparaciones físicas
de los locales, a la organización de bibliotecas, a relacionar la universidad con otros
planteles, de modo que cuando terminó el rectorado de Vargas, la universidad se
había remodelado y puesto al día. Fuera de su condición de médico y cirujano, como
profesor de anatomía, inaugura las disecciones sobre cadáveres, procedimiento
novedoso para la época, lo que le confirió extraordinaria reputación como docente.
Fundó en 1827 la Sociedad Médica de Caracas, con lo que se comenzaron a
practicar reuniones científicas en el país.

Adolf Ernst (Prusia 1832 – Caracas 1899)


Profesor universitario, fundador de la escuela positivista venezolana. Matriculado en
la Universidad de Berlín donde cursa ciencias de la naturaleza, pedagogía y lenguas
modernas. Llegó al país, procedente de Hamburgo, el 2 de diciembre de 1861. En
mayo de 1867, fundó la Sociedad de Ciencias Físicas y Naturales de Caracas y
posteriormente el Museo Nacional (1874); dio igualmente un gran impulso a la
Biblioteca Nacional, cuya Dirección asumió en 1876. A petición del presidente
Antonio Guzmán Blanco, inició a partir de 1874 la cátedra de Historia Natural en la
Universidad Central de Venezuela en la cual proclamó el transformismo de Lamarck
y la selección natural de Charles Darwin como teorías fundamentales de la zoología
y de la botánica. La Universidad Central reconoció su labor académica y le otorgó,
en 1889, el grado de doctor en filosofía. Adolf Ernst siendo extranjero batallara más
por este país que sus propios nativos, realizo una labor infatigable, tanto en la
docencia como en la diaria exploración científica de nuestros bosques. Venía de la
Europa civilizada, pero manifestó su reverencia a nuestro primer rector cuando edito
la revista Vargasia y fundo el primer herbario nacional, destruido por la negligencia
criolla. Publicó más de 478 trabajos sobre diversas disciplinas, siendo los
más numerosos aquellos sobre botánica, zoología y etnografía. Realizó estudios
sobre la geografía de varias regiones del país, la del valle de Caracas, el lago de
Maracaibo, la cordillera de los Andes, la Guayana venezolana, la isla de La Orchila,
las minas de cobre de Aroa y las minas de diamante de Betijoque. Publicó en los
periódicos y revistas venezolanas más importantes de la época: El Federalista, La
Opinión Nacional, La Revista Científica de la UCV, Vargasia, El Zulia Ilustrado y El
Boletín del Ministerio de Obras Públicas. Tuvo el mérito de divulgar material
venezolano entre las sociedades científicas internacionales del siglo XIX y publicó
sus aportes en revistas tales como Globus, Zeitschrift für Ethnologie, American
Anthropologist y en el Bulletin de la Société du Anthropologie de Paris.

Universidad del Zulia

La Universidad del Zulia surgió mediante la demanda que el pueblo zuliano hizo al
expresidente José Antonio Páez en el siglo XIX, de crear un centro de estudios
superiores ideado sobre la base del ya existente Colegio Seminario (institución que
se estableció durante el período colonial, y que junto a otras entidades educativas
fueron regentadas por franciscanos y jesuitas) y aunque esta iniciativa no tuvo éxito
en el momento, posteriormente, en 1832, varios dirigentes de la región decidieron
crear un plantel educativo para enseñar: Medicina, Filosofía, Teología, Derecho Civil
y Canónico sobre las bases del mismo. El 2 de marzo de 1837 se firmó, en Caracas,
el decreto de creación del Colegio Nacional de Maracaibo que, en mayo de 1891,
obtuvo el grado de universidad cuando el Congreso Nacional promulgó un decreto
relativo a la elevación del Colegio Nacional a la universidad. Esta decisión fue
posible gracias a las presiones ejercidas por los diputados zulianos Rafael López
Baralt, Francisco Eugenio Bustamante y Antonio Aranguren. Las autoridades de la
recién inaugurada casa de estudios, cuya primera sede fue el convento franciscano,
fueron Francisco Ochoa (rector) y Pedro Luengo (vicerrector). Durante el discurso
de inauguración, el orador Manuel Dagnino afirmó que la naciente universidad
aseguraba a la juventud zuliana «un foco perenne de intensa luz, según las medidas
de sus facultades». Su instalación tuvo lugar el 11 de septiembre y su primer ciclo
histórico culminó con su cierre el 5 de octubre de 1904 por decisión del gobierno de
Cipriano Castro. Las verdaderas causas de este cierre era la peligrosidad que
representaba un plantel donde los jóvenes manifestaran su pensamiento y se
interesaran por la suerte política de su nación, demostrándolo con palabras y
nuevas ideas, ideas de avanzada.

Rafael Rangel (Edo. Trujillo 1877 – Caracas 1909)

Científico e investigador que se dedicó al estudio de las enfermedades tropicales.


Para 1896, obtiene su diploma de bachiller en filosofía en la Universidad del Zulia,
y en septiembre de ese mismo año, ingresa en calidad de estudiante de medicina
en la Universidad Central de Venezuela; sin embargo, por razones todavía no bien
dilucidadas, sin haber cursado todavía su tercer año, resuelve abandonar, en 1898,
los estudios de medicina, impulsado por su gran amor al laboratorio y a la
investigación. Durante esos estudios, había cursado bacteriología en el Instituto
Pasteur de Caracas. A comienzos de 1897, Rangel es nombrado asistente del
laboratorio de José Gregorio Hernández, quien fuera su segundo maestro y mentor;
allí terminó de familiarizarse con las técnicas de microbiología e inició sus
investigaciones con un tema relacionado con la fisiología del sistema nervioso. Es
nombrado director del Hospital Vargas en 1902. En 1903, inicia el estudio que
más fama le ha dado: el de la anquilostomiasis como causa de anemias graves en
el medio rural; estudia 25 casos de anemia, con su típico cortejo
sintomático, examina la sangre y encuentra en las heces huevos parásitos; en un
caso autopsiado, descubre un sinnúmero de gusanitos adheridos a la mucosa
intestinal, que identifica como anquilostomos, el Necator americanus, Su hallazgo
fue fundamental y útil, pues permitió que se trataran en forma adecuada y eficaz
numerosos casos que anteriormente se confundían con la enfermedad de Bright,
una inflamación en el riñón. A mediados de marzo de 1908, se presenta en el puerto
de La Guaira una enfermedad infecciosa, Rangel no logra aislar la bacteria de la
enfermedad y declara que no se trata de peste bubónica, con gran regocijo de las
autoridades que temían por las consecuencias económicas del cierre del puerto; sin
embargo, sigue investigando el caso y, unas semanas más tarde, aísla y caracteriza
el bacilo específico de la peste. Se cierra el puerto y el general Cipriano Castro, para
entonces presidente de la República, lo pone a cargo de la campaña sanitaria, que
lleva a cabo con gran eficacia y, para el 23 de mayo, se declara terminada la
epidemia. Comienza para Rangel un período difícil, que lo llevará a la muerte; en
su campaña antipestosa en La Guaira, había tenido que quemar ranchos infectados,
cuyos propietarios invaden ahora su laboratorio y vienen a reclamarle un pago de
indemnización; se le echa en cara su error inicial en el diagnóstico de la peste y se
le acusa de haber malversado los dineros públicos en la campaña para colmo, se
le niega una beca para ir a estudiar a Europa «porque era negro», según dice la
tradición oral. Castro ha sido reemplazado por Juan Vicente Gómez y ya Rangel no
tiene protección oficial. Ahora, sin defensa oficial, atacado por sus amigos, perdida
la paz de su laboratorio, se desarrolla en él una depresión psíquica. En su
laboratorio y vestido con su bata blanca, se suicida tomando cianuro, a los 32 años
de edad. Fue un adelantado de la ciencia en Venezuela. Fundador de los estudios
de parasitología en el país, sus indagaciones sobre la anquilostomiasis abrieron
nuevos senderos en la investigación de éstas y otras enfermedades.

Humberto Fernández Moran (La Cañada de Urdaneta Edo. Zulia, 1924 -


Estocolmo, 1999)

Fue uno de los investigadores venezolanos con mayor proyección internacional


durante la segunda mitad del siglo XX, habiéndose destacado por sus estudios
sobre la ultraestructura celular, sobre todo del tejido nervioso, y por sus aportes al
desarrollo de la microscopia electrónica Fernández-Morán, movido por la
impotencia de ver morir a los pacientes con tumores del cerebro, decidió dedicarse
a la investigación básica. Fernández fue el fundador del Instituto Venezolano de
Neurología e Investigaciones Cerebrales (IVNIC), precursor del actual Instituto
Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). En 1955 patenta el bisturí punta
de diamante Fue Ministro de Educación al final del gobierno de Marcos Pérez
Jiménez, por lo cual se vio forzado a salir de Venezuela en 1958 perseguido por el
nuevo gobierno instaurado donde sus aportes científicos fueron vetados de
Venezuela. Durante su exilio se desempeñó como docente investigador de
la Universidad de Chicago y fue uno de los científicos que aportó más al desarrollo
del proyecto de la NASA en el programa Apolo. En 1962, Fernández fue contratado
como profesor del Departamento de Biofísica de la Universidad de Chicago.17 donde
concibió y desarrolló el ultramicroscopio electrónico de alta resolución, en esa
universidad recibe la distinción de profesor vitalicio.
Jacinto Convit (Caracas 1913 – 2014)

Fue un médico y científico venezolano, conocido por desarrollar la vacuna contra


la lepra. Recibió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y
Técnica de 1987 y fue nominado al Premio Nobel de Medicina Luego de controlar
la lepra y otras enfermedades endémicas, Convit se planteó el reto de crear un
centro de investigaciones científicas. Así, nació el Instituto de Dermatología
(antecesor del actual de Instituto de Biomedicina de Caracas), el cual dirigió desde
1972, y es desde el 2 de julio de 1973, la sede del Centro Internacional de
Investigación y Adiestramiento sobre Lepra y Enfermedades afines de
la Organización Mundial de la Salud. Allí, después de mucho esfuerzo conjunto y
continuo, surgió la vacuna contra la lepra, que sirvió de base para la vacuna contra
la leishmaniasis.
En su trayectoria contribuyó a la fundación de diversas instituciones y asociaciones
relacionadas con la labor médica, dentro y fuera de Venezuela. De esta forma, fue
miembro fundador de la Sociedad Venezolana de Dermatología y Venereología, de
la Sociedad Venezolana de Alergología y de la Sociedad Venezolana de Salud
Pública.

Don Luis Zambrano (Bailadores, Edo Mérida, 1901 - 1990)


Tecnólogo e inventor popular autodidacta, genio mecánico Su educación formal
llegó al 4º grado de primaria, pero pronto comenzó a desarrollar interés por
la mecánica, adquirió de manera empírica e intuitivamente suficientes
conocimientos de electricidad y de mecánica que le permitieron desarrollar cerca de
50 inventos, algunos por encargo, como la máquina peladora de fresas, así como
una máquina para clasificar ajo y numerosas innovaciones a diversas máquinas, a
pesar de la limitación que significaba haber perdido la mano derecha, cortada
accidentalmente por una sierra en 1977. Su casa fue la primera de la zona en estar
iluminada por luz eléctrica generada por una turbina hecha por él mismo, antes de
que llegara la compañía eléctrica nacional CADAFE. Por tal razón, sus plantas
generadoras de electricidad accionadas por caídas de agua fueron de gran utilidad
a muchos pueblos y caseríos de la cordillera andina
Zambrano desarrolló los principios básicos y la construcción de la turbina hidráulica
y de la turbina a doble efecto; transformación de motores de gasolina a gas;
propulsión de vehículos acuáticos; propulsión a chorro y funcionamiento de motores
de combustión.

La carrera científica, desde un punto de vista sistemático e institucionalizado en


Venezuela, nace con la fundación del IVNIC Desde entonces y hasta entrado el siglo
XXI, Venezuela se mostró como un país emergente en temas científicos,
especialmente en el área de la salud, tanto por el número de publicaciones, el
impacto de las mismas en el contexto internacional, así como en temas de
infraestructura. No obstante, el escenario actual es muy diferente.

De acuerdo con los índices reportados en baremos mundiales en temas científicos


y académicos –Scimago Journal & Country Rank–, Venezuela muestra una caída
vertiginosa y sostenida de los índices de producción científica en comparación con
Latinoamérica y el mundo en los últimos años.

En el contexto latinoamericano, Venezuela muestra una contracción nunca antes


vista en producción científica. Para finales del siglo XX, Venezuela (junto a Cuba),
ostentaba la quinta posición entre los países con más número de artículos citables
de Latinoamérica, superado por Brasil, Chile Argentina y México. No obstante, 17
años después pasó a ocupar la novena posición. Un análisis detallado revela que el
descenso no es solo en términos relativos, sino también absolutos, es decir,
pasamos a producir casi el mismo número de artículos citables que los producidos
a finales del siglo XX.

Cada día son más los científicos que huyen del país en busca de mejores
oportunidades, y dejan a su paso una academia cada vez menos preparada para
afrontar y capacitar el futuro de la nación, lo que condena a la involución el desarrollo
científico y tecnológico de Venezuela.

La reconstrucción del aparato científico venezolano tendrá que ser prioridad para
los venideros años. La articulación de políticas enfocadas a la repatriación de
cerebros con condiciones laborales similares o superiores a las encontradas en los
mercados internacionales será necesaria para la vuelta del más valioso capital, “el
humano”. Adicionalmente, fuertes sinergias entre los sectores públicos y privados
para el financiamiento de proyectos destinados al desarrollo científico-tecnológico
serán claves para el resurgimiento de la ciencia; mejoras en infraestructura y
actualización del equipamiento de las instituciones y universidades, así como
políticas de promoción basadas en meritocracia, son algunos de los aspectos que
tendrán que ser foco a corto y mediano plazo.
Referencias

[1] Freites, Y. Ciencia y Tecnología en Venezuela [Pagina web en línea.]


Recuperado en 25 de noviembre de 2018. Disponible en:
http://www.ivic.gob.ve/micelaneos/memoria/ensayos/cien_tec/ciencia_tecnologia.ht
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Entre Gregarios y Virtuales Revista Venezolana de Ciencias Sociales, Vol. X, No. 2.
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Grupo Editorial Venelibros.
[7] Liway Rodrigez, G. (1998) Enciclopedia temática de Venezuela Vol. 3. Caracas:
Grupo Editorial Venelibros.
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Nacional. Recuperado en 25 de noviembre de 2018. Disponible en: http://www.el-
nacional.com/noticias/columnista/ciencia-venezolana-caida-libre_199316

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