IMPORTANCIA DEL ANÁLISIS DE DATOS CUALITATIVOS EN LA
INVESTIGACIÓN CUALITATIVA
En los trabajos de investigación con un enfoque cualitativo el propósito
de analizar los datos es el de articular y estructurar éstos para describir las experiencias de las personas bajo su propia óptica, lenguaje y forma de expresarse, interpretando y evaluando unidades, categorías y patrones, para dar sentido a los datos dentro del marco del planteamiento del problema.
Este análisis permite describir como seleccionar la herramienta más
adecuada para el análisis de datos y se ofrecen estrategias para hacer frente a los diversos retos y dificultades en la interpretación de los datos conceptuales y subjetivos generados en la investigación cualitativa.
El análisis de datos cualitativos se caracteriza por ser eclético,
paulatino y paralelo al muestreo y a la recolección de datos, distinguiéndose del análisis cuantitativo por no seguir reglas ni procedimientos concretos, ya que es el investigador quien construye su propio análisis.
El análisis considera las reflexiones e impresiones registradas por el
investigador en la bitácora de campo durante su inmersión inicial y profunda, además de los datos provenientes de las notas que toma de la observación que hace del ambiente y de la recolección enfocada que realiza a través de entrevistas, documentos y materiales diversos; en tanto, sigue generando más datos y acumulando grandes volúmenes de los mismos, por lo que el investigador debe preguntarse qué hacer con ellos.
La forma específica de analizarlos variará según el diseño del proceso
de investigación seleccionado. El procedimiento que se describe a continuación se deriva de la teoría fundamentada, según el cual, la teoría va emergiendo fundamentada en los datos:
1. Primero, se revisa todo el material (en su forma original), iniciándose
en este punto con la bitácora de análisis (para documentar paso a paso el proceso analítico), en tanto que se comprueba que el material esté completo y tenga la calidad necesaria para ser analizado; segundo, se transcriben los materiales de entrevistas y sesiones a través de herramientas como la computadora, lo que generalmente implica copiar anotaciones, transcribir grabaciones de audio y video y escanear documentos e imágenes; tercero, se vuelven a revisar los datos ya procesados para explorar nuevamente el sentido general de los mismos; y cuarto, se organizan los datos de acuerdo al criterio que parezca más conveniente (estos criterios pueden ser: cronológico, por sucesión de eventos, por tipo de datos, por grupo o participante o por tema). Cabe destacar la importancia de la bitácora de análisis en este punto, porque resulta invaluable para la validez y la confiabilidad del análisis, además de que las anotaciones (“memos analíticos”) que se registren en ella permitirán identificar unidades y categorías de significado.
2. Para entender mejor el material a analizar, se codifican los datos para
tener una descripción más completa de estos, al tiempo que se resume y elimina la información irrelevante. La codificación tiene un primer nivel, donde se codifican las unidades en categorías, y un segundo nivel, donde se comparan las categorías entre sí para agruparlas en temas y buscar posibles vinculaciones.
En el primer nivel, el investigador considera un segmento de contenido y
lo analiza, toma otro y lo analiza también, luego compara ambos segmentos y los compara en términos de similitudes y diferencias: si los segmentos son distintos en términos de significado y concepto, de cada uno induce una categoría, pudiéndose presentar también la posibilidad de que los considere irrelevantes para el planteamiento del problema; pero si son similares, induce una categoría común; acto seguido el investigador considera un tercer segmento, lo analiza en términos de significado y concepto, para luego contrastarlo con los dos anteriores, evaluando sus similitudes y diferencias, de donde induce una nueva categoría o los agrupa con los otros, y así sucesivamente.
Al proceso anteriormente descrito se le denomina “comparación
constante” y, básicamente, consiste en asignar la misma categoría y código a los segmentos que comparten naturaleza, significado y características similares, y ubicar en otras categorías a los que son distintos, asignándoseles códigos distintos. En la teoría fundamentada a este primer nivel de codificación se le llama “codificación abierta”. 3. Más abstracto y conceptual que el primer nivel de codificación, el segundo nivel describe e interpreta el significado de las categorías, para lo cual se recomienda revisar nuevamente, las unidades contenidas en cada una de ellas y recuperar al menos tres segmentos de contenido para su ejemplificación, y de la misma forma como se hizo con las unidades, se comparan las categorías (ésta vez atendiendo a los significados y segmentos implicados en ellas), identificándose similitudes y diferencias, así como posibles vínculos entre una categoría y otra. La meta es integrar las categorías, según sus características particulares, en temas más generales (categorías con mayor “amplitud conceptual”), razón por la cual se buscan patrones que aparezcan repetidamente entre las categorías, asignándosele a cada tema un código. Tales temas son la base de las conclusiones que emergerán del análisis.
Para la interpretación que surge del análisis cualitativo resulta
importante: describir, de manera completa, cada categoría y ubicarla respecto al fenómeno que se estudia; analizar el significado que la categoría tiene para los participantes; tener presente la frecuencia con que la categoría aparece en los materiales analizados y encontrar vínculos, nexos y asociaciones entre las categorías, las cuales, pueden ser temporales y causales.
4. Partiendo de los temas seleccionados y de las relaciones establecidas
entre las categorías, comienza la interpretación de los resultados. El investigador, sirviéndose de herramientas que permiten visualizar las relaciones entre los temas, completa el ciclo del análisis cualitativo al presentar el sentido y el significado de tales relaciones, además de generar hipótesis y teorías con las que desarrolla un entendimiento profundo sobre el fenómeno estudiado. Entre las herramientas que el investigador utiliza para representar gráficamente las relaciones entre los temas están: los diagramas de conjunto (o mapas conceptuales), las matrices, las metáforas, el establecimiento de jerarquías, los calendarios y otros elementos de apoyo. Cabe destacar los siguientes aspectos sobre el análisis cualitativo: primero, que éste termina cuando se han “saturado” las categorías o cuando se ha respondido al planteamiento del problema; y segundo, que actualmente existen programas informáticos que facilitan esta labor: Atlas.ti, Ethnograph, Nvivo, etcétera (Hernández et. al, 2010).
Ahora bien, con el propósito de realizar trabajos de calidad que cumplan
con el rigor de la metodología de la investigación, se han formulado una serie de criterios que intentan establecer un paralelo con la confiabilidad, validez y objetividad cuantitativa, entre tales criterios están los siguientes:
Grado en que distintos investigadores que recolecten datos similares en el campo y realicen los mismos análisis, generen resultados parecidos.
2. Credibilidad. Se trata de la correspondencia entre la forma en que los
participantes perciben los conceptos relacionados con el planteamiento del problema y el modo en que el investigador capta los puntos de vista de los participantes.
3. Transferencia (o “traslado”). No es generalizar los resultados del estudio a
una población más amplia, sino aplicar parte o la esencia de éstos a contextos similares.