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El bullyng mediante la biblia

Los casos de bullying se pueden producir exactamente igual dentro de la iglesia como en
cualquier otro contexto social y, de hecho, se producen

El bullying, es decir, el acoso continuado que se infringe a un niño o adolescente por una o
más personas de edades similares, se asocia mayormente a los centros escolares, pero la
iglesia no es ajena a esta realidad, tanto por la existencia de casos dentro de las propias
congregaciones como por la posibilidad de que un adolescente esté siendo víctima -o
verdugo- de ese acoso en su ámbito educativo. En este sentido, cualquier hecho diferencial es
la “excusa” que toma el acosador, o los acosadores, para atacar a la víctima. Por lo tanto, el
hecho de ser evangélico coloca a los jóvenes de las iglesias en el punto de mira, de la misma
manera que cualquier otro estudiante que tenga un rasgo distintivo respecto a la mayoría.
Dentro del ámbito eclesial, y desde el momento que se detecta una situación de este tipo, la
psicóloga aboga por una colaboración entre la pastoral y profesionales del ámbito para atajar
el acoso cuanto antes. El problema radica en que no existen demasiados precedentes en los
que basarse, de manera que se suele trabajar por intuición, algo que puede acarrear que la
situación se prolongue en el tiempo y se agraven las consecuencias. “La experiencia
profesional es un valor” comenta Martín, que considera esta colaboración permite “anticipar
obstáculos y atajar la situación de una forma más eficaz”.
Un caso de bullying tiene, finalmente, un último factor determinante, que son los testigos. Si
estos no se posicionan al lado de la víctima, son cómplices del agresor.
En el acoso por internet se resaltan más ciertas características del acoso presencial. La
carencia de empatía en el agresor al contar con menos claves socioemocionales de respuesta
de la víctima cuando dirige la agresión; un grado mayor de confusión en las víctimas al no
contar con datos de procedencia de las agresiones, sobre todo en el ciberbullying, menos que
en el bulllying presencial, y un menor grado de exposición del agresor al no tener que
arriesgar nada para realizar las agresiones, al hacerlas desde el otro lado del teclado y con
cierto grado de anonimato e imprevisibilidad.
Haciendo un ejercicio de reducción, podemos describir varios de los aspectos que nos
describes el perfil del menor acosador: ·
Baja tolerancia a la frustración e impulsividad. ·
Dificultad para cumplir las normas. ·
Inclinación mayor al uso de medios violentos.

· Muy reactivos cuando se sienten provocados. ·


Sin empatía hacia las víctimas.
· Autoestima alta.
· Reacciones agresivas unidas a fortaleza física.

· Necesidad de dominar a otros. ·


Fracaso escolar.
Reflexion

El bullying es un problema que actualmente y de forma lamentable, va en aumento.


Incluso es probable que una persona muy cercana a ti, se encuentra enfrentando esta
situación. Lo más difícil de esta situación, es ayudar a las víctimas que se han visto
afectadas por la misma y convencerlas de dejar el miedo atrás.

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