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3.

ESTRATEGIAS DE ACCIÓN

Es necesario tener una buena planeación para, en primer lugar, identificar los principales
problemas del país que requieren acciones prioritarias y, en segundo lugar, llevar a cabo
las mejores estrategias para alcanzar los fines planeados.

La planeación es una herramienta general que muestra por dónde se debe ir, conforme a
lo que se quiere alcanzar. Sin embargo, es importante mencionar que los programas que
se implementen únicamente podrán incidir de manera indirecta en la situación que se desea
transformar.

La planeación tradicional que se adoptó durante la mayor parte del siglo XX solía ser
jerárquica en una estructura directiva organizada de arriba hacia abajo, por lo que la
planeación solía estar determinada por una o varias personas expertas en la materia. No
obstante, en la búsqueda por fortalecer los procesos de gestión y la obtención de
resultados, no bastó con utilizar la planeación tradicional. Para ello se introdujo el concepto
de planeación estratégica.

La planeación estratégica permite cumplir con los objetivos de la organización, al involucrar


a todos sus miembros y al permitir reaccionar ante el ambiente cambiante. En este sentido,
las principales características que definen que una planeación sea estratégica son las
siguientes:

1. Persigue objetivos de alto impacto.

2. Se enfoca en una meta clara y firme de largo plazo.

3. Existe el sentido de un propósito compartido por los implementadores de la política.

4. Es sensible a los cambios contextuales.

5. Está orientada a resultados, pues no sólo se busca que las acciones se ajusten a los
planes programados, sino que generen los resultados esperados.

6. Establece un proceso inclusivo de planeación, ya que no sólo los expertos participan en


la definición de objetivos.

7. Es flexible en su implementación.

Desde el enfoque de Gestión para Resultados, la planeación estratégica se ha convertido


en una herramienta imprescindible para marcar el rumbo de las instituciones y
organizaciones, así como para generar los resultados que se buscan alcanzar por medio
de las acciones emprendidas.

No obstante que la planeación es la principal herramienta con la que se cuenta para


establecer metas que resuelvan los principales problemas del país, se debe tener en cuenta
que existen varios retos durante el proceso de planeación, entre los cuales destacan los
siguientes:

1. Identificar de forma clara y concreta los principales problemas que se desean resolver o
mitigar.

2. Proponer y elegir las mejores alternativas que resuelvan el problema.

3. Permitir espacio de reacción ante contingencias no previstas.

4. Que la planeación no sea meramente un medio de justificación procedimental.

5. Tomar en cuenta los efectos derivados del logro de los objetivos de un programa con
respecto de otros programas.

6. Integrar a los implementadores del programa en el proceso de planeación para que


compartan los objetivos de la institución.

Elementos de la estrategia de acción

 Que se quiere alcanzar (objetivo)


 Cuánto se quiere lograr (cantidad y calidad)
 Cuándo se quiere lograr (en cuánto tiempo)
 En dónde se quiere realizar el programa (lugar)
 Con quién y con qué se desea lograrlo (personal, recursos financieros)
 Cómo saber si se está alcanzando el objetivo (evaluando el proceso)
 Cómo determinar si se logró el objetivo (evaluación de resultados)

III UNIDAD: PROGRAMAS DE PROMOCIÓN, PREVENCIÓN EN EL ÁMBITO


SOCIOEDUCATIVO
1. PROMOCIÓN Y PREVENCIÓN:

DEFINICIÓN

Los Programas de Promoción y Prevención son un conjunto de atenciones y servicios cuyo


objetivo principal es lograr que la población en general logren mantener y mejorar su
sociedad y educación, la calidad de vida mediante acciones y prácticas que optimicen su
bienestar.

Es un proceso social y político que no solamente se dirige a fortalecer las habilidades y


conocimiento de los individuos en educación y salud, sino también se dirige a cambiar, las
condiciones sociales, ambientales, y económicas para aliviar su efecto en el público y en la
salud de cada individuo, es donde los agentes sociales, directamente o por medio de sus
representantes, intervienen en la toma de decisiones en todos los niveles de actividad social
y de las instituciones sociales, mediante acciones colectivas, sustentadas en un proceso
educativo, con el fin de lograr la transformación de su realidad, en una superior al presente.

El objetivo central de la promoción es realizar cambios perdurables a través del desarrollo


de políticas públicas saludables, lo que obviamente implica plantear estrategias e identificar
ámbitos de acción. Se considera fundamental la participación social y la acción política, de
manera que propone un enfoque, que trascienda el de la educación.

La meta de universalización de la escolaridad básica impone a las escuelas el desafío de


asumir un lugar de mayor relevancia social en la implementación de programas para la
promoción de la salud. Es esperable que los colegios constituyan la primera institución por
la que las niñas, niños y adolescentes transiten de manera sistemática y sostenida
convirtiéndose, así, en espacios privilegiados para desplegar todo tipo de contenidos de
valor para la promoción social y el ejercicio de los derechos del ciudadano.

IMPORTANCIA

La familia ha sido considerada desde siempre como la agencia primaria y más importante
de la socialización humana. Actualmente, algunas de sus funciones socioeducativas y
asistenciales se han desviado hacia otro tipo de instituciones sociales, como son la escuela
y los sistemas públicos de protección social.

La familia moderna se encuentra en crisis, sufriendo profundas transformaciones en sus


estructuras y formas de funcionamiento. La familia no desarrolla en la sociedad occidental
todas aquellas funciones educativas y socializadoras que en otras épocas históricas había
desarrollo con tanto éxito. Algunas de sus funciones son delegadas a otras instituciones
especializadas.

Entre los factores que explican la actual crisis de la familia como agencia de socialización
se destacar los siguientes:

a) El proceso de industrialización ha significado el paso de un modelo de familia extensa y


patriarcal a un modelo de familia nuclear y democrática.

b) La familia como unidad de producción y consumo ha evolucionado hacia la familia como


unidad de consumo.

c) Las transformaciones de la estructura familiar (de familia extensa donde conviven tres
generaciones, a familia nuclear) y la progresiva reducción en el número de hijos.

d) La incorporación de la mujer al mundo del trabajo y el abandono de su dimensión


exclusivamente doméstica.

e) Progresivo aislamiento de la estructura familiar y privatización de sus espacios de


convivencia y relación. La familia es cada vez una estructura cerrada, con menores
interrelaciones con su medio exterior.

f) Progresiva democratización de las relaciones familiares y de las relaciones entre sexos,


cada vez menos autoritarias y jerárquicas.

g) Desplazamiento de funciones desde la familia hacia los sistemas de protección pública:


la industrialización ha significado la entrada del Estado y de las políticas sociales en la vida
particular de los individuos y sus familias

La finalidad del programa es prevenir acciones que obstaculicen el bienestar escolar por
medio de la sensibilización grupal, inculcando a los alumnos actitudes, valores y normas
como por ejemplo de convivencia positivas y fomentando el propio autoconocimiento y
autorregulación emocional conductual y las relaciones interpersonales cordiales y
mutuamente satisfactorias con los iguales. Dicha finalidad se concreta en varios objetivos
secuenciales y específicos que facilitarán la consecución de la misma.

Los programas pretenden ofrecer respuestas educativas de carácter global ante el


comportamiento, por lo que técnicamente podría considerarse como un programa de
prevención.

FUNCIONES
A) DESARROLLAR APTITUDES PERSONALES |
La promoción proporciona la información y las herramientas necesarias para mejorar los
conocimientos, habilidades y competencias necesarias para la vida. Al hacerlo genera
opciones para que la población ejerza un mayor control sobre su propia educación y sobre
el ambiente, y para que utilice adecuadamente los servicios de salud. Además ayuda a que
las personas se preparen para las diferentes etapas de la vida y afronten con más recursos
las dificultades.

B) DESARROLLAR ENTORNOS FAVORABLES


La promoción impulsa que las personas se protejan entre sí y cuiden su ambiente. Para ello
estimula la creación de condiciones de trabajo y de vida gratificante, higiénica, segura y
estimulante. Además procura que la protección y conservación de los recursos naturales
sea prioridad de todos.
C) REFORZAR LA ACCIÓN COMUNITARIA
La promoción impulsa la participación de la comunidad en el establecimiento de prioridades,
toma de decisiones y elaboración y ejecución de acciones para alcanzar un mejor nivel.
Asimismo fomenta el desarrollo de sistemas versátiles que refuercen la participación
pública.
D) REORIENTAR LOS SERVICIOS
La promoción impulsa que trasciendan su función y ejecuten acciones de promoción,
incluyendo las de prevención específica.
También contribuye a que los servicios sean sensibles a las necesidades interculturales de
los individuos, y las respeten.
Asimismo impulsa que los programas de formación profesional incluyan disciplinas de
promoción y que presten mayor atención a la investigación educativa.
Por último, aspira a lograr que la promoción sea una responsabilidad compartida entre los
individuos y los grupos comunitarios.
E) IMPULSAR POLÍTICAS PÚBLICAS SALUDABLES
La promoción coloca en la agenda de los tomadores de decisiones de todos los órdenes de
gobierno y de todos los sectores públicos y privados. Al hacerlo busca sensibilizarlos hacia
las consecuencias que tienen sus decisiones. También aspira a propiciar que una decisión
sea más fácil al tomar en cuenta que les favorecerá. Asimismo promueve que todas las
decisiones se inclinen por la creación de ambientes favorables y por formas de vida, estudio,
trabajo y ocio que sean fuente de salud para la población.
3.2 MODELOS: CARACTERÍSTICAS Y DIFERENCIA EN LA PROMOCIÓN Y LA
PREVENCIÓN

Los programas están basados en los principios de prevención, desarrollo e intervención


social. Un programa debe tener una base teórica fundamentada, es decir, debe basarse en
una teoría psicológica de intervención. Por lo tanto, debe tratarse de una actividad
planificada sin estar sujeta a la improvisación. Por último, se trata de dar solución a una
serie de necesidades detectadas, lo que supone que las actividades del programa deben
estar justificadas.

La mejor forma de trabajar estos programas en el ámbito escolar es insertándolos en el


currículum, es decir, se deben integrar aspectos de la orientación en las áreas del
aprendizaje o en los recursos programados con el fin de desarrollar objetivos del currículum
que hacen referencia al desarrollo personal, a los valores, etc. Hay una gran implicación de
profesorado y de los miembros de la comunidad educativa, lo que tiene beneficios para
todos los implicados. Otra forma de llevar a cabo la implantación de los programas es
hacerlo de manera puntual, en este caso, la implicación del profesorado es menor, sin
embargo, la responsabilidad ejecutora del orientador es mayor.

El modelo de programas aparece como un intento de superar las deficiencias de los


modelos anteriores, más tradicionales y más antiguos en el tiempo. Este modelo se basa
en la intervención por programas, pero qué se entiende por programas. Las respuestas son
muy diversas, pero muchos autores coinciden en varios hechos en sus definiciones como:
que la actividad debe ser planificada, se aplica en un contexto determinado, se diseña y
realiza con la intención de obtener unos objetivos concretos y se basa en la identificación
de unas necesidades concretas.

CARACTERÍSTICAS

 El programa se dirige a todos los estudiantes, y se centra en las necesidades de


grupo.
 Se actúa sobre el contexto con un carácter más preventivo y de desarrollo que
terapéutico.
 Se establece una estructura dinámica que favorece las relaciones entre las
experiencias de aprendizaje curricular y su significación personal.
 La evaluación es permanente y continua desde el inicio hasta la finalización del
programa.
 El modelo de programas necesita de la participación de todos los agentes
educativos.

DIFERENCIA EN LA PROMOCIÓN Y LA PREVENCIÓN

El término prevenir tiene significado de preparar; llegar antes de; disponer de manera que
evite (daño, mal), impedir que se realice, exige una acción anticipada, basada en el
conocimiento de la historia natural a fin de hacer improbable la expansión posterior.

Las acciones preventivas se definen como intervenciones orientadas a evitar la aparición


de los factores determinantes, reduciendo su incidencia y predominando en las
poblaciones. La base del discurso preventivo es el conocimiento; su objetivo es el control y
la reducción del riesgo. Los proyectos de prevención y de educación se estructuran
mediante la divulgación de información científica y de recomendaciones normativas de
cambio de hábitos.

Por otro lado Promover tiene el significado de dar impulso a: fomentar, originar, generar.
Promoción se define, tradicionalmente, de manera más amplia que prevención, pues se
refiere a medidas que no se dirigen a una determinado desorden, pero sirven para aumentar
la salud y el bienestar generales. Las estrategias de promoción enfatizan la transformación
de las condiciones de vida y de trabajo que conforman la estructura subyacente a los
problemas, demandando un abordaje intersectorial.

3.3 PROGRAMA DE PROMOCIÓN SOCIAL, EDUCATIVA, SALUD: FÍSICA Y


PSICOLÓGICA, MEDIOAMBIENTAL

PROGRAMA DE PROMOCIÓN EDUCATIVA

En todos los países de la región de América se llevan a cabo programas de salud escolar
que proporcionan servicios para diagnosticar problemas auditivos, visuales, nutricionales y
de la postura que pueden afectar al aprovechamiento de los escolares. En esos programas
también se imparten conocimientos sobre higiene, alimentación, prevención de accidentes,
saneamiento y otros temas. Sin embargo, la mayor parte de los programas tienen una
estrategia de enseñanza tradicional que no logra transmitir exitosamente los conocimientos
que lleven a desarrollar las habilidades necesarias para adoptar estilos de vida más
saludables.
La promoción de la salud se ha dividido en tres áreas de acción, que son la educación para
la salud, los ambientes saludables y los servicios de salud y alimentación. Para lograr los
objetivos trazados para cada una de estas áreas se han definido las siguientes estrategias
de acción: desarrollar políticas conjuntas para los sectores educativo y de salud; crear
mecanismos de coordinación intersectorial, incluida la organización de comisiones mixtas
para la elaboración de análisis, planes de trabajo y evaluación de actividades; e
implementar programas que incluyan el diagnóstico de necesidades, formulación de planes
de acción, diseño curricular, capacitación de maestros y producción de materiales
educativos, así como la creación de actividades en las escuelas y la comunidad que faciliten
la promoción de la salud.

Dentro de la estrategia, el concepto de salud escolar va más allá de la instrucción sanitaria


y de los servicios de control y actualmente se ha convertido en un principio conformado por
ocho elementos relacionados entre sí:

 Impartir educación integral que fortalezca la autoestima y la capacidad de los jóvenes


de formar hábitos y estilos de vida saludables;
 Brindar educación en salud basada en valores positivos que sean útiles en el futuro;
 Facilitar los medios para desarrollar la salud de los escolares en ambientes que
refuercen la promoción de la salud;
 Llevar a cabo actividades de promoción de la salud que involucren al personal
docente y administrativo;
 Ejecutar proyectos que lleguen a las escuelas y la comunidad;
 Prestar a los estudiantes servicios de salud, alimentación y nutrición que propicien
la formación de hábitos saludables;
 Organizar actividades de educación física, recreación y deportes que contribuyan al
desarrollo integral de la juventud;
 Poner a la disposición de los estudiantes servicios de asesoramiento y apoyo social.

Debido a que la educación para la salud es un programa diseñado con el fin de fortalecer
la habilidad de los estudiantes para tomar decisiones fundamentadas y establecer prácticas
y estilos de vida saludables, el énfasis de la metodología educativa deberá transferirse de
la enseñanza al aprendizaje. Este cambio se basa en una nueva visión del proceso de
enseñanza y aprendizaje que a su vez se inspira en un concepto holístico del ser humano.
La estrategia como parte de una visión integral y multidisciplinaria del ser humano, que
considera a las personas en su contexto familiar, comunitario y ambiental-social; promueve
el desarrollo de conocimientos, habilidades y destrezas para el autocuidado de la salud y la
prevención de conductas de riesgo, así como la protección y mejora del entorno en que se
despliega la vida comunitaria.

Se plantea que solo por medio de la integración y la inclusión social que el vínculo entre
derechos y salud positiva se hace efectivo, y a través de modalidades de participación que
contribuyan a crear condiciones para la convivencia, la no-discriminación, la promoción de
relaciones armónicas entre los géneros y la resolución de conflictos a través del diálogo.

Respecto de los adolescentes, se propicia que estos adquieran los saberes, destrezas y
habilidades necesarios para vivir y convivir saludablemente respetando sus derechos y los
de otros actores de la comunidad educativa.

PROGRAMA DE PROMOCIÓN EN SALUD: FÍSICA Y PSICOLÓGICA

La salud mental es un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y


es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de
contribuir a su comunidad. En este sentido positivo, la salud mental es el fundamento del
bienestar individual y del funcionamiento eficaz de la comunidad.

La salud mental y el bienestar son fundamentales para nuestra capacidad colectiva e


individual de pensar, manifestar sentimientos, interactuar con los demás, ganar el sustento
y disfrutar de la vida. Sobre esta base se puede considerar que la promoción, la protección
y el restablecimiento de la salud mental son preocupaciones vitales de las personas, las
comunidades y las sociedades de todo el mundo.

La promoción de la salud mental consiste en acciones que creen entornos y condiciones de


vida que propicien la salud mental y permitan a las personas adoptar y mantener modos de
vida saludables. Entre ellas hay una serie de acciones para aumentar las posibilidades de
que más personas tengan una mejor salud mental.

Un ambiente de respeto y protección de los derechos civiles, políticos, socioeconómicos y


culturales básicos es fundamental para la promoción de la salud mental. Sin la seguridad y
la libertad que proporcionan estos derechos resulta muy difícil mantener un buen nivel de
salud mental.

Las políticas nacionales de salud mental no deben ocuparse únicamente de los trastornos
mentales, sino reconocer y abordar cuestiones más amplias que fomentan la salud mental
como la incorporación de la promoción de la salud mental a las políticas y programas de los
sectores gubernamental y no gubernamental. Además del sector de la salud, es esencial la
participación de los sectores de la educación, el trabajo, la justicia, el transporte, el medio
ambiente, la vivienda o la asistencia social.

La promoción de la salud mental depende en gran medida de estrategias intersectoriales.


Entre otras formas concretas de fomentar la salud mental se pueden mencionar:
 las intervenciones en la infancia precoz (por ejemplo, visitas a domicilio a las embarazadas,
actividades psicosociales preescolares y ayuda nutricional y psicosocial conjunta a las
poblaciones desfavorecidas);
 el apoyo a los niños (por ejemplo, programas de creación de capacidades y programas de
desarrollo infantil y juvenil);
 la emancipación socioeconómica de la mujer (por ejemplo, mejora del acceso a la
educación y concesión de microcréditos):
 el apoyo social a las poblaciones geriátricas (por ejemplo, iniciativas para hacer amistades
y centros comunitarios y de día);
 los programas dirigidos a grupos vulnerables, y en particular a las minorías, los pueblos
indígenas, los migrantes y las personas afectadas por conflictos y desastres (por ejemplo,
intervenciones psicosociales tras los desastres);
 las actividades de promoción de la salud mental en la escuela (por ejemplo, programas de
apoyo a los cambios ecológicos en la escuela y escuelas amigas de los niños);
 las intervenciones de salud mental en el trabajo (por ejemplo, programas de prevención del
estrés);
 las políticas de vivienda (por ejemplo, mejora de las viviendas);
 los programas de prevención de la violencia (por ejemplo, la reducción de la disponibilidad
del alcohol y del acceso a las armas);
 los programas de desarrollo comunitario (por ejemplo, iniciativas de colaboración ciudadana
y de desarrollo rural integrado);
 la reducción de la pobreza y la protección social para los pobres;
 legislación y campañas contra la discriminación;
 promoción de los derechos, las oportunidades y la atención de las personas con trastornos
mentales.
El Plan de acción tiene el objetivo general de promover la salud mental, prevenir trastornos
mentales, dispensar atención, mejorar la recuperación, promover los derechos humanos y
reducir la mortalidad, morbilidad y discapacidad de personas con trastornos mentales. Está
centrado en cuatro objetivos principales orientados a:
1. reforzar el liderazgo y la gobernanza eficaces en lo concerniente a salud mental;
2. proporcionar en el ámbito comunitario servicios de salud mental y asistencia social
completos, integrados y adecuados a las necesidades;
3. poner en práctica estrategias de promoción y prevención en el campo de la salud mental;
4. fortalecer los sistemas de información, los datos científicos y las investigaciones sobre la
salud mental.

PROGRAMA DE PROMOCIÓN MEDIOAMBIENTAL

La educación ambiental actualmente válida se escribe como el proceso que consiste en


reconocer valores y aclarar conceptos con el objeto de fomentar las aptitudes y actitudes
necesarias para comprender y apreciar las interrelaciones entre el hombre, su cultura y su
medio biofísico.

Al ver el riesgo en el que se encuentra la población es necesario plantear programas y


reuniones que tienen como objetivo principal ayudar a conservar el ambiente.

Cabe mencionar que, a lo largo del tiempo se ha tenido que adaptar el término a cada una
de las extensiones de la sociedad; además, se ha recorrido un gran camino para poder
conocerlo como lo entendemos en la actualidad. De tal manera que ahora, este concepto,
abarca más allá de la protección de bosques y selvas teniendo otras dimensiones que
involucran más a la sociedad.

Por consiguiente, la implementación de educación ambiental en escuelas primarias, es


primordial para ir creando conciencia desde temprana edad, sobre lo importante que es el
cuidado al ambiente y como es que de llevar a cabo esto beneficia a todos en conjunto. No
sólo es cuestión de saber el significado sino también de reflexionarlo.

La salud depende en último término de la capacidad de controlar la interacción entre el


medio físico, el espiritual, el biológico y el económico y social. No es posible lograr un
desarrollo equilibrado sin una población saludable. Ahora bien, la mayoría de las
actividades de desarrollo afectan en mayor o menor grado al medio ambiente, lo que, a su
vez, origina o exacerba muchos problemas de salud y, por otra parte, la falta de desarrollo
es de por sí la causa de muchos problemas de salud que sólo mediante el desarrollo pueden
paliarse. El sector de la salud no puede por sí solo lograr los objetivos de satisfacción de
las necesidades básicas, sino que depende del desarrollo social, económico y espiritual al
mismo tiempo que contribuye directamente a ese desarrollo. También depende de que las
condiciones ambientales le sean favorables, lo que supone, entre otras cosas, un
abastecimiento adecuado de agua y de servicios de saneamiento, más un suministro
seguro de alimentos y una nutrición apropiada. Debería dedicarse atención particular a la
seguridad de los alimentos, concediendo prioridad a la eliminación de la contaminación; a
las políticas amplias y sostenibles para asegurar el suministro de agua apta para el
consumo y el saneamiento a fin de prevenir la contaminación química y por microbios; y a
la promoción de la educación sanitaria, la inmunización y el suministro de medicamentos
básicos. La educación y los servicios adecuados relativos a la planificación responsable del
tamaño de la familia teniendo en cuenta los aspectos culturales, religiosos y sociales, en
consonancia con la libertad, la dignidad y los valores personales y teniendo en cuenta las
consideraciones éticas y culturales, también contribuyen a estas actividades
intersectoriales.

Los gobiernos nacionales y las autoridades locales con el apoyo de las organizaciones no
gubernamentales y las organizaciones internacionales pertinentes, a la luz de las
condiciones concretas de sus países, deberían reforzar sus respectivos programas para el
sector de la salud, prestando especial atención a las necesidades del medio rural, con los
siguientes fines:

a) Creación de infraestructuras básicas en el sector de la salud y establecimiento de


sistemas de vigilancia y planificación:

i) Elaborar y fortalecer sistemas de atención primaria de la salud, práctica, basada en la


comunidad, científicamente racional, socialmente aceptable y adecuada a las necesidades,
y que satisfagan las necesidades básicas de agua apta para el consumo, alimentos seguros
y saneamiento.

ii) Prestar apoyo a la utilización y el fortalecimiento de mecanismos que mejoraran la


coordinación entre los sectores de la salud y sectores conexos en todos los niveles
adecuados de gobierno y en las comunidades y organizaciones pertinentes.

iii) Elaborar y aplicar criterios racionales que se pudieran costear para el establecimiento y
el mantenimiento de servicios de salud

iv) Asegurar y cuando procediera, aumentar el apoyo a la prestación de servicios sociales.


v) Elaborar estrategias, entre ellas indicadores de salud confiables, para la observación de
los adelantos y la evaluación de la eficacia de los programas de salud.

vi) Estudiar, sobre la base de la evaluación de los recursos necesarios, las formas de
financiar el sistema de salud y determinar las diversas modalidades de financiación.

vii) Promover la educación sanitaria en las escuelas, el intercambio de información, el apoyo


técnico y la capacitación.

viii) Apoyar las iniciativas sobre gestión autónoma de los servicios por parte de los grupos
vulnerables.

ix) Integrar los conocimientos y las experiencias tradicionales, cuando procediera, en los
sistemas nacionales de salud.

x) Promover los servicios logísticos necesarios para las actividades de extensión sobre todo
en las zonas rurales.

xi) Promover y fortalecer actividades de rehabilitación con base en la comunidad para los
impedidos de las zonas rurales.

b) Prestación de apoyo para la investigación y para el establecimiento de metodologías

i) Establecimiento de mecanismos para la constante participación de la comunidad en las


actividades de higienización ambiental, incluida la optimización de la utilización de los
recursos financieros y humanos de la comunidad.

ii) Realización de investigaciones acerca de la higiene ambiental, incluidos estudios de


comportamiento y de la manera de expandir la cobertura de los servicios de salud y de
acrecentar la utilización de esos servicios por grupos de población periféricos, con escasos
servicios o vulnerables, a fin de mejorar los servicios de prevención y atención de la salud.

iii) Realización de investigaciones acerca de los conocimientos tradicionales sobre prácticas


de prevención y cura. Medios de ejecución.

3.4 PREVENCIÓN FAMILIAR, INFANCIA EN RIESGO. HABILIDADES SOCIALES,


DESADAPTACION Y EXCLUSIÓN SOCIAL

La familia tiene un papel indiscutible en la prevención, tiene la capacidad de constituirse en


transmisora de valores, costumbres, hábitos, modelos de comportamiento, así como en
elemento de apoyo y en espacio donde aprender a resolver los conflictos.
No hay una educación específica sobre este tema, si no que más bien tendría que
englobarse en la educación para la responsabilidad y educación para la salud.

La familia constituye la primera instancia de socialización y la institución que globalmente


tiene más influencia en la formación y desarrollo de los niños y los jóvenes. Es en su seno
donde estos niños y jóvenes, a través del aprendizaje y de la observación de las conductas
de los adultos, se van capacitando para vivir en la sociedad y para afrontar de forma
adecuada las nuevas situaciones que se les presentarán a lo largo de la vida, situaciones
a las que no será ajena, con toda seguridad, la disponibilidad de drogas.

De ahí la consideración de la familia como un agente preventivo fundamental en los


programas de prevención dirigidos a los adolescentes. La familia es capaz de influir
positivamente en el desarrollo sano y equilibrado de sus miembros, lo que explica la
necesidad de apoyar esta potencialidad para evitar que la convivencia en su seno se
convierta en todo lo contrario, es decir, en una fuente de riesgo y dificultades en el proceso
evolutivo de los hijos.

Los factores de riesgo y/o protección se han organizado y clasificado atendiendo a


diferentes criterios. La clasificación más tradicional divide los factores de riesgo en dos
categorías básicas: contextuales e individuales (interpersonales). La primera de ellas
incluiría una amplia gama de factores sociales y culturales que tienen que ver con las
normativas legales. El segundo grupo de variables incluye aspectos relativos a los
individuos y a sus ambientes interpersonales (la escuela, el grupo de amigos y la familia).

La importancia del ambiente familiar, particularmente de los padres, como determinante del
ajuste psicológico y social de los hijos, está reconocida ampliamente por los especialistas.
La familia es el ambiente social básico del niño y el adolescente, por ser el lugar donde
pasa gran parte de su tiempo. El contexto familiar puede convertirse en una fuente positiva
de adaptación o, por el contrario, de estrés, dependiendo de la calidad de la relación entre
los miembros de la familia.

En la actualidad, se habla de dos tipos de factores de riesgo familiares: factores específicos


del consumo de drogas y factores generales de un número amplio de conductas
problemáticas en la adolescencia. Estos factores no específicos incrementan la
vulnerabilidad general a problemas de conducta en la adolescencia. Básicamente, se
refieren a aspectos relacionados con la estructura y el funcionamiento familiar.
El estudio de los factores de riesgo y de protección para el consumo de drogas resulta de
especial interés de cara a planificar y desarrollar programas de prevención eficaces
basados en la modificación o potenciación respectivamente de tales factores. Su análisis e
identificación es fundamental, no sólo para determinar los objetivos operativos que deben
perseguir estos programas, sino también, las poblaciones, los grupos o los individuos que
se encuentran en situaciones de alto riesgo en relación al consumo de drogas y que
precisan intervenciones específicas.

Los estudios de los factores y procesos que incrementan el riesgo del uso de drogas o que
protegen contra éste concluyen que los programas de prevención familiar pueden realzar
los factores de protección enseñando a los padres ciertas estrategias para mejorar la
comunicación familiar y la disciplina (enseñándoles a establecer reglas firmes y
consistentes). Las investigaciones también han demostrado que los padres deben participar
más en la vida de sus hijos, teniendo conversaciones con ellos acerca del uso de drogas,
supervisando sus actividades, conociendo a sus amistades e implicándose en sus
problemas e inquietudes personales.

INFANCIA EN RIESGO

El constante desarrollo de las sociedades avanzadas hace necesario un esfuerzo


permanente de reconceptualización de aquellos fenómenos que se dan en su seno; no se
puede eludir el compromiso científico de estar atentos a los nuevos fenómenos sociales y
las consecuencias que tienen en el desarrollo individual del sujeto y en su educación. La
definición de colectivos que por sus características propias y contextuales se encuentran
en situaciones de riesgo social es una de las que más afectada se ve por estos fenómenos
de cambio social, ya que los cambios estructurales, socioeconómicos y culturales son los
que definen sus procesos de socialización delimitando, a su vez, las dificultades que se
pueden encontrar.

Concretamente, dentro del vertiginoso dinamismo de las sociedades avanzadas, se están


dando importantes cambios y apareciendo situaciones hasta ahora desconocidas, que
afectan directamente a la correcta socialización de nuestra infancia. El colectivo que se
recoge bajo el epígrafe de infancia en situación de riesgo se suele definir como un grupo
en proceso de desadaptación social por causas básicamente familiares. Si se hace un
rápido repaso a las diferentes orientaciones teóricas que definen las situaciones de riesgo
social se ve como el énfasis siempre recae en las circunstancias familiares.
Así, el enfoque socio-ambientalista acentúa la importancia de los factores ambientales y
sus programas de intervención hacen hincapié en los apoyos a las familias cuando analiza
este fenómeno. El enfoque conductista, en cambio, se centra en la idea que las situaciones
de riesgo están causadas, fundamentalmente por las dificultades de los padres en
desarrollar su rol parental y en cubrir las necesidades básicas de sus hijos; por otro lado las
perspectivas psicodinámicas ven la conducta como algo sintomático causado por
experiencias pasadas que mucho tienen que ver con las habilidades afectivas familiares.
Por último, el enfoque sistémico parte de la premisa de que el individuo con problemas
forma parte de un sistema, básicamente familiar, con dificultades.

Por lo tanto, tal y como se observa, los enfoques teóricos que abordan la epistemología de
la infancia en situación de riesgo se centran en la situación familiar, identificando las causas
y los factores de riesgo en el microsistema familiar: la desestructura familiar, los maltratos
infantiles familiares, la dinámica conflictiva entre padres e hijos, la ausencia o el exceso de
disciplina, la negligencia o la ausencia de lazos afectivos, son algunos de los factores que
se han identificado como causa de la desadaptación social.

La infancia en situación de riesgo social es aquella que establece, de forma procesal y


dinámica, una interacción ideográfica e inadecuada con sus entornos, los cuales no cubren
sus derechos inalienables, poniendo en peligro su correcto desarrollo y dando lugar a un
posible inicio del procesos de inadaptación social; y sus entornos ecológicos son la familia,
la escuela, el barrio, el vecindario, las instituciones.

De tal manera que cuando se hace referencia a la infancia en situación de riesgo social no
solamente se refiere al maltrato dentro de la familia, sino a una situación mucho más amplia,
que reúne todas aquellas circunstancias sociales carenciales para el correcto desarrollo de
la infancia.

Atendiendo a una reducción de los problemas de la infancia a los maltratos en la familia, el


análisis de perfiles individuales de situaciones de riesgo para la infancia ha estado marcada
por el estudio de indicadores que hacen prever la existencia de situaciones de máxima
desprotección de los niños; es decir, por el análisis y la descripción de situaciones de
maltratos y de negligencia. A través de indicadores, físicos y comportamentales en los niños
y conductuales en los padres se pueden identificar situaciones de maltratos o de
emergencia de esta situación. En base a la existencia de estos indicadores se inician los
procesos de intervención individualizados, de prevención secundaria o terciaria, y en base
a los factores de riesgo relacionados con la emergencia de los maltratos se identifican
poblaciones de riesgo para poder hacer una prevención primaria.

En esa misma línea, desde los servicios sociales de protección a la infancia, el análisis de
situaciones de riesgo se hace en base a listados de indicadores de riesgo social que
recogen y en ocasiones, son completados con otros relacionados con la emergencia de
situaciones de inadaptación social.

Riesgos asociados a la escuela.

A lo largo del último siglo se ha consolidado la idea de que la educación formal es esencial
para el desarrollo de las personas. Y en la escuela transcurre una importante porción de la
jornada de los menores. Es también un lugar donde se pueden producir situaciones
indeseables.

Sin embargo es la ausencia de escolarización lo peor que puede ocurrir. Sin escuela el
desarrollo de los niños se verá limitado. La escolarización es obligatoria, pero no siempre
hay escuelas ni se encuentran disponibles, cercanas o adecuadas. Todavía hay en el
mundo muchos millones de niños sin escuela, cuyo futuro estará comprometido para
siempre.

Absentismo. Es también posible que la escuela exista y que la obligación de asistencia se


imponga y, aun así, los niños no vayan a la escuela. La ausencia frecuente de la escuela
es un mal en sí misma y, además, un signo de alarma de otras situaciones que están
afectando la vida del menor. En estos casos la responsabilidad es identificable. Tiene
nombres y apellidos: ya sean los de los padres o los de los responsables del sistema
educativo que no adoptan las medidas necesarias para que la escolarización sea efectiva.

Escuela tóxica. No todas las estructuras educacionales contienen todos los elementos de
benignidad y eficacia. Algunos sistemas escolares y algunos centros escolares concretos,
por razones ideológicas o por conductas anómalas del profesorado, pueden ejercer efectos
negativos sobre los niños. No son fáciles de identificar y aún menos de poder ejercer
acciones eficaces sobre ellas. La responsabilidad de todos es detectarlas antes de que sus
efectos calen en una inocente población infantil.

“Bullying” (Violencia escolar entre pares) El matonismo, que probablemente ha existido


siempre, ha cobrado actualidad al adquirir carácter de problema en circunstancias muy
lamentables y por su presencia en los medios. Desde el punto de vista pediátrico implica a
dos sujetos necesitados de atención: la víctima y el agresor. Su vigilancia y prevención
implica igualmente a padres y sus asociaciones, educadores, servicios sociales y pediatras.

Riesgos originados en el entorno familiar

La mayor parte de las sociedades entienden la familia como el marco natural donde se
desarrolla la vida de los niños y la institución elemental para que los niños crezcan y de
hagan adultos. Lamentablemente no todo es bueno y benéfico alrededor de la familia. La
familia es un ámbito complejo, con muchos ángulos y aristas, con miembros diversos, en
posiciones diversas, con edades e historias personales diferentes cuya influencia o
actuación hacia los miembros más débiles, los niños, tiene una capital importancia. Ello
comporta también la existencia de riesgos acompañantes.

Ausencia de familia, orfandad, abandono. Si la familia es el ámbito natural de los niños,


su ausencia representa la pérdida dramática del ámbito y el desamparo más total. Si
entendemos la familia como algo bueno y necesario, su ausencia es, en sí misma, una
desgracia. Tanto si sucede por razones biológicas como la orfandad o por razones
voluntarias sociales, como en el abandono, la realidad que genera requiere un inmediato
remedio.

Infancia tutelada y/o institucionalizada. Como consecuencia de la inexistencia, por el


motivo que sea, de la familia, las respuestas que ofrece la sociedad, la tutela, la
institucionalización o la solución de la adopción o la custodia, no están exentas de
dificultades y problemas. En el pasado reciente se han detectado o denunciado situaciones
indeseables entre los menores acogidos en instituciones que si la mayor parte han tenido
carácter puntual, ponen de manifiesto que las instituciones de custodia, especialmente las
de niños más mayores o adolescentes quedan lejos de ser ideales.

Riesgos de la adopción. Aun siendo la solución mejor a la ausencia de familia, la


integración de los niños en una familia adoptiva requiere esfuerzos por parte de todos los
implicados. En el caso de las adopciones trasnacionales las dificultades no son diferentes
ni mayores, aunque puedan reconocerse algunas peculiaridades.

HABILIDADES SOCIALES

La investigación de las habilidades sociales es relevante, no sólo por su dimensión


relacional, sino por su influencia en otras áreas de la vida del sujeto. Los estudios con niños
han puesto de manifiesto que la carencia de habilidades sociales asertivas favorece la
aparición de comportamientos disfuncionales en el ámbito familiar y escolar. En los
adolescentes, los déficits de habilidades sociales pueden incidir negativamente en la
consolidación de la identidad como en la cristalización de trastornos psicopatológicos.

Las destrezas sociales son una parte esencial de la actividad humana ya que el discurrir de
la vida está determinado, al menor parcialmente, por el rango de las habilidades sociales.
Distintos estudios señalan que las habilidades sociales inciden en la autoestima, en la
adopción de roles, en la autorregulación del comportamiento y en el rendimiento académico,
entre otros aspectos, tanto en la infancia como en la vida adulta.

En niños y adolescentes, la temática de las habilidades sociales es relevante, no sólo por


su dimensión relacional, sino por su influencia a otras áreas vitales tales como la escolar,
la familiar, entre otras. Está comprobado que aquellos niños y/o adolescentes que muestran
dificultades en relacionarse o en la aceptación por sus compañeros del aula, tienden a
presentar problemas a largo plazo vinculados con la deserción escolar, los
comportamientos violentos y las perturbaciones psicopatológicas en la vida adulta.

Los comportamientos sociales se aprenden a lo largo del ciclo vital, por lo que ciertas
conductas de los niños y adolescentes para relacionarse con sus pares, ser amable con los
adultos o reaccionar agresivamente, entre otras, depende del proceso de socialización, las
interacciones sociales implican una serie de modelos de comportamientos muy complejos
y sincronizados, ejecutados recíprocamente por dos o más sujetos. Cabe destacar que la
socialización se produce en interrelación con el desarrollo cognitivo.

Tanto la familia y la escuela como el acceso a otros grupos de pertenencia son ámbitos
privilegiados para el aprendizaje de habilidades sociales, siempre y cuando estos contextos
puedan proporcionar experiencias positivas para adquirir comportamientos sociales, ya que
se aprende de lo que se observa, de lo que se experimenta (propias acciones) y de los
refuerzos que se obtiene en las relaciones interpersonales; también se aprenden
comportamientos sociales de los medios de comunicación como la utilización de productos
simbólicos de la cultura. En definitiva, el contexto en sus múltiples acepciones (las
características maternas y paternas, la experiencia en la crianza, el acceso a masas media
como televisión o internet, entre otros) se vincula de modo decisivo a cómo se aprenden y
practican habilidades sociales salugénicas o disfuncionales.

La literatura enfatiza que los problemas de relaciones interpersonales se presentan


principalmente en aquellos sujetos que se vinculan muy poco con sus pares. Estos se
caracterizan por una evitación del contacto social con otros sujetos o bien por mantener
relaciones sociales violentas con sus pares.

Estos comportamientos están relacionados con los estilos de interacción inhibido y


agresivo, que dan cuenta de habilidades sociales deficitarias. En muchas ocasiones, estos
déficits en las habilidades sociales pueden conllevar la presencia de trastornos
psicopatológicos en la vida adulta. No se descarta la posición de que los déficits en las
habilidades sociales pueden ser tanto una causa, efecto o concurrentes en la aparición de
un trastorno psicológico.

DESADAPTACIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL

Las sociedades occidentales disfrutan de grandes avances que están permitiendo altos
niveles de bienestar para importantes segmentos de población, sin embargo persisten y se
renuevan colectivos que se sitúan en esta difusa frontera de la inadaptación, marginación
y exclusión social. Se habla de transeúntes, inmigrantes, internos de prisiones,
drogodependientes, refugiados, discapacitados sin recursos, familias monoparentales con
cargas, minorías étnicas, etc.

La inadaptación (categoría que nunca se expresa en primera persona, sino en tercera,


puesto que es otro el que hace el juicio) se consolida a partir de algo excluido, es decir,
desde siempre; pero lo que define a la inadaptación en la actualidad es que los
mencionados procesos afectan a grupos cada vez más amplios.

El fenómeno de la inadaptación se abordó desde la Sociología desde el concepto de la


desviación social, entendida como cualquier conducta que no encaja en un sistema social
determinado. De esta forma, se debe reconocer que tanto la cultura como la organización
social, no se integran casi nunca de forma total, por lo que existen siempre tendencias a la
no conformidad unidas a la propia vida social. Así, la desviación social es un fenómeno
universal, aunque los límites de tolerancia varíen de un entorno social a otro.

En cualquier caso, la inadaptación, como la marginación o la exclusión, abarca un conjunto


variado de problemas sociales especialmente urgentes que reclama la intervención. Su
definición tiene que ver con cuestiones como: sus grados y niveles; los procesos que
causan estos fenómenos; la relación entre los efectos excluyentes y los incluyentes, de
estos fenómenos sociales y, por último, la relación entre los diferentes fenómenos de
exclusión, inadaptación, marginación, etc.
Se debe señalar, abundando acerca de estos fenómenos sociales, que generalmente
implican la separación de una persona o grupo respecto a la sociedad global y que suelen-
aplicarse connotaciones diferentes a variedad de grupos. En cualquier caso, incluye todas
o alguna de las siguientes notas:

- No aceptación de los valores y normas dominantes en la sociedad.

- Un trato discriminatorio respecto a la participación en los bienes materiales y simbólicos.

- En general, estas personas se instalan fuera del sistema.

La exclusión social es un concepto que trata de explicar teóricamente una serie de


fenómenos fundamentalmente sociales y económicos, que se relacionan con la pérdida, o
la negación, de derechos esenciales que definen la ciudadanía social. Listas de factores
que provocan exclusión, paradigmas explicativos, ámbitos causales, etc., son las
propuestas que los analistas sociales ofrecen para aprehender este complejo fenómeno,
mencionando con insistencia su carácter procesual y multidimensional. Pero es necesario
dar un paso más y comprender las causas, la génesis y la historia que hay detrás de cada
caso, para captar cabalmente el verdadero significado de la exclusión social.

La educación institucionalizada, con las embestidas neoliberales y mercantilistas, aparece


en este debate como un ámbito esencial para su determinación, ya que la falta de ésta, o
si ha sido inadecuada, producirá en los sujetos una serie de acontecimientos en su devenir
académico, en su biografía personal, en sus relaciones, en sus apoyos afectivos y sociales,
etc., que lo harán vulnerable, como analfabeto, como sujeto sin la titulación básica o falto
de competencias esenciales para desenvolverse como ciudadano activo en las sociedades
plurales de este siglo. La equidad, la formación integral de todos, el aprecio por lo social,
son principios pedagógicos que deben aparecer en las agendas políticas para que la
educación no se alinee con la exclusión social.

Los procesos de exclusión son fenómenos dinámicos y multidimensionales. Generalmente,


no es un único factor lo que lleva a una persona a la pobreza y la exclusión, sino la
interconexión entre varios factores. Así, resulta característico el hecho de que cuantos más
factores de exclusión, mayor es el riesgo para la persona que los sufre de estar
efectivamente excluida. De esta manera, en la realidad social nos encontramos con
situaciones complejas en las que están operando varios elementos.

Además es importante mencionar que lo que genera procesos de exclusión social no es


únicamente la suma de factores de exclusión, sino también la interrelación que tiene lugar
entre ellos, ya que unos influyen en los otros agravándolos o dotándolos de particularidades
concretas con lo cual en la práctica, conexiones distintas dan lugar a situaciones diferentes.
Basta con seguir las líneas de relación entre los diferentes elementos de los cuadros que
hemos expuesto y probar las distintas conexiones y superposiciones posibles entre unos y
otros para adivinar la enorme complejidad del asunto que nos ocupa. La dificultad de acceso
a una vivienda, por ejemplo, no tiene lugar de igual manera (con las mismas causas y
manifestaciones) para una mujer paya de origen europeo que para una mujer perteneciente
a una minoría étnica o/y inmigrante extracomunitaria; y la situación variará también si esta
persona tiene hijos/as a su cargo en solitario o no, etc.

Junto a la multidimensionalidad, la exclusión social se caracteriza por su dinamismo. Debido


a las características de la sociedad actual, una misma persona puede experimentar grandes
cambios en su situación a lo largo de su vida. La exclusión no es en ningún caso un atributo
de las personas, sino un estado que puede durar más o menos tiempo, y ser más o menos
grave según el momento.

Factores de exclusión social

El factor más frecuentemente los estudios sobre pobreza y exclusión social es el que hace
referencia a los ingresos. Tener bajos ingresos genera situaciones de pobreza. Además, es
importante contemplar las posibilidades desiguales de acceso a la renta no solo a nivel
general, sino también dentro de la familia. Esto responde a que hemos podido observar
que, aunque los ingresos personales de una mujer sean de una cantidad determinada, el
reparto de esos ingresos dentro de la familia puede realizarse de tal modo que ella sea
finalmente quien menos lo disfrute a nivel personal.

Derechos de ciudadanía, cuando una persona no tiene acceso a ellos implica que,
oficialmente, no existe para esa sociedad. No puede hacer uso de los servicios públicos ni
organizar su vida en un mundo que de entrada le cierra las puertas para participar en
prácticamente cualquier ámbito, e incluso le impide disfrutar de los derechos
fundamentales. La exclusión legal en este caso produce la exclusión social.

En relación a la formación para el empleo, tener un bajo nivel formativo es hoy en día un
directo factor de exclusión en relación al mercado laboral, que cada vez es más
especializado y competitivo. De igual manera, los currículums formativos que no se ajusten
a las necesidades del mercado no servirán para acceder al empleo. Existen trayectorias
formativas que, ya de entrada, solo harán posible la incorporación de las personas a
empleos no cualificados en ciertos guetos ocupacionales. Esta es una realidad para muchas
mujeres que, a pasar de haber dedicado tiempo y esfuerzo a la formación, se encuentran
en situaciones de gran precariedad porque dicha formación solo les abre las puertas a
determinados sectores del mercado (hostelería, cuidado de personas, etc.) y en posiciones
no cualificadas.

Otro factor de exclusión en este ámbito es la intermitencia de las trayectorias laborales de


muchas mujeres. La maternidad y, en general, el rol de género que les asigna la función de
cuidadoras de los otros/as, hace que en diferentes momentos a lo largo de su vida las
mujeres abandonen su carrera profesional para dedicarse a esas otras labores, apenas
compartidas ni apoyadas por otros agentes sociales, lo cual imposibilita conciliar ambos
ámbitos. La consecuencia es la ruptura cada cierto tiempo de trayectorias laborales, que
luego serán más difíciles de retomar.

En relación con la salud, existe una desatención generalizada a la salud específica de las
mujeres, tanto a nivel de la investigación sanitaria que se lleva a cabo como al nivel de la
respuesta directa a las necesidades y problemas planteados por las mujeres en relación a
su estado de salud. Necesidades que requerirían de tratamientos más integrales y
ajustados a las situaciones personales.

La falta de cuidados preventivos (fruto de diferentes variables) hace que muchas mujeres
se vean imposibilitadas de disfrutar de una buena salud, que tratan más en casos de
urgencias que a través de un seguimiento continuado.

4.1. EVALUACIÓN, IMPORTANCIA, CARACTERÍSTICAS, TIPOS

La evaluación de programas y cursos de formación es una de las actividades más


relevantes y significativas en todo proceso de gestión y planificación de la formación. No
obstante hay que advertir, insistiendo sobre su necesidad e importancia, que
desgraciadamente la realidad actual de la formación en el ámbito no formal no se
caracteriza por la presencia de este quehacer.

Consideraciones de la evaluación

Es un proceso sistemático de recogida de información, no improvisado, necesitado de


organizar sus elementos, sistematizar sus fases, temporalizar sus secuencias, proveer los
recursos, construir o seleccionar los instrumentos, etc. En cualquier caso, desde
planteamientos multivariados en cuanto a los instrumentos, técnicas y métodos, así como
agentes.

Implica un juicio de valor, que significa, a su vez, que no basta recoger sistemáticamente
la información, sino que ésta ha de valorarse, explicando su bondad. Téngase en cuenta
que la adjudicación de un valor no significa tomar decisiones, por cuanto los evaluadores
pueden realizar esta tarea y otras personas, ajenos a ellos, pueden tomar las decisiones.
Es decir, que la función principal del evaluador está en la valoración, pero no
necesariamente en la toma de decisiones que puede corresponder a los responsables del
programa o de los objetivos a evaluar, políticos, u otros.

Está orientada hacia la toma de decisiones. El proceso evaluativo ha de tener una utilidad,
en este sentido se apunta entre otros a la toma de decisiones orientada a la mejora de la
práctica. Esto significa además, que la evaluación ha de ser un medio pero no un fin en sí
misma.

Independientemente de los factores diferenciales y especiales de la educación en el ámbito


no formal, no cabe duda que en cualquier acción formativa, considerada como
transformadora del individuo, puede apuntar tanto al campo social, al profesional o al campo
formativo, y por ende, a varios o a todos a la vez.

Un análisis de este tipo, obviamente, posibilita programas de formación diferenciados y en


función de los cuales surgen distintos objetos de evaluación, así como los indicadores
implicados para su evaluación. En consecuencia, es necesario reparar, aunque sea
brevemente, en dichos campos de intervención educativa en aras de una mejor
comprensión del fenómeno evaluativo.

IMPORTANCIA

La evaluación es una disciplina administrativa relativamente nueva, cuya importancia y


utilización han empezado a cobrar fuerza en diversos países.

De esta forma y en reconocimiento a su importancia, la evaluación resulta esencial en el


terreno de las políticas públicas y el manejo efectivo de programas, particularmente en el
contexto de la provisión de servicios de salud, por ser todos ellos, un medio necesario para
avanzar en la atención de las necesidades de salud de la población y constituirse a la vez,
en un mecanismo de redistribución de recursos que buscan compensar las desigualdades
entre los distintos sectores de la sociedad, con criterios de equidad y justicia social.
De lo anterior se desprende que la evaluación es un mecanismo indispensable para una
adecuada gestión de los servicios, en tanto aporta información y conocimientos valiosos
para orientar la toma de decisiones y el uso racional de los recursos destinados a tal fin.
Mediante la aplicación de sus métodos y procedimientos, la evaluación permite valorar y
fortalecer el funcionamiento, desde sus etapas iniciales de formulación y diseño, hasta su
implementación.

En este mismo sentido, contribuye a identificar problemas que afectan el desarrollo en sus
distintos componentes y las causas que determinan su éxito o fracaso y de esa forma,
avanzar hacia un adecuada conducción de los mismos, con la consecuente incorporación
de nuevas intervenciones de innovación y mejora, con el fin de prevenir el riesgo de
enfermar, proteger la vida y fomentar el autocuidado de la salud en la población. Entendida
de esta manera, la evaluación debe ser considerada como un apoyo de importancia
estratégica para la toma de decisiones y rendición de cuentas, más aún cuando se trata de
informar a la ciudadanía, a sus órganos de representación y al conjunto de la sociedad, los
logros alcanzados en este sensible rubro del desarrollo social.

Ciertamente, la evaluación es de gran importancia para las instituciones, al posibilitar la


generación de evidencias objetivas de lo que se está haciendo bien, identificar deficiencias
que deben ser corregidas y tomar decisiones informadas sobre la conducción de cada
programa, sobre todo en situaciones de restricción de recursos, donde la eficiencia y la
transparencia del gasto ejercido es un requerimiento de gran valor para el conjunto de la
sociedad y las propias instituciones de gobierno encargadas de su aplicación.

La experiencia en la evaluación de programas, ha llevado al reconocimiento de que el


simple otorgamiento de servicios a la población no es suficiente para una adecuada
atención de la salud, ya que los resultados finales de la prestación de los mismos se puede
desvirtuar, si no se logra un verdadero cambio en la calidad de vida y la mejora en los
indicadores. De ahí la necesidad de construir una cultura de gestión de programas por
resultados, que se sustente en la aplicación de esquemas de evaluación y seguimiento
sólidos y coherentes, para facilitar y promover la medición real del desempeño y el impacto
de los programas y no solo la cuantificación de las metas alcanzadas. A ello debe la
evaluación y los esquemas de participación abierta, que lleven a la obtención de
información completa, imparcial y con mayor apego a la realidad, para una toma de
decisiones más democrática y de mayor contenido social.
Vista de este modo, la evaluación de programas debe ser concebida más allá de la
tradicional visión técnica y administrativa que la circunscribe a la sola medición de los
alcances de un programa y a la corrección de su diseño y operación, como base para la
asignación de recursos presupuestales, de ahí su valor estratégico para una adecuada
gestión, lo que lleva a reconocerla como un imperativo ético y una responsabilidad social
ante las comunidades.

COMPONENTES

 Implica recortar un problema focal y la indagación en los factores que inciden


decisivamente en el mismo. Este análisis supone la existencia de un diagnóstico
(más o menos participativo) de cuál es la estructura y dinámica de la problemática
en torno a la cual se propone intervenir y que justifica, además, la necesidad de
intervención.
 Supone la adscripción o construcción de una determinada teoría del cambio del
problema focal sobre el cual pretende intervenir.
 Como resultado de la identificación del problema focal, el análisis diagnóstico y la
explicitación (o no) de la teoría del cambio que sostiene al programa, es necesario
que estén planteados un conjunto de objetivos que orienten la acción, expresando
su población objetivo.
 Para alcanzar estos objetivos, el programa diseña un conjunto de actividades a las
que se les asignan recursos, previstos en el presupuesto del programa o bien
aquellos regulares de la institución en la cual el programa va a desarrollarse.
 Los objetivos buscan alcanzar un conjunto de resultados que prefiguran la situación
objetivo que se quiere alcanzar una vez finalizado el programa, así como la cobertura
que espera alcanzar.
Cabe destacar que estos componentes suelen estar presentes de manera explícita en los
documentos de los programas, aunque con niveles desiguales de coherencia interna. Sin
embargo, el equipo de evaluación puede encontrarse en algún caso con un conjunto de
intervenciones denominadas por sus responsables como “programa” pero que no tengan
explicitados la totalidad de estos componentes, o bien, los mismos padezcan de ciertas
inconsistencias internas.

Esta situación enfrenta al equipo evaluador a la tarea de reconstruir (recuperando la visión


de sus promotores a través de entrevistas y documentos) el objeto a evaluar, esto es, el
problema focal, el diagnóstico de partida, sus objetivos implícitos y su población objetivo,
actividades principales y, probablemente, sus recursos. En estas circunstancias, se trata de
una tarea inicial que hará posible posteriormente el diseño del estudio evaluativo.

Etapas y pasos de la evaluación.

Para la evaluación de un programa se requiere de una planeación y organización cuidadosa


de los aspectos que involucra su realización. En términos generales, el proceso de
evaluación de un programa o alguno de sus componentes, se puede dividir en tres grandes
etapas:

1) diagnóstico del entorno del programa y definición de propósitos generales de la


evaluación

2) descripción del programa a evaluar

3) diseño metodológico y trabajo de campo, incluidos los aspectos relativos a la elaboración


de informes y retroalimentación a los usuarios de la información.

La secuencia de actividades específicas de la evaluación de las etapas referidas se muestra


a continuación:

1) Reconocimiento del contexto de operación del programa

2) Determinación de los propósitos de la evaluación

3) Descripción del programa a evaluar

4) Formulación de preguntas de evaluación

5) Diseño de estudio y plan de acción

6) Definición de instrumentos y fuentes de información

7) Organización, ejecución y supervisión del trabajo de campo

8) Elaboración de informes y retroalimentación

Enfoques y alcances de evaluación

Existen diferentes posturas en relación a los enfoques que debe asumir la evaluación de
programas. En general se advierten dos grandes corrientes de evaluación: la enfocada al
estudio de la estructura y proceso que involucra un programa y la enfocada a resultados. A
estas posturas se les identifica también como enfoques de evaluación “globalizadora” o
general y de “producto”, respectivamente. En la primera se presta más atención al contexto,
a los insumos, a los procesos y a los resultados inmediatos, mientras que en la segunda se
toman en cuenta los resultados intermedios y de largo plazo y la congruencia de éstos, con
los objetivos previamente establecidos.

Para otros autores, el enfoque de la evaluación se puede clasificar en dos categorías:


analítica y global. El de naturaleza analítica se caracteriza por abordar en mayor o menor
medida los componentes estructurales de un programa y puede considerar la evaluación
parcial de algunos de sus componentes; utiliza métodos cuantitativos y cualitativos de
estudio e investigación.

El enfoque global apunta a evaluaciones integrales y emplea preferentemente métodos


cualitativos de investigación, si bien en la práctica de la evaluación de programas, con
frecuencia se combinan los enfoques y procedimientos de ambos modelos, lo que responde
a la necesidad de encontrar alternativas que respondan a las necesidades y requerimientos
del programa que se va a evaluar, así como a las características y limitaciones que existen
a su alrededor. Existen variadas formas de integrar ambos abordajes que conducen por
diferentes caminos, producen diferentes resultados y tienen implicaciones variadas.

Los enfoques de la evaluación también se pueden clasificar de acuerdo a una orientación


formativa o sumativa. La visión formativa, es aquella que se realiza regularmente para guiar
y en su caso corregir, el desempeño de un programa. Su objetivo fundamental es contribuir
a la mejora continua. La sumativa busca conocer la medida en que un programa, una vez
finalizado, ha generado en la población los cambios esperados en las variables de resultado
o impacto.

Las evaluaciones de proceso también consideradas formativas, se relacionan con el control,


aseguran la calidad de la práctica y son usadas para evaluar la manera como se han
implementado los procesos. La evaluación con base en resultados o sumativa, se entiende
como un abordaje de tipo comparativo que se enfoca, tanto en los logros, como en los
procesos que se desprenden de la misión, objetivos y actividades del programa.

La evaluación cuantitativa es aquella en la que se recogen y analizan datos numéricos


sobre distintas variables vinculadas con los programas; la cualitativa evita la cuantificación.
Los investigadores cualitativos usan registros narrativos de los fenómenos que son
estudiados mediante técnicas como la observación participante, estudios de caso y
entrevistas no estructuradas, mientras que quienes optan por la evaluación cuantitativa, lo
hacen con una visión positivista, donde el experimento y el tratamiento estadístico de la
información se convierten en sus principales herramientas de estudio.

La diferencia fundamental entre ambas posturas es que la cuantitativa se orienta al estudio


de la asociación o relación entre variables y la cualitativa lo hace en contextos estructurales
y situacionales. La evaluación cualitativa busca identificar la naturaleza misma de la
realidad, su sistema de relaciones y su estructura dinámica; la cuantitativa se enfoca a
determinar la fuerza de asociación o correlación entre variables, la generalización y
objetividad de los resultados a través de una parte representativa de la población, para
hacer inferencia a la totalidad de la misma o a un subconjunto específica de ella.

TIPOS

a. Evaluación de la conceptualización y del diseño de los programas:


 Intenta proporcionar información sobre:
 el problema del que se ocupa o debería ocupar el programa;
 el proceso de formulación y diseño del programa; y
 la racionalidad intrínseca del mismo programa; es decir, hasta qué punto el diseño
sirve a sus objetivos.
 Sin serlo, abreva y dialoga con los resultados de las investigaciones académicas
relativas al problema del que se ocupa el programa y sobre las políticas y programas
orientados a su resolución.
b. Evaluación de la implementación de los programas:
 Busca aportar una valoración sistemática acerca de:
 la cobertura del programa, es decir, hasta qué punto el programa está alcanzando a
la población o el área a los que se dirige
 la forma en que el programa se administra, tanto respecto de la utilización de los
recursos de que dispone como de los servicios efectivamente distribuidos y su
oportunidad
 los factores institucionales que facilitan u obstaculizan los procesos de gestión en
relación al logro de los objetivos.
 Requiere de asumir un abordaje tanto cuantitativo como cualitativo y hace uso de
fuentes primarias y secundarias.
 Apelan a distintas técnicas para recolectar información: encuestas, entrevistas en
profundidad y grupos focales.
C. Evaluación de la eficacia o impacto de los programas:
 Examina en qué medida el programa produce un cambio en la dirección deseada.
 El análisis de impacto supone la existencia de un conjunto de objetivos operacionales
y que éstos son indicativos del éxito o del fracaso del programa. Puede afirmarse que
éste ha funcionado correctamente si consigue algún cambio en la situación descripta
por esos objetivos.
 El principal problema de la evaluación de impacto es separar los efectos del programa
de los denominados “efectos externos” al programa, con la finalidad de determinar
hasta qué punto el programa es responsable de los cambios observados durante y
después de su puesta en práctica.
 Esto se consigue por diferentes diseños:
 Diseños experimentales: Son los más potentes desde el punto de vista
metodológico ya que utilizan grupos experimentales o grupos de control. El poder del
método reside en que se asignan aleatoriamente a los individuos a cada uno de los
grupos (experimental programa y de control sin programa); esta operación asegura
la igualación de ambos grupos en todas las demás variables que podrían estar
influyendo en el resultado final.
 Diseños cuasi-experimentales: La implementación de un verdadero experimento
resulta difícil tanto en la forma como se administran los programas como porque la
asignación aleatoria de personas a grupos experimentales resulta difícil de sostener
en un estado de derecho. Por esta razón se adoptan métodos que conforman un
grupo experimental y otro de control sin requerir distribución aleatoria. A pesar de
esta limitación, mantienen algunas de las ventajas de los experimentos. Las
alternativas a adoptar dependen del momento en que el evaluador toma contacto
con la evaluación.
 Diseños no experimentales: Se utilizan en aquellos casos en que la población no
puede ser comparada con grupos testigo o control para descartar los efectos.

a. Evaluación de la eficiencia de los programas:

 El impacto de un programa deberá también ser evaluado por sus costos ya que podría
suceder que estén produciéndose unos resultados que sean escasos considerando los
costos en que ha incurrido.
 Esto supone incluir el análisis costo-efectividad dentro del ámbito de la evaluación. Sin
embargo, estos análisis requieren estudios de impacto en tanto suponen conocer los
beneficios efectivamente causados por el programa.
 En los programas en educación la dificultad para adoptar este tipo de modelos tiene
que ver con que no todos los outputs o inputs pueden ser valorables en términos
monetarios

2. PRESENTACIÓN FINAL DEL PROGRAMA DE INTERVENCIÓN

La recolección de datos implica administrar cuestionarios, realizar entrevistas, observar


operaciones de programa y examinar o introducir datos de fuentes de información
existentes. El análisis de datos es un proceso sistemático que implica organizar y clasificar
la información recabada, tabularla, resumirla y comparar los resultados con otras
informaciones apropiadas para extraer información útil que responda a las preguntas de la
evaluación y conseguir sus propósitos. Es el proceso de descifrar los hechos de un conjunto
de evidencias codificando y reuniendo sistemáticamente los datos recopilados, asegurando
su exactitud, realizando un análisis estadístico y trasladando los datos a formatos o
unidades de análisis que se puedan usar en relación con cada pregunta de la evaluación.

El análisis de datos busca detectar patrones en las evidencias, bien aislando los hallazgos
importantes (análisis) o combinando fuentes de información para obtener una comprensión
más general (síntesis). Los métodos de evaluación mixtos necesitan análisis separados de
cada uno de los elementos de las evidencias y una síntesis de todas las fuentes para
examinar los patrones de acuerdo, convergencia y complejidad.

a. Plan de análisis

Los análisis de datos y las síntesis deben provenir de un plan de análisis que debería ser
incorporado al diseño de la evaluación y al plan de trabajo detallado en el informe inicial. El
plan de análisis es una herramienta de evaluación esencial que establece cómo será
organizada, clasificada, interrelacionada, comparada y expuesta la información reunida en
relación con las preguntas de la evaluación, incluido lo que se hará para integrar las
múltiples fuentes, especialmente aquellas que proporcionan datos de una forma explicativa,
y cualquier método estadístico que será usado para combinar o presentar los datos
(cálculos, sumas, porcentajes, análisis de costes, etc.). Se deberían describir retos y
limitaciones posibles al análisis de datos. Es mejor escribir el plan de análisis junto con los
métodos y herramientas de recopilación de datos que hacerlo después.

b. Interpretar los hallazgos

La interpretación de los hallazgos es el proceso de dar significado a los hallazgos de la


evaluación derivados del análisis. Se obtiene del resumen y la síntesis de información
derivada de los hechos, declaraciones, opiniones y documentos, y convierte los hallazgos
de los datos en juicios sobre los resultados de desarrollo (conclusiones). En base a esas
conclusiones, se harán recomendaciones para futuras acciones. La interpretación es el
esfuerzo de imaginar lo que significan los hallazgos, dando sentido a las evidencias
reunidas en una evaluación y sus aplicaciones prácticas para la eficacia del desarrollo.

c. Sacar las conclusiones

Una conclusión es un juicio razonado basado en una síntesis de hallazgos empíricos o


declaraciones factuales que corresponden a circunstancias específicas. Las conclusiones
no son hallazgos; son interpretaciones que dan significado a los hallazgos. Se consideran
válidas y creíbles las conclusiones cuando están directamente vinculadas a las evidencias
y pueden ser justificadas en base a métodos de análisis y síntesis apropiados para resumir
los hallazgos. Las conclusiones deberían:

 Considerar formas alternativas de comparar resultados (por ejemplo, con objetivos


del programa, con un grupo de comparación, normas nacionales, desempeños
pasados o necesidades).
 Generar explicaciones alternativas para los hallazgos e indicar por qué se han
descartado esas explicaciones.
 Formar la base para recomendar acciones o decisiones coherentes con las
conclusiones.
 Limitarse a situaciones, periodos de tiempo, personas, contextos y propósitos a los
que se pueden aplicar los hallazgos.

d. Hacer recomendaciones

Las recomendaciones son propuestas de acción basadas en las evidencias y destinadas a


los usuarios de la evaluación. Las recomendaciones deberían estar basadas en las
conclusiones. Sin embargo, formular recomendaciones es un componente distinto de la
evaluación que requiere información más allá de la que se necesita para formular las
conclusiones. Desarrollar recomendaciones implica sopesar alternativas eficaces, políticas,
prioridades de financiación y otras consideraciones dentro de un contexto más amplio.
Requiere un conocimiento a fondo del contexto, especialmente del contexto organizativo
dentro del cual se tomarán las decisiones políticas y de programación, y del contexto
político, social y económico en el que operará la iniciativa.

Las recomendaciones deberían estar formuladas de tal forma que faciliten el desarrollo de
una respuesta de la gerencia. Las recomendaciones deben ser realistas y reflejar una
comprensión de la organización que encarga la evaluación y las limitaciones potenciales
para darle seguimiento. Cada recomendación debería identificar claramente el grupo
destinatario y estipular la acción recomendada y su fundamento.

e. Lecciones aprendidas

Las lecciones aprendidas de una evaluación incluyen el conocimiento nuevo que se ha


obtenido de una circunstancia en particular (la iniciativa, los efectos de contexto e incluso
los métodos de evaluación), que es aplicable y útil en otros contextos similares.
Frecuentemente, las lecciones subrayan las fortalezas o debilidades de la preparación,
diseño y ejecución que afectan el desempeño, los efectos o el impacto.

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