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San Juan Bosco i

José Rafael Roa López.

30 de Mayo del 2019.

Seminario Mayor “San José”.

Santa Marta, Magdalena.

Hagiografía Sacerdotal.

Pbro. Armando Echeona

“La santidad consiste en estar siempre alegres”


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Cuerpo del Trabajo

Nacimiento de San Juan Bosco

Lugar de nacimiento e infancia

Giovanni Melchiorre Occhiena (Juan Melchor Bosco), nació el 16 de agosto del

año 1815, en el barrio Morialdo de Castlenuovo de Asti (I Becchi, Reino de Piamonte-

Cerdeña). Su padre se llamaba Francesco Melchiorre (Francisco Melchor) y su madre

Margarita Occhiena (Margarita Bosco), natural de Capriglio, ambos eran campesinos. Su

padre, a punta de sudores, se ganaba el pan de cada día, para su abuela de 70 años, su

madre, él y sus dos hermanos, Antonio, que era hijo de otro matrimonio, y José el

segundo hijo.

Don Bosco no tenía ni dos años cuando el mismo describe “Dios en su infinita

misericordia nos turbara una grave desgracia”. Un día el padre de vuelta del trabajo

bañado en sudores, entro en la bodega, subterránea y fría de la casa. El enfriamiento

sufrido se manifestó hacia el anochecer con una fiebre alta, precursora de un gran

resfriado. Todos los cuidados resultaron inútiles. En pocos días se puso a las puertas de la

muerte. Confortado con todos los auxilios de la religión, después de recomendar a madre

confianza en Dios, expiraba, a la edad de treinta y cuatro años. Era el 12 de mayo de

1817. Fue un momento muy doloroso para la familia.

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Ya a sus 4 años, Juan Bosco, colaboraba con la familia en los quehaceres del hogar.

Juan heredará de su madre la firmeza serena y la alegría tranquila, además del amor por

Dios.

Él era desde niño muy valiente y astuto; su madre valoraba que no le mienta. Su

familia era una de muy pobres campesinos, donde todos trabajaban. Sin embargo lo que

producían era poco pero suficiente. Su mamá siempre le enseñaba a hacer obras de caridad,

la caridad estaba antes que el ahorro y a rezar. Además “la política del padre nuestro”:

almas que salvar y jóvenes pobres a quienes salvar. Dios les daba las fuerzas para hacer el

bien.

Margarita, como vivían lejos, les enseñaba Catequesis, no esperaba que el sacerdote

vaya a su casa. Fue a una escuela Municipal de Castelnuovo, la cual quedaba a 5 kilómetro

de su casa, y a la cual no le fue fácil entrar. Pudo hacerlo gracias a su tía Mariana quién lo

ayudo en eso. Su hermano Antonio no quería que él fuese a la escuela. A Don Bosco le

gustaba leer (ésta era su pasión) y a jugar.

Sueño de Don Bosco

A los nueve años tiene un sueño muy importante que lo marcará por el resto de su

vida: “ve a un grupo de niños al que les ordena que hagan el bien”, es decir que se veía

rodeado de chiquillos jugando y diciendo blasfemias. Él intervino dando golpes e insultos,

y en aquel momento vio a un hombre y una mujer que le dijeron que debía hacerse grande,

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fuerte y robusto para poder convertir la violencia en quietud. Al despertarse de ese sueño

se pregunta: ¿por qué no empezar ahora?

Toma la primera comunión prometiendo hacer siempre el bien para conservarse bueno.

Adolescencia

Una de sus virtudes era la de la fe en Dios. Una vez le preguntaron por qué leía

tanto y él respondió que porque quería ser cura, le dijeron de dónde iba a sacar tanto dinero

y él respondió: si Dios lo quiere, alguien pensará en ello.

Se pusieron de acuerdo que Juan iba a estudiar con el capellán y que volvería a su

casa sólo para dormir. En don Calosso consiguió lo que había buscado durante mucho

tiempo: confianza paterna, sentido de seguridad y esperanza.

En la escuela conoce a don Nicolás Moglia, un sacerdote se setenta y cinco años

que no tenía paciencia y empezó a usa la vara. Lo desprestigiaba por ser de pueblo.

Don Bosco se sentía muy disgustado y se propone que si iba a ser cura no haría lo mismo.

Tomó una decisión muy importante: viajar a Chieri para ir a la escuela.

La sociedad de la alegría

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El camino hacia Chieri lo hace en compañía de un paisano con quién habla de

muchas cosas. Este paisano le dice que para que quiere estudiar si sabe tantas cosas. Juan

le responde que el ser cura tiene muchas obligaciones y le expresa que quiere entregar su

vida a los jóvenes. Una vez en la escuela avanzaba en su clase con buena predisposición.

En su vida los sueños tienen un peso muy importante.

Él llega a soñar lo que le iban a tomar en los exámenes, las muertes de los reyes,

leía los pecados de los jóvenes, entre otras cosas. El aprendió a tratar con los compañeros,

que lo incentivaban a hacer las cosas mal. Aprovechó el momento para hacerles el bien.

Juntos formaron la “Sociedad de la alegría”. Don Bosco sostenía que la alegría era una

gran satisfacción que nace de las manos de Dios.

Lo indignaban situaciones injustas, como cuando ve que golpean a un muchacho

nuevo en la escuela, quien después se convertiría en su mejor amigo y aprendería de él a

vivir como un buen cristiano, ya que frente a esa situación, Luis Comollo sólo tuvo

palabras dulces frente al agresor, diciéndole -Te perdono, vete y déjame en paz.

A Juan no le será fácil aprender que a “quien te golpea una mejilla, debes ofrecerle

la otra”, pero siempre recordará las palabras de su sueño:” No con golpes, sino con caridad

deberás ganarte a tus amigos”. De ahí en adelante Luis Comollo se convertiría en su

conciencia a lo largo de su vida.

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Ministerio Sacerdotal

Celebró su primera misa en la Iglesia de San Francisco de Asís. Para él fue el día

más hermosos de su vida. Y en ese momento pidió ardientemente la eficacia de la palabra,

para poder hacer el bien a las almas. Al jueves siguiente celebro la misa en su pueblo,

donde todos le querían.

Don Bosco descubre que no solo existe la pobreza del campo, sino también la

miseria de los suburbios de las grandes ciudades. Esto lo deja turbado. Los adolescentes

vagabundeaban por las calles, sin trabajo, tristes, dispuestos a todo lo peor. Los hijos de las

familias desacomodadas, casi siempre sin trabajo, andaban en busca de cualquier oficio,

eran los primeros resultados de inmigrados en los “cinturones rojos” que iban circundando

las ciudades. Eran los lobos, los animales salvajes de sus sueños, aun cuando en sus ojos

había más miedo que ferocidad.

Don Bosco sabe que aquellos jóvenes que vagan por las calles, necesitan una

escuela y un trabajo para abrirse porvenir futuro, necesitan poder ser muchachos, es decir

soltar sus ganas de correr y de saltar por espacios verdes, sin tropezar con las aceras,

necesitan encontrarse con Dios para descubrir y realizar su dignidad.

El Oratorio de Don Bosco

Él quería ser el salvador de esa juventud y buscó el modo de realizarlo. Para ello

quiso formar un oratorio donde los jóvenes encuentren un amigo. Un oratorio que no solo

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funcione los domingos, sino todos los días de la semana, mediante la amistad, la asistencia,

los encuentros en el lugar de trabajo. Donde puedan asistir también los muchachos que

salen de la cárcel en busca de ayuda.

Esto se concreta el 8 de diciembre de 1841, y su primer embajador entre los jóvenes

trabajadores de su barrio fue Bartolomé Garelli, peón de albañil de Asti, quien descubre la

grandeza de Don Bosco, cuando éste le tiende su mano ante una situación difícil que vivía

el muchacho con el sacerdote de la Iglesia.

Todos llegan porque Don Bosco les ayuda a rezar, les da un sermoncito a propósito

para ellos, lleno de vida, dialogado, lleno de ejemplos y noticias curiosas. Después

escuchan misa y más tarde, luego de comerse el panecillo del desayuno, los muchachos se

ponen a jugar.

Por la tarde, cuando acompaña el tiempo, van a pasear al campo, a las orillas del

rio, a santuarios de la Virgen. Al principio Don Bosco se propone recoger solo a los jóvenes

que están en peligro y a los salidos de la cárcel; pero él no será capaz de rechazar a ningún

muchacho que le pida ir con él.

Ellos sienten esa bondad y la ven en hechos concretos y gestos conmovedores. Una

de las frases que muchos le oyen decir es: “Tanto te quiero que, si un día no tuviera más

que un cacho de pan, lo partiría a medias contigo”.

Desde que don Bosco comenzó con el Oratorio, nunca más pudo dejar a sus

muchachos. Sentía que debía ayudarlos, se preocupaba de que se encontrasen con Dios.

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Otro sueño

En 1844 don Bosco tiene otro sueño, que parece ser un apéndice del de los nueve:

Vuelve a ver una multitud de lobos. Quiere huir. Cuando una señora, vestida como una

pastorcilla, le indica que acompañase aquel extraño rebaño, mientras ella se ponía al frente.

Hicieron tres paradas. A cada parada muchos de aquellos animales se convertían en

corderos. Agotado por el cansancio quiso sentarse, pero la pastorcilla le insistió que

siguiera andando.

Se encontró en un patio grande, en cuyo extremo había una iglesia. El número de

corderos aumento enormemente. Llegaron varios pastores para guardarlos. Pero estaban

poco tiempo y se marcharon. Entonces, sucedió algo maravilloso. Los corderos se

convertían en pastores que cuidaban al resto del rebaño. La pastora lo invito a mirar y vio

un campo…”mira de nuevo” – le dijo. Y vio una iglesia alta y grandiosa. En su interior

había una franja blanca en la que estaba escrito: Hic domus mea, inde gloria mea (Esta es

mi casa, de aquí saldrá mi gloria). Don Bosco fue comprendiendo de a poco, según se iban

realizando. Este sueño le sirvió de programa para sus decisiones.

Durante aquellos meses Don Bosco siguió trabajando con humildad. Los

muchachos del oratorio eran ya muchos centenares.

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El primer milagro de Don Bosco

Ocurre el primer milagro, apareciendo hostias en el copón vacío cuando Don Bosco

repartía la eucaristía a los jóvenes que tomaban la comunión.

Otros milagros

Don Bosco produjo otros milagros como ser: un hombre que pedía limosna y tenía

cinco hijos y le dio veinte centésimos junto con la bendición. Su amigo Brosio se encontró

un día con este hombre que le dijo, que con eso había comprado harina para la polenta de

la que él y su familia comieron hasta hartarse y también le dijo que ellos lo llamaban “el

cura del milagro de la polenta”; otro milagro fue el día de difuntos, donde llevó a los

muchachos del oratorio a visitar el cementerio y rezar. Les prometió para la vuelta castañas

cocidas. Pero Margarita hizo cocinar solo unas pocas. Don Bosco tomó la pequeña cesta y

empezó a repartirlas, y alcanzó para todos y los muchachos gritaron: ¡Don Bosco es un

Santo!

Obras de San Juan Bosco

El 2 de febrero de 1851, cuatro muchachos visten la sotana en el oratorio. A Don

Bosco le parece que los primeros corderos se están convirtiendo en pastores. De los cuatro

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dos llegaron al sacerdocio, aunque no se quedaron en el Oratorio. Uno de ellos se quedó

con Don Bosco sin llegar a ser sacerdote.

Don Bosco escribió una serie de libritos ágiles entre ellos: La colección de libros

buenos (1849), La campana (1850) y Las Lecturas Católicas (1853).

Don Bosco no sabía nada de dialogo. Escribía de forma directa.: “Había que salvar a los

jóvenes y la gente para la Iglesia, para Dios, para la vida eterna, por lo tanto había que

luchar”.

Desde la muerte de Margarita no había nadie para hacer la comida ni remendar la

ropa. Por suerte, al tempo encontraron a la señora Juana María quién se convirtió en la

segunda mamá del oratorio. Cuando Don Bosco vió que los salesianos eran demasiado, se

dio cuenta de que era el momento de realizar y fundar la de las hijas de María Auxiliadora.

Organiza también a los cooperadotes que el llamaba salesianos externos, quienes son los

amigos que ayudaban económicamente y que trabajan para la salvación de la juventud.

Don Bosco comienza a viajar y a realizar sus misiones por todo el mundo. La obra

de Don Bosco se ha ido realizando en diferentes países comenzando así las misiones

salesianas.

San Juan Bosco Murió el 31 de enero de 1888 en Turín. Esta noticia llego a todo el

mundo y a sus exequias y velación llegaron personas de todos los continentes.

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Contexto Histórico-Social

El lapso de vida de Don Bosco (1815-1888) coincide con lo que en la Historia de Italia es

conocido como el periodo de unificación italiana o el resurgimiento italiano (1815-1914).

Don Bosco solo fue ciudadano italiano desde que se declaró definitivamente el Reino de

Italia en 1870; anteriormente a esto, Don Bosco era un súbdito del Reino de Piamonte-

Cerdeña.

La mayoría de los estados en los que se dividía la Península Itálica estaban

ligados a dinastías consideradas como «no-italianas», entre ellas los Habsburgo y los

Borbón. El Reino Piamonte-Cerdeña en cambio estaba regido por la Casa de los Saboya,

los únicos que fueron considerados auténticamente «italianos», razón por la cual llegaron

a ostentar el título de “Rey de Italia”. Por otra parte, la Iglesia católica ejercía soberanía

sobre varios estados del centro de la Península conocidos como Estados Pontificios, los

cuales serían integrados al Reino de Italia en 1870, lo que incluyó a Roma, solicitada por

los nacionalistas como la capital de la nueva unidad política. Don Bosco nació en uno de

los estados claves dentro del proceso de unificación italiana, bajo el reinado directo de los

Saboya.

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Beatificación y Canonización

En 1890 se abrió el proceso de beatificación y canonización de Don Bosco. El 2 de junio

de 1929 (39 años después), Don Bosco fue proclamado beato y el 1 de abril de 1934 (44

años después) fue declarado Santo por S.S. Pío XI.

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Don Bosco y la Eucaristía

Don Bosco, en uno de sus sueños, ve una gran barca en medio de un mar

encrespado. Encima de las dos columnas que impiden que la barca naufrague están la

Virgen y la Eucaristía.

La Eucaristía es una fuerza para conducir a los jóvenes a una madurez humana y

cristiana. Don Bosco se da cuenta que no es fácil la edad juvenil, que hay numerosas olas

que la azotan. Una de las ayudas para hacer crecer al joven es la Eucaristía.

La Eucaristía es el sacramento central para toda la comunidad cristiana y también para los

adolescentes y jóvenes. Por eso tanto amo Don Bosco a la Eucaristía, porque signo de

amor inconmensurable y el amor era lo que necesitaban los jóvenes.

Don Bosco y la Virgen María

Para Don Bosco María es la buena Madre, la Madre de Dios, protectora en sus

aflicciones y en el peligro. Ella es la más santa, Madre de Jesús y madre nuestra que nos

llena de favores. Es María Auxilio de los cristianos, llegando a ser madre no perdió la

virginidad. Modelo de vida para los jóvenes, el mejor retrato del buen cristiano, templo

vivo del Espíritu Santo.

Ella es nuestra protectora en todo peligro. Es estrella del mar, maestra de

sabiduría. Nos obtiene favores temporales y espirituales y nos asiste en el momento de la

muerte.

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La Virgen María juega un papel fundamental y es columna en la vida cristiana,

propagar su devoción sostiene en la vida y en la muerte. Don Bosco recomienda ser

devoto de María que ayuda en la lucha contra el pecado, da fuerza para alcanzar la pureza

y ayuda a huir de los malos compañeros. Ser devoto de María es adaptar una vida

virtuosa e iniciar un camino de Santidad.

Don Bosco y la penitencia.

Se sabe, por su autobiografía y los escritos que hay sobre él, que Don Bosco le

tenía también amor a la penitencia, ya que sabía y sentía que eso acercaba a los jóvenes a

Cristo. Desde muy niño veía los pecados de las personas en la frente, nunca le tuvo miedo

a eso, cuando llego a ser sacerdote ese don que Dios le regaló lo puso en practica

Y dedicaba horas y horas de confesión a los jóvenes. No le negaba la confesión a nadie.

Tanto que duraba casi un dia confesando sin descansar.

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Lista de referencias

 Bosco, Juan (1875). Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales.

 Juan Bosco. En Wikipedia. Recuperado el 28 de Mayo del 2019 de

https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Bosco

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