Está en la página 1de 3

4 consejos honestos antes de iniciar un

noviazgo cristiano
“¿Qué consejos puedes darme antes de iniciar un noviazgo cristiano?”.

Esta es una de las preguntas que más recibo de parte de jóvenes.

Aunque la palabra “noviazgo” no aparece en la Biblia, entiendo que por “noviazgo


cristiano” nos referimos a una relación en la que ambas personas buscan honrar a Dios
mientras se conocen un poco más con miras al matrimonio, ya que el evangelio nos
llama a vivir para la gloria de Dios (1 Co. 10:31) y nos enseña que la recompensa y
consumación apropiada del amor entre hombre y mujer es el matrimonio (Ap. 19:6-10).

Entonces, ¿cómo responder a la pregunta? Antes evitaba hacerlo, en particular mientras


estuve dentro del noviazgo con mi esposa, creo que uno no debería hablar mucho de las
cosas en las que uno mismo necesita seguir aprendiendo y madurar. Pero ahora, con
cerca de tres años de casado, siento más libertad para compartir algunos consejos sobre
este tema:

1. Reconoce que un noviazgo no es lo más importante o necesario

Al estar enamorados, o en una relación exitosa, o cuando nos dejamos engañar por lo
que la cultura que nos rodea dice sobre el noviazgo, es fácil sentir que es la cosa más
grande en todo el mundo. O que es lo más importante y necesario para nuestros
corazones. Pero en realidad no lo es. Cristo es lo más importante y necesario.

Cuando compras la mentira de que un buen noviazgo es lo más importante para ti, ya
has cometido idolatría. Vivirás entregando absolutamente todo tu ser a esa relación
(atesorando la relación más que a Dios) desbalanceando el resto de tu vida. Te hará
exigir demasiado de tu pareja, miserable si no estás en una relación, o si esta no luce
siempre digna de fotos en Instagram que acumulen muchos likes. Abordar un noviazgo
de esta manera es una receta para más caos en medio de un mundo caótico por causa del
pecado.

En realidad, la gloria de Dios es lo más importante (Ro. 11:36) y Cristo es lo más


necesario. Ningún ídolo podrá satisfacer el anhelo más profundo de tu corazón. Ningún
noviazgo en la tierra es capaz de morir por ti, reconciliarte con Dios, darte una
esperanza firme para afrontar cualquier circunstancia en tu vida confiando en el Señor, y
mostrarte la gracia que solo Cristo puede mostrarte.

Es eternamente mejor no tener un noviazgo y tener a Cristo, que tener un noviazgo que
luzca bien y no tenerlo a Él.

2. No entres en una relación con un inconverso

En 2 Corintios 6:14-15 encontramos una advertencia muy clara:


“No estén unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la
justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas? ¿O qué armonía tiene
Cristo con Belial (Satanás)? ¿O qué tiene en común un creyente con un incrédulo?”.

Si el noviazgo es una relación con miras al matrimonio (entrar en el compromiso


personal más íntimo que alguien puede tener, terrenalmente hablando), entonces un
noviazgo con un inconverso es algo estúpido y pecaminoso porque se opone a la
voluntad revelada de Dios para tu vida.

Una relación íntima con alguien alejado de Dios te alejará del Señor aunque al
comienzo no lo creas posible. Una y otra vez he visto cómo esto ocurre. Es triste. Es
doloroso. También es necio, en la Biblia nunca conseguimos la idea de “matrimonio o
noviazgo misionero”.

Estar en yugo desigual te robará más gozo del que puedes imaginar. Por amor al Señor y
tu propio corazón, no entres en una relación de este tipo. Si estás enamorado de alguien
que no es creyente o dice ser creyente pero no da fruto de serlo, entonces ora mucho por
esa persona y por tu propio corazón para que Dios lo guarde, pero no tengas el noviazgo
en mente. Pide sabiduría a Dios y confía en que sus planes son mejores que los tuyos.

Si vas a iniciar una relación con alguien, que sea con una persona que evidentemente
ame más a Cristo que a cualquier otra persona o cosa. Alguien con quien realmente
puedas crecer en la fe mientras se ayudan mutuamente a seguir a Jesús.

3. No empieces una relación si no estás listo para casarte pronto

Sé que este consejo probablemente no te gustará, pero te animo a que entender esto: las
tentaciones en un noviazgo pueden llegar a ser muchas si se extiende demasiado.

Además, todo joven creyente necesitas cierta madurez espiritual (dominio propio,
paciencia, tener clara tu identidad en Cristo), tiempo para dedicarle a la relación
(¡requiere bastante!), y seguramente algunos recursos económicos para iniciar un
noviazgo que vaya a resultar edificante y saludable… tu futura pareja también necesita
esas cosas.

La Biblia no dice cuánto tiempo debería durar un noviazgo, pero creo que lo más sabio
es esperar a que estés listo para casarte. Nunca he conocido a alguien sabio que haya
tenido un noviazgo largo antes de casarse y que los recomiende.

4. Ten la mirada puesta en Cristo

Hay muchos más consejos que podríamos mencionar, como “rodéate de personas sabias
y maduras en la fe que puedan aconsejarte” y “ora pidiendo a Dios que te guarde y guíe
tus pasos”. ¡Te animo a hacer esas cosas! Necesitas a Dios, y necesitas a la iglesia. Sin
embargo, termino este artículo animándote a tener puesta la mirada en Jesús. Junto al
primer consejo en esta lista, esto es lo más importante comiences un noviazgo o no.

No solo para tener una relación que agrade a Dios y sea edificante, sino principalmente
para vivir honrando a Dios en respuesta a su evangelio. Necesitamos amor, alegría, paz,
paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad, y mucho control propio. Sin todo eso,
jamás viviremos como necesitamos hacerlo. Colapsaremos con frecuencia. No seremos
pacientes, ni sabremos perdonar o renunciar a nuestros egos. Sucumbiremos fácilmente
a tentaciones. No seremos agradecidos ni amorosos. Todo esto es fruto del Espíritu
Santo que viene a nuestras vidas cuando creemos el evangelio y atesoramos a Cristo en
primer lugar (Gá. 5:22-23).

Siempre necesitaremos el evangelio, la gracia de Dios y el fruto del Espíritu Santo


floreciendo en nuestras vidas para tomar decisiones que lo honren a Él.[1]

Párrafos de los puntos 1 y 4 de este artículo fueron tomados y adaptados de otro


[1]

artículo de mi autoría: 3 verdades sobre el noviazgo cristiano.

También podría gustarte