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¿Cuando se te presenta un alma que dice ser del purgatorio, como sabes
que dice la verdad?
Aunque muchas veces suceden coincidencias muy raras, que nos hacen
pensar en un ser querido fallecido.
En estos casos podemos llegar a tener dudas sobre la validez del fenómeno,
pero podría ser una manifestación sobrenatural si nos deja una sensación de
alivio y paz.
En este artículo tratamos las formas de discernir lo que sucede y cómo actuar.
Las razones por las cuales cualquiera de estos tres tipos se manifiestan a las
personas vivas son diferentes.
Los demonios tratan de atormentar y hacer perder a las almas de los vivos.
Y las almas del purgatorio tratan de buscar oraciones para que se acorte su
tiempo en ese estado purgante.
Ellos saben que se han salvado y que llegarán en un momento al cielo, pero
necesitan salir de ese lugar inhóspito y acelerar su purgación.
Porque esto puede llevar a la confusión de que un demonio se haga pasar por
un alma del purgatorio y así ser infectados.
Los exorcistas validan las apariciones de estos seres que hemos estado
hablando.
Entonces el Padre Vincent tuvo que discernir por qué se estaba manifestando
a su ex esposa en este momento.
Sin embargo también puede haber manifestaciones de seres muertos que aún
no están en ninguno de los tres estados finales como cielo, purgatorio e
infierno.
ATRAPADOS EN LA TIERRA: FANTASMAS Y ALMAS DEL PURGATORIO
Incluso hay un famoso caso que le sucedió al Padre Pío cuando se encontró en
el convento con un joven capuchino novicio que había muerto y necesitaba
oraciones para salir de ahí.
Por eso dice que cuando él se encuentra con alguna persona que le dice que está
teniendo manifestaciones, el trata de discernir si se trata de almas del
purgatorio, demonios, o este tipo de almas errantes.
Las que él dice que aún no han sido juzgadas por Dios.
Y que posiblemente estén en esa situación por emociones fuertes que dominaron
su vida, muertes violentas, fuerte resistencia a la muerte, ignorancia de qué
murieron.
En cambio las almas del purgatorio nos dejan paz, alegría y esperanza.
Queda claro qué tanto las almas del purgatorio como los casos menos
frecuentes de almas errantes, se manifiestan para pedir oraciones.
Una pequeña oración puede significar un cambio en la vida de la persona que
nos la vino a pedir.
Nuestra Señora ha dicho que incluso cuando oramos por esas almas del
purgatorio, ellas nos pueden ver.
Puede haber de varios tipos, como por ejemplo sonidos extraños en la casa,
olores asociados a esa persona.
Pero también hay algún otro tipo de contacto, como ver a la persona con lo que
se llama el ojo de la mente, escucharla mentalmente, que se aparezca en
sueños.
El famoso investigador doctor Raymond Moody informa que el 66% de las viudas
y el 75% de los padres que tenían un hijo muerto han tenido este tipo de
manifestaciones.
Personas que están internadas informan de que han sido visitadas por difuntos
que se paran al pie de la cama.
Y muchas veces esto sucede a pacientes que fallecen al poco tiempo, por es
posible que estas apariciones se produzcan cuando el familiar viene a buscar a la
persona para cruzar al otro lado.
Se sube al estante más para ver qué libro era el que le señalaba su amigo y
resulta que era una novela de Emile Sola llamada El legado de los muertos.
Y para mayor prueba le pidió que le escribiera una nota, lo que la difunta hizo,
y luego fue comparada caligráficamente con la letra de la fallecida y
coincidían.
Y si son almas del purgatorio, nuestra respuesta debería ser ayudarlas con
oraciones, misas y ayunos.
Las sombras que se ven pueden de ser de varios tamaños, y a veces flotan y
quedan como un humo negro que no se disipa.
A veces recorren la habitación, deslizándose por debajo de las puertas y por las
paredes.
Los sonidos pueden ser voces que hablan entre sí y discuten, a veces sin poder
distinguir de lo que hablan.
Cuando se dan pesadillas entre las personas que viven en la casa, suelen ser
persistentes y extrañas para la persona y las tiene.
A veces las personas despiertan con heridas que pueden ser rasguños y
moretones o sangrados.
La primera cosa que se debe hacer en este caso es echar agua bendita en la
casa y orar permanentemente.
Y si esto sigue, consultar con un sacerdote que puede derivarlo a un
exorcista.