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Enamorándose
En esta primera fase de la relación se espera encontrar una idealización del otro,
de su personalidad, su físico y sus valores, acompañada de un intenso anhelo
por compartir la intimidad sexual y emocional. Una idealización que
evolucionará del primer enamoramiento, a un “estar enamorado”, fase que
implica ya una relación de amor estable. Sostiene el autor que esta evolución
conlleva el tomar conciencia de algunos defectos de la pareja, e incorporar a
esa primera imagen idealizada, los aspectos negativos del compañero y de la
relación, integrándolos en una imagen total, más completa del otro. En este
proceso, la riqueza de las experiencias íntimas compartidas se refleja en un
profundo sentimiento de gratitud por el amor recibido y correspondido, lo que
genera un sentido de mayor valor personal y riqueza emocional.
Pacientes con rasgos narcisistas, podrían realizar una evaluación de los pros y
contras de la potencial pareja o bien pasar por enamoramientos fugaces, ya
que la defensa frente a la envidia inconsciente les lleva a devaluar
rápidamente a sus compañeros.
Confianza básica
Kernberg expone el caso de una mujer (M.), cercana a los 40, que inicia el
análisis por síntomas de conversión y depresión neurótica crónica. Los
conflictos permanentes con un marido narcisista y la actuación fuera de
la terapia de la trasferencia negativa la llevan a una relación extramarital.
Aunque primero idealiza a su amante, luego siente que se muestra
indiferente hacia ella, reactivando su resentimiento edípico frente a un
padre seductor y rechazante. Estos sentimientos se revelan en la
transferencia negativa hacia Kernberg y se analizan durante el
tratamiento. Tras finalizar su aventura, la aparición de un tercero que
podría revelar la infidelidad al marido, coloca a la paciente ante la duda
obsesiva de confesar o no y se acrecienta el temor de ella de ser
pisoteada por su pareja. Sin embargo, esta nueva situación permite que
M., a través del trabajo analítico, sea consciente de que las raíces
infantiles de su temor a ser castigada por su comportamiento sexual
“prohibido", proyectado sobre su marido, agravaba su ansiedad sobre la
aventura pasada. A partir de ese momento, puede evaluar de una manera
mas realista la capacidad de la pareja de sobreponerse a esta revelación
y confiar en que su marido realmente la ama. Finalmente la paciente
decide reconocer abiertamente la aventura y comprometerse con su
deseo de resolver sus problemas matrimoniales. Este crecimiento de M.,
desde la actuación inconsciente de sus conflictos matrimoniales y
edípicos, a la decisión de luchar por su relación conyugal desde la
confianza y la honestidad, fue acompañado por periodos de ansiedad
tanto para M., como para los sentimientos contratransferenciales de
Kernberg. La pareja superó esta profunda brecha y tras el proceso de
duelo y la superación de la herida narcisista del marido de M., la relación
se fortaleció.
Humildad y gratitud
Ahora, por primera vez, evaluaba de forma más realista las actitudes de los
hombres hacia ella, en lugar de limitarse a la búsqueda
de confirmación de su grandeza a través de su admiración. Pero
estaba todavía muy lejos de la capacidad de establecer una relación de
amor estable.
Estar dedicado a una relación de amor como proyecto de vida que se infiltra
en las tareas de cada día, es otro aspecto importante que permite
mantener vivo el interés en la personalidad y la experiencia subjetiva
del otro. Expresa además, el establecimiento por parte de ambos, de un
ideal del yo común, que trasciende a los ideales del yo de ambos
partenaires.
Una relación de amor con éxito, requiere una capacidad amplia y flexible para
el ajuste mutuo de intereses y necesidades sexuales. La idealización
del cuerpo del otro no tiene por qué verse afectado por el cambio debido
al envejecimiento o la enfermedad. Compartir las intimidades del propio
cuerpo es el equivalente a compartir las intimidades de la vida
emocional y los problemas. La tolerancia de las manifestaciones del
envejecimiento, de uno mismo y del otro, es una consecuencia de la
dominación del amor sobre la proyección inconsciente de la agresión en
el cuerpo del otro.
Por otro lado, si las agresiones mutuas inevitables no pueden ser resueltas y
no conllevan un mayor fortalecimiento de la relación, aceptar el límite o
el final es necesario. Significa que es razonable y responsable para con
uno mismo esperar reciprocidad amorosa, pero si no es posible, la
negativa del otro debe ser aceptada y elaborada a través del proceso de
duelo con el predominio de mecanismos depresivos sobre los
mecanismos paranoides de interacción. Esta forma de atravesar el trauma
de la separación, puede aumentar la capacidad para una relación más
madura con una nueva pareja.
La posibilidad de vida en común bajo las condiciones del fin del amor, puede
ser un compromiso psicosocial razonable, pero es
profundamente destructivo para el cumplimiento básico de la
aspiración de una relación amorosa gratificante.
El amor y el duelo
Valoración final