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Para Casullo, la Modernidad es una condición de la historia, que comienza a darse de

manera consiente entre la sociedad de Europa en los siglos XVII y XVIII. En esta etapa
es donde se pensara el mundo entre lo antiguo y lo moderno. La modernización,
produce un quiebre, una caída de una vieja representación del mundo regida
básicamente por lo teológico y lo religioso. El mundo de Dios, el mundo según el plan
de Dios que era dogmatizado y bajo el poder de la iglesia, era sentido por los
modernizadores como un plan que sofocaba al hombre y lo condenaba a no saber la
verdad objetiva que por vía científico-técnica podía llegar a conocer.
La explicación religiosa del mundo tenía también, respuestas a preguntas que la
Modernidad no podía resolver. Y es esto, lo que resquebraja de fondo a partir del
pensamiento moderno.
El problema de esta etapa es la diferencia de pensamientos entre la nueva y vieja
representación del mundo; por lo cual necesitarían articularse de la mejor manera sin
renegar ni del saber ni de la fe.

Será el siglo XVIII, esencialmente, en el que Europa llama “el Siglo de las Luces”, el
siglo de los filósofos, pensadores y críticos de las viejas representaciones del mundo;
será el proyecto de las luces, el que va a concluir de sistematizar los grandes
paradigmas modernos; y por lo tanto, donde cada una de las variables (el arte, la
ciencia, la política, la economía) tratan de ser articulados. Autores como Voltaire,
Diderot, Montesquieu, Rousseau, etc. a través de sus obras son de gran influencia en
países del mundo para construir grandes cambios socio-culturales y libertades
revolucionarias.

Otra manera de pensar la modernidad, es la subjetividad. La subjetividad es el lugar


donde el sujeto, donde el individuo realiza infinitos cambios simbólicos con el mundo;
las épocas de la modernidad han tenido infinidad de relaciones del sujeto en términos
temporales y espaciales. Con la evolución, la subjetividad moderna en el siglo XVII,
XIX, y sobre todo principios del XX, comienzan a aparecer las metrópolis de manera
definitoria. La historia moderna deja de pasar ya por lo rural. Una metrópolis que tiene
pasados, presentes y futuros inscriptos en lugares. Tiene museos, McDonals y grandes
fábricas. Se relaciona también con las masas, somos sujetos acostumbrados a las
masas.
La convergencia provocada por la metrópolis lleva a problemáticas: anonimato,
soledad, marginación, pérdida de identidad y la dinerizacion.

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