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Su objetivo no es lograr lo que uno quiere a cualquier coste ni controlar o manipular a los
demás. Lo que pretende es ayudarnos a ser nosotros mismos, a desarrollar nuestra autoestima y a
mejorar la comunicación interpersonal, haciéndola más directa y honesta.
Áreas en la asertividad:
– La expresión de sentimientos positivos, como hacer o recibir elogios y expresar agrado o afecto.
HABILIDAD PARA EMITIR LIBRE INFORMACIÓN HABILIDAD PARA FORMULAR UNA CRÍTICA
HABILIDAD PARA EXPRESAR OPINIONES O CRITERIOS HABILIDAD PARA PEDIR QUE EL OTRO CONFIRME O
DISTINTOS A LOS DE OTRO MIEMBRO DEL GRUPO EXPRESE DESACUERDO
Los pasos para formular asertivamente una crítica son los siguientes:
a. Describir la situación que resulta molesta o incómoda y que se
pretende cambiar con la realización de esa crítica. En este sentido, es
HABILIDAD PARA FORMULAR UNA CRÍTICA importante que se haga referencia a comportamientos observables
(«Cuando tú...») y no a deseos o intenciones supuestos por nosotros
(«Sé que te gustaría...»; «Lo has hecho adrede...»).
b. Expresar los sentimientos personales que la realización de esa
conducta provoca en nosotros («Yo me siento...»).
c. Posteriormente, se sugieren los cambios que se consideran
necesarios de cara a que no nos incomode la conducta
A partir de esta formulación general, podemos encontrar variaciones en función del objetivo de la interacción, según la prioridad sea informar o
cuidar la relación.
a. Si el objetivo es informar al otro del comportamiento objeto de la crítica, usaremos expresiones del tipo «Cuando tú....», y
expresaremos nuestro sentimiento en primera persona (Yo me siento...). Por ejemplo:
«... cuando bromeas sobre mis despistes delante de tus amigos [comportamiento objetivo] tus gracias me hacen sentir estúpido [expresión de
sentimientos]».
b. Si el objetivo prioritario de la crítica es que no se deteriore la relación, empezaremos la crítica expresando algo positivo del
comportamiento de la otra persona (Me gusta mucho que...), a continuación, expresamos entendimiento (Entiendo que a ti...) y finalmente
aceptamos una parte de responsabilidad (Tal vez yo...).
«Me gusta mucho que estés tan motivado por el trabajo. Entiendo que a veces te puedas implicar personalmente con alguna familia, pero creo
que eso es un error y no se puede llamar a casa del paciente para ver cómo evoluciona. Entiendo que al principio te reforzaba el que trataras a
los pacientes de forma personal, pero te vas a resentir mucho si continuas con esta tónica».
Tras la crítica, no debemos olvidar reforzar cualquier comportamiento positivo del otro del que se haya observado, aunque no se haya
conseguido un cambio (Me alegro de que hayamos quedado; Te agradezco de que no te hayas enfadado).
Para realizar este tipo de comunicaciones, resulta muy útil emplear una estructura de «bocadillo», es decir,
formulamos el comentario negativo entre dos comentarios positivos, de modo que a nuestro interlocutor no le
quede mal sabor de boca.
Por ejemplo:
«Se nota que has trabajado el tema, sin embargo, creo que deberías reforzar la práctica, aunque desde luego tus
avances son notables»
«Me resulta agradable trabajar contigo, pero si fueras más ordenado creo que seríamos más eficaces».
«Llevas dos días llegando tarde y me tengo que quedar para poder explicarte cómo llevamos el trabajo.
Eso me molesta mucho, además luego tengo que irme corriendo para poder llegar a tiempo a recoger
a mi hija. Me disgusta ir tan estresada. Te pido que a partir de ahora seas puntual»
Por ejemplo:
«Ya sé que en el hospital en el que trabajabas antes este procedimiento se hacía de manera distinta,
pero aún así debes seguir los protocolos que tenemos establecidos en este centro».
Se utiliza para favorecer la expresión de acuerdo o desacuerdo con cualquier argumento o situación,
o bien con la intención de conocer el posicionamiento de un individuo frente a una determinada situación.
Para ello, debemos plantear una pregunta de manera que en su repuesta nuestro interlocutor tuviera que
decantarse por una de las alternativas.
Ejemplo de preguntas abiertas serían: «¿Cómo lo has hecho?»; «¿Cómo está evolucionando el paciente
X?» «¿Qué quieres decir con eso?»; «¿Cómo te sientes ahora?»; «¿Qué piensas de su actitud?»
b. Las preguntas cerradas se hacen para obtener información específica y tienen una contestación directa o corta,
seleccionada a partir de un número limitado de respuestas.
Ejemplos de preguntas concretas son: «¿Ha comido ya el paciente X?» «¿Trabajas el domingo?»
Para mejorar la comunicación es necesario aumentar el número de las abiertas. Así, en lugar de «¿Ha pasado bien la
noche?» podemos preguntar «¿Cómo ha pasado la noche?» y en lugar de «¿Se estaba medicando en casa?» podemos
preguntar «¿Qué medicación estaba tomando en su casa?». Sin embargo, en ocasiones la necesidad de concretar algo hace
necesarias las preguntas cerradas. Por ejemplo, «¿es diabético?», «¿padece hipertensión?», ¿le has cambiado ya el suero?».
Ejemplo: Luis intenta que Merche le cambie el turno para poder irse de viaje.
Merche no ha previsto ningún viaje para esa fecha, pero había planeado hacer unas gestiones y no quiere cambiar el día:
Luis: Necesito que me cambies el día 7. Ya he reservado el viaje contando con ese día.
Merche: Lo siento, no te puedo cambiar el turno.
Luis: Anda, mira que eres bromista. Necesito que vayas decírselo a la supervisora. ¿Puedes ir ahora?
Merche: Ya te he dicho que no puedo cambiar el día. [Disco rayado]
Luis: Pero Merche, .... Necesito irme de viaje. Ya he quedado....¿Por qué no me cambias? Si me dijiste que no te ibas a
ningún sitio.
Merche: Así es, pero no te cambio el día. Ya tengo mis planes hechos. [Disco rayado]
Luis: Por favooor. ¡Ya no recuerdas todos los favores que te hecho? ¿De esta manera me lo vas a pagar? Creía que éramos
amigos.
Merche: Y lo somos. Pero no te cambio el turno. Lo siento. [Disco rayado]
El uso de esta técnica permite aceptar las opiniones, deseos, sentimientos y objeciones de nuestro
interlocutor, aunque no las compartamos.
Por tanto, el banco de niebla consiste en no devolver ninguna crítica, sino aceptar la posibilidad, como si lanzáramos una
pequeña pelota en medio de la niebla. Así nos enfrentamos a las críticas pero sin negarlas y sin contraatacar con otras
críticas, dando al interlocutor la sensación de que no nos molesta lo que nos dice. Según el tipo de comentario recibido,
podemos:
a. Convenir con la verdad: reconocer cualquier verdad contenida en las declaraciones empleadas.
Pedro: «Cómo puede ser que no me quieras cambiar el turno. Con la de favores que te he hecho yo a ti».
Luis: «Es verdad que me has hecho muchos favores».
b. Convenir con la posibilidad: no se acepta todo el mensaje, pero se acepta que es posible que se dé en una parte.
Pedro: «Creo que eres un egoísta por no querer cambiarme el turno».
Luis: «Puede que a veces me porte egoístamente» (En este caso no se acepta el ser, sino el comportamiento).
c. Convenir en principio: Respuesta: «Lo tendré en cuenta»; «Puede que tengas razón».
Es una alternativa a la aplicación el disco rayado, que se puede utilizar cuando nuestro
interlocutor
se muestra asertivo con nosotros y existe la posibilidad de ceder terreno, sin esto no supone
doblegar el terreno.
Siempre cabe llegar a un acuerdo cuando el compromiso no afecte a nuestros sentimientos
personales
sobre nosotros mismos.
Es conveniente utilizarlo cuando no se tiene ningún control sobre lo que va a ocurrir, cuando
nos enfrentamos a figuras de autoridad o cuando se considera un riesgo para la integridad
física.
«Entiendo lo que dices; esta semana me encargaré yo de revisar la mediación, pero a partir
de
la semana que viene establecemos turnos para que todas rotemos».
También conocida como aserción negativa, esta técnica se utiliza ante críticas de nuestra competencia
personal, hábitos o apariencia física, por motivos reales. Consiste en responder a la crítica admitiendo
parte de su contenido, pero separándola del hecho de ser buena o mala persona.
Se responde de forma serena, sin adoptar actitudes defensivas o ansiosas y sin enfado.
Por ejemplo:
«Sí me olvidé de la cita que teníamos. Por lo general, suelo ser más responsable...»
«Es cierto, no estuve muy acertado al criticar al nuevo compañero. Generalmente no me dejo llevar por la
primera impresión».
«Ya me he dado cuenta, tengo una manera de reírme algo escandalosa, pero yo la encuentro muy
personal».
La pregunta asertiva, o de interrogación negativa, se aplica para hacer frente a las críticas. Consiste en suscitar,
de forma relajada y sin inmutarnos, nuevas críticas en nuestro interlocutor o más información acerca de nuestro
comportamiento. Con su uso podemos aclarar el verdadero motivo de la crítica, o que resulta muy útil para
diferenciar las críticas bienintencionadas de los ataques personales.
Así, basándonos en esta técnica se emiten repuestas del tipo: «Entiendo que no te gustó el modo en
que actué el otro día en la reunión. ¿Qué fue lo que te molestó? ¿Qué es lo que te molesta de mí que hace
que no te guste? ¿Qué hay de mi forma de hablar que te desagrada?».
Una ventaja de esta técnica es que no implica crítica alguna contra nuestro interlocutor, y le invita
a formular nuevas declaraciones críticas y a examinar sus valores de lo que está bien y mal.
Por ejemplo, Elena responde asertivamente a su compañero ante una crítica.
Pedro: Elena, creo que tu trabajo en esta última semana deja algo que desear. Fíjate, lo que acabas de hacer es
una burrada.
Elena: ¿Qué quieres decir con eso de burrada? [Pregunta asertiva].
Pedro: Pues que lo has hecho para acabar lo antes posible, pero no has puesto ninguna atención.
Elena: Y además de eso, ¿tienes alguna otra queja de mi trabajo? [Pregunta asertiva].
Pedro: Pues mira, ahora que lo dices, creo que estás tratando mal a todos los pacientes.
Elena: ¿Qué es lo que no te gusta de mi relación con los pacientes? [Pregunta asertiva]
Podemos considerarla similar al banco de niebla, pero su objeto es diferente. Con ella se
aparenta
ceder terreno sin cederlo realmente. Muéstrese de acuerdo con el argumento de la otra persona,
pero no consienta cambiar de postura.
Por ejemplo: «Es posible que tengas razón, seguramente podría ser más generoso». «Puede
que estés en
lo cierto, quizá no debería mostrarme tan duro con los estudiantes en prácticas...».
Cualquier persona que tome la iniciativa de comunicar se debe enfrentar a la posibilidad de cometer dos
tipos de errores, relacionados con los dos tipos de elementos que ponemos en juego cuando lo hacemos y
que serían, por un lado, los referidos al contenido propiamente dicho de la comunicación y, por otro, a
nuestra habilidad personal para trasmitir dichos contenidos.
De otra parte y de manera complementaria, existen una serie de barreras que también guardan una relación
directa cuando la comunicación se produce en un plano personal, resultando especialmente presentes y de
singular importancia cuando se realiza a nivel profesional.
Este tipo de barreras las podemos agrupar en dos grandes bloques, que serían los siguientes:
a) Relacionadas con el código a utilizar en el proceso de comunicación por parte del profesional de
enfermería.
b) Relacionadas con la habilidad para comunicar del profesional de enfermería.
Errores debidos al profesional de enfermería en el papel de receptor: Al igual que decíamos al hablar de las barreras del
profesional de enfermería cuando hacía el papel de emisor, las barreras relacionadas con el receptor se refieren a aquéllas
que tienen que ver con el profesional que en un momento dado hace el papel de receptor.
Este tipo de barreras las podemos agrupar en dos grandes bloques, que serían los siguientes:
a) Habilidad personal
b) Falta de feedback o retroalimentación en la comunicación.
Errores debidos al entorno sanitario Las barreras debidas al entorno se centran en aquellas causas físicas que pueden influir
negativamente en el proceso de comunicación y las clasificaremos en tres puntos: a) medio ambiente; b) características
físicas del espacio;ENFy301
c)PROCESO
causas debidas
ENFERMERO 1 a la organización de la actividad.
TRABAJEMOS LO APRENDIDO…
• 4 grupos deben desarrollar una situación de conflicto en donde apliquen una habilidad asertiva.
• 4 grupos deben desarrollar una situación de conflicto en donde apliquen una técnica asertiva.
• Cada grupo debe exponer en 10 minutos la situación elaborada con el abordaje asertivo.