Está en la página 1de 6

Pactos como indulgencias:

Las Escrituras afirman que Dios es un Dios de pacto, pero Él es el que hace
pacto con los hombres, el hombre no está en un nivel para hacer pacto con
Dios, el hombre puede hacerle una proposición a Dios y Él es quien decide si
dicha proposición pasa hacer un pacto entre Él y la persona que hizo la
proposición. Los hombres pactan con sus dioses es en el paganismo,
satanismo, politeísmo e idolatría (Jueces 8:33). Según los principios bíblicos,
los hombres pueden proponerle a Dios algo pero es Él el que decide si dicha
proposición pasa hacer un pacto. Esto fue lo que hizo Jacob ante Dios:
propuso en su corazón entregar el diez por ciento de sus bienes, y Dios tomó
dicha proposición y la estableció como pacto entre Él y Jacob. Pero se debe
tomar en cuenta que dicha proposición, denominada “voto”, la hizo Jacob
teniendo como fundamento una palabra que recibió de Dios en sueño, pero
Jacob no se inventó un pacto y con el compro el favor de Dios; el favor de
Dios ya estaba anticipado y Jacob en agradecimiento levanto un altar, adoró
e hizo un compromiso en su proposición en agradecimiento ante Dios.

“E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este


viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere
en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. Y esta piedra que he puesto
por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré
para ti”. (Génesis 28:20.22)

Hacer pactos con Dios, tratando de comprar el favor de Él, es un tipo de


soborno, y a su vez, es negar la eficacia de la gracia que se dio mediante la
justicia que recibiste por fe en el sacrificio de Jesús. Nuestras bendiciones,
desde el punto posesional, están adjudicadas a la capacidad que tengas para
recibirlas. Dios conoce la medida de capacidad que tienes para recibir tu
herencia, tu legado; de modo que si no hay capacidad, por mucho que pactes
ante Él, de Dios no vas a recibir nada aunque seas heredero de las cosas.
Los pactos se han convertido en un tipo de indulgencia que te da el derecho
a recibir de Dios las cosas aunque no haya capacidad para recibir lo que
demandaste en el pacto que hiciste. Tratar de comprar el favor de Dios o lo
relacionado a Él, es aborrecido por Dios hasta el punto que te puede llevar a
vivir lejos del favor de Él. Esto fue lo que quiso hacer Simón el mago: trató de
comprar el don del Espíritu, acto que fue aborrecido por el apóstol Pedro, y
sin lugar a dudas también lo fue por Dios.

“Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había
recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; 15los cuales,
habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo;
16porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que
solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. 17Entonces les
imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo. 18Cuando vio Simón que
por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les
ofreció dinero, 19diciendo: Dadme también a mí este poder, para que
cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo.
20Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado
que el don de Dios se obtiene con dinero. 21No tienes tú parte ni suerte en
este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. 22Arrepiéntete,
pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el
pensamiento de tu corazón; 23porque en hiel de amargura y en prisión de
maldad veo que estás. 24Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad
vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga
sobre mí. (Hechos 8:14.24)

Lo que se recibe de Dios en un acto de gracia no se paga ni antes ni después


de recibirlo, gracia es un don inmerecido que se dio por misericordia, y lo que
se recibe por gracia ni se compra ni se vende. Por querer ser recompensado
por los hombres a causa de un favor recibido por Dios, Giezi -el criado de
Eliseo- cayó en un terreno de desgracia, él quiso ponerle precio a lo que se
recibe por gracia. Este fue un acto aborrecido por el profeta, ya que a èl se le
ofreció un pago por el milagro y él, conociendo la misericordia de Dios que
se manifestó en gracia para con Naamán, descartó dicha posibilidad.

“Y volvió al varón de Dios, él (Naamán) y toda su compañía, y se puso delante


de él (Eliseo), y dijo: He aquí ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra,
sino en Israel. Te ruego que recibas algún presente de tu siervo. 16Mas él
dijo: Vive Jehová, en cuya presencia estoy, que no lo aceptaré. Y le instaba
que aceptara alguna cosa, pero él no quiso…” (2º Reyes 5:15:17)

“…Entonces Giezi, criado de Eliseo el varón de Dios, dijo entre sí: He aquí mi
señor estorbó a este sirio Naamán, no tomando de su mano las cosas que
había traído. Vive Jehová, que correré yo tras él y tomaré de él alguna cosa.
21Y siguió Giezi a Naamán; y cuando vio Naamán que venía corriendo tras él,
se bajó del carro para recibirle, y dijo: ¿Va todo bien? 22Y él dijo: Bien. Mi
señor me envía a decirte: He aquí vinieron a mí en esta hora del monte de
Efraín dos jóvenes de los hijos de los profetas; te ruego que les des un talento
de plata, y dos vestidos nuevos. 23Dijo Naamán: Te ruego que tomes dos
talentos. Y le insistió, y ató dos talentos de plata en dos bolsas, y dos vestidos
nuevos, y lo puso todo a cuestas a dos de sus criados para que lo llevasen
delante de él. 24Y así que llegó a un lugar secreto, él lo tomó de mano de
ellos, y lo guardó en la casa; luego mandó a los hombres que se fuesen. 25Y
él entró, y se puso delante de su señor. Y Eliseo le dijo: ¿De dónde vienes,
Giezi? Y él dijo: Tu siervo no ha ido a ninguna parte. 26El entonces le dijo:
¿No estaba también allí mi corazón, cuando el hombre volvió de su carro a
recibirte? ¿Es tiempo de tomar plata, y de tomar vestidos, olivares, viñas,
ovejas, bueyes, siervos y siervas? 27Por tanto, la lepra de Naamán se te
pegará a ti y a tu descendencia para siempre. Y salió de delante de él leproso,
blanco como la nieve”. (2º Reyes 5:20.27)

Si recibir las bendiciones de Dios en el aspecto posicional fuera cuestión de


pacto, violaríamos el principio que está en la Palabra que dice que lo mucho
que vas a recibir de Dios, se debe a lo fiel que fuiste en lo poco. Por lo
consiguiente, no son los pactos o lo que pactes con Dios, lo que determina
que seas bendecido posicionalmente, es la fidelidad o lo fiel que hayas sido
ante Dios.

Lo otro que hay que tomar en cuenta es que el que pacta pone condiciones
al sujeto con quien se hace el pacto, condiciones que se deben cumplir al
pactante para que el pacto quede ratificado y se pueda recibir así las
promesas del pacto. Si soy yo, como persona, el que pacta con Dios, sería yo
quien tendría que ponerle a Dios las condiciones que Él tendría que cumplir
para que a su vez Él me bendijera. Todo esto es contra producente, porque
el menor no pacta con el mayor, es Dios quien pacta.

Lo otro que hay que tomar en cuenta es lo dicho por el apóstol Pablo cuando
dijo que nunca demos por necesidad, porque Dios bendice al dador alegre. Si
al pactar lo hago con el fin de alcanzar el favor de Dios para que mis
necesidades sean resueltas, se quebrantaría este principio que presentó el
Apóstol.

“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente;


y el que siembra generosamente, generosamente también segará. 7Cada
uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad,
porque Dios ama al dador alegre”. (2ª Corintios 9:6.7)

La justicia y los beneficios de ella se dan por pura gracia y no por obras. Mi
bendición posicional no depende de lo que haga, aunque mi posesión está
adjudicada al motivo correcto del corazón producto de la formación que he
tenido en el conocimiento de la Palabra. Que la bendición llegue no es
cuestión de pactos, sino de la formación de un carácter.
El acto de hacer pactos con Dios se deriva de algunos pasajes que en nuestras
traducciones se transcribieron en una forma incorrecta, y es el caso del Salmo
50:5 y Esdras 10:3. Pasemos analizar.

“Mientras oraba Esdras y hacía confesión, llorando y postrándose delante de


la casa de Dios, se juntó a él una muy grande multitud de Israel, hombres,
mujeres y niños; y lloraba el pueblo amargamente. 2Entonces respondió
Secanías hijo de Jehiel, de los hijos de Elam, y dijo a Esdras: Nosotros hemos
pecado contra nuestro Dios, pues tomamos mujeres extranjeras de los
pueblos de la tierra; mas a pesar de esto, aún hay esperanza para Israel.
3Ahora, pues, hagamos pacto con nuestro Dios, que despediremos a todas
las mujeres y los nacidos de ellas, según el consejo de mi señor y de los que
temen el mandamiento de nuestro Dios; y hágase conforme a la ley…”.
(Esdras 10:1.3)

En el caso que está registrado en Esdras, el texto en su original dice: “Ahora


pues volvamos a los pactos de nuestro Dios” de no tomar mujeres
extranjeras como nos los dijo en su pactos dándonos mandamientos. Este
pacto que violó Israel como pueblo, de lo cual hace mención el libro de
Esdras, está registrado en Deuteronomio 7:1.9. Leamos y analicemos el
pasaje.

“Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás


para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al
gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete
naciones mayores y más poderosas que tú, 2y Jehová tu Dios las haya
entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no
harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia. 3Y no emparentarás
con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo…Conoce,
pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la
misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil
generaciones;…”
En el caso del Salmo 50:5 que dice: “Los que hicieron conmigo pacto con
sacrificio…”

En el caso escrito en este Salmo se le da el mismo sentido, pero en el aspecto


positivo de lo que está escrito en Esdras. Lo que registra el Salmo en su
original es: “Los que cumplieron mis pactos en medio del sacrificio”
2 CRONICAS 29:10

En conclusión a esta enseñanza: El poner a un pueblo a pactar, es la forma


más fácil de desvalijar, despojar, saquear, al pueblo de sus finanzas. Es un
atraco a biblia armada. ///Bendiciones///

También podría gustarte