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Dulce Jesús de mi vida dueño de mi corazón perdónale sus

pecados, tu bien sabes los que son, el oyó su penitencia, le diste


absolución, le diste paz en esta vida y en la muerte salvación, te
prometí pertenecerte tu lo tienes que salvar, así acoge el alma mía,
sálvalo virgen María yo te imploro con fe, mi corazón en ti confía.

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