El ser humano, que es emprendedor por naturaleza, solo
mediante el emprendimiento tiene la oportunidad de autorrealizarse. Si no asume el desafío de emprender se atrofia y degrada, con lo cual renuncia a la plenitud de su condición humana. Emprender es el camino al desarrollo integral. Solo emprendiendo estimula sus talentos, afina sus destrezas, incentiva sus atributos. Emprender no es una simple opción que se la puede asumir ignorar, es una necesidad vital a la vez que la posibilidad cierta de alcanzar su libertad y dignidad, porque al hacerlo, aflora la capacidad y la iniciativa, se desarrolla la inteligencia y se proyecta la imaginación. Emprender es mejorar, elevarse y perfeccionar. En el emprendimiento confluyen lo material y lo espiritual que pone a prueba cuerpo, energía, emoción, mente, intuición y alma.