Está en la página 1de 19

Gracia a Vosotros: Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez

En dónde está el cielo y cómo es


Escritura: Escrituras Seleccionadas
Código: 90-13
John MacArthur

Bueno, hablemos del cielo. Y espero que tenga su Biblia en su mano y un corazón dispuesto
conforme llegamos al segundo mensaje en nuestra serie titulada ‘Viendo hacia el cielo’.

Pablo le dijo a los romanos que debían estarse gozando en la esperanza. Eso es Romanos
12:12. Gozosos en la esperanza. Lo que tenía en mente, claro, era la esperanza del cielo. Y la
esperanza del cielo debe traer gozo a nuestros corazones. El predicador en Eclesiastés, ahí
en el Antiguo Testamento, capítulo 7, versículo 1, tuvo razón cuando dijo ‘el día de la muerte
de uno es mejor que el día del nacimiento de uno’. Pero cuando lo dijo, él lo dijo de una
manera cínica. Él dijo ‘el día de la muerte de uno es mejor que el día del nacimiento de uno’
porque la vida no tenía significado para él. Pero podemos decir que debido a que tenemos la
esperanza del cielo, tenemos la esperanza del gozo. Pablo dijo: “porque para mí el vivir es
Cristo y el morir es ganancia,” e hizo eco de la misma esperanza gozosa y maravillosa. ¿Y
qué es lo que hace que la muerte sea gozosa? ¿Qué es lo que hace de esa esperanza
gozosa? Es la expectativa del cielo. Nosotros que conocemos y amamos al Señor Jesucristo
nos dirigimos a una morada eterna que la Biblia llama el cielo.

Ahora, la semana pasada aprendimos unas cuantas cosas acerca del cielo. Una es que es la
morada de Dios. El cielo es la morada de Dios. Es de manera única el hogar de Dios. Y
aunque Él está en todo lugar al mismo tiempo, el lugar excepcional, único de Su residencia,
Su morada, es el cielo. Todo lo que es preciado para nosotros está en el cielo. Vimos que
nuestro Padre está ahí, nuestro Salvador está ahí ahora, nuestros colegas santos del Antiguo
y Nuevo Testamento están ahí, nuestro nombre está ahí, nuestra herencia está ahí, nuestra
recompensa está ahí, nuestro tesoro está ahí, nuestra ciudadanía está ahí. El cielo es nuestro
hogar. Y vimos que sólo somos extranjeros en esta vida. La Biblia también nos dice que los
ángeles santos están ahí. En Isaías 6usted tiene una descripción de Dios alto y sublime,

1
exaltado en Su trono celestial y rodeado de ángeles santos. Usted lo vuelve a encontrar en
Mateo 22:30 y en Lucas capítulo 15, versículo 10, que los ángeles están en el cielo. Dice de
manera clara que ese es el lugar en donde los ángeles santos moran.

Entonces, el cielo es la morada de Dios. El cielo es la morada de los ángeles santos. Y el cielo
es el lugar en donde los santos moran ahora, quienes ya han partido de este mundo y adonde
todo el resto de nosotros irá algún día. Aunque ahora no estamos en el cielo, vimos la semana
pasada que estamos viviendo en los lugares celestiales, esto es tenemos una probada de la
gloria divina, porque tenemos al Espíritu Santo morando en nosotros y ya podemos ver el
poder celestial de Dios operando en nosotros, a través de nosotros. Conocemos algo del gozo
del cielo, algo del amor del cielo, algo del poder del cielo, algo de la bendición del cielo,
concedido a nosotros en Cristo mediante la presencia del Espíritu Santo, quien nos da amor,
gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; todas esas cosas
florecen de manera plena en la realidad del cielo. El Espíritu Santo es entonces la promesa o
el enganche o la garantía de las bendiciones venideras. Es casi como si ser un cristiano fuera
en cierta manera de disfrutar el aperitivo antes de que el platillo principal venga en el cielo.

Ya disfrutamos de la vida celestial. Somos poseedores de la vida eterna en este momento.


Somos miembros de una nueva familia. Somos poseedores de una nueva humanidad.
Disfrutamos de nuevos afectos. Somos participantes de la naturaleza divina. Somos
extranjeros aquí, realmente pertenecemos a ambiente celestial. Algún día iremos ahí y
viviremos en ese lugar.

Ahora, como dije, muchos ya están ahí esperándonos. Santos del Antiguo Testamento están
ahí y aquellos que han muerto desde la muerte y resurrección de Cristo también están ahí.
Aprenderemos más adelante que sus espíritus ahora están ahí esperando la resurrección de
su cuerpo. Entonces, ahora están en espíritu, esto es la persona real está ahí, pero todavía no
en el cuerpo glorificado que espera el tiempo de la segunda venida de Cristo. No obstante, ahí
están ahora. Los santos del Antiguo Testamento, los santos del Nuevo Testamento, esto es
de cualquiera de los lados de la cruz, aquellos que en fe aceptaron la voluntad y el camino de
Dios para la salvación están ahí en la presencia de Dios en este momento. Y realmente creo
que después de esto, años y años de estudio bíblico, que el momento en el que cualquier

2
 
santo de Dios moría, inmediatamente fueron al cielo, fuera en el Antiguo o el Nuevo
Testamento. Algunas personas, algunos teólogos medievales enseñaron que cuando un santo
del Antiguo Testamento moría, él iba a lo que más tarde fue llamado el limbus partum, el limbo
de los padres. En cierta manera, un lugar en donde usted esperaba hasta que Cristo muriera.
Y después de que Cristo murió y fue al cielo, entonces usted podía ir al cielo.

Pero no creo que realmente el Antiguo Testamento verifique eso. Creo que no hay nada que
indique en el Antiguo Testamento que había un lugar de espera. Yo creo que cuando un santo
del Antiguo Testamento moría, iba a la presencia de Dios. Y cuando un cristiano en el Nuevo
Testamento muere, él va a la presencia de Dios. Por ejemplo, si fuéramos a ver los salmos,
simplemente como un par de ilustraciones. En el Salmo 16 dice en el versículo 11: “Tú me
darás a conocer el camino de la vida.” Ahora, aquí está el salmista con esperanza conforme
enfrenta la muerte. Él dice: “el Señor no dejará que su carne vea corrupción. Él no
abandonará su alma en la tumba o el Seol, pero Tú me darás a conocer el camino de la vida.”
Y después, esta afirmación: “en Tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a Tu diestra para
siempre.” La expectativa del salmista era que al partir de este mundo, iría a la presencia de
Dios, a Su diestra, para encontrar delicias para siempre y plenitud de gozo.

Observe el Salmo 23. En el Salmo 23, ese maravilloso Salmo del pastor, “Jehová es mi
pastor, nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de
reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guía por sendas de justicia por amor de Su
nombre.” Después esto: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno,
porque Tú estás conmigo.” No hay lugar por donde usted camine a lo largo del valle de
sombra de muerte en donde Dios no esté con usted y el cielo es donde Dios está. “Tu vara y
Tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis
angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la
misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos
días.” No en el limbo. No hay un limbo aquí. ¿Y dónde está la casa de Jehová? ¿Dónde mora
Dios? Él mora en el cielo. La esperanza del salmista era estar ausente del cuerpo para estar
presente con el Señor. Exactamente lo que el apóstol Pablo dijo en 2 Corintios capítulo 5.

Entonces, yo creo que cuando un santo del Antiguo Testamento moría, él iba a la presencia

3
 
de Dios. Si usted ve, por ejemplo, en Mateo 17 la transfiguración de Cristo, recordará que en
ese monte donde Cristo se transfiguró, aparecieron Moisés y Elías. Ellos aparecieron.
Mantenga en mente que Cristo todavía no había muerto, todavía no había resucitado de los
muertos y sin embargo, ahí si estaban Moisés y Elías obviamente, obviamente seguros en la
presencia de Dios y traídos a esa escena maravillosa. Tome, por ejemplo, Lucas 16, en donde
usted tiene a Lázaro, el mendigo, quien murió, dice. Y cuando él murió fue visto en el seno de
Abraham. Y tanto él como Abraham son vistos en un lugar juntos, un lugar de bendición, yo
creo un lugar en la presencia de Dios.

Ahora, si usted entiende lo que significa el seno de Abraham, o podría ayudar el pecho de
Abraham. Y el retrato es una descripción de un banquete oriental en donde ellos se
inclinaban. Así es como lo hacían. Ellos tenían sillones y un banquete era un evento
prolongado en donde usted se reclinaba y comía; y había fiesta y celebración y música y
conversación. Y un banquete podía seguir por mucho tiempo. Y de hecho, una boda podía
llevarse a cabo durante siete días de comer, y comer y comer. Y los invitados se quedaban en
el lugar. Y entonces, reclinarse en la mesa era algo muy común. La configuración de la
reclinación hacia que la cabeza de una persona estuviera contra el pecho de otro. Por
ejemplo, digamos que Abraham está reclinándose de esta manera y Lázaro está de
reclinándose de esta manera, Lázaro estaría hablándole a Abraham prácticamente desde el
nivel de su pecho. Ese es el retrato. Esa es la idea.

Si usted estuviera sentado al otro lado de la mesa, a usted le parecería casi como si Lázaro
tuviera su cabeza sobre el pecho de Abraham. En gran parte muy parecido a lo que le pasó
con el apóstol Juan, quien estaba colocando su cabeza sobre el pecho de Cristo en la última
cena. Teniendo esa posición reclinada, tenía conversaciones de esa manera. Y ciertamente
usted no quería tener una conversación con los pies de alguien. Y entonces, usted se
posicionaba a sí mismo en donde dos cabezas estaban juntas y de esta manera entonces,
dos cabezas estaban juntas por aquí. Y entonces, estar en el pecho de Abraham, en el seno
de Abraham, significaba está reclinándose en una mesa de banquete en una celebración de
gozo. Y el retrato es en la presencia de Dios, la casa de Dios, la mesa de celebración, esa es
la idea.

4
 
Y además, el hombre más honrado en la historia de los judíos fue ¿quién? Abraham. Y si
usted estaba reclinándose cerca del pecho de Abraham, usted estaba sentado junto al
invitado de honor. Y aquí estaba un mendigo que pasó su vida entera absolutamente con
nada, teniendo intimidad personal con la persona más grande que jamás vivió hasta ese
entonces a excepción de Juan el Bautista. Pero en la historia judía, el mayor. Y aquí está un
mendigo reclinado junto al invitado de honor. El retrato entonces es un retrato de un banquete,
un retrato de una celebración, un retrato, por así decirlo, de la casa de Dios. Y el festín que Él
presenta, que Él otorga a aquellos que han venido a Su presencia. Lázaro pudo haber tenido
una vida terrenal terrible y tuvo que mendigar para existir, pero aquí estaba en el lugar de
honor más elevado con el padre más grande de Israel, este es Abraham. Y entonces, usted
tiene ese lugar llamado el seno de Abraham.

Usted también tiene otro término utilizado para hablar del cielo en el Antiguo Testamento o en
el tiempo de antes de la resurrección. Acompáñeme por tan sólo un momento a Lucas 23 y
continuaremos a partir de este punto en particular, pero quiero establecer esto en su mente.
Lucas 23, usted se acuerda del ladrón en la cruz. Este es el relato de eso. Y él le dice a Jesús
en el versículo 42: “acuérdate de mí cuando vengas en Tu Reino.” Y Él le dijo, ahora
mantenga esto en su mente, regresaremos a esto, “de cierto os digo que hoy estarás conmigo
en ¿dónde? El paraíso. ¿Dónde está eso? Alguien dirá ‘bueno, ese es el mismo limbo’. No,
¿en dónde está el paraíso? Bueno, estarás conmigo ahí hoy, no es un lugar post resurrección
entonces, porque Jesús no sale de la tumba durante un par de días más. Este es el paraíso.

Ahora, ¿qué es el paraíso? Bueno, para entenderlo lo único que tiene que hacer es ver si
puede encontrar la palabra paraíso en otro lugar de las Escrituras. Y podemos encontrarla en
2 Corintios 12. Esto es mucho después de la resurrección, mucho tiempo después de la
crucifixión. Y Pablo dice, versículo 2: “conozco a hombre,” hablando de sí mismo en Cristo,
“que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo
sabe)…” En otras palabras, él tuvo una experiencia que él realmente no entiende. Dios sabe.
“…fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del
cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso.” Entonces, lo que el paraíso
sea, fue antes de la resurrección y todavía existe después de la resurrección y la única
conclusión a la que usted puede llegar es el paraíso es el cielo. El seno de Abraham es el

5
 
cielo, el paraíso es el cielo. Sea cual sea el lugar al que va a Santo cuando muere, es la
presencia de Dios, es el tiempo de celebración, es el tiempo del festín, es la casa del Padre y
Él prepara el banquete y usted está ahí para todo el gozo que Dios puede proveer de manera
posible para Sus santos. Sea que usted esté antes o después de la resurrección, yo creo que
estar ausente del cuerpo es estar presente con el Señor. No creo que los santos del Antiguo
Testamento estén en un lugar de espera, creo que fueron a la presencia de Dios. “Y moraré
en la casa de Jehová por largos días,” así lo dice el salmista.

Entonces, el cielo es el lugar en donde Dios vive y sólo es conocido y experimentado por Sus
ángeles que le adoran. Y el cielo es el lugar en donde los santos que han muerto viven en sus
espíritus y sus cuerpos serán resucitados para unirse a sus espíritus. Y aprenderemos más de
eso más adelante. Y hasta que llegamos ahí, vivimos en los lugares celestiales, lo cual
significa que disfrutamos de la vida eterna y de toda bendición del fruto del Espíritu aquí y
ahora, lo cual es una probada de la gloria divina. Y esperamos el día en el que seremos como
Cristo, cuando lo veremos tal como Él es, cuando veamos a Cristo, quien trajo la vida y la
inmortalidad a la luz en un nuevo tipo de humanidad de resurrección. Y esperaremos para ver
eso y seremos como Él cuando eso se lleve a cabo.

Entonces, el cielo es un lugar en donde Dios mora, los ángeles moran y donde los redimidos
que han muerto, moran. Eso responde a la pregunta qué es el cielo. Aquí está nuestra
segunda pregunta. ¿En donde está el cielo? ¿Están listos para esto? ¿Dónde está el cielo?

Ahora, quiero que sepa que el cielo es un lugar. Es un lugar como Los Ángeles, que es un
lugar. No es un lugar en términos de lo que Los Ángeles es, es un lugar como Los Ángeles en
términos del hecho de que Los Ángeles está en algún lugar. Y así también el cielo. Es un
lugar como China o Sudamérica o los Alpes. Es un lugar. Pero no pida un mapa porque no
hay mapas. Usted no puede rastrear su longitud ni puede usted ubicar su latitud, no puede ser
ubicado en términos de geografía y no puede ser ubicado en términos de espacio. Sin
embargo, es un lugar. Es un lugar en donde las personas que tienen cuerpos glorificados,
como el cuerpo de resurrección de Cristo, de hecho la gente se va a mover y vivir y funcionar.
Jesús, cuando salió de la tumba, podía comer y caminar y hablar y podía beber, como lo hizo
en la mesa con Sus discípulos. Y Él podía ser tocado y sentido y reconocido cuando le dio a la

6
 
gente la revelación que lo hizo reconocible en Su forma glorificada. Entonces, el cielo es un
lugar para personas glorificadas que es real, no etéreo, sino real. Es un lugar.

Usted preguntará entonces dónde está. Está arriba. El cielo está arriba. Pablo dice que él fue
arrebatado al tercer cielo, 2 Corintios 12:2. Jesús recordó que cuando Él vino a la tierra cosas
Él descendió y cuando Él partió para regresar al cielo, Él ascendió, Efesios 4:8 al 10. Está
arriba. Él descendió y regresó arriba. Ahora, los ángeles les dijeron a los primeros discípulos
en Hechos 1:11 que el mismo Jesús quien es quitado de vosotros, también regresará como lo
han visto irse. Cuando el Señor regrese, 1 Tesalonicenses 4:16, dice que Él descenderá del
cielo y nosotros seremos arrebatados de la tierra al cielo. Primera de Tesalonicenses 4:17
dice que seremos arrebatados. Cuando Dios contempla a Sus criaturas, Salmo 53:2 dice que
Él mira hacia abajo. Y cuando el hombre contempla a Dios, de acuerdo con el Salmo 121:1, él
mira hacia arriba. Cuando Juan recibió una visión del cielo en Apocalipsis 4, la palabra vino a
él diciéndole “ven aquí arriba y te mostraré el cielo.” La nueva Jerusalén, la cual es la morada
eterna de los santos, es vista descendiendo del cielo. Entonces, de manera clara, y otras
Escrituras, nos dicen que está arriba. Está arriba. Usted dice ‘bueno, esa es una designación
bastante general’. Tiene razón, muy general. Está arriba. Usted preguntará arriba dónde.
Bueno, arriba en el tercer cielo, más allá del espacio infinito está el tercer cielo. Está más allá
de todos ellos.

Usted preguntará cuán lejos es eso. Me da gusto que usted preguntara. El Pionero 1, en el
otoño del año 1958, ascendió a 70,000 millas en el espacio y no llegó allí. El Pionero 1 no está
en el cielo. Afortunadamente, tampoco la Luna soviética 1, que ascendió en el año 1959 y dio
una órbita al sol y envió de regreso observaciones desde 373,000 millas ahí arriba y tampoco
está en el cielo. La nave Pionero 4 de Estados Unidos, ascendió 407,000 millas y hemos
estado enviándolas aún más y más y más lejos; y hasta el día de hoy, ninguna de ellas está
en el cielo. El cielo no tiene pequeñas cosas de metal flotando alrededor de él. Ninguno de
ellos está ahí. Entonces usted preguntará qué tan lejos tiene que ir para llegar allí.

Bueno, pensemos en esto. Una pequeña lección de ciencia. La luna está 211,463 millas de
distancia. Bueno, en teoría usted podría caminar en 27 años, si usted caminara 24 millas al
día, no está tan lejos. Pero cuando usted llegara a la luna, cuando usted llega a la luna, usted

7
 
no estaría en el cielo. Un rayo de luz llega a la luna en 1.5 segundos porque va a 186,000
millas por segundo. Ahora, simplemente moviéndonos a esa velocidad, quizás podríamos
llegar al cielo. Si pudiéramos ir tan rápido, a esa velocidad, estaríamos en Mercurio en 4.5
minutos. Estamos a tan sólo 50 millones de millas. Si fuéramos a la velocidad de la luz a
186,000 millas por segundo, estaríamos en Marte en 4 minutos y 21 segundos. Sólo está 34
millones de millas. Estaríamos en Júpiter, eso tomaría un poco más, en 35 minutos y 11
segundos, porque está 367 millones de millas.

Ahora, si vamos a la velocidad de la luz, llegaríamos a Saturno en 1 hora y 10 segundos. Está


790 millones de millas. Urano, eso es de la palabra griega ouranos, la cual significa cielo, está
a 1.5 billones de millas. Eso tomaría un poco más. Neptuno está a unos 3 billones de millas. Y
Plutón a billones más. Y podríamos simplemente ir como vamos y continuaríamos. Y cuando
pasáramos por Plutón y estuviéramos ahí afuera, todavía no llegaríamos al cielo. No hemos
llegado ahí todavía.

Ahora, permítame presentárselo desde otra perspectiva. Nuestra Tierra es una de nueve
planetas que giran alrededor del Sol. Nuestra Tierra tiene un diámetro de 8000 millas. Se
estima que su masa es de 6 septillones, 600 sextillones de toneladas. Entonces, estamos en
esta cosa enorme y pesada que ésta girando alrededor de 211,000 millas de distancia a la
Luna y a unas 93 millones de millas del Sol. El Sol, por cierto, tiene un diámetro de 866,500
millas y una masa de 330,000 veces más grande que la Tierra. El Sol y las estrellas que están
ahí, están a distancias tan enormes y simplemente son una estrella. El Sol es simplemente
una estrella en una galaxia de unas 100 billones de otras estrellas. Todas en la misma
galaxia. Y todavía estamos en nuestra pequeña parte del universo, de nuevo, las distancias se
vuelven tan grandes que no pueden ser medidas en términos de millas. Tienen que ser
medidas en años luz, lo cual son 186,000 millas por segundo. Por si eso no le queda muy
claro, 11,160,000 millas por minuto. El Sol está a ocho minutos luz de distancia.

Usted comienza a expandir su mente en medio de estos números y comienza a salirse de la


galaxia y usted simplemente no se puede contener a sí mismo. Por ejemplo, nuestro sistema
solar tiene un diámetro de 660 minutos luz. Pero la galaxia de la cual es una pequeña parte
tiene un diámetro de 100,000 a.l. Y eso es simplemente nuestra galaxia. Y entiende esto, hay

8
 
millones de galaxias. Usted dice ‘estoy comenzando a sentirme como que el cielo está muy,
muy lejos’. Es correcto. Es correcto. Billones de galaxias.

Ahora escuche esto, Jesús le dijo al ladrón en la cruz, ¿está listo para escuchar esto? ‘Hoy
estarás conmigo en el paraíso.’ Ahora eso es ir rápido. ¿Entiende eso? Eso es moverse con
velocidad.

Usted preguntará cómo puede ser eso. No lo sé. Pablo fue arrebatado y no sabía lo que
estaba sucediendo. Él dice que no sabía si estaba en su cuerpo, fuera de su cuerpo, ni nada.
Él tan sólo sabe que fue arrebatado al tercer cielo y regresó en el mismo día. ¿Cómo fue eso?
Yo no lo sé, pero seguro que es algo divertido. La Biblia dice que es algo tan rápido que usted
será cambiado en el abrir y cerrar de un ojo. Eso no significa abrir y cerrar el ojo. Eso significa
el tiempo que se necesita para que la luz se refleje de su pupila. Tan rápido, estaremos
moviéndonos tan rápido que es inconcebible. El cielo está arriba y el cielo está lejos, pero el
cielo está cerca.

Usted pregunta cómo entendemos eso. No lo entendemos, es simplemente entretenido


pensar en eso. El cielo es grande. ¿Sabe usted qué tan grande es? ¿Está listo para escuchar
esto? Tan grande como Dios. Usted pregunta cuán grande es Dios. Él es infinito. Como puede
ver, en donde sea que nuestro universo termine, el universo como lo conocemos, el tiempo y
espacio del universo, donde sea que termine, está rodeado por el cielo eterno infinito.
Entonces, el cielo no está allí arriba. El cielo es la infinidad de la presencia de Dios que rodea
el universo casi interminable. Es increíble. Rodea nuestro universo y es tan grande como
nuestro Dios.

Ahora escuche, el cielo está arriba. Está arriba más allá de cualquier cosa que conocemos en
el universo material. Es tan grande como Dios. Es aquello que rodea dentro de él al universo
material como lo conocemos, el cual es de billones y billones y billones de años luz en sus
extensiones. Y es aquello que es el cielo de Dios lo cual incluye este universo en medio de él.
Ahora, usted no puede continuar pensando en esto porque cuando usted va más allá del
universo que ha sido creado, el universo del tiempo y espacio como lo conocemos, es infinito.
Esto significa que es tan infinito como Dios es infinito y así de infinito es el cielo. Y no

9
 
podemos entender eso, porque estamos cautivos por la mentalidad de tiempo-espacio. No
podemos concebir el cielo interminable, eterno. Pero eso es lo que la Biblia enseña.

Ahora, en el medio, en algún punto de esto, oh, no sabemos cómo esto va a operar. Mi propia
perspectiva personal es que el los nuevos cielos y la nueva tierra, al final, el cielo que está
más allá de aquello en lo que vivimos, va a absorber lo que vivimos y lo transformará todo en
el cielo y ya no habrá nada más que cielo. ¿Muy bien? El universo material como lo
conocemos será borrado. Usted se acuerda leyendo el la Biblia cómo las estrellas van a caer,
cómo la Luna se va a convertir en sangre, cómo los cielos se van a enrollar como un
pergamino y lo que sucederá es que Dios al final va a hacer que el cielo sea todo. Ese es el
motivo por el cual son llamados los nuevos cielos y la nueva tierra. Porque habrá una tierra
rejuvenecida que será la joya de cristal en medio de este cielo vasto infinito. Y Dios va a
recrearlo, todo esto.

Usted pregunta por qué la Tierra será el punto focal. Porque la Tierra es el teatro de la
redención. La Tierra fue tocada por el Dios encarnado y fue aquí que en donde Él derramó Su
sangre y redimió a Su pueblo eterno.

Y entonces, en un sentido, el punto focal en muchas maneras, será la Tierra. Y yo creo que un
pequeño rincón de la nueva Jerusalén podrá tocar la tierra. Pero la ciudad primordial en el
cielo es llamada la nueva Jerusalén. ¿Muy bien? Es la ciudad principal del cielo. Es algo
masivo que en cierta manera es como un planeta auto contenido, la nueva Jerusalén. En
Apocalipsis 21, describe a la nueva Jerusalén como descendiendo del cielo. Ahora, lo que eso
me dices que si desciende del cielo para encontrar un lugar en los nuevos cielos y en la nueva
tierra, debió haber estado ahí arriba antes. No sabemos cuándo es que Dios la creó. No
sabemos cuándo es que el nuevo cielo y la nueva tierra fueron construidos. Bien pudo haber
sido que los construyó hace mucho tiempo atrás. Pero no lo sabemos. Pero está esta ciudad
maravillosa y por cierto, no hay indicación en las Escrituras que sea la única ciudad.
Simplemente, es la ciudad especial. La ciudad primordial. La ciudad capital. Y es un lugar que
se puede medir. Es un lugar que se puede medir.

Ahora, eso nos lleva a la tercera pregunta. La primera pregunta qué es el cielo. La segunda

10
 
pregunta dónde es el cielo. La tercer pregunta, cómo es el cielo. En un tiempo breve, quiero
presentarles a ustedes esto. ¿Cómo es el cielo? Y después, veremos a la nueva Jerusalén en
detalle, probablemente la próxima vez.

¿Cómo es el cielo? Muy bien, la primera buena perspectiva del cielo viene en el primer
capítulo de una profecía del Antiguo Testamento escrita por un hombre llamado Ezequiel.
Abra su Biblia a Ezequiel capítulo 1. Nunca conocí a nadie en su mente coherente que hiciera
una exposición de Ezequiel 1. Este capítulo desafía la exposición. Usted puede hacer un salto
grande y brincar y esperar que le pegue algo que remotamente se relaciona con la verdad,
pero es un capítulo muy, muy complejo. Ahora, quiero que lo vea. Esta es la visión de
Ezequiel del cielo. ¿Está listo para esto? De alguna manera, Dios en Su relación maravillosa,
transportó a Ezequiel a una visión del cielo. De nuevo, recuerde esto, está muy lejos, pero
está muy cerca. Usted no podría llegar allí en billones y billones y billones y billones de años
luz, pero usted podría estar ahí hoy, si Dios lo llevara ahí. Increíble.

Ahora, Ezequiel tiene una visión. Quiero que vea esto. Simplemente siga, ¿muy bien?
Versículo 4: “Y miré, y he aquí venía del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, con
un fuego envolvente, y alrededor de él un resplandor, y en medio del fuego algo que parecía
como bronce refulgente, y en medio de ella la figura de cuatro seres vivientes. Y esta era su
apariencia: había en ellos semejanza de hombre. Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas. Y
los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como planta de pie de becerro; y
centelleaban a manera de bronce muy bruñido.” ¿Entendieron la descripción? No pensé que
así fuera.

Versículo 8: “Debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos de hombre; y sus caras y
sus alas por los cuatro lados. Con las alas se juntaban el uno al otro. No se volvían cuando
andaban, sino que cada uno caminaba derecho hacia adelante. Y el aspecto de sus caras era
cara de hombre, y cara de león al lado derecho de los cuatro, y cara de buey a la izquierda en
los cuatro; asimismo había en los cuatro cara de águila.” ¿Lo entendió?

“Así eran sus caras. Y tenían sus alas extendidas por encima, cada uno dos, las cuales se
juntaban; y las otras dos cubrían sus cuerpos. Y cada uno caminaba derecho hacia adelante;

11
 
hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; y cuando andaban, no se volvían.
Cuanto a la semejanza de los seres vivientes, su aspecto era como de carbones de fuego
encendidos, como visión de hachones encendidos que andaba entre los seres vivientes; y el
fuego resplandecía, y del fuego salían relámpagos.” Ahora, no hay manera en la que usted
pueda entender todo lo que eso significa. He leído comentarios y la gente dice ‘bueno, esto es
esto y esto’ y es simple conjetura. Lo que él está viendo es una serie refulgente de
relámpagos y cosas que dan vueltas y es simplemente una escena increíble que está tratando
de hacer su mejor esfuerzo por describir.

Versículo 15: “Mientras yo miraba los seres vivientes, he aquí una rueda sobre la tierra junto a
los seres vivientes, a los cuatro lados. El aspecto de las ruedas y su obra era semejante al
color del crisólito. Y las cuatro tenían una misma semejanza; su apariencia y su obra eran
como rueda en medio de rueda. Cuando andaban, se movían hacia sus cuatro costados; no
se volvían cuando andaban. Y sus aros eran altos y espantosos, y llenos de ojos alrededor en
las cuatro. Y cuando los seres vivientes andaban, las ruedas andaban junto a ellos; y cuando
los seres vivientes se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban.” ¿Ahora comienza
entenderlo? Difícilmente.

“Hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; hacia donde les movía el
espíritu que anduviesen, las ruedas también se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los
seres vivientes estaba en las ruedas. Cuando ellos andaban, andaban ellas, y cuando ellos se
paraban, se paraban ellas; asimismo cuando se levantaban de la tierra, las ruedas se
levantaban tras ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas. Y sobre
las cabezas de los seres vivientes aparecía una expansión a manera de cristal maravilloso,
extendido encima sobre sus cabezas. Y debajo de la expansión las alas de ellos estaban
derechas, extendiéndose la una hacia la otra; y cada uno tenía dos alas que cubrían su
cuerpo. Y oí el sonido de sus alas cuando andaban, como sonido de muchas aguas, como la
voz del Omnipotente, como ruido de muchedumbre, como el ruido de un ejército. Cuando se
paraban, bajaban sus alas. Y cuando se paraban y bajaban sus alas, se oía una voz de arriba
de la expansión que había sobre sus cabezas. Y sobre la expansión que había sobre sus
cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro…” Esa es una cierta
clase de piedra. “…y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre

12
 
sentado sobre él. Y vi apariencia como de bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro
de ella en derredor, desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo,
vi que parecía como fuego, y que tenía resplandor alrededor. Como parece el arco iris que
está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fue la
visión de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando yo la vi, me postré sobre mi rostro, y
oí la voz de uno que hablaba.” Buen intento, Ezequiel.

¿Qué es esto? Esta es su descripción del trono de Dios en el cielo. Usted preguntará qué
significa. Yo no sé y tampoco lo sabía él. Pero él hizo su mejor esfuerzo bajo la inspiración del
Espíritu Santo para darnos algo de entendimiento del retrato confuso pero fantástico de la luz
refulgente que reflejaba de diferentes colores y con estos colores del arco iris, con estos seres
vivientes que eran los seres angelicales, con este brillo refulgente de colores. No puede ir más
allá de eso. Algunos dirían que el león se refiere a majestad y poder, y el hombre a
inteligencia y voluntad y el buey a servicio paciente y el águila a juicio pronto, discernimiento y
todo eso. Quizás hay algo de lugar para encontrar algo de realidad de símbolos, pero lo que
usted realmente está viendo es la soberanía de Dios, Su majestad, Su gloria, la belleza
maravillosa de Su cielo, el orden, la simetría, la perfección de ello, todo retratado en estas
ruedas que se movían de manera perfecta en orden, casi en concierto una con otra, los
relámpagos, las joyas que reflejan la luz, todo retratando la gloria de Dios. Ése es el retrato
del cielo. Va más allá de nuestra capacidad para entenderlo. Es inconcebible para nosotros, la
majestad, la maravilla, la simetría, el orden del cielo.

Ahora, nos acercamos un poco más a los detalles cuando llegamos al último libro del Nuevo
Testamento. Y por esta noche, me gustaría que pasara a Apocalipsis. Ahora, conforme
llegamos al cielo en el libro de Apocalipsis, lo primero que conocemos lo vemos en el capítulo
4. Versículo 1: “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera
voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y Yo te mostraré las cosas
que sucederán después de estas. Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono
establecido en el cielo…” Ahora, yo creo que él retoma lo que Ezequiel dijo. Ezequiel terminó
capítulo 1 con un trono, ¿no es cierto? Un retrato del trono de Dios debajo del cual estaba
todo lo demás y la majestad y la maravilla y la gloria inexplicable del cielo.

13
 
Ahora, Juan retoma lo que Ezequiel dejó y dice: “Permíteme contarte del trono.” Y él
menciona la palabra trono una y otra y otra vez en esta sección trono, trono, trono, trono. Dos
veces en el versículo 2 y después, el continúa mencionándolo a largo de este pasaje. Él aquí
está concentrándose en una cosa en el cielo; y ese es el trono de Dios. Ese es el centro del
cielo. Ahí es donde Dios mora. Ese es el punto focal de la presencia de Dios.

Ahora, observe la descripción. Es muy es parecida a la de Ezequiel. Versículo 3: “Y el que


estaba sentado era semejante a piedra de jaspe.” Ahora, piedra de jaspe, hasta donde
podemos reconstruir, era una piedra hermosa. Una piedra que quizás podía tener colores
variantes. Quizás lo más cercano a esto podría ser un diamante que produce, mediante el
reflejo de la luz, una multiplicidad de colores. Y esta es la visión de esta gloria semi opaca
refulgente, brillante del que está sentado en el trono. Y después, él dice: “y de cornalina.” Por
cierto, la cornalina era roja. Roja. Y aquí usted ve a Dios en esplendor majestuoso en la
cornalina. La cornalina roja probablemente habla de Dios como Redentor, habiendo provisto
un sacrificio de sangre. Entonces, usted ve la gloria de Dios reflejando Su majestad y gloria, la
grácil misericordia de Su naturaleza redentora. El jaspe y la cornalina, por cierto, eran la
primera y la última de las 12 piedras de la prenda del pecho del sumo sacerdote según Éxodo
28. Ellas representaban a Rubén, quien era el mayor, el primero; y representaban a Benjamín,
quien era el último. Y entonces, Dios inclusive se representa a sí mismo en un sentido, como
incluyendo a Israel.

Y dice que había alrededor del trono un arco iris. Y de nuevo, un salpicado del mismo tipo de
cosas. Ezequiel menciona a un arco iris también conforme leemos. “Semejante en aspecto a
la esmeralda.” Nuevamente tratando de describirle descriptible. Como un pastor lo dijo en una
ocasión, tratando de explicar lo inescrutable. Va más allá de la comprensión. Y después, él
continúa describiéndolo, pasando al versículo 5, él dice: “y del trono,” y esto suena muy
parecido a Ezequiel, “salían relámpagos, truenos y voces.” Se oye muy parecido al monte
Sinaí cuando Dios dio una probada de eso, ¿no es cierto? Cuando Dios descendió al monte
para dar la ley, ¿qué sucedió allí? Relámpagos, truenos, exactamente lo mismo. En la
presencia de Dios hay relámpagos, truenos y la gloria y la majestad y el brillo y la multiplicidad
de colores y arco iris increíble.

14
 
Y después, dice: “y delante del trono ardían siete lámparas de fuego los cuales son los siete
Espíritus de Dios.” No significa que hay siete espíritus santos, significa el Espíritu séptuple. Si
quiere saber cómo el Espíritu es un Espíritu séptuple, lo puede leer en Isaías capítulo 11. Y en
Isaías capítulo 11 es descrita la naturaleza del Espíritu Santo. Él es el Espíritu del Señor quien
es el Espíritu de sabiduría, el Espíritu de entendimiento, el Espíritu de consejo, el Espíritu de
fortaleza, el Espíritu de conocimiento, el Espíritu del temor del Señor.

Entonces, aquí está el trono y aquí está la majestad y gloria y este juicio en este tipo de
contexto y estos relámpagos y sonidos y perlas de truenos; y aquí también está el Espíritu de
Dios. Versículo 6, y esto es algo sorprendente: “y delante del trono había como un mar de
vidrio semejante al cristal.” Ahora, entienda esto. Lo que usted tiene en el trono de Dios y
todos estos colores, son un arco iris, una esmeralda, un jaspe y una cornalina y todas estas
piedras con colores refulgente por todos lados. Y a los pies del trono está este mar de cristal.
Y nuevamente, reflejando a partir de ese cristal todo el color, el esplendor, la majestad
describiendo a Dios, reflejando la gloria del trono de Dios. Dios es majestuoso, Dios es
glorioso y las Escrituras usan color y cristal y luz para reflejar eso. En Éxodo 24 dice: “Y
subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y vieron al Dios
de Israel; y había debajo de Sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo
cuando está sereno.” Guau. Cuando ellos tuvieron una visión de Dios en este entonces, vieron
a Dios sobre un trono con este pavimento claro, este pavimento de cristal. Este es el cielo.
Este es el cielo. Es un lugar real, Dios realmente está ahí, Dios aparece como luces
refulgentes. Dios es un Espíritu, ¿verdad? Usted no puede ver la forma de Dios. Hablaremos
más adelante de lo que veremos y a quién veremos en el cielo.

Pero tenemos un lugar, hay un lugar, hay un trono; y en ese trono, hay gran luz refulgente y
relámpagos. Y debajo de ese trono, hay un mar de cristal, claro, brillante. Y en un punto es
descrito como zafiro porque el color se desprende de él. En otro punto, es descripto como
claro, transparente, porque es transparente. Y simplemente refleja el color que brilla de la
presencia del que está en el trono mismo. Es increíble. Ezequiel describe ese suelo sobre el
cual el trono de Dios reposa ahí atrás en el versículo 22, lo leí hace un momento, como el
color de cristal asombroso, me encanta esta frase, extendiéndose por todo el cielo. Es
increíble, son cosas inconcebibles para nosotros.

15
 
Ahora escúcheme, si es tan amable. Entienda esto. El cielo no es una tierra de sombras. La
gente dice ‘me morí y fui al cielo y regresé’. ‘Bueno, ¿cómo era?’ ‘Bueno, había una luz al final
de un túnel largo.’ ¿Escucha usted a la gente decir eso? He leído todos esos libros, todas
esas cosas. Elisabeth Kubler-Ross y todas esas cosas. Y ellos mueren y ven una pequeña luz
al final del túnel. La gente que supuestamente murió y fueron revividas y regresaron. Y
después, el hombre, ese hombre que me molesta que dice que fue al cielo y regresó y no
había camas ni había baños. Escuche, eso es ridículo. El cielo no es una tierra de recámaras
y de baños. Sabemos eso. El cielo no es alguna luz al final de algún túnel largo, oscuro. El
cielo no es una pequeña luz en medio de la oscuridad. Es esplendoroso. Es magnífico más
allá de la descripción, no una tierra de sombras y neblina y rocío.

Y el versículo 4 dice: “Y alrededor del trono había 24 tronos y vi sentados en esos tronos a 24
ancianos vestidos de ropas blancas con coronas de oro en sus cabezas.” En lo personal, creo
que representan a la Iglesia, la nueva humanidad, el nuevo sacerdocio, la Iglesia en el cielo.
Ahí estamos. Usted pregunta ¿dónde estamos? Bueno, el Señor tiene Su trono ahí y hay 24
otros; y son emblemáticos de la Iglesia. Yo creo que todos estamos reinando ahí con Él en la
Iglesia. Todos estaremos en esplendor. Estaremos ahí reflejando la gloria que emana de ese
mar de cristal junto con Dios. Y debido a que Ezequiel dice que se extiende por todo el cielo,
francamente, quizás todo el cielo se vea sí. Todo. ¿Y se acuerda qué tan grande es? Es lo
suficientemente grande como para absorber al universo, el cual es de billones de años luz
hasta su extremidad. Esto es increíble. ¿Acaso esto no le dan ganas de querer estar ahí y
verlo y ser parte del mismo?

Y el versículo 6 nos dice que alrededor del trono había cuatro seres vivientes. Probablemente
una referencia ángeles, querubines. Aquí están las huestes angelicales, aquí está la iglesia
redimida, aquellos que conocen a Dios y representan a Su nueva humanidad. Y después, aquí
está Dios mismo, en toda la maravilla y el esplendor de Su revelación majestuosa. ¡Qué
escena! Es una escena majestuosa. Hay un trono entonces, en el cielo. Hay un trono en el
cielo.

Y no puedo resistir hablarle de otra cosa ahí. Ahí hay otra cosa. Hay un templo. Hay un

16
 
templo. Capítulo 3, versículo 12. ¿Sabe lo que se acostumbraba en las ciudades antiguas? En
una ciudad antigua, en el medio de la ciudad, había dos edificios principales. Uno era un
palacio para el rey, el otro era un templo para la deidad. Hablamos de eso la semana pasada.
En medio de una ciudad, el palacio estaría contra el templo. El rey estaba en un lugar y Dios
estaba en el otro. Entonces, tenía el dominio divino y tenía el dominio humano. Y en el cielo,
en un sentido, está el trono de Dios, Dios como el soberano majestuoso; y después, está el
templo, el cual representa a Dios como aquel que debe ser adorado. Él es el tema de ambos,
pero en el capítulo 3, versículo 12 dice: “Al que venciere”, eso se refiere al creyente, el
cristiano, “Yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí…” Ahí hay
un templo. Y nosotros seremos un pilar en el templo, él dice, aquellos que vencen.

En el versículo 15 del capítulo 7: “Por esta razón, la gente que ha lavado sus ropas y ha salido
de la tribulación”, esos santos que han salido de la gran tribulación, él dice, “están delante del
trono de Dios y lo sirven día y noche en Su templo. Y el que se sienta en el trono, extenderá
su tabernáculo sobre él.” Él va a cubrirlos. Ahí hay un templo. Y es donde Dios está. Y
nosotros vamos a estar en ese templo y vamos a servirle a Él en ese templo.

En el capítulo 11 de Apocalipsis, versículo 19, dice: “y el templo de Dios fue abierto en el cielo
y el arca de Su pacto se veían el templo y hubo relámpagos y voces y truenos, un terremoto y
grande granizo.” En el capítulo 15, de nuevo, se refiere a ese templo en el versículo 5:
“Después de estas cosas, miré y he aquí fue abierto en el cielo el templo del tabernáculo del
testimonio.” Ahora escuche, hay un templo. Ahí hay un templo. Esto es claro.

¿Pero sería tan amable que seguir el capítulo 21 por un momento y descubra un pensamiento
bastante interesante? Y llegaré a una conclusión con esto. En el capítulo 21, versículo 22,
escuche esto: “Y no vi en ella templo, porque el Señor Dios todopoderoso es el templo de ella
y el Cordero.” Ahora sabemos qué es el templo, ¿verdad? Usted no puede separar el templo
de Dios. El templo no es un lugar en donde Dios mora. El templo de Dios. El templo de Dios.
En la ciudad santa no hay templo más que Dios. Dios es el templo. Esa es la definición que
queríamos. El trono, el templo, el trono de Dios, el templo de Dios. Ahora, yo no sé cómo
distinguir eso. Hay un templo y no hay un templo. Hay un trono y no hay un trono. Dios ese es
el trono y Dios es el templo. Pero eso es parte del misterio del cielo. “Y no vi en ella templo

17
 
porque el Señor Dios todopoderoso es el templo de ella y el Cordero.”

Algunos piensan, y puede ser verdad, que esto describe los nuevos cielos y la nueva tierra
que están todavía por ser construidos de manera completa. Y que en la actualidad hay un
templo, pero cuando los nuevos cielos y la nueva tierra sean construidos por Dios, no habrá
un templo. Yo preferiría decir que el templo es definido aquí, que no hay templo en ella. Esto
es que no hay templo construido porque el Señor Dios todopoderoso y el Cordero son Su
templo. Y entonces, eso simplemente define al templo al cual se hizo referencia antes. Y
cuando dice que seremos hechos columna en el templo de nuestro Dios significa que
tendremos un lugar en la presencia misma de Dios. Cuando dice que serviremos en Su
templo significa que serviremos en Su presencia. ¡Es un pensamiento tremendo! Digo, vamos
a estar ahí con todo eso. Así es el cielo. Así es el cielo. Inclinémonos juntos.

Padre, estamos abrumados en esta noche. ¡Qué visión nos has dado del cielo! Está tan
lejano, y sin embargo, tan cercano. ¿Cómo es que Tú nos llevas por millones y billones de
años luz al lugar eterno que absorbe el universo de tiempo y espacio? Ni siquiera podemos
imaginarnos cómo será. No es sorprendente que Ezequiel tuviera problemas, no es
sorprendente que Juan y Pablo no pudieran explicarlo. ¡Oh Padre, anhelamos el día en el que
podamos estar ahí! En el mundo increíble por venir y veamos Tu majestad refulgente y
reinando sobre los tronos junto a Ti, sirviéndote en Tu presencia. Anhelamos ese día, cuando
nos encontremos y tengamos comunión con los santos de años pasados y nos congreguemos
con todos los redimidos. Deseamos tanto el pasar la eternidad disfrutando de la nueva
Jerusalén, la ciudad capital de los nuevos cielos y la nueva tierra.

Y Padre, todo se reduce a esto: las únicas personas que entran a Tu cielo son aquellos que
han recibido a Tu Hijo, el Señor Jesucristo. Y entonces, en este momento oro que si hay
alguien en la comunión del servicio de esta noche que no ha entregado su vida Cristo y que
no tiene la esperanza del cielo, que hagan eso inclusive en este momento, que ellos confiesen
a Jesús como Señor y Salvador, reciban el perdón en arrepentimiento que Él trae a través de
Su muerte y resurrección y que sean hecho ciudadanos del cielo. Para aquellos de nosotros
que vamos camino a allá, que constantemente estemos mirando hacia el cielo, amando la
manifestación de Cristo, la aparición de Cristo, anhelando el día cuando podamos disfrutar lo

18
 
que has preparado para nosotros, por causa de Jesús. Amén.

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org


DERECHOS DE AUTOR © 2015 Gracia a Vosotros
Usted podrá reproducir este contenido de Gracia a Vosotros sin fines comerciales de acuerdo
con la política de Derechos de Autor de Gracia a Vosotros.

19
 

También podría gustarte