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Miembros Activos
El grupo cuenta con jóvenes interesados en crecer espiritualmente a través de la oración, el
sacrificio, la formación, el servicio a la comunidad y a los más necesitados. La fuerza del
grupo proviene de la eucaristía, lo oración y el compartir fraterno que los une más a Dios y
entre ellos como jóvenes. Cada uno de los jóvenes disfruta de su juventud de manera sana,
sin violencia y con alegría. Los miembros del grupo pueden servir de ejemplo a otros
jóvenes, recordando siempre que su fe será más grande que los errores que puedan
cometer. Cada joven misionero se siente enviado a evangelizar en su ambiente, por lo tanto
evitará caer en tentaciones y buscará actuar por amor al bien. Decir sí a todo lo bueno
ayuda a que cada joven se aleje de lo negativo. Los jóvenes de un grupo juvenil misionero
reconocen sus pecados y buscan el sacramento del perdón y la reconciliación, con la
confianza de que Jesús les ama, les llama y les guía para que ofrezcan todos sus talentos, a
la vez que superan las debilidades que puedan tener. Los jóvenes deben demostrar su
alegría de vivir y dar a otros razones para vivir en Cristo, partiendo de la propia experiencia
de encuentro personal con nuestro Señor. Sin desatender las obligaciones familiares y
sociales propias de la juventud, los jóvenes misioneros aprovechan su tiempo para formarse
en el servicio a los más alejados y necesitados.
Moderadores
La clave para orientar a los jóvenes hacia los objetivos de la pastoral misionera es contar
con moderadores comprometidos, que pueden ser maestros o colaboradores de la
parroquia. Cada adulto moderador promueve en los jóvenes un alto sentido de
responsabilidad y de honestidad, supervisa la formación del grupo buscando recursos para
la formación básica y continua de los jóvenes, junto a otros colaboradores de la pastoral
juvenil. Mantiene buena comunicación con el sacerdote de la comunidad para orientar las
actividades generales del grupo. Mantiene contacto regular con el Director Diocesano de
Misiones y las OMP del país para conocer y comunicar las actividades de formación y los
recursos de animación misionera. Aprovecha las experiencias y servicios de religiosos y
religiosas que pueden testimoniar su vida de oración y acción por la misión eclesial. Todos
los asesores adultos de un grupo juvenil misionero que no han viajado a servir en misiones
fuera de Puerto Rico, pueden considerarlo seriamente, ya sea a través de las OMP (Verano
Misionero), con una comunidad religiosa o una parroquia con un proyecto misionero
permanente. La fuerza del anuncio está en la convicción de los convertidos, y aquellas
personas que han realizado servicio voluntario en áreas de misión pueden comunicar su
Palabra de la Iglesia
A veces, cuando se mira a los jóvenes, con los problemas y las fragilidades que les
caracterizan en la sociedad contemporánea, hay una tendencia al pesimismo. Es como si el
Jubileo de los Jóvenes nos hubiera « sorprendido », trasmitiéndonos, en cambio, el mensaje
de una juventud que expresa un deseo profundo, a pesar de posibles ambigüedades, de
aquellos valores auténticos que tienen su plenitud en Cristo. ¿No es, tal vez, Cristo el
secreto de la verdadera libertad y de la alegría profunda del corazón? ¿No es Cristo el amigo
supremo y a la vez el educador de toda amistad auténtica? Si a los jóvenes se les presenta a
Cristo con su verdadero rostro, ellos lo experimentan como una respuesta convincente y son
capaces de acoger el mensaje, incluso si es exigente y marcado por la Cruz. Por eso,
vibrando con su entusiasmo, no dudé en pedirles una opción radical de fe y de vida,
señalándoles una tarea estupenda: la de hacerse « centinelas de la mañana » (cf. Is 21,11-
12) en esta aurora del nuevo milenio.
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