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Los Aceites Portadores

Son aceites vegetales puros y sin refinar que se usan para diluir los aceites
esenciales utilizados para dar masajes o que, a través de algún compuesto,
van a estar en contacto directo con la piel. A excepción del de lavanda, que se
puede usar directamente sobre la epidermis, los aceites esenciales son
demasiado concentrados para ser utilizados sin diluir.

Los aceites vegetales que se emplean como portadores deben obtenerse por
prensado en frío y filtrados sin adición de solventes. Asimismo, deben estar
libres de aditivos sintéticos, colorantes e impurezas. No deben usarse aceites
minerales, ya que no penetran en la piel, además, pueden inhibir o debilitar la
acción de los aceites esenciales.

La función de estos aceites portadores es ayudar a la penetración de las


esencias y sus propiedades beneficiosas en el organismo; deben ser ricos en
ácidos grasos naturales y pueden incluir vitaminas A y E, que en sí mismas
sirven para nutrir y regenerar la piel. Los aceites portadores de semillas
suelen contener potasio y magnesio, y el aceite de semillas de sésamo es,
además, rico en calcio.

Principales aceites portadores:

* Aceite de aguacate. Es uno de los aceites portadores con mayor


capacidad de penetración. Es ideal para pieles secas y curtidas. Es muy
nutritivo y con un alto contenido en vitaminas y minerales, como la A, la E y
las del complejo B. Si se desea aumentar al máximo el poder de penetración,
debe añadirse un 10% de este aceite a la leche de almendras o al aceite de
pepitas de uva. Es bueno para masajear tejidos grasos.

* Aceite de semillas de albaricoque. Es un buen aliado para


mantener la piel en estado saludable y regenerar los tejidos externos. Su
ligera condición le permite penetrar con rapidez y suavizar las epidermis más
castigadas.

* Aceite de almendras dulces o leche de almendras. Es el aceite


portador más adecuado para el masaje. Es de gran calidad y muy apreciado
en los países orientales. Gracias a su suavidad no irrita ni las pieles más
sensibles o ajadas por la edad. Lubrica, suaviza y da elasticidad a la
epidermis, evitando la aparición de arrugas. Contiene algunas vitaminas del
grupo B.

* Aceite de avellanas. Es muy penetrante y con gran capacidad


nutritiva, por lo que contribuye a evitar la deshidratación de la piel.

* Aceite de caléndula. Se extrae de las flores de caléndula y suele


mezclarse con otro aceite portador como la leche de almendras. Contiene los
aceites esenciales de la planta de la que procede, y ayuda a reducir las
inflamaciones y a rejuvenecer los tejidos.

* Aceite de coco. Es la versión más ligera de su tipo. Tiene una textura


singular, escasamente oleosa y, por la facilidad con que se extiende, está
considerado el vehículo ideal para la mayoría de los aceites esenciales. Su
precio es más alto que el de otros aceites portadores.

* Aceite de germen de trigo. Este aceite es muy rico en vitamina E, por


lo que tiene notables propiedades curativas. Se incluye en las mezclas por su
poderosa capacidad conservante y antioxidante. Puede añadirse un 10% de
este aceite a cualquier mezcla. Es muy beneficioso para tratar pieles secas y
maduras, así como las que están afectadas por cuperosis o capilares rotos.
Ayuda a cicatrizar heridas y a acelerar el proceso de regeneración de los
tejidos en pieles con cicatrices de operaciones o con señales que dejan los
casos graves de acné, abcesos, etc. Su consistencia es espesa y al tacto resulta
pegajoso, por lo que conviene mezclarlo con aceite de pepitas de uva o leche
de almendras en una proporción de un 25% de este aceite portador y un 75%
de aceite esencial. Es muy importante no utilizar nunca este aceite en
personas alérgicas al trigo.
* Aceite de primavera. Se extrae de las semillas de las flores de
primavera. Es rico en ácidos grasos polinsaturados, como por ejemplo, el
ácido linoleico. Una de sus virtudes más conocidas es que disminuye la
velocidad de coagulación sanguínea y regula los niveles de colesterol. Es muy
eficaz para curar afecciones cutáneas de diverso tipo, incluso graves como la
psoriasis o eccemas. Suele incluirse este aceite en la elaboración de las
mezclas adecuadas para dar masajes a personas con problemas alérgicos.

* Aceite de sésamo. Muy ligero y penetrante, este aceite es ideal para


dar masajes, y ello ayuda a que penetre en la piel el calcio que contiene.

* Aceite de semillas de uva. Su consistencia es sumamente fina, por lo


que resulta muy fácil de extender, siendo por ello adecuado para el masaje y
como aceite portador de uso general. No tiene un aroma peculiar, por lo que
no modifica ni enmascara el de los aceites esenciales con los que se mezcla.
Es muy adecuado para mezclar con los aceites aromáticos de nota alta. Su
ligereza facilita la penetración de las esencias a través de la piel sin dejar
residuos aceitosos. Es barato.

* Aceite de yoyoba (jojoba). Se trata de un aceite inoloro y su


consistencia recuerda a la cera líquida. Tiene una gran estabilidad y puede
conservarse en buenas condiciones durante un período de tiempo
prolongado. Es apropiado para cualquier tipo de pieles, sobre todo para las de
edad madura. La yoyoba es muy utilizada en geles y champús para el
tratamiento del cabello seco o con caspa, y también se puede aplicar pura
para masajes en el cuero cabelludo y en el pelo. Es el aceite portador con
menos nivel de grasa, por lo que resulta una buena base para elaborar
perfumes.

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